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benismyqueen · 3 years
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HOME — PARTE UNO
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Vivir con Roger y Freddie es vivir cada día una nueva aventura. Nunca te habías sentido tan llena teniendo tan poco.
Advertencias: ninguna
Palabras: 2306
Ya pasó una semana desde que apareciste en el apartamento de Freddie y Roger, y te ayudaron a deshacer tus dos maletas. Parece muy lejano el momento en el que Freddie te ayudó en la casa de tus padres a meter toda tu vida en dos bolsas. 7 días pueden ser una eternidad cuando te lo pasas tan bien.
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benismyqueen · 3 years
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HOME — PARTE UNO
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Vivir con Roger y Freddie es vivir cada día una nueva aventura. Nunca te habías sentido tan llena teniendo tan poco.
Advertencias: ninguna
Palabras: 2306
Ya pasó una semana desde que apareciste en el apartamento de Freddie y Roger, y te ayudaron a deshacer tus dos maletas. Parece muy lejano el momento en el que Freddie te ayudó en la casa de tus padres a meter toda tu vida en dos bolsas. 7 días pueden ser una eternidad cuando te lo pasas tan bien.
La rutina era fácil de seguir, por la mañana compartís el desayuno que suele ser medio vaso de leche mezclado con un poco de agua, así engañáis vuestra vista pareciendo un buen vaso, y lo mezclais con una cucharada de café cada uno. Luego ambos te acompañan a la facultad. Es fácil ya que los tres estudian realmente cerca, así que os metéis en la furgoneta de Roger y os despedís para cada uno ir a su edificio correspondiente. Pero a la salida debes tomar un autobús que te lleve al mercadillo de Kensington donde tienen un puesto de ropa de segunda mano. Ambos abandonan dos horas antes sus clases para poder abrir el puesto y ganar algo de dinero extra. Y se aseguran de dejarte algunas monedas para el transporte. A regañadientes las aceptas pero siempre terminas haciendo el recorrido a pie. Al menos de momento hace buen tiempo, pero el frío nunca abandona Londres del todo.
Por las tardes les ayudas como mano de obra gratuita en el puesto del mercadillo. Normalmente colocando las prendas que la gente descoloca, y asegurando a cada cliente lo bien que le queda la prenda que se han probado, aunque sea una vil mentira. Pero necesitáis el dinero.
Descubres que no suelen comer, de vez en cuando un amigo suyo se pasa por ahí y les deja algún bocadillo y algo de agua.
A eso de las 9pm cierran el mercadillo, y siendo muy de noche se suben a la camioneta y vuelven a su caja de zapatos llamada hogar. Roger te agradece todas las noches las cenas que preparas, tienen muy poca comida en la cocina, pero te descubres cocinando todos los días patatas cocidas, huevos cocidos y arroz. Agradeces que de pequeña eras muy mala a las horas de las comidas, y tus padres tenían que usar todo su ingenio para que toda la comida pareciese apetecible para ti, así que sabes con los mismos ingredientes hacer comidas diferentes.
Algunas veces es puré de patata con huevo cocido. Otras revuelto de patatas con huevos fritos. Y cuando cocinas arroz, usas el tomate para hacer salsa, y los vasos del gabinete para que quede con forma de cilindro.
Después de recoger la cocina os quedáis una hora en el salón compartiendo anécdotas del día, pero estáis tan cansados que alguna vez os habéis quedado dormidos en el suelo en alguna posición extraña. Pero siempre despiertas en la cama de Freddie al día siguiente, en una esquina de la pequeña cama, con tu amigo aplastándote.
Siempre se disculpa y dice que tiene el sueño tan profundo que nunca se acuerda que duerme con una chica. Está tan apenado que siempre le perdonas. Sabes que no se aprovecha de la situación para acercarse a ti de una manera sexual. Es muy complaciente y comprensivo contigo para eso. Pero realmente quieres darle una patada en la espinilla cuando despiertas de madrugada muerta de calor con su peso en tu espalda.
Esa rutina se rompe los sábados y los domingos. Los sábados madrugan para ir al mercadillo, y por la noche van a un pub a tocar. Tienen una banda. Si, claro que lo sabias. Y claro que Freddie estuvo meses rogándote que vayas a verlo y así conocer a sus amigos, pero esos eran los días para estudiar. Y así sigue.
Mientras ellos se ausentan el sábado por la mañana, te encargas de limpiar el apartamento, ventilar el olor a cigarrillo y quizá hacer alguna compra. Luego el resto del tiempo estudias y esperas a que vuelvan a casa. Normalmente suelen venir sobre las tres de la mañana con algunas cervezas de más, pero es divertido cuando consigues persuadir a Freddie de dormir con las sábanas enrolladas así poder mantenerlo quieto durante unas horas, sin tener que aguantarlo sobre tu espalda.
Sujetas bien tu bolsa con los libros de la universidad, y sales del edificio al frío invierno en Londres. Agradeces que no llueve, y puedes caminar sin sufrir hasta Kensington. Con la mano por encima del pantalón notas las pequeñas monedas de Freddie para tomar el autobús. Ajustas tu abrigo y sigues caminando. ¿Qué son dos kilómetros? Absolutamente nada. Les debes la vida a esos dos muchachos, no puedes aprovecharte de su hospitalidad.
Al cabo de un rato te arrepientes de ir caminando. Hace bastante viento, y a pesar de que llevas dos camisetas debajo de tu suéter, y tu abrigo, sientes como el frío se te cuela hasta los huesos. Ni siquiera sientes los dedos de los pies.
Incluso al respirar puedes sentir el frío en el interior de tu nariz.
Ya sientes como llegas al mercadillo cuando el olor a comida de uno de los puestos llega a tu nariz. Patatas con salchichas. Sientes como te rugen las tripas cuando te acercas.
"¿Puede darme dos vasos con patatas y salchichas?" Preguntas cuando estás lo suficientemente cerca.
"Serán 3.50 dólares" Te mira con una mirada algo extraña el hombre detrás del mostrador.
"Ningún problema" Intentas sonreír y notas como las comisuras de tus labios algo agrietadas se estiran.
Es un puesto algo sucio y de poca fiabilidad, pero no es como que os podáis permitir una comida de vanguardia. Y un vaso enorme lleno de patatas fritas y salchichas picadas suena muy apetecible después de desayunar leche con agua.
Agradeces al señor del mostrador cuando te da la comida y la vuelta y te diriges a toda prisa al puesto de Freddie y Roger. Es bastante reconocible porque toda la juventud se detiene ahí. Roger es muy simpático y amigable, además de popular. Y Freddie es tan carismático que cae simpático a todo el mundo. Aunque muchas veces se quejan de eso. Mucha gente va de paso, pero muy poca gente va a comprar realmente.
"¡Al fin! Pensábamos que te había pasado algo. ¿Anda muy solicitado el transporte público?" Freddie está esperando en la entrada cagado de frío. Está tan preocupado que ni siquiera notó la comida.
"Algo así. Me trajeron unos amigos. Os he traído esto" Mientes porque sabes que en ningún escenario posible, Roger y Freddie aceptarían la comida de saber que la conseguiste con el dinero del autobús.
"¡Rog, Mackenzie ya llegó!" Freddie te empuja dentro del puesto. Agradeces que no hace tanto frío como fuera, pero sin duda sigue haciendo demasiado frío.
"Oye tú" Roger aparece detrás de un burro lleno de ropa.
"Oye tú" Lo imitas con una sonrisa. "Os traje comida. Supongo que estaréis hambrientos" A Roger se le iluminan los ojos al ver los vasos con comida.
Freddie te arranca uno de los vasos.
"¿Cómo lo has conseguido?" Pregunta con la boca llena de comida.
"Oh, unos chicos se ofrecieron a traerme. Comimos algo y les convencí de que seguía hambrienta para que me comprasen algo más."
"Cariño, no hace falta que te prostituyas por nosotros" Freddie deja un beso grasoso en tu mejilla y sale rápidamente para captar más clientes.
"Me casaría contigo" Roger se acerca y toma el vaso de comida.
"Seguro que eso se lo dices a todas las chicas que te traen patatas con salchichas" Ruedas los ojos con una sonrisa.
"Salchipapas" te corrige "Y de dudosa procedencia en un puesto de mala calidad"
"Y que seguramente no cumple las medidas de higiene"
"Estoy seguro de que no las cumple" Roger se sienta en el sofá y te mira.
Te sientes incómoda. Aún no ha probado la comida, y ni siquiera hace caso de su vaso humeante. A ti no te duraría ni cinco minutos. En cambio te está mirando a ti, con una mirada que no sabrías descifrar.
"¿Quieres que lo compartamos?" Te sonríe señalando el vaso.
"Oh, no. Yo ya he comido" Intentas no ponerte nerviosa y rezas para que el olor no llegue a tus fosas nasales. No querrás que tus tripas suenen.
"Vamos, siempre hay hambre para unas patatas" Te sonríe de esa forma. Sabe que eres incapaz de decirle que no a esa sonrisa y esa mirada. Rodando los ojos te dejas caer en el sofá.
"Solo para que lo sepas" Habla con la boca llena de patatas fritas. "No comparto con todas las chicas mis salchipapas"
Suspiras cuando cruzas la puerta de vuestra caja de zapatos. ¡Al fin!
Freddie es el primero en ir corriendo al baño para darse una ducha.
Te dejas caer en el sofá. Estás demasiado cansada. Si de por si es duro madrugar tanto y estar todo el día fuera de casa, cuando tienes que andar casi dos kilómetros con unas botas que te hacen daño en los pies, solo quieres llegar a casa y dormir una semana entera.
"¿Cansada?" Roger se deja caer a tu lado. No tarda en pasar su brazo por tus hombros y acercarte a él.
"No te haces una idea" Muy a tu pesar te incorporas un poco para quitarte las malditas botas. Agradeces cuando tus pies se sienten libres y vuelves a tu posición junto a Roger.
Pero este está viendo tus pies todo rojos con durezas en el talón y en la zona de los dedos.
"Realmente te hacen daño" Frunce el ceño mientras se levanta. "Aguarda aquí" Casi corre a la cocina y vuelve casi al instante con cubo lleno de agua. "Es agua tibia, te calmará" Hace que poco a poco metas los pies. Más que tibia parece realmente helada cuando entra en contacto con tu piel. "Déjalo unos minutos, tampoco quiero que enfermes. Creo que tengo una crema por algún lado. Déjame buscarla"
Te dejas caer en el sofá y cierras los ojos. Si no llegas a pensar en lo mucho que aprecias a Roger, quizá te quedarías dormida. Es muy gentil y cariñoso cuando quiere a alguien. No sabes si te quiere, a penas os conocéis, pero es una persona que desde que has llegado a casa, se ha encargado de mantenerte segura y cómoda. Tratándote como una amiga de toda la vida. Y desde luego da hasta lo que no tiene para hacer feliz a todas las personas que ama. Y en este momento de tu vida, te hace muy feliz.
"¿Estás dormida?" Pregunta entrando silenciosamente. Gruñes en respuesta e inmediatamente sientes como el sofá se hunde cuando se sienta. "Encontré la crema, mi madre se la echaba en las piernas cuando tenía turnos muy largos de trabajo. La traje conmigo porque huele muy bien. Espero que te calme."
Los ojos te duelen y sienten como tienen ganas de echar lágrimas cuando los abres. Roger deja caer una toalla en el suelo y te indica que saques los pies. Con cuidado pone los pies en su regazo y con una toallita los seca con mucho cuidado. Ronroneas de gusto. Realmente tiene buenas manos. Luego cuando tienes los pies secos, sientes una sustancia pegajosa y muy fría en los pies.
Gimes mientras Roger extiende la crema y masajea tus pies.
"Realmente sois muy domésticos. Parecéis un matrimonio de cincuenta años" Freddie entra en el salón secándose el pelo con una toalla.
"¿Celoso de que nadie se preocupe por ti?" Roger escupe siguiendo con su trabajo.
"Celoso de que somos amigos por años y nunca me has dado un masaje"
"Bueno tampoco me has traido comida al trabajo" Freddie rueda los ojos y se deja caer en el sofá.
"Deja que esto se absorba, iré a ducharme. Luego te calentaré agua para que puedas hacerlo también. Te sentirás bien cuando vayas a dormir después de una ducha caliente" Roger se levanta. Cierras los ojos y vuelves a dejar caer la cabeza. Todo te da vueltas y sientes que te vas a desmayar del cansancio.
"Estoy seguro de que estaría encantado de frotar tu espalda en la ducha"
"No molestes Freddie" Te cuesta hasta pronunciar palabra. ¿Hay alguna parte de tu cuerpo que no esté cansada?"
"Creo que si pones esos ojos, conseguirías hasta que te corte las uñas de los pies. Literalmente lo digo, le tienes comiendo de la palma de tu mano."
Bostezas y sientes lágrimas cayendo por tus mejillas al hacerlo.
"Estás demasiado cansada para verlo, pero este hombre realmente se preocupa por que te sientas a salvo aquí." Freddie deja un beso en tu frente antes de entrar en vuestro cuarto compartido. "Está bien si compartes habitación con Roger esta noche."
No tienes fuerzas ni para contestar a su comentario.
Roger sale casi corriendo del baño. Se asegura de secarse bien y vestirse antes de salir y encontrarte desmayada en el sofá. Aún tienes la ropa puesta y una manta tapando tus piernas, con los pies al aire. Sonríe enternecido. Supone que la ducha tendrá que esperar. No quiere despertarte estando tan cansada. Retira la manta de tu cuerpo, e intenta quitarte el abrigo con cuidado.
Te coge en brazos y te lleva a la habitación con Freddie.
"¿Estaría bien si le quitamos los pantalones? Estará más cómoda" Sugiere dejándote caer en la cama.
"No te preocupes, yo me encargo. Se sentirá más cómoda con su amigo de confianza" Roger rueda los ojos mientras sale de la habitación. "Solo bromeo. Ya tendrás otra oportunidad de ver su ropa interior" Roger está a punto de entrar y darle un golpe. "¡Solo bromeo!"
Roger finalmente sale de la habitación y Freddie deja escapar una risa.
Antes de entrar en su habitación propia, recoge tus viejas botas. Normal que le duelan los pies, piensa. Tienen pinta de ser horriblemente incómodas. Las esconde en un cajón del salón detrás de una planta y finalmente se mete en la cama.
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benismyqueen · 3 years
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IT GOES WELL — SEGUNDO CAPÍTULO
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A/N: Espero que os guste el capitulo, pronto tendreis una nueva parte. Parece un poco lento, pero al partir del siguiente lo ire poniendo mas interesante
Advertencias: Quiza una conversacion un poco incomoda. Slow burn.
Palabras: 4.043
No sabes en que momento te has quedado dormida, no recuerdas mucho más allá que la risa de cuatro viendo algunos capítulos de Malcolm in the middle, mientras estábais tan juntos que vuestros brazos se rozaban.
Pero unos golpes en la puerta te despiertan. Son insistentes. Algo desorientada aún, con tus párpados y todos los músculos de tu cuerpo llorando por unas horas más de descanso, sientes como se te sale el corazón del pecho. Habías quedado con dos en entrenar a las seis. Miras el reloj de la mesilla de noche esperando no haberte quedado dormida. 5.10 am. Frunces el ceño.
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benismyqueen · 3 years
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IT GOES WELL — SEGUNDO CAPÍTULO
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A/N: Espero que os guste el capitulo, pronto tendreis una nueva parte. Parece un poco lento, pero al partir del siguiente lo ire poniendo mas interesante
Advertencias: Quiza una conversacion un poco incomoda. Slow burn.
Palabras: 4.043
No sabes en que momento te has quedado dormida, no recuerdas mucho más allá que la risa de cuatro viendo algunos capítulos de Malcolm in the middle, mientras estábais tan juntos que vuestros brazos se rozaban.
Pero unos golpes en la puerta te despiertan. Son insistentes. Algo desorientada aún, con tus párpados y todos los músculos de tu cuerpo llorando por unas horas más de descanso, sientes como se te sale el corazón del pecho. Habías quedado con dos en entrenar a las seis. Miras el reloj de la mesilla de noche esperando no haberte quedado dormida. 5.10 am. Frunces el ceño.
"Pero es un color muy aburrido" Cuatro frunce el ceño. "¿Y un amarillo claro?" 
¿Qué demonios?, ¿quién está despierto a estas horas?
Vuelven a golpear la puerta con insistencia. Te levantas de la cama gimiendo. Te duelen todos los músculos que ni siquiera sabes que existen. ¿Cómo quiere dos que entrenes en esas condiciones?
Cuando abres la puerta ves a cuatro al otro lado. Está perfectamente vestido con unos pantalones de chándal y una camiseta azul. Tiene una sonrisa enorme en la cara, y levanta el brazo. Tiene una bolsa marrón con lo que supones que es comida.
"Te doy 5 minutos. O me comeré el desayuno." Sonríes y cierras la puerta de golpe. Siseas cuando te mueves rápidamente y te pones la ropa de entrenamiento que dos dejó ayer sobre tu cama.
"¿Qué haces tan temprano?" Preguntas una vez abres la puerta y sales fuera.
"Llevarte de paseo. Vamos, queda poco para tu próximo entrenamiento" Cuatro echa a andar. Ves su espalda musculada y de fondo el amanecer. El sol empieza a ponerse y todo es de un color anaranjado.
"Cuatro... Realmente no quiero andar. Me duele mucho..." Te quejas a punto de llorar. "¿No podemos pasar directamente al desayuno?"
Cuatro se vuelve.
"Lo mejor para las agujetas y el dolor muscular es seguir haciendo ejercicio. Me he levantado pronto solo para que tu culo dolorido esté lo menos resentido posible." Extiende sus brazos. "Y además tengo desayuno. Tú decides" Se da media vuelta y sigue su camino.
"Espera" Corres detrás de él y sientes ganas de morir. "¿A dónde me llevas?"
"Conozco un sitio cerca con unas vistas increíbles. Espero que nunca airees mi lugar favorito. Tendré que matarte." Te mira serio pero en el último momento te sonríe.
"Tendrás que intentarlo" Luchas por no ahogarte recuperando el rítmo normal y dejando que tus músculos se acostumbren.
"Si seguro" Cuatro rueda los ojos con una sonrisa "Eres tan letal como un cachorro ahora mismo"
"No me tientes cuatro"
"¿Sabes? Eres bastante adorable cuando duermes. Solo intenta no babear mi camiseta la próxima vez." Intenta picarte con un golpe con su codo en tus costillas. Abres desmesuradamente la boca.
"¡No babeo!"
"Oh claro que si, duermes con la boca abierta. Una vista increible"
"Eres un mentiroso terrible"
"Seguro"
Seguís caminando. Puedes sentir la mirada de Cuatro y puedes notar su estúpida sonrisa. ¿Cómo puedes tener una confianza tan bien establecida con alguien a quién acabas de conocer y ni siquiera sabes su nombre real?
"¿Me dormí muy pronto?" Preguntas
"No tengo ni idea, me reí de una escena estúpida y ahí supe que estabas dormida." El camino empieza a ser más difícil, hay ramas y piedras por todas partes. "Eres muy adorable cuando duermes por cierto."
"¡Deja de molestar!" Luchas por no ponerte nerviosa y enrojecer, pero aún así lo haces. Agradeces que estáis subiendo una colina para que puedas disimular el enrojecimiento con la fatiga.
"¿Te quedaste mucho tiempo?"
"Apagué el proyector después de ese capítulo. Te arropé con las mantas y me fui. Todo un caballero" Te sonríe de medio lado.
Intentas enfadarte con él por quitarte horas de sueño y hacerte andar tanto, pero antes de que puedas abrir la boca lo ves. Es una explanada enorme,  y desde vuestro lugar podéis ver el pueblo a lo lejos. Está como a dos kilómetros, y por detrás del pueblo, el sol poniéndose. Todo está acompañado con un color amarillento y una sensación de paz.
"Increíble, ¿verdad?" Cuatro se sienta en una piedra y abre la bolsa. "No te aconsejo comer nada antes de entrenar, pero te he traído zumo y un batido de chocolate." Con un gemido de dolor te sientas a su lado. No crees que puedas ser capaz de levantarte.
"Bueno, te lo perdonaré si cuando acabe de entrenar me compartes una dona"
"Hecho"
Casi estás ansiosa cuando abres el zumo y lo bebes casi del tirón.
"Solía venir aquí con seis" Cuatro parece serio cuando habla. Desde que él murió nunca pronunció su nombre, ni habló en voz alta de él, o de cómo se sentía. "El muy idiota empezó a gritar y saltar, una vez casi cae rodando por la colina. De hecho fui rápido y cuando casi estaba rodando lo agarré por la capucha de la sudadera. El muy capullo se enfadó porque casi lo ahogo" Suelta una risa recordando el momento y se le escapa alguna lágrima por la risa.
Escuchas atenta y en silencio su relato. Seis parece una persona increíble y ni siquiera lo has conocido. Pero, ¿de qué manera se conoce a una persona?, ¿no es mediante los ojos de las personas que lo quieren como terminas de conocer a alguien? Los ojos no engañan, y seguramente cuatro no conocía a seis, pero conocía lo suficiente y lo necesario.
"Le salvaba la vida casi a diario, era agotador. ¿Sabes las personas que cruzan sin mirar la calle y tienes que agarrarlos para que un coche no los atropelle?" Asientes con la cabeza. Lo sabes porque eres una de esas personas. "Seis era así. Muy imprudente."
"Las mejores personas lo son"
Cuatro te mira y te regala una sonrisa.  Sonríes de vuelta y vuelves tu mirada a las vistas.
Os quedáis en un cómodo silencio. Quieres hablar, iniciar una conversación, pero después de que cuatro haya sentido la confianza de hablar de algo doloroso para él, no quieres hacerlo sentir incómodo. Así que ambos seguís mirando las vistas.
"¿Veníais mucho por aquí?"
"No era una persona de mañanas, pero si, de vez en cuando" Cuatro guiña un ojo por el sol.
"¿Y cinco?" Quieres abofetearte por preguntar cuando la mirada de cuatro se vuelve a verte con el ceño fruncido. "Perdona no quería preguntar, noté que hay cierta tensión por su parte y pensé que igual era por sentirse desplazada o algo así yo..."
"Está bien, eres una cotilla integral, no me siento ofendido" Vuelve a darte una de sus sonrisas. Dejas salir el aire que estabas conteniendo. No está enfadado ni ofendido. "Solo veníamos nosotros" Por un momento te sientes especial. Nunca ha traído a nadie más.
"¿Y por qué no la traes?" Tu gran boca sigue hablando sin ningún tipo de filtro. "Desprende esa tensión no resuelta. ¿Tenéis algo?"
"Solíamos tenerlo." Aparta la mirada y mira al frente. Aprieta la mandíbula. No quiere hablar de ello. Estúpida. "Pero ahora mismo nada."
"Deberías traerla" Te pones un poco tensa. Era obvio que dos chicos jóvenes, rodeados de gente adulta, sin nadie más alrededor, tenían que tener algo. Y aunque no te pilla por sorpresa te molesta.
"Creo que ir a un parque abandonado a clavarse agujas en las uñas de los pies le parece un plan más apetecible que compartir espacio conmigo." Bromea. Guarda media dona en la bolsa y se sacude las manos en la ropa.
Cuatro no quiere hablar de cinco. Seis siempre se lo advirtió. Era un error ser tan cercanos. No era como ellos que eran más hermanos que amigos. Era algo más. Y cuando ese algo más se acaba, solo quedan momentos incómodos y huidas. Él nunca se sintió del todo valorado con ella, pero tampoco es que fuese algo serio. No después de Kiev. Aún así le duele un poco que se muestre tan fría con él. Como si lo odiase.
Seis siempre se lo dijo. Tío, no te valora. Quizá tenía razón, pero él no buscaba que se enamorase de él, solo quería diversión. Pero quizá ahora que seis no está, y no es tan cercano a ningun otro, esperaba en cinco una amiga, la única persona a parte de seis con quién podía hablar. Pero ese fue su fallo. Cinco no lo quería para hablar.
"Deberíamos volver, se hace la hora"
"Ay no" Dejas caer la cabeza entre tus manos. "No quiero ir, dos va a matarme"
"Claro que no."
"No me hará parar hasta que me vea convulsionando en el suelo. Me odia"
"Escucha" cuatro se levanta y te ofrece su mano "Dos es muy profesional, es dura, pero lo hace para que no mueras. Es un mecanismo de protección." Ahora tus músculos duelen un poco menos a medida que andas. "Duras fueron las clases de conducir que le dió a seis. Siempre le hacía llorar"
"Bueno yo ya tengo el carné de conducir así que..."
"No, no, no" Cuatro se ríe "él sabía conducir, pero una cosa es conducir y otra ser el encargado de nuestra vía de escape. Conducir a 200km/h mientras te presiguen cinco furgones que te están disparando."
Palideces. ¿De verdad te verás envuelta en esas misiones? acabarás muerta.
"Vamos. Por la tarde podemos jugar a la switch" Te anima pasando un brazo por tus hombros.
Hoy dos es bastante más simpática contigo. Te sigue torturando con juegos de rapidez, incluso hace todo tipo de artimañas para que te sientas inútil y luches por ser aún más rápida.  Y tu orgullo hace que luches contra el dolor que sientes en todas las partes de tu cuerpo, y no te quejes. Incluso luchas para que no se te note tu odio hacia dos.
"Dos vueltas más a toda la instalación y te dejaré ir con tres" Grita recogiendo los conos.
"¿Cuándo haré cosas guays de súper héroe y no estas absurdeces?"
"¿Qué has dicho?" pregunta a los gritos. Demonios, ni siquiera está cerca.
Ruedas los ojos y corres.
Puedes ver a cinco salir de su tráiler, a uno paseando con un perro que te saluda alegremente. Y a tres y siete preparar algo en el sitio donde entrenan. Solo rezas para que te deje disparar.
"¡Niña!" Tres grita cuando te ve aparecer. "Coge una de las pistolas pequeñas, vamos a disparar"
Gritas de emoción mientras saltas.
"Recuerda la parte en la que no se juega con armas, ¿de acuerdo?" Tres te mira desconfiado. No puedes evitar hacer una pose de female fatal cuando tienes la pistola en tus manos. Te sientes igual que Scarlet Johansson.
"De acuerdo, ahora ven" Se pone a tus espaldas y con su rodilla te abre las piernas en una posición óptima. "Ahora quiero que cojas bien el arma. ¿Diestra cierto? Coge el arma y con la mano izquierda la estabilizas. Está cargada" te advierte. Agradeces que estás apuntando a un descampado. "El arma al disparar, tiene fuerza, puede que te golpee el rostro si no la sujetas correctamente"
"En las películas no lo parece"
Tres rueda los ojos. "Son películas. De acuerdo, ahora pondré dianas enfrente tuyo, quiero que bajes el arma y no hagas el tonto."
Esta vez ruedas los ojos mientras dejas la pistola sobre la mesa. No hay nadie alrededor de la parte en la que estáis. Todo desierto.
"Listo" Grita tres. Hay como 15 metros de distancia. Hay varios muñecos en diferentes posiciones. "Tienes que disparar. Estaré contento si consigues darles, pero si llegas a la cabeza o pecho, estaría el doble de feliz" Grita apartándose.
Coges la pistola y te pones en la posición que tres te enseñó. Disparas y fallas. Gruñes y vuelves a disparar. Una y otra vez. Sin descanso
Tres ni siquiera tiene que molestarse en recolocar los muñecos ya que no hay forma que puedas darlos.
"¡Prueba a concentrarte antes que disparar, niña!" Grita tres desde la lejanía.
"Si, claro"
No sabes cuanto tiempo estás disparando. Te duelen los brazos de aguantar la misma posición con la pistola en las manos.
"Ya solo por estadística deberías de acertar al menos un blanco" La voz de siete te asusta a tus espaldas.
"Tengo un arma en la mano, no deberías ser tan silencioso y asustarme así" mascullas enfadada.
"¿Con esa puntería? No estoy preocupado." Bromea.
"Gracioso" Vuelves a ponerte en posición.
"¡Niña, posición!" Tres grita.
"Deberías relajar un poco la espalda, y siempre poner la mira pensando en 3cm de margen." Siete te aconseja mientras prepara sus armas.
Solo por probar le haces caso. No das al muñeco en la cabeza como tenías pensado, pero la bala se incrusta en una pierna. Gritas de emoción.
"¡Suficiente! Ese era el objetivo de hoy" Tres recoge los muñecos y se acerca. "Haré de ti una asesina letal. Solo nos falta entrenamiento. Y una ducha" Frunce el ceño al llegar a tu lado.
"Qué sutil" ruedas los ojos y te arrastras a tu remolque a buscar ropa de cambio. "Para tu información no me gustaría olerte a tí después de entrenar con dos."
Tomas tu ropa limpia y te precipitas a las duchas. Hay dos cubículos, y justo cuando vas a entrar en uno de ellos, alguien más sale haciendo que vuestros cuerpos choquen y casi caigas al suelo. Una vez más, dos brazos te sujetan por los hombros.
"Wow" Es solo cuatro, huele a lavanda y lleva una toalla al hombro. Tiene el pelo húmedo, y algunas gotas caen por el borde de su cara. "¿Que tal?, ¿entrenamiento duro?"
"Mejor que ayer" Te encoges de hombros.
"Bueno" Cuatro se pone un poco incómodo sin saber que hacer o decir. "Te dejo ducharte"
"Guay"
Se quita de tu camino y te deja la puerta del baño libre, pero antes de que puedas entrar, te detiene con su mano en tu brazo.
"Oye" Te das la vuelva y cuatro vigila que no haya nadie cerca. "Solo hay agua caliente 10 minutos."
Te habías dado cuenta, durante 10 minutos hay agua caliente. Supones que un hombre millonario tiene problemas para pagar el gas.
"Si das una patada al generador del tiempo, este se reinicia y tendrás otros 10 minutos." Cuatro te sonríe y se marcha silbando.
Él llegó al equipo el cuarto, y nadie nunca le dijo lo del generador del agua, tuvo que descubrirlo por su cuenta, y siguiendo el legado él tampoco se lo dijo a cinco ni a seis. Pero tuvo la necesidad imperiosa de decírtelo.
"¿A qué jugamos?" Cuatro se tira prácticamente en el sofá a tu lado. Ambos estáis en la caravana de las comidas, donde todos os reunís. Gracias a dios estáis solos, así podéis comer y beber tranquilos. "Tengo el call of duty y el fornait"
"¿Ninguno divertido?"
"¡Oye!" Cuatro te empuja con su hombro. "También tengo el súper mario"
"De acuerdo." Te vuelves a verlo con una sonrisa. "Jugaremos al súper mario si antes jugamos a los sims"
Cuatro frunce el ceño nada contento ni emocionado como tú.
"No pienso jugar a los sims"
"¡Es divertido!"
"Tienes una definición de divertido bastante errónea"
"Bueno pues..." Te levantas del sofá con un suspiro "Quizá cinco quiera jugar contigo al call of duty"
"¡Eres una manipuladora!" Grita cuatro "¡De acuerdo!
Te tiras en el sofá con tu cabeza sobre sus piernas. Cuatro niega con la cabeza mientras enciende la consola. Creas una partida y le das a cuatro un código.
"Al menos en los sims podemos follar. Creo que no se me ocurre nada más divertido"
"¡No vamos a follar, cuatro!" casi te ahogas por la sorpresa. "Seremos compañeros de piso"
"¿Creamos a los demás?"
"No. Solo tu y yo. Hagamos una vida normal, lo que debería ser fuera de aquí"
Ambos creais los personajes y compráis una casa, la más barata que os podéis permitir.
El muñeco de cuatro se acerca al tuyo. Ben.
"Oye cuatro" te incorporas en el sofá. "Dime que no le has puesto tu nombre real a tu personaje." Es definitivamente algo que él haría.
"¡Claro que no!"
"Está bien, me alegra saber que no tienes un nombre de perro"
"¿Qué tiene de malo, Ben?"
"Nada, es nombre de perro"
"Oh de acuerdo, Michelle. Un nombre muy original" Bromea leyendo tu nombre.
"Idiota"
Les toma un tiempo comprar los muebles de la casa, y cada uno amueblan las habitaciones.
"¿De qué debería de trabajar?" Pregunta cuatro.
"¿Qué te hubiese gustado hacer de no estar aquí?" Sientes como se tensa a tu lado. "¿Qué hacías antes de venir aquí?"
Sabes que la pregunta es demasiado intrusiva, y que está prohibido hablar de vuestro pasado con los demás. Pero es cuatro.
"Hacía parkour" Evita concretar exactamente que hacía. No solo no se siente orgulloso de su pasado, si no que es demasiado doloroso para él.
Ruedas los ojos. "Me lo imaginaba"
"Me gustaría ser profesor de educación física. Quizá entrenador para escaladores. Algo así"
"No sé si lo hay en los sims" bromeas.
"¿Y tú?, ¿que hacías antes de venir aquí?"
"huir" bromeas.
"¿A parte?"
"Estudiar. No tenía una vida muy apasionante ni divertida. Pero me gustaría tener una biblioteca o una tienda de libros. Creo que sería mi trabajo soñado."
"No creo que ese trabajo esté en los sims tampoco" Cuatro te da un golpe en la rodilla.
"Supongo que podemos conseguir el trabajo que nos de más dinero, así podemos construir una mansión"
"De acuerdo. ¿De qué color deberíamos pintar las paredes del salón?"
Estar tirada en el sofá con cuatro, discutiendo el color de las paredes de su casa imaginaria, y cómo deberían destribuirse los muebles del salón se convierte en tu parte favorita del día. Por una vez no sientes ni piensas en el peso de tu pasado, ni la ansiedad de que será de ti en un futuro. Ni los problemas del presente y si llegarás viva al día siguiente. Te dejas llevar y por primera vez tu única preocupación es la vida mundana, vivir la comodidad y el confort de una vida real y feliz, tal y como debería de ser. Al menos a través de una pantalla de la consola.
"Creo que el color crema estaría bien" 
"¿Amarillo?"
"De acuerdo, elige tú el color de las paredes, yo me encargo del jardín" El personaje de cuatro sale al jardín, que es demasiado pequeño, y se encarga de quitar las malas hiervas y colocar una pequeña barbacoa. "¿Qué más se hace en este juego?"
"Nunca he llegado a jugar realmente, me aburría después de hacer la casa de mis sueños."
"¿Una gran mansión?"
"En verdad no. Una pequeña casa de dos plantas, quizá un pequeño jardín. Ese es mi sueño"
  "¿Hablas del juego?" Cuatro deja de prestar atención a su consola. "¿O de tu mayor sueño en realidad?"
"Necesitaremos más confianza para que te cuente mis sueños reales, cuatro" Le guiñas un ojo mientras sonríes.
"De acuerdo, tampoco me interesa" Te saca la lengua como un niño y vuelve su mirada al juego.
Ben, el personaje de cuatro entra de nuevo a casa, y se acerca a Michelle. Esperas unos segundos para ver qué quiere cuatro, cuando aparece un mensaje en la parte superior de la pantalla. Ben acaba de ser coqueto con Michelle. Frunces el ceño y escondes la sonrisa que está a punto de sacudir tu cara. En la pantalla ahora te aparece varias posibles respuestas, y eliges la adecuada.
Michelle pone una cara rara y rechaza sus coqueteos. Ben hace unos movimientos caricaturescos bastante graciosos mientras cuatro suspira.
"Ben y Michelle no van a follar, cuatro" adviertes. "¿No pueden ser amigos?"
"Pueden ser amigos" Cuatro rueda los ojos. "¡Vamos! Sé abierta de mente, los amigos también pueden follar"
Apartas la mirada de la pantalla de la consola al notar la mirada de cuatro puesta en ti. Ha dejado su consola sobre el sofá y ahora te está mirando intensamente.
"¿Qué?"
"¿Amigos con beneficios?, ¿te suena?" no te gusta a donde está llevando esta conversación. "Vamos, lo entendería de un boomer como uno, ¿pero tú?, ¿que tienes?, ¿24?"
"20 en verdad" Frunces el ceño. Cuatro te hace un gesto de obviedad "Pero cuatro... Son muñecos, dibujos, es una obsesión enfermiza la que tienes"
"¿Nunca has tenido un amigo con beneficios?"
Su pregunta hace que empieces a respirar con irregularidad. Nunca has tenido amigos, y menos con beneficios. Y odias que la conversación esté yendo por este camino porque tienes cero experiencia en cuanto a relaciones, tus únicos conocimientos son los que has obtenido mediante libros adolescentes. Nunca has estado con un chico siquiera. Nunca te han dado esa oportunidad. Y sientes que todo lo que puedas decir te hará parecer aún más inexperta.
Sientes como te tiemblan las manos y estás a punto de sufrir con tu ansiedad. Te vienen recuerdos que no quieres recordar. Pequeñas imágenes de tu vida pasada, y todo el dolor que te remueve
"Nunca los he necesitado" contestas finalmente.
"Una afirmación muy poco ególatra" Cuatro te sonríe. No sabes si por su ironía o por si no cree tus palabras.
"¿Podemos seguir jugando?" Señalas la consola con la cabeza.
"¿Entonces nunca has tenido amigos con beneficios?"
"No, cuatro" Ruedas los ojos. "Además me alegro, creo que es un error que cometen las personas demasiado liberales" Tu y tu problema con no poder mantener la boca cerrada
"¿A qué te refieres?" Se acomoda en el sofá para mirarte. Te pones un poco nerviosa.
"No creo que esté mal desde el punto de vista social, solo digo... He visto demasiados acuerdos entre amigos y siempre acaba mal." Cuatro te observa en silencio. A pesar de que puede parecer una indirecta, no lo es. Hablas sin pensar la mayoría del tiempo, así que no estabas pensando en cuatro y cinco cuando lo dijiste.
"¿Por qué?" Ruedas los ojos. Es realmente insistente, y estás demasiado incómoda.
"Porque siempre hay alguien que siente de más"
"Bueno, eso es algo que hay que gestionar"
"No se gestiona, cuatro. ¿Tú de verdad crees que se pueden mantener relaciones sexuales y no llegar a ese punto de intimidad sin sentir algo más?"
"Claro." cuatro se acerca aún más en el sofá. "Luego la amistad evoluciona, quiza a algo más o quizá a algo diferente. O quizá simplemente acabe."
"Entonces me estás dando la razón."
"Pero si estoy diciendo todo lo contrario" Cuatro se ríe a tu lado. "Se puede no sentir amor cuando follas con tu amiga. Pero en caso de sentirlo se puede evolucionar. No concibo una relación con alguien que no ha sido antes mi amigo." Por primera vez puede hablar de una relación después de lo que pasó en Kiev. Y por primera vez no se siente incómodo ni tenso.
"Yo creo que sería un error follar con tu amigo, puede acabar con vuestra amistad por la incomodidad o si como tú dices evoluciona a una relación y no funciona, acabaría con vuestra amistad de todas formas."
"Me encanta este rasgo de tu personalidad, cómo hablas categóricamente de cosas en las que no tienes experiencia." sientes la sonrisa de cuatro a tu lado. "Entonces... ¿sales con chicos así de primeras?"
"No salgo con chicos"
Cuatro parece quedarse mudo.
"¿Chicas?"
"Por desgracia me gustan los hombres. Oye cuatro" Te levantas del sofá queriendo ya dar por finalizada la conversación. "He llevado una vida demasiado controlada, e inhibida. Nunca he podido tener ciertas experiencias de una adolescente normal. Pero tampoco me importa, así que..."
Cuatro parece querer decir algo, pero no es capaz de articular palabra. No entiende como una chica tan guapa y jóven, nunca haya tenído a un chico a sus pies, deseando ser el elegido para estar con ella.
Pero aún le parece más increíble que con 20 años haya llevado un tipo de vida que no haya podido hacerlo, como si hubiese estado demasiado controlada desde que era una niña. En una situación en la que cualquiera querría escapar. Entonces recuerda como escapaba días atrás. Como no era la primera vez que lo intentaba. Y se encuentra pensando en qué demonios la pasó, o la hicieron aquellas veces que lograron encontrarla.
"Pero bueno" intentas mantener la calma cuando lo miras, y no puedes evitar las palabras que salen en ese momento de tu boca. "Es bueno saber que si llegamos a follar algún día, no te enamorarás de mi"
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benismyqueen · 3 years
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HOME — Roger Taylor
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Resumen: Cuando tus padres te echan de casa, sin trabajo y ningún tipo de dinero, tienes suerte de que dos personas casi tan locas como tú, decidan que seas su compañera de piso.
Advertencias: ninguna. Quizá un poco de angustia por disfunciones familiares. Y mucho amor por Freddie y Roger siendo domésticos.
Palabras: 1.506
"Amor, ¿crees que necesitarás esto?" Freddie saca del armario un vestido demasiado bonito de flores.
"Supongo que no. Es pleno invierno, necesito lo esencial, me están echando de casa, ¿recuerdas?" Abres la bolsa más grande que encuentras, en algún momento la usaste en tu viaje a holanda hace unos años.
"¡Pero es demasiado bonito!"
"Freddie, mi espacio es limitado, necesito ropa de invierno."
El moreno se deja caer en la cama con el vestido aún entre sus manos. No piensa rendirse sin luchar lo suficiente. Le parece increible que simplemente vayas a dejar ese vestido atrás.
"¿Y qué harás en verano?" Intenta razonar.
"No sé Freddie... Quizá pueda sacrificar alguno de mis pantalones y cortarlos." Consigues varios de tus jerseys más gordos y los metes en la bolsa, junto algunas camisetas y cuatro pantalones. Con un poco de imaginación puedes conjuntar esas prendas en unos ocho looks diferentes.
Freddie aprovecha que vuelves tu vista al armario para meter el vestido debajo de la ropa en la bolsa.
"¿Y dónde irás?"
"Freddie" Estás demasiado agobiada pensando en cosas óptimas que sean necesarias para tu supervivencia a partir de ahora. "Pensé que venías para ayudarme, no para agregar presión a mis hombros." Lo tomas de la mano para que se levante de la cama.
"Perdona. Solo me preocupo." Pasea su vista por tus baldas llenas de libros, vinilos, y cosas varias. "¿Llevarás algunos libros?"
"Supongo que los de la universidad. No creo que pueda llevar más." Metiendo tu neceser con tus productos de aseo, peines, y algo de maquillaje terminas de llenar la primera bolsa. "Quizá me lleve mi edición especial de Mujercitas."
"Tienes también la de Orgullo y Prejuicio, El Hobbit y tu colección de vinilos"
"Freddie..."
"Si, si, solo lo esencial"
Al final terminas sacando una mochila mediana y caes en la tentación de llevarte algunas libretas, una pequeña caja con tus recuerdos más simbólicos como fotos, collares, algunos pósters de cantantes que te gustan y una manta que te bordó tu abuela. Freddie no se puede resistir y carga en sus brazos tu colección de vinilos y los libros.
"¿Qué? Vas a dejarlos aquí... En mi casa nos hace falta decoración, estás invitada a venir y usarlo cuando quieras" Te ríes y echando un último vistazo a lo que era tu habitación, y cierras la puerta. "Entonces... ¿dónde pasarás la noche?"
"Supongo que podré ir a casa de mi amiga Lucy. Quizá me deje quedarme un par de días, hasta que encuentre un trabajo y un departamento."
"El trabajo está muy mal en Londres"
"Gracias Freddie"
"Los alquileres no son baratos" Salís a la calle siendo recibidos por el frío invierno.
"Freddie, necesito palabras de aliento no..."
"Ven a vivir conmigo"
Conociste a Freddie hace unos meses. Era verano, y acudiste con tus amigas a un pub, queríais beber un poco y pasar un buen rato. Pero tus amigas quizá bebieron demasiado, y terminaste sola en el pub, agobiada buscando a dos chicas borrachas.
Un hombre más o menos mayor, y borracho intentó sobrepasarse contigo en mitad de la pista de baile, realmente estabas angustiada y a punto de llorar cuando Freddie lo vió todo. Y con su aire de meterse en los asuntos que no son suyos, empujó al chico y le dió un puñetazo en la mandíbula. En ese momento pensaste que estabas muerta. Un chico delgado, demasiado alto y a primera vista afeminado acababa de golpear a un borracho que era dos veces él. Pero te sorprendieron sus golpes.
Una hora después mientras te invitó a una cerveza, (la odias, pero estaba siendo amable y oh dios, hacía meses que un chico guapo no te invitaba a nada), te contó sobre las clases de boxeo que tomó de niño. En ese momento aprendiste a no prejuzgar nunca más. Además de agradecerle por siempre que decidiese ayudar. Había mucha gente en ese pub que vió tu angustia y nadie hizo nada. Solo él.
"Soy un hombre criado por mi madre y mi abuela. Y crecí con mi hermana. Supongo que mi padre me hubiese golpeado si no tuviese respeto por las mujeres."
En ese momento sonreiste y lo supiste. Querías a ese hombre con tu vida.
"Nada comparado con la paliza de mi abuela, ella sí que sabe boxear" bromeó.
"¿Qué dices Freddie?" Te detienes en mitad de la calle con las dos enormes bolsas descansando en el suelo.
"Vamos... No tienes donde ir, el piso es pequeño, tendré que hacerte algo de espacio, podemos compartir cama, no creo que el sofá sea muy cómodo. Y no te cobraré alquiler, quizá solo saques la basura y limpies la cocina."
"Freddie..."
"Tengo un compañero de piso, es ruidoso, no tiene filtro y dice lo que piensa en todo momento, a veces toca la batería y sabe cocinar huevos cocidos. Es bastante divertido, ya te dije que tenías que conocerlo." Habla emocionado mientras toma una de tus bolsas, a pesar de llevar algunas de tus pertenencias en las manos. "Será divertido"
"No sé Freddie..."
"No creo que tengas más opciones..." Te mira con esos ojos y esa sonrisa tan bonita que tiene. Y sabe que te tiene en el bote.
"Supongo que os podría cocinar como compensación" Freddie grita cuando aceptas su propuesta y rápidamente tomáis un autobús hasta su casa.
El piso de Freddie es realmente pequeño, en eso no mentía. Lo primero que ves cuando abre la puerta es un pequeño pasillo, no entran dos personas a la vez, y después de ese medio metro de pasillo dónde tienen un perchero con varios abrigos, llegáis a un pequeño salón con un mueble, una televisión, un tocadiscos y dos sillones viejos acompañando un sofá. Está lleno de ropa, revistas, libretas y una guitarra apoyada en el suelo contra el sofá. A la derecha hay una cocina pequeña, y siguiendo el pasillo hay dos habitaciones, una a cada lado del pasillo, y al final un baño.
"No es demasiado increible." Freddie admite. "Pero somos felices aquí"
"Es increible Freddie" A pesar de ser una caja de zapatos y demasiado desordenada grita hogar por todas las esquinas.
"Te llevaré a mi habitación. Te dejaré dos cajones de mi cómoda y dos de mi armario. Conseguiré de nuestro mercadillo un burro para tu ropa. No creo que a Roger le importe"
Justo en ese momento la puerta del piso se abre, y entra una cabellera rubia con un cigarro entre sus labios. Cuando te ve casi deja caer el cigarro al suelo.
"¡Rog! Estás en casa" Freddie grita acercándose a su amigo.
"¿Qué es todo esto?" Pregunta viendo las bolsas en el suelo
"¡Tengo una nueva compañera de habitación!" En ese momento Roger tiene una expresión de sorpresa que hace que sientas pánico. Estoy en la calle, piensas.
"Freddie... ¿Podemos hablar?... En privado" Coge a su amigo por la chaqueta y lo empuja a la cocina.
En un principio te sientes un poco ofendida, pero lo entiendes. Freddie es una persona muy impulsiva, y puedes entender que a una persona normal no le haga mucha gracia llegar a su casa, y que su compañero de piso haya invitado a alguien a quedarse.
"¿Quién es ella?" Te hace gracia que aún con la puerta cerrada, el departamento es tan pequeño y con las paredes tan finas que puedes escuchar la conversación
"Es mi amiga Mackenzie"
"Eso no explica que sea nuestra nueva compañera de piso"
"Es mi compañera de habitación" Puntúa Freddie el acento en 'mi'.
"Es una habitación dentro del piso"
"Vale" Freddie se rinde. "Sus padres la han echado. Su situación es muy precaria, solo mira sus bolsas. Son solo dos, y una mochila con sus pertenencias.
A Roger no le tomó mucho empatizar contigo. Él se fue de casa en las mismas condiciones salvo que él quería independencia, a él nunca lo echaron. Pero sabe lo que es no tener medios y sufrir para llegar a final de mes.
"Solo... La próxima vez avísame cuando una chica guapa vaya a ser nuestra compañera de piso"
Cuando los chicos salen de la cocina, ambos tienen una sonrisa en sus rostros, y en ese momento te das cuenta de que puede que no tengas mucho, pero eres afortunada de tener un techo compartido, con una cama a medias con Freddie, y un chico con una sonrisa preciosa.
"Será bueno tener ayuda femenina en casa" En ese momento reparas en el chico rubio, no parece mucho más mayor que tú. Tiene una sonrisa preciosa y unos ojos azules que desprenden felicidad. "Soy Roger"
Extiende su mano hacia ti para que la tomes en un saludo.
"Mackenzie"
"Bueno Mackenzie" Roger pasa su brazo por tus hombros, acercándote a él "Cómo podrás ver somos unos desastres y nos cuesta mucho ganar dinero para pagar este apartamento tan pequeño, pero nos las arreglaremos." Toma una de tus bolsas para ayudarte a instalarte. "Bienvenida a la vida adulta, no es la gran cosa, pero nos lo pasaremos bien" Y cuando miras su sonrisa, le crees. Vivir con ellos será toda una aventura.
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benismyqueen · 3 years
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Resumen: Cuando tus padres te echan de casa, sin trabajo y ningún tipo de dinero, tienes suerte de que dos personas casi tan locas como tú, decidan que seas su compañera de piso.
Advertencias: ninguna. Quizá un poco de angustia por disfunciones familiares. Y mucho amor por Freddie y Roger siendo domésticos.
Palabras: 1.506
"Amor, ¿crees que necesitarás esto?" Freddie saca del armario un vestido demasiado bonito de flores.
"Supongo que no. Es pleno invierno, necesito lo esencial, me están echando de casa, ¿recuerdas?" Abres la bolsa más grande que encuentras, en algún momento la usaste en tu viaje a holanda hace unos años.
"¡Pero es demasiado bonito!"
"Freddie, mi espacio es limitado, necesito ropa de invierno."
El moreno se deja caer en la cama con el vestido aún entre sus manos. No piensa rendirse sin luchar lo suficiente. Le parece increible que simplemente vayas a dejar ese vestido atrás.
"¿Y qué harás en verano?" Intenta razonar.
"No sé Freddie... Quizá pueda sacrificar alguno de mis pantalones y cortarlos." Consigues varios de tus jerseys más gordos y los metes en la bolsa, junto algunas camisetas y cuatro pantalones. Con un poco de imaginación puedes conjuntar esas prendas en unos ocho looks diferentes.
Freddie aprovecha que vuelves tu vista al armario para meter el vestido debajo de la ropa en la bolsa.
"¿Y dónde irás?"
"Freddie" Estás demasiado agobiada pensando en cosas óptimas que sean necesarias para tu supervivencia a partir de ahora. "Pensé que venías para ayudarme, no para agregar presión a mis hombros." Lo tomas de la mano para que se levante de la cama.
"Perdona. Solo me preocupo." Pasea su vista por tus baldas llenas de libros, vinilos, y cosas varias. "¿Llevarás algunos libros?"
"Supongo que los de la universidad. No creo que pueda llevar más." Metiendo tu neceser con tus productos de aseo, peines, y algo de maquillaje terminas de llenar la primera bolsa. "Quizá me lleve mi edición especial de Mujercitas."
"Tienes también la de Orgullo y Prejuicio, El Hobbit y tu colección de vinilos"
"Freddie..."
"Si, si, solo lo esencial"
Al final terminas sacando una mochila mediana y caes en la tentación de llevarte algunas libretas, una pequeña caja con tus recuerdos más simbólicos como fotos, collares, algunos pósters de cantantes que te gustan y una manta que te bordó tu abuela. Freddie no se puede resistir y carga en sus brazos tu colección de vinilos y los libros.
"¿Qué? Vas a dejarlos aquí... En mi casa nos hace falta decoración, estás invitada a venir y usarlo cuando quieras" Te ríes y echando un último vistazo a lo que era tu habitación, y cierras la puerta. "Entonces... ¿dónde pasarás la noche?"
"Supongo que podré ir a casa de mi amiga Lucy. Quizá me deje quedarme un par de días, hasta que encuentre un trabajo y un departamento."
"El trabajo está muy mal en Londres"
"Gracias Freddie"
"Los alquileres no son baratos" Salís a la calle siendo recibidos por el frío invierno.
"Freddie, necesito palabras de aliento no..."
"Ven a vivir conmigo"
Conociste a Freddie hace unos meses. Era verano, y acudiste con tus amigas a un pub, queríais beber un poco y pasar un buen rato. Pero tus amigas quizá bebieron demasiado, y terminaste sola en el pub, agobiada buscando a dos chicas borrachas.
Un hombre más o menos mayor, y borracho intentó sobrepasarse contigo en mitad de la pista de baile, realmente estabas angustiada y a punto de llorar cuando Freddie lo vió todo. Y con su aire de meterse en los asuntos que no son suyos, empujó al chico y le dió un puñetazo en la mandíbula. En ese momento pensaste que estabas muerta. Un chico delgado, demasiado alto y a primera vista afeminado acababa de golpear a un borracho que era dos veces él. Pero te sorprendieron sus golpes.
Una hora después mientras te invitó a una cerveza, (la odias, pero estaba siendo amable y oh dios, hacía meses que un chico guapo no te invitaba a nada), te contó sobre las clases de boxeo que tomó de niño. En ese momento aprendiste a no prejuzgar nunca más. Además de agradecerle por siempre que decidiese ayudar. Había mucha gente en ese pub que vió tu angustia y nadie hizo nada. Solo él.
"Soy un hombre criado por mi madre y mi abuela. Y crecí con mi hermana. Supongo que mi padre me hubiese golpeado si no tuviese respeto por las mujeres."
En ese momento sonreiste y lo supiste. Querías a ese hombre con tu vida.
"Nada comparado con la paliza de mi abuela, ella sí que sabe boxear" bromeó.
"¿Qué dices Freddie?" Te detienes en mitad de la calle con las dos enormes bolsas descansando en el suelo.
"Vamos... No tienes donde ir, el piso es pequeño, tendré que hacerte algo de espacio, podemos compartir cama, no creo que el sofá sea muy cómodo. Y no te cobraré alquiler, quizá solo saques la basura y limpies la cocina."
"Freddie..."
"Tengo un compañero de piso, es ruidoso, no tiene filtro y dice lo que piensa en todo momento, a veces toca la batería y sabe cocinar huevos cocidos. Es bastante divertido, ya te dije que tenías que conocerlo." Habla emocionado mientras toma una de tus bolsas, a pesar de llevar algunas de tus pertenencias en las manos. "Será divertido"
"No sé Freddie..."
"No creo que tengas más opciones..." Te mira con esos ojos y esa sonrisa tan bonita que tiene. Y sabe que te tiene en el bote.
"Supongo que os podría cocinar como compensación" Freddie grita cuando aceptas su propuesta y rápidamente tomáis un autobús hasta su casa.
El piso de Freddie es realmente pequeño, en eso no mentía. Lo primero que ves cuando abre la puerta es un pequeño pasillo, no entran dos personas a la vez, y después de ese medio metro de pasillo dónde tienen un perchero con varios abrigos, llegáis a un pequeño salón con un mueble, una televisión, un tocadiscos y dos sillones viejos acompañando un sofá. Está lleno de ropa, revistas, libretas y una guitarra apoyada en el suelo contra el sofá. A la derecha hay una cocina pequeña, y siguiendo el pasillo hay dos habitaciones, una a cada lado del pasillo, y al final un baño.
"No es demasiado increible." Freddie admite. "Pero somos felices aquí"
"Es increible Freddie" A pesar de ser una caja de zapatos y demasiado desordenada grita hogar por todas las esquinas.
"Te llevaré a mi habitación. Te dejaré dos cajones de mi cómoda y dos de mi armario. Conseguiré de nuestro mercadillo un burro para tu ropa. No creo que a Roger le importe"
Justo en ese momento la puerta del piso se abre, y entra una cabellera rubia con un cigarro entre sus labios. Cuando te ve casi deja caer el cigarro al suelo.
"¡Rog! Estás en casa" Freddie grita acercándose a su amigo.
"¿Qué es todo esto?" Pregunta viendo las bolsas en el suelo
"¡Tengo una nueva compañera de habitación!" En ese momento Roger tiene una expresión de sorpresa que hace que sientas pánico. Estoy en la calle, piensas.
"Freddie... ¿Podemos hablar?... En privado" Coge a su amigo por la chaqueta y lo empuja a la cocina.
En un principio te sientes un poco ofendida, pero lo entiendes. Freddie es una persona muy impulsiva, y puedes entender que a una persona normal no le haga mucha gracia llegar a su casa, y que su compañero de piso haya invitado a alguien a quedarse.
"¿Quién es ella?" Te hace gracia que aún con la puerta cerrada, el departamento es tan pequeño y con las paredes tan finas que puedes escuchar la conversación
"Es mi amiga Mackenzie"
"Eso no explica que sea nuestra nueva compañera de piso"
"Es mi compañera de habitación" Puntúa Freddie el acento en 'mi'.
"Es una habitación dentro del piso"
"Vale" Freddie se rinde. "Sus padres la han echado. Su situación es muy precaria, solo mira sus bolsas. Son solo dos, y una mochila con sus pertenencias.
A Roger no le tomó mucho empatizar contigo. Él se fue de casa en las mismas condiciones salvo que él quería independencia, a él nunca lo echaron. Pero sabe lo que es no tener medios y sufrir para llegar a final de mes.
"Solo... La próxima vez avísame cuando una chica guapa vaya a ser nuestra compañera de piso"
Cuando los chicos salen de la cocina, ambos tienen una sonrisa en sus rostros, y en ese momento te das cuenta de que puede que no tengas mucho, pero eres afortunada de tener un techo compartido, con una cama a medias con Freddie, y un chico con una sonrisa preciosa.
"Será bueno tener ayuda femenina en casa" En ese momento reparas en el chico rubio, no parece mucho más mayor que tú. Tiene una sonrisa preciosa y unos ojos azules que desprenden felicidad. "Soy Roger"
Extiende su mano hacia ti para que la tomes en un saludo.
"Mackenzie"
"Bueno Mackenzie" Roger pasa su brazo por tus hombros, acercándote a él "Cómo podrás ver somos unos desastres y nos cuesta mucho ganar dinero para pagar este apartamento tan pequeño, pero nos las arreglaremos." Toma una de tus bolsas para ayudarte a instalarte. "Bienvenida a la vida adulta, no es la gran cosa, pero nos lo pasaremos bien" Y cuando miras su sonrisa, le crees. Vivir con ellos será toda una aventura.
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benismyqueen · 3 years
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BIRTDHAY GIFT — BEN HARDY
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Resumen: Después de meses de intensos coqueteos en el set de Bohemian Rhapsody, decides dar a Ben el mejor regalo de cumpleaños.
Advertencias: +18 (smut)
A/N: Es mi primer smut así que lamento los fallos y si os incomoda.
Palabras: 5.126
Te miras en el espejo observando el reflejo que proyecta. Solo eres tú con unos pantalones de cuero negro muy ajustados, tus amadas botas negras con un poco de plataforma y un jersey blanco medio metido en tus pantalones. Sabes que estás guapa, así quieres lucir. No quieres lucir demasiado arreglada y desentonar entre tus amigos, pero sí llamar la atención.
Ya han acabado oficialmente las grabaciones de la película Bohemian Rhapsody, y no sabes si estar emocionada o triste. Te has acostumbrado a volar alrededor de los chicos y Lucy, pese a ser una actriz extra sin lineas. Probablemente los mejores meses de tu vida. Echarás de menos las charlas con Lucy detrás de las escenas, las bromas con Joe incluso dentro de escena provocando muchas tomas falsas, incluso los momentos de Rami siendo una persona extremadamente cariñosa.
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89 notes · View notes
benismyqueen · 3 years
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BIRTDHAY GIFT — BEN HARDY
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Resumen: Después de meses de intensos coqueteos en el set de Bohemian Rhapsody, decides dar a Ben el mejor regalo de cumpleaños.
Advertencias: +18 (smut)
A/N: Es mi primer smut así que lamento los fallos y si os incomoda.
Palabras: 5.126
Te miras en el espejo observando el reflejo que proyecta. Solo eres tú con unos pantalones de cuero negro muy ajustados, tus amadas botas negras con un poco de plataforma y un jersey blanco medio metido en tus pantalones. Sabes que estás guapa, así quieres lucir. No quieres lucir demasiado arreglada y desentonar entre tus amigos, pero sí llamar la atención.
Ya han acabado oficialmente las grabaciones de la película Bohemian Rhapsody, y no sabes si estar emocionada o triste. Te has acostumbrado a volar alrededor de los chicos y Lucy, pese a ser una actriz extra sin lineas. Probablemente los mejores meses de tu vida. Echarás de menos las charlas con Lucy detrás de las escenas, las bromas con Joe incluso dentro de escena provocando muchas tomas falsas, incluso los momentos de Rami siendo una persona extremadamente cariñosa.
Pero al que más echarás de menos es a Ben. No pudiste evitar caer profundamente enamorada en el primer momento que lo viste. Definitivamente los rubios no eran tu tipo, pero esa cara bonita con esos ojos verdes tan llamativos te llamaron la atención. Tuviste que luchar mucho para evitar que se te cayese la baba cuando lo veías en esas ropas de los 70'. Pero además de ser increíblemente guapo, es una persona muy sencilla y humana. Siendo muy tímido la mayoría del tiempo, siempre con una sonrisa genuina cuando estás cerca y sus mejillas sonrojadas cuando Joe hace alguna broma. Realmente encajásteis.
Y con los días creció una tensión bastante fuerte entre vosotros. Todo el mundo pudo notarlo. Esas miradas constantes, incluso cuando cada uno estáis en un extremo diferente del estudio. La forma en la que siempre parece mantener el contacto, incluso cuando no es necesario, estando extremadamente cerca. Pasando detrás tuyo bastante pegado con una mano en la parte baja de tu espalda. "Disculpa, amor" mientras busca su camerino. O cuando estás preparando un café y se sitúa detrás tuyo muy cerca, casi puedes sentir su aliento en tu cuello, y toma una taza con una mano mientras la otra da un apretón cariñoso en tu cadera.
Todos pudieron verlo.
Lucy tuvo muchas conversaciones contigo sobre Ben y la tensión dolorosa que ambos desprenden. "Necesitas hacer un movimiento" Pero nunca lo pensaste realmente. Él te gusta, lo quieres, lo deseas, es malditamente horrible lo mucho que deseas besarlo y quitarle la ropa. Pero acaba de salir de una relación muy larga. Casi 10 años. Casi comprometido.
Definitivamente no serías la chica que rompe su mala racha, la que deja su ropa a los pies de su cama y por la mañana se va sin tomar una ducha. La chica a la que promete llamar y no lo hace, y no quiere que sea el chico que olvida todos estos meses después de una noche en la cama.
Pero hoy es su cumpleaños. Hace una pequeña reunión con el cast, también en modo de despedida, no se verán hasta que hagan la promoción, y tú tendrías que esperar a la premiere. Puede que sean los últimos días que pases a su lado, y quieres hacerlo. Estás destinada a no verle más de todas formas.
Recoges tu chaqueta y el regalo de Ben y vas a su casa.
"¡Mackenzie!" Lucy grita y envuelve sus brazos en tu cuerpo. Ya ha tomado  varias copas de champagne.
"Siempre un placer, Macky" Rami aparece detrás de Lucy y deja un beso sobre su cabeza.
"¡No me lo puedo creer!" Un Joe algo bebido grita cuando Mackenzie entra en el salón de la casa. "¿En serio has traido como regalo un sobre con dinero? Eso lo hacía mi abuela cuando era un niño"
Rueda los ojos y siente como sus mejillas se encienden.
"No sabía que regalar a un hombre rico, disculpa"
"A su favor diré que no hacía falta ningún regalo" Ben aparece por la puerta con algunas cervezas. Parece ser el único junto a Rami sobrio. "Has tardado"
"Perdona, me costó encontrar la dirección." Envuelve los brazos en su torso mientras Ben algo incómodo por  intentar no tirar las cervezas envuelve un brazo en sus hombros y deja un beso en su cabeza. "Feliz cumpleaños, Ben"
"Sabes que podía ir a buscarte" Ben frunce el ceño pero enseguida sonríe y deja un beso en su frente. "Gracias"
Se separan y mientras Ben deja las cervezas en la mesa, Mackenzie se sienta junto a Lucy. Le extiende el sobre para que pueda cogerlo, y Ben rodando los ojos con una sonrisa lo coge y lo deja sobre un estante con libros.
La tarde pasa rápido, con risas y recordando los momentos más locos y divertidos que habéis pasado estos meses. Las fiestas los días de descanso de rodaje, y todas las borracheras de Joe que dejaron momentos épicos. Casi lloras de risa cuando recuerdas aquella vez que Lucy rompió una jarra de agua en el set y para que nadie se diese cuenta la ayudaste a retirar el agua con las toallas de los camerinos, aún así el suelo quedó algo resbaladizo y cuando Gwilym llegaba tarde se cayó de culo en el suelo. Y ahora meses después sois capaces de admitir vuestra travesuras.
"Creo que ha llegado mi hora" Empiezas a sentir un poco el paso del tiempo y de las copas por tu organismo. "Debería irme"
"Pero si es muy pronto, ¿que dices?" Lucy pone un puchero mientras Ben se mueve incómodo.
"Puedes quedarte, Joe se queda a dormir."
"Que va, mañana tengo el vuelo muy pronto y aún tengo que terminar las maletas. Vuelvo a casa." Lo dices con una sonrisa triste mientras te levantas.
Miras el sobre que le has dado a Ben en la estantería del salón. Ni siquiera lo ha mirado. Suspiras mientras niegas con la cabeza. Este es el último día. Se acabó.
"Puedo llevarte mañana" Ben quiere que te quedes, te mira ansioso. Aún está bastante sobrio mientras los demás están demasiado bebidos.
"No, no. Tranquilo, es tu cumpleaños, disfruta. No quiero que mañana tengas que levantarte temprano por mi."
"No me importaría."
"Ben, insisto" Sonríes mientras te pones la chaqueta. "Muchachos estáis todos muy borrachos para recordarlo mañana, pero os echaré de menos. Nos vemos en la premiere."
Ben se levanta y te acompaña a la puerta. "Entonces... Nos veremos en la premiere" Está con las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones.
"Feliz cumpleaños, Ben" Te acercas y vuelves a envolver tus brazos sobre su torso. Ben suspira mientras envuelve las suyas en tu espalda e inclina su cabeza sobre tu pelo, inhalando tu olor. "Nos veremos en la premiere."
Levantas la cabeza y te encuentras con sus ojos verdes. Te está mirando de esa forma peculiar. Tiene los labios entreabiertos, intentando decir algo.
"¿Sabes? En unos meses tendré la premiere de 6 underground, sería bueno verte"
"Suena como un plan"
Sacas las llaves del coche alquilado de tu bolso y te diriges al coche.
"Espero que te guste el regalo Ben, úsalo bien" Antes de que pueda reaccionar te metes en el coche y huyes a tu habitación del hotel. En algunas horas verá tu regalo y podrás morir de verguenza. Solo tendré que verlo una vez más. Solo una más. Ni siquiera lo recordará ese día.
Cuando llegas al hotel te encargas de sacar la ropa para el día siguiente, y tener todo preparado para levantarte de la cama e irte al aeropuerto. Tardas unas dos horas en concienciarte de que tienes todo bajo control y no te olvidas de nada. Así que te metes por fin en la cama en ropa interior, y dejas el móvil cargando en tu mesita, junto a los auriculares y la mochila con tu libro favorito, el pasaporte, el billete de avión y la cartera. Será un viaje largo.
Desde la cama puedes ver en la esquina de la habitación el regalo de navidad que te dió Lucy. En verdad fue unas semanas antes. Sabe lo mucho que te gustan los calendarios de adviento, y que los sigues día a día, así que decidió hacer uno a mano, y metió pequeñas chocolatinas, bombones y mensajes bonitos en cada cajita. Es todo rosa lleno de corazones.  Comiste cada chocolate todos los días, y guardaste con mucho cariño todos los mensajes de amor que te dejó. Pero obviamente en su mente retorcida no podía ser todo tan bonito, así que para el día 24 te dejó un regalo muy especial. Ese día cenaste con los chicos y algunos familiares que pudieron asistir a la cena en el restaurante.
Te pidió que llevases la pequeña caja en el bolso, quería ver tu reacción cuando descubrieses el regalo. Y minutos antes de medianoche, cuando la mayoría ya estaban pasados de copas, te pidió que vieses el interior.
Rodaste los ojos mientras sentías el fuego en tus mejillas. Miraste a todos los lados verificando que nadie se había dado cuenta. Era un preservativo.
"¡Lucy!" Casi te ahogas con tu propia saliva. Tu amiga a tu lado sonríe con una mirada cómplice. "¡Da mala suerte no seguir el calendario de adviento día a día!"
"Aún te quedan 10 minutos para media noche, deberías agradecerme te voy a dar el mejor regalo de navidad!" Te da un golpe en la rodilla mientras mira a Ben. Está hablando con Rami con una copa en la mano.
"¡Ni de broma!"
"¡Vamos, Mackenzie! Solo necesitáis un empujón" En ese momento Ben mira a las chicas y sonríe a Mackenzie mientras guiña un ojo. "¿lo ves? Realmente lo tienes ahí."
"Tienes una mente muy retorcida, ¡sabes lo supersticiosa que soy!"
Lucy rueda los ojos y se levanta del sofá.
"Me voy con los chicos. Tienes 10 minutos. Úsalo bien" Y con una sonrisa se gira y va al otro extremo de la sala junto a Joe.
Por supuesto que nunca llegaste a usarlo, cuando llegaste al hotel dejaste la caja dentro del calendario, y desde ese día no volviste a tocar ni una caja. Tienes varios días sin abrir, pero te da igual. Suspiras y te giras para evitar mirar el dichoso calendario. Cuando cierras los ojos sientes unos muy leves golpes en la puerta. Sientes como el corazón se detiene y verificas en tu móvil que son casi las dos de la mañana.
Ignoras los golpes. ¿Quién demonios puede ser a esas horas? Quizá tu mente paranoica lo imaginó. Pero cuando vuelves a cerrar los ojos, vuelves a oirlos, esta vez más fuerte y más insistentes. Te levantas con mucho cuidado de no hacer ruido, y cuando llegas casi a la puerta escuchas una voz.
"Mackenzie" la voz de Ben al otro lado vuelve a parar tu corazón. "Soy yo"
Corres con ansiedad hasta la silla cerca del balcón donde has dejado un jersey, golpeándote en la pierna el armario y te lo pones por encima. Enciendes la luz esta vez y mirando el reflejo en el espejo colocas un poco tu pelo. Cuando abres la puerta Ben está con una mano en la nuca. Te mira con los labios entreabiertos y rápidamente su vista va a tus piernas desnudas. El jersey te tapa poco más que la tanga en encaje. Te mueves un poco incómoda y cruzas tus piernas.
"Eh..." Ben aclara su garganta y mueve sus ojos a los de ella. "Abrí el regalo." Lleva su mano al bolsillo trasero de sus pantalones. "Hubiese sido muy humillante si lo hubiese abierto con Joe delante" saca del bolsillo el preservativo y te muerdes el labio con fuerza. "Me ha costado una hora llevar a Joe a la cama y llamar un taxi para los demás"
"Tenías prisa"
"Bueno, quería abrir mi regalo." Ben se acerca un paso, sin sobrepasar el umbral de la puerta. Está junto a ti, sin tocarte, pero puedes sentir su aliento sobre tus labios.
"¿Quieres pasar?" susurras.
"Estaría decepcionado si después de venir aquí no me invitas a pasar" Se te escapa la risa mientras das un paso a un lado y lo dejas entrar. Antes de poder cerrar la puerta sientes los brazos de Ben sobre tu cintura, abrazándote. Te acerca a él, sin dejar ni un centímetro entre vosotros, y con los labios cerca de los tuyos.
"¿Está bien?" con un suspiro asientes con la cabeza. Un segundo después Ben junta sus labios con fuerza con los tuyos mientras con la pierna cierra la puerta de la habitación. Ambos suspiráis cuando vuestros labios se tocan y Ben aprovecha ese momento para intensificar el beso metiendo su lengua en tu boca. Lo abrazas mientras el rubio pone una mano sobre tu cuello, evitando que te alejes, y pone la otra sobre tu muslo, rozando la tela del jersey y con los dedos jugando subiendo y bajando la tela unos centímetros.
Jadeas sintiendo los dedos de Ben sobre tu muslo y te alejas del beso en busca de oxígeno. Ben no te deja alejarte mucho, ya que pone sus labios sobre tu cuello, besando la piel expuesta mientras retira el pelo con su mano, y la vuelve a poner sobre tu cuello. No puedes más, sientes que algo explota en tu interior cuando sientes sus labios en tu cuello y su mano en la otra parte.
"Ben" gimes su nombre mientras buscas apoyarte en la pared, sientes que en cualquier momento tus piernas pueden fallar. Ben aprieta tu muslo cuando la escucha gemir.
"Joder" Apoya su frente en la tuya. "¿Todo bien?"
Esta vez eres tú quién lo besa, mientras tiras de su cinturón hacia ti, juntando las caderas. Esta vez es el turno de él de gemir, mientras te coge por tus muslos y hace que enredes las piernas en su cintura. Subes tus manos a sus mejillas, y lo besas. Gimes en su boca cuando sientes su erección contra ti. Sientes la tela del pantalón vaquero contra tu núcleo medio desnudo por la tela de tu tanga, y te mueves un poco contra él mientras gime.
Ben sonríe en mitad del beso, y aprieta tu culo. "¿Podemos tomarlo con calma?"
Intenta regular tu respiración. Tienes las mejillas sonrojadas y a penas sientes las piernas. Llegados a este punto no crees que puedas ir muy despacio, pero si el lo quiere así, lo intentarás. Asientes con la cabeza mientras Ben contigo en brazos se dirige a la cama.
Se sienta en el borde de la cama contigo en su regazo, una pierna a cada lado suyo. Te quita el pelo de la cara y te besa. Besa tus labios, tus mejillas, y por último se detiene en tu cuello. Suspiras mientras te mantienes quieta en su regazo. Con calma, piensas. Una mano está sobre tu cuello y la otra rápidamente se cuela debajo de tu jersey y acaricia tu espalda. Llevas tus manos a su cuello, y acaricias su nuca con cariño. Tus dedos se encuentran con el pelo de la parte trasera de su cabeza y lo envuelves con tus dedos. Te dejas caer en su regazo sintiendo su erección contra el muslo. Tiras un poco de él para separar la cara de tu cuello y llevas tus labios a los suyos. Ben se deja besar, mientras lleva sus manos a tus caderas, y las mueve contra él. Ambos gemís mientras te separas de él, mordiendo su labio.
"¿Puedo?" Pregunta con los ojos brillosos tocando con sus manos la tela del jersey. Asientes mientras él tira de la prenda sacándotela en un segundo. No tienes sujetador. Ben gime al verte, y lleva una de sus manos a tu pecho. "Eres preciosa" Susurra mirándote a los ojos. Pasa su dedo pulgar por tu pezón y suspiras.
"Por favor"
Ben lleva su boca a tu otro pezón. Primero le da un beso y luego pasa su lengua por su alrededor antes de jugar con él entre sus labios. Dejas escapar un suspiro mientras su mano juega con el otro pezón. Mueves tus caderas de forma automática necesitando sentirlo, mientras llevas una de tus manos a su hombro y con la otra juegas con el pelo de su cabeza.
Lo separas de tus pechos y lo besas. Ben vuelve a pasar ambos pulgares por tus pezones mientras un escalofrío te recorre la espalda.
Cuando consigues separarte de él, tiras del dobladillo de su camiseta y se la quitas. Pasas tus manos por su pecho, y dejas que un dedo recorra sus abdominales. Dejas caer tus labios sobre su clavícula y dejas pequeños besos, para luego succionar con fuerza. En ese momento no eres consciente de que le dejarán unas marcas terribles, pero no te importa cuando sientes las manos de Ben apretando tu cadera. Mueves tu boca a su cuello y lo muerdes. Deja escapar un gemido.
"Vas a ser mi muerte" Dejas escapar una risa. Usando las uñas sin mucha fuerza las pasas por sus hombros mientras lo besas. Deja descansar sus manos en la parte baja de tu espalda mientras sus dedos juegan con la tira del tanga. Tus manos se mueven por su pecho, bajando hasta su estómago, y se detienen en el dobladillo del pantalón, jugando con el botón y paseando tu dedo índice entre el pantalón y su bóxer.
"¿Puedo?" Sientes que vas a morir cuando lo preguntas. Luchas por no estar ansiosa o que al menos que él no lo note. Asiente con la cabeza y sientes como deja de respirar cuando desabrochas el pantalón y bajas la cremallera. Cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás cuando deja de sentir la presión del pantalón en su miembro.
Cuando parece que se recupera, te gira, haciendo que caigas sobre la cama. Con la ayuda de tus talones y tus brazos te mueves hacia el cabecero de la cama. Ben se deja caer encima tuyo sin llegar a aplastarte. Sientes que está a punto de preguntarte si estás bien, así que con una sonrisa pones tu mano en su nuca.
"Está bien" aseguras antes de besarlo. Llevas tu mano a su estómago, y después de acariciarlo, con el dedo índice juegas con la goma de su bóxer. "¿Por qué no te lo quitas?" Ben deja de besarte y te obedece. Se baja de la cama y deja los pantalones por ahí tirados. Es increible. Una cosa es imaginar su cuerpo, o ver alguna foto de alguna sesión, pero verlo en persona, acalorado y con la respiración entrecortada por la excitación es otra cosa. Sonríes viendo su bulto en el bóxer. Tú lo has provocado. Es tuyo.
Ben se deja caer sobre tu cuerpo de nuevo, y deja besos húmedos en tu cuello, bajando por tus pechos, cuando piensas que no puedes estar más excitada, baja sus labios por tu estómago. Se detiene con los labios sobre tu piel, y te observa con una sonrisa. Con tu mano retiras el pelo de su frente, y sin romper el contacto visual, baja aún más sus labios, y con los dientes estira y deja que te golpeé la goma de tu tanga. Gimes elevas las caderas. Ben se ríe mientras deja un beso sobre tu centro por encima de la ropa.
"¿Hay algo con lo que te sientas incómoda?, o alguna sugerencia, que te guste especialmente..." Sube a tu altura y deja descansar su mano en tu estómago.
"Solo... Solo quiero que me toques"
Ben deja un beso en tu frente y baja los dedos hasta tu tanta. Durante un momento juega con el elástico, mientras te mira de costado, con su cabeza apoyada en su brazo. Tienes los ojos cerrados y respiras con dificultad. Sin esperártelo mete dos dedos debajo de la prenda y nota tu humedad. Gimes mientras agarras su brazo con fuerza.
"Tócame" Susurras. Ben mueve sus dedos hacia tu humedad, frota los dedos en tu entrada, recogiendo un poco de lubricante. Lleva los dedos a través de tus labios, gritas cuando llega a tu clítoris. "¡Joder!" Juega con tu centro, acariciando los labios, bajando a tu entrada y volviendo a subir a tu clítoris. No lo toca directamente, juega alrededor de él, haciendo que te retuerzas de placer y de ansia.
Mete aún más la mano, y sin esperártelo introduce dos dedos en ti. "¿Estás bien?" Aprietas el agarre en su brazo y te quedas muy quieta.
"Ben... No creo que dure mucho"
"No hay problema, amor. Tenemos tiempo." Besa tu sien y mueve sus dedos. Al principio de forma tranquila, dejando que te acostumbres a él, a su toque. De vez en cuando con el pulgar frota tu clítoris, haciendo que eleves las caderas y de esa forma sus dedos llegan aún más profundo. Gimes su nombre, sientes que estás haciendo un desastre, notas como el sudor recorre tu cuerpo y el pelo se te pega en la nuca. Estás cerca, y Ben lo nota en sus dedos, nota como te tensas a su alrededor, y no puede hacer otra cosa más que acelerar el rítmo y frotar tu núcleo con su pulgar. El orgasmo te golpea haciendo que tiembles y despues de tanta tensión acumulada, te dejas ir, dejando de sentir otra cosa que no sea el colchón debajo tuyo.
Ben retira su mano. Estás con los ojos cerrados, intentando recuperarte, cuando sientes a Ben retirar tu tanga. Está sentado a los pies de la cama, con una toalla del baño húmeda en sus manos. Con cuidado te limpia haciendo que gimas.
"Lo siento"
"Estoy sensible. Está bien." Se siente bien la toalla húmeda, y se sienten bien las manos de Ben sobre tus muslos. Deja un beso cerca de tu ingle.  "Ven aquí" Con una sonrisa vuelve a subir a la cama y se queda a tu altura.
Buscas sus labios y lo besas. Juegas con su labio interior haciendo que Ben gima y sienta como su polla late. Deja caer la cadera contra la tuya y lo sientes. Bajas una de tus manos hacia sus boxers, y esta vez sin jugar, introduces tu mano. Parece que su pene salta buscando tu contacto mientras Ben gime. Buscas el ángulo para tocarlo, subes y bajas la mano varias veces, hasta que te detienes en su punta. Paseas el pulgar humedeciéndolo con su presemen, y lo usas como lubricante en toda su longitud. Ben deja caer su cabeza en la almohada, junto a tu oido, jadea.
Juegas con la velocidad de tus movimientos, hasta que sientes como está a punto de correrse. Detiene tus movimientos con su mano, intenta regular su respiración. "Espera" se quita los boxers, y frota su longitud en ti. Sientes como vuelves a encenderte. Te está buscando, está preparándote. Busca tu clítoris con su polla y lo frota.
"Ben" arqueas la espalda mientras muerde tu hombro. "Por favor"
Te mira a los ojos buscando tu permiso. Asientes con la cabeza mientras te muerdes el labio. Ben no pierde el tiempo buscando el preservativo en sus pantalones. Se lo pone rápidamente con las manos temblorosas mientras te mira. Estás sobre tus codos viéndolo. No crees haber tenido nunca a un chico luciendo tan sexy. Vuelve a colocarse encima tuyo, y repite el proceso de antes, sientes sus dedos en tu entrada, extendiendo tu humedad como lubricante. Te dejas caer en la cama mientras gimes.
"Ben..." gritas con ansiedad.
"Ya voy, amor." Y justo después notas como entra en ti. Lo hace poco a poco, dejándote que te acostumbres a él. Pero te duele tanto no tenerlo dentro, que con tus piernas lo empujas dentro de ti. Ambos gemís y muerdes el hombro de Ben para no gritar.
Se mueve lento, poco a poco, y no muy profundo. Quiere asegurarse de no hacerte daño, y de durar más de 5 minutos. Mordisqueas el lóbulo de su oreja mientras gimes, y eso lo lleva al límite. Besas su cuello, y dejas marcas en él, en ese momento no te importa. Necesitas hacerlo. Busca tus labios y te besa mientras esta vez entra más profundo en ti.
"Más fuerte, Ben" Lloriqueas cuando te hace caso. En todas las veces que has estado con un chico, confundían fuerza con rapidez. Te sorprende lo mucho que Ben te entiende, y lo bien que lo hace. Lleva sus dedos a tu clítoris, y lo frota con rapidez. "Ben, no creo que pueda durar mucho más" dices sobre sus labios.
Parece no importarle cuando acelera sus embestidas, y sientes en tu interior los espasmos que recorren su polla. Gimes mientras te aprietas aún más sobre su polla, sientes que te corres, pero no importa porque Ben también lo hace unos segundos después. Deja caer su frente en tu clavícula y lo abrazas. Un sudor cálido recorre su espalda, y sientes como vuestros cuerpos quedan prácticamente pegados por el sudor.
Deja caer besos sobre tu pecho, y muerde tu pezón mientras sale de ti. Dejas de sentir ese calor en tu interior y lo miras. Tiene sus ojos en ti. Te quita el pelo de la cara y te besa.
"Creo que es el mejor regalo de cumpleaños que he tenido"
"¿Nunca te han regalado sexo por tu cumpleaños?" Bromeas acariciando su nuca.
"Nunca me han regalado un preservativo en un sobre." Muerde tu labio inferior y te sonríe. "Un regalo original"
"Moriría de verguenza si lo llegas abrir delante de todos."
"No sería mi culpa" Levanta la mano con inocencia. "Me alegro que lo hayas hecho. Esto debió de pasar antes " Mueve su mano por tu cadera. Vuelve a besarte y se levanta de la cama. Te incorporas y apoyas tu espalda en el cabecero de la cama. Ves a Ben moverse por la habitación completamente desnudo y sientes que nunca podrías cansarte de mirarlo.
Entra en el baño sin cerrar la puerta, y por el reflejo del espejo ves las marcas de besos y mordidas por su cuello y su clavícula. Se quita el preservativo y lo anuda antes de tirarlo en la basura. Usa una de las toallas para limpiarse y vuelve a la cama. Sigues su ejemplo y te limpias con lo toalla que dejó sobre la mesilla. Se tumba en la cama te besa. Por todo el cuerpo.
"¿Puedo?" pregunta entre tus piernas. Te incorporas sobre tus codos y lo miras. Besa tu clítoris, besa tu entrada, y utiliza su lengua por tus labios. Suspiras llevando una mano a su pelo, y tiras de él. "Ben, para"
Haces que se acerque a ti, mueves tus caderas y lo empujas sobre el colchón. Lo necesitas a él. Te subes sobre sus caderas, y te mueves. Pone las manos en tus muslos y los aprieta mientras echa su cabeza atrás.
"Mierda" Gime. Pero no de placer. Frunces el ceño. "No tengo más preservativos" recuerda.
En ese momento llevas tu vista al calendario de adviento. Sigue en la esquina de la habitación y en ese momento te alegras de no haberlo tirado. "¡Espera!" te bajas de la cama con rapidez y te acercas al calendario. Sacas la cajita del día 24 y te acercas a la cama. Ben está incorporado sobre sus codos viéndote confundido.
"¿Ese es el calendario de Lucy?"
"Calla. No digas ni una palabra" Adviertes mientras te subes a su regazo y abres la caja. Ben deja escapar una carcajada mientras sus manos descansan en tus muslos. "¡Ben!"
"¡Lo siento!, ¿en serio te regaló eso?"
"Es humillante"
"Un poco" reconoce metiéndote el pelo detrás de la oreja. "¿Por qué lo hizo?"
"Supongo que notó que ambos lo deseábamos" Te encoges de hombros. "Estaba destinado para el día 24"
"¿No es mala suerte no usarlo ese día?" pregunta.
"Lo es." admites. "Supongo que este año tendré una suerte de mierda"
"Bueno, me tienes a mi" Se sienta en la cama contigo encima y te besa. Dejas caer la caja al suelo y dejas el preservativo encima de la cama.
"¿Extra grande?" Pregunta con una sonrisa viendo el preservativo. "¿Lucy y tú habéis hablado de mi tamaño?"
Golpeas su hombro "Para empezar, no." Se ríe con fuerza haciendo que a ti tambien se te escape la risa. "Y que sepas que es un engaño, el preservativo normal se adapta a todos los tamaños, el extra grande es un engaño para que los vanidosos se dejen más dinero"
"Estoy bromeando, amor"
Te acerca con una mano sobre tu cuello y te besa. No con ansiedad, ni con lujuria. Es un beso tranquilo. Un beso de quién tiene todo el tiempo del mundo, y los únicos labios que desea besar.
Después de dos veces, ambos caéis en la cama cansados. Ben no tarda en quedarse dormido después de fumar un cigarro, y tú tapas tu cuerpo con la sábana, y esperas que pase la hora que te queda antes de coger tus pertenencias y coger el avión. ¿Fue un error? No lo parecía cuando lo besabas ni cuando follábais. Pero todo se ve de forma diferente cuando estás en frío. ¿Sería incómodo?, ¿se iría en cuanto se despertase?, ¿te volvería a llamar?, ¿te diría que fue solo una noche?, ¿significó para él lo mismo que significó para ti? Sientes la como te ataca la ansiedad mientras Ben ronca ligeramente.
Cuando llega la hora te levantas con cuidado. Buscas la ropa que hay sobre el suelo, y te la pones en silencio lo más rápido que puedes. No puedes ducharte, eso lo despertaría, y honestamente no quieres tener esa incómoda conversación del "día después". Abres la puerta y con cuidado sacas las maletas. Sientes el sudor recorrer tu espalda, son tres maletas grandes y no es fácil arrastrarlas con cuidado sobre el suelo de madera. Cuando lo consigues llamas al ascensor y dejas las maletas en un lado.
Llegas a la habitación, solo te queda tu bolso, y el móvil con el cargador. Cuelgas tu mochila en el brazo y te acercas a la cama. Ben tiene media cara contra la almohada, y la boca ligeramente abierta. Le apartas un poco el pelo con la mano, y le besas la mejilla.
"Supongo que se acabó" Tus ojos se llenan de lágrimas. Realmente lo amas, es la persona más gentil, divertida y amable que conoces. Y has tenido la oportunidad de conocer su lado sexy. Y solo por una noche ha sido tuyo. Pero no estáis en la misma página. Acaba de salir de una relación muy larga, una persona con la que se quería casar. Y aunque te duela, sabes que aún le queda mucho para superarlo.
"Ojalá me encuentres cuando estés listo" Y con esa última frase, abandonas a Ben en la habitación del hotel. Pero olvidaste que allí también dejaste tu corazón.
¿Segunda parte?
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benismyqueen · 3 years
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Masterlist
ROGER TAYLOR
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Here comes the sun || Roger Taylor
Parte 1 | Parte 2 | Parte 3 | Parte 4 | Parte 5 | Parte 6 | Parte 7 | Parte 8* | Epílogo
Home || Roger Taylor 
One Shots
No iré a ninguna parte
Will you marry me?
BEN HARDY
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One shots 
Birthday Present 
Home
BILLY / FOUR
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Series
It Goes Well // Billy-Four
Prólogo | Parte 1
one shots
Not too late 
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benismyqueen · 3 years
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no sé si empezar a publicar una nueva serie de roger (friends to lovers) una serie muy cute, comfort y domestica, o actualizar la serie de four.
También tengo algún one shot suelto de Ben, help
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benismyqueen · 3 years
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WILL YOU MARRY ME? — ROGER TAYLOR
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Roger intenta pedir matrimonio a su chica, pero no entiende muy bien la señal
Advertencia: Fluffy Roger.
Palabras: 1.792
“Entonces…” Cissy habla al otro lado del teléfono. “Roger te ha pedido matrimonio” No suena a pregunta, pero necesita una confirmación. Mackenzie está al otro lado de la línea algo cardiaca, mirando la puerta de la cocina, como si Roger pudiese entrar en cualquier momento.
“Si, si” Reprime el instinto de llevarse las uñas a la boca y morderlas. Está demasiado ansiosa.
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benismyqueen · 3 years
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WILL YOU MARRY ME? — ROGER TAYLOR
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Roger intenta pedir matrimonio a su chica, pero no entiende muy bien la señal
Advertencia: Fluffy Roger.
Palabras: 1.792
"Entonces..." Cissy habla al otro lado del teléfono. "Roger te ha pedido matrimonio" No suena a pregunta, pero necesita una confirmación. Mackenzie está al otro lado de la línea algo cardiaca, mirando la puerta de la cocina, como si Roger pudiese entrar en cualquier momento.
"Si, si" Reprime el instinto de llevarse las uñas a la boca y morderlas. Está demasiado ansiosa.
"Bueno, ¿y qué has respondido?" Pregunta Cissy al otro lado de la línea demasiado emocionada. "¿Has dicho que si?"
"No..." una sensación de pesadez se instala en su pecho al pensarlo.
"¡Has dicho que no!" suena más a reproche que a pregunta.
"Tampoco" Mackenzie siente que está a punto de ponerse a llorar.
"¿Y qué demonios has dicho?"
"He salido corriendo"
"Espera... ¿qué?" Se queda en silencio unos instantes. "¡Mackenzie!"
"¡No pensé que me pediría matrimonio! Ni siquiera pensé que era de esos hombres que se arrodillan"
"Bueno niña, lleváis saliendo tres años, me asustaría si os quedáseis en la fase de novios. Casi tiene 30." Cissy al otro lado de la línea está haciendo la comida para los niños que llegarán en cualquier momento. "De todas formas, ¿a dónde has salido corriendo? Vivís en un piso de 75 metros cuadrados cielo"
"A la cocina"
"Espera. Dime que no te acaba de pedir matrimonio hace 10 minutos y me has llamado encerrada en la cocina" La línea vuelve a quedarse en silencio "¡Mackenzie!"
"¡Ya te lo he dicho! Me pilló por sorpresa, no pensé que se arrodillaría para pedirme matrimonio"
"Bueno niña, ¿que se haya arrodillado no te dió una pista?"
"Se arrodilla para muchas otras cosas, Cissy" Las mejillas de Mackenzie vuelven a ponerse rojas al recordar la escena.
"No necesitaba saber eso, Mackenzie... ¡Espera!" De pronto empieza a reírse. "Dime que no pensaste que quería tener sexo contigo cuando te quería pedir matrimonio"
"¡Me llevó a la habitación!" La chica intenta justificarse.
Roger siempre suele volver muy cariñoso y necesitado después de una sesión en el estudio. La mayoría de las tardes lleva a Mackenzie corriendo a la habitación para tener sexo o bien para bañarse juntos. Ama tener ese contacto con ella. Su parte favorita a parte del sexo siempre fue tener su cuerpo desnudo entre su cuerpo. Ese contacto piel con piel.
Y en un primer momento, Mackenzie pensó que sería uno de esos días, cuando Roger entra en casa dejando las llaves y la chaqueta por ahí tiradas y lleva a la chica a rastras sin ni siquiera un saludo previo. Simplemente tomó su mano y algo ansioso corrió a su dormitorio.
"Te amo tanto" obligó a la chica a sentarse en la cama. "Realmente te amo" Mackenzie sonrío. Claro que sabía cuanto la ama. No se cansa nunca de repetirlo. Pero esta vez había algo en sus ojos que pasó por alto. Ese nerviosismo y esa capa de lágrimas que no terminan por salir. Estaba emocionado y si no hubiese pensado en que quería sexo, hubiese visto la manera en la que sus manos estaban temblando. "Te amo" Roger se puso de rodillas frente a ella, y captó el mensaje. El mensaje erróneo.
Se dejó caer en la cama y se abrió de piernas. Casi al instante sintió que algo no andaba bien. No sentía las manos de Roger en sus muslos desnudos solo cubiertos por la tela de su vestido. Tampoco sentía su boca recorrer sus piernas, ni podía oir ningún movimiento que le indicase que Roger estaba haciendo algún movimiento. Algo alterada levanta la cabeza y se incorpora en sus brazos.
Entonces pudo ver entre sus piernas la cara de Roger confundida, con un tono rojizo en sus mejillas. Tenía la boca ligeramente abierta incapaz de decir una palabra. Y entre sus manos una caja de terciopelo con un anillo demasiado brillante.
Lo único que pudo hacer fue correr hacia la cocina.
"Cariño" La voz de Cissy la saca de sus pensamientos. "Tiene gracia"
"No, para nada. No la tiene"
"¡Claro que si! Amaría ver la cara de Roger en ese momento"
Mackenzie se siente un poco mal por él. Después de confundir su acto, salió corriendo sin una respuesta. Ni siquiera se acercó a la cocina buscando una explicación o ver si está bien. Debe de estar avergonzado y arrepentido.
"Debe odiarme"
"¡Claro que no!"
"No sé que hace conmigo... Lo arruino siempre, ¿verdad?"
"Ese es tu encanto. ¿Recuerdas cuando te dijo 'te quiero' por primera vez?" Te recuerda ese horrible momento.
Llevabáis saliendo unos meses, para ti no era nada serio y exclusivo. Tampoco es que hubieseis hablado nunca de ello, Roger pensó que no hacía falta, algo que era demasiado obvio, pero fue su fallo al dar por hecho que salía con una chica segura de si misma. Mackenzie necesita la validez de todo el mundo, y la seguridad.
Por eso la sorprendía tanto cuando agarraba su mano en los pasillos de los estadios después de los conciertos, y presentaba a todo el mundo como su novia.
"¿Somos novios?" Preguntó unas semanas después de que Roger se lo repitiese a cada persona que veían.
"¿No lo somos?" Roger frunció el ceño. "Pensé que era evidente. Que te quiero"
A Mackenzie la revelación le puso la carne de gallina y sintió que le faltaba el aire.
"Oh. Es genial" Esa fue su única respuesta. Roger sonrió enternecido por su actitud tan adorable y dejó un beso en su mejilla.
"¿Recuerdas también cuando tuvisteis sexo por segunda vez? Te dijo que le encantaba ser un poco rudo y que fueses algo dominante y cuando te dió un azote le cruzaste la cara"
Esa es su historia menos favorita. La primera vez que tuvieron sexo fue increible. Muy bonito y romántico, pero Roger te dejó saber antes de la segunda vez, que le gustaba ser un poco más rudo y dominante, aunque estaba bien si a ella también le gustaba dominar. Que sería interesante jugar esos roles y ver si funcionan.
No veía a Mackenzie tan dulce y adorable ser dominante, pero pensarlo le ponía muchísimo.
Por eso Mackenzie tomó nota, y durante su segunda vez, Roger dejó un azote en su muslo, tomó eso como una indirecta y mientras seguía dentro de ella, se incorporó un poco y le pegó un tortazo en la mejilla.
Roger se quedó muy quieto mientras la mejilla donde recibió el golpe se ponía más y más roja. La excitación abandonó su cuerpo y empezó a sentir sus extremidades como gelatina. Nunca podrá olvidar la expresión de Roger, ni las risas que se echó minutos después cuando pasó el shock del momento.
"¡No pensé que me pegarías un tortazo!" Seguía riéndose en el colchón.
"Bueno, la próxima vez deberías ser más explícito"
"Oh, lo seré" Roger se incorpora un poco sobre su codo. "Me gusta que me agarren el trasero. Que me arañen la espalda y me muerdan el hombro y el cuello. Y que me tiren del pelo. Pero bofetadas no, lo siento amor"
"Agh" Gruñó poniendo un cojín sobre su cara. Pudo seguir escuchando la risa de Roger.
"No sé por qué te cuento todo esto." Mackenzie se siente aún más avergonzada
"Porque un psicólogo te sale a cien dólares por sesión. Y yo solo te pido un café"
"Podría tener a cualquier chica... Una que no sea tan torpe ni estúpida."
"Cariño es tu encanto. Le tienes comiendo de tu mano. ¡Te ama! Además solo son anécdotas, nunca se ha sentido ofendido. ¡Le encantas!"
"Si, siempre se ríe. Eso si"
"Y no hay nada más importante"
Vuelve a su mente la imagen de Roger de rodillas con el anillo.
"Honestamente chica, si el hombre al que has abofeteado durante el sexo te pide matrimonio, ¡dile que sí!"
"¿No puedes dejar de avergonzarme?"
Unos golpes en la puerta de la cocina hace que se le pare el corazón.
"Cariño... ¿puedes salir?" La voz de Roger suena lenta y suave.
"Oh, tu hombre. Voy a colgar" Antes de que pueda contestar, la línea se corta. Mackenzie gruñe y pone el teléfono en su sitio.
"¿Cariño?" Roger sigue en la puerta sin abrirla. No quiere hacerla sentir incómoda.
Mackenzie aún avergonzada se acerca y abre la puerta. Ya no hay rastro de confusión en Roger, tiene el pelo desordenado como si hubiese pasado sus manos por él varias veces y la camisa algo desarreglada.
"Lo siento" Los ojos de Roger brillan mientras la mira "Lo siento mucho"
Mackenzie se muerde el labio. Toma la mano de Roger y se dirigen al sofá.
"No, yo lo hago. Pensé que..."
"Que quería follar" A Roger se le escapa una sonrisa.
"Bueno, las señales estaban ahí"
"Nunca has sido buena captando mis señales" Roger parece demasiado divertido.
"Quizá tus señales son confusas" Intenta defenderse aunque sabe que no tiene razón. Roger es demasiado educado e intenta no reirse al recordar la situación minutos atrás. Pero puede reconocer esa sonrisa.
"En serio, lo siento" Roger sigue intentando esconder su risa detrás de su sonrisa. "Debí haber reservado en un restaurante elegante y ser más romántico, pero te vi esta mañana con el pelo desordenado en la cama, con mi camisa puesta y supe que no podía esperar más. Además sabía que en casa estarías más cómoda que con la mirada de todo el restaurante en tu espalda" Roger toma sus manos y da pequeñas caricias. "Quizá te hice sentir demasiado cómoda"
"Vete a la mierda" intenta alejarse tirando de sus brazos. Roger se ríe mientras acerca a la chica a su pecho y deja besos en su cabeza.
"¡Estoy bromeando! Dios realmente te amo"
"¿En serio?, ¿me sigues amando aunque sea tan torpe"
"¡Claro! Estoy expectante, ya sabes... la de anécdotas que me trendrás preparadas... como cuando tengámos hijos, por ejemplo."
"¡Eres un idiota!" Roger no deja que se mueva entre sus brazos.
"Realmente te amo"
Mackenzie se relaja en sus brazos. Roger poco a poco nota que está más relajada y tranquila. Busca en el bolsillo de su pantalón la pequeña caja de terciopelo y se levanta del sofá.
"Bueno, ahora espero que sepas lo que voy hacer." Se pone de rodillas frente a ella "Nunca pensé que me arrodillaría para pedir matrimonio, y mírame. Dos veces en un día" Intenta bromear algo nervioso mientras abre la cajita. "¿Te casarías conmigo sabiendo que me reiría de todos tus momentos torpes y sabiendo que amo cada parte tuya? Incluso las partes que más odias de ti misma"
Mackenzie siente como tiene ganas de llorar, pero asiente. Se tiraría por un puente si Roger pregunta.
Aún temblando, Roger pone el anillo en el dedo adecuado, y deja un beso en sus labios.
"Bueno" Aún de rodillas separa un poco sus piernas. "Ahora si aún quieres puedo comerte todo lo que quieras"
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benismyqueen · 3 years
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HERE COMES THE SUN — EPÍLOGO
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A/N: Finalmente ¡EL FINAL! Espero que os guste mucho, es corto, pero no necesitaba muchas palabras para terminar su historia.
Advertencias: Un poco de angustia, pero mucha dulzura y un final feliz.
Palabras: 3.411
Roger expulsa el humo mientras la brisa de la noche despeja su mente. Está apoyado en el capó de la caravana mientras todos sus compañeros aún duermen, y algunas de las groupies los acompañan después del concierto de esa noche.
Todo queda muy lejos de su mente, las masas gritando sus nombres, coreando todas sus canciones al unisono, y la adrenalina de tocar todas las canciones que ellos mismos han compuesto a un público internacional. Hoy fue en una ciudad francesa, en unos días será en la costa de Italia, y tienen programados conciertos que alcanzan hasta decenas de estados de los estados unidos. Pero todo queda muy lejano cuando piensa en ella. La manera en la que sonríe casi todo el tiempo, la manera en la que siempre discutía con él, y él siempre buscaba llevarle la contraria para frustrarla. Incluso la manera en la que fingía perder todas las discusiones solo para ver esa sonrisa de victoria.
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benismyqueen · 3 years
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No iré a ninguna parte
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IMAGINA
Después de años de amistad, y siendo mejores amigos, Lily comienza a sentir algo más, hasta que no aguanta más, y declara sus sentimientos.
Advertencia: Ninguna.
Palabras: 3.8 K
"Tendrás que decírselo algún día, lo sabes, ¿verdad?" La voz de John hace que Lily quite los ojos de Roger.
Están todos en el estudio, terminando una canción que tenían a medias, y aprovechando para componer otras muchas más. Freddie está con Roger y Brian quienes les toca ahora juntar tanto la base de guitarra como de batería. Y Lily simplemente está tumbada sobre el sofá con John esperando a que este último termine algunos acordes.
Escucha de fondo como su amigo afina el bajo, e intenta sonar despreocupada cuando responde.
"No tengo ni idea de lo que estás hablando"
"Es doloroso ver lo mal que finges, no lo hagas." John niega con una sonrisa. "Nadie se ha dado cuenta aún, a Brian quizá le tome algunas semanas. Nadie es tan observador como yo"
Y es verdad. No tiene sentido negarlo más.
"¿Es tan evidente?" suspira mientras se niega a volver la mirada a su amigo rubio.
"Bueno. Si"
Se conocen desde hace años. Desde la universidad. Pero no fue hasta una noche en un club donde tocaba con su antigua banda hasta que empezaron a ser más cercanos. Mejores amigos, casi familia.
Es doloroso ver como noche tras noche decide pasar tiempo con una chica diferente, y como ella no es nunca una de esas chicas. A veces fantasea con ser una virtud, ella no es ninguna de esas chicas porque está destinada a ser la chica, la especial. Pero la verdad es que cuando llegan los domingos, y cuando era que si entonces es un no, y se repite que ella nunca será tan importante para Roger como él lo es para ella.
Pero luego llega el lunes y le dedica una de sus hermosas sonrisas, y mientras lucha por tener su corazón a raya, y las piernas en el suelo, se permite volver a su mundo de fantasía.
"Deberías decírselo" Mira a John con el ceño fruncido.
"Es la peor idea que se te ha ocurrido"
No podía hacerlo. Imposible.
Roger solo puede verla como una amiga. Su mejor amiga. Parte de su familia.
Ambos ya habían pasado su tiempo de conocerse, ese momento tan especial cuando empiezas a conocer a esa persona que confías que se quede en tu vida, y poco a poco pasa de amigo a familia. Pasas a conocer todos aquellos detalles que le hacen ser la persona que es. Conoces la razón de esa cicatriz en el borde de su mandíbula, y la manía de tomarse la primera cerveza siempre en copa, fantaseando que algún día sea champagne lo que esté bebiendo.
"¿Te parece mejor idea esperar a que una buena chica, que no seas tú, llegue antes y sea ella la que acabe dando el si quiero en el altar?" Se reiría solo de pensar a Roger casándose, pero él mismo asegura que quiere vivir la vida mientras sea jóven. Disfrutar del rock and roll, las fiestas, la bebida, y la compañía, sin ninguna atadura ni nada que lo retuviese. Pero eventualmente, encontraría a alguien y sentaría la cabeza. Pero después de disfrutar.
"¿Y qué se supone que tengo que hacer?" Pregunta rendida mientras se deja caer en el sofá, golpeando su cara contra uno de los cojines.
"Es tu amigo." se encoge de hombros "simplemente díselo. Dile como te sientes respecto a él. De una forma tranquila ya sabes, e íntima. Que no se sienta acorralado."
"Es un consejo de mierda, Dicky"
John se encoge de hombros mientras los chicos terminan.
"¿De qué nos hemos perdido?" Brian se acerca con Roger pisándole los talones.
"Teníamos una conversación profunda sobre..."
"¡La gran fiesta que daré mañana por la noche!" Freddie grita acercándose meneando las caderas y los brazos con gracia. "Nos iremos dentro de unas semanas, así que tendremos que aprovechar el tiempo."
"¿Te animas?" Roger sonríe mientras se sienta a su lado. Intenta no ponerse nerviosa por su cercanía, ni siquiera cuando pasa un brazo sobre sus hombros y tira de ella hasta que queda semi recostada sobre su pecho. Solo atina a mirar a John que le está mirando con cara de "hazlo"
"No sé... Trabajo de mañana y con niños, no creo que sea la mejor idea ir con resaca y sin dormir"
"No beberé ni una gota." Promete Roger. "¡Vamos!" sonríe mientras pone esos ojos que hace que te tiemblen las piernas. "Me quedaré toda la noche sin beber para acompañarte. En unas semanas nos iremos de gira, quiero aprovechar el tiempo con mi amiga." Amiga.
"¿No beberás por acompañarme o porque quieres aprovechar el tiempo con tu amiga?"
"Porque quiero recordar buenos momentos antes de irme durante meses"
Y con esa última frase sabe que está perdida.
Agradece que Freddie esta vez hizo una fiesta mucho más íntima, y más relajada de lo que acostumbra hacer. No disfruta nada de las fiestas llena de gente borracha y drogada, con la música muy alta donde a penas se puede hablar tranquilamente.
"Tu voto de abstemio va en serio por lo que veo" saludas a Roger quien está bebiendo una cerveza.
"Solo será una. Realmente me apetece algo de tranquilidad. Disfrutar. Sobre todo contigo, antes de irme"
"Bueno, no soy tan buena compañía como crees"
"Si para mi"
"Siempre que salimos de fiesta terminas borracho antes incluso de que yo llegue, no sabes como soy estando de fiesta." Se sienta a su lado en el sillón y pide un refresco con gas a uno de los camareros que pasaban.
"Eres igual que siempre, un completo aburrimiento" Roger rueda los ojos cuando deja la copa sobre la mesa.
"Y tú un idiota"
Roger ríe mientras aprieta con su mano el muslo de Lily con cariño.
Su aliento se atasca en su garganta cuando siente la caricia, y se le ponen los vellos de la nuca de punta. Después de su charla con John, llegó a la conclusión de que Roger algún día formaría una familia, encontraría a alguien con quien sería muy feliz, y ella tendría que vivirlo en segunda persona, con el peso en su conciencia de nunca haberlo intentado. Y definitivamente puede vivir toda su vida siendo su mejor amiga, pero no podría sin arriesgarse. Y si lo que tiene que perder es una amistad tan buena como la que tienen, valdría la pena por todo aquello que podría ganar.
Pero entonces ve su sonrisa, la forma en la que sus ojos no pueden apartarse de su mirada, sus manos juguetonas y cariñosas, dejando caer siempre caricias sobre ella, y la forma en la que mueve su cabeza con una carcajada haciendo que su pelo se mueva y el flequillo se aparte de sus hermosos ojos. Y ante esa vista, le aterra poder perderlo. No puede vivir sin el.
"Oye Roger"
Su amigo se vuelve a mirarla antes siquiera de que termine de hablar. "Dime amor"
"¿Salimos fuera? Tengo algo que decirte" Sientes como John gira el cuello a una velocidad sobrehumana al escuchar tus palabras, e intenta agudizar su oído.
"¿Está todo bien?" Frunce el ceño al ver lo nerviosa que ha puesto, y la seriedad en su cara.
Intenta sonreír para tranquilizarlo, pero todo lo que puede salir de ella es una mueca. "Si, tranquilo. Solo quiero decirte algo importante antes de que te vayas durante meses"
Toma su mano mientras serpentean por toda la casa entre la gente buscando la terraza. A pesar de que casi no hay nadie, lo hace. Tirando de ella, asegurándose de que no se pierda y ella no suelta su mano por nada del mundo. Esa es la clase de persona que es, atento y cariñoso.
Cuando salen fuera el frío de la noche impacta a ambos, pero Lily olvidó tomar su chaqueta, y la fina blusa que lleva a penas puede cubrir algo de su cuerpo. Pero antes incluso de que pueda pensarlo, siente la cálida chaqueta de Roger sobre sus hombros.
"¡Joder!" exclama sacando un cigarrillo. "¿Cómo se te ocurre vestirte así? Algún día morirás de hipotermia"
"Bueno, tengo suerte de tenerte a mi lado"
Roger sonríe con el cigarro entre sus labios con suficiencia.
"Si que la tienes." Vanidoso "Siempre estaré detrás de ti con una chaqueta sobre tus hombros"
"¿Incluso si hace 40°?"
"Bueno en ese caso llevaría sombrilla, quizá un poco de agua" Bromea.
Pero no lo duda. Sabe que lo tendrá ahí para lo que sea. Y él también sabe que ella siempre estará dispuesta a todo a su lado.
"Oye, ¿qué querías decirme? No quiero que te congeles aquí fuera."
Roger expulsa el humo con tranquilidad mientras mira el jardín de la casa. La noche está tranquila, mientras se escucha de fondo un poco de música.
"Yo..." No sabe como empezar, no encuentra la manera correcta de decirle a la persona más importante de su vida, que está confundida. Que siente algo muy fuerte, un cariño muy especial por él, y que no solo no imagina toda su vida a su lado, si no que se la imagina con amor. Con ese amor que pasa de amigos a la persona que más quieres. Que cruza la línea de la familia.
Roger se vuelve a mirarla con confusión a su tartamudeo, y la manera en la que ha perdido el hilo de sus palabras. Preocupado de que algo realmente malo esté pasado con ella.
Entonces sus ojos se cruzan, y todo lo que lleva sintiendo estos meses florece en el fondo de su estómago, y todo lo que ha pensado durante el último día se viene abajo, y entonces recuerda esos domingos de cuando fue que no, pero es que si, y en lo único que puede pensar antes de unir sus labios con los suyos es en que está lista. Lista para amarlo.
Entonces sus labios se encuentran en mitad de la noche, Lily pone sus manos sobre su pecho y puede sentir como el corazón se le para durante unos segundos. Roger no sabe como reaccionar, cierra los ojos por inercia, y algo incómodo deja caer el cigarro al suelo mientras su otra mano descansa sobre la espalda de Lily, no siendo capaz de separarse.
"Creo que te amo." Se le escapan las palabras casi sin querer mientras deja descansar su frente sobre la suya.
Entonces abre los ojos y se le para el corazón ante su vista. Roger tiene una cara de sorpresa, con los ojos excesivamente abiertos mientras abre y cierra la boca buscando las palabras que no terminan de salir.
«Por favor» cierra los ojos mientras siente como se le acumulan las lágrimas «Por favor no me rompas el corazón»
Antes de que pueda abrirlos de nuevo, siente los pasos apresurados de Roger corriendo por el balcón de vuelta a casa. Deja caer libremente sus lágrimas mientras se aferra a su chaqueta. «estúpida»
«¿Cómo he podido hacerlo?»
Después de recoger los pedazos rotos de su corazón, y conseguir que sus ojos dejen de llorar, aún protegiéndose con la chaqueta de Roger, llevó su cuerpo dentro de casa.
Tenía que irse a casa.
Sin dirigir una mirada a nadie, deja la chaqueta de Roger sobre el sofá, y toma con rapidez sus pertenencias, antes de salir casi corriendo dirección a su casa, le parece ver a Roger casi caído sobre la barra de bebidas, con demasiados vasos vacíos. Se le encoge el corazón mientras las lágrimas amenazan con salir de nuevo.
"¿Que pasó?" pregunta John según abre la puerta de casa, cruzando el umbral sin pedir permiso.
"Siéntete como en casa" ironiza mientras rueda los ojos cerrando la puerta.
"¿Qué demonios pasó?"
"La cagué" suspira dejándose caer de nuevo en el sofá, con una manta a su alrededor, y miles de pañuelos donde seca sus lágrimas.
"Si, eso ya lo sé" John se sienta a su lado, mientras pasa un brazo sobre sus hombros "Roger realmente no nos ha dicho nada, pero está como la mierda. A penas habla, y mucho menos de ti. Por la amistad que nos une, hemos dejado de mencionarte estando él delante. Ya sabes, es algo reservado cuando algo le importa o le molesta demasiado"
Asiente. Conoce a Roger.
"No pude hacerlo" Las lágrimas vuelven a sus ojos mientras deja escapar un sollozo.
Lleva varios días así, cuando consigue calmar su respiración y dejar de llorar, vuelve a recordar una y otra vez ese momento, y vuelve a sentir lo que sintió cuando Roger se fue.
Pensó que fue demasiado para él, que quizá necesitaba tiempo para asimilar lo que ocurrió, pero al quinto día sin ninguna llamada, ni presentarse en su casa, terminó por acabar con ella.
"¿El qué no pudiste?" Siente los dedos de John sobre su cabeza, en un masaje.
"Decírselo." Toma un respiro antes de seguir. "Lo besé. Sin decirle nada simplemente lo besé. Y dije que lo amaba"
"¿Así de pronto?, ¿sin decirle nada más lo besaste?"
"Si"
"¡Joder!" Solloza más fuerte mientras John la abraza contra su pecho. "Lo siento, lo siento. ¿Pero cómo pudiste hacerlo?, pensé que lo harías con tranquilidad"
"Me puse nerviosa. No sé por qué lo hice" llora contra su pecho desconsoladamente.
"Roger se emborrachó después de eso." John pasa la mano por su pelo, e intenta calmarla. "Está siendo un desastre, no bebe alcohol gracias a dios, pero no descansa, y está muy irritable."
Hace una pequeña pausa al ver que la chica consigue tranquilizarse.
"Los chicos saben que pasa algo, llevas días sin aparecer, y verlo tan irascible... Saben que pasa algo, pero como ya te he dicho Roger no nos ha dicho nada" se le hunde el corazón más en el pecho al escuchar sus palabras. ¿Tan poco importante fue para él, que ni siquiera se lo menciona? Son sus mejores amigos.
"No ha venido. Ni me ha llamado"
"Lo sé"
Se le vuelven a acumular las lágrimas en los ojos.
"Necesita tiempo" John masajea su cabeza mientras deja caer algunos besos sobre su coronilla. "Eres una de las personas más importantes de su vida, y es un shock muy grande que sin decir nada lo hayas besado y te hayas declarado, sin ninguna señal o aviso. Pero te quiere. Quizá no como tú quieres que te quiera, pero lo hace. Y cuando esté listo llamará a tu puerta, y conociendo como es, hará cualquier cosa antes que perderte."
"Yo no sé si quiero seguir en su vida condenada a ser solo amigos, no después de esto..."
"No digas eso." John reprende sus palabras
"Vuestra amistad está por encima de todo, y si resulta que cometiste un error y confundiste los sentimientos, o él no los corresponde, tenéis la amistad más bonita y fuerte que conozco. Podréis hacerlo funcionar."
Unas semanas después, sigue sin saber nada de Roger, y llega a la conclusión de que la pelota está en su tejado. Si, ella lo besó. Y si, ella dijo que lo amaba. Y por eso mismo es él, el que tiene que poner de su parte y buscarla. Aunque sea para terminar con lo que sea que ella quiso empezar. Para dejar las cosas claras. Para demostrar que al menos, su amistad si que tenía valor para él.
Así que se aferró a ese pensamiento, y consiguió salir adelante. Aún le duele el corazón al pensar el Roger, pero sabe que poco a poco el tiempo pondrá todo en su lugar. Siguió asistiendo a las clases por la mañana, y por las tardes evitó ir al estudio donde componen y graban los discos. Evitó cualquier contacto que pudiese volver a deprimirla.
Incluso dejó de asistir al club donde suelen tocar algunas noches.
A pesar de eso, sigue en contacto con los chicos. Freddie y Brian suelen llamar, y es muy incómodo, ya que siguen sin saber que demonios pasa, así que se dedican a tratarla con guantes de seda. John cada día que pasa menciona lo desastroso que está siendo Roger, y que pasó de estar irritable a deprimido, y es incapaz de concentrarse por más de dos minutos. Pero no hay nada que ella pueda hacer 
Esta noche Freddie vuelve a dar una fiesta. Es su cumpleaños, y en una semana se irán de gira durante dos meses. Y quiere hacer una fiesta por todo lo alto.
Durante toda la semana llamó a Lily, mencionando la fiesta y suplicando que fuese, que hace mucho que no se ven, y que quiere verla antes de irse por tanto tiempo. «Todos te echamos de menos» antes de que pudiese decir nada, recalcó el «todos»
Y no puede negarse. Ya ha perdido a un amigo por su imprudencia, no quiere perder a los otros que le quedan por descuidarlos. Así que tomó las llaves del coche y su chaqueta, y fue a casa de Freddie.
"¡Has venido!" en cuanto se abre la puerta unos brazos le aprisionan contra un pecho semi desnudo. "¡Cuanto tiempo!, ya pensamos que nos habías olvidado" Freddie empuja a su amiga dentro de casa con un brazo sobre sus hombros. "Los chicos se van a poner la mar de contentos, pensaban que no vendrías"
Esta vez la fiesta es todo un desastre, cientos de personas, la mayoría borrachas haciendo demasiado ruido. Agradece este escenario, menos posibilidades de encontrarse a Roger.
"¡Chicos mirad quién está aquí!" Llegan a unos sofás ubicados en círculos, y lo primero que ve son los ojos de Roger que ya la están mirando. Rápidamente se levanta de su asiento, y abre la boca buscando las palabras, pero rápidamente vuelve a sentarse y mira el suelo.
"¡Lily!" Siente los brazos de Brian abrazándola. "Hace tiempo que no te vemos el pelo"
"El tuyo sigue igual por lo que veo" bromea
Brian sonríe y pone los brazos sobre sus hombros, examinándola. "¿Todo bien?"
"Si"
"¿Seguro?" No le da tiempo a responder cuando Jonh directamente se abalanza sobre ella.
"¡Lo siento!, ¡lo siento muchísimo!" Sigue pidiendo disculpas mientras Lily lo abraza confundida. "Fue culpa mía, no debí darte ningún consejo, lo siento muchísimo."
"Oye John, fui yo la que hizo lo que hizo, no te preocupes."
"Pero ya no os habláis."
"Fue mi culpa, está todo bien, en serio"
"¡Lo siento!" Sigue abrazándola hasta que algo agobiada se separa.
"Está bien, tú lo dijiste, algún día se calmarán las aguas, no te preocupes"
Los siguientes minutos son algo incómodos, y la tensión se siente en el ambiente, así que con una sonrisa se da la vuelta hacia la barra. Necesitará algo de alcohol para aguantar esta noche.
"Una copa" grita por encima del gentío al camarero.
"¿De qué?"
"De lo que sea"
El camarero se mueve intentando esquivar todas las manos que intentan retenerlo para que les hagan caso, y consigue preparar una copa.
"No pensarás beber y volver a casa conduciendo, ¿verdad?"
Esa voz.
Un cosquilleo recorre su espalda, sus piernas se vuelven gelatina, así que se apoya con ambas manos sobre la barra.
"Una cerveza en copa, por favor" Grita con la mano levantada, llamando la atención del camarero. "Alguien tendrá que mantenerse sobrio"
"La última vez no te salió tan bien" Se muerde la lengua con fuerza cuando las palabras salen de su boca.
"La última vez..." suspira "pasaron cosas..."
Siente como Roger toma su mano por debajo de la barra, y con el pulgar hace pequeños masajes sobre su palma. Como cuando aún eran los mejores amigos.
"¿Podemos hablar? En un sitio más tranquilo"
Solo atina a asentir con la cabeza mientras siente como Roger tira de ella entre el gentío. Vuelven a estar en la misma situación de semanas atrás, los dedos entrelazados y sus caricias.
Consiguen llegar a la fatídica terraza, y Lily vuelve a sentir lo que sintió cuando él se fue.
"Siento no haberte llamado." dice soltando su mano, frente a ella, cara a cara.
"No tenías que hacerlo." siente el ser tan fría, pero realmente las semanas que ha pasado no se las desea a nadie, y aún está muy dolida.
"Bueno, después de lo que pasó..."
"Oye Roger, no es necesario, no pasó nada. Podemos seguir con nuestra vida sin esta conversación tan incómoda"
"¡Claro que no!" Frunce el ceño, empezando a hiperventilar con los orificios nasales el doble de abiertos que en una situación normal. Quiere hablar con ella, quiere que entienda por todo lo que él ha pasado estas semanas, pero parece que todo le da igual, que no le importa. Después de lo que pasó. "Oye me besaste"
"Roger..."
"No. Tu momento de hablar fue hace semanas, en este mismo lugar. Ahora dejame hablar a mi" Pone las manos sobre sus hombros, y la empuja levemente haciendo que de pasos hacia atrás y se siente en un banco de piedra. "Me besaste. Me pillaste por sorpresa, y no supe como reaccionar. Mi mejor amiga confesándome que me ama."
"Que creo que te amo."
"Me besaste. Y me asustaste como la mierda. Nunca me había sentido tan confundido. Pensé durante años que siempre seríamos los mejores amigos, te he contado mis mayores miedos, y conoces todas las partes de mi que nadie más conoce, incluso aquellas que odio.
Y durante años he querido vivir la vida sin ninguna atadura, tú lo sabes. No quería querer a nadie hasta que llegase el momento. Y vienes tú, una persona que se la ve venir desde lejos, que conozco mejor que a la palma de mi mano, y dices que me quieres. Y me besas. Y haces que mi mundo cambie.
Durante estas semanas he pasado un infierno, porque me he dado cuenta de que no quiero vivir sin ti, cuando me besaste me di cuenta. Con ninguna otra chica podría estar el resto de mi vida porque ninguna de ellas son tú. Y he necesitado pasar por estas semanas para darme cuenta.
Y siento no haberte buscado antes, pero me daba tanta verguenza siquiera llamarte... Después de tanto tiempo... Después de irme... Pensé que nunca más querrías verme.
Y definitivamente puedo vivir después del golpe de realidad que me diste, pero no puedo vivir sin ti."
Se agacha a su altura y pone ambas manos sobre sus rodillas. "Eh, no llores" Levanta su barbilla con los dedos y seca sus lágrimas. "Está bien, no llores, amor."
Una vez está más tranquila, sigue con las manos sobre sus mejillas y no aguanta más, acerca su cara a la suya. Quiere besarla, necesita besarla, y quiere volver a sentir los labios sobre los suyos. Pero antes de tocar sus labios, Lily se aleja, y quita las manos de su cara.
"Definitivamente no me vas a besar después de desaparecer durante semanas" Roger rie juntando su frente con la suya.
"Te prometo que esta vez no me voy a ninguna parte" toma su mano entre las suyas, y vuelve a tomar su mejilla con su mano. Esta vez no se aparta y juntan sus labios.
Esta vez ambos deseosos se besan. Se besan como quién aprende a besar unos labios por primera vez después de años. Como quién descubre una bonita rosa después de tantas espinas.
"Creo que te amo" Murmura Roger entre besos. Lily suelta una carcajada y vuelve a juntar sus labios.
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benismyqueen · 3 years
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HERE COMES THE SUN — EPÍLOGO
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A/N: Finalmente ¡EL FINAL! Espero que os guste mucho, es corto, pero no necesitaba muchas palabras para terminar su historia.
Advertencias: Un poco de angustia, pero mucha dulzura y un final feliz.
Palabras: 3.411
Roger expulsa el humo mientras la brisa de la noche despeja su mente. Está apoyado en el capó de la caravana mientras todos sus compañeros aún duermen, y algunas de las groupies los acompañan después del concierto de esa noche.
Todo queda muy lejos de su mente, las masas gritando sus nombres, coreando todas sus canciones al unisono, y la adrenalina de tocar todas las canciones que ellos mismos han compuesto a un público internacional. Hoy fue en una ciudad francesa, en unos días será en la costa de Italia, y tienen programados conciertos que alcanzan hasta decenas de estados de los estados unidos. Pero todo queda muy lejano cuando piensa en ella. La manera en la que sonríe casi todo el tiempo, la manera en la que siempre discutía con él, y él siempre buscaba llevarle la contraria para frustrarla. Incluso la manera en la que fingía perder todas las discusiones solo para ver esa sonrisa de victoria.
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benismyqueen · 3 years
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HERE COMES THE SUN — EPÍLOGO
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A/N: Finalmente ¡EL FINAL! Espero que os guste mucho, es corto, pero no necesitaba muchas palabras para terminar su historia.
Advertencias: Un poco de angustia, pero mucha dulzura y un final feliz.
Palabras: 3.411
Roger expulsa el humo mientras la brisa de la noche despeja su mente. Está apoyado en el capó de la caravana mientras todos sus compañeros aún duermen, y algunas de las groupies los acompañan después del concierto de esa noche.
Todo queda muy lejos de su mente, las masas gritando sus nombres, coreando todas sus canciones al unisono, y la adrenalina de tocar todas las canciones que ellos mismos han compuesto a un público internacional. Hoy fue en una ciudad francesa, en unos días será en la costa de Italia, y tienen programados conciertos que alcanzan hasta decenas de estados de los estados unidos. Pero todo queda muy lejano cuando piensa en ella. La manera en la que sonríe casi todo el tiempo, la manera en la que siempre discutía con él, y él siempre buscaba llevarle la contraria para frustrarla. Incluso la manera en la que fingía perder todas las discusiones solo para ver esa sonrisa de victoria.
Pero al pensarlo también esos momentos parecían demasiado lejanos. Al menos desde la última vez que se vieron. Tan solo hace unas pocas semanas. Tan bonita, tan inocente y la forma en la que perdió el control en su apartamento. Nunca estuvo en sus planes despedirse de ella antes de la gira. Para él la conversación en su casa aquella noche era la mejor despedida, y el tiempo que necesitaban lejos el uno del otro para aclarar todo lo que pasó. Por eso se sorprendió cuando abrió la puerta y lo primero que sintió fueron sus labios sobre los suyos. Había esperado tanto tiempo sin saberlo, que sentía que podía morir en ese momento. Y no pudo hacer otra cosa que perder la cordura que había intentado poner todos esos días y besarla de vuelta.
Y tuvo sus dudas. Todos estos años. Pensando que quizá pasar tanto tiempo con ella de una forma amistosa lo confundió. Que quizá necesitaba probar que era una chica más, y todo lo que sentía era un deseo momentáneo. Por eso cuando la idea de Blaine entrando en su vida para establecerse le enfadó tanto se sintió devastado y con un miedo terrible. Sabía que la quería demasiado, pero también sabía que en él, ese sentimiento no duraba mucho tiempo, y desde luego no quería ser él, el que jugase con ella para luego romperla. Nunca se lo perdonaría.
Pero ahora lo sabía, a miles de kilómetros, fumando en una estación de servicio después de un concierto multitudinario, y con un puñado de mujeres a pocos metros. La amaba. No era un sentimiento pasajero. Realmente la amaba. Y desea tanto acortar las distancias y hacer de esos ocho meses un instante para volver a sus brazos.
Las monedas en su bolsillo cortan el silencio de la noche cuando cambia su postura. Sus ojos se encuentran mirando la cabina telefónica. Pero no puede hacerlo. Se lo había prometido cuando dejó el apartamento. Serían ocho meses. Haz lo que sientas que tienes que hacer. En ese momento aunque no quería, sentía que lo mínimo que la debe es espacio. Ambos harían su vida. Ambos harían lo que tienen que hacer. Y eventualmente ambos se encontrarían en ocho meses.
¿Qué son ocho meses? Para quién espera, una eternidad.
"Tio..." Un Brian medio somnoliento abre la puerta y asoma la cabeza. "¿Qué haces?"
"Fumar" vuelve a llevar el cigarro a sus labios.
"Son casi las 6 de la mañana, y estamos en mitad del desierto, es una imagen bastante tétrica."
"No creo que haya fantasmas en el desierto" Una sonrísa tira de la esquina de sus labios.
"No apuestes"
"Todos están ahí dentro" con un movimiento de cabeza señala el interior de la caravana.
Brian rueda los ojos. "¿Sabes? Estaba preocupado por ti porque andas actuando medio raro, pero sigues siendo un capullo así que iré a dormir." La sonrisa de Brian antes de irse hace saber que no está hablando en serio. Roger sonríe de vuelta y tira la colilla al suelo.
Durante estas semanas todos se habían encargado de hacerle saber lo preocupados que estaban por él. Algo tenía que pasarle sin duda. Había estado muy tranquilo desde que partieron de Londres. Su aura era muy diferente, quizá incluso más madura y estable. Ya no había rastro de rabietas infantiles ni bromas que acababan con Brian a golpes. Seguía teniendo su aura ingeniosa y graciosa, incluso seguía siendo el genio del sarcasmo, pero con muchisimo buen humor. Ese era el principal cambio, parecía tan despreocupado que nunca llegaba a enfadarse.
Su actitud en los conciertos seguía siendo asombrosa, igual que en el momento de componer, seguía siendo un gran letrista que no había perdido su prosa.
Seguía frecuentando mujeres después de los shows. Quizá no de la forma tan desmesurada de antes, y quizá no siempre con el propósito de acabar en una cama o el baño de un pub. Muchas noches simplemente ansia la compañía. Sentarse en el sofá de algún pub y hablar mientras se emborracha. Luego pagar por las bebidas y dejar que Deaky lo lleve a la caravana. Y todo lo que podía pensar en sus mañanas de resaca es en que la estaba haciendo caso. Estaba viviendo la experiencia tal y como él quería, y tal y como ella le aconsejó. Y solo podía esperar que ella fuese lo suficientemente valiente para hacer lo mismo.
Antes de entrar en la furgoneta mira al cielo, y espera que ella también esté pensando en él.
"¡Al fin contestas al teléfono niña malcriada!" La voz de Freddie grita a través del auricular del teléfono. "¿Te piensas que me puedo dejar toda mi fortuna en llamarte?"
"¡Lo siento!" Toma asiento rápidamente en el sofá, completamente tirada con una bolsa de fritos, mientras Drum, su perrito se sienta en el suelo mirando la comida fijamente. "A penas estoy en casa, y no es como que tenga un teléfono al que devolver las llamadas"
"El caso, ¿cómo estás?"
Si esa pregunta le hubiera pillado hace unas semanas se hubiese puesto a llorar.
Los echaba muchísimo de menos. La vida era muy dura cuando perdió a cuatro amigos el mismo día. Estaba tan acostumbrada a pasar casi todas las horas del día con ellos, que ahora que no los tenía se sentía sola, vacía. Y todo empeoraba en el día a día. Cuando pasea por todos los lugares que frecuentaba con ellos, y sabe que no estarán ahí esperando por ella.
Piensa mucho en Roger. Todo el tiempo. Siempre es al que más echa de menos cuando salen fuera a grabar o cuando hacían pequeñas giras por el país. A pesar de que la mayoría del tiempo discutían por tonterías, y muchas veces quería matarlo, era con el que pasaba la mayor parte del tiempo. Siempre recogiéndola en la universidad, al salir del trabajo. O todas las veces que se presentaba en la tienda o en su casa, ella pensaba que solo buscaba fastidiarla y burlarse de ella. Pero ahora lo ve con una perspectiva diferente.
Desde la noche antes de su partida todo lo ve de una manera diferente. Y desearía que todo hubiese ocurrido en otro momento. Antes. Antes de que tuviese que pasar ocho meses fuera.
La ansiedad de lo que podría pasar siempre está con ella. Todo lo que puede salir mal en ese tiempo. Casi un año. Todo podía cambiar en un año. Y ambos habían tomado la decisión de esperar su vuelta, pero viviendo al máximo. Sin excusas. Y lo que más temía era hacerse ilusiones de que podría salir bien, cuando no sabe que Roger vendrá. Quizá sus sentimientos no eran reales, quizá apareció otra mujer, o quizá pretende de ella lo mismo que encontró en otras mujeres de su pasado. Quizá ambos se equivocaron.
Pero al final dos personas que están destinadas, hasta equivocándose coinciden.
"Estoy bien, Freddie"
"¿Cómo es que a penas estás en casa, niña?" Freddie grita por encima del tráfico y los gritos de Brian y Roger. Cuando escucha al chico discutir con una voz tan calmada siente como se le acelera el corazón.
"Encontré un trabajo a tiempo parcial a parte de la tienda de mi padre. Y ahora tengo perro así que tengo que sacarlo."
Desde que se fueron muchas cosas cambiaron en ella. Le costó tiempo y muchas lágrimas, pero se encontró a si misma. Y se encontró dándole la razon a Roger. No quería esta vida. Quería salir, conocer el mundo y escribir hasta que sus dedos sangren. No quería conformarse siendo maestra de una guardería para niños pijos mientras su chico trabaja en un conservatorio para ricos. Esa vida no es la suya. Y si quería cambiar de vida necesitaba el dinero.
"¡Vaya! Por aquí ahora ibamos a salir de fiesta pero se nos estropeó la caravana." Freddie grita para hacer callar a los chicos. "¡Idiotas! Trato de hablar con Mary, podéis ir a discutir al otro lado del desierto, tontos."
Alina sonríe cuando escucha a Roger gritar que le chupe el culo.
"Eso te gustaría. Perdona cariño, ya estoy" Freddie vuelve a su tono normal. "Roger está sigue siendo un grano en el culo pero está algo más calmado. Increíble, ¿verdad?"
"hm.." Murmura algo inteligible mientras se muerde las uñas.
"Bueno, de acuerdo, dejemos de disimular. Todos creemos que pasó algo, no sabemos a ciencia cierta pero... ¿estáis saliendo o algo así?"
"¡Dios no!" Alina casi se atraganta con su propia saliva. "Freddie realmente no quiero hablar de esto..."
"De acuerdo, me alegro porque aún sale con algunas mujeres, no quería convertirme en muhammad ali con mi mejor amigo"
"Freddie" no sabía que decir. No quería saber nada de Roger, se sentía incómoda y triste.
"Pero no es como hace tiempo Alina, no sé que ha pasado, pero está muy tranquilo"
Freddie parece no oir los lamentos de Alina y las súplicas para que no siga. No le hace bien saber de Roger.
"Alina, la mayoría de las noches se emborracha con alguna mujer y se pasan la noche hablando. Muy pocas noches terminan en la caravana. Y desde luego no son tantas como la prensa dice." Freddie continúa con su verborrea.
"Freddie, en serio. Está bien"
"¿Lo está?"
"No está haciendo nada que no le haya pedido. Está bien"
"No te llama"
El corazón de la chica da un vuelco.
"Es lo mejor."
Freddie reflexiona sin saber que decir. Esperaba encontrarse con una chica desconsolada, desolada y destruida. Pero la madurez de Alina y la tranquilidad que mostró, lo dejó sin aliento.
"¡Freddie! ¿Qué demonios estás hablando con Mary?, ¿secretos de estado?" La voz de Roger suena demasiado cerca y Alina está a punto de cortar la llamada
"¿Acaso tienes a alguien a quién llamar, Rog?" Freddie contesta con calma tratando de alejarlo.
"Vete a la mierda" Empuja un poco a su amigo y este se va pegando zancadas.
"Eso pensaba" Freddie vuelve la atención a la llamada. "Cariño, ¿estás segura de que todo está bien?, pareceis tranquilos y no sé si sentirme feliz o inquieto"
"Freddie..."
"No quiero volver en ocho meses y que todo sea incómodo o que te esté haciendo daño"
"Freddie, está todo bien. Y cuando volváis todo estará mejor de como lo dejásteis. En serio" Alina intenta tranquilizarlo.
"¿Sabes? Antes me ponía muy nervioso tu odio a Roger cuando esté está cerca, pero ahora tu tranquilidad y asertividad respecto a él me da un poco de miedo. Así que voy a cortar la llamada. Además Brian me está asesinando con la mirada, supongo que querrá hablar con su chica."
Alina se rió cuando el chico cortó la llamada. Y no le sorprendió cuando un minuto después el teléfono volvió a sonar. Intentó hacerse la sorprendida cuando reconoció la voz de Brian al otro lado, y rezó para que Deaky no sea el próximo en llamar. Esos idiotas intentaban sacar información usando métodos diferentes.
8 MESES DESPUÉS
Alina termina de limpiar una de las mesas mientras lucha por mantener la bandeja con tazas de café.
"¡Alina! Tienes una llamada" La encargada del turno grita desde la barra con el teléfono en la mano.
"¡Un minuto!" Casi corre hasta la barra intentando no tirar la bandeja, y toma el teléfono. En los meses que lleva trabajando nunca ha recibido ninguna llamada, y teme que pueda haber pasado algo realmente grave.
"¿Si?" El corazón casi se le sale por la boca.
"¿Alina?" La voz entrecortada de Maisie hace que se le vaya toda la sangre del cuerpo. "¡Gracias a dios!, ¡Tienes que venir rápido!"
"¿Que ocurre?" A Maisie le cuesta respirar, y se escuchan algunos gritos de fondo.
"¡Han vuelto!, ¡los chicos han vuelto!" Grita por encima de todo el jaleo. "Roger ha vuelto" Casi se le cae el teléfono al suelo, y siente un nudo en su estómago.
Han pasado ocho meses, y sabía que su gira había terminado, pero no sabïa exactamente en que momento volverían a casa.
"¡Tienes que venir, Alina!" Grita al no obtener respuesta.
"Maisie, no puedo. Aún no acaba mi turno"
"¡Pero han vuelto!"
"¡Maisie! Ya no soy una niña, no puedo correr solo porque han vuelto. Tengo trabajo"
"¡Alina!"
"¡Basta Maisie!" Siente como los ojos se le llenan de lágrimas, y solo puede pensar en Roger sentado en el sofá de su casa. "Iré en unas horas"
Maisie corta la llamada completamente decepcionada y enfadada. Roger está en casa, Alina tiene el perfecto príncipe azul para vivir su cuento de hadas y simplemente no quiere vivir esa historia. Y la odia.
Alina siente sus piernas como gelatina cuando sigue trabajando. Siente que en cualquier momento podría desmayarse.
Roger ha vuelto. Después de un año. ¿Cómo estaría?, ¿todo seguiría igual?, ¿estará igual de guapo?, ¿seguirá sintiendo lo mismo?, ¿se acordará de esa noche? Todos esos pensamientos atormentan su mente mientras siente como todo da vueltas. Rápidamente se quita el delantal, y lo tira junto a la barra, con todos esos meses en los que intentó vivir su vida sin preocupaciones. Está en casa. Finalmente.
Corre por la calle buscando un taxi. Necesita ir a casa.
El camino a casa es rápido, siente que todo pasa muy rápido a su alrededor, y cuando llega a la calle de su casa, siente como se marea. Deja el dinero en el asiento del taxi y se baja casi corriendo. Cuando llama a la puerta siente que un sudor frío le recorre la espalda.
"Sabía que vendrías" Maisie sonríe. "¡Alina está en casa!"
La casa se queda en un silencio absoluto hasta que dos brazos la alzan por la cintura.
"¡Dios mio! ¡Alina estás guapísima!, ¡te he echado muchísimo de menos!" Freddie grita mientras gira con la chica en brazos.
"¡Alina!" Brian envuelve sus brazos por sus hombros. "¿Que tal?" La chica tiene una sonrisa en su rostro, mientras busca a Roger con la mirada. "Deaky está en el baño, por si lo estás buscando"
Freddie se ríe por el comentario de Brian. Entonces Alina lo ve. Roger está entrando por la puerta de la cocina con Drum, su perro persiguiéndolo. El aire abandona sus pulmones cuando lo ve. Está incluso más guapo. Y Drum parece reconocer a su dueño.
Roger sonríe cuando la ve. No hay rastro de incomodidad cuando se acerca casi corriendo y la abraza. Entierra la cara en su cuello y siente como podría partirse a la mitad entre sus brazos. "¿Estás bien?" murmura.
"Estoy bien" Roger sonríe contra su cuello y la aprieta más fuerte.
Drum parece finalmente reconocer que su dueña está en casa, ya que siente como araña sus piernas buscando una muestra de cariño.
"No sabíamos que tenías perro" Brian comenta.
"Un día apareció con él de la nada. Es muy cariñoso." Maisie sonríe desde el sofá.
Roger mantiene a la chica a su lado abrazándola por los hombros.
"Me pregunto de dónde lo habrás sacado" Alina hace contacto visual con el chico y ve un gesto de complicidad.
"Magia" Roger sonríe y la aprieta contra él más fuerte.
"Pensé que aún no terminaba tu turno" Rich aparece entrando por la puerta del jardín
"Bueno, hay cosas más importantes."
"Genial, porque la comida está lista. Alguien avise a John"
Roger se queda en el pasillo gritando que él avisará a Deaky, y antes de que Alina pueda irse, tira de su brazo y vuelve a abrazarla. Apoya la barbilla en su cabeza y deja un beso.
"¿Estamos bien?" Pregunta pasando sus brazos por su espalda.
Antes de que pueda contestar aparece John gritando el nombre de la chica. Roger rueda los ojos y a regañadientes deja ir a Alina.
Una vez saludó al moreno, ambos salen al jardín. Ya todos están sentados en la mesa, y Brian rueda los ojos cuando Roger empuja a Deaky para ser él quién se siente junto a Alina.
"Oye, ¿y Blaine?" Pregunta Brian.
"Oh, no está aquí. Estoy segura de que le fastidiará mucho cuando sepa que se perdió esta comida, pero está en la ciudad" Alina sonríe ampliamente. "Tenía una entrevista con el Royal Academy of Music"
Todos en la mesa se sorprenden. Realmente está cumpliendo su sueño.
"Se fue hace dos días. Estará buscando un nuevo apartamento supongo. Cree que tiene posibilidades, asi que..."
"Es grandioso" Brian se alegra y todos coinciden. Incluso Roger.
"¿Y tú?" Pregunta Freddie.
"Supongo que tendré que hacer las maletas de nuevo y encontrar otro apartamento. No creo que pueda pagarlo yo sola" Todos en la mesa se sorprenden excepto sus padres.
"¿No están juntos?" John pregunta.
"Somos buenos amigos." Alina se encoge de hombros.
Roger sonríe y respira profundamente. Se mueve de manera discreta haciendo que sus piernas rocen.
"¿Y qué harás?" Pregunta John
"Supongo que sería una buena idea el conocer mundo. Además me ayudaría para mi nueva historia"
"¿Estás escribiendo?" Brian deja de masticar
"Conseguí un contrato con una editorial" Intenta esconder la sonrisa mientras todos dejan escapar gritos ahogados.
"¡Eso es alucinante!" Roger deja caer su mano en su muslo y lo aprieta. "No sabes cuanto me alegro" Alina sonríe nerviosa al sentir las caricias en su pierna.
"¿Y vosotros que tal la gira?"
"¡Roger tiró la batería al terminar un concierto!" Roger deja escapar un gruñido cuando John habla intentando avergonzarlo.
Rápidamente la mesa se convierte en conversaciones y anécdotas de la gira. No faltan las risas y las lágrimas. Era bueno volver a estar en familia después de tanto tiempo.
Roger la mayoría del tiempo no puede evitar estar en contacto con Alina, bien rozando sus muslos, o dejando caer su mano en el muslo, haciendo pequeñas caricias o apretándolo levemente mientras disimula en medio de una conversación, aunque dejando caer una pequeña sonrisa sabiendo que Alina lo está observando.
Y después de tanto tiempo, Alina vuelve a sentirse como cuando tenía 17 años. Y de vez en cuando se siente valiente para dejar caer su mano sobre la de Roger encima de su muslo. Roger sonríe mientras habla con Rich y deja caer caricias en su palma.
Todos parecen beber demasiado, y empiezan a hablar más de la cuenta. Alina parece demasiado divertida viendo a Brian y Freddie contar cosas cada cual más vergonzosa que la anterior.
Siente la mano de Roger apretando su rodilla, intentando llamar su atención. Alina está demasiado entretenida viendo a todos disfrutar, y nadie parece darse cuenta de que Roger se acerca demasiado a ella y deja caer sus labios en su oreja. Siente un escalofrío recorrer su espalda cuando habla.
"¿Escapamos?" Lo mira y ve en él la misma mirada suplicante de aquella noche. Sin decir ni una palabra toma su mano y se levantan de la mesa. Nadie parece darse cuenta cuando salen del jardín dirección a su coche.
Drum quién está dormido en la entrada, parece alegrarse al reconocer la figura de Alina.
Se acercan al coche y abre la puerta trasera para dejar entrar al perro.
"¿A dónde vamos?" Pregunta, como una vez hizo, hace justo ocho meses. Su respuesta hubiese sido 'Al fin del mundo'
"¿Sinceramente?" El la mira como si lo estuviera haciendo por primera vez en su vida. "Ni lo se, ni quiero saberlo"
Es la mejor respuesta que la puede dar. Ella se acerca para dejar un casto beso en sus labios, y le toma la mano con firmeza. Y así, abren las puertas del coche y hacia su nueva vida.
Es gracioso ver que después de tanto odio hacia esa línea desdibujada, al final de todo, quién más había apostado por ellos, había sido el destino.
                                                                FIN.
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benismyqueen · 3 years
Text
IT GOES WELL — PRIMER CAPÍTULO
Tumblr media
A/N: aaaaa disfruté mucho escribiendo este. Espero que os guste. ¡Admito solicitudes!
Advertencias: ninguna
Palabras: 3.703
Y cuatro tenía razón. A las cinco y media de la mañana cuando estás profundamente dormida sientes como la puerta de la caravana se abre de una patada, y casi te da un ataque de corazón mientras te sientas de golpe sobre la cama.
“Levanta. Es la hora” Dos tira sobre las cobijas ropa de entrenamiento y sale rápidamente. “Tienes cinco minutos, no me hagas entrar a por ti” Aún luchando para que no se te cierren los ojos te levantas y te sientes pesada mientras te vistes con esa ropa.
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