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Están los lunes, y mira que los lunes duelen... para mí es el peor día de la semana, el más sufrido, el “post- fin de semana” , peor que los domingos de resaca; y, en el siguiente escalón, están los días complicados. Esos días que ni fú ni fá, pero que son importantes, esos días en los que te preguntas: ¨" por qué coño me he levantado?”, esos mismos en los que tu misma te contestas: ¨coño! pues por obligación porque por gusto no ha sido¨ ( es muy importante que la palabra c o ñ o aparezca en las conversaciones que se tienen con un@ mism@, ya que denota énfasis en los propios pensamientos  e indignación por la situación... y es que indignada estoy y un rato largo). Hablo de esos días en los  que no duermes por la noche pero no es por falta de sueño, tu cabeza no deja de dar vueltas ( como una lavadora sin pausa ni stop), se tienen  las manos frías, incluso pecas con pensamientos asesinos (tengo mucha imaginación y me he visto todas las temporadas de mil formas de morir) y juras que si te pinchan no sale gota sangre de la vena. Ese día en el que esperas resultados, respuestas a tus preguntas o motivos para ese dolor ya sea de cabeza, corazón o tobillo...

Días de esos en los que miras al espejo pero no te reconoces (pero qué guap@ sales!), no tienes ese brillo en los ojos (es el primer día que brilla la lámpara más que tú) e incluso respiras sin hacer ruido, por miedo, porque esperar da miedo, y qué malos son los miedos y también las esperas. Miedo a tener buenas noticias y miedo a recibir las malas o el miedo que sientes por no saber. Y, cuando sabes, sea para mal o para bien, cuanto de dan una respuesta o un resultado de cabeza, corazón o tobillo... sientes alivio, y respiras, piensas, te indignas, pero después tomas decisiones y actúas; porque quieres sacar de la parte buena lo mejor y de lo peor su parte buena, pero qué dura es a veces la vida...

Pongamos de moda el darle miedo al miedo para que se vaya porque confío en que el truco está en que vayamos asustando miedos. Y si hace falta.... pa´ montru@ yo! Y si hay que tener, pues... tengamos no miedo, y quiérete mucho, pero quiérete de verdad.

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Y, de repente, te das cuenta que además de que queda poco para el veranito, también es el momento de empezar algo nuevo, algo que te guste pero que te guste de verdad. Tenemos que disfrutar de la magia de los momentos, aunque sean fugaces, de sentirnos grandes aunque vistos desde el GoogleMaps seamos tan pequeños. Pequeños pero con estilo, porque el estilo no se pierde ni cuando te caes y lo intentas disimular... Y si te caes pues te levantas, pero con glamour y la cabeza bien alta, que las caídas no las registra el satélite actualizado de GoogleMaps, será un secreto entre tu y el suelo, amenázalo si fuese necesario, yo obvio que se guardar pinkysecrets. Admitámoslo, por muchos amigos que tengamos en Facebook o seguidores en Instagram, no somos como WhatsApp que si se cae... en cero coma nos hemos enterado todos, enloquecemos, miramos continuamente el móvil para verificar que sigue sin funcionar, nuestro corazón lo sabe y late más lento y entristecido. Ahí todos estamos muy angustiados, pero te caes tú el sábado y tus amig@s se descojonan como focas retrasadas y gansos con hipo; así que ponte chapa y pintura para salir el sábado porque tu caída se hará viral en YouTube, te aconsejo usar una buena laca quizás te amortigüe el leñazo. Pero cáete con estilo, y las piernas cerradas si llevas falda... recuerda que a las princesas no se nos cae la corona en los tropezones y da igual las veces que te caigas, peor le va a PIN que solo tiene tres intentos mientras PUK le pone nervioso. No nacemos con un cupón de oportunidades ( cupón valido hasta la fecha que aparece en el ticket y no aplicable a otras ofertas... o fin de existencias), las oportunidades nos las damos nosotros, cada día si hace falta porque puede ser complicado pero no imposible. Hay que poner de moda los “comienzos” porque de vez en cuando todos necesitamos resetearnos y no pasa nada, todos somos humanos queriendo ser mejores personas. y se vale, se vale querer más y luchar por conseguirlo. De eso se trata la vida, de quererlo, de caerse y levantarse y de volverlo a intentar. Yo creo que los comienzos no son difíciles, encontrar algo en mi bolso, sí.