Text
02 de enero
Si de algo estoy seguro es que el tiempo igual va a pasar. Pase lo que pase y estemos donde estemos, el tiempo y todo lo demás a nuestro alrededor va a seguir con su curso, nosotros y lo que sentimos es ajeno al mundo, sin embargo pertenecemos al mismo. Si bien sé que justo en este momento la espera nos parece eterna, que el tiempo de estar juntos se ve tan distante, casi imperceptible, de igual manera llegaría, estemos juntos o no, igual será 02 de enero, y dentro de un año volverá a ser 02 de enero, ambos estaremos ahí, tal vez juntos, tal vez no, aunque yo siempre elegiría estar juntos, siempre te elegiría a ti, una y otra vez, y cada 02 de enero saber que estoy con la persona que más he amado en mi vida, y a quien yo creo sólo podría amar de esta manera. Eres tú, y sólo tú, y siempre serás tú, @likonezy
6 notes
·
View notes
Text
A veces
No todo es fácil, y sabía que así sería. Definitivamente hay días más largos que otros, otros tantos más difíciles que los anteriores, a veces con causa y a veces por mi causa. Hay días que duelen y días que consuelan, y en cada uno de ellos has estado tú, desde hace ya un tiempo, de una manera u otra siempre estás. A veces no sé por qué hago las cosas, y a veces les doy un motivo, causa o razón, así no siempre sea la mejor, así a veces sea sólo por convencerme a mí mismo de que es lo mejor o lo correcto.
A veces me siento muy mal, víctima de mis propios pensamientos, no es precisamente la noche y soledad la que me hace sentirme así, a veces es el día, pero la constante soy yo, mis ideas. Lo que normalmente más me cuesta pensar es “¿hasta cuándo?”, sé que no puedo preguntar eso, y sé que yo quiero un “para siempre”, pero lo que yo quiero no es garantía de que vaya a suceder. Puede que sean muchos años, puede que sea hasta hoy, eso no lo sé, no lo sabemos, por eso desde hace un tiempo tengo menos dudas en decir lo que digo, en confesar o declarar algo, en haberte dado un beso de más o haber tomado tu mano un segundo más, sabiendo y teniendo en cuenta cada beso era pensando en que tal vez fuera el último, cada que te abracé o tomé tu mano igual, la incertidumbre nos acecha e inquieta, sé que te has hecho la misma pregunta un sin fin de veces: “¿hasta cuándo?”, así te de respuesta no obtienes ninguna garantía más allá de mi palabra, que yo sé, tal vez eso nunca sea suficiente. A veces quisiera no sentirme tan mal. A veces quisiera no pensar tanto. Siempre quisiera estar y quedarme contigo, @likonezy
0 notes
Text
Tiempo
No sé cuánto tiempo se nos ha dado, bien puede ser hasta hoy, bien puede ser dentro de muchos años, aunque anhele tanto lo segundo, de nada puedo estar seguro. Cada minuto intento aprovecharlo, cuando te veo y te escucho. Me da miedo pensar que tal vez un día eso ya no pase más, pero por mientras, yo lo disfruto día a día, me siento afortunado de quién, para mí, es la mujer más hermosa que he conocido, me permita contemplarla día con día, me dé permiso de escucharla, aunque no sepa lo dichoso que me hace, que para mí cada día es uno más que quiero estar vivo, uno más cerca para volver a vernos. Para mí así se ha sentido el amor que no sabía que puedo sentir hasta ahora, no podía imaginar antes el querer estar tanto con alguien, el compartir cada aspecto de mi vida, el desnudarme de frente a esa persona y sentirme vulnerable y a la vez protegido. Creo que ahora entiendo cuando dicen que el amor es lo que da fuerza y esas ganas de salir adelante, si bien lo he sabido desde la perspectiva del amor propio, el amor a una labor o actividad, en “hacer lo que amas”, yo encontré todo el amor del mundo en una persona, la persona que mi mente no puede olvidar un solo segundo, quién me motiva a trabajar día a día, a querer hacer más, todo con tal de algún día cumplir un sueño que aún se ve muy lejano, pero el tiempo simplemente pasa, día con día. Me reconforta saber que el tiempo de igual manera pase, que algún día pasará el tiempo que tenía que pasar, y si es que aún quieres estar conmigo, yo estaré al final del tiempo que sea necesario para algún día estar juntos. Sólo quiero que pase el tiempo y volver a verte al menos un día más. Quiero que pase el tiempo hasta estar juntos por un período de tiempo indeterminado. Quiero que pase el tiempo para que después no pase más, que nos quedemos juntos los dos y que nunca se nos termine. Te amo, y espero que el tiempo lo demuestre.
@likonezy
0 notes
Text
Preocupación
Estamos conectados, de eso puedo estar seguro. Fuera casualidad o el destino, coincidimos en la vida, por distintas razones y circunstancias actuales estamos juntos estando tan lejos.
Hay algo que nos une, y es hasta cierto punto indescriptible, al menos las palabras no son capaces de expresar lo que siento, lo que creo que hemos sentido. No hay nada físico entre nosotros, al menos no que nos ligue de alguna manera, es algo más lo que nos mantiene juntos, es invisible, impalpable, pero se siente, ligado a nuestros corazones o tal vez un poco más profundo, no sé exactamente dónde se siente; lo he sentido en el pecho, en la cabeza. Lo he sentido en mis manos y a veces en todo mi cuerpo. Estamos unidos por lo que sentimos, más allá de palabras, promesas y el contacto físico, es algo que de lo que no nos podemos deshacer así lo intentáramos, venía ya con nosotros, aún antes de empezar a ser algo más, antes de que las palabras surgieran ya estaba con nosotros, sólo tardó un poco en expresarse para que lo escucháramos, pero creo que ya lo sentíamos, ambos.
Me ha dolido cuando a ti te duele, me ha angustiado cuando a ti te angustia, me he puesto triste cuando tú estás triste, me he preocupado un sin fin de veces por la persona a la que estoy más unido en la vida, estando aún tan lejos, sigues estando más cerca que cualquiera, pero dentro de todo lo malo, he estado feliz cuando tú estás feliz, porque eso somos al final de cuentas, un montón de sentimientos, buenos y malos, buscando estar juntos, buscando empatía entre nosotros y la hemos encontrado. Por más lejos que estemos, seguiremos juntos, pase lo que pase, por eso que no podemos ver pero sí sentir. Nos une el amor y todo lo que eso conlleva, o al menos eso creo.
@likonezy
2 notes
·
View notes
Text
Creatividad
Siempre he pensado que soy alguien que carece de “creatividad”. Todo lo relacionado a pensar en algo que implique mi imaginación creo que me resulta mal, como el usar colores, dibujar, manualidades, pintar, o cualquiera de esas cosas, que las he relacionado a la creatividad toda mi vida, pero recientemente me di cuenta que no se limita a eso. De hecho, mi imaginación es demasiado activa, al punto de no dejarme tranquilo, aunque a veces eso tiende más a mi ansiedad, pero, independientemente de eso, contigo he sido bastante creativo.
Pienso mucho en ti, a veces pienso mucho en todo lo que te digo, que te he dicho bastante hasta ahora, algunas cosas demasiado comprometedoras, que parecieran son sólo palabras que pueden ser dichas y sin más después ser olvidadas. Te lo he dicho antes, y no sólo se trata de algo que piense y te diga a la ligera, todo, absolutamente cada una de las palabras que te he dicho, y dedicado, las siento realmente, y nada viene de un guión premeditado, muchas de mis respuestas son de preguntas que me haces el momento, y creo que mi facilidad para responderte y decir lo que te he dicho hasta el día de hoy, viene en gran parte porque no tengo dudas de lo que siento. A pesar de que a veces, aún, siento un poco de miedo de decirte lo que te digo, porque, ¿cómo alguien que ni te conoce puede decirte tales cosas?, al punto de decirte que quiero pasar el resto de mi vida contigo, al punto de decir que sí quisiera casarme contigo, sin miedo alguno a que sea “para siempre”, y sinceramente le temo más a un “para siempre” sin ti. Yo sé que no te necesito, lo tengo muy en cuenta, e incluso podría continuar mi vida como si nada si tú un día decidieras alejarte, simplemente, llegado a este punto, creo que mi vida dejaría de ser vida sin ti, después de conocerte nada ha sido igual.
Recuerdo en específico un momento, una de esas noches en que dormimos juntos y mis padres dormían a un lado mío, tú te despedías antes de dormir, sabías que yo no podía hablar, no queríamos que me escucharan, pero sentía algo atravesado en mi garganta, como si quisiera gritarlo, no me podía quedar callado, no quería aguantarme más las ganas de decirte, como todas las noches, que te amo. Aunque obviamente no grité nada esa noche, lo terminé diciendo, y no sólo una vez, quería seguir diciéndolo, quería que lo supieras, quiero que aún lo sepas, que no te quede duda alguna. Quiero amarte, verte, escucharte, quedarme contigo por todo el tiempo que la vida me permita. Quiero hacerte feliz de alguna manera, pues pienso que es la única manera de poder devolverte un poco de lo que tú has hecho por mí.
Cuando se trata de ti, no necesito pensar mucho las cosas, creo que realmente no me cuesta plasmar o expresar mis sentimientos por ti. Contigo, soy creativo de alguna manera, y me gusta serlo, a final de cuentas, yo quiero que sepas todo esto, a pesar de lo mucho que te pueda resultar confiar, yo no espero que lo hagas ahora, ni pronto. Tampoco espero nada a cambio, ni ser correspondido de alguna manera, yo elijo esto sin estar seguro de nada, y si la vida lo permite, quiero hacerte saber, sin que te quede duda alguna, lo mucho que alguien te puede amar, y lo creativo que puedo ser para expresarte de esta y otras maneras lo que verdaderamente siento por ti, Katherine.
En resumen de todo esto, sólo es otra manera de decir: te amo.
10 notes
·
View notes
Text
Más cerca que cualquiera
Pienso en ti, y no exagero cuando digo que lo hago todo el día. Literalmente, pienso en ti todo el día, cuando te veo y cuando no te estoy viendo, cuando te escucho y cuando no te estoy escuchando, cuando pienso e incluso cuando creo que no estoy pensando, es como si estuvieras en todos lados, pero estás tan lejos.
Estás en mi vida, eso es un hecho. Estás conmigo cuando camino solo por cualquier lugar de la ciudad en la que vivo, en sus calles cutres que he recorrido cientos de veces y hasta cierto punto desprecio, si tú estás conmigo es como si todo estuviera mejor. Estás en mis horas de comida, pensando en si te gustaría o no lo que estoy comiendo, en si te podría gustar lo que yo te prepare de comer. Estás en la cotidianidad de mi día a día, en todo lo que hago y también en lo que no hago.
Estás en mis ganas de salir adelante, en querer lograr algo tanto por primera vez en mi vida. Siempre estás en mi felicidad, cualquier momento de dicha que tengo se vuelve mejor contigo, pues en parte, tú te has convertido en lo que más feliz me hace. Estás en mi soledad, y no me has permitido volver a sentirme solo. También estás en mi tristeza, has estado en cada lágrima que ha salido de mí desde que te conozco, porque sé que puedo sentirme triste contigo. Estás en mis sentimientos y emociones que no sabía que podía llegar a tener. Estás en cada suspiro y en cada sonrisa que me provocas.
Justo ahora, estás aquí conmigo, en cada palabra que pienso pues es por ti, mientras te veo...
De un tiempo para acá siento que estás conmigo, es el sentimiento más extraño que he tenido. Soy consciente de la situación, sé que tú estás muy lejos de mí, pero vivo en un lugar pequeño, es muy fácil encontrarse con cualquier persona acá, al grado que, me he sentido nervioso algunos días en los que voy caminando por cualquier calle o tienda de autoservicio, como si en cualquier momento fuese a voltear a algún punto en específico y pudiera verte ahí. Siempre te estoy buscando; busco tu cabello, tu cuerpo, tu cara, he buscado incluso tu voz, pero nunca los he encontrado.
Por último, estás en todo el amor que siento, estás en cada "te amo" y lo que me hace sentir que te lo exprese, estás en cada una de las palabras de amor que te he dicho, estás en cada promesa que te hecho. Estás conmigo cuando duermo y descanso, estás incluso hasta en mi sueños. Estás en mi mayor deseo que tengo en la vida, que es poder estar contigo por un período de tiempo indefinido. Estás en cada beso y abrazo que aún te debo. Me he dado cuenta de que, estando tan lejos, estás más cerca que cualquiera de mí, pues, como si no tuviera elección alguna, mi cabeza y mi corazón han decidido llevarte a todos lados conmigo, mi amor Katherine.
Te amo. Te amo por estar conmigo y por otras mil razones que aún estoy descubriendo. Gracias por tanto. Gracias por ser tú.
5 notes
·
View notes
Text
Destino
Hoy, más que cualquier otro día me has demostrado que no puedo dudar del destino. Creo en él y creo en ti.
Pienso en ti y en lo delicado que fue el evento de que nos pudiéramos conocer y la manera en que se dieron las cosas. Si nos hubiésemos conocido antes, esto no habría ocurrido, si nos hubiésemos conocido después, probablemente tampoco habría pasado mucho más. Fue en el momento justo, por el medio más casual y del cual no esperaba realmente nada. Pienso en el hecho de que yo no te habría encontrado, pero tú me encontraste a mí, algo en mí te dio, por lo menos, curiosidad, y decidiste leerme y escribirme. Pienso en lo delicado de eso también, creo que habría bastado un par de malos días para que tal vez cualquiera de los dos dejara de responder las cartas que nos enviábamos y no habría sucedido nada más, solamente alguien más con quién platicamos en algún momento y que probablemente no habría significado nada en nuestras vidas.
Pienso en lo bien que nos llevamos, en lo bien que pudimos relacionarnos tan pronto, que de entre todas las personas justamente tú y yo coincidimos. Yo sabía que por algo debíamos conocernos, de eso me sentí seguro después de unas cuantas cartas, pensando en que tal vez, después, yo te podría ayudar en algo o tú a mí, y tal vez, no mucho más, hablaba contigo y nunca me imaginé que serías la persona que me mostraría lo que se siente amar realmente, realmente nunca pensé que podría enamorarme de alguien a quién ni siquiera conozco, pero que estoy seguro me ha hecho sentir como nunca nadie antes en la vida.
Pienso también en lo poco probable que era que tú sintieras algo mínimamente similar a lo que yo sentía y siento, pensaba en la idea de que me gustaras y lo ridículo que tal vez sería eso para ti, ¿cómo alguien que ni siquiera te conoce iba a sentir algo por ti?, pues sucedió, y después, como ya sabes, eso dejó de ser sólo un "me gustas" a un "estoy enamorado", de un "te quiero" a un "te amo", aunque aún te resulte difícil de creer esto último, yo me siento bastante seguro de lo que siento por ti, y que no quiero alejarme de ti nunca.
Por último, pienso en el 02 de Octubre, que un poco de mala manera, me hizo darme cuenta que realmente te amo y que no quiero pasar ni un solo día sin ti. Pienso en cómo se dieron las cosas respecto a esto y cómo se resolvieron al mismo tiempo. Sabemos lo que pasó, y yo sólo pensaba en la idea de que tal vez ya no volveríamos a hablar, el día fue sumamente extenuante y largo. No quería comer, no podía dormir, no tuve ganas de nada, sólo quería que el día terminara. Antes de acostarme, me senté y respiré de nuevo, pensaba en lo que sucedía y me forzaba a aceptarlo, pero no pude, y me quebré nuevamente, estaba yo ahí, solo en mi cuarto en completa obscuridad, con los ojos cerrados y llorando, pidiendo a quién fuera que me escuchara, que no me permitiera esto, que no lo quería, que por favor me dejara tenerte de vuelta, saber de ti y poder escucharte y verte, de cualquier manera posible, ya no me importaba si no me querías de la misma manera que yo a ti, sólo quería poder tenerte en mi vida... Me fui a dormir bastante temprano, estaba agotado, sólo quería dormir pero no podía dejar de pensar en ti, hasta que por fin logré quedarme dormido, y entonces, pasó...
Eran las 12:16 de la noche, y me llamaron. Me llamó una prima por accidente a esa hora y eso fue lo que me despertó, después vi tu nombre de nuevo, pidiendo verme, no lo podía creer siquiera, no quería que eso fuese un sueño, de inmediato salté de la cama y mi corazón latía demasiado rápido, te dije que sí, que por favor nos viéramos, estaba muy angustiado porque hace tiempo que me habías enviado ese mensaje, pensaba en que tal vez ya había desaprovechado mi última oportunidad, pero me respondiste, nos vimos y me devolviste lo que más me hacía y hace feliz en el mundo.
Pienso en el destino, en si no me hubieran llamado a esa hora, en si no me hubiera despertado en ningún momento, en cómo habrías pasado tú esa noche, en si para el día siguiente iba a seguir vigente la propuesta, en cómo me sentiría hoy de no haberte respondido en toda la noche, pero nada de eso pasó.
Pienso en el destino, en ti, en que debía conocerte y que debía enamorarme de ti, pienso en que así debían de ser las cosas. Pienso en esa llamada por accidente y que esto no puede ser simplemente una serie de casualidades una tras otra.
Pienso que mi destino es estar contigo, Laura.

1 note
·
View note
Text
02 de Octubre
Es 02 de Octubre. Por alguna razón desde lo que pasó he pensado que es 12 de Octubre, no sé ni entiendo por qué, no tiene sentido. Tal vez quisiera que ya hayan pasado 10 días, pero no es así, ni 10 días mejorarían esto.
Es 02 de Octubre y me siento triste, no encuentro ninguna otra palabra. No es decepción, no hay este enojo reprimido que he tenido en otras ocasiones, no me siento frustrado, no hay ni siquiera dudas, tengo respuestas a todo lo que pasó, entonces no hay incertidumbre. Lo entiendo todo, de alguna manera lo entiendo y lo acepto. Acepto estar triste como nunca antes, no me había permitido llorar en mucho tiempo, ni recuerdo haber llorado tanto desde que murió Adrián Tepes, aún así debo saber hacerlo, pues no quiero que mi familia se entere y hagan preguntas que no pienso contestar, no quiero causar más angustia a las personas que quiero.
Es 02 de Octubre y por primera vez en mi vida me he sentido vulnerable, por primera vez en mi vida siento que alguien pudo haber hecho y deshecho conmigo, que me hizo sentir como si tocara el cielo y hubiese podido lograr todo, y al mismo tiempo dejarme caer desde la misma altura. Eso sólo puede ser mi culpa, somos responsables de lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos. Todo fueron decisiones mías, y no me arrepiento de nada, al final de cuentas. Para sentirme así de triste es porque ayer, y todavía hoy, fui así de feliz. Feliz como nunca nadie antes me había hecho sentir.
Es 02 de Octubre y el día me ha parecido eterno, otra vez vuelve mi pesimismo y mi derrotismo, siento que no puedo hacer nada ni soy suficiente. Me siento mal por sentirme así, por delegar esos sentimientos y que dependieran de alguien más, soy tonto por sentirme así, pero puedo aceptarlo.
Es 02 de Octubre y acepto lo que está pasando, acepto por primera vez estar triste, permitirme llorar y darme cuenta que justo ahora pienso mucho más en ti que cuando sabía que podría estar en contacto contigo todo el día. Muchas palabras para mí comienzan a tomar sentido, no ha pasado siquiera un día, y sé que ahora pienso en ti mucho más que ayer.
Es 02 de Octubre, y qué día más malo, pues hoy, me doy cuenta de que amar tanto a alguien puede doler de igual manera, y aún así, como si se tratara del animal más tonto haciendo lo mismo esperando que algo cambie, sé que no podré dejar de amarte.
Maldito 02 de Octubre, ojalá nunca hubieras pasado.
0 notes
Text
Me encantas
Sé que acabo de decírtelo, y que esas dos palabras no son suficientes para expresar todo lo que siento por ti, o tal vez sí, no estoy seguro ahora, creo que al final de esto, tú podrás decidir si son suficiente o no, pues en las próximas líneas haré mi mayor esfuerzo por expresarte todo lo que me haces sentir, así como la manera en que te veo, aunque creo que al final son cosas que ya te he dicho, y otras que aún no, me gustaría tenerlo aquí, y que tú supieras que está aquí, que no se perderá con la cotidianidad de los mensajes o serán palabras que puedan ser olvidadas, esto siempre estará aquí, y, así como lo que siento por ti, eso no va a cambiar.
Me gustas, eso es un hecho, junto todo lo que implica eso. Me gustas cada que hablamos, me gustas más cada que te veo; me gustas para compartir muchas cosas, así como me gustas para imaginar todo lo que quisiera poder hacer contigo si te tuviera cerca. No sé exactamente el momento en que empezó a ocurrir todo esto. En un principio, era algo demasiado obvio que me agradabas bastante, quería conocerte, me parecías muy interesante, así como me parecían curiosas las grandes similitudes que teníamos relacionadas a varios temas, me fue muy fácil sentir empatía contigo, así como sentirme identificado con alguien, y eso nunca me había pasado. Mucho tiempo me he sentido solo, que realmente no tengo con quién hablar o a quién pudiera contarle exactamente lo que pienso, sin tener en mente la idea de que pensaran que hay algo malo en mí, tal vez. A nadie había podido mostrarle lo que escribo aquí, ni en ninguna parte, pero eso cambió contigo, desde un principio sabía que me entendías de alguna manera, contigo perdí cierto miedo, cierta pena a mostrar lo que realmente pienso y siento, tú me hiciste sentir seguro por primera vez, al menos que recuerde, y eso es algo que de por si, ya te agradeceré lo que me resta de vida.
Mientras más hablaba contigo, más quería saber de ti, nunca me sentí fastidiado o cansado de hablar contigo, así como tampoco satisfecho, recuerdo muchas noches (y hasta la fecha) esperar tan ansioso el momento en que me fuera a acostar, para saber que dentro de poco más iba a poder tener esa plática contigo que cada vez se volvía más parte de lo cotidiano, siempre lo he apreciado mucho, aunque obviamente en un inicio nuestras charlas no se trataban para nada de lo relacionado a esto, aún así podíamos pasar horas al teléfono hablando de otras cosas, y aunque yo no identificaba aún todo lo que sentía por ti, era algo innegable que yo me sentía sumamente cómodo, tranquilo y feliz cada que podía hablar contigo.
Fueron pasando los días, y podía darme cuenta que cada vez quería saber más de ti, cada día me preocupaba un poco más por ti, cada día que pasaba me dormía hablando contigo y despertaba escribiéndote, pues cada día, pensaba más en ti, hasta el punto en que, actualmente, no puedo dejar de pensar en ti durante todo el día. Pude darme cuenta de que la manera en que te veía, no se limitaba ya simplemente a la relación que suelo tener con una amiga, sabía que era diferente, pero prefería ignorarlo, no quería complicar ese asunto, pues siempre he tenido muy en cuenta todo lo que esto conlleva, así como pensar en la muy alta probabilidad de que tú no sintieras ni por asomo, algo similar a lo que yo sentía, y pensaba también en que podría arruinar esta relación que ya había formado contigo en tan poco tiempo y que tanto disfrutaba, sólo por pensar en esto cada vez más.
Contigo aprendí que no puedo ignorar mis sentimientos, en especial cuando son tan persistentes y fuertes. No podía ignorar la manera en que te veía, ni cómo me sentía cuando hablaba contigo, tampoco podía evitar sentirme sumamente nervioso cuando algunas cosas fueron dichas por primera vez, y que hasta el día de hoy me siguen provocando estos latidos fuertes en mi corazón, así como incontables suspiros cada que las vuelvo a leer o escuchar; como la primera vez que me dijiste que querías poder dormir conmigo, la primera vez que te dije que te quería, o la primera vez que me dijiste que me querías. Nada de esto era normal, no en mi persona.
Hasta que este día, en que las cosas simplemente ya no volverían a ser iguales, no lo pude soportar más. Yo era un manojo de nervios diciendo muchas palabras, contando un sueño sumamente extraño en el que sucedía algo que ni siquiera había podido imaginar con claridad, pero que ya había ocurrido en sueños; ese primer beso del que tanto hablamos ahora y que no podemos dejar de pensar en ello. A pesar de ser tan consciente de la situación, y de tal vez, las repercusiones que tendría decirte todo lo que estaba a punto de decirte, en un acto sumamente egoísta, te lo dije, te dije tantas cosas que había querido evitar tocar en algún tema previo, que no me sentía contigo de la misma manera que me siento con cualquier otra persona, que no te veía de la misma manera, y lo más importante, que no me sentía así, como si se tratara de dos personas sólo siendo amigos. Tú siempre fuiste amable, y me trataste bien, fuera de eso, no puedo recordar que dieras siquiera el más mínimo indicio de que tenías cualquier tipo de interés más allá de lo amistoso conmigo, yo, simplemente me dejé llevar por todo lo que sentía y me hacías sentir.
Siguió pasando el tiempo, hasta lo que nos acontece en estos días, que ambos tendemos a expresar más cosas, creo que sobre todo yo, te agobio, repito e insisto con todo lo que tú representas para mí, la manera en que te veo, y el innegable hecho de lo mucho, pero muchísimo que me gustas.
Pasaste a ser alguien con quién sólo me escribía una carta diaria a una persona bastante importante para mí, para mi vida, y lo que me pasa día a día. Hay cosas que pasaron de ser pensamientos efímeros a ideas que no puedo quitar de mi mente, y que ocupan mi cabeza la mayoría del tiempo, todos los días, sin falta alguna. No puedo dejar de pensar en lo muy rápido, o muy lento que pasa el tiempo, pues en este punto no tengo idea de si los días pasaron sumamente lentos y pudimos hablar y conocernos tanto en tan poco tiempo, o si los días pasaron demasiado rápido así como lo que empecé a sentir por ti, sólo sé que pasó. Ahora, hoy en día, no dejo de pensar en lo hermosa que te ves cada que te veo, y también lo hermosa que seguramente te ves cuando no te estoy viendo, pues no puedo borrar esa imagen tuya que he visto ya en numerosas ocasiones. Conozco la forma de tu cara, tus cejas, tu nariz, el color de tus ojos así como su forma; la forma y grosor de tus labios; tus orejas y la manera en que se ve tu pelo cuando decides tenerlo suelto, o cuando lo traes sujetado. Recuerdo muy bien tus expresiones, la forma en que me miras y lo mucho que eso me hace suspirar, cómo frunces un poco el ceño cuando me estás haciendo cierta expresión que me causa demasiada ternura, cada que me sacas la lengua y pensar en lo mucho que me gustaría sentirla con la mía o en mis labios... también cuando te acercas mucho a la cámara y sonríes, tienes la sonrisa más bonita que he visto, me hace sentir algo que inunda mi pecho rápidamente, me siento agitado, y después eso disminuye de a poco, todo esto mientras no quito la mirada de encima tuyo y pienso una y otra, y otra vez lo mismo: “en verdad me gusta muchísimo”. El simple hecho de pensar en tu nombre, ni siquiera pensar en tu persona, sólo tu nombre, me hace sentir mariposas en el estómago y cierta intranquilidad, pues sé que ese nombre te pertenece, al punto, en que para mí no existe ninguna otra Laura en quién pueda pensar.
Sé que he hablado demasiado últimamente, y también aquí, de lo relacionado a lo mucho que me gusta tu aspecto físico, que es indudablemente hermoso, y que nunca me cansaré de decírtelo, pero quisiera decir, que obviamente, no sólo eres eso para mí, eres muchísimo más que un rostro bonito (el más bonito que he visto en mi vida), eres toda una idea que tengo, eres el ser humano más bello que he conocido, y con el cual me he sentido más afortunado de conocer. Eres, todo el concepto del “jugo de tomate” del que te he hablado y del cual me enamoré, eres una persona maravillosa, con muchísimo que dar; creo que eres alguien bastante inteligente y que se esfuerza por conseguir lo que quiere, lo cual respeto muchísimo, tienes días malos, o no siempre te sientes bien, y eso no evita que todos los días me preguntes cómo estoy y cómo me siento, y si pudieras hacer algo por mí, que lo harías. No me dejas sentirme solo, y la verdad, no me he sentido así desde que te conozco, has hecho tanto por mí, y creo que en parte por eso no puedo evitar sentir todo esto por ti, pues creo que nunca antes alguien me había tratado o me había hecho sentir tan bien, no de la manera en que tú lo haces.
Por último, y más importante, al menos a mi parecer, es que has resultado ser alguien inspiradora para mí, y todavía más importante, sin ánimos de querer inspirarme, lo has logrado. Has logrado que una persona desconfiada, confíe; que una persona insegura se sienta segura de algo; que esta misma persona, tan realista, con tendencias más orientadas a lo pesimista, se sienta motivada a lograr algo y tenga una idea sumamente optimista a algo lo cual es, tal vez, poco probable que suceda, pero que haré todo lo que esté en mis manos, y hasta lo que no, para lograrlo, me has motivado querer ser mejor persona y querer superar incontables cosas con el simple y sencillo objetivo de algún día poder estar contigo, pues estoy sumamente convencido de que al final todo habrá valido la pena el día que pueda estar contigo. Estoy muy seguro de que no existe ninguna otra persona ni medianamente parecida a ti, y ya soy lo bastante afortunado para que el destino me permitiera conocerte, así que no pienso soltar esta oportunidad de una vez en la vida, porque tú, y sólo tú, puedes hacerme sentir todas estas cosas.
Al final, me encanta cómo te ves, me encanta tu sonrisa y tus expresiones. Me encanta cómo te ves con tus gafas puestas y cómo te ves sin ellas. Me encanta tu risa, tu voz y sus diferentes tonos. Me encanta tu sentido del humor y cómo me haces reír tan seguido, Me encanta la manera en que me haces sentir. Me encanta todo de ti, todos esos pequeños detalles que en conjunto forman a tu persona, y, por sobre todas las cosas, me encantas tú.
Dicho todo esto, creo que sólo decirte “me encantas”, no es suficiente para poder expresar todo esto que siento y pienso de ti, entre muchas otras cosas más, que en un futuro tanto lejano, como cercano, continuaré diciéndote. Pero, por el momento, sólo puedo decirte que: me encantas, Laura.
5 notes
·
View notes
Text
Sueños
La vida a veces es bastante cruel, como si no fuese suficiente acontecer y ver lo que sucede en este mundo actual, mi mente a veces termina siendo el peor lugar del mundo, en sentido figurado, soy consciente de que hay lugares mucho peores. Aún así, ese lugar que está todo en negro y puede brindarme paz, ni siquiera ahí me siento tranquilo.
Mis mejores sueños se convierten en mi peor pesadilla una vez que despierto, puesto que no son reales. He tenido muchísimas pesadillas y es el mayor alivio del mundo una vez que despierto y darme cuenta de eso, que sólo era un sueño, sin embargo en su mayoría olvido esos eventos tan "traumáticos" acontecidos en esas pesadillas, algunos otros no y son cosas que mantienen intranquila mi mente aún después de despertar y días después, aún así, el mejor sueño que puedo recordar en mi vida, que ocurrió hace años, es una de mis mayores tristezas al día de hoy cada que lo recuerdo.
Hay muchos detalles que no recuerdo de este dichoso sueño, sin embargo, y lo más importante es que no puedo olvidar ni un poco la manera en que me sentía. Había una persona en específico, una mujer, que estaba conmigo. El sueño era todo caótico y con unas cuantas cosas sin sentido que no vale la pena comentar, tampoco puedo recordar a la mujer, pero sabía nuestra situación. Ambos queríamos estar juntos, y en ese momento lo estábamos, pero sabíamos que eso no duraría mucho más, que en cualquier momento iba a terminar. En el sueño recuerdo ambos estábamos intentando evadir o huir de algo, pero era inútil, en cualquier momento sabíamos que ese momento tendría que acabar, recuerdo sentir la peor angustia del mundo provocada por esa situación. No recuerdo que hubiese mucho intercambio de palabras entre nosotros, sólo una frase que quedó grabada hasta el día de hoy en mi memoria. Justo antes de despertar recuerdo la manera en que tocaron mi rostro y se escucharon las siguientes palabras: "Aunque creas que nada de esto es real, puedo jurar que tienes el rostro más hermoso que he visto en mi vida".
[...]
Siempre me he considerado una persona un tanto complicada, no tengo muchos amigos y me cuesta relacionarme con las personas, soy bastante introvertido y tengo el autoestima por los suelos y aún más abajo, a pesar de eso, he tenido algunas relaciones amorosas que terminan fracasando más por culpa mía y mis inseguridades que cualquier otra cosa, y creo que nunca he estado realmente enamorado, y lo creo por culpa de ese sueño; no existen palabras para describir exactamente lo que sentía por esta persona, pero me hacía sentir de todo, y esas palabras que dijo, a pesar de ser la persona más insegura y desconfiada del mundo, puedo jurar que había una sinceridad absoluta en esa oración, justo en ese momento puedo recordar que para alguien yo tenía el rostro más hermoso del mundo, que no lo decía por cortesía, ni por hacerme sentir bien, pude sentir la verdad en ello, recuerdo sentirme hermoso para ella, el corazón me latía demasiado fuerte, no podía decir nada, me invadió una felicidad absoluta que en menos de un segundo la cubrió el sentimiento de tristeza más agobiante que puedo recordar, porque sabía que estaba a punto de terminar, de alguna manera, podía saber que lo que me estaba ocurriendo no era real.
Jamás he podido volver a sentirme siquiera de manera similar, y realmente dudo que eso en algún momento de mi vida pase, es absurdo siquiera para mí pensarlo, pero, ¿por qué tuve que soñar eso?, aún lo recuerdo y siento ganas de llorar, para mí no es de lo más común tener todos estos pensamientos y sentimientos encontrados, y todo por un ridículo sueño que me gustaría no recordar.
"Aunque creas que nada de esto es real...", vaya elección de palabras la que hiciste, no puedo explicar cómo es lo más cruel y lo más hermoso que he podido escuchar.
Tengo miedo de que mis mejores sueños sigan siendo sólo sueños.
0 notes
Text
Ruido
No he dormido bien. No soy consciente del tiempo, todo el rato estoy en cama, intentando dormir o no dormir.
Hoy me ha despertado el vecino, tiene algún proyecto entre manos, sin duda es alguien sumamente trabajador, no ha parado desde que empecé a escuchar el ruido de su herramienta, los golpes al metal, el escándalo de la sierra en cada corte, casi puedo escuchar su respiración forzada en cada golpe e imaginar su rostro cansado al estar trabajando bajo el sol, sin embargo no da tregua a su tarea, él no deja de trabajar, así haya alguien durmiendo. No tengo idea de qué hora es, sólo sé que quería seguir durmiendo. A partir de este momento, ya no pude dejar de escuchar al vecino trabajar.
Es el día siguiente, el vecino continúa trabajando, no ha parado y me siento cansado por él, aunque un poco harto, y al mismo tiempo acostumbrado por el ruido que hace, hoy no me ha despertado el ruido de su trabajo, hoy fue diferente. Debajo de donde vivo se escucha que un perro llora mucho, más bien, un cachorro por la naturaleza de su llanto. Ni siquiera sabía que había un perro aquí, tal vez acaba de llegar, pero es preocupante su llanto. Está sufriendo. Puedo imaginarme al cachorro, la manera en que hace arcadas en cada llanto, la expresión de su rostro a cada quejido, escucho cómo lo intentan calmar, cómo si eso fuera a ayudar, el cachorro necesita ayuda y no se la brindan, nadie hace nada, ni siquiera yo, supongo que a final de cuentas soy igual a ellos. Estoy muy cansado, no tengo idea de la hora, sólo sé que no he dormido bien. El vecino no deja de trabajar y el cachorro no deja de llorar, no importa la hora.
Un día más y me he podido acostumbrar a lo agobiante que es el ruido; el trabajo del vecino no ha parado y el sufrimiento del cachorro tampoco, sin embargo, hoy me despertó algo más. Del otro lado se escucha una discusión bastante acalorada, entre una pareja joven, ambos están muy molestos, lo puedo saber por el tono de sus voces, y aunque no logro distinguir lo que dicen, puedo saber que el problema es serio, puedo imaginar las expresiones en sus rostros, están molestos ambos, puedo imaginar los ademanes que hacen cada que uno grita, la manera en que gesticulan a cada palabra, no buscan solucionar nada, es una pelea que no va a terminar, pues sólo se buscan víctimas y culpables. El ruido no va a terminar pronto, es lo único de lo que estoy seguro.
Cada vez me siento más cansado por el vecino, más preocupado por el cachorro y más indiferente por los problemas ajenos a mí que enfrenta la pareja, pero yo sólo quiero dormir y no hago nada al respecto. Cada que cierro los ojos el ruido es más fuerte, y entre sueños sólo puedo identificar esos 3 escenarios, incluso cuando duermo, no estoy durmiendo en realidad. Me pregunto si algún día todo esto va a parar.
No tengo idea de cuánto tiempo ha pasado desde que todo empezó, tal vez sigue siendo el mismo día, o tal vez ya pasó un mes desde que el vecino no ha parado de trabajar, el cachorro de llorar y la pareja de pelear, ya ni siquiera sé qué hace cada uno. Tal vez el cachorro trabaja, la pareja llora y el vecino discute, aunque no tenga sentido alguno, no lo puedo saber.
Cerré y abrí los ojos, literalmente fue sólo un pestañeo, y todo se detuvo, ya no hubo más ruido y gobernó un silencio absoluto, por fin podía dormir, pero no pude hacerlo pensando en que el vecino finalmente se cansó, el cachorro murió y la pareja decidió separarse para terminar con el problema, porque era impensable creer que el vecino terminó su trabajo, el cachorro por fin dejó de sufrir y ahora está bien, y la pareja pudo solucionar sus problemas, y siempre tiendo a pensar lo peor. Me pregunto, si alguno de estos ruidos en algún momento en verdad existió, o sólo estuvieron en mi cabeza todo este tiempo, tal vez nunca pasó nada y sólo yo escuché todo eso, tal vez al final yo era el que provocaba todo ese ruido. No importa, al menos sé que hoy dormiré, al menos hasta que regrese el ruido.
0 notes
Text
Melón
El melón es mi fruta favorita, y qué conflictivo ha sido eso desde que tengo memoria. Ir al super para buscar esa fruta que tanto me gusta, siempre me ha parecido una tarea sumamente agobiante. Al inicio de esta relación con el melón, uno es, por obviedad, bastante inexperto, vas al área de frutas y los ves ahí todos amontonados, de un montón de tamaños, texturas, formas y con sus propias particularidades; nunca he visto dos melones iguales. Escogí el primero al que le vi ‘buena cara’, parecía de buen tamaño, sin golpes, se siente firme, y lo llevé a casa pensando que podría disfrutarlo, porque las características que presentaba por fuera, lo hacían parecer un buen candidato. Lo interesante empezó una vez que lo partí, lo pude ver por dentro y, después, finalmente lo probé. Puede que sea bueno para ti, puede que no, y eso no quiere decir que ese melón sea malo, simplemente no es de tu agrado, porque te gusta que tenga otro sabor, aunque he de decir, que en mi experiencia, sí me ha tocado probar melones realmente malos. Terminé ese melón que parecía muy bien por fuera pero realmente no disfruté, me decepcioné un poco, y tal vez no quise volver a probar un melón en un tiempo, pero en algún momento sentí la necesidad de volver a comer melón. Esta vez, basado en mi experiencia anterior, supe que no me podía dejar guiar sólo por cómo lucía por fuera, entonces me preparé. Se pueden tomar cursos para saber cómo elegir un melón, y no se trata de que sólo alguno serán buenos, sino, saber encontrar el que más te va a gustar de acuerdo a lo que a ti te gusta, y lo que no. Entonces, volví al super, y los volví a ver ahí, todos amontonados, de un montón de tamaños, texturas, formas y con sus particularidades, pareciera que nada había cambiado,pero yo sí cambié, y no los veía de la misma manera. Hay algunos que parecen golpeados, que una parte de ellos simplemente ya no sirve, pero eso no quiere decir que sean malos, una vez que llego a casa, y les puedo dedicar el tiempo que necesitan, para este ritual de lavarlo, partir y quitar la cáscara, uno se lleva sorpresas, y así es que he probado muy buenos melones, por eso es que sigue siendo mi fruta favorita. Uno no lo puede saber absolutamente todo sobre los melones, por más que se estudie y prepare, simplemente a veces es como jugar a la ruleta rusa, puede que en algún momento parezca que lo sabes todo, y que nunca más volverás a probar uno que no sea malo, porque, según tu experiencia, los sabes escoger, pero aún así nos podemos seguir llevando sorpresas. Por eso y muchas otras cosas más, amo y odio el melón.
0 notes
Text
Sin Título
Recobré el sentido de golpe. Estaba totalmente desorientado, no sabía en dónde estaba, ni por qué me encontraba ahí. Escuchaba una voz pero no lograba entender lo que decía. En verdad divagaba. Empecé a descifrar todo a mi alrededor, los muebles, la mesa en que estaba, las luces, la ornamentación, intentaba que algo de ahí coincidiera con algún recuerdo, pero nada cuadraba. Finalmente me despejé un poco y la voz se hizo escuchar, ¿Estás bien?, fue lo primero que escuché, y frente a mi, resultó siempre había estado una chica. Cuando la volteé a ver sólo se echó a reír, lo curioso es que en ningún momento se me hizo conocida. Ella portaba un vestido negro y largo de una sola pieza y un brazalete algo ostentoso. Era de tez clara, sus ojos color café, pestañas de aguacero, ceja un poco ancha pero bien formada, nariz respingada, boca pequeña; su cabello color negro, no muy largo, apenas le llegaba a los hombros y un lunar muy particular en su cuello, qué puedo decir, era hermosa. Yo llevaba puesta una camisa a manga larga color roja, pantalón de vestir y zapatos negros. Al parecer estábamos en una fiesta o algo parecido. Había muchas otras personas, pero cualquier rostro que observaba no me era conocido en lo absoluto. Ella continuó la conversación como si se hubiese interrumpido debido a que me perdí un momento, no entendía para nada lo que estaba pasando, ni siquiera sabía de lo que ella me estaba hablando, me encontraba demasiado preocupado por saber qué era lo que hacía allí. Nada tenía sentido. Volví a escuchar claramente algo proveniente de ella, mi acompañante, ¿Por qué estás tan callado ahora?, y se volvía a echar a reír, era bastante risueña al parecer, pero su risa me reconfortaba, me daban ganas de reír al escucharla, y ver su sonrisa era algo que me hacía sentir lleno en todo aspecto, sin saber quién era. Decidí prestarle atención, unirme a la platica con ella. Hablaba como si yo le hubiese contado absolutamente todo sobre mi, me hizo sentir desnudo. Entonces, sin notarlo, yo también estaba hablando y me di cuenta de que yo la conocía; no sabía su nombre, su edad, si su color de cabello era natural, la conocía a trasfondo, sabía lo que le gustaba, lo que no, las pequeñas bromas que podían hacerle relucir esa sonrisa que inmediatamente me cautivó, así era como la conocía, y justo en ese momento supe por qué estaba allí, pero cómo una respuesta abrupta…
Desperté. No recordaba nada de lo que había pasado en el sueño. Fue una de esas noches que apenas cierras los ojos y en cuestión de minutos te está sonando el despertador, qué ladillez… Me puse de pie y comencé a alistarme para la escuela, no sé en qué momento el tiempo se me fue de las manos, pero ya iba 30 minutos tarde. Para mi suerte, la maestra de la primera hora siempre deja pasar. Llegué al salón, pedí permiso y me accedieron entrar. Justo cuando me dirigía a mi lugar, había una chica en él, no la reconocí al instante, talvez era de esas que siempre se sientan hasta atrás, nunca hablan y ni se dan a notar. Aparte, ni siquiera levantaba la mirada, y con toda la sutileza y amabilidad que me caracteriza, ¿Y tú qué?, le pregunté, todo el grupo se echó a reír y ella bajó aún más la mirada, la maestra tomó la palabra, Es una nueva alumna, ¿Y mi lugar qué?, en ese momento tenía una prioridad, Pues parece que tendrás que ir a buscar una banca a otro grupo, te pasa por llegar tarde, Está bien… Fui por mi banca, regresé al salón, tomé las clases del día en ese nuevo lugar que nunca me fue asignado. Concluyó el día en la escuela. Al día siguiente, desperté temprano e iba con buen tiempo. al llegar, la chica nueva ya había llegado, pero no estaba en mi lugar, lo cual me extrañó y durante un segundo quise que estuviera en mi lugar, tener una excusa para dirigirle la palabra, no sé por qué, fue extraño y la sensación se fue como me vino.
A la hora del receso, estaba con mis amigos de siempre, en el lugar de siempre y vi a esta chica nueva a lo lejos, otravez me invadió la necesidad de hablarle, insisto, no sé por qué. No sabía siquiera cómo era, me refiero a físicamente, talvez era fea, a eso me refiero, pero en ese preciso momento me di cuenta de que ella tenía totalmente mi atención, por eso mismo me decidí a hablarle sin pensarlo, y con la mejor de las excusas. Mientras más me acercaba, más me atacaban los nervios, me sudaban las manos e incluso temblaba. Ella estaba sola, parecía ser bastante tímida, pues no había visto que hablara con nadie y mucho menos se había echo de amigos. Estaba con la mirada al suelo, como casi siempre, Perdón, fue la palabra con la que quise comenzar, ¿Qué?, pude escucharla decir, pero me perdí en el momento en que levantó su cara y porfin (después de sólo dos días…) pude contemplarla y prestarle atención a cada uno de sus detalles, de tez clara, sus ojos color café, pestañas de aguacero, ceja un poco ancha pero bien formada, nariz respingada, boca pequeña; su cabello color negro, no muy largo, apenas le llegaba a los hombros y un lunar muy particular en su cuello, qué puedo decir, era hermosa. Hey, ¿estás bien?, replicó, no sé cuánto tiempo me habré quedado viéndola cómo un imbécil pero fui incapaz de continuar la conversación en el momento, Que me perdones, insistí y tartamudeé un poco, ¿Ah…?, Sí, por lo de ayer… por mi lugar, Ah, eso, claro, ya me acordé de ti (yo sabía que no me había olvidado), Sí, fui un poco grosero y… ¿¡Un poco!?, me interrumpió y se echó a reír, no sarcásticamente, era un risa sincera, pero Dios, esa risa era tan reconfortante, daban ganas de reír al escucharla. Sí, un mucho talvez, Claro, no te preocupes, era tu lugar (nunca dije que no lo fuera), Pero tú no lo sabías, No importa, en verdad (me daba las respuestas que yo hubiese querido escuchar ¡Era perfecta!), ¿Y cómo te llamas?, No lo sé, ¿y tú?, Tampoco sé, respondí, y con esto ella relució su sonrisa, una sonrisa llena de vida, no tenía una dentadura de modelo si es lo que piensan, pero estaba seguro de que no había visto una más bonita antes ni encontraría una mejor. Permanecimos en el anonimato.
Qué más puedo decir, no era muy alta, tampoco muy baja, un número preocupante de cicatrices en sus rodillas que relataban mil historias y juegos de la infancia llevados a cabo en la tierra; manos y pies de acuerdo a su complexión; no tenía cuerpo de súper modelo, tengo que admitirlo, sin embargo, sé que era todo lo que yo quería y no había estado buscando. Esta chica sin duda me gustó desde el primer instante. A partir de ese día, comencé a llevar conversaciones con ella diariamente, lo cual fue de lo más fácil. Nunca surgieron las preguntas absurdas y monótonas de “¿Qué te gusta hacer?, ¿qué no te gusta hacer?, ¿tienes mascotas?”. Todas se contestaron de manera natural con cada plática. Nunca se le dio lugar a los silencios incómodos. Cada vez nos conocíamos más sabiendo tan poco uno del otro.
Un día, Viernes para se exacto (El Viernes más decisivo de mi vida), me invitó a una cena en su casa. Me sorprendió bastante, y pensaba en que nunca antes la había visto fuera de la escuela. En ese momento no sabía si sentir alegría, miedo o… no lo sé, sólo sabía que los nervios me comían vivo. Obviamente accedí. Sólo recalcó que eral algo un tanto importante y fuera vestido “formal”. Una vez en mi casa, no tenía ni idea de lo que haría para esa noche, cómo me vestiría. Fue la tarde más intranquila de todas. Al mismo tiempo quería que llegara la hora de ir y que nunca llegara. Se hizo más tarde, comencé a alistarme, tomé lo primero que encontré a final de cuentas, una camisa roja a manga larga, pantalón de vestir y zapatos negros. Llegó la hora de irme y yo estaba que quería me tragase la tierra.
Llegué. Cuando respondieron a mi llamada en la puerta, salió un señor vestido de lo más casual, y detrás podía ver gente igual, nada “formal”. Me había timado. ¿Qué se te ofrece?, preguntó el señor, yo estaba demasiado nervioso, y antes de que pudiera responder salió ella, Qué puntual, dijo con una sonrisa. Ella portaba un vestido negro y largo de una sola pieza, un brazalete algo ostentoso y zapatillas no muy altas. Tomamos asiento en una mesa un tanto apartada, y justo cuando nos sentamos, me perdí, me sentí totalmente desorientado, escuchaba su voz un tanto distante y borrosa, ¿Estás bien?, fue lo primero que escuché, y de un instante a otro todo cobró sentido. Yo ya había estado en ese lugar, todo a mi alrededor era conocido, los muebles, la mesa en que estábamos, las luces, la ornamentación, todo concordaba con un recuerdo, los rostros que veía pasar los conocía. Ella continuó la conversación, pero seguía divagando. Cuando me di cuenta recobré el sentido y la volví a ver, a ella, lucía hermosa, de una manera inimaginable, ¿Por qué estás tan callado ahora?, y se rió un poco. Me uní a la plática, ambos hablábamos como si nos conociéramos a detalle en cuestión de semanas. Lo mejor de todo era hacer esas pequeñas bromas que hacían relucir su sonrisa que me cautivó desdé el primer instante. Ella tomó mi mano, y justo en ese instante supe qué hacía yo ahí, por qué estaba en mi sueño, por qué ahora, todo tenía sentido. Yo estaba ahí para enamorarme.
0 notes
Text
Sr. Perro
Hace aproximadamente dos años, mi rutina de Lunes a Viernes consistía en ir a entrenamientos de box, no muy lejos de mi casa, por lo cual no era problema alguno caminar esas 6 cuadras para llegar. En esas 6 cuadras, había una casa en particular. La primera vez que pasé por ahí me llevé tremendo susto, pues sin estar muy atento a lo que pasaba a mi alrededor, el guardián de dicha casa quería dejar muy en claro que no me quería volver a ver por esos rumbos. Un perro, raza Dachshund, o en ese entonces para mi, vulgarmente conocido cómo “perro salchicha”, estaba pegado al portón de la casa atacándome con ladridos, en fin, pasé del tema y no le di mucha importancia, en ningún momento pensé en que estaría pasando por ahí casi todos los días. Al día siguiente recordé en qué casa era (vaya que no me lo dejó olvidar el perro). Pasé despegado del portón e intentando no hacer ruido, pero él ya estaba ahí, y ese día no fue excepción, era víctima de su desprecio nuevamente. Así fueron pasando los días, semanas y hasta meses, de Lunes a Viernes sufría ante el látigo del desprecio de dicho perro, hasta que... Un día, como cualquier otro de los que había pasado por ahí, ya estaba preparado mentalmente a que sería nuevamente atacado. Esta vez él ya estaba en la esquina de la casa, esperándome, sabía que pasaría. Apenas lo vi sabía lo que me esperaba, noté en su mirada esas insaciables ganas de hacerme huir de su propiedad, pero él no esperaba lo que yo haría. No lo dejé ladrar, apenas iba a empezar él cuando yo fui quien alzó primero la voz en esta ocasión (sólo que yo no ladré), diciendo: “Hola, Señor Perro”. No pasó nada después. No hubo ladridos, sólo un silencio un poco incómodo entre el Sr. Perro y yo, que en ese entonces en su mirada percaté un asombro similar al que alguien adivine tu nombre (nadie nunca ha adivinado el mío, pero me imagino esa sería mi expresión), seguí caminando y él no hizo más nada, a lo que le dije “Adiós, Señor Perro”, y otravez no hubo respuesta de su parte. Pasé de largo y me quedé pensando en lo graciosa que había sido la situación. Al día siguiente, la historia no cambió, lo vi antes de llegar a la casa, él me esperaba, pero no esperaba que se repitiera lo de ayer, estaba preparado para ahuyentarme, y antes de que él emitiera cualquier ‘palabra’, otravez tomé la voz primero diciendo: “Hola, Señor Perro”, su reacción fue la misma que la del día pasado, no dijo nada, y yo con la misma cordialidad me despedí, “Adiós, Señor Perro”.
Era muy extraño, o talvez no, pero por alguna razón, todavía después de dos años de tan “insignificante” hecho, lo recuerdo muy vívido, me acuerdo muy bien del Sr. Perro.
Al día siguiente, después de ya haberlo saludado los dos días pasados, él ya no me estaba esperando en la esquina de la casa, lo que se me hizo extraño. En dicha casa, en la parte de afuera tenían un sillón bastante viejo y maltratado, pero aún estaba por dentro del enrejado. Bueno, ahí estaba el Sr. Perro, descansando un poco de mi, supongo. Ya lo había visto en ocasiones anteriores descansar ahí, pero eso no le impedía que cuando yo pasara por ahí, sin ningún remordimiento irrumpía su descanso y se lanzaba para intimidarme. En esta ocasión, pues, lo vi, ahí, en dicho sillón, descansando, y él me vio, pero a pesar de no haberlo saludado, él ya no se lanzó contra mi, aún así, tenía que seguir mostrando mi educación; “Hola, Señor Perro”, y él ni se inmutó, creo que ya se había acostumbrado a mi y el saludo de Lunes a Viernes. Y así pasaron los días, las semanas, hasta los meses, por lo que el Sr. Perro se convirtió en mi amigo.
Saludar al Sr. Perro ya era parte de mi rutina, así como el ir a la escuela, dormir un poco en la tarde, limpiarle su área a mi conejo, saludar al Sr. Perro complementaba mi día. Uno de esos días hábiles, en los que tenía que saludarlo, pasé, él estaba en su sillón, sin prestar mucha atención en lo demás hice lo de siempre, saludarlo, y él volteó la cara viendo hacia un lugar en específico, yo seguí su mirada y no me había dado cuenta de que había una señora, ya de edad avanzada, viéndome con tal desconcierto, de: “¿Qué chingados acabas de decir?”. Era la dueña del Sr. Perro, había visto antes a la señora, pero nunca antes me había tocado dicha e incomoda situación. También me le quedé viendo unos segundos, no dije nada y sólo apresuré el paso. Igual, al día siguiente, la relación entre el Sr. Perro y yo no había cambiado.
Aproximadamente un año después de dicha rutina, de pasar de los ladridos y agresiones, a los saludos y despedidas, dejé de empezar a ver al Sr. Perro. Mi rutina se vio abruptamente interrumpida. Ese primer día de no haber visto al Sr. Perro, para mi fue normal, era ilógica la idea de que me fuese a estar esperando toda la vida el verme pasar a cierta hora, podría estar haciendo otra cosa o incluso podría no estar, pensé. Así fue toda la semana. No vi al Sr. Perro de Lunes a Viernes, ya no lo vería, pero no lo sabía.
Siguieron pasando los días y el Sr. Perro seguía sin aparecer, yo aún así me agachaba un poco cuando pasaba frente a su casa e intentaba buscarlo, esperar verlo debajo del sillón, o atrás del carro, pero no, el Sr. Perro no estaba. Pasaron semanas, meses, y seguía sin saber nada de él, hasta que... Un día, de esos hábiles, en los que tenía que tomar mi rumbo de mi casa a donde entrenaba, en la casa del Sr. Perro, nuevamente no lo veía ni por asomo, aún esperando encontrarlo, mientras entre susurros iba diciendo “Señor Perro”, y pasaba con paso más lento para ver si aparecía, pero ese día no fue excepción, el Sr. Perro seguía sin estar, pero estaba su dueña, quien se me volvió a quedar viendo, yo de igual manera: “-El Señor Perro, ¿no está? -No, no está. -¿Y algún día volverá? -No, él ya se fue.” Esas palabras nunca salieron de boca de alguien, sin embargo, en dichas miradas sé que pasó, sé que a partir de ese día no tenía sentido seguir buscando al Sr. Perro.
Aún así, cuando tengo que pasar por la casa del Sr. Perro (aunque ya no con tanta frecuencia), sigo esperando a que de repente un perro dachshund se aviente con todas sus ganas, empiece a ladrar y tenga algún tipo de respuesta cuando diga: “Hola, Señor Perro”.
0 notes
Quote
Practica la piedad y la clemencia. Pero has de saber cuándo han de terminar.
...
1 note
·
View note