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Amor de bici
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amordebici-blog · 8 years ago
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Noche de ilusión y nervios, de sueños y deseos, de esperanza y realidades: la noche de Reyes.El Médano fue testigo de mi primera bici, la playa, el mar o la mar, como decían los verdaderos marineros, la arena, la plaza del pueblo, el muelle y mi Montaña Roja. Mi madre, silenciosa, quería que la bicicleta llegase a los pies de mi cama. Mi cama en la habitación del hotel adonde un día llegamos de más allá del océano para trabajar, sin saber que sería el mejor lugar de mi infancia.
-“Silencio”, le susurraba mi madre a la bicicleta, la cual me miraba nerviosa por primera vez.
-“Ese será mi dueño, mi amigo” pensaba, “ese será quien me lleve a conocer el mundo”.
No fue así. Fue ella la que me enseñó a mí. Mi primera bicicleta fue una BH (Beístegui Hermanos) roja y blanca, con frenos en el manillar de acero, un sillín de cuero y una bolsa de herramientas en la cual yo ponía los chicles bazoka que compraba en la tienda de Pepita. Mi bici fue sobre todo independencia. Podía recorrer el pueblo, mi Médano, podía llegar al muelle y ver a los pescadores desembarcando la captura del día. Más tarde, casi sin tiempo que medir, me llevaba a la plaza para jugar a la pelota, luego a la playa a rodar por la orilla llenándola de arena, para luego lavarla con mimo. En la bici sentía el aire en mi cara de niño feliz, eso es lo que me dio y me sigue dando la bicicleta, felicidad.
Con el tiempo pasaron por mis piernas otras bicicletas. La GAC, que me decían que era para niñas porque llevaba un tubo oblicuo (ya empecé a darme cuenta que vivía en una sociedad sexista). La famosa Chopper de tres cambios que me adentró en mis primeras carreras de barrio y pandilla. Pero sería ya de adulto cuando descubrí la verdadera independencia de la bicicleta. 24 años tenía cuando comencé a trabajar y me di cuenta que el coche era un atraso en la ciudad. Decidí comprarme una bici de montaña y comprobé cómo mis desplazamientos eran mucho más rápidos que con cualquier otro medio.
Aquellos primeros viajes en bici me lanzaron a explorar más mundo, a ver más espacio, a disfrutar de la naturaleza en 360º. Me enamoré de un artilugio que me ha dado la vida, que me ha hecho cambiar y comprobar que más allá del horizonte que desean que no veas, hay más vida. Una vida a la que se puede ir a pedales con una bicicleta.
Viajé, competí, gané y perdí. Hice y sigo haciendo amigos con la bicicleta. Aprendí a respetar, a desear, a luchar y a no desfallecer. Nunca dejé de escuchar lo que mi bicicleta me decía, a atender lo que su experiencia me indicaba que debía hacer, aprender de mis errores, a pedir perdón cuando los cometía. Me enseñó a ser humilde, incluso cuando ganaba y a entender que ganar no significaba llegar el primero, a veces, casi siempre, lo importante es saber llegar.
Hoy mi bicicleta me enseña a crear sociedades distintas, ciudades habitables, personas más humanas, futuros utópicos que se acercan, esos que solo podrás ver si vas montado sobre las 2 ruedas.
Ella conoce el camino de tu destino. A veces, ese camino está solo a 200 metros de ti pero siempre en bicicleta.
César Acosta
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amordebici-blog · 8 years ago
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Crecí en una urbanización donde podía llegar al centro del pueblo en unos pocos kilómetros y, en dirección contraria, podía ir al campo y al bosque.  Mi bici siempre fue una de mis mejores amigas porque me ayudaba a encontrar nuevos lugares. Hablo de los setenta y los ochenta, en pleno boom de la BMX en Estados Unidos. Las ruedas de 20 pulgadas y el cuadro pequeño me permitían tener el vehículo mas ágil del planeta. Mi bici me llevaba a las tiendas (y a casa sobrecargada de cosas) y al bosque, donde Dios me regalaba paisajes bonitos y experiencias inolvidables, animales salvajes y árboles silvestres.
Hoy en día sigo enamorado de las bicis de pequeño tamaño, con ruedas pequeñas, que pueden llevarme junto con un montón de carga, allá a donde tenga que ir. Ir en bici a hacer gestiones o la compra supone una experiencia diferente en la que hay menos prisa, más contacto con la gente y el medio ambiente. Me hace sentir más vivo.
Gracias a mi trabajo tengo la oportunidad de conocer grandes ciudades de Norte América y Europa, Muchos de estos lugares que he visitado ya tienen la bici integrada en todos aspectos de la vida cotidiana y para todas las personas –ricos/pobres, jóvenes/mayores, obreros/empresarios, etc.-. Sueño con formar parte de una sociedad tinerfeña en la que la bici no sea un medio de transporte secundario, sino que sea el principal medio de movilidad de la isla.
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amordebici-blog · 9 years ago
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”Lo mío con la bici es nuevo y viejo a la vez. Individual y colectivo. Nuevo porque llevo solo unos meses pedaleando por las calles laguneras. Viejo porque desde que llegué a esta ciudad, hará cerca de 20 años, siempre pensé, imaginé, sentí la necesidad de hacer algo colectivamente con la bici que aumentara su presencia.
Estaba en el ambiente. La Laguna, por tradición, por los universitarios, por su llanura invitaba a ello ¿dónde mejor en toda la isla de Tenerife, iba a prosperar su uso si no entre el Cristo y el viejo edificio Central de la Uni, por ejemplo? ¿Qué mejores calles para rodar sin el esfuerzo de subir -también sin el placer de lanzarse- por calles empinadas como las que imprimen carácter a mi pueblo natal, La Orotava?
Todos esos pensamientos, deseos, se mantuvieron en un segundo plano durante años, mientras otras urgencias ocupaban la realidad inmediata. Fue etapa de asociacionismo vecinal en el Casco histórico, en el municipio. Luego otros menesteres más familiares.
2016 ha sido lugar de encuentro. Los viejos anhelos colectivos se han encontrado con el placer inesperado de pedalear con soltura, con placer, … aventura cuando acompaño a mi hija Clara de seis años, en nuestras salidas “por el barranco” -cubierto hoy- por donde transcurre el único carril bici del municipio. Curioso, para una niña este espacio es la aventura: está fuera de ruta, en la trasera de las casas, al lado de los cañaverales que invaden antiguas zonas de cultivo. Para los adultos el carril bici es un intento que no prosperó.
Ahora se me ha unido lo nuevo con lo viejo. Lo individual y lo colectivo. El deseo de pedalear por la ciudad entera, a todo lo largo del municipio y no quiero hacerlo solo. Quiero hacerlo con muchos laguner@s pidiendo colectivamente al alcalde, al concejal de movilidad, a todos los partidos del consistorio que recuperen la vocación lagunera por la bicicleta. Que pongan a este municipio en el mapa de la movilidad sostenible. Que el transporte del futuro para la ciudad ya se inventó en el pasado y que éste es la bicicleta.
Por eso me he unido a Tenerife por la Bici, colectivo de compañer@s admirables que desde sus masas críticas hasta la reciente intervención en el Pleno lagunero han estado r que r de rodar, de reciclar de resistir, manteniendo viva la inquietud de que en La Laguna y en Tenerife prospere la bicicleta como transporte con futuro”.
Paco Roda.                                                               
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amordebici-blog · 10 years ago
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Empecé a usar la bicicleta muy temprano, por placer pero también por necesidad: en mi ciudad de Francia, iba a la playa, a jugar al tenis, a buscar el pan, al cine, a ver a mis amigos en bicicleta. Mi ciudad me vio bajo el sol, la lluvia, con prisa, sola o con amigos (a veces encima de mi bicicleta conmigo) a veces de noche, pero siempre en bicicleta.
Luego, saqué el carnet de conducir y la dejé de lado. Cuando llegue a Tenerife y empecé a vivir en La Laguna, me apeteció de nuevo cogerla porque además de ser un medio de transporte limpio y económico es más agradable, se llega antes a los sitios y he notado que la gente es más agradable. Por ejemplo, los peatones me sonríen, los coches me suelen dejar pasar y ¡los niños me saludan! El otro día, una niña dijo a su madre ‘’¡mira mami, que guapa la bici, quiero una así!’’
Creo que es la responsabilidad de todos proteger el medioambiente y contribuir al esfuerzo común. No me arrepiento de haber comprado una bicicleta y espero poder usarla mucho tiempo. Se podrían acondicionar algunos espacios para poder dar paseos por el campo o hacer un carril especial para que además de un placer dar una vuelta en bici, sea seguro para todos.
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amordebici-blog · 10 years ago
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La bici me lleva y me trae, con el aire en la cara. En Salamanca, donde empecé a usarla, el aire a las ocho de la mañana era helado, pero no como aquí que va de menos a más; allí el aire a la primera pedalada era como mojarte la cara a manos llenas con agua muy fría, te daba un golpe y al segundo te sentías genial, limpia y despejada. En invierno había trozos de la calle que se hacían hielo y patinabas suavemente sobre ellos para no caerte. Un día me caí sobre la acera mojada junto a una placa de hielo pegada a una farola pero no me importó, eran heridas de guerra, y yo era más joven. Era la única chica que iba en bici a la facultad, había algunos chicos pero yo era la única chica. La canaria era rarita. Te tenías que poner guantes, eso sí. Siempre el primer impulso de pereza al pensar en la cuesta arriba, luego el esfuerzo, luego volar sobre el asfalto, luego llegar. Es muy complicado no disfrutar, aunque sea un poquito, sobre la bici…hay que ser una persona muy obstinada para no saborear la dificultad del equilibrio, la pericia que aumenta, la tensión de los músculos, las miradas cara a cara con la otra gente perdida de la ciudad. Me la robaron.
Después vino Holanda donde todo fue placer y amistad. Mi primera bici con trasportín, aprendí a llevar cajas de cerveza y personas. Todo era en bici, incluso volver a las tres de la mañana sobre una nieve virgen, mirar hacia detrás y ver la huella de tus ruedas como si fueran una única herida, perfectamente continua. Las guardábamos en un sótano especial para bicis, como una cuadra de caballos y allí dormían todas juntitas. Me la robaron, pero solo quedaba una semana. Todo era en bici y fueron unos meses que tengo colgando con un alfiler en mi corazón.
Y después La Laguna. En cualquier lugar la liturgia, las cuestas arriba y abajo, los llanos y las farolas a las que la atas son iguales. Ya ciclista consciente, después de vivir en Madrid, me hice fundamentalista de la bicicleta. Puedo afirmar y afirmo que no hay mejor medio de transporte. Ahorré de mis míseros 300 euros de becaria y me compré una plegable plateada, única en su especie. Es genial La Laguna para encontrar amigos y amigas por la calle y parar y hablar un poco, como solo aquí sabemos hacerlo. Me la robaron. La recuperé (y esta es una buena historia). En mis mejores momentos llegué a subir desde Guajarvard hasta San Benito. Me la volvieron a robar y ya no la vi más. Yo era muy sentida y el pesar me duró años, qué boba. Hasta que volví y volví a ser más feliz, a pesar del frío que va de menos a más y de la lluvia horizontal típicamente lagunera. Y ahora además creo que vale la pena hacer cosas para que todas las personas la usen, como en Holanda. Niños, viejitas, piberío… A todo el mundo le iría mejor en una pequeña parte de su vida si se moviera en bici, de verdad lo creo. Y este pueblo sería más bonito, menos ruidoso y más agradable aún. Ya que tenemos el mismo clima que Europa no estaría mal que también nos pareciéramos en lo de las bicis, ¿no? A estas alturas creo que nunca dejaré de usarla. Si es que…me lleva y me trae, con el aire en la cara!
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amordebici-blog · 10 years ago
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“Nosotros a principio de curso empezamos a llevar a nuestro hijo al colegio en bicicleta. Al principio del año, sin las actividades extraescolares, salen más temprano. Y claro, está el vigilante del colegio y con él hasta las 3 se podía dejar la bici. Pero a partir de esa hora, cuando empezaron las actividades extraescolares no era seguro dejar la bici porque nadie se puede hacer responsable de si alguien la roba. Y, entonces, estuvimos hablando con el Ayuntamiento de La Laguna para hacer un escrito y recoger firmas, porque hay varios padres interesados, para que se haga un aparcamiento de bicis que esté fuera del colegio o dentro. Pero cerca de la zona. Una concejal dijo que iba a hacer algo pero eso ha quedado en nada por ahora. Vamos a ver. Nosotros queremos ir con nuestro hijo en bici por las mañanas y a recogerlo por la tarde. Y que vaya cogiendo confianza y seguridad con la bici para que pueda ir solo en bici al cole en el futuro. Que vea que es un medio de transporte pero que eso también incluye una responsabilidad, que no es solamente ir disfrutando de la bicicleta, sino que hay que estar pendiente de los coches y de las señales”.
Foto © Eduardo Negrín
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amordebici-blog · 10 years ago
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“¡Montar en bici, nunca se olvida! Eso decimos cuando pensamos en algo que podemos volver a hacer después de muchos años y que creemos que nos va a resultar fácil. Dicen las personas expertas, que es por la plasticidad de nuestro cerebro que guarda en la memoria ese ejercicio mental que tuvimos que aprender cuando éramos niños/as: mantenerse erguida, estarse quieta, buscar el equilibrio y después, dejarse llevar por el impulso de las ruedas. Tenía nueve años cuando aprendí, después de que los magos de Oriente pasaran por casa y me dejaran una bici para chicas grandes; con ella rodé y disfruté sientiéndome libre, con el sol y el viento silbándome en la cara. Pero pronto sufrí mi primer desengaño, mi bici, desapareció de un dia para otro; alguien se la llevó y nunca más volví a verla. Menos mal, que aún teníamos en casa la bici amarilla de mi hermano.Y es que montar en bici, no se olvida, aunque hay que volver a activar el mecanismo del equilibrio y el recuerdo del placer que te producía. Aquel desengaño y lo numerosa de nuestra familia hizo que no pudiera tener otra bici hasta que, pasados los treinta, probé. Y me subí y volví a vencer el miedo: a erguirme, a quedarme quieta y buscar el equilibrio y a dejarme llevar por el impulso de las ruedas. Ahora, ya no puedo vivir sin ella”.
Foto © Eduardo Negrín
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amordebici-blog · 10 years ago
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“Estaba saliendo del cole y entonces estaba saludando a mis amigos con una mano y luego soltaba las dos manos del manillar. Y más tarde, fuera del cole, en una bajada grande me estrompé contra un coche que estaba aparcado y le rompí el retrovisor. Además, se me rompió el freno de la rueda de delante. Ahora uso la bici de mi primo hasta que repare la mía y tengo muchas ganas de volver a tenerla. Aprendí que no hay que jugar con la bici, que es peligrosa, sino que hay que divertirse conduciendo de un sitio a otro. De la bici me gusta que el aire me da en la cara y que hago deporte”.
Foto © Eduardo Negrín
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amordebici-blog · 10 years ago
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“En 1982, o cerca, fue cuando aprendí a montar en bici. En una plaza del barrio de Las Chumberas fue donde por primera vez fui capaz de dejarme llevar por ella (sin las ruedas de apoyo). Ahí me dio un empujoncito de ánimo y me soltó, mi padre. Hacía tiempo que no lo recordaba: la bici amarilla de mi hermana sirvió para mi debut. Desde entonces siempre alguna bici ha estado a mi lado, pidiendo aire, pidiendo aceite, como un ser vivo más. Haciendo compañía y más divertido el ir y el venir”.
Foto © Eduardo Negrín
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amordebici-blog · 10 years ago
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“Recuerdo como si fuera ayer aquella Abelux roja que me regaló mi padre siendo un niño, con su rueda delantera maciza, comprada en Gil como muchos laguneros hacíamos. De siempre me gustó el ciclismo de carretera pero en casa me encaminaron hacia otros menesteres, de ahí que desde que tuve un dinerito ahorrado me compré mi Orbea Cabestany de segunda mano, aunque era mi medio de transporte por esta fría Laguna nunca me decidí a entrenar como ciclista. Algún desalmado me la robó mientras hacía fotocopias, ojalá le haya dado un buen uso. Más adelante llegó otra clásica, una Colnago, que ya lleva 22 años conmigo y hará cosa de tres años compré una buena Specialized y me lancé por fin a la carretera, puerto arriba puerto abajo, a cumplir una ilusión de toda mi vida. Hoy día no concibo mi vida sin la bicicleta, bien sea para los quehaceres diarios, entrenar o simplemente cuando acaba el día poder dar un garbeo por esta Laguna y así relajarse un fisco”.
Foto © Eduardo Negrín
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amordebici-blog · 10 years ago
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“Mi relación con la bici y el entorno es muy importante: un triángulo amoroso que tiene un significado especial en mi vida. De las cosas que mejor recuerdo son los momentos que me aporta la bici, las postales visuales que llevo conmigo. Destaco unos paseos en bici durante el mes de agosto por Victoria Grove, unas plantaciones de naranjas enormes en Riverside, California. Me encantaba rodar entre los caminos, con fuerte olor a azahar, el sol veraniego de la costa oeste y la mejor compañía para ir en bici, mi amiga James. A veces unas paradas para llenar la mochila de naranjas, probarlas y saborear los gajos dulces y los momentos de juego en los que nos retábamos en pedalear sin brazos. Avanzar entre los caminos rodeada de cientos de naranjas y lo accesible que era para que pudieras disfrutar del espacio con tu bicicleta. Lugares especiales para disfrutar de la naturaleza en buena compañía y con tu bici. Esas sensaciones que guardo me motivan a disfrutar de la bici”.
Foto © Eduardo Negrín
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