Nadie tiene miedo de perderme, a nadie le importo, puedo ir, venir, hacer o deshacer, y a la gente le da igual. Siempre, para conseguir un poco de cariño o atención, tengo que rogar, insistir. Mi esposo por ejemplo, se molesta mucho por tener que pensar en mi,o “verse obligado” a pensar algunas cosas o situaciones desde mi perspectiva, me dice “y seguro quieres que se haga a tu manera” ,”porqué tengo que pensar como tu?” o “ y también en esto quieres que me amolde?” pero no es porque yo intente volverlo un clon mío, si no porque a veces quería que entendiera como me siento, que intentara ver las cosas desde mi lado de la cerca, porque se ven muy diferentes que desde el suyo. También me ignora, me hace desprecios y rechazos, me aplica la ley del hielo, sencillamente actúa como si yo no existiera, o como si fuera una empleada o algo, alguien a quien no te molestarías de ponerle atención. Me siento triste, me siento poca cosa, me duele saber que para la persona que mas he amado, yo soy una carga, una molestia, que le fastidia pensar en mi, que no tiene intención de entenderme o mostrarme empatía, porque eso le da flojera, escucharle decir que le soy una causa de estrés, o que cuando le abro mi corazón con respecto a algunas dudas o inseguridades, buscando su apoyo, me diga que eso es molesto...
Yo lo quise mucho, lo amé demasiado, habría dado mi vida por él sin dudarlo, pero ahora, ahora sinceramente, hay días que le pregunto a Dios porqué no se lo lleva? Hay días que pienso que, si de todos modos esto ya no funciona, y si tanto le molesto, porqué mejor no se va?? Pero no se quiere ir, no me deja, y es peor, porque le tengo ahí, constantemente recordándome lo poco que le intereso, con sus acciones, con sus comportamientos, con sus desprecios, y sin tener la oportunidad de sanar y tal vez encontrar a alguien que me sepa amar, que pueda valorarme y vea en mi algo bueno.