alguien me ha dicho que la soledad se esconde tras tus o j o s y que tu blusa adora sentimientos que respirás tenés que comprender que no puse tus miedos donde están guardados y que no podre quitártelos si al hacerlo me desgarras no quiero soñar mil veces las mismas cosas ni contemplarlas sabiamente quiero que me trates suavemente te comportas de acuerdo con lo que te dicta cada momento y esta inconstancia no es algo heroico es mas bien algo enfermo
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GISELLE
cada segundo que pasaba allí se sentía más tonta, ¿por qué se estaba haciendo tal cosa? lo estaba pasando mal por algo que no tenía remedio, estaba haciendo daño a personas que realmente quería también y keefer no le encontraba motivo alguno. lo único que tenía claro era que solo quería sentirse querida por él, no importaba cómo. “siempre estoy caliente.” respondió sin más, pasando al lado de él, a la vez que pasaba su mano por el brazo del mayor. la joven resopló al escucharlo, rodó los ojos con pesadez y aguantó hacer cualquier tipo de ruido ante la nalgada, solo se estremeció ligeramente. caminó hacia la cocina para servirse algo de whiskey en el vaso que siempre usaba él y lo tomó de golpe, dejando la marca de su labial en el mismo. de algún modo siempre intentaba dejar marca cuando estaba allí, quería que pensase en ella. luego de caminar un rato por el salón decidió tumbarse en el sofá, aunque antes de eso deslizó el fino tanga de hilo que llevaba puesto por sus piernas. relamió despació dos de sus dedos y tras abrir las piernas todo lo que su lencería le permitió comenzó a acariciar su feminidad despacio e inmediatamente suspiró con fuerza, haciendo notables varios gemidos mientras continuaba dándose placer a sí misma, porque no, no se le ocurría otro modo mejor de llamar la atención del hombre.
el mayor tuvo que poner un esfuerzo sobrenatural en sí mismo para no dejarse llevar por sus deseos carnales. después de todo, cada vez que estaba a menos de un metro de giselle, su líbido aumentaba en sobremanera. pero no esa noche, no cuando keefer padre se había encargado de joderle lo que le quedaba de semana. ¿acaso era capaz de leer sus mensajes? ¿o todo era un especie de plan entre ambos? sea como sea, turner se había vuelto a encerrar en su despacho, frustrado al no tener idea de cómo terminaría todo eso en dos días. no se había logrado concentrar, menos teniéndola tan cerca. durante un momento fue capaz de escuchar algo en particular, un sonido que le era tan familiar. tras ponerse de pie, francisco abriió su puerta y la primera imagen que tuvo fue la de la menor masturbándose frente a él. se relamió los labios suavemente, dudando si avanzar o no; de hecho, miró hacia atrás por un momento, mas no tardó en acercarse a ella, pasando lentamente por su lado. “¿ésta es tu definición de sírvete lo que necesites?” juzgó, mirándola ahora con el ceño fruncido. sin embargo, no tardó en bajarse los pantalones y los bóxers al mismo tiempo, deshaciéndose de ellos junto a sus zapatos antes de comenzar a pasarse lentamente la mano por su miembro, aunque sin dejar de mirarla. podía decir que no la quería las veces necesarias, pero lo volvía loco en todo el sentido de la palabra. se inclinó hacia ella, acercando la punta de su miembro a los labios de ella.
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a pesar de que el español le había dicho que hacía tan solo un par de horas había llegado, selena se dirigió hacia el hotel donde él se había hospedado. sí, sabía que tenía que frenar sus impulsos pero, al mismo tiempo, no era capaz de hacerlo. después de todo, estar con él le provocaba cosas agradables, le hacía sentirse feliz con ella misma y con todos los que la rodeaban. logró evadir los paparazzis hasta llegar a su destino, ya que lo que menos necesitaba ese día era tener que lidiar con los flashes; nada de eso lograría ponerla de mal humor. al llegar a la puerta de la que, sabía, era su habitación, la menor golpeó la puerta un par de veces y se dispuso a esperar con esa paciencia que no tenía. por un momento, bajó su mirada hacia sí misma, casi inspeccionándose. no, definitivamente no estaba del todo conforme con su vestimenta, pero sí lo estaba con la decisión que había tomado de no llevar su teléfono móvil. privacidad era lo que quería, así como la exclusividad de estar solo con él; y eso precisamente era de lo que hablarían ese día.
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ADRIÁN
asintió varias veces, escuchándola con atención. apenas se podía creer sus palabras, tampoco las había creído en un principio el día anterior pues, ¿acaso se escondía para que no la viesen? sino no entendía como no estaba acostumbrada a esos comentarios, a tener citas, a tener a cualquier chico tras ella. “aún me cuesta procesar eso de que no suelas tener citas, ¿sabes? me parece de locos no hacer lo imposible por intentar algo contigo.” admitió encogiéndose de hombros, como si nada. cada minuto que pasaba con ella parecía ser más él, el antiguo, y menos la mierda de persona en la que se había convertido en el último tiempo. frunció ligeramente el ceño ante ese pensamiento, ¿era injusto querer buscar una relación con alguien cuando él mismo tenía tantos problemas? sabía que, si aquello funcionaba, la iba a arrastrar con él pero… a su vez, adrián sentía esperanza de que ella le cambiase la vida. ¡vamos! solo verla sonreír le hacía sentir de lo más afortunado y eso era un gran cambio pues apenas cuarenta y ocho horas antes, cuando no la conocía, se sentía miserable cada minuto. “también te eché de menos.” aseguró relamiéndose los labios luego de ayudarla a entrar al coche. una vez la escuchó la miró de reojo, sonriente. “no quiero decepcionarte pero, tú misma lo has dicho, ex estudiante.” comentó con gracia, encogiendo los hombros. diez minutos más tarde aparcó cerca del lugar y tras salir del coche, volvió con rapidez a la puerta de ella, para una vez fuera, tomarla de la mano de nuevo. “no quiero que te me escapes…” murmuró, besando su mejilla antes de caminar hacia la entrada y una vez allí se apresuró a pagar por las entradas. “usted primero, obra de arte.” dijo, haciéndole una seña con la mano para darle paso al interior.
sonrió, sintiéndose ligeramente tímida ante lo que el español le dijo respecto a las citas. “no salgo demasiado de mi casa más que para trabajar y hacer compras... y tatuarme.” agregó eso último, mordiéndose ligeramente el labio inferior. “quizás sea por eso que no tengo citas, porque no me relaciono con muchas personas aquí.” explicó, encogiéndose ligeramente de hombros, aunque sin darle demasiada importancia al asunto. no, definitivamente no quería que el supiese de su abuela, que trabajaba para pagar sus tratamientos y que se pasaba gran parte del día cuidándola. no quería que sintiese pena por ella, por lo patética que era su vida. su sonrisa se mantuvo al escuchar que también la había echado de menos, algo que quizás esperaba pero, al mismo tiempo, no se podía creer que alguien como él estuviese interesado en alguien como ella. eran tan diferentes en tantos aspectos que le daba miedo de lo que pudiese pasar en algún punto. “oh, vamos, estoy segura de que algo has aprendido, ex estudiante.” insistió, sin ser capaz de dejar de mirarlo. ¿por qué le parecía tan adorable y atractivo? parecía ser un ángel, uno muy bonito, que había llegado a sacarla del pozo en el que se estaba metiendo sin quererlo. al llegar, la chica pensó abrir la puerta ella misma, mas él se apresuró a hacerlo antes. “¿en verdad crees que lo haría?” preguntó de forma curiosa, aunque divertida. ¿no se le notaba lo encantada que estaba con él? podía asegurar que sí, que sus ojos brillaban cada vez que él estaba a su lado, o que le decía algo bonito. una vez que él pagó, la morena entró al museo a paso lento aunque, al pasar por su lado, no tardó en volver a tomarlo de la mano. “¿cuál es tu época del arte favorita?” cuestionó de la nada, mirándolo de reojo por un instante. “yo soy muy cliché, por lo que me gusta el arte del renacimiento, pero también el manierismo es muy bonito.” comenzó a hablar, dándose cuenta de que, quizás, no era algo que le interesase, por lo que decidió guardar silencio por un momento y concentrarse en las pinturas que comenzaban a verse.
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GISELLE
si bien había pasado las últimas horas llorando, esa última no, en esa última se había dedicado a borrar cualquier signo que delatase tal cosa. no quería sentirse más patética de lo que ya lo hacía, solo quería sentirse deseada por él y una hora para arreglarse no se le había hecho larga en absoluto. luego de ponerse un conjunto negro, a juego de unos tacones de aguja y de sus labios de un rojo intenso como la sangre decidió cubrirse con un abrigo, al menos hasta llegar a la casa del otro. una vez allí, dejó el abrigo y todo en el coche, por lo que no abrió con la llave que tenía sino que llamó al timbre dos veces y se quedó esperándole.
últimamente estaba siendo demasiado hijo de puta con ella, lo sabía, pero también era consciente de que todo eso debía terminar de una buena vez. para su mala suerte, él no era capaz de querer dejarla ir completamente, y tal parecía que a ella le pasaba lo mismo. se extrañó al escuchar el timbre y, debido a que su ama de llaves ya se había marchado, se levantó de su escritorio para abrir la puerta. frunció el ceño al verla, examinando su atuendo por un momento, y finalmente la dejó pasar. “¿no hace demasiado frío como para estar así en la calle?” la regañó sin más, aunque finalmente suspiró, cerrando la puerta tras él cuando ambos estuvieron dentro. “tengo que terminar unos planos, has llegado más temprano de lo que esperaba.” mencionó, apuntando con su cabeza la puerta abierta de su despacho. “espérame aquí, en la habitación o donde quieras. sírvete lo que necesites.” agregó poco después, apuntando la cocina. al pasar por su lado, le dio una fuerte nalgada y simplemente volvió a encerrarse en su despacho, aunque sabía muy bien que le sería aún más difícil que antes el concentrarse.
#francisco turner#cRYING#he de buen humor apparently#also: está haciendo trabajo extra bc el padre de giselle is an annoying ass y le deja todo a él#so....... se desquitará con giselle#just letting u know :)
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ZAHIRA
era el segundo día consecutivo que se encontraba con la chica en los baños y ahora que se había dado cuenta de quién era, no iba a dejar pasar la oportunidad de jugar sus cartas. esperó a que la contraria saliese, mientras ella se retocaba el labial frente al espejo y al verla se giró de lado, sonriendo levemente. “no sé si no me reconoces o si es cosa de que nunca nos presentaron formalmente… soy zahira, y tú evelyn ¿verdad?” se acercó despacio, con una sonrisa llena de encanto, una que nadie imaginaría como falsa. “no te había reconocido hasta ayer, pero me dio vergüenza hablarte. ¡estás tan cambiada!” soltó moviendo la cabeza como si no pudiese creerlo, al menos algo de lo que decía era verdad.
estaba segura de que ella estaba ahí afuera, no sabía por qué, pero podía intuirlo. de hecho, la rubia quiso tardar de más en el cubículo del baño, poniéndose a responder mensajes y revisando redes sociales, pero la contraria seguía ahí. por eso mismo, decidida, al salir, lo primero que hizo fue sonreír. “sí, te conozco, pero no creí necesario hacértelo saber.” respondió con sinceridad. ¿qué podría decirle? ¿agradecerle por lo mal que la había tratado en su adolescencia? ¿o que, gracias a ella, pudo darse cuenta de que solo estaba interesada en las mujeres? “evelyn, sí.” asintió, ahora lavándose las manos consistentemente. “puede ser sí. tú sabes... los años hacen maravillas. y los fillers también.” no pudo evitar mencionarlo, casi a modo de diversión. “pero no deberías tener vergüenza ni nada de eso, después de todo creo que nos veremos bastante seguido por aquí.” y eso era lo que más temía; verla y los comentarios sobre lo competitiva que podía llegar a ser que le hicieron algunos en ese sitio.
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KALEA
estaba cansada de eso, de ese juego estúpido que se traía entre manos. ¿por qué no era claro con ella de una vez?, ¿por qué un día le daba toda su atención y al siguiente desaparecía? kalea sentía cada vez más por ese chico y a pesar de que tras cada señal clara venía una confusa sabía que era el momento de hacer algo. aprovecharía que el español no estaría allí por la noche para intentar hablar con rossi, a solas. se metió en la ducha sobre las once de la noche y alrededor de quince minutos más tarde, justo cuando escuchó la puerta de la habitación del chico, salió con nada más que una pequeña toalla alrededor de su cuerpo, una que a penas le cubría el cuerpo. “p-pensaba que habías salido con adrián.” mintió, fingiendo sorpresa al encontrarle justo en frente suya. caminó despacio hacia la habitación, pasando muy cerca del cuerpo del otro. “voy a vestirme… pero espera, quiero hablarte de algo.” murmuró y apenas le dió la espalda dejó caer la toalla, entrando a la habitación pero sin cerrar la puerta tras ella. ¿qué tan obvia podía ser?, si eso no despertaba su curiosidad entonces sabría que en la vida del chico solo estaba oliveira, nadie más.
¿qué ganaba escondiéndose de ella? quizás verse ridículamente cobarde frente a la chica que lo estaba volviendo loco, aunque no era capaz de decírselo. gian nunca había sido de esos chicos que se preocupaban demasiado las cosas, menos aún por las chicas, pero la hawaiana tenía algo que le costaba enfrentar. por otra parte, zaira le había pedido que no moleste demasiado a la nueva chica, que debía hacerla sentir como parte de la familia y no como un polvo más. su reloj marcó las 11pm cuando se puso de pie debido al hambre que estaba sintiendo. cuando editaba videos, escuchaba música o simplemente se divertía jugando, las horas se le pasaban volando; no por nada era adrián el que siempre le recordaba que tenía que ponerse a cocinar cada noche. sin embargo, al salir de su habitación, donde se había pasado las últimas cinco horas encerrado, se chocó con un cuerpo femenino. y mojado. “¿él no está?” fingió sorpresa, ya que sabía de sobra la estúpida idea que tenía el español respecto a dejarlo a solas con la rubia. “no, he...” se interrumpió a sí mismo una vez que sintió el cuerpo casi desnudo de la contraria pasar cerca del propio. “he pasado todo el rato haciendo cosas.” finalizó, aunque no fue capaz de quitarle la mirada de encima, no hasta que kalea habló. “claro, sí.” asintió, mirándola una vez más atontado, en especial al ver como se quitaba la toalla con tal facilidad. ¿qué significaba todo eso? ¿debía mirar hacia otro lado, recordarle que había dejado la puerta abierta, o...? “iré a hacer la cena.” dijo sin más tras aclararse la garganta. no estaba nervioso, claro que no, pero sí confundido. si bien no era el chico más correcto, en su casa (y con desconocidos) le gustaba simular que sí lo era, que no era uno de esos en los que no se podía confiar. y, aunque la contraria le había pedido que la esperase, no había especificado donde, ¿o sí? de todas formas, no era sencillo pensar con el estómago vacío. ya en la cocina, gian llenó una olla con agua, le puso una pizca de sal y la puso a calentar mientras buscaba algo de pasta en la alacena.
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ADRIÁN
la sonrisa de la mujer le hizo bajar la mirada con cierta vergüenza, ¿cuanto tiempo hacía que no sentía algo así?, ¿cuanto tiempo había pasado desde que había tenido ese tipo de interés en alguien? era la segunda vez en su vida que no le importaba arriesgarse y aunque iba con algo de miedo, nada le importaba más que continuar adelante con lo que fuese aquello. no era normal decir que confiaba en ella, pero lo hacía, no le hizo falta más que mirarla a los ojos para descubrir que no había más que cosas buenas en el interior de aquella chica y aunque quizás no era exactamente lo que él merecía, iba a ser lo suficientemente egoísta como para intentar ganarse un puesto en su vida; para siempre. “¿siempre vas a estar tan guapa? no creo que mi corazón pueda soportarlo.” vaciló con una pequeña sonrisa sobre los labios y a pesar de que el beso en la mejilla le hizo sonreír más ampliamente, adrián tomó el atrevimiento de sujetar la quijada de la morena con una de sus manos, acariciándola. “y yo que pensaba que había sido amor a primera vista…” murmuró, formando una mueca con los labios solo para acercarlos después hasta los de ella, besándola con suavidad durante apenas un par de segundos. “no sé si eso está bien pero, ya lo necesitaba.” le sorprendía su sinceridad pero aún más las ganas de tenerla cerca y el haberla echado de menos tanto en tan solo unas horas. seguidamente le tomó la mano, entrelazando sus dedos y guiándola hacia el coche. “vamos a una exposición de escultura y pintura que hay aquí cerca, ¿te parece?” preguntó abriéndole la puerta del asiento de copiloto primero, antes de ir a sentarse a su sitio.
karim era una chica de lo más simple, nada acostumbrada a recibir halagos respecto a su aspecto físico más que de sus familiares y pocos amigos, por lo que escuchar que alguien como adrián le dijese tal cosa le provocaba una agradable sensación en el estómago, la cual le recorría toda la columna vertebral y terminaba por hacerla sonrojar. “no, pero tampoco suelo tener citas muy a menudo, por lo que la situación lo ameritaba.” respondió divertida al respecto, dedicándole una de sus más tímidas sonrisas. a pesar de que le llamó la atención que la sujetase de la quijada, al escuchar sus palabras, no pudo hacer más que morderse sutilmente el labio inferior para finalmente corresponderle el beso de la misma forma, cerrando sus ojos ante esa agradable sensación que estaba experimentando en todo su cuerpo. “¿de verdad?” no pudo evitar preguntar, ya que eso no era algo que escuchaba todos los días, ni mucho menos. “pues yo te he echado bastante de menos, y no han pasado muchas horas desde que nos hemos visto.” se habían hecho muchas cosas más que solo verse pero, claro, se entendía su punto. entrelazó sus dedos cuando él la tomó de la mano y caminó hacia su coche, donde se subió una vez que él le abrió la puerta. “me parece excelente.” aseguró, mirándolo caminar desde su puerta hasta la del conductor una vez que él cerró la puerta. ¿por qué le parecía la persona más maravillosa existente cuando apenas ayer se había enterado de su existencia? “espero que hoy me enseñes de arte, ex estudiante de bellas artes.” mencionó al recordar lo que le había dicho el día anterior, dándole a entender que, lo que pasó al final de su encuentro, no había borrado lo sucedido antes de eso.
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ADRIÁN
¿aquello era posible?, ¿perder la cabeza así por alguien a quién acabas de conocer? eso era lo único que se preguntaba adrián, de hecho, llevaba todo el día pensando en ella, en nada más. incluso no había tomado ninguna cita para tatuar a nadie pues no quería tocar otra piel que no fuese la de karim después del día anterior. parecía una locura, nada de eso tenía sentido pero algo en su interior le pedía que continuase, que tirase todo por la borda por ella, porque valdría la pena, estaba seguro. después de una ducha se puso unos vaqueros negros, una camiseta blanca en conjunto con las deportivas del mismo color y una sudadera amarilla que impregnó con su perfume favorito y finalmente salió con el coche hasta el restaurante en el que trabajaba la joven. aparcó cerca del establecimiento, pero no le pareció suficiente esperarla allí así que tomó la decisión de acercarse hasta una ventanilla de pedidos rápidos. “dos cáfes, y la camarera más guapa de todas, la que tiene cara de ángel. para llevar, por favor.” pidió a la mujer que se encontraba frente suya, haciéndole una seña con la mirada hacia atrás, justo dónde estaba la italiana.
aún le parecía una completa locura lo que había hecho el día anterior. si se ponía a repasarlo, había ido a la casa de un desconocido, se había vuelto loca por él, lo había besado y había tenido sexo con él. sin protección. definitivamente no era la karim de siempre, debía ser una versión mucho más arriesgada de ella misma, esa que nunca había salido y que, a causa de este tal adrián, estaba a flor de piel. sus pensamientos solo se vieron interrumpidos al escuchar una voz, su voz, la cual fue acompañada por la de una de sus compañeras llamándola hacia la ventanilla. ¿ya había llegado? abrió sus ojos de una forma bastante exagerada, casi sin poder créerselo, y seguidamente miró su reloj. si, definitivamente ya era la hora de su salida, y ella aún llevaba su uniforme de trabajo. tras hacerle una rápida seña para que la espere, la italiana se fue rápidamente a la habitación donde usaban para cambiarse y allí se puso rápidamente un vestido, unos zapatos sin mucha plataforma y se arregló un poco el pelo así como el maquillaje. al terminar, la morena rápidamente salió del sitio en búsqueda del español. “lo siento, no me había dado cuenta de la hora.” se disculpó rápidamente, aunque no tardó en acercarse a besar la mejilla del contrario.
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MATTHEW
“nada, no importa.” mencionó, queriendo dejar atrás el tema ya que estaba seguro de que si seguía hablando de ello le daría a entender que aquello le importaba más de lo necesario y eso no era bueno para nadie, entre menos sentimientos involucrasen en aquello que estaban haciendo seguro quería mejor, ambos correrían menos riesgo al menos. “es solo que creo que a tu edad todo es para un rato, simplemente.” agregó de cualquier modo pues sabía que sino volvería a preguntarle. tragó saliva al escucharla, luego encogió los hombros lentamente como si fuese lo más normal del mundo lo que ella acababa de decir. “bueno entonces ya sabes lo suficiente.” dijo con la mayor tranquilidad que le fue posible en ese momento. “con el añadido de que ahora sabes que no me arrepiento ni de esto ni de nada de lo que hago, aunque lo haga mal.” era un pensamiento quizá destructivo y bastante egoísta pero no le importaba en absoluto más que si acababa haciéndole daño a alguien a quién él quisiera y quizá esa era la cuestión, que ya no quería a nathalie en lo más mínimo pues cada segundo que pasaba al lado de rocío se sentía tan bien que parecía quitarle cualquier culpabilidad. sonrió levemente al verla mover el trasero de ese modo, todo lo que hacía la joven se le hacía algo nuevo a pesar de que no lo era y también le sorprendía pues ni veinticuatro horas atrás jamás se hubiese imaginado en una situación así con ella ni con ninguna otra chica fuera de su matrimonio obviamente. los siguientes segundos se le hicieron bastante espesos, parpadeó con sorpresa e incluso soltó un suspiro bastante grave mientras colocaba ambas manos sobre los reposabrazos de la silla, buscando un punto de agarre. “joder rocío.” murmuró con dificultad, entrecerrando los ojos por los movimientos de la chica con su miembro, sobretodo al golpearlo sobre su lengua. no esperaba bajo ningún concepto recibir ese tipo de atención por parte de la morena, no cuando ni siquiera su mujer lo hacía, sin embargo, tal cosa le estaba volviendo loco y excitándolo de un modo que no era capaz de describir. abrió los labios para responder más solo soltó un fuerte jadeo al sentir como introducía se su miembro de ese modo en la boca. “para, para.” pidió encorvándose para agarrarla por debajo de sus pechos y así la levantó pues sabía que no aguantaría mucho de ese modo. no obstante tras levantarla no la sentó, sino que le dió la vuelta para morder una de sus nalgas y mientras deslizó la mano derecha desde la cintura a su feminidad, presionando el clítoris con dos de sus dedos. “tenemos diez minutos…ahora. pero hoy encontraré el momento que sigas con lo que estabas haciendo.” mencionó y seguidamente la sujetó por las caderas para hacerla sentarse sobre su miembro, introduciéndolo de golpe en ella. aprovechó que estaba de espaldas para rodearla con ambas manos y manosear sus pechos con gusto pero a la vez para hacerla subir y bajar sobre su miembro sin parar, con un ritmo acelerado.
verlo reaccionar de esa manera ante lo que le estaba haciendo le provocaba satisfacciones de todo tipo y, en especial, le hacía ver que, tal como lo había imaginado, no era algo que su esposa hiciese muy a menudo. de hecho, por un momento estaba tan concentrada en ello, en provocarle placer, que tardó en reaccionar cuando él le pidió que parase. se relamió los labios una vez que la puso de pie, y un pequeño jadeo se escapó de sus labios al sentir que, no solo mordió una de sus nalgas, sino que además estaba presionando su clítoris. algo tenía él que lograba excitarla rápidamente, con tan solo decirle que tenía ganas de tener sexo o de hacer algo en particular. “bien.” murmuró con una sonrisa, aprovechando que él no podía verla. mientras fue sentándose sobre su miembro, sintiendo como el mismo se introducía en ella, la morena se sujetó de los muslos del mayor para así tener un punto de apoyo. gimió en seco una vez que estuvo por completo en su interior, mas no quiso cerrar los ojos, no cuando tenía la vista clavada en la puerta. ¿por qué le excitaba aún más la idea de que alguien podría abrir y descubrirlos en pleno acto? sus gemidos no tardaron en escucharse, los cuales salían cada vez que él estaba por completo dentro de ella. se daba cuenta de que él cada vez estaba más encantado con ella, y eso era precisamente lo que la cubana buscaba; que no pudiese dejar de pensar en ella, de desearla, de buscar hasta el mas mínimo momento para estar a solas. con un solo movimiento, rocío llegó a rodearlo con uno de sus brazos, pasando el mismo por uno de sus hombros, ladeando solo su torso, y así pudo mirarlo. “tienes suerte de que tome píldoras.” ¿no era algo en lo que pensaban los hombres de su edad? ya era la segunda vez que estaban haciéndolo a pelo. ¿acaso solo recordaban los anticonceptivos cuando daban clases de protección sexual? se llevó dos dedos de su mano líbre al clítoris, moviéndolos rápidamente por unos cuantos segundos, lo cual le provocó el jadear contra los labios de matthew. ese fue el suficiente incentivo como para mover sus caderas de arriba hacia abajo sobre él, uilizando así la fuerza que tenía en sus piernas gracias al deporte que hacía. lo hacía de una forma bastante rápida, chocando con su cuerpo constantemente, sin apartar su mirada de él ya que no quería perderse de las expresiones de su rostro, algo que la hizo sonreír por un momento.
#rocio castro#i kNOW#also i have the headcanon like.......... que ella no puede tener hijos#o maybe tiene muy pocas posibilidades de quedar embarazada bc le quitaron un ovario bc un tumor/quiste maybe???#so yea............
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TREVOR
sabía que no estaba haciendo las cosas bien, que una de las razones por las cuáles su matrimonio había sido fallido era por su indecisión, por no ser capaz de decidir en momentos importantes y eso mismo le estaba pasando de nuevo a la hora de buscar una nueva relación. algo que tenía claro es que samantha era la mujer de sus sueños en todo sentido pero todas las diferencias entre ellos le preocupaban; tanto que esas preocupaciones eran las que no le permitían el arriesgarse a una relación con ella pero, ¿acaso no se estaba arriesgando con yazmín también? al fin y al cabo, conocía de ella solo lo que le había querido mostrar por internet y eso le preocupaba una inmensa inseguridad. movió la cabeza a modo de negativa, manteniendo toda su atención en la rubia y en lo preciosa que se veía, aunque eso no era nada nuevo para él, como tampoco lo era la sensación de verla y sentir que quizá era hora de dejar todo solo por intentar una nueva vida con ella. frunció los labios ligeramente, queriendo dejar de pensar en aquello pues a pesar de que le encantaría era improbable y una locura. “¿qué dices?, es tu cumpleaños, invitarte a cenar es lo mínimo que puedo hacer. mereces mucho más que esto, samantha.” aclaró, carraspeando ligeramente con la garganta. claro que lo hacía, se merecía a alguien que no jugase con ella, alguien que no la alejara cada vez que las cosas parecían estar perfectas entre ellos. “¿hacer qué?, ¿mirarte?… no me puedes pedir eso, no cuando estás resplandeciente. estaría loco si no lo hiciera.” aclaró, aún con la mirada fija en la contraria. en esos momentos fuera del trabajo, estando únicamente ellos dos, se preguntaba cómo podía ser tan idiota de estar dejándola escapar, de dejar que otra persona tuviera la oportunidad de conquistarla y perderla para siempre. “sí, exacto, eso es justo lo que quiero.” vaciló, dedicándole una sonrisa burlona antes de tomar la mitad de su copa y dejarla en la mesa nuevamente. “no pero, no sé, no le des importancia a las cifras, es de mala educación.” soltó sin más, encogiendo ligeramente los hombros. se quedó en silencio por unos segundos, pensativo, pues el último comentario de la rubia le había hecho cuestionar la elección de su regalo. quizá lo iba a rechazar y joder, lo que ella no comprendía es que desde su punto de vista todo aquello no solo era una celebración sino una especie de muestra de lo que sería el estar juntos, sobretodo cuando tenía la sensación de que sería la última vez ya que pronto conocería en persona a yazmín. “no lo es, no es una simple cena, es mucho más que eso.” comentó estirando el brazo para tomar su mano, acariciando la misma con el pulgar. “¿sabes? me gustaría haberte conocido en otro momento de mi vida. siento que podríamos haber vivido algo increíble.” murmuró suspirando despacio, volviendo a mirarla a los ojos de nuevo.
¿por qué cada cosa que le decía el contrario le era tan difícil de creer? no iba a negar que había tenido una temporada en la que estaba ilusionada con él mas en cierto punto samantha se había dado cuenta de que él no quería una relación, quizás porque no la tomaba en serio o porque no sentía lo suficiente por ella como para tenerla. de todas formas, se había esforzado en no permitir que sus sentimientos por él fuesen en aumento y, aunque su exterior demostrase que era así, en su interior todo era diferente. era por eso que había inventado la identidad de yazmín, esa chica mucho más sensible, más enamorada y más segura de lo que sentía por él de lo que había sido en toda su vida. “ya, pero no es tu responsabilidad hacer nada por mí.” aseguró, aunque sentía que sus palabras eran un poco más agresivas de lo que hubiese querido. ¿a quién iba a engañar? él no tenía por qué hacer todo eso, ya que solo la ilusionaba, le hacía sentir que era especial cuando en realidad no era así. samantha se conformaba con tan poco cuando se trataba de él, siempre sus expectativas eran menores que con los demás. negó ante sus palabras, esta vez sonriéndole, y aprovechó ese momento para darle un nuevo trago a su copa. sí, era delicioso, pero sentía que estaba bebiendo dinero; era raro que alguien gastase tanto en una sola noche estando con ella. “tú estás muy guapo también, aunque...” lo examinó por un momento, como si acabase de encontrarle algo malo. sin embargo, solo se relamió los labios suavemente, casi de forma divertida. “no puedo pensar en otra cosa que lo tonto que me parece gastar tanto por una noche.” se encogió de hombros sin más. a pesar de lo que podía aparentar, samantha era bastante sencilla, y se hubiese conformado con un vino barato y una pizza grasosa con tal de pasar una noche a su lado. así de jodida estaba. después de todo, lo que le decía yazmín respecto a que se estaba enamorando era nada más ni nada menos que ella misma exponiéndole sus sentimientos. sentir que tomaba su mano le hizo olvidar por un momento en lo que pensaba; se olvidó de todo en general, ya que ese tipo de contacto se le hacía poco común. “pensar así hace daño, trevor. a ti y a mí.” mencionó de forma cortante, ya que sintió de un momento a otro un incómodo nudo en la garganta debido a la pena que le causaba ese tipo de pensamientos. no, no quería pensar en oportunidades que nunca pasarían. el pasado era algo que no se podía cambiar y ya, no había más remedio que conformarse con lo sucedido. aún así, la rubia entrelazó sus dedos con los de él suavemente al encontrarse con su mirada. sentía el ambiente pesado, razón por la cual se obligó a suspirar para liberar tensiones. “y... ¿qué me cuentas? ¿qué has hecho en este último tiempo?” cuestionó, ahora sí apartando su mano de la de él debido a que no quería arriesgarse a meterse en problemas si llegaban a reconocerlos. un instante después, se inclinó hacia la mesa como si fuese a decirle algún tipo de secreto. “me refiero a tu vida privada, no quiero siquiera mencionar el tema de trabajo.” susurró de un modo divertido, como si estuviese burlándose de él y de lo obsesivo que era respecto a sus responsabilidades.
#samantha wescott#bruh por que llevo todo al angst i hate my ass sorry#shes ruining everything i#JAJAJAJAJAJAJAJA#like mi headcanon es que en algún momento ella haya estado so ilusionada con él#even pudo habérselo dicho but él ??? probs no reaccionó bien and shit en el momento#y maybe cuando fue a disculparse ella estaba like 'okay; da igual; ya no me importa'#so yes..... love/hate relationship is a thing#they pretend not to have feelings for eachother#except they do#crying
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OMAR
encogió los hombros ligeramente, sin hacerle demasiado caso a sus palabras más que cómo una broma pero jamás dejaría de ser cabezota y por esa misma razón decidió hablar de nuevo. “bueno, eres tú la novia del feo y yo estoy con alguien que hace que a cualquiera se le caiga la baba. sigo ganando yo.” vaciló con una sonrisa socarrona, queriendo llevar lo negativo a su terreno, a el lado bueno de las cosas solo por no darle la razón y ya. “suficientemente listo.” corrigió mirándola con una sonrisa llena de cariño, aunque momentos después frunció los labios casi a modo de puchero pues sí que podía esperar pero creía que llevaba demasiado tiempo esperando por saberlo y esa esperaba se convertía en ansia con facilidad, al igual que todo con ella. siempre sentía ansias por más, más tiempo juntos, más besos, más caricias, más contacto de cualquier tipo pero sobretodo más sentimientos. rodó los ojos con pesadez por el apodo y fue la única reacción que tuvo tras aquellas palabras ya que se mantuvo expectante por lo que maya tuviese que decir al respecto de las fotografías. le pareció curioso el modo que tuvo de reírse, falso y en forma de queja incluso pero el incio de sus siguientes palabras hizo que omar se incorporase de inmediato en el asiento, haciéndose ligeramente hacia delante, casi esperando escuchar aquellas palabras de la chica más, como era de esperar, nunca se hicieron presentes en voz alta. resopló y volvió a pegar la espalda en el asiento, desviando la mirada a la carretera. “no, no lo sé. hubiese preferido escucharlo de ti.” añadió, fingiendo cierta molestia solo por ver si creaba una especie de remordimiento en ella por no ser capaz de decirle lo que pensaba. asintió luego, entendiendo con esas palabras que debía dejar el enfado atrás y aunque sabía que seguirían teniendo muchos y probablemente relacionados con lo mismo, ¿por qué iban a perder más el tiempo? se moría por aprovechar cada segundo con ella del mejor modo y cada discusión le provocaba un miedo que no se atrevía a explicar en voz alta. omar ya no se imaginaba una vida sin ella y eso era algo que jamás le había pasado con nadie. negó varias veces cuando apartó su mano, sin embargo, volvió a posicionarla un poco más abajo de su falda para acariciarla de nuevo solo durante un par de segundos. se mantuvo en silencio durante los siguientes minutos, prestando atención al lugar en el que se estaban adentrando. “¿planeas secuestrarme?” bromeó arqueando una de sus cejas cuando por fin llegaron. el mayor salió del coche, pensando en un motivo exacto de por qué había decidido ir tan lejos solo para una cita. rápidamente se acercó a ella y pasó a su lado hacia el interior de la cabaña, observando todo durante un breve rato. “ya veremos.” respondió acerca de que no se quedarían pues él iba a hacer lo posible para que no fuese así. se giró hacia ella de nuevo y pasó ambas manos alrededor de su cintura antes de acercarse a su boca para morder con suavidad su labio inferior. “tenía tantas ganas de ti… y de tus labios.” dijo y seguidamente comenzó un beso intenso, lleno de ganas, deslizando una de sus manos hasta la nuca de ella para enredar sus dedos entre el pelo de la menor. caminó de frente hasta pegarla a la primera pared que encontró y presionó su cintura con firmeza, comenzando a bajarla despacio hasta el lateral de su nalga, sujetando más bien la cadera.
le agradaba estar así de bien con omar para variar, poder bromear sin discusiones ni malos sentimientos. maya podía ser la persona menos demostrativa del universo, pero eso no significaba que no se interesase por lo que pasaba entre ellos y, en especial, él. enarcó una de sus cejas al escucharlo decir tal cosa, sin entender el por qué de esa necesidad del mayor por escucharla decir cosas que él ya sabía. “claro que lo sabes.” insistió con el ceño ligeramente fruncido. no, no quería enfadarse, pero tampoco le alegraba notar que el chico intentaba manipularla para que se lo dijera. no iba a pasar, de eso estaba segura. “estás aquí por voluntad propia, así que no estoy secuestrándote ni nada por el estilo.” explicó de forma relajada, tranquila como nunca antes. una vez dentro, maya le hizo una ligera ceña para que cierre la puerta y seguidamente dejó todas sus cosas sobre la mesa principal, que estaba a unos cuantos pasos de la puerta. era un sitio mucho más pequeño que su casa, mas solía sentirse mucho más cómoda y menos expuesta que en la ciudad. antes de siquiera poder reprocharle, sintió esa cercanía tan familiar con él; solo bastó sentir la mordida en su labio inferior para cerrar sus ojos. una señal de alarma mental se activó tras escuchar sus palabras. ganas de ti. estaba casi segura a lo que se refería, pero no fue capaz de pensar ya que de inmediato él inició un beso intenso, con ganas, el cual maya no tardó en corresponder. lo rodeó con ambos brazos por la zona de las costillas ante la urgente necesidad de sentirlo lo más cerca posible, mas apenas se sintió acorralada, solo se limitó a presionarlo contra ella sin querer detener el beso. no era capaz de pensar en que estaba a solas con él, que no podía echarlo o enfadarse, y que probablemente estaba dándole señales confusas respecto a lo que harían ahí. solo fue la mano del chico llegando a la zona de su trasero que la hizo reaccionar. echó ligeramente su cabeza hacia atrás para así obligarse a dejar de besarlo, y se relamió los labios suavemente. “omar...” lo regañó, a pesar de que le era difícil hablar ya que el aire entraba y salía por sus labios con rapidez. solo fue ahí cuando abrió sus ojos para mirarlo y dejar un corto beso en sus labios mientras subía la mano del chico hasta su cintura. “también te he echado de menos, mucho, pero... tú sabes, prefiero esperar para eso.” dejó escapar un pequeño suspiro tras sus palabras, uno que se escuchó bastante entrecortado.
#maya anderson#es lo mas cockblock ever i love#JAJAJAJAJAJAJA#poor him#but also poor her cuando finally............ i...........#lo acorté kinda??? i think???#tuve que fijarme como está vestida again i............#JAJAJAAJAJAJAJJAA#bruh omar im so sorry#shes a provocative saint
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MATTHEW
se regañó con molestia ante la pregunta, no porque estuviese invadiendo su privacidad al hacerla sino porque sabía que tenía toda la razón, sin embargo, un matrimonio no se comparaba en lo más mínimo a un noviazgo en la universidad. “¿de verdad lo estás comparando? hablar de tu novio de un rato no es lo mismo que hacerlo de mi esposa.” mencionó con seriedad, encogiendo ligeramente los hombros. no quería ponerse a la defensiva, ni siquiera le importaba pero eran cosas muy distintas, de eso estaba seguro y nada de lo que pudiese decir rocío le iba a quitar la razón. “hay muchos motivos por los que no lo hago.” el principal era su reputación, sí. odiaba pensarlo así pero ahora estaba arriesgando todo aquello que le importaba por una chica a la que apenas conocía de modo personal y aunque no quería decirlo en voz alta, en apenas veinticuatro horas se había convertido en aquella persona sobre la cual giraba su mundo. ella le tenía en sus manos sin saberlo. tanto por lo que le había dado en tan poco, como por lo que tenía por darle y sobretodo porque podría romper su vida al completo si se atrevía a hablar sobre lo que habían hecho y que además continuaban haciendo. ¿qué pensarían de él? le atormentaba siquiera el pensarlo pero por suerte, la joven castro parecía hacerle olvidar cualquier preocupación y cualquier cosa que no fuese ella en cuanto se le acercaba un poco. el mayor encogió los hombros ante el comentario de la chica, queriendo dejar lo que había pasado esa mañana atrás. suponía que eso era lo mejor que ambos podían hacer, olvidar lo que iba pasando y simplemente centrarse en el momento pues no sabía ni cuanto tiempo iba a durar ni si el pasado les iba a anclar a algún tipo de sentimiento inesperado. realmente él también hubiese preferido besarla pero ese era un comentario que sobraba en aquella situación. las palabras de la joven le hicieron fruncir el ceño, sin embargo, lo siguiente que hizo fue acompañar el movimiento de la mano de ella para terminar de desnudarla. “no soy de los que se arrepienten. si hago algo es porque quiero, sea bueno o malo.” quiso aclarar, para de algún modo asegurarle que no se arrepentiría de nada de lo que estaba sucediendo entre ambos, por mucha culpa que sintiese, eran cosas diferentes. matthew golpeó las nalgas de la cubana con ligereza, primero una y luego la otra, antes de agarrar las mismas con ambas manos para presionar y juguetear con ellas, separándolas bastante. luego se relamió los labios y deslizó dos dedos desde el trasero hasta su entrada, metiéndolos por completo en ella e inmediatamente comenzó a moverlos con rapidez. con la mano que quedaba libre se desabrochó el pantalón, bajando la cremallera del mismo y momentos después la sujetó por el cabello para pegar la boca de la joven sobre su bóxer. “sube.” pidió, sacando sus dedos de ella para nalguearla de nuevo con fuerza, haciendo también una seña para que se sentase encima suya. aprovechó los movimientos de la chica para terminar de deslizar su pantalón hasta dejarlo en el suelo, a pesar de que no se había quitado nada más ni pretendía hacerlo, solo por no tener que vestirse a las prisas si alguien aparecía, aunque no había hecho lo mismo con ella pues sentía un enorme deseo de observar su desnudez todo el tiempo.
“¿qué te ha hecho pensar que es mi novio de un rato?” cuestionó sin más, enarcando una de sus cejas. no, ni siquiera era su novio, pero ver que le importaba tanto que lo fuese hizo que la morena continúe con esa pequeña mentira. ¿qué más daba? si ella sentía una especie de celos por su esposa, no estaba nada mal hacérselos sentir también a él; quizás incluso permitiría que la viese con zeke de vez en cuando. era lo justo. durante un instante quiso saber los motivos, el por qué seguía atado a alguien que evidentemente no lo hacía feliz de ninguna forma. de ser él, rocío no lo soportaría pero, de hecho, tampoco se soportaba a ella misma, por lo que tampoco pensaba decirle mucho más. después de todo, ¿qué iba a decirle? “no te conozco realmente, matthew. solo sé tu nombre, que eres profesor, estás casado y que me calientas.” se encogió de hombros ante sus propias palabras. jamás había tenido una verdadera conversación hasta la noche anterior, ya que ella no era de esas que disfrutaban hablando con los profesores, solucionar dudas de una forma más privada y exclusiva. mucho menos se había imaginado en una situación así, tan peligrosa, tan arriesgada pero excitante a la vez. un pequeño quejido se escapó de sus labios al sentir lo que el mayor hacía con sus nalgas. no pudo evitar preguntarse si él llevaba tiempo queriendo hacer algo de lo que en ese momento estaba haciendo, quizás hacerlo ahí era parte de sus fantasías... ¿o no? un jadeo algo más sonoro abandonó sus labios apenas sintió sus dedos entrar y salir de su interior, lento en un principio, pero finalmente rápido, razón por la cual su cuerpo comenzó a reaccionar, a aumentar la temperatura. por su parte, movió ligeramente su trasero hacia atrás una sola vez con la intención de sentirlo aún más dentro de ella. conseguía tan fácil llevarla a ese punto que le preocupaba, pero también le aliviaba saber que había alguien lo suficientemente compatible sexualmente con ella. se escuchó un nuevo jadeo por su parte ante la petición del mayor, cosa que no entendió del todo, mas notar que la había pegado a su bóxer, la líbido se apropió de sus pensamientos. tras morderse con fuerza el labio inferior para evitar gemir al sentir la última nalgada fuerte, la morena se bajó de su regazo, aunque no lo hizo para sentarse sobre él, sino para arrodillarse en el suelo, a sus pies, y allí liberó el miembro de matthew de su bóxer, sin quitárselo para así acariciarlo durante unos segundos de arriba hacia abajo con una de sus manos antes de llevar sus labios al mismo, el cual lamió lentamente de abajo hacia arriba y viceversa de una forma constante. a la segunda vez, se detuvo para succionar ligeramente el glande, esta vez mirándolo a los ojos para no perder detalle de su expresión. no había que ser muy inteligente para darse cuenta de que, si era tan fiel como decía, llevaba tiempo sin recibir ese tipo de atención sexual por parte de una mujer. lo sacó de su boca, como si fuese a decirle algo, pero no lo hizo sino que sacó su lengua y golpeteó unas cuantas veces su miembro en ella, esbozando una sonrisa al hacerlo. “¿en qué pensarás en la próxima reunión de profesores?” cuestionó de forma divertida aunque, lejos de permitirle contestar, la morena volvió a bajar su mirada y se tomó los siguientes segundos para introducirse el miembro del mayor lo máximo posible en la boca durante unos segundos antes de volver a quitarlo, con la respiración algo agitada. volvió a alzar su mirada hacia él para así introducírselo una vez más.
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TREVOR
en lo que llevaba de día no había podido quitarse a sam de la cabeza y estaba seguro de que aquello era algo malo, no podía ser correcto, no cuando la relación con yazmin se comenzaba a afianzar. sin embargo, ese día era especial y suponía que qué fuese el cumpleaños de la rubia le daba un pase a no poder dejar de pensar en ella, más aún cuando la había visto toda esa mañana. ella le encantaba, sí, por eso odiaba saber que fuesen lo que fuesen en ese momento, así era como se iban a quedar las cosas y que lo mejor que estaba haciendo era el conocer a alguien más pues eran demasiado diferentes como para que las cosas entre ellos funcionasen. aún así, y a pesar de todas las cosas negativas por las que no debía pedirle aquello, trevor se tomó el atrevimiento de invitarla a cenar para celebrar juntos el cumpleaños de ella e inesperadamente la contraria aceptó su propuesta. ¿no tenía cosas mejores que hacer que cenar con alguien incapaz de atreverse a quererla? no lo sabía pero agradecía que le hubiese elegido. eran alrededor de las nueve y media de la noche cuando trevor llegó al restaurant. no exageró mucho con su vestuario, tampoco lo había hecho al elegir el lugar pues ya habían cenado allí en alguna que otra ocasión, sin embargo, sí que había sido bastante excesivo a la hora de buscar un regalo para la contraria. sabía que eso era más de lo que le regalaría a una simple compañera de trabajo o a una amiga pero ella no era ninguna de las dos cosas. para él samantha era su amor perdido, algo que no iba a funcionar pero que hubiese deseado tener por encima de todo. dejó la caja con el regalo en el coche y sin más pasó al interior del local, pidiendo su reserva y dirigiéndose directamente a la mesa. allí se adelantó a la llegada de la chica para pedir una botella de dom pérignon, no obstante, minutos más tarde vió como la misma se acercaba. enseguida se puso en pie para recibirla, moviendo la silla para darle paso a su asiento. “feliz cumpleaños de nuevo.” mencionó, pasando una mano por el cuello de la rubia antes de besar su mejilla con suavidad. luego le hizo una seña para que tomase asiento y él volvió a su sitio. “estás preciosa, ¿sabes? y… gracias por estar aquí.” agregó, tomándose unos segundos para mirarla a los ojos fijamente pues ya la había observado al completo cuando llegaba a la mesa. no fue capaz de decir nada más sino que se quedó en silencio mirándola, prácticamente hipnotizado ante cada mílimetro de ella pero momentos después uno de los empleados se acercó para servirles el champagne y dejar las cartas, por lo que trevor decidió apartar la mirada solo para asegurarse en su elección e instantes después ordenó un solomillo a la pimienta. “brindemos. por ti.” dijo en cuanto les dejaron solos nuevamente, alzando su copa hacia ella.
samantha aún no llegaba a entender del todo el por qué de la invitación de trevor. ¿no estaba siendo un tanto indeciso respecto a lo que quería? después de todo, era él quien la apartaba cuando pretendía tener algo más, ser parte de su vida de la forma que más quería, pero tampoco la dejaba ir sin más. si bien no se veían tanto como antes, algo que consideraba que era a causa de yazmin, lo hacían lo suficiente como para que le sea casi imposible el ignorarlo. además, si trabajaban juntos a diario durante una gran cantidad de horas, ¿como lograría dejar de sentir tanto por él? una pequeña sonrisa, ligeramente tímida, se hizo presente en los labios de la rubia al verlo por fin. en público podía ser inquieta, ruidosa y desinhibida, pero al estar a solas era totalmente lo contrario. la ponía nerviosa de muchas formas, y aquello llegaba a notarse en particular por su cambio de actitud. cerró los ojos cuando ese escalofrío tan conocido recorrió su cuerpo una vez que sintió el contacto de la mano ajena sobre su cuello. estaba volviéndose loca, incluso más que ello, pero sabía que no podía hacer nada, que besarlo podría arruinar las cosas. “gracias de nuevo.” respondió con una sonrisa al tomar asiento. ¿se comportaba así por ser su cumpleaños? no quería pensar en ello, pero tampoco ilusionarse para luego volver a tratarse como perro y gato. “no tienes que agradecerlo, y... tampoco tenías que hacer todo ésto.” mencionó sin quererlo realmente, mas no mentía. él no estaba obligado a todo eso, a tomarse tantas molestias, a ser detallista de tal forma. sin embargo, notar que la miraba de esa forma la hizo morderse el labio inferior. ¿por qué le provocaba querer lanzarse contra él tan solo mirándola? “no hagas eso.” lo regañó, aunque una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, una divertida, de esas que se hacían presente en ella cuando intentaba ser seria con alguien pero fallaba. poco después, llegó el mesero, razón por la cual miró rápidamente la carta para así pedir risotto de pollo, aunque su atención se centró por un momento en la botella del champagne, incluso cuando estaba haciendo su pedido. alzó su copa tras escucharlo y la chocó sutilmente contra la de él sin decir nada. “¿quieres que finja no saber cuánto sale esa botella?” cuestionó tras darle un sorbo a su copa, mas no volvió a dejarla en la mesa sin antes darle otro, casi vaciándola, saboreándolo así mejor. “sabe bien, de eso no me voy a quejar.” suspiró ligeramente, ya que nunca se había sentido del todo cómoda que gastasen tanto dinero en ella. ¿le pediría algo a cambio? de todas formas, de no hacerlo, ella se sentiría en deuda con él. “me he estado quejando todo el rato desde que llegué, lo sé.” y, de hecho, en el último segundo había pensado en no ir, en no querer averiguar si era una broma o no. “no lo tomes a mal, me gusta todo ésto, pero siento que es demasiado.” para su especie de relación lo era, ya que no se sentía especial en su vida como para merecerlo; sin olvidar que estaba mintiéndole al hacerse pasar por otra persona solo para poder decirle todo lo que sentía, y que él se enamore de ella.
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OMAR
una vez en el coche no pudo quitar la mirada de la chica, quizá era porque la había echado de menos o porque apenas veinticuatro horas atrás había pensado que su relación con maya estaba acabando aunque… no, no iban a dejarlo por una discusión absurda, no cuando sabía que jamás se iba a cansar de luchar por su lugar en la vida de la chica, ese que sabía que le pertenecía. frunció ligeramente el ceño echando una ojeada a su propio vestuario, si bien en otras ocasiones era mucho más atrevido con la ropa que llevaba, esa vez no tenía la seguridad del dónde irían así que algo más simple le pareció la opción adecuada. “bueno… obviamente no me puse una minifalda. pero, ¿estás diciendo que voy feo?” cuestionó arqueando una de sus cejas de modo exagerado, como si estuviese juzgando las palabras de la menor, no obstante, un par de segundos después le dedicó una sonrisa. correspondió los besos de ella con ganas y rozó su nariz suavemente. “estás muy guapa así, aunque no es sorpresa cuando siempre lo estás.” comentó girándose despacio en su asiento para colocar parte de su cuerpo de lado y así quedarse mirándola durante todo el rato. “ya me has ocultado esto mucho tiempo, solo queda un rato, ¿qué más da?” replicó haciendo un pequeño puchero con los labios solo para intentar llamar su atención, queriendo lograr al menos una pista de a dónde le llevaba. sonrió ante la pregunta, encogiendo ligeramente los hombros un par de segundos después. “nunca es mal momento para sacarte fotos.” admitió, ya que fácilmente se había convertido en su persona favorita a la que fotografiar. la lente de su cámara estaba de encantada con maya casi como lo estaba él. “¿quieres hacer eso?” dijo seguidamente, con bastante sorpresa al respecto. “no suelo ponerme delante del objetivo demasiado, no soy la persona más fotogénica del mundo pero… supongo que podríamos.” dijo, relamiéndose los labios mientras estiraba la mano para colocarla al principio de su falda, acariciando el interior de su muslo sin ninguna intención más que esa, acariciarla. “oye, maya, siento haber sido un imbécil.” comenzó a decir, a pesar de que en un principio había querido ignorar el tema. “pero aunque creas que es tonto, me preocupa que te canses de mí, que prefieras otra cosa, a otra persona tal vez.” añadió, tragando algo de saliva sin dejar de mirarla y sin apartar la mano de su muslo, de hecho, lo presionó un poco.
la morena se mordió ligeramente el labio inferior por un momento, casi aguantándose las ganas de reírse ante la pregunta del contrario. “bastante, sí.” afirmó, apartando de inmediato la imagen mental que se hizo presente una vez que él mencionó el tema de la minifalda. quizás blaze tenía razón, debía ser afectiva con omar, pero es que no era capaz de evitar ser así. le gustaba molestarlo, bromear, tratarlo como un amigo (aunque en realidad nunca llegaron a ser tal cosa). guardó silencio al escuchar sus siguientes palabras, las cuales le provocaron una agradable sensación en el pecho, acompañada por un pequeño cosquilleo en el estómago. era ridículamente adorable cuando le decía ese tipo de cosas, lo cual se vio reflejado en el rostro de anderson, ya que una tímida sonrisa se hizo presente en sus labios. “tonto.” murmuró despacio, obligándose a negar con la cabeza ya que debía concentrarse en conducir por el camino correcto. “no te matará esperar unos minutos más, omi.” últimamente era así como le decía y, lejos de ser un mote cariñoso, maya utilizaba ese apodo para fastidiarlo, casi como un insulto pero sin ser demasiado agresiva al decirlo. rodeó los ojos, como si fuese algo que le exasperase, cuando él mencionó el tema de las fotografías. sabía que el mayor le tomaba fotos hasta cuando ella no se daba cuenta; era por eso que siempre intentaba verse lo más perfecta posible en todo lugar con él. sin embargo, no descartaba la idea de que le haya sacado alguna foto dormida, ya que muchas veces pasó la noche a su lado, y la mayoría de éstas era él quien despertaba primero. “¿que no eres fotogénico?” juzgó sus palabras, alzando ambas cejas a la vez. una risa evidentemente exagerada salió de sus labios de forma seca antes de volver a negar, esta vez a modo de desaprobación. “eres... tú sabes cómo eres.” guapo, precioso, uno de los hombres más hermosos que haya pisado la tierra. todo eso pensaba ella de él, aunque nunca llegó a decírselo hasta ese momento, al igual que muchas de las cosas que sentía por él. después de todo, tenía miedo de exponerse, de que todo eso fuese demasiado para él pero, ¿no lo era ella acaso? la mano del contrario le provocó un cosquilleo, por lo que tuvo intención de quitarla, pero sus palabras la desconcentraron. “ambos lo hemos sido, no te preocupes.” aseguró, más para tranquilizarlo que por otra cosa. no quería pensar en ello, quería que pase, que ya no fuese algo que los haga sentir mal. apenas sintió que su novio hacia presión con su mano, la menor instantáneamente llevó la propia hacia la de él para quitarla rápidamente. “quieto.” advirtió con el ceño ligeramente fruncido. pocos minutos más tarde, llegó al fin al sitio. desde lejos parecía no ser un sitio especial, ya que solo había bosque, mas a medida que se acercaban, iba viéndose todo más bonito, incluso parecía ser la locación para alguna película. tras apagar el motor, maya suspiró momentáneamente. “bien, estamos aquí.” anunció, aunque realmente no hacía falta. tras bajarse del coche, sacó del asiento trasero una canasta de lo más cliché, la cual se colgó al brazo para así comenzar a caminar hacia una cabaña, la cual en el último tiempo maya se había encargado de remodelar. “no nos quedaremos toda la noche, no te ilusiones.” se apresuró a decir, aunque se lo quedó mirando por un momento, esperando una reacción por su parte. al llegar, abrió con su llave y le hizo señas para que pase.
#maya anderson#iba a ser algo mucho mas sencillo but i was like fUCK IT#una cita normal???? un picnic?????? hell to the no a fUCKING CABAÑA EN MEDIO DEL BOSQUE#thats what maya deserves#nothing less
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BORJA
todos esos pensamientos negativos debían desaparecer cuanto antes porque no quería estropear lo que sea que estuviese pasando para que la situación entre ambos mejorase. zaira se veía genuinamente feliz y eso era todo lo que le importaba, algo que acababa por hacerle sentir feliz a él también y ya no quería dudar más o pensar cuánto tiempo iba a durar esa felicidad. por efímero que fuese ese momento de su vida, por poco que fuese a durar, nada quitaba que borja lo quisiera vivir al máximo, como si fuese el último segundo que le quedaba al lado del amor de su vida y… ¿quién le decía que no lo iba a ser? ya no importaba que todo en su cabeza fuera mal, iba a vivir aquello del mejor modo posible. “tonta.” refunfuñó sin perder la sonrisa, eso era lo que les quedaba, hacer todo de prisa, sin pausa alguna y eso involucraba desde lo más brusco a lo más romántico. el español se relamió los labios al escucharla pues sin duda no esperaba algo así, al menos no hasta después de comer, como ella había dicho anteriormente pero no se quejaba ni mucho menos iba a decirle que se estaba contradiciendo pues le estaba dando algo que él quería casi desde que despertó o incluso poco antes de dormir. tenía muchas ganas de disfrutar de su novia como siempre, de sentirla suya por completo, de sentir que no había nada que los pudiese separar. le sorprendía bastante que la italiana no quisiera esperar a volver a la casa pues normalmente no se daban más que un par de besos cuando estaban en público, sabía que no era de esas chicas a las que les gustaba llamar la atención o montar un espéctaculo casi porno en cualquier lugar público, como otras parejas hacían y realmente borja se sentía mucho más cómodo con ello, sin embargo, lo único que le entusiasmaba de todo eso era saber que zaira quería tanto hacer el amor con él que ni siquiera era capaz de esperar un par de horas. sin duda no quería ilusionarse pero no podía evitar sentir que cada vez la situación mejoraba más. el chico soltó un breve quejido al ver que se separaba, sin saber qué hacer exactamente por los primeros segundos. luego no tardó en apresurarse a bajar sus pantalones para deshacerse de ellos y de sus bóxer mientras ella hacía lo mismo más no pudo evitar soltar una breve carcajada al escucharla. “joder, hubiese sido mucho más fácil.” murmuró mordiéndose ligeramente el labio inferior, dejando que le quitase la camiseta para después hacer lo mismo con la de ella, aunque solamente la llegó a subir hasta dejar descubiertos sus pechos, pasando el resto de la camisa tras el cuello de ella. creía que era innecesario el desnudarla completamente en esa situación, tendría tiempo de hacerlo en unas horas. el español se relamió los dedos e inmediatamente los pasó por la feminidad de la chica, mojando la misma antes de volver a colocarla bien sobre él. “no sabes las ganas que te tenía.” dijo ahora, tragando saliva una vez que tomó su miembro con la mano para colocarlo en la entrada de ella, bajandola con firmeza al agarrarla desde las caderas. un sútil jadeo abandonó sus labios e inmediatamente inclinó la cabeza hacia delante para morder con suavidad uno de sus pechos.
verlo sonreír de esa forma era, para la italiana, una de las mejores cosas del mundo. ¿era posible ser más dulce? aún en momentos así, cuando ambos se estaban dejando llevar por el deseo y las ganas que tenían tras una semana de no haberlo hecho, no podía dejar de pensar en que era el amor de su vida, en que se negaba a perderlo, a tener que abandonarlo. ese pensamiento hizo que sus malos sentimientos volviesen a ella durante un instante. se sentía culpable por lo que hacía, por hacerle creer que todo estaba bien, que lo malo había quedado atrás cuando no era del todo cierto. sin embargo, ver las ganas del contrario y las propias, sentirse tan necesitada por él, provocó que se olvidase de todo lo malo y que se concentrase al fin en todo lo bueno que estaba sucediendo. “lo tendré en cuenta para la próxima vez.” mencionó de forma divertida, con una impecable sonrisa en sus labios. estaba ignorando sus propios pensamientos, el saber que no habría una próxima vez. un pequeño jadeo se escapó de los labios de la castaña al sentir los dedos húmedos de su novio en su entrada. estaba increíblemente sensible, en todo el sentido de la palabra, por lo que sentía que cada instante en el que la estaba tocando lo sentía demasiado, casi como si fuese la primera vez. no fue capaz de responderle ante sus últimas palabras, ya que no era capaz de recordar cómo se hacía para hablar. una vez que lo sintió por completo en su interior, la menor comenzó a mover sus caderas de arriba hacia abajo, suavemente y con tranquilidad. era como si su cuerpo al fin estuviese recibiendo lo que tanto estaba necesitando. gimió sutilmente debido a la mordida en uno de sus pechos, y es que en ese momento su cuerpo estaba bastante caliente, mientras su cabeza estaba en las nubes. “amor.” murmuró entre gemidos, sin detenerse a pensar en por qué se encontraba en un punto al que solo llegaba tras varios minutos, casi llegando al orgasmo. tomó el rostro del chico con ambas manos para así obligarlo a apartarse de su pecho e inmediatamente volvió a besarlo como antes, con desesperación y suma necesidad, aumentando al mismo tiempo los movimientos de su cadera sobre él.
#zaira rossi#bruh dont b sorry abt using bw icons#btw tardé mil años en esto and issa mess but............ yes#JAJAJAJAJAJAJA
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OMAR
ese último día había sido de lo más complicado para el chico. sabía que era su culpa, que había empezado una discusión por sus malditos celos, por desconfiar de maya pero ¿realmente había hecho tal cosa? no, creía que no, confiaba en ella más que nada a pesar de que creía que ella seguía sin confiar en él. por lo único por lo que habían discutido era por esa capacidad que la menor tenía en creer que nadie podría querer estar con ella cuando tenía la mejor prueba ante sus ojos. por más que discutían o por más contratiempos que tuviesen, kravitz seguía completamente enamorado de la chica y eso era algo que nada iba a cambiar. tantos eran sus sentimientos que estaba seguro que cualquier persona podría sentirse del mismo modo que él, cautivado ante lo increíble que era maya. y a pesar de que en esos días no habían dejado de discutir, tenía muchísimas ganas de verla pues para ellos ese era el mejor modo de calmar las cosas. echaba de menos abrazarla, besarla, estar con ella todo el tiempo posible así que tomar ese día para estar juntos era la mejor decisión de todas. omar pensaba que cuando mejor estaban era cuando se alejaban de todo, sin necesidad de fingir o de sentir enfado todo el tiempo. sabía que la chica aparecería en alrededor de una hora así que terminó el trabajo pendiente y se metió en la ducha. una vez fuera de la misma se vistió y se puso su perfume favorito; luego fue al estudio para colgarse una de sus cámaras al hombro. no iba a desaprovechar la oportunidad de tener recuerdos con ella por lo que siempre intentaba llevar la cámara cuando estaban juntos y aunque no quería molestarla con las fotos todo el tiempo, la excusa de que estarían muchas horas dónde fuesen era justo lo que necesitaba. luego de ser avisado por la menor de que ya estaba fuera, salió de inmediato y se dirigió a su coche, sentándose en el asiento de copiloto. “hola… preciosa.” murmuró luego de echarle una ojeada a lo que llevaba puesto. antes de ponerse el cinturón de seguridad se inclinó ligeramente hacia ella para besarla lentamente, llevando la mano derecha a su mejilla para acariciarla. “¿dónde iremos?, ¿vas a decir algo o será secreto hasta llegar?” preguntó, ignorando por completo la discusión del día anterior. era eso lo que tenía que hacer, ¿no? dejar atrás lo malo.
eran momentos como ese que se preguntaba cómo es que la seguía soportando. ¿no se cansaba de su forma de ser? ¿de que, con tal de no perder la razón, era capaz de echar todo a perder? después de todo, kravitz podía estar con quien quisiese, incluso con una mujer mucho más tranquila, más madura... más como él. temía que él se diese cuenta de que, en realidad, merecía a alguien mucho mejor, alguien que pudiera tratarlo con cariño y no temer que tomase alguna decisión repentina. la menor se sobresaltó al notar que alguien abrió la puerta, aunque no tardó en sonreír una vez que lo vio. se veía tan encantador, adorable, y definitivamente mucho más relajado que ella, por eso mismo era que frunció el ceño ligeramente, incluso al sentir el beso. “ni con la ropa nos ponemos de acuerdo.” mencionó de forma divertida tras corresponderle el beso, posicionando su mano sobre la de él en su mejilla. aún no se apartaba demasiado sus labios de los ajenos, sino que dejó unos cuantos cortos besos en ellos. era algo que había extrañado, no lo iba a negar, ya que no era capaz de ser así con nadie más que no fuese omar. se separó al fin para poner en marcha el motor y, sin más, comenzar a conducir hacia el sitio. “no te diré nada, impaciente.” respondió poco después, esta vez con una amplia sonrisa en sus labios. era algo inconsciente, en especial al pensar en que lo sorprendería el sitio al que irían. naturalmente pasaban el día en la casa de uno u otro, o iban a algún centro comercial juntos; así eran de aburridos. “¿otro photoshoot?” cuestionó al notar la cámara del chico una vez que lo miró de reojo mientras conducía. no lo hacía muy rápido ni muy lento, aunque trataba de esquivar los coches lo máximo posible ya que se ponía nerviosa de un momento a otro. “algún día tendríamos que hacer un photoshoot juntos, ¿no lo crees?” cuestionó poco después, con cierta incertidumbre en su tono de voz. “ya sabes, para tenerlo como recuerdo.” ni siquiera quiso aclarar si lo decía por si terminaban o por el hecho de que querría que fuese algo que vieran juntos en mucho tiempo, algo qué mostrarle a sus hijos. aún le parecía algo extraño pensar en su relación de esa forma, a largo plazo.
#maya anderson#ofc#pudo haberle dicho que estaba guapo but#shes not into that#JAJAJAJAJAJAJAJAJA#shes more the 'ugh u so ugly' type of girl
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se suponía que era su cumpleaños, tendría que estar con su familia, con sus amigos, pero no. solo fue cuestión de que trevor le enviase un mensaje para que la rubia cancele todos sus planes. ni siquiera quiso preguntarse por qué era así, ya que lo sabía a la perfección: tenía sentimientos por cooper, inevitablemente, y ya no era capaz de ocultarlos. en ese momento se encontraba frente al espejo, tras haberse probado casi todos los vestidos que tenía. ¿cómo debía vestirse? no era una cita, eso lo tenía claro, pero tampoco era un encuentro de amigos. él había tenido la idea de la cena, él había querido verla aún cuando todo ese día se habían visto en el trabajo. era una cuestión de señales confusas, las cuales decían una cosa pero, además, se apartaba de ella; sin olvidar que a yazmin le aseguraba que estaba enamorado de ella. entonces, ¿por qué no estaba enamorado de samantha también? en ese momento recordó que debía tener una excusa perfecta como para ausentarse toda la noche y, así, evitar tener que enviarle mensajes. le avisó que tendría que viajar toda la noche desde airlie beach hasta gold coast, aunque no especificó un motivo. alrededor de dos horas mas tarde, estaba montada en el taxi camino al restaurant. había elegido un outfit no tan elegante, pero tampoco casual. aún le parecía una situación bastante confusa, e incluso le daba miedo imaginarse cosas que no estaban sucediendo ni sucederían pronto, por no decir jamás. al llegar, entró al sitio con cierta cautela, alzando su mirada hacia todos lados, buscándolo. lo primero que pensó era que esa pudo haber sido una broma de mal gusto y que, probablemente, terminaría haciendo el ridículo. ¿no se le había ocurrido antes que era demasiado bueno como para ser real? frunció el ceño sin quererlo, aunque en ese momento la recepcionista le acababa de preguntar si tenía reservación. “um... supongo. debería estar a nombre de trevor dixon.” la mujer bajó su mirada a una especie de lista durante unos instantes, los cuales le parecieron los más largos habidos y por haber. ¿por qué a su ansiedad se le ocurría molestarla en ese momento? cuando pensó que la contraria diría que no había ninguna reservación a ese nombre, la misma le sonrió, por lo que samantha no tardó en seguir sus pasos luego de que la mujer le haya hecho una seña para guiarla hacia la mesa, donde ya se encontraba trevor esperándola.
#samantha wescott#well tiene mas curvas y sus boobs are huge but idc#JAJAJAJAJAJAJAJA#probably issa mess#but necesitaba terminarlo antes de irme a dormir
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