abitofyourtime
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atemporal
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𝖠 𝗉𝖾𝗌𝖺𝗋 𝖽𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈𝗌𝗈𝗍𝗋𝗈𝗌 𝗏𝗂𝖺𝗃𝖺𝗆𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗍𝗂𝖾𝗆𝗉𝗈 𝗒 𝗅𝗈𝗌 𝗂𝗇𝗌𝗍𝖺𝗇𝗍𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗌𝗍𝖺𝗆𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝗈𝗍𝗋𝗈𝗌 𝗉𝖾𝗋𝗂𝗈́𝖽𝗈𝗌 𝗌𝗈𝗇 𝗍𝖾𝗆𝗉𝗈𝗋𝖺𝗅𝖾𝗌, 𝗇𝗎𝖾𝗌𝗍𝗋𝗈 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝖾𝗌 𝖺𝗍𝖾𝗆𝗉𝗈𝗋𝖺𝗅 𝗉𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝖽𝖾𝗃𝖺 𝖽𝖾 𝖾𝗑𝗂𝗌𝗍𝗂𝗋.
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abitofyourtime · 5 years ago
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ 𝐬𝐮𝐧𝐬𝐞𝐭 ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ 일몰
— Ah... — Un suspiro salió de entre los labios femeninos. Habían estado casi dos horas jugando y acababa de perder una partida en ludo contra el menor, por lo que estaba ligeramente frustrada, sin embargo, su semblante cambió cuando no pudo evitar dejar salir un bostezo.— Estoy tan cansada.— Comentó con naturalidad, él se había convertido en su amigo y confidente durante sus días de estar prácticamente postrada, por lo que tenía total confianza de expresar su sentir en cualquier momento. 
— Duerme si quieres, estaré aquí cuando despiertes.— Respondió el inglés sonriéndole. Ella ya le había comentado de lo mucho que le disgustaba dormir cuando tenía visitas, no le gustaba saber que iba a despertar y ya no habría nadie la habitación más que el silencio y la soledad invadiéndola. 
— ¿Sí? Entonces está bien.— Asintió alegrándose, tener esa seguridad de no estar sola al despertar en ese lugar tan aburrido era como un soplo de tranquilidad a su corazón. 
Así, tranquila y feliz, cerró los ojos cayendo en un profundo sueño; el sol iluminaba en su punto más alto y el sonido del mar llegaba a sus oídos como si de música se tratase. Su cuerpo recostado en la arena estaba completamente recuperado y absorbiendo los rayos del sol en un hermoso bikini negro. Estaba completamente sola y relajada, libre. 
Le parecía que llevaba echada en la arena una eternidad, y quería seguir otro tanto más, pero sus ojos comenzaron a abrirse con lentitud, sacándola de aquella ensoñación de forma abrupta puesto que su mente ya se había conectado de regreso a la realidad. 
Al sentir su cuerpo de nuevo, notó un peso extra en sus piernas, y al alzar la mirada, se encontró con una cabeza que miraba hacia sus pies, por lo que desde su punto de vista sólo veía su cabello. Sonrió. 
¿Cómo podría explicar lo que sintió en ese instante? Su corazón dió un vuelco y en sus ojos quisieron asomar lágrimas. “¿Por qué?” se preguntó sin encontrar una respuesta clara. Sus dedos viajaron por inercia hacia el cabello castaño del menor y comenzó a acariciar este con la mayor suavidad que podía. Sentirlo así le daba la sensación de sentir en su corazón miles de flores creciendo y llenándola. Las ganas de cuidarlo y protegerlo de todo mal se hicieron presentes en ella. ¿Eso era amor? ¿Cómo podía saber lo que sentía? Era claro que al momento de conectar sus dígitos con las hebras de cabello, una corriente la recorría, como si hubiese encontrado aquello que no sabía que estaba buscando. Un tesoro aún más grande que el de las cuevas de Alí Babá.
Verlo dormir tan tranquilo le hizo sentirse en casa de nuevo. Todo dolor físico se esfumó como por arte de magia y lo único que le quedó en ese instante fue sentirse enamorada mientras el sol se escondía tras las montañas perfectamente visibles desde la ventana de su habitación.
Él la estaba haciendo florecer en alma y corazón, y ella esperaba llegar a ser correspondida algún día. 
#SM003 #dtrelojitos
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abitofyourtime · 5 years ago
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Para mi ser amado:
Aún ni empiezo y ya quiero llorar... me haces feliz... tan feliz como nunca había sido. Te agradezco por ser tan tú, tan dulce, tan genuino, tan preocupado, tan amable y tan perfecto. Mereces lo mejor de este mundo, que sólo te pasen cosas buenas en la vida, alguien tan sumamente puro como tú no debería llorar nunca... Eres extraordinario, Aaron, aunque tú me digas que eres "normal", no lo eres en lo absoluto. Me atrevo a decir que eres una lámpara con un genio dentro, un tesoro que cuidar.
A veces me da nostalgia pensar en nuestro pasado y ver que ahora estamos aquí, haciéndonos sentir más amados que nada en la vida. Y otras veces tengo miedo, no quisiera nunca romper ese corazón tan bello que tienes, así que me esfuerzo en ser mejor día a día, te prometo que sí. Sé que a veces me pongo insoportable pero aún así me das amor y no me dejas sola... valoro mucho eso, como no te imaginas.
Esta carta es cortita, sólo para acompañar tu desayuno. Te amo mucho, quiero seguir creciendo a tu lado cada día y llenarnos de buenos sentimientos.
Gracias por amarme como lo haces.
Con amor, Nana.
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abitofyourtime · 5 years ago
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         006; cerrado #tiktok                    𝐂𝐫𝐮𝐳𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐯𝐚𝐠𝐨́𝐧.
A veces, Nana necesitaba tomarse unas vacaciones para hacer nada. No entendía por qué, pero viajar en el tiempo le hacía sentir estresada a veces y con ganas de llorar, pensaba que podía ser alguna especie de efecto secundario, así que para no sentirse así por mucho tiempo, decidía tomar esos días de descanso para sí misma. 
Solía quedarse en casa viendo películas, leyendo, cantando y bailando, sin embargo, en otras ocasiones prefería notoriamente salir un rato de su encierro. Pasear sola por la ciudad no era nada extraño para ella, siempre que quería salir, debía hacerlo sola, estaba acostumbrada a recibir miradas extrañadas cuando iba al cine o a un parque de diversiones… Tener pocos (por no decir ninguno) amigos parecía ser algo raro, pero ella creía que la gente simplemente no sabía disfrutar su tiempo a solas. Salir en una cita con ella misma era una de sus actividades favoritas. Comprarse algo rico para comer y sentarse en un parque a mirar personas para ella era algo enriquecedor. 
Aquel día no tenía claro a dónde quería ir, lo único que sabía era que necesitaba salir un rato. No era poseedora de un automóvil, sólo tenía una bicicleta que de vez en cuando le servía y ayudaba bastante, pero esta no era la ocasión. Quería ir lejos de su casa en Itaewon, y la mejor opción era tomar el metro. Realmente no era muy fanática de el metro coreano, era bastante grande y llegaba a muchos lugares, sí, pero ella que era bastante torpe, solía perderse cada vez que lo tomaba. Haría la excepción sólo porque no le urgía llegar a ningún lugar y perderse no significaría nada malo. 
Cuando lo tomó, decidió que quería pasear en él. Era entretenido encontrar un asiento y poder quedarte ahí, mirando a todos, no bajar nunca. Su línea era la 6, pero ya había perdido la cuenta de cuántas combinaciones había hecho, y una vez más, estaba perdida, no era ninguna novedad. 
Se dedicó a caminar un rato por la estación de Gangnam, buscando a alguien igual de aburrido y desocupado que ella, alguien que quizás quisiera contarle una histora, aunque los coreanos eran tan cerrados que no tenía ánimos ni siquiera de intentar acercarse. Pero entonces, cuando pensaba en eso, una figura familiar pasó por delante de sus ojos, estaba segura de conocerlo, aunque no había alcanzado a ver su rostro, sólo su espalda. Estaba segura de que era él.
Se apresuró a alcanzarlo y tocar su hombro por la espalda. ¿Qué hacía un dios usando un metro? Él era un total misterio ante sus ojos. 
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abitofyourtime · 5 years ago
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a piece of your soul to mine. ❤️
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Querido Aaron:
No sé bien por dónde empezar… diré que planeaba poner esto en tu muro, pero me dió vergüenza que lo vea más gente, a veces soy más tímida de lo que aparento. Este tiempito contigo ha sido lo mejor que me ha pasado en… años, de verdad, no exagero. El cariño que me das es el más cálido que he sentido jamás, ¿Cómo puede ser que me hayas hecho más feliz que cualquier otra persona en tan poco tiempo? Me siento como un castillo de algodón suave y rosa, todo contigo es lindo, es tierno, es divertido, es… es simplemente perfecto. No quiero dejar nunca de sentir lo que siento por ti, de hacerte feliz con todo lo que tendo para ofrecerte, quiero que por favor siempre me veas como una compañera en la que puedes apoyarte cada vez que lo necesites.
Quisiera que pudieras verte con mis ojos y descubrir cómo brillas ante el mundo, cómo iluminas mis días y cuán feliz me haces. Amo esta relación tan sana y bella que estamos construyendo, me gusta saber que cada uno es libre y aún así preferimos estar con el otro, no recordaba lo que era sentirse así de correspondida y bien, ¿Sabes hace cuántos años no daba un detalle de este tipo? Ni siquiera sabía por dónde empezar o qué hacer, tuve que pedir algo de ayuda por ahí jajaja. Necesitas saber que me proyecto contigo, que te quiero bien, que quiero lo mejor para los dos, que nos complementemos y nos respetemos siempre. 
Haces que mi corazón se transforme en un pequeño pajarito que anda revoloteando de un lado para otro, cantando todo el día, mientras yo derrocho miel… me pregunto qué fue lo que me hizo meterme tanto en ti, de un día para otro sentía que quería estar contigo y ya, te juro que no sé cómo sucedió, pero bueno, tú eso ya lo sabes, ¿No? Te lo conté… Porque a pesar de ser mi tipo ideal, nunca te vi con otras intenciones… un día, sólo pasó. Eres con quien siempre soñé… o mejor dicho, eres mi sueño hecho realidad. No te voy a pedir que no te vayas nunca, esa será tu decisión, pero te ruego que mientras estés conmigo, seas siempre sincero sobre tus sentimientos, así como yo lo seré contigo. 
Finalizo diciendo que adoro tu cabello en esa foto LSKLAD ese es mi bebé booboo. u u 
Pd: Ade hizo la fotito, yo también hice una pero esa te la paso por inbox porque no es tan guapa como para presumirla.
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abitofyourtime · 5 years ago
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a small exchange
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Nana: Luego de haber obtenido el número de aquel que ella ya consideraba como su guía personal, aún si él no había aceptado, pronto comenzó a enviarle mensajes de texto, sólo porque aún tenía muchas preguntas.
⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ✉SMS to: God Aaron.
⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀¡Hola! Soy Nana, ¿Me recuerdas? De seguro sí, fui un gran dolor de cabeza, ¿Verdad? Te escribo porque tengo muchas dudas aún y quiero que las resuelvas por mí, por favor.
⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ¡Estaré atenta a tu respuesta!
⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀Send. Aaron Viajar en el tiempo era muy desgastante para Aaron sin dudar, era una habilidad que requería de bastante energía y fuerza mental, y a pesar de haberla desarrollado con el tiempo, aún había cosas que lo debilitaban. Pasó durmiendo casi todo el siguiente día, más un pequeño vibrar de su celular lo despertó. Se talló los ojos y bostezo, tomo el celular arriba de la cabecera de su cama y desbloqueo la pantalla para ver el mensaje, provenía de Nana. Arqueo su ceja extrañado, no esperaba que lo volviera a contactar, a decir verdad. SMS to Lim Nana: ¡Hola! Sí, me acuerdo de ti. Estaba durmiendo ㅋ ㅋ ㅋ ¿Cómo vas con las historias de amor? ¿Con que necesitas ayuda? Presionó el botón de enviar y se levantó de la cama para tomar un baño y comer, tenía muchísima hambre. Nana: Por alguna razón esperaba ansiosa a que le respondiera, miraba su móvil cada dos minutos, claro que lo atribuía a que no tenía muchos amigos y él era lo más cercano a una posibilidad. Cuando al fin vió su teléfono encenderse, anunciando un nuevo mensaje, lo tomó sin tardar un segundo, no le importaba verse apurada o pendiente, probablemente él ni siquiera lo notaría, el tiempo era relativo, ¿No? ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ✉SMS to: God Aaron. ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Van bien, no me quejo, hay historias realmente fantásticas y eso me emociona mucho, soy una romántica empedernida. ¡Ah! Mi duda es... ¿Podría detener el tiempo para alguna persona? Dejar que viva para siempre congelada en los minutos que se repiten una y otra vez... ¿Quizás suena cruel? ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀Send. Luego de enviar el mensaje, decidió ponerse a escribir su próxima novela, él le había respondido con normalidad y eso bajaba bastante sus niveles de nerviosismo. Aaron  El sonido de una notificación llegó a sus oídos al estar adentro de la regadera, le sorprendió la rapidez de la respuesta adversa, sin duda tenía dudas úrgentes, o eso pensó Aaron. Alrededor de veinte minutos pasaron hasta que salió de la regadera y terminó de cambiarse. Volvió a desbloquear este y leyó el mensaje detenidamente, arqueo su ceja, un tanto confundido por la pregunta, haciendo una mueca pensativo. [SMS to Lim Nana] Me imagino que si, más con todos los diferentes periodos de tiempos que hay. Ahhh...Pudieras, pudieras... Pero no debes, eso va en contra de la naturaleza y arruinas su curso, usarlo a tú beneficio te traerá cosas malas. ¿Por qué? [Sent] Sin duda era un pensamiento que había pasado por su mente varias veces, más sabía que hacer vivir a alguien por la eternidad era realmente cruel. Nana:  Levaba un rato corto concentrándose en escribir, pero cuando entraba en ese estado de concentración, para ella era como si los minutos fuesen horas, o viceversa, dependiendo de qué tan inspirada estuviera para redactar las historias un poco más emocionante de lo que la contaban sus "clientes". De repente, su móvil nuevamente se encendió, esta vez sonando. ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ✉SMS to: God Aaron. ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Sí... recuerdo que algo así dijiste... en fin, supongo que tendré que soportar la vida tal y cómo es... sigo pensando que los dioses son algo egoístas, hm... ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀Send. Enviado aquello, siguió intentando concentrarse y hacer algo productivo. Aaron:   Las respuestas eran rápidas, mas las suyas más tardías, Aaron rompió un cascarón de huevo y lo vertió sobre el sartén ya precalentado con aceite mientras el pan estaba tostándose, estaba preparando su desayuno. Una vez listo, llevo todo a la isla en su cocina y subió al banco, tomó su celular nuevamente y abrió el chat. [SMS to Lim Nana] Sí, los Dioses son egoístas, se preocupan por si mismos antes que el sufrimiento de uno, porque tampoco somos humanos, claro. - Aquel comentario le dejo un mal sabor de boca, tristemente el tampoco había elegido ser la reencarnación de un Dios y tener que servirle como esclavo por lo que le quedaba en esa vida. Nana:  Por alguna razón, ese mensaje que recibió de él la hizo senti mal, quizás lo estaba juzgando demasiado... pero vamos, era un puto Dios, ¿Acaso no era eso algo increíble? No se suponía que los dioses vivieran entre los humanos... ¿Verdad? No hizo caso a su teléfono el resto del día, no tenía ganas de comenzar a discutir con él nuevamente, mucho menos por mensaje, prefirió esperar y pensar un poco más allá de la información que manejaba. Si él tenía un teléfono celular y vestía ropa normal, era lo más probable que viviese en la Tierra, pero entonces, ¿También tendría una vida normal? Con semejantes poderes, él debería poder hacer lo que quiera, o al menos eso pensaba Nana. Durante la noche decidió responderle lo más sútil que pudo, a veces podía ser una persona algo cruel y no se daba cuenta de ello. ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ✉SMS to: God Aaron. ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀Claramente un dios no debería ser humano, ¿O me equivoco? Dime... ¿Por qué pareces una persona común y corriente? ¿No deberías vivir en los cielos o algo así? ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀Send. Esperaba no haber sonado mla de nuevo, no era su intención juzgar sin conocer, pero insistía en que tenía razones.Like · Reply · Commented on by 김석진 · 1dLike · Reply · Message · 1dLike · Reply · Commented on by 김석진 · 19h
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abitofyourtime · 5 years ago
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  ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ 𝘁𝗶𝗺𝗶𝗻𝗴 ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ 타이밍 ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀¹ ᵈᵉ ʲᵘᶰᶤᵒ ᵈᵉˡ ²⁰²⁰ Era la medianoche, una extraña sensación invadió el cuerpo del inglés. No era con exactitud un sentimiento malo, pero si provocaba una extraña inquietud en su pecho. El día había transcurrido ordinariamente y raro era que él Dios del Tiempo se despertara en la mitad de su sueño. Aaron, al ser la reencarnación de Crono, supervisaba el cosmos y el orden del universo; una pequeña alteración de estos podría causar un evento catastrófico. Aquella noche en particular, un pequeño dolor invadió su nuca. Se intensificaba al pasar de los minutos. Enfadado por el disturbio que la molestía causaba, Aaron aventó las sábanas y se dirigió al baño, buscando entre el botiquín de medicinas una que calmará el dolor. Escrudiño enfadado al notar que no tenía nada, estampó el cajón del lavabo y regresó a la cama. Dio una, dos y tres vueltas. No podía conciliar el sueño en medio de una noche calurosa. Más en algún momento de la noche, pudo conciliarlo, y sus sueños lo llevaron a un lugar familiar: el Olimpo. En la forma de un sueño astral, Hilfiger se sumergió tan profundamente que podía controlarse a si mismo en este, pero, ¿porqué el Olimpo? Subió las escaleras doradas, parecían interminables. Incontables pasos, incontables escalones e incontables segundos pasaron hasta que llegó a la entrada. Había una gran fuente en medio, el inglés se acercó para ver su reflejo, ¿por qué su imagen no le parecía familiar? —¿Crono? Aaron se giro inmediatamente, no era él, había tomado la forma del Dios griego, estaba vestido con una túnica de satín azul y su barba, no muy bien cuidada, llegaba a la mitad de su abdomen. Sintió ganas de gritar, ¿qué es lo que estaba pasando? La voz que lo había llamado se acercó a pasos apresurados por un pasillo que descendía al jardín del Olimpo. —¡Crono! ¡Has regresado! ¡Cuanto tiempo! Te tardaste demasiado para serlo... —Sonrió burlonamente Láquesis, rodeando el cuerpo del grandulón Dios. Unos instantes después llegaron las dos Moiras restantes: Cloto y Átropos. Aaron intentaba hablar, pero no podía, el Dios había tomado control de su alma. —¡Hermanas! ¡Cuanto tiempo! Pasaron demasiadas cosas con mi humano, ¿supieron del regreso de Berwynne? Afortunadamente mi humano fue lo suficientemente inteligente para matarlo. —Sí, sí, Tánatos nos contó todo. —Contestó Cloto, sostieniendo un particular hilo dorado en sus manos que fluctuaba entre dos colores. —Pero hay algo más importante. —Aseveró Láquesis. —Por esto te hemos llamado. —Cloto, la hermana mas chica, se acercó con el hilo en sus manos al Dios. —En algún futuro lejos del de tú humano, un científico logro construir una máquina del tiempo... —Explicó, la preocupación en su rostro dejaba en evidencia lo malo que era el asunto. —¡Y su hija irresponsable ha estado viajando por el tiempo! ¡Puede llegar a crear un desbalance! —Alarmada, Láquesis trajo su bola de cristal, la talló con sus manos y encima del reluciente vidrio apareció el rostro de una joven en sus veinte años, estaba en un parque, hablando con personas, al parecer una pareja... —No es el primer paradero que hace, y si sigue así pudiera arruinar el pasado. ¡No queremos que por las tonterías de una niña el orden del cosmos se llegue a alterar! Bastante tuvímos con Hades ya...—Átropos se bufo del Dios del Inframundo, y Crono intentaba procesar de una toda la información que se la había confíado en menos dos minutos. —Necesitamos que tú humano la encuentre y le advierta sobre lo que puede llegar a pasar. Aaron despertará con este hilo en mano, asegurate de llevarlo bien de regreso a la Tierra. —Láquesis se acercó, le dio el hilo dorado al Dios que no estaba mas que confundido y este extendió sus manos. —Tú humano sigue siendo débil, pero no lo culpo, requiere de mucha energía el poder controlar un poder tan grande. —Sugirió Láquesis con un semblante triste. — Es un buen muchacho, ¡eso es todo por ahora! —Clotó anuncíó, y de un momento a otro todo se volvió negro. Aaron sintió un ardor en la palma de su mano derecha, abrió los ojos aturdido por lo que acababa de pasar. ¿No había sido un sueño? Giro la parte superior de su cuerpo para prender la luz de noche sobre su mesita y abrió la palma de su mano. Tomó cada orilla del hilo entre las yemas de sus dedos, sorprendido por el brillo que emanaba. —Nana... ¿Con que ahora eres tú quien viene a alterar mi paz en la Tierra? —Cuestionó para si mismo, recordando el rostro de la mujer en su sueño. —Solo espero que no seas una mafiosa. —Se bufo de si mismo, en verdad no quería tener una experiencia como aquella nuevamente. Dejó el hilo encima de la mesa de noche y volvió a dormir. Al siguiente día, Aaron se preparo con todas las medidas necesarias para encontrar a la joven que se atrevía a jugar con el paradero del tiempo, vestía una camiseta y un pantalon de mezcilla. Inhaló profundamente, levantó su palma que poco a poco se fue aplanando sobre la superficie del espejo en su habitación. ¿Cuándo fue la última vez que se teletransporto? No era hora de hacerse preguntas. Volvío a respirar hondo, cerró los ojos, y con toda su energía, desafiando las barreras sensoriales del espacio-tiempo mientras llevaba el hilo dorado en mano, Aaron caminaba por un espacio blanco interminable. Había miles de portales que llevaban a distintos futuros, pero se dejó guiar por el color dorado que se volvía mas fuerte dependiendo hacia donde caminaba. El hilo comenzó a brillar con fuerza e inclusive arder cuando se dírigía a los portales que llevaban al pasado. Entreabrió los labios ligeramente, ladeó su rostro y se le quedó observando al hilo y después al portal. Ahí era. —¿1953? Aquí vamos. — Se adentró al portal y en un abrir de cerrar de ojos, Hilfiger se encontraba en un parque. Obviamente su vestimenta no era la más adecuada para la época. ¿Pero qué se le podía hacer? Había una ladrona del tiempo que encontrar. —Pequeña Nana... ¿Dónde estás? [...] #lmtlss97  Nana: Nana jamás se consideró a sí misma una persona culta, si bien tenía conocimientos sobre temas variados, no quería pecar de petulante o pretenciosa, prefería mantener un perfil bajo en ese sentido. Una de sus épocas favoritas para viajar, eran los años 50, había algo ahí que a ella le encantaba y la hacía sentir como en casa, como si fuese el lugar al que pertenecía. Adoraba pasar días, a veces meses enteros viviendo allí, no era difícil conseguirse un trabajo y juntar dinero, y siempre que la vida se pusiera difícil, podía volver a su departamente en el futuro y estar tranquila. Era una vida sencilla, sólo despalazándose y escribiendo lo que le contaban... una vida que cualquiera querría y ella tenía la suerte de tener. Llevaba aproximadamente cinco días en la época y todos los días se movía a un punto distinto de la ciudad, aún si le tomaba mediodía o más llegar hasta allí, poder moverse con esa libertad, ampliaba las posibilidades de recolectar nuevas historias, cada una igual de buena que la anterior. Aquel día la joven se había dirigido por primera vez al centro, aún sabiendo que allí encontraría muchas personas, no lo había querido hacer antes porque estaba guardando lo mejor para el final, y es que la ciudad ya se le había hecho pequeña. Se dedicó a pasear un buen rato, caminó y caminó entre las multitudes, pero nadie parecía lo suficientemente dispuesto a compartir su historia con una extraña, por lo que al reloj marcar las 1 en punto de la tarde, dió por terminada su misión, al menos por un rato, en lo que comía algo. Buscó con diligencia un lugar donde almorzar, uno en donde pudiera encontrar una opción vegetariana, algo no muy común en la época. Aaron: No podía delatarse tan fácilmente, seguro pensarían que era algún tipo de extranjero, por lo que su primer paso en mente fue ir al centro de un Corea muy diferente a lo que era Seúl en el 2020, cambió un poco de dinero al valor de la época y como era de esperarse, el señor de la casa de emepeño le miro muy extrañado, solo le hacía falta preguntarle de que planeta venía. Tomó un pantalón gris y un saco, sería lo suficiente para pasar desapercibido, y además tampoco podía durar mucho tiempo, ya que su stamina podía acabarse en algún punto de ese viaje en el espacio-tiempo. Entró a un baño y se cambio, simplemente colocando los artículos que había comprado por encima de la ropa que ya tenía puesta. Tanto viaje le había dado hambre, ¿venderían sushi por esta área? Pensó. Salió de la pequeña boutique y no muy lejos vió unas pequeñas carretas de comida, y aunque no había un tipo de comida de mar, si había pequeños platillos acompañados de kimchi con arroz blanco. Aaron sonrió, ya podía saborear aquel pequeño combo y sus ingredientes. Le parecía interesante ver el tipo de vestuario, más porque Inglaterra era muy diferente de lo que sus abuelos le platicaban sobre Seúl antes de la guerra entre las dos Coreas. En fín, luego se preocuparía por el pasado, su presente era encontrar a esta chica, pero antes que todo, comer. Se acercó al pequeño stand de comida, al lado había una joven que parecía indecisa, buscando sus opciones de comer, más no volteo a verle la cara con antención. —¿Usted tampoco sabe que comer? —Se atrevió a preguntar con una pequeña sonrisa en su rostro. Nana: Su mente divagaba entre las opciones frente a ella, su estómago gruñía con rabia al no recibir nada que calmara su apetito. Si había algo que no le gustaba de Corea, era que la gran mayoría de sus comidas contenían animales, y para ella comer un animal era lo más asqueroso que podía hacer. No era alguien que odiara a los demás por hacerlo, pero cuando se trataba de su cuerpo, no quería contaminarlo con algo así. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no escuchaba la bulla a su alrededor, por lo que ni siquiera se dió cuenta de la presencia que llegó a su lado, hasta que escuchó su voz. Giró su rostro con gran curiosidad, pocas veces alguien se le acercaba con tanta confianza. Llevaba puesto un vestido que simulaba ser un hanbok, pero era mucho menos elegante y llamativo. Tenía una caída simple y era de color café, haciéndola pasar por una clase media-baja; mientras más desapercibida, mejor. — No como animales... — Se le hacía difícil hablar sobre su vegetarianismo en la época, las personas no solían entenderlo y la veían como bicho raro cada vez que hablaba del tema, por eso se había acostumbrado a evitarlo lo que más pudiera, sin embargo, el chico, tan solo un poco más alto que ella, la había atrapado. Aaron Aaron era un chico despistado por naturaleza, a veces no se daba cuenta de los pequeños detalles y entre ellos se envolvía el decir cosas que no debía decir en una Corea de 1953. Su mirada aún se mantenía al frente, leyendo las letras hangul que describían los distintos combos de kimchi y arroz. Los términos ¨vegetariano¨ o ¨vegano¨ se volvieron mas populares hasta el siglo XXI. —¿Es usted vegetariana?— Inquirió curioso al escuchar eso, pues aunque no dudaba que había gente vegetariana en esos tiempos, no era muy popular, ya que la pobreza abundaba y mucha gente se preocupaba por salir adelante mas que nada. Sin embargo... ¡Esos términos no existían como tal en esos tiempos! Una mueca de sorpresa se dibujo en su rostro, recoconoció que la había regado y podría ser que la muchacha a su lado pensará que era un extraño. Negó, sacudiendo su rostro ligeramente y metió sus manos a los bolsillos del saco. —Mire... —Apuntó al menú, donde más escondidos se encontraban los combos que el estaba mirando, sin productos animales. —Ahí estan los combos de kimchi con arroz blanco... Y hay uno exclusivamente con verduras, ¿no le parece una buena opción?— Comentó, sin ladear mucho su rostro, de por si ya había asustado a la joven, tal vez. —Yo sí como de todo, la verdad. — Dicho y hecho, Hilfiger sacó su billetera, le pidió al dueño del stand que le diera un combo de kimchi acompañado de carnitas y una botella de agua. Nana: Se había descubierto solo. Ella no era una adivina ni mucho menos podía leer mentes, pero vaya que era observadora y guardaba en su mente cualquier detalle que considerase importante. "Vegetariano" no era una palabra de uso común en el mundo, mucho menos en Corea, ni pensar de alguien que lo aceptara tan fácil sin un ápice de burla. Ese chico tenía algo raro, ya su vibra inicial se lo había dicho y ahora aquel pequeño error... Si ella viajaba en el tiempo, ¿Sería posible que otras personas también lo hicieran? Decidió hacer como si no hubiera dicho nada raro, fingir. Quizás hasta dónde la llevaría eso, ¿Sería acaso una nueva aventura lo que sus sentidos detectaban? — Gracias.— Respondió con suavidad, las mujeres solían ser sumisas a los hombres en una época y país así, y a pesar de que Nana venía de un mundo mucho más evolucionado, debía pasar desapercibida.— Ahjussi... quiero ese combo, por favor.— Pidió al vendedor precisamente la opción que el hombre a su lado había propuesto. Al recibirla, pagó e hizo una reverencia al adulto mayor que los atendía. Luego miró a un lado de reojo y decidió jugarle una pequeña broma al desconocido. Al darse vuelta, dispuesta a marcharse, afirmó su cabeza con su mano libre y fingió casi caerse al suelo, mas se mantuvo en pie.— Ah, estos mareos me van a matar... — Dijo con la voz lo suficientemente alta como para ser oída por él. Aaron: Aaron volteó a ver a la joven que se encontraba de perfil, asintió y sonrió suavemente, le alegraba poder haber ayudado a la mujer. ¨Aquí tiene su combo.¨ Fueron las palabras del señor al dejar el paquete sobre la superficie, él pelinegro hizo una reverencia y agradeció. Sus tripas le exigían comer. Ya saboreaba ese delicioso combo de verduras y arroz. Dio una media vuelta, listo para ir a buscar asiento en las pequeñas mesas de madera a la mitad de la plaza. Iba a dar el primer paso para retirse hasta que escucho una voz femenina quejándose de algunos mareos. Roto sobre sus talones, dejando espacio entre ellos. Observo preocupado hacia la dirección de los comentarios. Era la mujer de hace unos minutos. No sabía precisamente que hacer, pero tampoco quería saber que podía pasar. Gracias a sus saltos en el tiempo el sabía lo feo que se sentíanr los mareos. Por lo tanto, guardo los objetos en sus manos adentro del sacó (a pesar de que sobresalían un poco al ser grandes) y se acercó a pasos lentos, sin querer asustar a la joven. —Oh... Disculpe, ¿le gustaría que le acompañé hasta una mesa para poder sentarse? Lamento intervenir así. —Preguntó amablemente. Nana: — ¡Caíste! — Exclamó riendo y volviendo a su estado normal, dejando inmediatanamente de fingir aquel malestar, sin embargo, se arrepintió al instante de decir aquello. Ser tan enérgica le había traído ya más de un problema en la Corea antigua, probablemente el hombre se sentiría con la autoridad para regañarla y ella tendría que aguantarlo. La próxima vez lo pensaría mejor antes de pensar en hacerle bromas a extraños. No supo qué hacer después de semejante estupidez, sintió su rostro colorearse de rojo y su corazón comenzó a latir más rápido de lo normal, nerviosa.— Ay, dios... lo siento.— Se disculpó con el mismo tono bajo que había empleado en primera instancia, avergonzada de sí misma. Aaron: Frunció el ceño, confundido, no supo que hacer con sus manos que había dejado estirado por si la mujer se caía. Así que solo las convirtió en puños que se escondieron en los bolsillos de ese saco. No estaba molesto, más bien no había entendido la broma, hasta un minuto después fue que un ¨¡Ohhh!¨ salió de sus labios y estiro sus comisuras. Al ser una persona risueña por naturaleza, sacó sus manos del saco y aplaudio mientras una pequeña carcajada escapaba de sus labios. Toda la gente aquí era seria, ya era hora de conocer a alguien mas alegre. —No pasa nada, me alegra encontrar a alguien que no sea tan cara dura. —Confesó, aquella dama parecía ser agradable. —En ese caso, creo que no necesita mi ayuda. —Aaron hizo una reverencia, le gustaría continuar aquella charla, pero tenía hambre y en verdad quería comer. Se iba a dar la media vuelta, pero una idea vino a su mente. Giro su rostro hacia la joven, que de todos modos había pedido un combo para comer. —¿Va a comer aquí? Nana: El alivio fue absoluto para ella cuando vió que él lo había tomado todo con humor, además, había comprobado su teoría, tenía algo raro. Un coreano normal habría reaccionado de forma distinta, sin embargo, habían muchas opciones para barajar en su mente y su estómago gruñendo no era precisamente el mejor aliado en ese momento. Realizó una venia imitando al castaño y se dispuso a marcharse, hasta que escuchó las palabras ajenas, que interrumpieron su caminar. — Mnh... no... de hecho planeaba ir al parque y sentarme en el césped.— Respondió tan ingenua como siempre. Sin bien ya era una mujer adulta y sabía que no debía confiarse de cualquier extraño, no podía evitar que ese lado suyo tan confianzudo saliera a flote en situaciones pintorescas como aquella.— ¿Quieres venir conmigo? — Le invitó aún sin pensar las consecuencias de sus actos. El chico podría haber sido cualquier cosa y a ella parecía no importarle nada. Se quedó mirándolo por unos segundos, esperando una respuesta y rogando por que fuese rápido; su estómago terminaría comiéndola a ella. Aaron: Entreabrió los labios, dejando escapar otro “Oooh” de ellos, asintió gustoso al recibir una respuesta positiva de aquella joven cuya simpleza le estaba agradando entre toda la gente cuya actitud era más sería y dura, por decirlo de una manera. Se olvido por un momento de la época y también un poco de su misión ahí, a pesar del pequeño ardor que comenzó a provocar el hilo dorado en el bolsillo de su pantalón. —Claro, estómago lleno, corazón feliz y mente contenta, ¿mejor si son dos verdad?—Risueño medio sonrió mientras caminaba para acercarse al lado de la dama. Tal vez su confianza podría ser un poco sorprendente para cualquier, más esto era diferente y le agradaba. Su inocencia también podía ser su ingenuidad. Caminó hasta el césped donde se sentó, dejo la botella del suelo sobre el camino de cemento al lado y arrancó el plástico de su combo, inmediatamente el aroma a verduras asadas con carnitas y arroz blanco inundó sus fosas nasales, estaba listo para comer, solo quedaba esperar a la joven que acababa de conocer. Nana: Sonrió satisfecha al ser aceptada su invitación y sin perder tiempo, caminó con él hasta el lugar de destino. Era la primera vez de Nana viendo aquel lugar en la época y había quedado simplemente maravillada. El verde y la cantidad de árboles no eran ninguna broma, realmente era algo bello y especial, se mantenía intacto incluso en 2020. — ¿Cuál es tu nombre? — Cuestionó curiosa como siempre mientras se sentaba a un lado de él, sacando de la bolsa el plástico que contenía su almuerzo de verdura salteada y arroz junto con los palillos. El olor le entró directo por su nariz haciendo rugir nuevamente a su estómago, haciéndola avergonzar levemente, a lo cual rió como reacción natural cuando algo así le sucedía.— Lo siento... el hambre.— Comentó llevando al fin el primer bocado de verduras a su boca, el cual sopló un poco debido a lo caliente que estaba. Aaron: Abrió el empaque de los palillos de madera, su textura ers extraña, pues ya se había acostumbrado a usar los de metal, sin más que esperar, tomó en una mano la cajita y la levantó hasta la altura de su cuello mientras que con su mano libre, tomó con los palillos un trozo de pollo y lo llevo a su boca, masticándolo lentamente. Notó el sonido proveniente del estómago adverso, a lo que solamente sonrió divertido y negó.—No te preocupes, a todos nos ha pasado en algún punto. —Explicó una vez que termino de pasar su bocado, destapó la botella de agua y tomó un trago. Abultó sus labios a un lado, sopesó su pregunta por unos instantes y contestó. — Kim Min-Jun, ¿y él tuyo? ¿Un hombre británico en Corea? ¡Jamás! Solo había mentido un poco, esa era la traducción coreana de su nombre, volviendo a sus sentidos, recordando que tenía que tener mas cuidado. Ahora tomo un pedazo de carne y lo comenzó a masticar. Nana:  Tragó el bocado luego de soplarlo mientras escuchaba al chico hablar. — ¿Min Jun? Suena bien, me gusta, aunque no tienes cara de llamarte así.— Comentó desenfadadamente. Se llevó otra porción de comida a la boca y así aprovechó de hacer algo de tiempo. La ventaja de que en el pasado nadie la conociera, era la de poder cambiar de nombre a su antojo y llamarse como quisiera, sin embargo, él se veía casi de su edad y probablemente no viviría para escuchar hablar de ella, y es que el futuro, ella era una "novelista" ganando cada vez más fama, si tan sólo supieran que cada historia había sido muy real... — Soy Nana... Lim Nana.— Respondió con confianza absoluta, sin temor alguno a alterar aunque fuese un poco lo que estaba por venir, bebiendo tranquilamente del agua que traía en su bolsito personal.
Aaron: —Tengo una cara que se acomoda al gusto de la persona. — Bromeó, siendo un poco modesto entre sus risas, llevó una porción a sus labios y comenzó a masticar, el silencio reino por unos instantes, más intercambiaba su atención entre la comida y la mujer a su lado. Pasaba su bocado, pero este pequeño trozo de arroz se atoro en su garganta el escuchar el nombre adverso. ¡Era la joven que estaba buscando! ¡Que ciego habías sido Aaron! Rápidamente dejo el paquete de comida a un lado y empezó a darse pequeños golpes en el pecho, su rostro se puso rojo por la repentina contracción y bebió un poco de agua. Había sido tan ciego. —Perdón, se me fue un trozo de arroz por otro lado y me pico la garganta. —Medio sonrió, ahora fijándose claramente en el rostro de la mujer, quien sin duda era igual a la imagen de sus sueños. Sin más rodeos, cuestionó. —Realmente pareces muy juvenil para este año, ¿no crees? Creo que somos jóvenes almas. —Disfrazo su pregunta. Aaron:  — ¡Jajaja! ¿Estás bien? — Cuestionó la castaña, visiblemente preocupada pero mucho más entretenida por aquel espectáculo. El rostro ajeno se había puesto rojo de tanto toser, lo cual también le causó curiosidad puesto que fue justo después de decir su nombre, era como si le hubiera dicho "mi nombre es Bond... James Bond". Las palabras del contrario hicieron ruido en su cabeza, y la risa que había dejado oír momentos atrás, se desvaneció de un momento a otro. "Para este año", ¿Serían acaso sus sospechas correctas? No... aquello era imposible, pero no quería quedarse a averiguar qué o quién era ese chico ni mucho menos que quería de ella. Sabía que hablar con desconocidos era mala idea, ¿Por qué no podía sólo hacer caso a su instinto? Cerró la caja de plástico y guardó todo en la bolsa, para luego levantarse del césped mientras hablaba. — Sí... Disculpa, tengo que irme, olvidé que tengo un compromiso con mi madre. Que tengas buena tarde.— Dicho aquello, comenzó a caminar lejos de él con firmeza y algo de prisa, mas sin correr, no quería que él supiera que se había dado cuenta de que algo andaba mal. Aaron: La reacción de Nana fue lo último que necesito para confirmar su sospecha repentina. Ladeo su rostro al notar su nerviosismo, pero no dejaría que se fuera a otro lado, no sin saber que hacía esta persona en particular, jugando tan fácilmente con algo tan delicado como el tiempo. —¡Espera!—Gritó, se levantó del suelo, ya ni siquiera acordándose de la comida que estaba dejando atras. Dio pasos largos y rápidos, tomó a la mujer de la muñeca antes de que se alejará y dijo alarmado. —¿Cuál es tú propósito, viajera del tiempo?— Susurró muy en voz baja, estaban atrapando la atención de la gente en el centro. —Actúa normal, que me vas a contar todo. —Demandó Aaron, esta vez bajando su mano de la muñeca, la seriedad en sus ojos denotaban la gravedad del asunto. Entrelazó su mano con la adversa y en abrir y cerrar de ojos, hizo que ambos se teletransportaran a un bosque, no muy lejos de la capital. Nana:  — ¡Me lastimas! — Mintió. Sólo quería que la soltara para poder huir lo más rápido posible, sin embargo, todo sucedió muy rápido antes sus ojos, ni siquiera tuvo tiempo de protestar ante las palabras ajenas. ¿Cómo podía saber lo que era ella? Pero aún más sorprendente, ¿También tenía algún artefacto para controlar el tiempo? O cómo es que había hecho para llevarlos al lugar en el que ahora se encontraban. Un bosque frondoso y silencioso, en el que no se veía absolutamente nadie alrededor, ni siquiera se oían los animales. — ¿Quién eres tú? — Cuestionó. Esta vez no podía ocultar su curiosidad ni su miedo. Estaba sola en quién sabe dónde y con un chico que ni siquiera conocía, y para hacerlo todo peor, que de alguna forma sabía su secreto. No podía alejarse de él puesto que la tenía sujeta de su mano, pero al menos podía intentar buscar su reloj en los bolsillos de su bolso. Necesitaba escapar a como de lugar. Aaron:  —Primero me dirás porque viajas en el tiempo. —Ordenó, Aaron no era el tipo de persona que se mostraba prepotente ni buscaba causar miedo, pero bastantes eran las ocasiones que tuvo que lidiar con malas intenciones y prefería tener su reserva antes de cualquier cosa. —No me mientas, que voy a saber si lo haces. — Con su mano libre, Aaron buscó el hilo otorgado por las Moiras, cual brillaba con fuerza entre colores como el dorado y negro al estar próximo a su dueña. Lo puso frente al rostro de Nana, sosteniendo una punta entre las yemas de sus dedos y dejando el resto colgar. —¿Qué es lo que piensas hacer alterando el cosmos? Nana:  — ¿Alterando el cosmos? No tengo idea de qué estás hablando.— Negó observando aquel hilo que él le mostraba, cautivaba toda su atención al verlo brillar con tanta intensidad, mas no debía dejarse llevar por eso, tenía que encontrar pronto aquel maldito reloj y que la enviase muy lejos de allí. Nana no estaba acostumbrada a que le hablaran de forma tan dura o le exigieran cosas, ni siquiera sus padres habían sido así con ella y no entendía por qué este extraño se comportaba de esa forma, ni mucho menos su mirada... como si ella fuese un peligro, lo cual claramente no tenía sentido, ella era más buena y tranquila que un bebé, nunca había buscado hacer daño a nadie. — Si me sueltas... te diré todo.— Se decidió. Dejó de lado su tarea de buscar el reloj y lo miró de frente. No tenía nada que ocultar, no era una mala persona y podía demostrarlo a cualquiera, incluso a él. Aaron:  Sopesó sobre aquella respuesta, tiro su labio a la izquierda, pensativo en si debería confiar en las palabras adversas. Arqueó una de sus cejas y suspiro, soltó despació la mano ajena, mirándole fijamente a los ojos mientras lo hacía. Bajó el hilo de igual manera y lo volvió a meter en su bolsillo. —No intentes escapar, igual te voy a encontrar. —Pronunció secamente, aún no sabia como Nana viajaba en el tiempo, pero ni un artefacto era mas poderoso que manejar el mismo don del tiempo al ser Crono. Nana: — Fue mi padre...— Comenzó a hablar al verse liberada al fin. Acariciando con suavidad su mejilla, no por dolor, sino como una forma de calmarse a sí misma. mantuvo la mirada ajena, su mente insistía en que no tenía nada que ocultar. — Él es un científico en 2020 y creó un reloj... yo lo tomé y lo he estado usando desde entonces, pero no hago nada malo, sólo voy por allí buscando gente para que me cuenten historias... de amor. Soy una escritora que está haciendo su fama en el futuro y encontrar personas interesantes es lo que me ha dado esa reputación que estoy creando... — Soltó todo sin detenerse a pensarlo, no le veía lo malo a sus acciones, no molestaba a nadie, y al menos ella no se había percatado de ninguna alteración futura debido a sus viajes constantes. Aaron: —¿Solo recolectas historias de amor?—Cuestionó sorprendido, ¿tanto caos de las Moiras por algo tan sencillo?—Oh...—Exclamó sorprendido, bajando la guardia y hasta dejando escapar una pequeña risa. Antes se había topado con mafiosos e inclusive con brujas que buscaban hacer trabajos sucios, pero jamás un tipo de ¨trabajo¨ como este. Poso ambas de sus manos en su cintura, giro su cuelloy levantó la punta del pie, sopesando que era lo que diría ahora. —Aunque no sea malo... Puedes cambiar cosas del futuro, Nana. —Aclaro, ¿qué le diría a una chica cuyas intenciones ni siquiera eran malas? Sin embargo, algo mas que lo había sorprendido, era el hecho de que ahora si existía una máquina del tiempo. —¿Cómo invento tú padre la máquina? ¡Que asombroso!—Preguntó curioso y emocionado, ya se había olvidado de cualquier tensión anterior. Nana:  El cambio de actitud tan repentino del contrario la dejó tan confundida que incluso se mareó por un momento, no entendía que estaba pasando.— Yo... no lo sé, él es el genio lógico, yo sólo soy su hija.— No supo qué más decir, lamentablemente, no podía contar una historia fantástica, ella no sabía de ciencia, ni de física, no tenía idea de qué era lo que había hecho su padre para crear algo tan poderoso. — ¿Ya me puedes decir quién eres? Eres tan raro... — Las últimas tres palabras las dijo casi en un susurro, no sabía cómo podía reaccionar él ante algo así y no quería provocar la ira de un desconocido que notoriamente tenía más poder y fuerza del que ella jamás tendría. Aaron:  Arqueó su ceja al escuchar las últimas tres palabras y sonrío discretamente burlón. Definitivamente viajar en el tiempo coleccionando historias de amor tampoco era algo que se veía todos los días. Llevo su palma al cuello propio y ladeo su cuello, sopesando su respuesta.  —Bueno, tampoco es que viajar en el tiempo sea normal, en ese caso eres rara también. — Añadió Aaron tras una pequeña risa al terminar su oración. No podía soltar toda su información de una y menos a una desconocida. Aunque el aura de Nana no era maliciosa. —Dígamos que soy un tipo de guardián del tiempo. Me aseguro de que los malos no hagan cosas malas. —Comentó con ambiguedad, bajo la mano de su cuello y la metió en una de sus bolsillos. —¿Cómo viajas en el tiempo? ¿De que año vienes?—Cuestionó. Nana: Ver al contrario relajar su postura, le hizo imitarle y tranquilizarse. Sin embargo, aún no lograba entender del todo lo que él le decía, aún se sentía confundida y no lograba unir las ideas que él le planteaba, ¿Cómo podía existir tal cosa como un "guardián del tiempo"? Incluso le sonaba a mentira, quizás quería engañarla para quitarle su reloj, y eso era algo que aunque le costara la vida no iba a permitir. — Ya dije lo que querías saber, te acabo de decir que vengo de 2020 y que uso el reloj, ¿Por qué me preguntas tanto? ¿Quieres quitármelo? Te advierto que soy una experta en combate cuerpo a cuerpo.— Dijo en tono amenazante. Obviamente estaba mintiendo, pero eso él no podía saberlo, ¿Verdad? Además necesitaba espantarlo para salir invicta de aquel encuentro. Aaron:  —No usaré violencia contra ti, y solo quería confirmar lo que dijiste primero. —Aclaró él mayor. Si la respuesta de la adversa no cambio dos veces, entonces tal vez si estaba diciendo la verdad. Rió tras su última frase. —Tampoco quiero quitarte tú reloj, Nana, no lo necesito para viajar en el tiempo. —Aseveró, esta vez soltando un suspiro. —Pero no vine a buscarte por el reloj, vine a darte una llamada de atención.— Metió su mano a su bolsillo, sacando el hilo nuevamente, tomándolo de su orilla nuevamente. —¿Ves esto? Este es tú hilo de vida. Si tú viajas en el tiempo, existe la posibilidad de que alteres cosas del futuro. —Se explicó primero, extendiendo su mano para que la impropia pudiera tomarle un mejor vistazo al hilo. —Cosas tan pequeñas como el hablar con una persona pueden cambiar un orden gigante de la historia, Nana. Nana:  Algo raro había con él, incluso llegó a preguntarse si estaría loco, pero... ¿No pensarían lo mismo de ella si contáse todo lo que había estado haciendo gracias al reloj? En el fondo, quizás se parecían, sobretodo en no ser partidarios de la violencia, aún si ella usaba sus palabras para engañar y ahuyentar lo que consideraba peligroso para su integridad. Su naturaleza curiosa la llevó a tomar el hilo entre sus manos. Brillaba con una intensidad nueva ante sus ojos, los cuáles le miraban maravillado, ¿Realmente podían existir cosas así de fantásticas en el mundo? — Si estás hablando conmigo ahora, ¿Eso no cambiará nuestro futuro también? Pero... si papá pudo inventar algo así y funcionó... ¿Existe tal cosa como el destino? — Cuestionó dirigiendo su vista hacia los ojos ajenos, claramente interesada en el tema y dejando de lado cualquier postura defensiva. Aaron:  La curiosidad resaltaba en las pupilas adversas y Aaron no la culpaba, era cierto que la realidad a veces superaba a la ficción, y no siempre de la manera lógica. Ladeo su rostro un poco a la derecha, relamió sus labios, pensando en como contestar aquella pregunta. —No exactamente, porque tú y yo ya venimos de un futuro. Ambos hemos presenciado el mundo presente, mientras que la mayoría de las personas que nos rodean ahora ni siquiera imaginan un mundo como el nuestro, lo que es realidad para nosotros, para otros individuos es ficción. Y era verdad. En sí el tiempo es tan misterioso, que da miedo, y mas porque no es una ciencia cierta; no sé sabe que pasará el día de mañana, o de aquí a un año. —El destino es como creer en un Dios. ¿Tú crees que existe? —Cuestionó, sonriendo enigmáticamente tras su pregunta, se cruzo de brazos y recargó su peso en la pierna derecha. Nana:  — Pero, a ver... — Si bien le interesaba bastante lo que estaba oyendo, no podía evitar seguir sintiendo confusión, y es que cuando creía al fin estar entendiendo todo, él decía algo que le generaba aún más dudas, y por supuesto, no planeaba quedarse con el pendiente.— Dices que nuestro futuro no se verá alterado por este encuentro, ¿Verdad? Sin embargo, yo creo que sí, porque ahora sé cosas que antes no, cosas que voy a querer seguir descubriendo y probablemente me vuelva una investigadora sobre este tema, la gente podría tacharme de loca, pero yo siempre sabré que esto en realidad pasó, mi vida en adelante podría cambiar para bien o para mal, e incluso la tuya, porque podrías irte ahora y dejarme como me encontraste, yo podría hacer un mal movimiento y destruir el presente, entonces tú cargarías con la culpa... ah, pero si me mataras ahora o me quitaras el reloj para evitar eso, también vivirás con la culpa de haberle arruinado la vida a alguien inocente.— Nana siempre hablaba de más, incluso puede ser que hasta le hubiera dado ideas que él no hubiese considerado antes, pero necesitaba plantear sus inquietudes y que estas fueran resueltas. De repente, una idea brillante atravesó por su cabeza, algo que haría que todas las posibilidades anteriores fueran anuladas si él aceptaba.— Sin embargo... si me tomaras como aprendiz... podríamos ambos evitar todo eso... y además, ya que me lo preguntas, probablemente exista un Dios, y en ese caso, también el destino, de no ser así, todo lo que pasó, lo que está pasando y lo que pasará, simplemente no existiría...— Sentía como si su cerebro estuviera a punto de estallar después de tanta información, aún más con la que ella misma estaba descubriendo al hablar, puesto que como siempre, su boca era más rápida que su pensamiento. Aaron:  —Sí tal es el caso puedo borrarte la memoria. —Comentó en un tono burlon, rascándose su nuca seguidamente. Tampoco era bueno que los seres humanos supieran más de lo que debían, si tal está chica no parecía una amenaza, era mejor ser precavido, no era la primera en mostrarse amable para después apuñalarlo por la espalda. —¿Aprendiz?—Sorprendido cuestionó, eso nunca se había cruzado por su mente, pero era algo definitivamente riesgoso.—No lo creo.— Izoró, encogiendo los hombros. Sonaba demasiado loco para ser verdad, y como no lo era, no iba a pasar. —Creo que es hora de que ya me vaya.— Masculló, queriendo tomar el hilo de nuevo. Nana:  La negativa ajena fue por supuesto como un golpe en el estómago, ¿Qué había de malo en ella como para no tomarla bajo su cargo? Ya era una mujer adulta, tampoco es que no entendiera los peligros de manejar el tiempo ni mucho menos. Frunció el ceño y se cruzó de brazos dejando notar su malestar. La rechazaba y encima quería irse después de aquel sermón, claro que no iba a permitirlo. — Déjame recapitular: primero, te acercas a mí con excesiva confianza, luego me secuestras a plena luz del día, porque déjame decirte que esto es un secuestro, luego me das un sermón que obviamente ya entendí, no soy ninguna niña boba, sabes que voy a seguir viajando como se me antoje ¿Y aún así quieres irte y ya? ¿Dejándome sola con todos estos conocimientos? De verdad necesitas replantear tu plan. No soy una mala persona, joder, que sólo soy una humana cualquiera, ¿No podrías sólo darme una oportunidad? — Al final de su discurso se dejó dominar por la emoción, se sintió desesperada, no quería perder una oportunidad como aquella. Aaron: Estaba dándose la media vuelta, apunto de marcharse, pero se detuvo al escuchar las palabras ajenas. Aaron suspiró, y roto sobre sus pies para volver a mirarla frente a frente. —Lim Nana, una mafiosa sobrenatural me amenazó con matar a mi familia, he lidiado con zombies y hasta me han querido matar brujas, ¿enserio crees que ayudaría a alguien que acabo de conocer hace menos de una hora? ¿Tú lo harías?— Su voz se alzó levemente y golpeaba al final de cada palabra, más no lo hacía amenazante, solo quería explicarle. —El tiempo no es un juego y lo mío tampoco es algo que puedo enseñar Nana, ¡soy un maldito Dios del Tiempo!— exclamó, dándose cuenta del tremendo pedazo de información que había revelado al final. Se dejó llevar por las emociones. Se llevó su palma a su boca, arrepintiéndose de lo que había dicho. Nana:  — ¡AJÁ! ¡Sí existen los dioses! Entonces también existe el destino, jodeeer, no puedo creerlo, toda mi vida para llegar a este punto...— El nuevo dato adquirido le hizo casi explotar de emoción. Sus pies comenzaron a moverse solos de un lado a otro, haciéndola caminar en círculos, feliz y extasiada de saber aquello, podía sentir la sangre en sus venas y cómo todo el mundo cobraba un nuevo sentido para ella, ni siquiera recoraba ya lo que él dijo antes de eso, ahora en su mente sólo rebotaban las palabras "Dios del tiempo". Definitivamente no podía dejar pasar algo así. — Vale, no lo puede enseñar, pero al menos podría saber más y aprender más del mundo, ¿Para qué más quiero vivir? Sí, eso debe ser, el destino me trajo hasta aquí...— Toda palabra que salió de su boca estaba dirigida a ella misma, estaba hablando sola otra vez, analizando las posibilidades.— ¿Será real? No, no... no se ve mala persona, ¿Los dioses tienen familias? ¿Y si me quiere engañar...? — Mil preguntas caminaban junto a ella en su mente, estaba casi en shock pero a aún más que eso, estaba embobada, maravillada completamente por aquel nuevo mundo. Aaron:  Mas que confundido ahora la miraba asustado, la mayoría de las personas se asustarían al saber que estaban con un Dios, arqueo su ceja. La seguía de izquierda a derecha con sus ojos, casi como un pendulo moviéndose de un lado a otro. —Nana, Nana... ¿Estas bien?— Cuestionó Aaron con miedo de interrumpir el gran descubrimiento de la escritora, más no pudo evitar formar una expresión de extrañeza en su rostro. Obvio que Aaron tenía familia y él tampoco era una mala persona. Suspiro, tampoco la podía dejar en medio de la nada, por lo que tomó aire y volvió a decir. —Ya sabes demasiado, puedes observar más no hablar con las personas de otros años, ¿comprendes? Nana:  Sus palabras la sacaron de inmediato de su ensimismamiento.— ¿A qué te refieres? — Cuestionó.— Es mi trabajo y la forma en que me gano la vida, ¿De qué crees que voy a vivir si no hablo con esa gente? — Se quejó caminando hacia él, quedando frente a frente, omitiendo cualquier espacio personal, el Dios, tan sólo unos centímetros más alto, le estaba pidiendo imposibles.— Ah, pero claro, ¿Qué vas a saber tú de pasar hambre? Ustedes abandonan a la humanidad como quieren ¿Y ahora crees tener el derecho de exigirme algo? Mientras hablaba, sus manos se movían casi con vida propia, no podía evitar que sus emociones la dominaran y sus ojos se volvieran cristalinos, obviamente el miedo se había apoderado de ella nuevamente. No hablar implicaba cero historias, lo mismo que decir cero libros y cero ventas, ¿Cómo se iba a mantener? Perdería su independencia y tendría que regresar a vivir con su padre y abuela.Chat Conversation EndType a message... Aaron:  —Pero bueno. —Comenzó a sentir un leve desagrado corriendo por sus venas, su mirada antes frívola se convirtió en un semblante serio y casi enfadado. —¡Te informó que yo no pedí ser un Dios! ¿Tú que sabes de como me gano la vida? ¡Soy un humano igual de normal que tú!— Exclamó, dando dos pasos atrás, sintiéndose invadido en su espacio personal. Suspiró y sopesó lo que diría después, aunque la chica no era mala, aún existía el riesgo de que llegara a alterar un mundo de cosas, por lo que pensó unos segundos. —Puede haber una manera...—Susurró, saco de su otro bolsillo el talismán obsequiado por la bruja blanca e inquirio. —Después de cada conversación, debes borrar la memoria de esa persona. Nana:  ¿Un humano? Qué va, si le acababa de decir que era un Dios, ¿Qué manera de contradecirse era esa? Un loco eso debía ser. No tuvo tiempo de defender sus palabras cuando él retrocedió y sacó aquel objeto de su bolsillo. Pudo escucharlo claramente debido a la poca distancia entre ellos; jamás permitiría que le hiciera algo así. Ahora fue ella quien retrocedió, tomando el reloj que había encontrado un rato atrás, sólo necesitaba mover una palanca y volvería a su época sana y salva, pero no se iría sin antes reprender la actitud ajena. — Eres definitivamente un Dios, un ser egoísta y despreciable, ¿Crees que puedes jugar con las mentes y las vidas de las personas a tu antojo? ¿Que puedes venir, contarme todo esto y luego sólo borrar mi memoria? Pues te equivocaste de chica.— Dicho aquello, movió la manilla lo más rápido que pudo dentro de su nerviosismo por que aquello acabase mal. Aaron:  Hilfiger inmediatamente extendió su brazo y levantó su mano, fijó su mirada rápidamente en el reloj y congeló su función, sus pupilas se comenzaron a tornar ligeramente azules; estaba haciendo uso de su “don” que terminó por ser una maldición. Dirigía la energía de las fibras sensoriales al interior del reloj, congelando exactamente el circuito que permitía el movimiento de la palanca. Una máquina del tiempo era nula ante alguien que manejaba el mismísimo poder, pero este jamás debía ser usado al beneficio de uno, o las cosas podían salir mal. —¿Acaso dije que te borraría la memoria? ¿Crees que me tomaría el tiempo de venir aquí por una humana que no me importa una mierda realmente nada más porque si? ¡Si vine aqui es porque puedes poner las vidas de otros en peligro y la tuya también! ¿Quieres eso Nana?—Había derramado la gota del vaso, Aaron alzó su voz, notablemente enfurecido. El pequeño reloj comenzó a temblar, un poco más y este podría desbaratarse. —Ponlo en tú bolsillo ahora.— Demandó. Nana: Quedó atónita y sin palabras al ver que su reloj no se movía en lo absoluto, y fue aún peor al escuchar los gritos y el tono de voz con que le hablaba, sólo una vez alguien se había atrevido a hablarle con tanta dureza y había sido su padre cuando regresó de su primer viaje en el tiempo. Aquello la hizo enfurecer también, ¿Quién demonios seguía creyéndose ese tipo? Nunca le haría caso, así pusiera su propia vida en peligro, la terquedad podía con ella. Lo miró fijamente, desafiante.— No.— Fue lo único que dijo, sin desviar la mirada, él había dicho que no usaría la violencia ni le borraría la memoria, así que pondría eso a su favor, sin importarle si todas las posibilidades estaban en su contra. Aaron:  Cerró su puño y de un pestañeó a otro este dejó forzosamente la mano de su dueña, viajando a la suya, inmediatamente Aaron tomó el pequeño reloj y lo metió adentro y abajo de la sudadera encima del saco. —Te dije por las buenas. —Aseveró, el pelinegro suspiró intentando relajar su semblante nuevamente. —Nana, cuando impides el camino de una mariposa al pisarla esta no llega a su destino, ¿cierto?— Cuestionó, intentando formar una analogía en su mente. —¿Qué crees que pasa cuándo detienes a un extraño en la calle para que te cuente algo? Alteras su camino y con el, su destino y yo no puedo permitir que hagas eso.— Volvió a decir pausadamente y mas calmado. —¿Tomas el talisman o lo dejas? La última vez que te lo preguntó. Nana:  Pensaba que ya nada la podía sorprender, pero entonces el reloj salió volando de su mano, ¿Acaso ahora era un mago también? Entendió a la perfección la analogía ajena, y en efecto, tenía razón, pero no quería admitirlo en voz alta. — ¿Qué pasa si lo tomo? ¿Olvidaré todo? — Cuestionó, puesto que era la única información que manejaba sobre aquel objeto, no era de extrañar que tuviera dudas y no confiara en el hombre que había hecho y dicho más cosas extrañas de las que había visto en toda su vida. Aaron:  —Dios...— Aaron contestó fastidiado, llevo su palma libre a su frente y suspiró. —Te dije que era para borrar la memoria de la persona con la que tuvieras una conversación Y NO LA TUYA. —Golpeó con su voz cada palabra notablemente enfadado, enfatizando las últimas cuatro palabras. Entre los gritos la adversa no había entendido a lo que se refería, y quedaba más que claro que su exasperación la llevó a entender cosas que no eran. —¿Ahora si me entendiste?— Musitó entre dientes, mirándola fijamente a los ojos. Nana:  Lo escuchó con atención, sintiendo como cada músculo en ella se relajaba, llevándola a reír estrepitosamente.— ¿ESO ERA? — Gritó muerta de risa. Todo ese tiempo había estado pensando cosas que no eran y claramente su error ya había puesto en evidencia lo torpe que podía llegar a ser, ¿Para qué seguir fingiendo que era muy ruda cuando eso era algo muy distante a la realidad? Tomó aire para calmar aquel de risa (que también era producto de los nervios), y cuando estuvo tranquila, habló. — Vale, lo siento mucho, te he entendido mal.— Al decir aquello hizo una reverencia de 90°, de manera que se notara lo apenada que estaba.— Qué vergüenza... Aaron:  Ahora él era la persona que le miraba extrañando, realmente era una persona impredecible y un poco eufórica. —Ya que...— Susurró, aliviado de que al fín se había detenido para escucharlo, volvió a extender el talismán para que la escritora lo tomara. —Ten. —Comentó más relajado; aun estaba serio tras esa pequeña discusión, pero por lo menos había entendido. —Confió en que sabrás usarlo. —Pausó. —No le digas a nadie de esto, ¿lo prometes? —Que alguien supiera de algo tan precioso como un viaje en el tiempo podría significar el fin de la humanidad. Nana:  Tomó el talismán en sus manos y lo observó durante unos momentos, comprobando que se veía bastante místico y bonito. Verlo a él más relajado también, le ayudaba a apaciguar y casi desaparecer sus nervios. Probablemente él seguía molesto con ella después del mal rato que le había hecho pasar, pero esperaba que pronto lo olvidara y pudieran platicar tranquilamente, justo como lo hicieron al conocerse en primera instancia. — Lo prometo, pero debes enseñarme a usar esta cosa.— Dijo moviendo el talismán de un lado a un lado de su rostro.— Además... aún no me devuelves mi reloj.— Le recordó mirando hacia el bolsillo en dónde él lo había guardado. No podía irse sin antes cumplir aquellas dos cosas que ella acababa de decir, mucho menos irse y dejarla sola en medio de la nada, sin tener idea de dónde estaba metida.   Aaron:  —¡Oh!— Exclamó, buscando en su bolsillo trasero el reloj, extendió su palma y se lo dio.—Tienes razón, ya casi se me olvida. —Aaron era sin duda bastante distraído por naturaleza, entreabrió los labios al escuchar todo su comentario. —El talismán es realmente fácil de usar.— Comentó, volviendo a tomar aquella piedra roja con parecido a un rubi y se giró hacia Nana. —Tienes que cerrar tus ojos y pensar en el nombre de la persona que le quieres borrar la memoria, algo como una Death Note. —Bromeó, intentando aliviar la pasada tensión en el ambiente, le devolvió el talismán y sonrió. Nana:  Recibió nuevamente el reloj en sus manos, sintiendo alivio de tenerlo de nuevo con ella, no podía perderlo otra vez, era un objeto demasiado valioso y no cualquiera entendería la gran responsabilidad que traía tener aquel poder. Rió levemente por el comentario ajeno, un Dios que vivía como humano y conocía de anime, en verdad era bastante raro, y a ella, en lo personal, le gustaba lo raro. — ¿Tiene que ser nombre y apellido o puede ser sólo su primer nombre? — Cuestionó, no quería volver a cometer otro error por malos entendidos, mucho menos si él ya no iba a estar ahí para aclarar su mente y ayudarla. Aaron:  —Puede ser solo el nombre. —Aclaró, tomo este entre ambas de sus manos y se paro derecho, cerró los ojos y pronunció. —La piedra al conectarse con tu mente, podra visualizar la apariencia física de la persona a la que le quieres borrar su memoria. Así. Cerró los ojos, Mingyu era el apellido del señor que los atendió y que, también había visto la graciosa (y rara) escena de ambos jóvenes desapareciendo de la nada en medio de un parque, visualizo su apariencia física y pidió su deseo. Abrió los ojos y la volvió a mirar, esta vez extendiéndole la piedra. —Acabo de borrar la memoria del señor que nos atendió en el puesto, ya que vió cosas que no debía ver exactamente. —Sonrió tras su ultima frase. —¿Porqué no lo intentas? Advierto que no funciona conmigo . Nana:  — ¡Jajaja! — Dejó salir una carcajada al escuchar las últimas palabras, ¿Podía leer mentes también? Precisamente con él lo iba a intentar, pues no se le ocurría nadie más, pero al parecer eso no iba a ser posible. — Veamos...— Dijo tras recibir de vuelta el talismán. Hizo exactamente lo mismo que el contrario, sin perder detalle alguno. Cerró los ojos y pidió que su padre olvidara que en algún momento había creado el reloj. Ciertamente eso era algo que había traído más de un problema en su familia.— ¿Cómo puedo saber que ya se cumplió? — Inquirió abriendo sus ojos y mirándolo con algo de inquietud, esperando no haberlo hecho mal. Aaron:  —El talismán se tornará azul y en el se reflejará el rostro de la persona en que pensaste, ¿fantástico cierto?— Ni siquiera él podía terminar con la fascinación que un don tan raro traía, ciertamente descubrió un mundo totalmente diferente. —No tiene mucha ciencia. —Encogió los hombros y se cruzó de brazos, al parecer su pequeña y menos complicada misión había llegado a su fin por el momento. —¿Te gustaría que te regrese al parque donde estábamos?— Preguntó amablemente antes de despedirse, ya que pronto lo haría seguramente. Nana:  Asintió ante la explicación ajena, formando una "o" con sus labios al dar por entendido el tema del talismán. Una extraña sensación de nostalgia la invadió cuando él ofreció devolverla a dónde estaba, claramente debía aceptar, ella no podía moverse por el espacio si no era tomando algún tipo de transporte, sin embargo, aún estaba sentida porque el más alto no había aceptado la idea de tomarla como aprendiz.— Sí, por favor... — Respondió sin mucho ánimo, guardando el reloj y el talismán en su bolso. Aaron:  —Espera... —Buscó entre su sacó su iPhone que al fín pudo sacar a la luz, lo desbloqueó y entró a la agenda de contactos. —Te daré mi número, por si llegas a necesitar ayuda. ¿Cuál es tú número? —Cuestionó Aaron, alzando la mirada y esperando una respuestas tras tal acto de confianza. —De ahí te voy a regresar al parque, Nana. —Sonrió tras su comentario, sin duda había sido un día fuera de lo normal e interesante, hace mucho no tenía una “aventura”, o por llamarle de alguna manera. Nana:  Sus ojos se abrieron mucho más de lo normal al ver que el joven frente a ella manejaba algo tan moderno como un teléfono celular, "¿No se supone que Dios vive en el cielo viéndolo todo?" Se cuestionó a sí misma, mas prefirió no hacer ningún comentario. Dictó su celular número por número y luego añadió.— Llámame para registrarte en mi agenda.— Mientras sacaba el móvil de su bolso, desbloqueando la pantalla y esperando por la llamada.— Supongo que el nombre que me diste, tampoco es real...— Sugirió alzando una ceja al volver la mirada hacia él, Dios no podía tener un nombre tan normal. Aaron:  Marco el símbolo de verde en la pantalla y en cuanto el teléfono adverso comenzó a vibrar colgo, con eso bastaba para que quedara registrado en su agenda. —Listo.— Afirmó. Una pequeña risa escapó de sus labios y asintió, realmente no sabía como explicar su doble nacionalidad. —Es mi nombre coreano, pero mi nombre verdadero es Aaron. —Explicaba, y realmente no era raro que personas asiáticas tuvieran dos nombres. —Soy tan normal como tú y otros, Nana Nana:  — Oh, bueno, si tú lo dices...— Decidió no hacer más preguntas sobre él, ahora que tenía su número, podría preguntarle más cosas cuando le diera la gana y sin tener que aguantar un regaño como el de hace rato. Guardó el nombre del chico en la agenda y luego guardó también también su teléfono.— Estoy lista para irnos.— Le recordó que tenía que llevarla de vuelta al centro de Seoul. Aaron:  —No lo olvido. —Sonrió, se acerco al lado de la joven y cruzó su brazo con el de ella, giro su rostro y suspiró. —Sostente bien, no quieres terminar en las Cruzadas. El pelinegro dibujó un pequeño círculo con su dedo índice, este se expandió en forma de un portal amplio u ondas de agua, era una luz brillante y en cada rincón había aún más que llevaban a otras décadas e incluso dimensiones, Aaron cubrió los ojos de Nana. —Confía en mi, hay cosas que no puedes ver porque pueden alterar tú propio futuro, saber más es perder. —Explicó. —¿Lista? Nana:  Nuevamente Aaron la maravillaba con sus habilidades y con el tipo de cosas que era capaz de crear tan sólo con sus manos, o en este caso, con un dedo. Se preguntaba si después de muerta ella podría hacer algo así de increíble y fantástico. Obviamente se iba a quejar cuando su vista fue cubierta de aquella forma, mas al escucharlo decidió callar, suponía que él sabía lo que hacía y no debía contradecirlo, al menos no hasta estar a salvo de vuelta en el parque.— Está bien...— Respondió con calma, sólo esperando. Aaron:  Asintió despacio, comenzó a guiar a la joven a un paso lento hasta el portal que los llevaría de regreso a 1953, no estaba muy lejos. Realmente el tiempo era una paradoja fascinante para muchos y es por eso que era mejor no saber demasiado de el. Pasaron menos de tres minutos, Aaron habló, removiendo su mano de los ojos de Nana. —Listo. —Frente a ellos estaba el portal al parque en el que justo se habían conocido no hace mucho tiempo, ¿o sí? El tiempo fluye diferente en cada lugar. La guió a salir del portal justo en medio de unos árboles donde no los pudieran ver. —Bueno, creo que es todo. Nana: Estaba ansiosa por volver pronto al lugar de dónde la habían sacado en contra de su voluntad, quería regresar pronto a su vida normal, y por alguna extraña razón, sentía que llevaba días hablando con él. Cuando al fin sus ojos pudieron mirar nuevamente hacia el frente, notó que estaban en el mismo parque que los "juntó" en primera instancia. "Creo que es todo" dijo él, y ella estaba de acuerdo pero aún le faltaba algo. Se volteó hacia el contrario y sin decir nada le dió un abrazo rápido, nada muy cariñoso puesto que aún le tenía algo de rencor por cómo la había regañado y gritado.— Gracias por no quitarme esto.— Dijo sonriendo, realmente le agradecía, esa era su forma de ganarse la vida y no podía perderla.— ¡Adiós! — Dicho aquello, se giró y comenzó a caminar sin rumbo fijo, aún era de día y tenía trabajo que hacer Aaron: Mentiría al decir que le soprendió el abrazo, no lo esperaba. Se tensó una fracción de segundo, mas reacciono´casi de inmediante al subir sus brazos a la altura de los hombros ajenos. Fue un abrazo fugaz, pero también de su agrado. —¡No es de que! —Entusiasta comentó al ver a la figura ajena alejarse, levanto su zurda e hizo un ademán de despedida, dibujando una media sonrisa en su semblante. Al ver que se había alejado, dibujo otro portal nuevo, esta vez a su departamento en Gangnam-gu, donde inmediatamente llego y se avento a la cama. Viajar en el tiempo era una habilidad demasiado cansadora. De sus encuentros anteriores con personas de todo tipo, este había sido el mas amigable, pero también el mas raro de una forma. jamás pensó que alguien mas estaría viajando en el tiempo, al menos no en el 2020. Sin duda era algo extraño, y sí, aún mas que ser Crono, el Dios del Tiempo. [concluído]
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