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Aunque pierda muchas veces, basta con que gane la última.

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Uno de los elementos más incomprensibles de la mente humana es el altruismo. Hacer algo por alguien más, incluso a costa de ti mismo.

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Al investigar el concepto de demonio, creo que, de entre todas las formas de vida, el humano es el que está más cerca de serlo.

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Ella vuela tranquila, con un corazón ardiente.

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—Me hago fuerte cuando estoy en apuros. Fue tu fallo. Juzgaste la fuerza por la apariencia.

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—Vuestro escondite ha sido descubierto. Los enemigos entran mientras hablamos. ¡Y tú vas a ser atacada!

—Y por eso sé que morirás.

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De ahí la promesa que se hicieron: si me envías este recuerdo, vendré. Donde esté, cuando sea, independientemente de lo que haya ocurrido entre los dos. Vendré, sin preguntas.

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«Casi muero por todas las lágrimas que no derramé»

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Si te enfrentas al dragón, hay una posibilidad de que lo elimines, pero si no te enfrentas a él, es seguro que él te destruirá.

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—Si ése es mi potencial —dijo el caballero—, algo terrible me sucedió en el camino.

—Sí -replicó Sam—, pusiste una armadura invisible entre tú y tus verdaderos sentimientos. Ha estado ahí durante tanto tiempo que se ha hecho visible y permanente.

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—Permanecer en silencio es algo más que no hablar —dijo el rey—. Descubrí que, cuando estaba con alguien, mostraba sólo mi mejor imagen. No dejaba caer los barreras, de manera que ni yo ni la otra persona podíamos ver lo que yo intentaba esconder.

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—Ponemos barreras para protegernos de quienes creemos que somos. Luego un día quedamos atrapados tras las barreras y ya no podemos salir.

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—¡Estáis tan asustado! —dijo Merlin—. Por supuesto, por eso os pusisteis la armadura desde el principio.

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—Os he estado buscando —le dijo al mago—. He estado perdido muchos meses.

—Toda vuestra vida lo habéis estado —lo corrigió Merlin.

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Cuando la armadura desaparezca y estéis bien, sentiréis el dolor de los otros también.

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A todos, alguna armadura nos tiene atrapados. Sólo que la vuestra ya la habéis encontrado.