Yo quiero ser como ese perro que se hace amigo de su sombra
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
LuzAzuL
Ella sabe los nombres de los pétalos
Y con el toque de su ternura en mi mano
destroza violentamente mi oscuridad cínica.
Me arrodillo ante la santidad de su lucidez.
Miro al barrio contarle secretos en sus graffitis,
lo miro sonreírle, darle sombra
y cuidarla como el perro fiel
que siempre han sido esas calles para mí.
Cada hora plaga mi lengua de las palabras
que nunca creí pronunciar
y mis diablos lloran y se rinden a sus pies
como la luz.

2 notes
·
View notes
Photo










“The concept is simple. Take a blank sheet with nothing but the basic outline of a pinup girl and illustrate a unique scene around her.”
943K notes
·
View notes
Text
Madre, hijo y espíritu Santo.
Dios es padre y madre a la vez y se tiene que llevar a comer solo en estas fechas.
Cuando llega el diez de mayo, se arregla, busca dos calcetines que sean iguales, se pone agua de Colonia Sanborns, se llama así mismo para decirse que ya va por él, se responde quitándose los tubos que sí, que aquí lo espera que aguas con el tráfico. Cuando llega por él mismo se dice que a ver si no se le olvidó hacer la reservación y él mismo gira los ojos para ver al techo y también, él mismo se regaña por hacerlo. Y toma el auto y se queda atrapado consigo mismo en el tráfico universal y cuando por fin llega al restaurante le dicen que necesitaba reservación y él responde -“¿Qué no saben quién soy?” Y entonces Dios acaba comiendo wafles en Wendy’s.
“Pasa todos los años”- dice Dios.
23 notes
·
View notes
Video
Just uploaded Estás Ferdydurke y se te hace fácil to Mixcloud. Listen now!
3 notes
·
View notes
Text
Recital
Mis manos tocan el suelo. Mi cabeza se asoma entre mis piernas. Soy una avestruz en mallas rosas. Estiro, doblo, estiro, doblo, estiro, dobloestiro, estirodoblo. Me levanto y presiono las puntas de mis pies contra el suelo hasta que truenan los dedos. A mi lado está ella. También hace ejercicios de calentamiento. No le quito los ojos de encima. Siempre tan derecha, tan perfecta, tan delgada, tan elegante, tan bailarina. La odio. Estamos a pocos minutos de salir al escenario. Lo sé porque alguien dijo: “estamos a pocos minutos de salir al escenario”. Lo hacemos discretamente. Acomodo, en un arabesque, mis miembros en la oscuridad. Estoy nerviosa. En el escenario no ve nada más que una pequeña luz. Cuando la música comienza, todas la perseguimos. Viene el momento de los saltos. Ella hace un jete. Yo solo alcanzo hacer un je. Ella da pasitos de cisne, yo doy pasitos de persona que pretende ser un cisne. Luego está la parte donde todas tenemos que correr hacia un lado a otro y hacemos como si estuviéramos recogiendo flores invisibles del campo ( una metáfora de la juventud perdida en la guerra, o un comentario sobre el engaño en el teatro que todos aceptamos cuando alguien pretende que recoge flores invisibles del campo en un escenario). Vienen las piruetas, y entre vuelta y vuelta, cada que giro la cabeza, realmente veo que no sólo es ella: todas bailan mejor que yo. Siempre la dama de honor del ballet nunca la novia del ballet. La música acaba. Las luces se encienden. Nos quedamos en una posición en nuestros anchos vestidos tratando de no movernos mientras toman las fotos. Las miro. Son tan jóvenes. Todavía tienen futuro como bailarinas. Es muy difícil convertirse en bailarina después de los treinta años como yo lo estoy intentado. Mi pecho baja y sube. Todos aplauden, parece no importarles que esté ahí con sus hijas y nietas. No entiendo por qué a nadie les parece extraño que yo sea el único adulto en la clase de niñas de siente años. Las luces se vuelven a apagar, todo está oscuro excepto por la lucecita del cigarro que acabo de prender. Una tosecita proveniente de una garganta muy joven se escucha cerca de mí.
22 notes
·
View notes
Text
Mis suéteres
Esta es mi cajonera de suéteres.
En este cajón guardo mis suéteres a rayas horizontales marineras y en el de abajo, mis suéteres a rayas horizontales de prisionero.
Cuando me despierto me fijo bien en lo que siento. Depende si quiero naufragar o si me siento muy culpable, que abro un cajón u otro.
Con mis suéteres marineros puedo dar órdenes a babor y estribor, fumar en la quilla de la habitación. buscar tierra firme.
Con mis suéteres de prisionero puedo pedir clemencia, someterme a humillantes interrogatorios conducidos por mí y confesarlo todo.
Con ambos puedo arremangarlos, lamerme los brazos y pegarme tatuajes temporales.
A veces me confundo de suéter. Termino ahogándome en mi prisión, remando dentro de mi celda, jugando a ser un prisionero que juega a ser un marinero que pretende ser un mimo que tiene varios prisioneros en cada puerto.
En el tercer cajón, de izquierda hacia arriba y de arriba hacia abajo guardo mi suéteres de cuellos de tortuga. Son muy útiles para escapar de la vergüenza. Sólo tengo que sumergir mi cabeza de vuelta en ellos. Sólo tengo que tener fe en que son el bosque donde me quiero perder, el mar donde me puedo ahogar, o la ballena que me puede comer.
Puedo pasar días así, protegiéndome en pliegos de casemir, ocultándome de todos. Hubo una vez que pasé tanto tiempo ahí, que recibí una carta dentro. A veces han tenido que venir a buscarme. Para dejarlos entrar, tocan mi cabeza como si se tratara del más pequeño cachorro que alguna vez van a conocer.
En el cuarto cajón guardo mis cocoteros. Esos no son suéteres. O lo son. De alguna forma, tropicales.
En el quinto cajón guardo los suéteres que me he robado. Lo uso cuando no tengo vergüenza.
En el sexto cajón están mis suéteres de tío Walter. De rombos con botones. Me gusta usarlos cuando pretendo darle de comer a palomas en la sala. Me paso horas en ellos, tirando maíz al piso, esperando que alguna venga.
En el séptimo cajón guardo los suéteres qué sólo le quedan a mis pulgares. Esos son para sentirme muy poquita cosa.
En el octavo cajón están mis suéteres blancos y puros como el K2 y los uso para ser la montaña de la cual se despeñen varios.
Es una buena colección de suéteres.
Hoy me he sentado al borde de la cama sin saber que usar. Hoy no soy ni un marinero, ni un prisionero. Hoy no quiero desaparecer ni ser un viejo o una montaña. Hoy salgo sin ninguno de ellos porque hoy no soy nada. Hoy salgo sin ropa a la calle.
42 notes
·
View notes
Text
Certezas de Octubre
Estoy segura de que ser un fantasma es peor que te rompan el corazón en El Paso, pero mejor que nunca volver a ver a tus padres.
Estoy segura de que cuando eres fantasma debes acostumbrarte a la mirada fija del gato, al grito sin aviso y al calor insoportable de primavera.
Nadie te habla del calor especialmente insoportable para los fantasmas en primavera.
Dicen que cuando eres fantasma los colores se hacen tenues y se resbalan de los objetos.Todos los verdes son el verde aqua de la cerámica del primer baño que viste en 1982 y todos los amarillos tienen el color del primer jugo de naranja que tomaste en 1983.
Dicen que cuando eres fantasma es imposible detener nada.
Estoy segura de que cuando eres fantasma te sigues comiendo las uñas aunque no tengas uñas y te queda la costumbre de hacer propósitos de año nuevo.
Estoy segura de que cuando eres fantasma a veces
brillas iridiscente, bajo el sol, como un helado de vainilla que se derrite.
Estoy segura de que cuando eres fantasma sales en mil fotografías de un montón de incautos.
Estoy segura de que cuando sea fantasma querré habitar las casas de todos los chicos que no me amaron.
Y cuando se levanten de madrugada para beber agua, los abrazaré por la espalda.
Pero ya no serán chicos, serán hombres y mandarán a la cama a sus hijos que se han levantado asustados porque creyeron haber oido algo.
Estoy de segura que cuando sea fantasma las sábanas tendidas en las azoteas de los edificios me saludarán discretamente.
Nadie te dice que cuando eres fantasma todo te sabe a lo mismo y es imposible prender un cigarro sin arder en llamas.
Estoy segura de que tienes que descubrir por ti mismo que no puedes asolearte topless, sumergirte en una alberca ni hacer trampa jugando poker.
Estoy segura de que cuando eres fantasma no hay vacaciones; estoy segura de que es un trabajo de tiempo completo.
Estoy segura de que cuando eres fantasma no eres ni él ni ella.
Nadie te dice que si te encuentras con otro fantasma, no tienes manera de saber si se trata de tu padre o tu madre.
Estoy segura de que cuando eres fantasma nada se queda en su lugar.
Que basta un poco de viento para salir volando y quedar atascado entre los árboles.
Que lo único que te queda por hacer es ver cómo la vida se mueve allá abajo
mientras mueres, otra vez, de calor en primavera.
51 notes
·
View notes
Text
ORACIÓN
Esa Santa Cecilia,
te damos gracias por las morrallas recolectadas
en los camiones, fondas y bares.
Apiádate, chava,
de nuestros riffs pentafónicos,
de nuestras influencias culposas,
conmisérate
de nuestras desafinaciones
Y de los ensayos en los que nomás fuimos a pistiarr.
Danos chance
Te ofrendamos cada noche pegados al metrónomo,
las horas consagradas a los modos griegos
y los peregrinajes a deshoras cargando nuestras cruces
De maderas erectoacústicas, electrocáusticas.
Paro esa Cecilia,
aleja de nosotros los tokines sin paga
venga a nos el reino de los afters y les grupis,
líbranos del feedback
y no nos dejes morir en el Alicia.
Ah, men!
0 notes
Text
estrellas del rock
soles apagados cuyos ecos lumínicos aún vienen a dar conmigo décadas después de su extinción.
0 notes
Text
.
hay 1 pez en mi cama
sabe a.mar
y rio (je).
Ella no sonríe; ella solríe;
ella, sol,
ríe
yo, a.zu.lado,
habito 1 asombro inagotable
y trazo 1 sueño
a.Lado;
suyo.

0 notes
Text
CON FÉ (SION)
"I'm waiting for each one of you
to confess"
Leonard Cohen.
De mi propio puño y letra
Seguro de la grieta en el espejo,
del mal que entre carcajadas he causado
y que causaría de nuevo,
me declaro un esclavo
atado de las manos al pecado.
No vengan a pedirme que coopere pa la vaca
Ni mi ladrido impúdico en tokines solidarios
No pondré la banderita de su causa
en el marco de mi foto de perfil.
Estoy muy ocupado viendo al mundo reventar.
El ego es el único "ismo" al que me adhiero.
Y miro con mi voyeurista rabia entre las muelas
que ustedes no tendrían el valor de confesar.

0 notes