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"Eso depende de qué tan capaces seamos de regresar. Si no volvemos pronto, probablemente no sea tan divertido". Menciona con ligereza, aunque en el brillo de picardía de sus ojos puede detectarse la respuesta a broma ajena. Conteniendo una risita, elige una bicicleta de color azul que le parece adorable; nunca antes ha montado en una de este tipo, pero cree que la lógica es la misma. "No vayas a olvidar tu casco, Woo. Debemos ser precavidos". Al mismo tiempo, se coloca aquel que traía bajo el brazo, antes de ocupar el primer asiento. "¡Qué nervios! Avísame cuando estés listo".

‘ ¿que no es más relajante pasear por la noche? ’ para él, era el mejor momento del día. o quizá solo estaba acostumbrado, el tiempo que pasaba en su oficina no solía permitirle realizar muchas actividades durante las mañanas o tardes. ‘ ¿quieres que te acompañe en una de esas bicicletas? entre los dos tal vez no nos perdamos por el sendero ’ bromea. iba de regreso a su cabaña, pero una pausa antes no sonaba mal.

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"Si ese oso fuera Winnie the Pooh, correría a sus brazos". Responde con fingida ingenuidad, incluso llegando a pestañear inocentemente antes de reír bajito. Tendrá que aferrarse a la idea del oso y ponerla en primer lugar en su lista, para contrarrestar otras preocupaciones. "¡Excelente!" Paseando entre las bicicletas disponibles, elige una amarilla, un poquito llamativa, por si acaso. "Una vuelta al lago y regresamos, ¿te parece?"

Mira las bicicletas de las que hablaba en cuanto la escucha, después al cielo y sus alrededores, no estaba tan seguro de qué tan buena idea era pero al menos él, no era de los que medía muy bien las consecuencias de lo que quería hacer. "Depende de lo mucho que te de miedo encontrarte con algún oso por ahí." menciona con algo de gracia, de todas maneras acercándose para inspeccionar los asientos, en momentos como ese echaba de menos la motocicleta que había dejado en casas. "Si somos dos hay menos peligro ¿no? Vamos."

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"Me tienes en muy alta estima. Pero si un día te aburres, no aceptaré objeciones. Te lo advierto". Al menos, esas palabras que considera amables consiguen arrebatarle una sonrisa realmente sincera, que alcanza a iluminar también la mirada. A veces, la mejor manera de combatir un corazón abatido es reconfortándolo con pequeños detalles desinteresados, dulces y gentiles, provenientes de un buen amigo. Ayame respira profundo, sacudiendo sus hombros en el proceso, los nervios no son pan de cada día, pero podrían obtener un buen rasguño de caerse; aunque— quedaría como una anécdota. "¡Rompamos las reglas y pedaleemos hacia el horizonte!" No sabe hacia donde irán, pero el instante en que da una señal y empuja el pedal hacia abajo, escuchando el suave crujido de los mecanismos conjuntos, sí cree que el paseo podría ser muy divertido.

‘ oh — ’ arrastró un poco la vocal, mientras desviaba su atención hacia un costado. luego al otro, quizás tenía un punto a su favor, ¿encenderían alguna luz durante la noche? esperaba que sí. ‘ pero si vamos ahora, podremos aprovechar mejor la luz, y creo que por la casa club hay más luz ’ al menos la vio el día anterior, requería de un poco más de visión, principalmente, por la cantidad de gente que reunía a sus alrededores. al menos, allí se encontró junseo el día anterior con su abuelo para cenar. ‘ siempre haces todo divertido, ¿qué dices? ’ ¡hasta cuando fallaba! lograba sacar sonrisas y distraer al menor de los han, jamás podría terminar de agradecerle esos gestos. caminó hasta donde ella, sus manos abandonaron sus bolsillos cuando llegó a un lado de la máquina. ‘ ¿nos ponemos cascos o rompemos las reglas? ’ en general, no estaba acostumbrado a llevar uno, terminaba colgado a un lado de la bicicleta para cuando pudiera necesitarlo. pasó una de sus piernas sobre la bicicleta, y la sostuvo con sus manos, esperando que decidiera si buscaría algo de protección o si podían partir.

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"Cuenta conmigo para acoplarme al ritmo". Le asegura, sonrisa confiada dibujándose incluso si él no puede verla. Un empujoncito tras otro, algo dificultosos al inicio hasta acostumbrarse, pero una vez encuentran el punto de 'armonía' para ambos, el paseo improvisado finalmente cobra vida. "¡Yuju!" La brisa acaricia los costados de su rostro y le sacude el cabello, protegida en parte por anatomía contraria. Los últimos rayos del sol ofrecen una contrastante calidez e iluminan los árboles que, curiosa, puede observar de tanto en tanto, gozando del privilegio de no tener que mirar siempre hacia el frente. "Últimamente, me encantaría poder ser uno de estos enormes abetos. Nada de pensar, trabajar o sentirme confundida. Solo hacer fotosíntesis y ser útil para el ecosistema. Aunque—" Reflexiva, se toma una pequeña pausa. "Si fuera un árbol, mejor ser una angiosperma, ¿qué opinas? Con lindas flores y frutos que atraigan aves o insectos". La ridícula conversación busca apartarles un poco de aquellos recuerdos desagradables, del peso que La Sociedad y sus intrigas parece dejar sobre todas y cada una de las personas que han puesto un pie en las instalaciones del club. "Ni siquiera sé qué es un proceso legal". Comenta con gracia, sin contener la risa que brota. "Pero lo que sí sé es que no me canso tan rápido. Andar en bicicleta es parte de mi día a día. Así que avancemos sin preocuparnos, me gusta cómo se ve el bosque desde esta perspectiva". Sus palabras son corroboradas con la facilidad con que sortea la leve subida, con la misma naturalidad ajena.

Se acomodó en el asiento delantero, empujando el pedal con suavidad mientras la bicicleta de dos asientos empezaba a moverse por el sendero de grava. El casco descansaba firme sobre su cabeza, aunque no parecía demasiado interesado en seguir normas hoy. El viento les dio la bienvenida con una ráfaga fresca, y a pesar de todo lo que cargaban encima —el apellido, las noticias, el peso de estar ahí—, el momento se sentía casi… normal. "listo, claro" respondió con una pequeña sonrisa, sin mirarla directamente pero sabiendo que ella lo haría de todos modos "aunque no prometo que esto no termine en desastre si dejamos de pedalear al mismo ritmo." avanzaron unos metros. A su alrededor, el bosque parecía ignorarlo todo: el escándalo, las ausencias, el ruido de fondo que se había vuelto constante desde que abril comenzó. Y aunque podría haberlo dicho en voz alta, esta vez no lo hizo. Solo dejó que el silencio hablara un poco por él. "¿sabes? a veces creo que todo esto sigue igual solo para hacernos sentir raros" comentó con un tono más ligero, señalando con la barbilla los árboles que se mecían como si no pasara nada "es como… ¿de verdad hay alguien preso? ¿de verdad alguien murió? Porque no lo parece." rodó los ojos suavemente, como si no supiera si reírse de eso o no. "pero bueno, tal vez eso es lo bueno del bosque, te deja olvidar un rato o al menos distraerte lo suficiente para no pensar cada cinco minutos en titulares con tu apellido." el manubrio se movía con firmeza entre sus manos. La cuesta era leve, y la coordinación entre ambos funcionaba sorprendentemente bien. Lo suficiente como para hacer que, por un momento, todo pareciera menos cargado. "y si vas a hablar mucho, adelante" añadió sin girarse, con una ligera curva en los labios "solo prométeme que no vas a usar la palabra “procesos legales” más de una vez. Máximo dos." una pausa, solo para el efecto. "y si en algún momento quieres dejar de pedalear… igual puedes pero avísame, no me hagas irme de boca."

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Devuelve la amabilidad con una sonrisa propia, un poco más amplia y animada, tras conseguir justamente lo que deseaba: no pasear sola, no tener que lidiar con sus pensamientos. Aunque en la compañía existan más contradicciones. "Eso me encantaría, muchas gracias". Aproximándose hacia sus dos opciones de bicicletas, una blanca y otra roja, abre los brazos para señalarlas. "¿Cuál te gusta más? Y no te preocupes, paseemos por el sendero más corto, bordeando los árboles".

“Quiero creer que no, sobre todo porque esta es una propiedad privada” le respondió a la contraria al tiempo que se acercaba hacia ella con una pequeña sonrisa en su rostro, aunque estaba segura de que ya no llega a sus ojos, el estrés de los últimos meses ya se estaba notando demasiado. “Si quieres puedo compartir una contigo y tratar de que no nos agarre la oscuridad en el bosque” propuso con suavidad. 

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"Diría que— el color". Debe ser sincera, se tomó mucho tiempo volviendo a pintar la vieja bicicleta que ahora la acompaña; sus mejores amigos ayudando a dibujar todas las flores y mariposas que quiso agregar sobre el metal. "La comodidad es muy relevante cuando usas una bicicleta a diario. Pero como será un paseo corto..." Eleva los hombros, exhalando aire a manera de una risa disfrazada. "Si vamos en distintas bicicletas, ambos podemos tener lo que queremos, ¿verdad?" Menciona más animada, palmeando el asiento de aquella color palo de rosa que no deja de observar.

" No perdemos nada con intentarlo " Solo necesitó el pequeño empujón que representó la sonrisa contraria para aceptar, ¿qué otra cosa haría más que contemplar su miseria? No, no era ese tipo de persona así que se obligaría a disfrutar por lo menos una actividad aquel día, los árboles y la naturaleza nunca ponían de mal humor a nadie. " ¿Cuál es tu característica favorita? ¿Su color o que tan cómodos son los asientos? " El turco se iría por lo segundo, pero tomaría en cuenta sus peticiones como si fuese asunto de vida o muerte. " Si vamos juntos, ¿prefieres bicicletas separadas o aquella de dos personas? " recordó haberlas probado con su melliza.

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El halago la hace sonreír un poquito más, mientras mueve su torso de lado a lado, suavemente. "Me gustan los colores bonitos, así es". Menciona, aunque no esté claro qué cataloga como tal. Sin pensar mucho más, se acomoda sobre el asiento y coloca el pie derecho en el pedal, la vista fija en el horizonte. "Nunca gano una competencia, pero es divertido". Asiente finalmente, aceptando. De todos modos, prefiere enfocar su atención en algo más allá de su mente. "¡A la cuenta de tres!"

"en realidad me refería a la bicicleta tándem" aclara en medio de una ligera exhalación entretenida mientras señala de vuelta al vehículo en cuestión, el que tiene doble asiento. "pero sí, esa parece que es tu estilo, combina contigo" dice sincera mientras pasa la mirada de la bici en cuestión hacia el rostro ajeno, como si evaluara a consciencia sus palabras. "¿deberíamos ver cuál de las dos es más rápida?" sugiere con una sonrisa divertida mientras afianza el manubrio de otra.

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"No eres muy optimista que digamos, ¿verdad?" La pregunta es murmurada con suavidad, sin intención real de juzgarle, criticar o desestimar las preocupaciones que expone; simplemente, aunque comprende de riesgos, no está segura de si es conveniente pensar en todo lo que puede salir mal en algo tan sencillo. Pero se excusa con una sonrisa gentil y un leve asentimiento. "¡Bien, vayamos en dos bicis! Si seguimos un sendero corto, estoy segura de que no sucederá nada malo". Se aproxima a una bicicleta de color celeste que ha llamado su atención, acomodando su mochila dentro de la canasta que posee.

‘ ya no oscurece tan temprano, creo que te queda un poco más de dos horas para dar un paseo. ’ apuesta certeza tras verificar la hora en pantalla de móvil, tal vez brindando mayor estímulo del conveniente. ante primera instancia la disposición que anhela sumarse a propuesta es nula, mas al recordar que localidad en turno es una desconocida opta entonces por aludir a sensatez. ¿y sí paseo se ve arruinado por un imprevisto animal? ah, entre eso y perderse al tomar el sendero equivocado hay un montón de escenarios advirtiendo tragedia. ‘ ¿no es mejor que cada quien tenga su propia bicicleta? ’ resignado, suelta prevención que se acondiciona a lo que infiere es una invitación. ‘ digo — si se nos poncha una llanta en el camino al menos tendremos otra bici para regresar. ’

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"No vengo muy seguido a esta zona. Pero estoy segura de que si sigo el camino cerca del lago, no pasará nada malo". A falta de más opciones, las actividades recreativas al aire libre deberían ayudarla a sentirse un poco mejor; es lo cree. A pequeños pasos se aproxima hacia una bicicleta doble, palmeando el asiento trasero con suavidad. "¡Quiero! ¿Le gustaría sumarse? Pero también podemos usar dos distintas, no tengo problema".

' no dudo de su habilidad, ¿conoce la zona? puede ser un factor importante. ' preocupación que recubre tono, es completamente genuina, visualizando con sencillez variables que podrían causar imprevistos. ' lo hice una vez. ' recuerdo es agridulce, como todo aquello relacionado a esa presencia que ya no está. se obliga a esbozar una pequeña sonrisa, quizá intentando dar algún tipo de confianza a compañera. ' ¿quiere intentarlo? '

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"¡El miedo no se hizo para personas como nosotros!" Exclama con gracia, manteniendo el tono divertido hasta que sus propias palabras resuenan en el pecho, recordándole que ha comenzado a albergar algo parecido al temor en su interior, uno que raya entre confusión e indecisión; nada propio de su sencillo actuar. Pero no puede quedarse quieta y dejar que eso la abrume, ¿verdad? Así que avanza con rapidez, colocándose un casco que tomó prestado mientras se acomoda en el segundo asiento, su pie derecho presionando sobre el pedal elevado. "Lamento decirte que soy muy habladora. Así que— supongo que no dudaré en decirlo". Ríe con suavidad. "¿Estás listo?"

Se detuvo junto a las bicicletas, una mano en el bolsillo, la otra sujetando un casco con cierta indiferencia. No parecía apurado por decidir si montarse o no. Miró el sendero frente a ellos, esa línea delgada de grava que se perdía entre los árboles como si pudiera llevarlos a otra realidad. A una donde el apellido no pesara. Donde la verdad no cortara tanto. "todo parece peligroso a esta hora" respondió sin mirar directamente "pero supongo que eso nunca nos ha detenido, ¿no?" su voz no era dura, solo cansada. De esa forma callada en la que uno arrastra los días como si fueran piedras. Alzó la vista entonces, encontrándose con la suya por fin. Y en ese segundo, vio la sonrisa que no terminaba de sostenerse, el esfuerzo por seguir pareciendo parte de algo que ya no estaba entero. "una bici de dos asientos" repitió con una ceja ligeramente alzada, como si eso le causara una pizca de diversión que no alcanzó a volverse risa "bueno, siempre podemos fingir que la coordinación es lo nuestro." y se acercó a una de ellas, apoyando el casco en el asiento trasero. "yo conduzco" dijo con un gesto sutil. Se detuvo un momento antes de subirse, y sin mirarla directamente, añadió: "si en algún punto quieres bajarte… no hace falta que digas nada. Solo tócame el hombro." lo dijo con una calma intencionada. Como si no se refiriera solo a la bicicleta.

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"Si aceptas, iremos tan lejos como tú quieras". Explica, una sonrisa más natural extendiéndose por los labios; intenta convencerle con esos ojitos de cachorro que suele utilizar, aquellos que suelen brillar emocionados. "Pero, si no estás seguro, al menos podrías ayudarme a elegir otra bicicleta. Es que todas son muy lindas".

" Depende, ¿qué tan lejos quieres llegar? " volteó a mirar hacía el cielo, reparando que todavía había luz natural. Aunque confiaba en su buena visión, ¿sería una buena idea? La duda tambaleó por un instante pero el señalamiento sobre la existencia de diferentes tipos de bicicletas, lo obligó a sonreír. " ¿Me estás invitando acompañarte? No suena mala idea si nos perdemos juntos ".

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"¡Pero—!" Reclama, sintiendo el peso de la inminente derrota sin siquiera tener oportunidad de convencerlo; incluso cuando creyó que lo estaba haciendo muy bien. "¿Ni siquiera si me ofrezco a lavar tu parte de los platos sucios todo el mes? Vamos, Ren. No me dejes sola. ¡Ya sé que también hablo mucho! Si quieres, no conversamos de nada".

''¿por qué sería peligroso?'' enarca ceja sin saber si contraria le estaba mirando, con iris en la pantalla de su celular, recargado en el tronco de un árbol ''solo no te alejes de la zona o a donde esté muy oscuro'' donde las luces que rodeaban las cabañas, no alcanzaran. la escucha y, por si acaso, niega con cabeza, alzando vista para encontrar figura femenina ''por si lo estás pensando...'' comienza ''no, no me subiré contigo a una de esas''.

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"Lo seré. Acostumbro a movilizarme en bicicleta todos los días. Esto es pan comido". Incluso cuando intenta pretender altanería, la gentileza de siempre escapa a través de una suave sonrisa, de los ojos un poco apagados pero que no se desvían en ningún momento. "¡Me encantaría! Nunca he montado en una de estas. ¿Usted lo ha hecho? ¿Es divertido?"

' no demasiado, si es cuidadosa. ' veloz en interceptar pregunta, se dedica a responder con misma simplicidad. supone que peligro recae en desconocimiento de zona, mas idea no resulta tan mala si lo piensa un poco más. ' pero quizá sea bueno hacerlo más temprano, la luz comienza a bajar y eso puede acabar siendo un problema. ' opina, elevando apenas vista. sin embargo, vuelve a llevarlas a facciones contrarias. ' ¿quiere usar una de doble asiento? '

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"Sé que no lo aparento, pero soy muy buena montando en bicicleta". Pronuncia con orgullo, como si existiera gran logro detrás de equilibrarse, pedalear y girar el volante. Con una risita que se pierde rápidamente en el aire, Ayame está dando vueltas alrededor de las opciones, contemplándolas. "Siempre voy al trabajo en la mía". Centrando su atención en una de color rosado, sus ojos recuperan un poco de brillo. "Esta me gusta mucho. ¿Qué te parece?"

"uh, tienen faros, así que mientras te mantengas en el sendero, no debería haber problema" responde con un poco de duda mientras su mirada se desliza por las bicicletas aparcadas una seguida de la otra. el cielo sobre sus cabezas estaba deslavando sus tonos naranjas, pero el lugar parecía estar diseñado para que se realizaran actividades al aire libre todo el tiempo. "¿ya has montado una de esas antes?" pregunta con una pequeña sonrisa cuando escucha aquella exclamación. "¿te gustaría intentarlo?"

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"Supongo que... ¿por la falta de luz?" A diferencia del centro de la ciudad, donde las farolas alumbran constantemente, los senderos que bordean el bosque y lago podrían ser más oscuros. Aun así, sacude aquella idea de su cabeza, tratando de regresar a una realidad que le permita sentirse como lo hacía dos semanas: feliz y ligera, tranquila. "¡Yup! En esto sí que soy buena. Prometo hacer del paseo algo divertido". Menciona, aunque la convicción no está del todo presente en el fondo. "Esta de color aguamarina luce muy linda. ¡Tiene una cesta y todo!" Sin pensarlo más, coloca su pequeña mochila en la canasta e invita a Junseo a subirse, llamándolo con la mano.

se detuvo a un lado de las bicicletas al escuchar la interrogante femenina, pestañeó un par de veces; confundido: ‘ ¿por qué sería peligroso? ’ bajó su mirada hacia lo que iba a ser su momento de relajación, ¿sería mala idea? ¿estuvo haciendo algo que no debía todo este tiempo? un escalofrío cruzó su espina dorsal, que fácil era para su cabeza meterse en rincones que no debía últimamente. ‘ ¡oh! ¿quieres que vayamos juntos? ’ dio un par de pasos hacia atrás, sólo para rodear los aparatos y llegar a su lado. ‘ te dejaré elegir el color e ir adelante si dices que sí ’ 

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"Es el horario perfecto. Hay menos gente que en la mañana o la tarde, el atardecer luce muy bonito, está fresco y podría ver las estrellas caer mientras pedaleo". Se explica, innecesariamente extenso en un arrebato de sinceridad que suena casi desesperado, como si fuera ella misma quien tratara de convencerse de que esto es una buena idea.

"No deberías tener problema, imagino que si cae la noche el sendero estará iluminado." Sus hombros se cierran con ligereza. No tenía intenciones de vagar en bicicleta, aunque tampoco tenía otra actividad pensada para esa tarde. "¿Tienes pensado recorrerlo ahora?" No va a ofertar ir en una bicicleta doble, aunque puede considerar ir con ella en una individual.

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