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vivir en la mente de lara es un privilegio que atesora. los sentimientos fluyen entre los dos como invitaciones constantes a vivir en conjunto. las evidencias de que se piensan vive en las acciones de yonggun, en las palabras y miradas que nunca ha dejado de dedicarle. aún, el corazón revolotea cuando redescubre que no es el único. que allí, están formando un hogar para los dos.
‘ esa es una forma muy sútil de decirme nerd ’ hay gracia en la expresión, la traduce al elevar las comisuras que insisten en ir en contra del contexto que los persigue. es culpa de lara, siempre se dice lo mismo. ¿qué hubiera sido de sí en caso de no haberla encontrado? y si, en esa noche que se conocieron, ¿nunca lo hubieran hecho? él, que siempre ha sido escéptico, navega hasta el puerto del destino, porque sólo algo abstracto podría explicar esa magia.
su mirada está siguiendo los movimientos femeninos, se fija en los dígitos sacar el tomo más que en el título, en el caminar más que en el destino, y en la sonrisa que le dedica al final más que en cualquier otra cosa. se le contagia, le dedica una un poco más tímida. ‘ has de comprometerte en no distraerme ’ pide mientras se acerca, con lara sentada sobre la mesa, él la recibe de frente, deslizando un poco la visión para encontrarla. ‘¿te puedo mostrar algo primero? ’
la tensión cruza su mandíbula porque un relámpago vergonzoso le asola. la vida, que es temporal y amenaza con extinguirse en cualquier momento, le empuja a reforzar su valentía. empieza al señalarse con el índice. luego, la mano abierta va juntando el pulgar y el dedo medio al mismo tiempo mientras los lleva al pecho. concluye al señalar a lara. « me gustas » como si no fuera evidente, como si no hubiera pasado todo ese tiempo gritándolo en silencio. la sonrisa se le ensancha un poco más, en la madera de la mesa al costado femenino apoya su palma y, porque ha estado anhelando, se inclina hasta besarla.
es lento y delicado en el proceso, se separa con pesar y rojez en los pómulos. ‘ ¿lo dije bien? ’ habla mientras crea un mínimo de distancia. la mirada barre el semblante de lara, el atractivo atrayente le hace brillar los ojos con el anhelo que no se quiere extinguir nunca. ‘ eres preciosa ’ con ese hechizo, las palabras salen sin su permiso.
se aclara la garganta y baja la visión al libro, se toma la libertad de pasar unas páginas entre las ilustraciones. ‘ enséñame todas las páginas, no me gusta dejar libros a medias ’ está perdiendo dotes en el estudio, olvida qué puede resultar más relevante para los dos ahí fuera cuando algo le llama la atención. son plantas, flores, árboles, muestras de la naturaleza. ‘ hoy, ¿empezamos con esto? ’
Nota por el rabillo del ojo esa tarjetita emergiendo entre las pertenencias ajenas, y se siente regresando a Safe Haven, a ese momento donde intercambia las primeras palabras con un Yonggun que todavía no conoce pero que desea seguir descubriendo. ¿Se habría dado cuenta de que aquella acción había sido su primera apuesta inocente para que no la olvidara tan rápido? "Pensándolo bien, creo que fui la verdadera ganadora del juego~" se torna pensativa mientras va ignorando la manera en que sus mejillas la comprometen en un rubor tenue. "Al final, fui yo quien atrapó al lobo de verdad," murmura, mirándolo de reojo. Sabía que nunca podría callar el afecto que siempre luchaba por brotarle a borbotones.
La biblioteca a la que entran es completamente diferente al pequeño local que habían dejado atrás, en el centro comercial. Aunque desordenada y espaciosa, puede imaginar cómo sus estudiantes se habrían congregado aquí y allá para estudiar. "No había puesto un pie aquí—" murmura, su voz envuelta en perplejidad. Eran muchas las cosas que no había hecho aún, culpa de la constante sensación de alerta de la que todavía no podía deshacerse, ni siquiera instalados entre aquella nueva comodidad. Al mirar a Yonggun, una sonrisa pequeña se desliza en su rostro. Besa el dorso de la zurda cerrada en un puño, señal para « lo amo ». "Estos espacios me hacen pensar a ti— llevan tu nombre en todos lados," pronuncia en voz alta con relativa lentitud, al mismo tiempo los movimientos de sus manos acompañándole.
Varios pasos más adelante, levanta libros que encuentra en el pis, su memoria entonces viaja a la noche que se fueron forzados a huir. Piensa en lo que dejaron atrás. Piensa en la manera en que lo hicieron, con el cuerpo estremecido en un temblor. No quería que sus emociones encallaran en las imágenes de aquella noche, así que se forzó a anclarse en el presente.
"Oh, creo que esto nos servirá," el índice empuja un volumen delgado hacia afuera. El dorso rezaba: El gran libro de las cosas pequeñas. "Podría ser nuestra nueva guía," camina hasta el fondo, donde se abre una sección de estudio iluminada por los rayos del atardecer colándose por los ventanales. Allí usa la superficie de una mesa de asiento. Hojeando el artículo encontró ilustraciones desde objetos, personas, acciones y emociones. "Hemos repasado algunas cosas básicas..." Saludos, cotidianidades sencillas, alertas como cuidado, silencio, enemigos. "¿Hay algo que te gustaría saber? O te gustaría mostrarle a la clase lo bien que sabes decir gato," sonríe con picardía, recordando que aquella había sido la primera seña que había replicado.
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' puedes quedarte los trozos restantes ' invita, hasta le acerca un poco más el platillo. ' o guárdatelas para compartirlas con alguien más ' él ha guardado unos pedazos también, tiene en mente una persona a la que quiere dárselos. ' ¿cómo te sientes por aquí, francis? ' se anima a cuestionar, pareciera que los cambios son incesantes. ' el último día en el centro comercial fue … para olvidar '
afirmativa es silenciosa, una sonrisa que se desvanece con el primer bocado sólo para reaparecer en un instante. ‘ ¡hm! — pues tiene razón, creo que es la primera vez que saben tan dulces. ’ concuerda con detalle por cortesía, terminando el trozo en mano antes de retomar conversación. ‘ ¿te molestaría si tomo otro pedazo? no quiero importunar en caso de que el resto ya tengan dueño. ’
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' creo que tener algún que otro as bajo la manga es una cualidad fortuita en los tiempos que corren ' un tinte de comicidad se entiende entre sus vocablos, el buen humor ha comenzado a tomar forma en el calor de su pecho. no sabe si se ha estado preocupando demasiado, o si pecará de bajar la guardia demasiado temprano. aún, por momentos, quiere pensar que puede estar tranquilo. ' felices ' repite con una suave risa. ' me sirve demasiado, más que simplemente decir que saben bien ' sin duda, no teme haber perdido sus cualidades con jangmi. ' ¿de pequeña tenías alguna comida que te hiciera sentir de esa forma? ¿quizá algo que preparaban tus padres? '
' vaya talento escondido tenías. ' observa los trozos de manzana ingeniosamente cortados como pequeños conejos e imagen le arranca un brillo en los ojos que no muestra a menudo. con un toque de curiosidad y una sonrisa suave que apenas curva sus labios, termina de acercarse al plato. ' no me queda más remedio que comprobarlo, no puedo decepcionar a tu hija. ' dice bromista, como si comer fruta en estos tiempos fuera realmente un sacrificio, já, y finalmente toma uno de los trocitos. mastica lentamente luego de llevárselo a la boca, dejando que el sabor se desenvuelva. ' no sé si es real o soy yo que ya no estoy acostumbrada a estos manjares, pero definitivamente saben… felices, y creo que eso cuenta, ¿no? '
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yonggun queda atento y expectante, pareciera que no puede esperar más por conocer el desenlace. ' irremediablemente adorables ' añade con un punto de gracia, quizá porque son esos gestos los que más disfruta de tener una personita a su cargo. por mucho que creciera jangmi, a sus ojos continuaría siendo pequeña. así que, se contenta con el resultado. ' no es nada complicado, los primeros años de tener a mi hija me salían un poco más imperfectas, pero la práctica hace al maestro ' al final, se hace un poco atrás en su asiento. ' puedes quedarte con el resto si te apetece ' invita. ' ¿cómo estás con los cambios? '
Dejó escapar una suave risa al escuchar las palabras del hombre, sus ojos brillando con una calidez genuina mientras miraba los pequeños trozos de manzana con forma de conejos. "Qué adorable," comentó con una sonrisa amplia y sincera, inclinándose un poco hacia él. "Gracias." dijo mientras extendía la mano para tomar uno de los trozos con delicadeza, como si temiera arruinar la forma perfecta. Le dio una mordida, cerrando los ojos un instante para saborear el dulzor de la fruta. "Tu hija es muy sabia." comentó finalmente, abriendo los ojos y mirándolo con una expresión juguetona. "Saben mucho más ricas así. Creo que tendré que adoptar esta técnica."
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yonggun tiene los ojos puestos en lara, le hace sospechar que algo no termina de ir bien del todo. en el tiempo que han pasado juntos, ha hallado alegrías más notorias y sonrisas más pronunciadas. le preocupa, entiende que todo lo que ha transcurrido hasta ese punto ha bastado para borrar cualquier rastro de esperanza. él aprieta las comisuras, ¿qué sucederá cuando se quede sin recursos útiles para amainar esa alma?
‘ es — ’ una corriente de vergüenza le hace aclarar la garganta. ‘ es que le dije qué siento por ti, sabe que me haces feliz ’ obviando la repentina apertura en canal, él también ha notado madurez del lado de jangmi. ‘ antes la había apartado de ese lado mío, era mucho más hermético que ahora ’ sin fin del mundo de por medio, cree que hubiera jurado esconder esas emociones de lara, también. ¿o no? si no hubiera sido posible contenerse en esa vida, tampoco en cualquier otra. ‘ y sooah … ’ sube los hombros con un toque de gracia. ‘ hace un par de años estaba obsesionada con las galletas de la fortuna y nos hizo abrir algunas — la mía decía algo como … tu corazón encontrará pronto su hogar ’ no puede creer que esté diciendo algo tan embarazoso, así que esquiva la mirada en el momento en el que el calor se cobija en sus mejillas. ‘ entonces se pasaba cada cierto tiempo preguntando, ¿lo encontraste? ¿lo encontraste? ’ si tan sólo pudiera decirle que sí.
el toque de los labios de lara no favorece a la calma, menos, las palabras que le va diciendo en el camino. hace lo que puede para contener la sonrisa, pero ahí está, se le va estirando sin remedio alguno. ‘ aún me siento culpable ’ tontea, mirándola de reojo también. ‘ fuiste tan audaz que me dejaste impresionado ’ se ríe un poco, tiene que esconderlo al hacer a un lado la cabeza. le trae buenos recuerdos. está seguro que desde entonces, no ha dejado de pensar en ella. ‘ mira ’ la palma libre viaja al interior de su cartera y, como buen acumulador que es, saca una tarjeta en concreto. ‘ lara erdogan, estilista ’ lee, justo para mostrarsela después. ‘ ¿te suena? ’ ahí estaba, la tarjeta de presentación que le había dado aquel día.
entre la conversación, casi se pasa de largo su destino. al darse cuenta, se detiene y tira de ella con escasez para que le siga. ‘ sé que no será lo mismo ’ adelanta mientras empuja la puerta. allí, se desvela la antigua biblioteca de la universidad. enorme, a comparación al espacio creado por lara, a oscuras y desordenado, como si los militares hubieran estudiado usarlo para otra cosa. al menos, podían estar a solas. ‘ pero no quería faltar a mis clases ’ ni a la promesa. un poco nervioso, quiere recordar lo ensayado y usa el dedo índice para señalarla, después, lleva la palma al pecho y la saca afuera. « ¿te gusta? » le quiere decir.
A veces, se siente inadecuada— ajena. ¿Qué hace allí? ¿Debería irse? ¿Dejarles para recuperar el tiempo perdido? Son muchos y severos los cuestionamientos que se hace mientras los ve hablar con el otro. Sabe, también, que son reflejos de sus miedos y que no existe el fundamento para actuar en base a ellos. Aunque por escasos segundos, lucha consigo misma mientras los dedos se le enroscan, discretamente, y las uñas se encajan el interior de sus palmas.
"Ah— Olivia estará feliz. Nuestras noches de chicas se estaban volviendo un poco monótonas sólo con nosotras dos; nos hacía falta la inclusión de gente joven," logra aportar a tiempo con diversión, aferrada a la esperanza de que, quizá, eran esos trocitos de normalidad lo que más le hacían falta. Sin embargo, la mención de Sooah aunada con aquel abrazo que no logra devolver a tiempo siembra nueva inquietud que no desiste ni siquiera con las nuevas caricias que reparte Yonggun. ¿Por qué ella? ¿Acaso era la única que se veía a sí misma como una intrusa?
"Es una chica especial," sonríe para él, aunque sólo sea una mueca pequeña, con la atención inevitablemente fijándose en la pulsera que había recibido. "Pero debería ser yo quien les agradezca, no pensé que se sentiría... tan receptiva conmigo," habla desde la culpabilidad de no poder hacer más, de sentir que sus esfuerzos no son suficiente. Pero su mirada vuelve a buscarlo al carraspear. Sabe que peca al subestimarlos a los dos. "Pensé que había dejado claro que te acompañaría a ciegas, hasta el fin del mundo, de ser necesario," no bromea explícitamente, pero sí habla con tersura en su voz. Aquellas palabras eran el ancla y la firmeza que le mantenían allí. Su mantra, su oración de todas las noches.
Entrelazando los dedos con los ajenos, es ella quien va por él, presionando un beso corto en su mejilla. En medio de una pausa donde no se aparta inmediatamente, se recuerda a sí misma: Todo estaría bien. No despertaría nunca porque ya estaba despierta. Yonggun era su realidad, su presente.
"Anoche soñé cuando nos conocimos," decide contarle cuando inician el caminar. "Ese día estaba convencida de que eras un lobo, probablemente porque te veías muy apuesto. ¿Acaso un civil se vería así de bien? Me preguntaba. En el fondo, quería que lo fueras para tener la excusa de seguir preguntándote sobre ti," le mira de reojo, divertida. "Sólo por eso te perdoné por haberme matado, ¿lo sabías?"
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yonggun ha de asentir con ligereza mientras le deja el último vistazo a esa planta. ' también me considero aficionado … tenía un proyecto de jardín para mi casa en bloomwood ' la nostalgia se siente plena, el tiempo vaga desconcierto y esas sensaciones de normalidad forman un pasado que no volverá. ' ojalá me hubieran salido a mí así de fuertes ' señala con el mentón a la planta. ' me dieron ganas de retomar el pasatiempo ' en esos meses, no había pensado más allá de aquello que le pudiera hacer pensar en algo más de forma inmediata, por lo que había sido más afín a recaer en libros.
los hombros suben con delicadeza, ¿tiene respuesta siquiera? ' me gustaría decir que estoy tranquilo ' tiene emociones encontradas, de eso no hay duda alguna. ' mi hija está aquí, más sana y madura que nunca ' esas nuevas le tienen sonriendo, pero luego ladea la cabeza en dirección a minnie. ' me da miedo que todo esto acabe demasiado pronto ' comparte. de inmediato, se arrepiente por la negatividad. ' perdón, me están pudiendo las emociones ' quizá ella tenga una mejor versión de la realidad. ' ¿cómo lo ves? ¿crees que este sea nuestro lugar definitivo? '
suelta pequeña risa con su comentario, internamente agradecida por momento otorgado para recuperarse y limpiarse un poco el rostro, consciente de que de igual forma terminaría luciendo como un desastre. “ ¿de verdad lo crees? ” siempre había sostenido opinión ajena en alta estima, y por lo mismo le hace feliz escucharlo. “ todo empezó con la jardinería, siempre se preocupó mucho por nuestro jardín. se plantaba afuera todos los domingos para trabajar en él. ” recuerda con nostalgia. “ luego empezó a cultivar, supongo que no eran actividades tan distintas... ahora es más que un pasatiempo. ” porque cultivo terminaría siendo de ayuda para el resto de refugio militar, asume. no quiere acaparar toda la atención, sin embargo, por lo que se vuelve a yonggun con una sonrisa tentativa. “ ¿cómo llevas tú el repentino cambio? ” que aunque había sido para bien, era un cambio abrupto de todas formas.
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existe un halo de satisfacción en la forma en la que yonggun sonríe, alegre de que pueda cumplir con su cometido aún en una situación gris como la que les envuelve. se queda más tranquilo, así expresa una vez que se apoya en el respaldo de la silla. ' está bien, ahora la siento como más mayor … más independiente ' el cambio en los últimos meses se siente inviable, asume que no puede existir futuro alterno. ' todos pasamos por mucho, ¿no crees? ' suspira de forma escasa. ' ¿sientes que al fin tendremos la oportunidad de descansar o que estamos ? '
mención ajena no remueve propios recuerdos, memorias alrededor de progenitora se basaban en interacciones mínimas, careciendo de detalles amorosos como ese. no le molesta, tampoco genera envidia. simplemente sonríe y asiente, considerando gesto adorable para mantener como una herencia. toma trozo de manzana, llevándolo a labios para degustarlo. dulce, jugoso. ' deliciosa, definitivamente no decepcionarán. ' no que lo dudase en algún punto, a decir verdad. observa a compañía. ' ¿cómo se encuentra tu hija? '
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las comisuras se elevan con suavidad en lo que escucha a davina, agradecido de que el ofrecimiento le permitiera recolectar frutos. ' ella ha pasado por mucho estos meses, siento que creció un montón pero … a la vez es inevitable, ¿no? ' está intentando hacer las paces con ese sentimiento, también, de que no puede evitar que saliera herida de alguna forma. exhala un suspiro con levedad. ' estoy tranquilo a medias --- no me gusta pensar que es un oasis, aunque a veces el negativismo me asola ' se encoge de hombros con suavidad. al menos, en esa ocasión está con todas las personas que aprecia. ' ¿cómo te sientes tú? ¿estás con tu familia? ¿tu hermano? '
'más dulce saben cuando tenemos a quienes queremos cerca' canturreó, llevándose un trozo a la boca y saboreando el mismo 'mmm' dejó entrever el disfrute en un extendido sonido. 'me crucé con jangmi, se ve preciosa como siempre. ¿cómo estás tu? ¿más tranquilo ahora que se han reencontrado?'
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kayra no tiene que revelarlo para que sea evidente, pues la pequeña y ella comparten un parentesco indudable. las comisuras se le elevan con un tanto de gracia. ' un día es un día ' él, cuando jangmi era más pequeña, solía profesar lo mismo. pero como no siempre lograba decirle que no, al final llenaba sus bolsillos de dulces y caramelos. con el destino que los terminó deparando, no se arrepiente en absoluto. cuando la niña se acerca él ha de colocarse de cuclillas para finalmente tenderle el chocolate. el ánimo de la más pequeña se le contagia de inmediato. ' ¿cuántos años tienes? ' inquiere, justo para después elevar la mirada hacia la madre. ' me recuerda un poco a mi hija, ya ha crecido un montón pero para mí sigue siendo así de pequeña '

Kayra sonrió.—Oh, sí. Mi pequeña clon— bromeó mientras dejaba a su hija en el suelo. La mención de dulces iluminó los ojos de la niña, que, pese a estar aferrada a la pierna de su madre, no pudo ignorar el comentario.—Oh, sí. Aunque no suelo darle demasiados dulces, creo que por la ocasión puedo hacer la vista gorda— respondió Kayra con una sonrisa. Luego le hizo un gesto a Kiraz, y en segundos la niña ya estaba soltándose de su pierna con una gran sonrisa.—¿Qué quieres preguntar, Kiraz?— inquirió la turca.—Sí, me gusta el dulce. ¡Gracias!— respondió la pequeña con una voz tierna y encantadora.
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desde el visor de la cámara observa una realidad inaudita que le sacude, la captura para todo lo que durase la eternidad y, por momentos, el pecho se le estruja. el resultado atestigua las sonrisas, yonggun tiene que apretar la mandíbula porque ese ímpetu en los ojos no se le va. lucha contra él pero el brillo se le queda, esconde la fotografía para sí y, jangmi, que sabe perfectamente que no ha de pedírsela, ahora se centra en lara y todo lo que tiene que decir. « ¿de verdad? » la sonrisa de la adolescente va directa a su padre con un tanto de orgullo. « ¿estás escribiendo de nuevo? ¿qué es? ¿puedo ver? » se aleja un momento para agitar del brazo a yonggun, quien aparta la mirada avergonzado. ‘ no ’ si mira su cuaderno, la mayoría de cosas eran desastres emocionales; las despedidas, la separación, lara, lara, lara todo el rato.
la respuesta no es del agrado de la menor, que lo manifiesta en un mohín al apartarse de él. exagera el enfado que no existe, así se ve cuando vuelve a lara. « tengo que irme pero — veámonos a la noche, ¿si? para hablar de todo … puedes invitar a olivia y hacemos una noche de chicas » yonggun, que no está en los planes, es quien apreta ahora los labios en una versión más sutil del mohín. « sé que a mi mamá le hubiera gustado conocerte, ella tenía las historias más divertidas » en un gesto repentino y todavía nervioso, le da un abrazo rápido a lara. se despide con la mano mientras marcha.
a solas, yonggun toma la palma femenina en búsqueda de tal atención. aprieta suave mientras la expresión se amaina en las facciones y se vuelve cálida al mirarla. siente que pasará toda su vida buscando formas de agradecer a lara por todo.
‘ mintió con su edad para que le dieran el trato de los grandes ’ cuenta, mientras que la palma libre se desliza por las largas hebras castañas. ‘ siento que creció mucho ’ demasiado pronto, quizá. ‘ gracias por esto ’
se separa un poquito y aclara la garganta, aún no termina de sacudirse del todo el sofoco. ‘ ¿cómo te encuentras? ¿te apetece venir conmigo? no te puedo decir dónde, sólo puedes confiar ’
Lara se conforma con ser una espectadora de aquellos dos; lo ha pensado y soñado tantas veces que aún cuando han pasado un par de días desde el reencuentro, todavía se siente embargada por la tranquilidad cuando los mira. Mientras lo hace, guarda silencio, intercambiando miradas para intentar perderse lo menos posible, sin mayores intenciones de participar. No quería ser una intrusa cuando padre e hija todavía tenían tanto tiempo por reponer.
Mas tarde, sin embargo, no logra determinar las intenciones de la chica, mucho menos el movimiento con el que deja el obsequio envolver su muñeca. Importante para él, importante para ella. Nunca había aspirado a tal cosa, probablemente queda explícito con sus ojos agrandados de la sorpresa. Aunque quisiera hablar, el nudo que se le forma en la garganta impide articular las palabras. No era el momento ni la persona para que sus sentimientos de culpabilidad salieran a flote, así que frunce los labios en una sonrisa y asiente un par de veces. Acomodándose para la fotografía, una risita brota junto a un susurro: "Ha estado esperando por este momento—" bromea en voz baja para Jangmi, acomodándose a un lado y pasando un brazo entorno a su espalda hasta descansar la palma sobre el hombro.
Le gustaría que ese momento fuese eterno. Ambos dieron con sus familias, están en un lugar tranquilo— ¿Podría ser tan inocente como para considerarlo el final de un agobiante camino de dolor?
"Espero que todavía le quedan páginas a tu bitácora," lo mira a él, pero le habla a ella. "Ha escrito todo tipo de cosas asombrosas. No te imaginas la cantidad de veces que ayudó, ¿ya te dijo que es un líder excepcional?" Inquiere sin exagerar. "Tu padre es muy genial," en un gesto de cariño espontáneo la diestra acomoda algunos mechoncitos de cabello detrás de la oreja de Jangmi, aunque no reconociéndose a sí misma termina cruzándose de brazos. Parece que ha sido inevitable; tal cual se ha encariñado con él, también lo había hecho con ella.
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' ah ' la vocal emana tan pronto como se percata de la realidad de la situación, la mirada se vuelve ligeramente gacha por la repentina vergüenza que le azota. ' perdón, quiero dejar de estar tenso pero parece inviable ' explica mientras pasa sus dígitos por esas hebras azabache que siempre pretende que estén decentemente ubicadas. ' tan sólo es demasiado buena en el juego ' un gesto nervioso hace que las comisuras se ensanchen un poquito. ' no debe estar lejos ' el ofrecer su ayuda está implícito, así que se eleva las gafas para poder enfocar mejor. ' ¿se reunieron aquí? imagino que su papá no quería quitarle ojo de encima, intentemos encontrarla cuanto antes ' él, como padre, casi parece inviable que no tenga un punto de vista similar. mientras se va acercando en la cocina, se fija detrás de las puertas. ' ¿crees que podría caber dentro de esas tinajas? ' las señala con el mentón.
"Digamos que es mi sobrina" Responde inmediatamente porque era más sencillo resumirlo de esa forma "La última vez estábamos..." Comienza a responder y cuando él nombra a los militares las cejas de la morena se elevan "No, no, no, nada de militares" Niega un par de veces con la cabeza, al menos no creía que debiera molestarlos por solamente unos minutos en los que no conseguía a la más pequeña "Estábamos jugando a las escondidas y puse un perímetro en el que podíamos jugar" Explica "Estábamos cerca del comedor y me tocó contar y cuando empecé a buscar no estaba en ningún sitio" Culmina relato "No debe estar lejos, pero es un poco traviesa y si su papá se entera que la perdí así sea por cinco minutos se va a poner como loco".
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‘ ¿verdad? mi madre solía hacer lo mismo antaño, es una costumbre que merece la pena mantener ’ un hábito de una época mejor de su infancia, la progenitora todavía le miraba con ojos repletos de ternura. ¿qué será de ellos? no, prefiere no cuestionarlo. ‘ siéntete libre ’ invita al señalarlo con el mentón. ‘ serán las primeras en mucho tiempo, no quiero que decepcionen ’ exhala en un suspiro. ‘ tenemos manzanas de sobra, por fortuna ’
palabras masculinas atrapan atención, inevitable ceder a curiosidad, deslizando atención a plato foráneo. ' no sé si sabrán más dulces, pero se ven más adorables. ' destaca al son de una carcajada suave, lejos se encuentra de extender burla, sino que ofrece una opinión genuina. ' ¿estás seguro que puedo? no quiero que tu hija me odie por robarle sus conejitos de manzana. '
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yonggun reconoce los atisbos nerviosos de jangmi porque también son propios. ella, cuanto más pequeña se siente, más se parece a él. « te vi en el cumpleaños del alcalde, debí presentarme de forma apropiada entonces » cuando lo escucha, yonggun aprieta los labios con sutileza. se siente irreal que estén compartiendo espacio. la sonrisa surca las comisuras del hombre, plácida, el mundo le ha hecho aprender a valorar cada instante. ‘ hiciste un buen trabajo salvando el desastre ’ habla a lara con una pizca de gracia, esas bromas hacían que jangmi se soltase un poco más. « para ya, ¿te crees que tenía tiempo para pensar en eso? » refunfuña y suena más a la jangmi que conoce. él, se tiene que reír.
jangmi, que se queda como pensando, finalmente se anima a sacar algo de su bolsillo y sostener la palma de lara. « gracias por cuidar de mi padre » como si las palabras no fueran suficientes, desliza por la muñeca femenina las pulseras que había hecho. « si eres importante para él, también lo eres para mí »
a yonggun, que le han dado ganas de llorar, tiene que separarse un poco para respirar. disimula como puede al sacar su cámara, su manía por tener la mochila lista le había hecho mantener sus objetos esenciales. el libro que lara le cedió, también está ahí. sacude el objeto en el aire para que sea visto en lo que se acerca. ‘ ¿puedo hacer una foto de las dos? ’
Los dedos de Lara repasaron la longitud de las hebras mientras las tijeras emparejaban al largo deseado. La actividad se sentía tan natural que aún buscando el mejor de los resultados, no le habría tomado más de diez minutos terminar. ¿Cuánto había transcurrido desde que tuvo la oportunidad de arreglarle el cabello a alguien más? ¿Siempre habría sentido tanta dicha en su trabajo? O quizá era ahora que, viéndose embargada por la felicidad de las cosas más sencillas, sentía el pecho hincharse con facilidad.
Con las mejillas cargadas de color busca la mirada de Yonggun, claramente aquel agradecimiento era obra suya. “No hay de qué,” murmura mientras lucha con la sonrisa y vuelve a la chica. “Lo primero que le dije a tu papá cuando lo conocí, fue lo mucho que me quería conocerte a ti y— y hacerte cualquier cambio que quisieras,” comparte con naturalidad, como si por momentos no hubiera sentido un abismo separándole de Jangmi. “Así que… Gracia a ti.” Por estar bien, por ser tan fuerte, por haber podido esperar. Habían muchas más cosas por agradecer de las que podría poner en palabras— “Si necesitas alguna otra cosa de mi, no dudes en buscarme, ¿sí?” Añadió de último, con la esperanza colándose en su voz. Inevitablemente, su mirada volvió a buscar el hombre, por si deseaba agrega algo más.
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‘ no, no te preocupes por eso ’ sacude la palma en el aire, por fortuna la personalidad de la menor estaba lejos del egoísmo. ‘ se dejó todas estas por comer y a mí me condenó a la duda de si hice demasiadas o si estoy perdiendo facultades ’ expresa plácido. ‘ sólo con tu ayuda podré salir de dudas ’ así que, acerca un poquito el plato. ‘ ¿alguna vez las habías comido así? ’
" oh, son preciosas " palabras se escurren entre risas. desde que habían llegado al refugio militar, sentía que su entorno parecía haber recobrado una ternura que sally creía perdida. " ¿estás seguro? ¿no se enojará tu hija si le falta una? " porque sabe que si ella fuera una niña y le quitaran algo así, estaría furiosa.
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📍 cocina y comedor ‘ mi hija siempre dice que las manzanas saben más dulces así ’ muestra el plato en el que ha estado trabajando, los trocitos de la fruta cortados de forma que parezcan pequeños conejos. ahora, se lo tiende con delicadeza. ‘ ¿te apetece comprobar si es cierto? ’
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jangmi está sentada con la espalda recta, excesivamente rígida como si moverse un milímetro resultase fatal. a su alrededor, los mechones azabache rodean el suelo. unas semanas atrás intentó cortarse el cabello por sí misma, ocasionando un desastre de desniveles que sólo un experto podría solucionar. a manos de lara observa a su padre como si ya supiera qué va a decir: ‘ ¿no te recuerda esto a cuando se te pegó un chicle hace unos años? ’ como si lo hubiera estado necesitando, ella exhala una risa. el incidente del chicle supuso un corte casi a la altura de la mandíbula y fue la vez que juró no volver a cortarse el pelo. ahora, quiere uno por los hombros porque dice que le molesta en sus tareas.
al concluir, yonggun se acerca a lara y estira el brazo por su espalda hasta poder darle un suave apretón en el hombro en un agradecimiento silencioso. jangmi se levanta de repente y se gira a los dos, en el rostro se ve algo de vergüenza y nerviosismo pero, al fin y como había ensayado, lleva la diestra al mentón y la aleja hacia lara en dos, ¿tres? no, cuatro ocasiones. « gracias » le dice.
conversación privada con @lardogan
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el ceño se frunce producto de la curiosidad inminente, le es imposible no ponerse en lo peor mientras las ideas vienen y van de su mente. ‘ ¿es tu hermana? ¿tu hija? ’ él, como no puede ser de otra manera, se lo toma demasiado en serio. ‘ ¿dónde fue la última vez que la viste? ’ ya está escaneando sus alrededores, lamenta de sobremanera no llevar sus gafas encima, pero hace el esfuerzo por achicar los párpados. quizá, así pueda enfocar mejor. ‘ creo que ahorraríamos más tiempo preguntándole a los militares ’ aclara la garganta, pues el tono serio se ha devorado su expresión. ‘ ¿te parece? ’
El juego de las escondidas se le había salido de las manos cuando no encontró a la infante en el perímetro que se había establecido para jugar, carajo, dijo para sus adentros mientras la buscaba, solo podía pensar en que su primo no le iba a dejar a la niña ni un segundo más si se enteraba que la había perdido "Hey" Se acerca a la primera persona que consigue en su camino "¿Has visto a una niña de cinco años, con rizos y chaqueta rosada?" Hace una pequeña pausa y luego simula la estatura de la menor con su diestra "Como de este tamaño".
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