alexandraschneider
alexandraschneider
Alexandra Schneider
9 posts
Last active 4 hours ago
Don't wanna be here? Send us removal request.
alexandraschneider · 2 months ago
Text
Tumblr media
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
   
      " 𝐌𝐘 𝐁𝐎𝐘 ��𝐍𝐋𝐘 𝐁𝐑𝐄𝐀𝐊𝐒
       𝐇𝐈𝐒 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐓𝐎𝐘𝐒 "
𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 | 𝐲𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐚𝐠𝐨
        ᴹᵘ́ᶰᶤᶜʰ˒ ᴬˡᵉᵐᵃᶰᶤᵃ ˑ                         ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
       ឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀  ㅤ ⠀   ㅤ ⠀⠀
𝑴𝒚 𝒃𝒐𝒚 𝒐𝒏𝒍𝒚 𝒃𝒓𝒆𝒂𝒌𝒔 𝒉𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒆 𝒕𝒐𝒚𝒔
𝑰'𝒎 𝒒𝒖𝒆𝒆𝒏 𝒐𝒇 𝒔𝒂𝒏𝒅 𝒄𝒂𝒔𝒕𝒍𝒆𝒔 𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒚𝒔
𝑪𝒂𝒖𝒔𝒆 𝒊𝒕 𝒇𝒊𝒕 𝒕𝒐𝒐 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕
𝑷𝒖𝒛𝒛𝒍𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒂𝒅 𝒐𝒇 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕
𝑺𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅'𝒗𝒆 𝒌𝒏𝒐𝒘𝒏 𝒊𝒕 𝒘𝒂𝒔 𝒂 𝒎𝒂𝒕𝒕𝒆𝒓 𝒐𝒇 𝒕𝒊𝒎𝒆
𝑶𝒉, 𝒎𝒚 𝒃𝒐𝒚 𝒐𝒏𝒍𝒚 𝒃𝒓𝒆𝒂𝒌𝒔 𝒉𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒆 𝒕𝒐𝒚𝒔
𝑻𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒘𝒂𝒔 𝒂 𝒍𝒊𝒕𝒂𝒏𝒚 𝒐𝒇 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏𝒔 𝒘𝒉𝒚
𝑾𝒆 𝒄𝒐𝒖𝒍𝒅'𝒗𝒆 𝒑𝒍𝒂𝒚𝒆𝒅 𝒇𝒐𝒓 𝒌𝒆𝒆𝒑𝒔 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒕𝒊𝒎𝒆
𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝑰'𝒎 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒓𝒆𝒑𝒆𝒂𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒎𝒚𝒔𝒆𝒍𝒇
𝑷𝒖𝒕 𝒎𝒆 𝒃𝒂𝒄𝒌 𝒐𝒏 𝒎𝒚 𝒔𝒉𝒆𝒍𝒇
𝑩𝒖𝒕 𝒇𝒊𝒓𝒔𝒕 - 𝑷𝒖𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒕𝒓𝒊𝒏𝒈
𝑨𝒏𝒅 𝑰'𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒍𝒍 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒉𝒆 𝒓𝒖𝒏𝒔
𝑩𝒆𝒄𝒂𝒖𝒔𝒆 𝒉𝒆 𝒍𝒐𝒗𝒆𝒔 𝒎𝒆.
𝑪𝒂𝒖𝒔𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒔𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅'𝒗𝒆 𝒔𝒆𝒆𝒏 𝒉𝒊𝒎
𝑾𝒉𝒆𝒏 𝒉𝒆 𝒇𝒊𝒓𝒔𝒕 𝒔𝒂𝒘 𝒎𝒆.
𝑴𝒚 𝒃𝒐𝒚 𝒐𝒏𝒍𝒚 𝒃𝒓𝒆𝒂𝒌𝒔 𝒉𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒆 𝒕𝒐𝒚𝒔
𝑰'𝒎 𝒒𝒖𝒆𝒆𝒏 𝒐𝒇 𝒔𝒂𝒏𝒅 𝒄𝒂𝒔𝒕𝒍𝒆𝒔 𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒚𝒔
𝑪𝒂𝒖𝒔𝒆 𝑰 𝒌𝒏𝒆𝒘 𝒕𝒐𝒐 𝒎𝒖𝒄𝒉
𝑻𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒘𝒂𝒔 𝒅𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒉𝒆𝒂𝒕 𝒐𝒇 𝒎𝒚 𝒕𝒐𝒖𝒄𝒉
𝑯𝒆 𝒔𝒂𝒘 𝒇𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒔𝒐 𝒉𝒆 𝒔𝒎𝒂𝒔𝒉𝒆𝒅 𝒊𝒕 𝒖𝒑
𝑶𝒉, 𝒎𝒚 𝒃𝒐𝒚 𝒐𝒏𝒍𝒚 𝒃𝒓𝒆𝒂𝒌𝒔 𝒉𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒆 𝒕𝒐𝒚𝒔
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
      ㅤ ⠀  ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵  ㅤ
⠀⠀ Sentada en el suelo, Alexandra alzó la mirada hacia el cielo nocturno, contemplando la luna con una serenidad que ocultaba el torbellino de recuerdos en su interior.
La luz plateada bañaba su rostro, haciendo brillar sus ojos con un toque de nostalgia. Esta noche, como tantas, se encontraba atrapada en esos pensamientos que la perseguían desde que Christian había desaparecido de su vida.
A veces, en las noches más silenciosas, las preguntas la acosaban sin cesar. ¿
Por qué se había ido? ¿Por qué nunca la había buscado? ¿Acaso el amor que habían compartido no había sido real? ¿Cómo pod��a alguien que juró amarla dejarla tan rota, sin una explicación, sin un adiós?
Sus dedos jugaban con la arena a su alrededor, construyendo pequeños castillos efímeros que, en su mente, representaban todo lo que habían construido juntos. Pero como siempre, esos castillos eran destruidos, como si el viento mismo quisiera recordarle que todo lo que habían tenido se había desmoronado.
Un ciclo interminable, una y otra vez, como su propio corazón, reconstruido solo para ser destrozado nuevamente.
"My boy only breaks his favorite toys..." murmuraba para sí misma, recordando cómo él había sido capaz de arruinar algo tan hermoso, algo que había parecido indestructible.
Poéticamente, ella había sido la reina de esos castillos de arena, los cuales él había destruido sin piedad. Quizás había sido porque, en el fondo, ella sabía demasiado, había visto demasiado en sus ojos, en sus gestos, en la manera en que la tocaba. Había percibido un futuro en ellos, un para siempre que él había decidido destrozar antes de que pudiera siquiera tomar forma.
"Cause it fit too right..." pensaba, y sabía que era verdad. Ellos habían sido como piezas de rompecabezas que encajaban demasiado bien, tan bien que se volvieron frágiles juntos.
¿Eso lo había asustado?
En sus noches más oscuras, se preguntaba si fue su propio toque el que lo asustó, el que le hizo huir. "He saw forever so he smashed it up..."
Pero ahora, mientras la brisa nocturna acariciaba su rostro, llevándose consigo una lágrima solitaria que no había logrado contener, comprendía que ya no podía seguir ahogándose en esas preguntas sin respuesta. Simplemente ya no importaba el pasado.
Mañana, dejaría todo atrás. Mañana volaría a Nueva York para comenzar una nueva vida, una vida donde no habría lugar para castillos de arena ni juguetes rotos.
Aún así, en este último momento de tranquilidad, permitía que las dudas la asaltaran una vez más.
¿Por qué nunca volvió? ¿Por qué nunca intentó arreglar lo que había roto? Su futuro juntos pudo haber sido tan maravilloso. Quizás, en este punto, ambos estarían casados y felices. Quizás, en otra vida, en otro lugar, habrían tenido su final feliz.
La brisa nocturna acariciaba su rostro, llevándose consigo una lágrima solitaria que no había logrado contener.
Y aunque no tenía sentido aferrarse a los recuerdos. Alexandra sabía que esta noche sería la última vez que se permitiría pensar en él de esta manera. Mañana, todo cambiaría, como lo había hecho el resto de su vida desde su partida.
Había construido su vida sobre las ruinas de aquel amor, y aunque esas ruinas seguían presentes en su corazón, ya no serían su principal motor.
Con un suspiro profundo, se puso de pie, sacudiendo la arena de sus manos. El pasado, por doloroso que fuera, no dictaría su futuro, nunca más. Si estaba ahí, en la arena, recordando después de tanto tiempo de obligarse a no hacerlo, era para despedirse por última vez de ese amor. Porque mañana, Nueva York la esperaría con sus luces brillantes y oportunidades infinitas.
Y aunque Christian nunca la había buscado, ni dado las respuestas que tanto necesitaba, ella sabía que había algo más importante que aquello: el seguir adelante, el construir nuevos castillos que esta vez, no serían de arena, sino de una fortaleza que nadie podría destruir.
La luna brillaba con más intensidad mientras Alexandra se alejaba de la orilla, dejando atrás los restos de los castillos de arena, con los restos de ese amor de juventud que alguna vez tuvo.
Mañana, su vida comenzaría de nuevo.
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
0 notes
alexandraschneider · 2 months ago
Text
Tumblr media
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
   
   𝐅𝐎𝐑𝐆𝐄𝐓 𝐖𝐇𝐎?
𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 | 𝐲𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐚𝐠𝐨
        ᶰᵘᵉᵛᵃ ʸᵒʳᵏ˒ ᶜᶤᵗʸ ˑ                          ឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀  ㅤ ⠀   ㅤ ⠀⠀
ㅤ ⠀  ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵  ㅤ
⠀⠀Sus gemidos llenaban la habitación, rebotando contra las paredes como ecos de un deseo desesperado y un dolor apenas contenido.
Alexandra se movía sobre el cuerpo ajeno, danzando en un ritmo frenético, su piel brillando con el sudor del esfuerzo y la pasión.
El cuarto, iluminado tenuemente por la luz de la luna que se filtraba por las cortinas, se convertía en el escenario de su intento de escapar de la sombra persistente de Christian, aunque fuera solo por un momento.
El colchón crujía bajo el peso de sus movimientos frenéticos, mientras se envolvía en el éxtasis del momento, su mente vagaba entre la pasión presente y los recuerdos que intentaba borrar.
Necesitaba sacar de su sistema al hombre que alguna vez amó, que había dejado una marca indeleble en su alma.
¿Esto ayudaba? No del todo. Pero cada vez que tenía un encuentro casual, se sentía menos suya, como si las manos y besos de Christian se fueran desvaneciendo, siendo reemplazados por otros.
Sus manos se aferraban a los hombros del hombre, buscando un ancla en medio de la tormenta de emociones que la azotaba. El cuerpo de su acompañante se movía al ritmo del de ella, sus manos firmes la tomaron de los glúteos, ayudándola a mantener el ritmo frenético.
Sus gruñidos y jadeos se mezclaban con los suyos, creando una sinfonía de lujuria y desesperación. Ambos sumidos en el deseo, a pesar de que, cada vez que él intentaba besarla, ella se desviaba sutilmente, esquivando esos gestos de intimidad que sentía como una traición a sí misma.
No quería cercanía, solo el olvido momentáneo que el sexo podía ofrecer.
Con cada movimiento, su cuerpo se sentía más caliente, una mezcla de deseo y necesidad que la consumía. Sus manos recorrían la espalda del hombre, buscando una conexión física que reemplazara el vacío emocional que sentía.
El sudor perlaba su piel, sus cabellos desordenados caían sobre su rostro, ocultando en parte la mezcla de placer y dolor que se reflejaba en sus ojos.
El hombre debajo de ella la miraba con una intensidad feroz, sus palabras eran una promesa de liberar su mente de las cadenas que la ataban a su pasado.
── Voy a arrancarlo de tu piel, hacer que lo olvides. ── murmuró con voz ronca, mientras la sujetaba con más fuerza, impulsándola hacia él con una fuerza casi desesperada.
Cada estocada era una afirmación de su control. Alexandra cerró los ojos, dejándose llevar por la marea de sensaciones. Quería perderse en el momento, ahogar sus pensamientos y sentimientos en el mar de placer. Sus labios se separaron, dejando escapar un suspiro cargado de deseo y desesperación.
Cada vez que se acercaba al borde, el nombre de Christian flotaba en su mente, un recordatorio cruel de lo que había perdido y nunca podría recuperar. Pero en esos momentos de pasión desenfrenada, encontraba una forma de apagar esos pensamientos, al menos temporalmente.
── ¿Olvidar a quien? ── pregunto, reafirmando que eso estaba funcionando aunque sea ese brevemente.
Aumentó la velocidad de sus movimientos, buscando un clímax que le permitiera perderse en la nada. Sentía cómo la tensión se acumulaba en su interior, un fuego que amenazaba con consumirla desde dentro. Sus uñas se clavaban en la piel del hombre, dejando marcas rojas en su espalda, una prueba de la desesperación que la impulsaba.
Pero a pesar de todo el placer que sentía, sabía que estos encuentros no eran más que una máscara para su dolor, un intento vano de arrancar de raíz los sentimientos que aún la ataban a un amor pasado.
Con cada encuentro, la realidad se hacía más clara: no importaba cuánto intentara olvidar, el vacío dentro de ella persistía.
Su cuerpo se arqueó, y sus músculos se tensaron finalmente alcanzo el clímax. Un grito ahogado escapó de sus labios, mezclándose con el sonido de sus respiraciones entrecortadas.
Se desplomó sobre el hombre, jadeando, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Mientras su respiración se calmaba, una sensación de amargura la invadió. Sabía que este intento de olvidar no era más que una ilusión, un escape temporal de una realidad que no podía cambiar.
Sentía el vacío en su pecho, un abismo que ningún encuentro casual podría llenar.
La habitación se sumió en un silencio incómodo. Alexandra se apartó lentamente, sintiendo el frío que se extendía por su piel al separarse del calor del otro cuerpo.
Se quedó allí, sentada en el borde de la cama, mirando la oscuridad que se extendía más allá de la ventana. Sabía que, al final, este intento tóxico de olvido solo la dejaría más rota, más vacía. Pero por ahora, en la quietud posterior, todo lo que podía hacer era respirar y esperar que algún día, de alguna manera, el dolor se desvaneciera.
0 notes
alexandraschneider · 2 months ago
Text
Tumblr media
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
   
      " 𝐈 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐇𝐈𝐌 "
𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 | 𝐢𝐧𝐝𝐞𝐟𝐢𝐧𝐢𝐭𝐞 𝐝𝐚𝐭𝐞
        ᶰᵘᵉᵛᵃ ʸᵒʳᵏ˒ ᶜᶤᵗʸ ˑ                        ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
       ឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀  ㅤ ⠀   ㅤ ⠀⠀
𝑨𝒏𝒅 𝒏𝒐𝒘 𝑰'𝒎 𝒓𝒖𝒏𝒏𝒊𝒏𝒈 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒎𝒚 𝒅𝒓𝒆𝒔𝒔 𝒖𝒏𝒃𝒖𝒕𝒕𝒐𝒏𝒆𝒅
𝑺𝒄𝒓𝒆𝒂𝒎𝒊𝒏𝒈 "𝑩𝒖𝒕 𝑫𝒂𝒅𝒅𝒚 𝑰 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒉𝒊𝒎!"
𝑰'𝒎 𝒉𝒂𝒗𝒊𝒏𝒈 𝒉𝒊𝒔 𝒃𝒂𝒃𝒚
𝑵𝒐, 𝑰'𝒎 𝒏𝒐𝒕, 𝒃𝒖𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒔𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒔𝒆𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒇𝒂𝒄𝒆𝒔
𝑰'𝒎 𝒕𝒆𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒉𝒊𝒎 𝒕𝒐 𝒇𝒍𝒐𝒐𝒓 𝒊𝒕 𝒕𝒉𝒓𝒐𝒖𝒈𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒇𝒆𝒏𝒄𝒆𝒔
𝑵𝒐, 𝑰'𝒎 𝒏𝒐𝒕 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒐 𝒎𝒚 𝒔𝒆𝒏𝒔𝒆𝒔
𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒉𝒆'𝒔 𝒄𝒓𝒂𝒛𝒚 𝒃𝒖𝒕 𝒉𝒆'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒐𝒏𝒆 𝑰 𝒘𝒂𝒏𝒕
𝑰'𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒍𝒍 𝒚𝒐𝒖 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒏𝒐𝒘
𝑰'𝒅 𝒓𝒂𝒕𝒉𝒆𝒓 𝒃𝒖𝒓𝒏 𝒎𝒚 𝒘𝒉𝒐𝒍𝒆 𝒍𝒊𝒇𝒆 𝒅𝒐𝒘𝒏
𝑻𝒉𝒂𝒏 𝒍𝒊𝒔𝒕𝒆𝒏 𝒕𝒐 𝒐𝒏𝒆 𝒎𝒐𝒓𝒆 𝒔𝒆𝒄𝒐𝒏𝒅 𝒐𝒇 𝒂𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒈𝒓𝒊𝒑𝒊𝒏𝒈 𝒂𝒏𝒅 𝒎𝒐𝒂𝒏𝒊𝒏𝒈
𝑰'𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒍𝒍 𝒚𝒐𝒖 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒂𝒃𝒐𝒖𝒕 𝒎𝒚 𝒈𝒐𝒐𝒅 𝒏𝒂𝒎𝒆
𝑰𝒕'𝒔 𝒎𝒊𝒏𝒆 𝒂𝒍𝒐𝒏𝒆 𝒕𝒐 𝒅𝒊𝒔𝒈𝒓𝒂𝒄𝒆
𝑰 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒄𝒂𝒕𝒆𝒓 𝒕𝒐 𝒂𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒆𝒔𝒆 𝒗𝒊𝒑𝒆𝒓𝒔 𝒅𝒓𝒆𝒔𝒔𝒆𝒅 𝒊𝒏 𝒆𝒎𝒑𝒂𝒕𝒉'𝒔 𝒄𝒍𝒐𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈
𝑮𝒐𝒅 𝒔𝒂𝒗𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒎𝒐𝒔𝒕 𝒋𝒖𝒅𝒈𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒆𝒑𝒔,
𝒘𝒉𝒐 𝒔𝒂𝒚 𝒕𝒉𝒆𝒚 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒘𝒉𝒂𝒕'𝒔 𝒃𝒆𝒔𝒕, 𝒇𝒐𝒓 𝒎𝒆
𝑺𝒂𝒏𝒄𝒕𝒊𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐𝒖𝒔𝒍𝒚 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒐𝒓𝒎𝒊𝒏𝒈 𝒔𝒐𝒍𝒊𝒍𝒐𝒒𝒖𝒊𝒆𝒔 𝑰'𝒍𝒍 𝒏𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒔𝒆𝒆
𝑻𝒉𝒊𝒏𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒕 𝒄𝒂𝒏 𝒄𝒉𝒂𝒏𝒈𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒆𝒂𝒕
𝒐𝒇 𝒎𝒚 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕 𝒘𝒉𝒆𝒏 𝒉𝒆 𝒕𝒐𝒖𝒄𝒉𝒆𝒔 𝒎𝒆
𝑨𝒏𝒅 𝒄𝒐𝒖𝒏𝒕𝒆𝒓𝒂𝒄𝒕 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒉𝒆𝒎𝒊𝒔𝒕𝒓𝒚
𝒂𝒏𝒅 𝒖𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒚
𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒊𝒏'𝒕 𝒈𝒐𝒕𝒕𝒂 𝒑𝒓𝒂𝒚 𝒇𝒐𝒓 𝒎𝒆
𝑴𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝒎𝒚 𝒘𝒊𝒍𝒅 𝒃𝒐𝒚, 𝒂𝒏𝒅 𝒂𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒘𝒊𝒍𝒅 𝒋𝒐𝒚
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
    ㅤ ⠀  ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵  ㅤ
⠀⠀ Alexandra sabía que estaba jugando con fuego.
Cada advertencia recibida, cada voz de preocupación que le decía que Christian no era bueno para ella, resonaba en su mente como un eco distante, debilitándose con cada momento que pasaba a su lado.
El amor que sentía por él ahogaba todas esas advertencias con una fuerza devastadora; simplemente, había algo en su hombre que la hacía arder por dentro, un fuego incontrolable que, a pesar de todo lo que había sufrido en el pasado, no estaba dispuesta a apagar.
El reencuentro había sido inesperado.
Durante un tiempo, creyó que lo había dejado atrás, que los años de distancia habían curado las heridas.
Sin embargo, cuando lo vio nuevamente, esta vez frente a frente, — y no de espaldas como el primer encuentro— cuando sus ojos encontraron los de él, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo.
Pese los roces y conflictos que habían experimentado después del encuentro, el destino parecía haberlos unido una vez más. Ella había leído sus cartas, y él había visto sus videos.
Así que, cuando escuchó su voz cargada de arrepentimiento y sintió sus labios sobre los suyos, todo su esfuerzo por olvidarlo se desmoronó en un instante. Las cicatrices del pasado se abrieron, mezclando el dolor con un amor que jamás dejó de sentir.
No podía olvidar la manera en que él la miraba, como si ella fuera lo único que importaba en el mundo. Cada caricia, cada beso, le recordaban cuánto lo había amado y cuánto seguía amándolo, incluso ahora, cuando sabía que estar con él significaba caminar sobre una cuerda floja, sin red de seguridad.
Las palabras de sus amigos y familiares resonaban en su mente: "Christian no es bueno para ti, Alexandra." "Debes alejarte de él." Sin embargo, esas advertencias eran meros susurros ante el grito que surgía desde lo más profundo de su corazón: "Pero lo amo."
Y ese amor, aunque quizás destructivo, era lo único que le daba sentido a su vida en ese momento.
Ella era consciente de los riesgos, que Christian era un alma indomable, incapaz de ofrecerle la estabilidad que otros le prometían. Pero también sabía que ninguna promesa de estabilidad podría igualar la pasión y la emoción que le hacía sentir. Estaba dispuesta a quemar su vida entera por él, si eso significaba estar a su lado.
Porque, cuando estaban juntos, cuando sus cuerpos se entrelazaban y sus almas parecían fundirse en una sola, sentía que estaba exactamente donde debía estar.
La locura de Christian era también su locura, y por primera vez en mucho tiempo, se sentía realmente viva.
Las miradas de desaprobación de quienes la rodeaban no significaban nada. Sabía que todos pensaban que estaba perdida, arrastrada por un hombre que solo le traería dolor. Sin embargo, Alexandra no necesitaba sus oraciones ni su compasión disfrazada de juicio. Lo único que necesitaba era a Christian, y aunque fuera solo por un instante, aunque supiera que podía acabar mal, prefería esa chispa a una vida vacía de emociones.
"No me importa lo que digan,” se repetía, mientras lo besaba con una intensidad que bordeaba la desesperación. “Este es mi destino. Él es mi destino.” Y aunque todos intentaran cambiar la melodía de su corazón, nada podría contrarrestar la química entre ellos, nada podría deshacer lo que ya estaba escrito.
Finalmente, Alexandra decidió ignorar las advertencias y entregarse por completo a lo que sentía. Porque en ese momento, nada importaba más que la conexión que tenía con él, nada era más real que el amor que siempre había llevado dentro, incluso cuando intentó olvidarlo.
Estaba decidida a seguir adelante, sin importar el precio. La vida con Christian podía ser un caos, pero era un caos que ella elegía, porque en ese caos encontraba la única paz que su alma anhelaba.
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
0 notes
alexandraschneider · 11 months ago
Text
Tumblr media
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
   
   𝐒𝐓𝐑𝐄𝐍𝐆𝐓𝐇
𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 | 𝐲𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐚𝐠𝐨
        ᶰᵘᵉᵛᵃ ʸᵒʳᵏ˒ ᶜᶤᵗʸ ˑ                          ឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀  ㅤ ⠀   ㅤ ⠀⠀
ㅤ ⠀  ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵  ㅤ
⠀⠀La vida te obliga a ser fuerte.
Durante su infancia, había sido una niña temerosa, siempre escondida en las sombras de sus propias inseguridades.
Las noches estaban llenas de pesadillas y los días, de miedos silenciosos que la alejaban del mundo. Cualquier ruido fuerte la hacía sobresaltar, y cualquier palabra áspera la hacía retroceder como una flor expuesta al frío.
Quizás era por esa fragilidad que en su juventud, se había apegado tan intensamente a aquel amor de adolescencia que no merecía su corazón.
Él había sido su escudo, su refugio en un mundo que le parecía hostil y aterrador. A su lado, se había sentido segura, protegida y amada. Pero el tiempo, implacable en su marcha, reveló las verdades ocultas. Christian; nunca la amo, se había marchado, dejándola con un vacío que amenazaba con consumirla.
Sin embargo, en ese abismo de tristeza, había encontrado una chispa de determinación.
Se dio cuenta de que no podía depender de otros para encontrar su fortaleza. Así que, poco a poco, comenzó a reconstruirse, a levantarse de las cenizas de su propio dolor. Incluso, empezó a enfrentarse a sus miedos, a desafiar las sombras que la habían mantenido prisionera durante tanto tiempo.
Cada pequeño logro, cada paso hacia adelante, era una victoria en su batalla personal. Esa niña temerosa se transformó en una mujer de una fortaleza impresionante. Su mirada, antes llena de dudas, ahora brillaba con una seguridad inquebrantable. Había aprendido a manejar sus emociones, a no dejarse llevar por la desesperación.
Alexandra se había convertido en alguien que no solo enfrentaba sus problemas, sino que también los superaba con una valentía que nunca había creído posible.
Era por eso, que aunque sabía que muchos en el despacho no la respetaban, en parte por ser la hija del jefe, pero principalmente por ser mujer, ella estaba decidida a demostrar que podía ser tan capaz como cualquier otro.
Esa tarde, todo el despacho estaba en un curso de manejo de armas organizado por su padre, bajo la excusa de la defensa personal, pero todos sabían que era una prueba de fortaleza.
En cuanto llegó, se dirigió al cuarto de tiro, donde el grupo de abogados y los instructores conversaban, sin prestarle mucha atención a quien entraba.
Uno de sus compañeros, conocido por sus comentarios condescendientes, se acercó a ella con una sonrisa burlona. Levantó un escudo que había encontrado entre el equipo.
── ¿Quieres usarlo? Seguramente no practicarás tiro; no vaya a ser que te asustes ── comentó, su tono cargado de una ligera burla.
Alexandra lo miró con una calma imperturbable. Sin decir palabra, tomó una de las armas que había sobre la mesa, la levantó, apuntó al escudo y sin vacilar, disparó una serie de tiros, uno tras otro.
Los impactos resonaron en el aire, y las balas se incrustaron en el escudo con un sonido metálico. Su postura permaneció firme, su expresión serena mientras su compañero se escondía detrás del escudo, visiblemente sorprendido.
Los demás se quedaron sin aliento, sorprendidos por la audacia de su acción y poniéndole atención. Incluso vio cómo otro de sus colegas se cubrían, temerosos del impacto.
Los murmullos de sorpresa comenzaron a surgir entre todos los presentes, pues los disparos fueron rápidos y precisos, cada uno resonando en el silencio de la habitación.
Finalmente, su padre, desconcertado, se acercó a ella con el rostro lleno de preocupación.
── ¿Qué estás haciendo? ¡Eso fue peligroso! ── exclamó, claramente alterado.
Ella por el contrario bajó el arma con calma, observando los impactos en el escudo. Luego levantó la mirada, encontrando los ojos de su padre. Su expresión era un reflejo de la determinación que había cultivado a lo largo de los años.
── No estoy aquí para demostrarle nada a nadie ── comenzó, con voz firme. ── Pero si alguien vuelve a cuestionarme solo por ser mujer, y piensa que no haré lo necesario como cada uno de ustedes, están equivocados. Quiero que todos sepan que no tengo miedo. ── Alzo la voz para que todos escuchen con claridad.
Sus compañeros, impresionados, la miraban con nuevos ojos. Los murmullos de admiración comenzaron a crecer entre los presentes. Pues, había transformado una simple demostración en una poderosa declaración de su fuerza interior.
Sabía y esperaba, haber roto las expectativas y los estereotipos, ganándose un lugar no solo como una mujer fuerte, sino como una persona valiente y resuelta. Con una última mirada vio a su compañero, antes de alejarse, sabiendo que nunca más nadie se metería con ella.
0 notes
alexandraschneider · 11 months ago
Text
Tumblr media
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
   
  "𝐈 𝐂𝐀𝐍 𝐃𝐎 𝐈𝐓 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐀 𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓"
𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 | 𝐲𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐚𝐠𝐨
        ᴹᵘ́ᶰᶤᶜʰ˒ ᴬˡᵉᵐᵃᶰᶤᵃ ˑ                          ឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵ ⠀⠀⠀��⠀⠀⠀  ㅤ ⠀   ㅤ ⠀⠀
𝑯𝒆 𝒔𝒂𝒊𝒅 𝒉𝒆'𝒅 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒎𝒆 𝒂𝒍𝒍 𝒉𝒊𝒔 𝒍𝒊𝒇𝒆
𝑩𝒖𝒕 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒍𝒊𝒇𝒆 𝒘𝒂𝒔 𝒕𝒐𝒐 𝒔𝒉𝒐𝒓𝒕
𝑩𝒓𝒆𝒂𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒅𝒐𝒘𝒏, 𝑰 𝒉𝒊𝒕 𝒕𝒉𝒆 𝒇𝒍𝒐𝒐𝒓
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒐𝒇 𝒎𝒆 𝒔𝒉𝒂𝒕𝒕𝒆𝒓𝒆𝒅 𝒂𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒓𝒐𝒘𝒅 𝒘𝒂𝒔 𝒄𝒉𝒂𝒏𝒕𝒊𝒏𝒈, "𝑴𝒐𝒓𝒆"
ㅤ ⠀  ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵  ㅤ
⠀⠀¿Qué sucede después de una ruptura? ¿Qué viene después de que tu corazón queda hecho pedazos, tan diminutos que parece imposible volver a unirlos? ¿Después de sumergirte en la toxicidad, buscando cualquier manera de arrancarlo de tu mente, de tu piel, de tus recuerdos? La respuesta, aunque era amarga, era simple: continuar.
No hay otra opción.
La vida siempre seguía, indiferente a tu dolor, y tarde o temprano, uno tenía que aprender a caminar con el peso del corazón roto, con los escombros de lo que una vez había sido.
Alexandra lo sabía bien, porque lo había vivido.
El hombre que prometió amarla toda su vida resultó ser efímero, una chispa que se apagó demasiado pronto, dejándola en la oscuridad.
Sus palabras, que una vez fueron una promesa de eternidad, ahora eran solo un eco vacío en su memoria. La vida que pensó que compartirían juntos se desvaneció, y con él, una parte de ella también.
Cuando Christian la dejó, fue como si le arrancaran el alma de cuajo. Se había desplomado en el suelo, incapaz de sostenerse, mientras su mundo se desmoronaba a su alrededor. A la par, las piezas de su ser se hicieron añicos, esparciéndose a su alrededor como cristales rotos. Y mientras el mundo seguía su curso, como si nada hubiera pasado, ella se quedó atrapada en un instante congelado, en un grito silencioso resonando en su pecho.
Apretando, estrujando y destruyéndolo, como un bucle interminable.
Los días siguientes fueron un borrón de dolor y vacío, se habia sumergido en la oscuridad, buscando cualquier manera de apagar el fuego que ardía en su interior, de silenciar la voz en su cabeza que seguía susurrando su nombre.
Las noches se volvieron interminables, llenas de lágrimas y gritos ahogados en la almohada. Y en medio de ese torbellino de autodestrucción, intentó olvidar.
Pero olvidar no es tan sencillo. No importa cuántas veces se entregara a otros brazos, a otros labios, el vacío seguía ahí, implacable. Cada encuentro, cada intento de ahogar el dolor en el placer, la dejaba más rota, más vacía. Su corazón, que ya estaba hecho pedazos, seguía desmoronándose, desvaneciéndose en la nada.
Sin embargo, la vida no se detenía, ni siquiera cuando ella sentía quedarse sin aliento o cuando se encontraba de rodillas entre los escombros de sus sueños.
Tarde o temprano, aprendió a levantarse, sacudir el polvo y seguir adelante. Alexandra, por muy destrozada que estuviera, entendió que tenía que continuar, porque la vida no le daría otra opción.
Con el tiempo, encontró la fuerza para reconstruirse, para recoger las piezas rotas y formar algo nuevo.
No fue fácil.
Cada día era una batalla contra los recuerdos, contra el dolor que amenazaba con consumirla. Pero poco a poco, paso a paso, grano por grano, aprendió a caminar de nuevo, a sostenerse en pie, aunque fuera tambaleante como si fuera una persona que apenas volvía a caminar y pisar con fuerza el suelo bajo sus pies.
Limpió sus lágrimas, una y otra vez, hasta que ya no quedó ninguna.
La sonrisa que alguna vez fue tan natural en su rostro se volvió un poco más difícil, pero no imposible.
Aprendió a abrazar la soledad, a encontrar consuelo en su propia compañía. Y con cada día que pasaba, se fue dando cuenta de que, aunque su corazón nunca sería el mismo, seguía latiendo. Y mientras latiera, seguiría adelante, incansable y fuerte.
Continuar no significaba olvidar, ni dejar de sentir. Significaba aprender a vivir con las cicatrices, a llevarlas con orgullo, porque justamente aquellas, eran las pruebas de su supervivencia.
Ella no solo sobrevivió; se convirtió en alguien más fuerte, más resistente. Supo que el amor que perdió no la definía, y aunque su corazón estaba hecho añicos, eso no le impediría amar de nuevo, pero esta vez, a sí misma.
Después de haber tocado fondo, aquella jovencita temerosa decidió luchar por sí misma. Se levantó de las cenizas de lo que alguna vez fue su vida con Christian y comenzó a construir un nuevo futuro; uno donde sus sueños y ambiciones eran la prioridad.
Se enfocó en su carrera, volviendo a estudiar con una determinación férrea. Cada obstáculo, cada desafío, fue enfrentado con la fuerza que había descubierto en su interior.
Los años de esfuerzo y dedicación dieron sus frutos cuando por fin se graduó como abogada.
En lugar de dejarse consumir por el dolor del pasado, lo canalizó en su trabajo, ayudando a otros a encontrar justicia, a luchar por lo que les correspondía.
Se convirtió aunque lento, pero firme, en una mujer fuerte, alguien que no solo había sobrevivido a la tormenta, sino que había salido de ella más poderosa que nunca.
Porque de amor nadie muere, aunque en un momento, había sentido que casi lo hacía. Pero había aprendido que la vida siguía su curso, y con ella, el amor propio, la fuerza interior, y la determinación de no dejar que una ruptura la definiera.
Continuar, simplemente continuar.
No como un acto de valentía, sino como una necesidad vital.
La vida no se detenía por nadie, y Alexandra, finalmente, comprendió que ella tampoco debía hacerlo. En lugar de mirar atrás, eligió mirar hacia adelante, hacia un futuro donde su fortaleza y determinación la llevarían más allá de lo que alguna vez imaginó.
0 notes
alexandraschneider · 11 months ago
Text
Tumblr media
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
   
   𝐅𝐎𝐑𝐆𝐄𝐓 𝐖𝐇𝐎?
𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 | 𝐲𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐚𝐠𝐨
        ᶰᵘᵉᵛᵃ ʸᵒʳᵏ˒ ᶜᶤᵗʸ ˑ                          ឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀  ㅤ ⠀   ㅤ ⠀⠀
ㅤ ⠀  ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵  ㅤ
⠀⠀Sus gemidos llenaban la habitación, rebotando contra las paredes como ecos de un deseo desesperado y un dolor apenas contenido.
Alexandra se movía sobre el cuerpo ajeno, danzando en un ritmo frenético, su piel brillando con el sudor del esfuerzo y la pasión.
El cuarto, iluminado tenuemente por la luz de la luna que se filtraba por las cortinas, se convertía en el escenario de su intento de escapar de la sombra persistente de Christian, aunque fuera solo por un momento.
El colchón crujía bajo el peso de sus movimientos frenéticos, mientras se envolvía en el éxtasis del momento, su mente vagaba entre la pasión presente y los recuerdos que intentaba borrar.
Necesitaba sacar de su sistema al hombre que alguna vez amó, que había dejado una marca indeleble en su alma.
¿Esto ayudaba? No del todo. Pero cada vez que tenía un encuentro casual, se sentía menos suya, como si las manos y besos de Christian se fueran desvaneciendo, siendo reemplazados por otros.
Sus manos se aferraban a los hombros del hombre, buscando un ancla en medio de la tormenta de emociones que la azotaba. El cuerpo de su acompañante se movía al ritmo del de ella, sus manos firmes la tomaron de los glúteos, ayudándola a mantener el ritmo frenético.
Sus gruñidos y jadeos se mezclaban con los suyos, creando una sinfonía de lujuria y desesperación. Ambos sumidos en el deseo, a pesar de que, cada vez que él intentaba besarla, ella se desviaba sutilmente, esquivando esos gestos de intimidad que sentía como una traición a sí misma.
No quería cercanía, solo el olvido momentáneo que el sexo podía ofrecer.
Con cada movimiento, su cuerpo se sentía más caliente, una mezcla de deseo y necesidad que la consumía. Sus manos recorrían la espalda del hombre, buscando una conexión física que reemplazara el vacío emocional que sentía.
El sudor perlaba su piel, sus cabellos desordenados caían sobre su rostro, ocultando en parte la mezcla de placer y dolor que se reflejaba en sus ojos.
El hombre debajo de ella la miraba con una intensidad feroz, sus palabras eran una promesa de liberar su mente de las cadenas que la ataban a su pasado.
── Voy a arrancarlo de tu piel, hacer que lo olvides. ── murmuró con voz ronca, mientras la sujetaba con más fuerza, impulsándola hacia él con una fuerza casi desesperada.
Cada estocada era una afirmación de su control. Alexandra cerró los ojos, dejándose llevar por la marea de sensaciones. Quería perderse en el momento, ahogar sus pensamientos y sentimientos en el mar de placer. Sus labios se separaron, dejando escapar un suspiro cargado de deseo y desesperación.
Cada vez que se acercaba al borde, el nombre de Christian flotaba en su mente, un recordatorio cruel de lo que había perdido y nunca podría recuperar. Pero en esos momentos de pasión desenfrenada, encontraba una forma de apagar esos pensamientos, al menos temporalmente.
── ¿Olvidar a quien? ── pregunto, reafirmando que eso estaba funcionando aunque sea ese brevemente.
Aumentó la velocidad de sus movimientos, buscando un clímax que le permitiera perderse en la nada. Sentía cómo la tensión se acumulaba en su interior, un fuego que amenazaba con consumirla desde dentro. Sus uñas se clavaban en la piel del hombre, dejando marcas rojas en su espalda, una prueba de la desesperación que la impulsaba.
Pero a pesar de todo el placer que sentía, sabía que estos encuentros no eran más que una máscara para su dolor, un intento vano de arrancar de raíz los sentimientos que aún la ataban a un amor pasado.
Con cada encuentro, la realidad se hacía más clara: no importaba cuánto intentara olvidar, el vacío dentro de ella persistía.
Su cuerpo se arqueó, y sus músculos se tensaron finalmente alcanzo el clímax. Un grito ahogado escapó de sus labios, mezclándose con el sonido de sus respiraciones entrecortadas.
Se desplomó sobre el hombre, jadeando, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Mientras su respiración se calmaba, una sensación de amargura la invadió. Sabía que este intento de olvidar no era más que una ilusión, un escape temporal de una realidad que no podía cambiar.
Sentía el vacío en su pecho, un abismo que ningún encuentro casual podría llenar.
La habitación se sumió en un silencio incómodo. Alexandra se apartó lentamente, sintiendo el frío que se extendía por su piel al separarse del calor del otro cuerpo.
Se quedó allí, sentada en el borde de la cama, mirando la oscuridad que se extendía más allá de la ventana. Sabía que, al final, este intento tóxico de olvido solo la dejaría más rota, más vacía. Pero por ahora, en la quietud posterior, todo lo que podía hacer era respirar y esperar que algún día, de alguna manera, el dolor se desvaneciera.
0 notes
alexandraschneider · 11 months ago
Text
Tumblr media
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
   
   "𝐇𝐄 𝐖𝐎𝐔𝐋𝐃 𝐍𝐎𝐓 𝐃𝐎 𝐓𝐇𝐀𝐓 𝐓𝐎 𝐌𝐄"
𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 | 𝐲𝐞𝐚𝐫𝐬 𝐚𝐠𝐨
        ᴹᵘ́ᶰᶤᶜʰ˒ ᴬˡᵉᵐᵃᶰᶤᵃ ˑ                          ឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀  ㅤ ⠀   ㅤ ⠀⠀
ㅤ ⠀  ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵  ㅤ
⠀⠀Eran casi las tres de la mañana y ella seguía ahí, balanceándose en el columpio en un parque abandonado a las afueras de la ciudad, mientras la brisa de la noche acariciaba su rostro.
La brisa nocturna acariciaba su rostro, mientras el frío de la madrugada la envolvía. Las estrellas esparcidas en el cielo parecían tan distantes como la esperanza que seguía alimentando. A esa hora, el parque estaba desierto, y solo el crujido de las cadenas oxidadas acompañaba su soledad, resonando como un lamento que reflejaba su dolor.
Cada noche, desde hacía cinco años, Alexandra regresaba a ese lugar, su santuario personal, desde que Christian se había marchado. Era incapaz de dejar ir los recuerdos que los mantenían unidos.
Esperando algo que en el fondo sabía que nunca sucedería, pero que su corazón se negaba a aceptar. Ya que ella, se aferraba a cada momento compartido, a los abrazos cálidos, a las bromas que siempre precedían a sus besos como si con ello pudiera mantenerlo cerca.
Sin embargo, con cada día que pasaba, era como si una espina se clavara más profundamente en su corazón.
Alexandra se sentía como una rosa que se marchitaba lentamente, perdiendo su color y vitalidad con esa alegría desvaneciéndose cada vez más. Su cabello caía desordenadamente sobre su rostro, mientras las lágrimas surcaban sus mejillas, brillando bajo la luz tenue de la luna. Cada lágrima era un recordatorio de la ausencia de Christian, un dolor punzante que no cesaba.
De repente, unos pasos interrumpieron el silencio de la noche. Por un instante, la esperanza la iluminó, pero al ver de quién se trataba, su corazón se quebró aún más. Thomas, un amigo de ella, se acercó a ella, rompiendo la burbuja de nostalgia en la que estaba sumida. Se detuvo a unos metros de ella, observándola con una expresión mezclada de tristeza y compasión en el rostro.
── Alexandra... ── comenzó, con voz suave pero firme, sobre todo, llena de preocupación. ── Tienes que dejarlo ir. Él no va a volver. Y no soporto verte sufrir así.
Las palabras de su amigo cayeron como un balde de agua fría, mientras sentía cómo su corazón se encogía. Apretó los puños, ignorando el dolor de sus uñas clavándose en sus palmas, mientras las lágrimas caían sin cesar.
Giró la cabeza lentamente, mirando a su amigo con ojos llenos de dolor y desesperación. Sus labios temblaron al intentar hablar, luchando por contener el torrente de emociones que amenazaba con desbordarse
── Él nunca me haría eso. ── su voz se quebro, pero se mantuvo firme. ── Él nunca me abandonaría. ── susurró. Sus palabras eran una mezcla de desesperación y negación, un intento desesperado de aferrarse a la esperanza que aún quedaba en su corazón.
Thomas suspiró, acercándose un poco más.
── Por favor, Alex. Sé que es difícil de aceptar, pero la verdad es que él se ha ido. No volverá, y por tu bien, deberías dejarlo ir. ── insistió con ternura
── No quiero verte así. Es doloroso, lo sé, pero tienes que seguir adelante.
Mientras lo escuchaba sintió como sus hombros comenzaron a temblar mientras sollozaba, finalmente cediendo al dolor que había estado conteniendo durante tanto tiempo. Cada palabra se sentía como un golpe, pero se negaba a rendirse a la realidad. Se aferraba a la esperanza, por más tenue que fuera, porque aceptar su ausencia significaba aceptar que todo había terminado. Y ella no aceptaría eso.
Llevo las manos a su rostro, cubriéndola mientras las lágrimas continuaban fluyendo. Negó con la cabeza, luchando contra la verdad.
No podía, no quería creerlo.
Su amigo dio otro paso adelante, queriendo consolarla, pero sabiendo que no había palabras que pudieran aliviar su sufrimiento.
── No, él volverá. ── insistió, casi rogando. ── volverá por mí── Dijo, volviendo apretar los labios, cerrando los ojos con fuerza como si con ello pudiera conjurar su regreso.
Thomas la observó en silencio, con tristeza en los ojos. Sabía que nada de lo que dijera podría cambiar lo que ella sentía, pero también sabía que no podía seguir viendo cómo se consumía en su dolor.
── Alexandra, él se fue para siempre. No porque no te quisiera, sino porque tuvo que hacerlo. ── continuo hablando ── No puedes seguir atada a un fantasma. Mereces vivir tu vida, encontrar tu felicidad. ──
Alex volvió a negar, sabía que sus palabras eran un intento desesperado de romper el ciclo de autoengaño en el que ella estaba atrapada. Simplemente descubrió su rostro, fijando sus ojos en el columpio vacío junto a ella, como si esperara que en cualquier momento él apareciera para ocuparlo.
── Él volverá por mí... Yo sé que si, porque me ama tanto como yo lo amo a él. ──dijo con firmeza.
Su amigo suspiro pesado, sabiendo que lo había intentado, la observó un momento más antes de volver a suspirar y marcharse, dejándola sola en su dolor.
La joven se quedó allí, en la penumbra, con el viento soplando suavemente a su alrededor. Cerró los ojos, dejando que una lágrima solitaria se deslizara por su mejilla.
En ese momento, Alexandra se sentía completamente rota, atrapada en un ciclo interminable de dolor y anhelo. Sabía, en lo más profundo de su corazón, que la vida debía continuar, pero no podía dejar de aferrarse a la esperanza de que un día, él regresaría. Y hasta que ese día llegara, seguiría esperando, sola en la oscuridad
2 notes · View notes
alexandraschneider · 11 months ago
Text
Tumblr media
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
   
   𝐕𝐄𝐑𝐖𝐎̈𝐇𝐍𝐓
𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 | 𝐢𝐧𝐝𝐞𝐟𝐢𝐧𝐢𝐭𝐞 𝐝𝐚𝐭𝐞
        ᶰᵘᵉᵛᵃ ʸᵒʳᵏ˒ ᶜᶤᵗʸ ˑ                          ឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀  ㅤ ⠀   ㅤ ⠀⠀
ㅤ ⠀  ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵  ㅤ
⠀⠀Una de las cosas que más disfrutaba era cuando Christian la llamaba "verwöhnt", una palabra en alemán que significaba "consentida". Era un término que, más allá de su significado literal, llevaba consigo un toque de cariño y complicidad.
Sabía que usaba el idioma natal de ambos porque pocos en la oficina lo entendían, convirtiéndolo en un lenguaje privado que sólo ellos compartían. Lo que para ella, era un detalle que hacía sus interacciones aún más íntimas y especiales, un lazo silencioso que los conectaba de una manera única.
En el trabajo, usualmente mantenían una fachada impecablemente profesional. Por supuesto que, habían miradas fugaces y palabras indiscretas, pero nada que pudiera delatar la verdadera naturaleza de su relación. No es que quisieran ocultarse, simplemente disfrutaban mantener su vida privada al margen de los chismes y las especulaciones.
Ya había escuchado rumores de parte de la secretaria de él, pero tampoco la había hechando de cabeza porque conocía al mayor; él era una persona que imponía miedo, y con el que nadie quería problemas. No le gustaba para nada escuchar comentarios de ese estilo.
Normalmente ella no hacía caso a lo que decían, sin embargo, ese día algo había cambiado.
Alexandra estaba revisando unos documentos cuando escuchó a una de las mujeres de la oficina hablar de Christian. Se referían a él como "indomable" y "demasiado sexy para estar atado". Las palabras la sorprendieron, y aunque sabía que no debía, no pudo evitar sentir una punzada de posesividad.
Después de una reunión, Christian se quedó atrás para hablar con algunos colegas. Ella quién lo había estado observando desde la distancia esperándolo para ir a almorzar, decidió que era momento de hacer algo.
Se acercó a él con una sonrisa juguetona mientras los demás se dispersaban dándoles privacidad, como siempre lo hacían. Su presencia irradiaba una confianza tranquila al llegar a él.
── ¿Qué pasa, Alexandra? ── preguntó el mayor, notando su aproximación. Su voz era suave, pero sus ojos brillaban con un destello que siempre la hacía sentir especial.
Él era alto, imponente, y en ese momento, se inclinó ligeramente hacia ella, expectante. Ella también se acercó un poco más, lo suficiente para que solo él pudiera escucharla.
── Estaba pensando... ── comenzó, con un tono casual que escondía sus verdaderas intenciones. ── Nunca me has dado un besito... delante de todos. ── dijo, su voz suave y cargada de un toque de picardía, disfrutando del momento de sorpresa que cruzó el rostro de Christian, algo que no ocurría a menudo.
Vio como él arqueó una ceja, claramente sorprendido.
── ¿Aquí? ── preguntó, su voz baja y cautelosa. Aunque mantenían su relación en privado, no era un secreto que a Alexandra le gustaba provocar.
Ella se cruzó de brazos, fingiendo estar ofendida.
── ¿Por qué no? ── dijo finalmente, encogiéndose de hombros como si fuera la cosa más natural del mundo. ── He escuchado que eres "indomable". ── repitió, imitando con precisión el tono con el que la otra mujer había hablado. ── ¿O prefieres seguir manteniéndome en secreto para que otros me sigan coqueteando? ── sus ojos brillaban con un desafío, un reto que sabía que él no podría resistir.
Christian la miró intensamente, sus labios formaron una pequeña sonrisa. Soltó una risa suave, sus ojos llenos de una mezcla de diversión y afecto. Sabía exactamente lo que la mujer estaba haciendo, y no pudo evitar sentirse encantado por su audacia. Se inclinó un poco más, acercándose a ella.
── ¿Estás celosa, pequeña verwöhnt? ──
murmuró, su voz era un susurro que sólo ella podía oír. Sintió como un pequeño sonrojo se extendió por sus mejillas.
Ella lucho por mantener la mirada, sus ojos verdes centelleando con una mezcla de desafío y ternura.
── Tal vez. ── admitió, con una media sonrisa que sólo acentuaba su determinación. ── Solo quiero asegurarme de que todos sepan que eres mío. ──
Christian negó suavemente con la cabeza, su sonrisa se hizo más amplia. Sabía que él, siempre había admirado el espíritu decidido, su capacidad para reclamar lo que era suyo.
Al principio, lo vio titubear, considerando las implicaciones de su petición. Pero al ver la chispa de decisión en sus ojos, no pudo resistirse. Sin más palabras, se inclinó y la besó suavemente en los labios. Fue un beso breve, pero lleno de significado, suficiente para que cualquiera en la sala lo notara.
Cuando se separaron, él se inclinó aún más cerca, susurrando en su oído.
── Ahora todos lo saben. ── murmuró, su tono lleno de satisfacción que solo ella podía entender.
La castaña sonrió, sintiendo una oleada de triunfo y alegría. Había logrado lo que quería, pero más importante aún, había reafirmado su conexión con Christian. Los rumores y las habladurías podrían continuar, pero ella sabía la verdad. Él era suyo, y no había nada que nadie pudiera hacer al respecto.
── Te seguiré esperando, ahí, sentada. ──dijo algo embobada.
Mientras se alejaba, sintió una mano firme tomando suavemente su muñeca para detenerla por un momento. Se giró para verlo, sus ojos fijos en los de ella.
── No me hagas parecer blando, Alexandra. ── dijo, su tono era una mezcla de broma y advertencia. ── Tengo una reputación que mantener. ──
Soltó una risita, asintiendo.
── No te preocupes, seguirás siendo el temible jefe. ── respondió, dándole un pequeño guiño y sonrisa mientras inclinaba la cabeza. ── Pero de vez en cuando, me gusta recordarle a todos que incluso los más sexys tienen a alguien que los puede domar. ──
Con eso, se alejó, dejándolo allí con una sonrisa en el rostro. Había sido un pequeño acto de reivindicación, una forma de reclamar lo que era suyo.
Mientras se dirigía de regreso a su asiento, no pudo evitar sentirse un poco más ligera, más segura. Porque al final del día, no importaban los rumores o las miradas curiosas. Lo que importaba era la conexión que compartían, un lazo tan fuerte que ninguna palabra o gesto podría romper.
0 notes
alexandraschneider · 11 months ago
Text
Tumblr media
឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵
   
   𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐏𝐒
𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒎 | 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭
        ᶰᵘᵉᵛᵃ ʸᵒʳᵏ˒ ᶜᶤᵗʸ ˑ                          ឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀  ㅤ ⠀   ㅤ ⠀⠀
ㅤ ⠀  ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵឵ ឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵ ឵឵  ㅤ
⠀⠀Nunca había tenido la necesidad de usar sus encantos para conseguir lo que deseaba; normalmente, su habilidad, su historial y el respeto que transmitía eran suficientes para que nadie le negara nada.
Sin embargo, esta vez, todo parecía más complicado. Simplemente no entendía porque era tan difícil que le asignarán una tan sencilla tarea.
Alexandra había visto un nombre en el expediente y por supuesto, lo había reconocido al instante: Christian, quién traía consigo un aluvión de recuerdos y emociones que no había experimentado en años, estaría ahí en la mañana.
Esta podría ser una oportunidad única, por lo que, necesitaba ser ella quien gestionara esa citación sobre el caso que él encabezaba. Pero su colega a cargo se mostraba inflexible, negándole la oportunidad.
Lo que no él no sabía, era que ella, era de las mujeres que no aceptaban un "no" por respuesta.
Con una mirada decidida, se dirigió a la oficina de su compañero, determinada a hacer todo lo posible para lograr su objetivo. Su corazón latía con fuerza, una mezcla de nervios y determinación.
Se detuvo frente a la oficina, respiró hondo y golpeó suavemente.
── ¿Puedo pasar? ── preguntó, abriendo la puerta sin esperar respuesta.
Su colega, un hombre mayor con años de experiencia, levantó la vista de su escritorio. La observó con una expresión neutral, y un pequeño destello de curiosidad en sus ojos.
── Alexandra, ¿qué necesitas? ── preguntó él, mientras cerraba una carpeta.
── Quería hablar contigo sobre la asignación del caso de Christian Meyer. ── comenzó ella, acercándose lentamente al escritorio.
Sabía que debía ser estratégica. Se inclinó ligeramente, apoyando las manos en la mesa y permitiendo que su blusa se abriera un poco, revelando un sutil destello de piel.
El hombre levantó una ceja, claramente sorprendido por su audacia.
── Ya te lo dije, eres nueva aquí. No puedes esperar que te den un caso tan importante de inmediato. ── Se defendió, a lo que sonrió, con un gesto suave pero cargado de intención.
── Sé que soy nueva, pero también sé que soy la mejor opción para esto. Conozco a Christian... de antes. Sé cómo manejarlo. ── Aseguró mientras se acercaba un poco.
Su compañero la observó detenidamente, evaluando sus palabras y su postura. Ella aprovechó el momento, inclinándose un poco más cerca, sus ojos nunca apartándose de los suyos.
── Además, no te costará nada dejarme intentarlo. Si fallo, tú serás el primero en saberlo. Pero, si tengo éxito... ── dejó la frase en el aire, sugiriendo posibilidades sin definir.
El hombre suspiró, claramente debatiéndose internamente. Alexandra se enderezó, dándole espacio para reflexionar. Pero antes de que pudiera responder, ella se acercó un poco más, rozando ligeramente su brazo con sus dedos.
── Por favor. ── susurró, su voz suave y persuasiva mientras llevaba un bolígrafo que él tenía ahí en su escritorio a su boca. ── No te decepcionaré.
Hubo un momento de silencio tenso antes de que él finalmente cediera.
── Está bien, Alexandra. Puedes encargarte de este caso. Pero no me hagas arrepentirme de esta decisión. ── respondió.
Alexandra sonrió, una mezcla de triunfo y alivio.
── No te preocupes, haré que te sientas orgulloso de tu elección. ── Dijo más animada. Con un último vistazo a su compañero, se giró y salió de la oficina.
Mientras caminaba por el pasillo, una emoción contenida comenzó a burbujear en su interior. Finalmente, después de tantos años, vería a Christian de nuevo. Ahora, solo quedaba esperar el momento de ese encuentro, uno que ella había esperado durante una década.
0 notes