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Te despertas y lo único que hay a tus costados es: una 9mm a tu izquierda, una carta a tu derecha y una mochila enfrente tuyo. Antes de mover si quiera un milímetro de tu cuerpo inspeccionas de arriba a abajo la habitación en la que te despertaste. Aparenta ser una habitación de hotel vieja, o una habitación de una casa con un estilo vintage. Te decides por la carta y sentada ya en la cama lees lo que tiene para contarte.

Querida Astrid, lamento que este sea el máximo vínculo que podemos llegar a tener pero me preocupa demasiado el riesgo que llevaría nuestro encuentro. Dadas las circunstancias mi presentación tendrá que ser leve ya que no nos queda mucho tiempo. Soy médica del hospital “Pedicus Center” y…

El resto de la carta se perdía en un borde chamuscado. Algo desorientada se levantó y fue hacia lo que creería sería el baño pero que resultó ser mucho más que un simple baño. Al abrir la puerta lo que antes aparentaba ser un hotel de mala muerte se vio alterado por un baño que rozaba los límites de lo ostentoso. Fue a remojarse la cara en agua y ver si lograba recordar algo de la noche anterior porque hasta ahora no tenía ninguna pista de cómo había llegado a ese lugar tan particular. Tuvo un pequeño recuerdo de estar usando su pijama favorito; esa vieja remera que le quedaba gigante con una nave espacial; y eso fue un punto a favor en la interminable búsqueda de pistas, ya que efectivamente estaba con su pijama.

Al salir del baño no notó un pequeño detalle en ese espacio tan lujoso e impecable, un trozo de papel chamuscado en el tacho de basura, hasta parecía que no lo habían arrojado sino más bien colocado con cierta delicadeza.

Volvió al cuarto con un poco más de iniciativa, si quería saber que estaba pasando iba a tener que tener algún contacto exterior, estuviese donde estuviese. Escondió la pistola en el cajón de una de las cómodas porque la idea de haberse levantado con algo así a un costado de su cama era demasiado aterradora para empezar a considerarla. Buscó en el primer cajón del armario por unos pantalones y nada, segundo cajón… Nada… Tercero… Nada. En el perchero había un vestido, una pollera y una campera de cuero. Descartó el vestido inmediatamente porque quería permanecer al menos con una pieza de vestimenta que fuese suya, se pusó la pollera y agarro la campera. Antes de salir al exterior chequeó por la ventana la temperatura de este extraño paradero que cuanto más atención le prestaba menos idea tenía de donde estaba parada. Aliviada de encontrarse con un clima primaveral, se puso la campera y salió a buscar algún tipo de ayuda, pero con cierta precaución puesto que realmente desconfiaba de la situación en la que estaba parada. El pasillo afuera de la habitación seguía con la misma coherencia de diseño que la habitación y estaba completamente vacío, en la recepción estaba parado un chico joven de unos diecisiete años aproximadamente

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La niña de los girasoles

Cuando estas sola en un campo y no hay nada más que pura naturaleza a tu alrededor se genera un vínculo irrompible. Y siempre que lo necesites ahí estará para ayudarte.

Luego de una noche de tormenta y pesadillas entrecortadas por transpiración y gritos en medio de la noche se dio cuenta de que algo no andaba bien. A la mañana siguiente no lo suficientemente preparada para que lo imposible se presentara, salió hacia su campo y donde una vez estuvieron filas y filas de girasoles, ya no estaban más.

Final:,¿Quién diría que los girasoles se combertirian en sus guerreros y su campo, un campo de batalla?

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Mi preocupación más grande no es morir sino no haber dicho los suficientes 'te amo' a la gente que realmente importa.

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Hoy en nuestro día

Yo no pienso aceptar un trato especial por ser mujer.

Un trato especial equivale a abuso de poder, acoso, que me quiten mi libertad de expresión, que me quiten mi libertad. Un trato especial no me deja valerme por mi misma, no me deja luchar mis propias batallas. No quiero favores de nadie, por más buenas que sean tus intenciones, quiero crear un mundo en donde no caminemos por las calles con miedo y donde no nos vendan. Si querés ayudar fantástico, y si no hacete a un lado porque esto sigue para adelante.

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Carta para una amiga

Tengo ganas de decirte tantas cosas pero siento que ya las sabes todas, antes de hablar te escucho pronunciar las palabras que estoy por decir. Te escribo desde un tren a unos metros tuyo, sin poder verte pero sin embargo sintiendo tu compañía al máximo. Caminando por esas calles estrujadas, como si hubiese demasiada historia que meter en un lugar tan chico, y donde el paso resulta estrecho miro con pasión lo que para algunos quizá es una molestia o algo engorroso y sé que tengo una compañera de estos sentimientos. Muchas veces me siento como una oveja negra en este mundo tan distinto que me lleva contra corriente, y me dan ganas de tomar una cerveza y brindar juntas en el hogar de estas palabras, porque es ahí donde me haces dar cuenta que soy parte de un rebaño. En estas palabras busco dejar una promesa (una promesa que escondí entre los adoquines, en ese balcón nevado, en la noche con plantas colgando sobre nuestras cabezas, en esas miradas que me demuestran que la telepatía existe) y esa promesa está en el pronto, porque yo se que se va a dar de nuevo. No hay duda alguna de que sos mi compañera de viajes, estando o no presente. La promesa está en el pronto, para que pronto nos surgan nuevas aventuras.

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Al día siguente

Siento que es muy justo que esté lloviendo hoy, para que se limpien las calles de la sangre derramada, para que los rastros de eso que era un bastón tirado en el piso se limpie. Pero fueron muy astutos, las piedras no se las lleva nadie a casa, las piedras están en todos lados, las piedras me siguen en la conversación con mi mamá y yo quiero que a mamá le quede grabada la imagen del fotógrafo agujereado o la del pibe ayudando a la señora a alejarse del tumulto, pero mamá me dice “¡Ojalá no tuviera la cara tapada ese pibe!” ¿Y qué puede hacer ese pibe mamá, si los bañan en gas pimienta? El gas no va para los cascotes, el gas va para quien fue a la marcha por los abuelos, el gas va para los abuelos. ¡Mis viejos son abuelos! Y no pueden ver a todos esos nietos que cayeron al piso por la gente con poder. Desearía haber estado con ustedes, porque a la noche se levantaron de ese piso e hicieron más ruido, porque los pueden tirar mil veces al piso pero nos tenemos que levantar, el ruido que hicieron anoche me levantó a mi, me dieron esperanzas y sacaron del bajón. Porque todavía somos, y eso es mucho.

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¿Qué es?

Se habla de la arquitectura como un lenguaje, una forma de expresión, como si cada edificación se formara con palabras. Cuando se estudia la arquitectura en cuestión, está no sólo expresa su función sino que en ella esconde mucho más, ideologías, filosofía y más importante, palabras o frases que vamos oyendo cada vez que la transitamos. Estas son la estructura filosófica del edificio, todo lo que el autor nos quiere decir está escondido entre las paredes. Podríamos inferir que un edificio es un libro abierto, que no sólo está escrito por su arquitecto pero por quiénes lo habitan, dejando sus propias frases en él. Entonces la ciudad que transitamos está construida con esos libros y el mundo lleno de estos anaqueles particulares, en tal caso, es una biblioteca.

Así como Borges hace referencia al universo “con sus tomos enigmáticos de infatigables escaleras para el viajero y letrinas para el bibliotecario sentado” remata está oración aclamando que tal creación sólo puede ser obra de Dios. Como arquitectos se nos asigna un trabajo muy complicado ya que debemos crear algo tan divino como una biblioteca y cuando buscamos una respuesta simple sobre qué significa “biblioteca” yo doy vuelta mis palabras y las de Borges para llegar a la conclusión de que esta institución material trata de imitar al mundo​; al encajonar a los libros que con sus palabras crean otros universos y ciudades que aguardan en sí, verdades más reales que las que vemos con nuestros propios ojos. Y como la ciudad abre caminos con sus calles entreveradas para​ sus habitantes tanto como para extranjeros, la biblioteca se abre para transitar entre sus pasillos con anaqueles y deja espacio a aquellos habitantes, lectores empedernidos, que se acomodan y van formando pequeños hogares.

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Otra canción de dragones

Estaba sentada en las ramas de un árbol, mirando cómo caían las hojas a su alrededor, a un costado se oían los brazos de un río agitándose. Esa situación la transportaba a otras épocas, en la que su madre aún estaba viva y podían cantar al unisono. Su voz había cambiado, pero la letra de la canción no se la olvidaría nunca ya que con cada palabra pronunciada era un paso más hacia su madre.

Cuanto más se adelantaba en la melodía, en su alrededor se concentraba un clima expectante como si la pieza que faltaba en ese rompecabezas se estuviese armando. Una tensión eléctrica se sentía en el aire, y ese hermoso día de verano se nubló por completo, una ventisca comenzó a realzar las hojas recién caídas armando un remolino de ellas. Y ella simplemente no podía parar de cantar como si estuviese sumergida en esa situación de la cual ya no había vuelta atrás. Y así como en una coreografía casi se puede sentir el momento en que va a ocurrir un paso, un rayo de luz se filtro entre las nubes e iluminó lo que las hojas estaban formando. Una mezcla de colores otoñales y dorados tomando la forma de un animal. Lo primero que se vió fueron las alas que ahora con carne y hueso solo se podía ver el rastro de las hojas en el entramado de esas escamas que las recubrían, luego el cuerpo y por último la cabeza estando justo en el punto donde el rayo de luz caía parecía prendido fuego y para su exaltación el animal giró la cabeza dejando a la vista unos ojos rojizos casi negros cual brasas. Y así sin más la canción se había terminado, el clima vuelto a su normalidad, pero enfrente tenía a la criatura más increíble que puede existir en un cuento de hadas.  Petrificada por el miedo que esa bestia majestuosa le causaba no podía hacer más que contener la respiración pero como era de esperarse no pudo aguantar más y largo un suspiro que logró llamar la atención del dragón. Se acercó a ella en lo que se podrían entender como movimientos cautelosos, pero que en la dimensiones de ese animal era como ver un edificio moviéndose. Su ojo, más grande que toda su cabeza se acercó repentinamente y la inspeccionó de arriba abajo; olerla le llevo menos que dos segundos y la criatura se relajó por completo con su esencia. Ningún otro sonido se había escuchado desde que la melodía había terminado, si quedaban pájaros en la zona, estaban todos en silencio; lo que sí se escuchaba era la respiración de ella y la bestia que inhalaban y exhalaban al unísono. Y repentinamente la criatura comenzó a moverse nuevamente, girándose sobre sí misma para darle la espalda. Ella tratando de contener la exaltación vió como la criatura giraba la cabeza, como esperando algo, expectante. Y con cada fibra de su cuerpo temblando fue acercando su mano al lomo del animal y al rozar su áspera piel miró atentamente la reacción que esto había provocado, y nada, ahí estaba, mirándola igual que antes, y para darle más énfasis a la situación dió unos pasos hacia atrás para acercarse más a ella.

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Capítulo

Estas ultimas páginas me están llevando bastante tiempo, siempre fui muy apresurada al terminar un capitulo, miles de libros devorados en un solo verano. Pero cuando la historia es tu vida supongo que no queremos que termine tan rápido, y este capítulo esta costando cerrarlo. Hace un tiempo atrás hice una referencia sobre lo que significaba esto para mí, y hoy, 11 meses después, me doy cuenta que sigo en el mismo lugar. Ya es tiempo de crecer en la historia, tengo que aprender nuevas cosas pero no quiero dejar atrás todo lo que mi corazón trabajó, hay sueños dentro que no quieren morir todavía.

Todo lo que es mi esencia esta formada por una niña, una niña que cree en los principes azules, alguien que esta aferrada a los finales felices y que no va a bajar los brazos hasta tener su “felices para siempre”, pero si algo aprendió esa niña es que los finales felices no siempre son como lo esperamos.

Necesito irme, gran cliché. Temo que de lo que quiero escapar me siga donde sea que vaya, que tal si estoy escapando de mi misma? Que tal si este es mi futuro y no soy lo suficiente fuerte como para afrontarlo? 

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Mi cuerpo, mi mente.

Su cuerpo está en llamas, los puentes a su corazón se caen y todo en su interior está en crisis. Cómo aliviar el dolor? Cómo dejar todo atrás sin dejar una parte de si misma de nuevo? Está segura de que algo ya se quedó atrás, hay algo que no lo tiene ella, y quien sea que lo tenga no lo aprovechará. Para ella es tan fácil recurrir al escape inmediato, quiere correr a buscar un cuchillo o acercarse al borde de un edificio, pero lo abandona. Esos pensamientos la avergüenzan “Por qué soy tan débil?” “Cómo lo maneja el resto de todo el mundo?”. Lo que no puede entender, no quiere escuchar, es que todo el mundo lo vive. Nuestras mentes son lo más poderoso pero peligroso que tenemos. Soló nosotros sabemos que es lo que nos duele más y que palabras van a ser más efectivas, y por más que nos amemos, siempre encontramos la manera de lastimarnos a nosotros mismos. Todos los sueños se derrumban, en su mente había un castillo de estos, y de ese castillo no queda más que polvo. Tiene que prepararse para construir nuevos, tiene que limpiar todo ese desastre. Pero primero tiene que hablarse a sí misma, no puede dejar que su cuerpo sucumba así, necesita ser ella quien la levante del piso, de esa manera nunca más va importar quien la empuje.

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Another letter to some heart

Una vez al día siento que todo lo bueno en mi vida se va a derrumbar. Hay miles de cosas buenas pero las que potencialmente pueden cumplir mis sueños en un futuro... Esas sí que asustan.

Vos sos una de ellas. Y me gustaría poder ser de esas personas que nadie puede ver o sentir que hay en su corazón ó que le pasa por su cabeza; pero no lo soy, y por lo tanto vos y toda persona a mi alrededor sabe lo que siento por vos. Y eso me juega en contra. Porque no se deberían mostrar todas las cartas en la primera mano... Creo que por eso me cuesta respetar la privacidad de las personas. Porque yo no tengo.

No quiero atormentarte con nada de lo que digo, solo trato de explicarme. Para que entiendas que mi tristeza... es solo mía. Que mis derrumbes, mis llantos, todo es mío, y así como es mío, mi felicidad también. Jamás nadie tendrá el poder de llevarse eso (la aclaración no es por defensa, si no para aliviarte el dolor que te provoca pensar en lastimarme).

Con esto dicho te puedo contar qué es lo que provoca que mis ojos no dejen de largar esas tediosas lágrimas; Es el miedo a no cumplir mis sueños.

Uno de mis sueños más grandes, de esos que no suelen decirse en voz alta. Es tener un hijo con la persona que más amo. Ni siquiera es desear criarlo con esa misma persona, aunque no estaría mal. Pero el concepto es más por el lado de darle vida a una personita que va a salir de un horno que el ingrediente principal es amor. DIOS... es tan ridículo leer mis propios deseos.

 No hay nada más duro que la verdad. Y la verdad es que aún siendo tan jóven, me atrevo a decir que jamás voy a dejar de amarte, pase lo que pase. Hoy no estoy diciendo que sos lo mejor que me pasó, porque me faltan muchas experiencias por vivir para sacar un veredicto; estoy diciendo que sos un capítulo muy importante de mi novela. Uno que me gustaría releer.

Pero, como too el que ha leído un libro sabe, el final de un capítulo no es el final de la historia. Y mis historias son muchas, y los deseos van a seguir, se van a modificar o crear nuevos.

Con esto puedo dejar en claro todo lo que hace falta.

                                           Hasta el próximo capítulo.

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A heart in the sea

Las olas arremetían contra los costados del barco, los hombres corrían de un lado hacia otro. No mucho tiempo atrás, habíamos llenado nuestras bodegas con el motín más grande que un pirata podría haber visto. Pero estaba comenzando a pensar que ese podría haber sido el error que nos hundiera junto con nuestros antepasados.

¿Por qué fuimos tan avaros? ¿Por qué llenar el bote hasta el tope? Estando conscientes, al menos sospechando, de una posible tormenta de esta magnitud. Quizá… No, no podía estar pensando eso, o sí… por la desesperación. Lo que todo pirata teme, una maldición. Quizá fue eso lo que nos cegó de avaricia. Pero de nuevo, nos merecíamos cada una de esas reliquias; nos había costado tanto llegar hasta allí, todos los hombres que perdimos (los cuales en estos momentos necesitábamos). Y después de todo eso, ¿Tan sólo llevarnos una parte de lo que nos ganamos? No suena justo, pero siguiendo esa línea, ¿Qué es justo cuando es el mar quien dicta las reglas?

El mar o ella, y tan sólo pensar en ella me hace temer aún más esta tormenta. Cómo no temer, ¿O no fue ella quien, luego de incansables noches guiándonos, compartiendo su lecho con el mío, me advirtió de esto? Nunca me dijo nada explícito, pero ella no era de esas. Ella es alguien que no puede domarse; que era tan misteriosa como toda la misión, como para guiarnos hacia nuestra tempestad. Pero no a mí, ella quiso que me quedara. Me gané el amor que nadie pudo obtener, y tan sólo tenía que sacrificar unas vidas más; dejar que mis compañeros huyeran solos, que lo inevitable ocurriera y se los llevara. Pero no, terco como cualquiera me negué a escuchar, no creí en ninguna maldición y ningún poder superior iba a poder conmigo. Y aquí estoy, pagando por mi arrogancia. Pero ellos no deberían pagar por mis errores, ellos no sabían de los misterios de esta misión, sólo siguieron a su capitán. Y en cada encrucijada, era él quien los sacaba de aprietos, él con su misteriosa acompañante. Ellos jamás oyeron los relatos que ella tenía para contar, las advertencias y los castigos por venir. Pues no quise compartirlos, quise que sus palabras fueran sólo hacia mis oídos.

¿Por qué hacer pagar a los inocentes por los crímenes que uno cometió? En el corazón del mar está mi respuesta. Ese corazón le pertenece a ella, ese y el mío, formando inevitablemente un sólo corazón en el mar. Ahí está la escapatoria, no para mi, pero para mis hombres. Yo ya estoy comprometido con el mar, con ella; Y ya lo sabía, no puedo huir. Así que dejaré que su amor me consuma, que sus olas me den el placer que busqué en el tesoro material.

Firma: Su Capitán.

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My angel, my guardian.

When she was at home he was her guardian, he took care of her as if she was a delicate princess. He gave her all his love. Everybody knew they loved each other more than anything. All the people that knew them, wanted that level of happiness.

At the moment she put a step out of her home, she was incredible and strong women that everyone admired. Her husband was proud of her but also afraid that his delicate flower could get hurt. This didn't mean he didn't trust her or did’t believe she couldn't have done her job right. But he didn't trust the people she had to deal with it, and he was right.

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Him

 When you find that one person that will always be there for you, the one that get’s you, who sees the light in you. Don’t mess things up, you’ll be nervous because I know you don’t think you can manage to keep a person like this one. But sooner or later you have to realize that you deserve someone like that. People have limits but not because they can grow tired of you, but because some day you have to let them in.

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Lb

I like the crazy one.

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Again

Recuerdo el vértigo que sentía de pequeña en un sube-y-baja, remarcando tal vez una diferencia con mis compañeros que no le tenía miedo a las alturas. Ahora en mi adolescencia vuelvo a sentir ese vértigo, pero es algo distinto... lo siento en las relaciones. Sí, paso de estar en las nubes a la tierra, y de esa manera subo y bajo, una y otra vez. En el transcurso de uno a otro esos ataques de vértigo no son como los de pequeña, son peores. Desearía poder quedarme en un solo lugar, pero cómo saber cuál es el correcto. Disfruto tanto el estar en las nubes y dejarme llevar por cada uno de mis sentimientos, sin embargo si me quedo mucho tiempo allí la caída podría ser fatal ¿Y en tierra? Creo que es lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida, mantener mis dos pies firmes en la realidad. Mis pensamientos desvariando son mas comunes que las Petunias en Primavera. Sin embargo lo pienso con mas detenimiento y que clase de persona no quiere vivir con un poco de riesgo en su vida. Por qué construirían las montañas rusas que tanto vértigo nos causan, si no lo disfrutáramos? Tal vez debería dejar que mi vida fuese una montaña rusa.

Y lo más irónico es que, aquí estoy yo, hablando de los vértigos de mi vida como si fuese una especie de agente secreta que vive el día día. Pero no es así, soy una adolecente como muchas otras, con problemas como muchos otros, con romances y rupturas como muchos las han vivido ¿Qué historia podría traer esta particular criatura? Pues una de volar, por supuesto. No pararé hasta llegar al más allá.

-Uno...

-Respira hondo, tú puedes...

-Dos...

-Ya lo has hecho antes no se de que te acobardas ahora mismo.

-Es que hace tanto que no lo hacíamos...

-Pues claro si con toda tu pequeña historia de fugarte con un muchacho y abandonar toda tu cultura te tuvo bastante ocupada.- Gritó mi hermana, ya desesperada por el tiempo que me estaba tomando.

-Okey... Okey, no necesitamos revivir esa historia, va de nuevo. Uno...

-Ya me harté.- Masculló por lo bajo.

-¿Qué?- Apenas dije esto sentí sus manos sobre mí y en unos segundos mi cuerpo se precipitaba hacia el vacío. Y unos instantes después tenía a mi hermana a mi lado gritando unas palabras que no podía llegar a formular. Lo único que podía pensar era en como el viento ejercía tanta presión sobre mí, como si quisiera que... que... -Danair puedes volar de una buena vez, se nos acaba el tiempo!