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XVIII CONCURSO NACIONAL DE TALENTOS LITERARIOS
Filminuto ganador categoría IV: “AGORAFOBIA”
Por: Sara Cataño Parra
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El rojo, el azul… ¿Dónde queda el amarillo?
Crónica por Isabella Ruano Herrera
Empieza un nuevo día. La alarma que se ha programado en su cabeza con el pasar de los años le indica que es hora de despertar. La rutina no cambia. Después de 102 años de vida y un sinfín de experiencias, Ana Esther pasa sus días tranquila, sin hacer muchas cosas que salgan de lo acostumbrado. Se levanta, se arregla y encuentra que no tiene mucho por hacer; a veces realiza sopas de letras, lee o ve televisión, pero otras veces se encuentra a ella misma recordando su pasado, aquella fecha en la que la violencia causada por el bipartidismo hizo que se tuviera que desarraigar de su hogar.
La violencia fue un factor constante en su vida, nos cuenta Ana Esther. La acompañó desde muy niña, viendo como algunos de sus vecinos y conocidos desaparecían constantemente, como les tocaba salir de sus casas y despojarse de sus pertenencias y de los recuerdos que se quedaban encerrados en esas cuatro paredes.
- Aunque me tocó vivirlo poco de primera mano, recuerdo con tristeza la época del bipartidismo.
Amarillo. De ese color percibe Ana Esther los recuerdos de su infancia, aquella época feliz y cálida que fue hace mucho tiempo ya.
- La escuela, las salidas con amigas, las tardes en casa ayudando a mamá con los quehaceres, todo era muy distinto. Podía salir sin tanta preocupación y sin pensar que me iban a robar; claro que también teníamos nuestros problemas por aquel entonces, pero no encuentro punto de comparación. La música todavía es algo que logra transportarme en el tiempo, llevarme de nuevo a esos lugares donde crecí y revivir no solo las experiencias, sino también las emociones de cada una de esas memorias.
Sin embargo, después de 13 años de una vida bastante tranquila, la violencia causada por el rojo y el azul, que ahora se enfrentaban, llegó a su vida causando estragos y le arrebató el amarillo que pintaba los recuerdos de su vida hasta el momento. Lo que Ana Esther no sabía era que esto no lo viviría solo una vez.
- Mi papá era el tesorero del pueblo, un gran hombre, siempre muy honesto. Él participó en la Guerra de los Mil Días, por eso ya lo tenían en la mira. El sacerdote de aquel entonces era muy amigo de nosotros, era casi como familia. Por entonces el odio entre los conservadores y los liberales era muy grande y crecía con el paso de los días. Mi familia era conservadora y, por el odio y la guerra que te comenté que existía entonces, iban a venir por mi papá. El sacerdote fue el que nos avisó y nos ayudó a salir. Todo fue muy rápido, nos tocó salir tarde en la noche de Titiribí. Llevamos solo lo necesario, empacado en costales, el resto lo dejamos. Después de eso llegamos a Andalucía, donde teníamos un primo en la vereda y por eso nos quedamos ahí. Más adelante nos fuimos para Manizales.
Ana Esther cuenta que esa no fue la única ocasión en la que fue desplazada de su hogar. La chusma (guerrilla) y demás grupos violentos también hicieron que más adelante, ya siendo adulta, tuviera que dejar su casa de nuevo, pero esta vez acompañada de su esposo y sus primeros hijos.
-Yo ya vivía con mi esposo y mis primeros hijos en una finca en Sevilla. La chusma en ese momento estaba en su época de mayor esplendor, creo yo. Un conocido que trabajaba con nosotros nos dijo que la chusma venía y que nos teníamos que ir ya o nos iban a matar. Antes, la chusma ya había venido y le había pedido a mi esposo que les diera todo su ganado, también los caballos, por eso sin dudarlo le creímos. En la noche salimos corriendo de la finca, aprovechamos la oscuridad para escabullirnos por los cafetales y salir. Eso fue algo que impactó mucho la vida de mis hijos y, lo más triste de todo, es que todo fue mentira ya que la chusma sí se encontraba en el pueblo, pero no venía por nosotros. Todo fue un plan para quitarnos la finca.
Recordar, aún después de tantos años, no es fácil –comenta. Hace poco volví a aquella finca, no te puedo explicar todo lo que sentí en ese momento, fue duro, pero creo que me ayudó a sanar algunas heridas que seguían abiertas. Creo que ese momento en el que me tocó desprenderme de todas las cosas con las que había vivido durante esos años fue uno de los momentos que más marcó mi vida. Es algo que no se supera, ¿sabes? Con los años te das cuenta de que duele menos, que ese miedo que te invadió en el momento ya no está, ya no lo sientes. Se vuelve llevadero, pero cada que te das el tiempo de volver a mirar atrás, justo a ese momento, sabes que todavía hay cosas que duelen y no las puedes ignorar.
Hoy, Ana Esther pasa sus días en compañía de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, viendo como todo el esfuerzo rindió frutos, ya que, como dice ella, estando siempre de la mano de Dios, pudo sacar adelante a sus cuatro hijos y cinco hijas y ahora es el pilar de una gran familia, la familia Alzate Piedrahita. Dice que, aunque en su momento fue algo muy difícil, hoy esos recuerdos amargos son anécdotas y enseñanzas que tiene para brindarles a las distintas generaciones de su familia. Ahora crea nuevos recuerdos, unos muy amarillos, que hacen que el resto que se vieron manchados por las distintas situaciones complicadas que vivió se pierdan entre ellos.
Esta crónica obtuvo el primer lugar en la categoría V del XVIII Concurso Nacional de Talentos Literarios Acodesi. Sentir, escribir y soñar. Palabras que transforman.
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101 DESGRACIAS
Crónica por Andrés Mauricio Gordillo
Veo el nerviosismo en su tez semioscura, arrugada, en sus manos que descansan en su regazo y en sus ojos que esperan abiertos el movimiento de mis labios. Afuera, el clima complementa esa tensión que se siente entre nuestras miradas. Yo también me contengo en el ambiente; mi mente parece estar compuesta de mil ideas, pero no es capaz de articular ninguna. Esta sabe todo lo que llevo esperando este momento, pero no me ayuda a resolver mi nube de sentimientos. Por un momento, los pájaros dejan de revolotear, las hojas dejan de crujir, y mi mente deja de soñar. Ahí, justo ahí, interrumpo el silencio para preguntar ¿me puedes contar la historia de mi bisabuela?
Mi bisabuela llevaba el nombre del color de la nieve, del algodón y de las nubes cuando el sol está en su máximo esplendor, aunque tuvo una vida oscura, y esquiva hacia la felicidad. Desde que nació, Blanca vivió en una finca totalmente aislada de su familia como si no perteneciese a esta, viviendo con su madre, padre y hermano. Este exilio fue causado por el amor de su madre hacia alguien con un tono de piel despreciado por su familia. A pesar de esto, no fue sino hasta sus doce años que Blanca se dio cuenta de su situación. Elena, su madre, fue una mujer cuya perseverancia estuvo personificada en sus hijos porque a pesar de haber perdido a su esposo, un participante de la Guerra de los Mil Días, siguió adelante y trató de guiar a sus hijos por el mejor camino. Cuando Blanca tenía doce años su madre murió; siendo este el único obstáculo que Elena no pudo esquivar. Fue desde ahí cuando las nubes blancas que rodeaban la vida y mente de mi bisabuela se comenzaron a oscurecer.
-Entonces, Blanca, mi mamá, y José, mi tío, se fueron a vivir con su abuela materna, la que siempre los odió, pero que tenía un poco de plata, porque esa señora era dueña de todos los alrededores de las mercedes en Cali. Allá, siempre la trataron horrible; que pesar de mi mamá, cuando allá le quitan a mi tío de su lado, diciéndole como últimas palabras “Blanca nunca nos vamos a volver a ver”. Mi mamá nunca supo a donde se lo habían llevado, y al final lo que dijo su hermano fue verdad. A ella después, la pusieron a trabajar como sirvienta en su “casa”, pero aparte de eso todos los familiares la molestaban; los primos le quitaban la comida, y le hacían otro tipo de cosas.
Mi abuela se detiene, espera a que yo termine de escribir en mi cuaderno lo que ella me cuenta. Se soba la cara con sus manos arrugadas, ásperas. Se acomoda su pelo conformado por líneas con un tono como el del nombre de su madre. Juega con sus manos un poco, se distrae, y se prepara para seguir contando desgracias.
-Igual, poquito tiempo después, una tía de ella, dueña de un convento, se la llevó para allá, a trabajar otra vez de aseadora. Allí se encontró a una señora costeña, conocida de ella, pero que ya estaba casada con un político o un señor muy importante de esos lugares. Esa costeña, cuando se dio cuenta de que estaba en esas condiciones, le dice que se la iba a llevar; de una u otra manera lo iba a hacer. Lo terminó haciendo, y en la costa, mi mamá pudo seguir estudiando, y estaba cómoda.
La interrumpo, bromeo y le digo que entonces se le había aparecido un ángel en frente. Pero ella solo con su expresión me hace dar cuenta que estaba equivocado. Por eso, la dejo seguir hablando.
-No mijo, espérese y verá lo que le pasó. La dicha le duró poquito a mi mamá. Un señor suegro o familiar de alguna clase del esposo de la costeña, la violó. De ahí, nació mi hermana mayor, Yolanda. Con esto, mi mamá no pudo quedarse más tiempo en esa casa. Se sintió muy mal con la señora costeña porque siempre la trató bien, la alimentó, la vistió, le dio estudio, y no quería que pensara que se iba por ella. Mi mamá se fue en realidad, porque no podía ver a ese señor más. Además, cuando naciese su hija, no le podría decir la verdad a nadie, al final era la palabra de alguien prestigioso de la familia contra la de ella.
Ese nerviosismo que notaba de mi abuela al comienzo, se había desvanecido y convertido en tristeza. Podía notar como se le aguaban los ojos, le daba malestar en la nariz. Esta vez, la pausa que siempre me daba para terminar de escribir fue más larga. Pero, después de todo, la historia no terminó tan mal como creía.
-Blanca se escapó con la cocinera de la casa. Esa señora siempre la ayudó, y esa vez no lo dejó de hacer; no soportó ver a una niña así. Mi mamá y la cocinera se fueron para Cali, y entonces le metieron una excusa a la costeña, pero sin decirle la verdad. Acá, Blanca conoció a mi papá. Él se llamaba Antonio, era altísimo, y tenía unos ojos superbonitos mi viejo. Ellos se enamoraron y casaron, pero los dos estaban muy jóvenes. Mi mamá creo que tenía como 15 o 16 añitos y mi papá 25 o algo así. Además, cuando se fueron a casar, mi bisabuela no le quería dar unos papeles que necesitaban para hacerlo, y no quería y no quería, hasta que mi papá, que era inspector de policía, les dijo que se los daban o se les iba por la ley. Pero pese a eso, ellos vivieron muy felices, se querían mucho. Nosotros nos terminamos criando en la Alameda acá en Cali, y la única cosa medio harta que tuvimos que vivir fue que mi papá era muy tomador, y como se gastaba la plata, a mi mamá le tocaba buscarse plata de todo lado; siempre fue muy trabajadora. Ellos tuvieron 6 hijos en un matrimonio de 40 años, a Yolanda, a Elvira, a Antonio, Pedro, María (yo), y de última Blanca Mary. Mi papá no tuvo ningún problema con Yolanda, la tomó como su hija y la crio. Pero, no pudieron vivir más tiempo juntos, porque mi papá muere apenas a los 65 años, dejando a mi mamá viuda hasta los 80; Blanca tuvo una vida bien dura y larga.
Así, mi abuela deja de hablar, yo termino de escribir, y el enjambre de sentimientos poco a poco desaparece. Ya no tenía nada más que preguntar o decir, solo gracias; contar la historia de las 101 desgracias no es fácil, y después de todo, mi bisabuela me había dejado una lección: siempre hay que luchar por lo deseado sin importar los obstáculos que haya, porque no hay ninguno lo suficientemente grande para cada uno.
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Felicitamos al estudiante Juan Cristóbal Mejía Prado de grado 8D del año escolar 2021- 2022. Su reportaje gráfico ocupo el 2 puesto en el XVIII CONCURSO DE TALENTOS LITERARIOS ACODESI 2022.
¡Gracias por representar nuestra comunidad con su creatividad!
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EL ORIGEN DE MI PUEBLO
Mariana Márquez Cortés 6C
Hace mucho tiempo, cuando lo único que existía en la tierra era la naturaleza, diferentes criaturas mitológicas se enfrentaban diariamente para obtener poder y crear su propio reino. Duendes, unicornios, ninfas, hadas, hidras y todas estas criaturas pelearon durante siglos por sobresalir y triunfar. Una de las pocas cosas que estas criaturas tenían en común era un amigo, el dragón esmeralda, criatura justa y poderosa. El dragón, después de muchas intervenciones fallidas, tuvo que sacrificarse a sí mismo para mostrarle a sus amigos las consecuencias de esta absurda guerra. Tras la pérdida de su amigo, las criaturas pusieron fin a sus diferencias y para honrarlo, usaron su cuerpo para asentar y fundar un pueblo próspero y hermoso. Le quitaron los dientes y los plantaron en la tierra, los dientes florecieron y se convirtieron en los primeros humanos. Dicen que, si vas al bosque de las colinas gemelas, pasando el cañón de la luz, podrás encontrarte con la cola del dragón esmeralda, rodeado de todos sus amigos, cuidándolo, para mantener la paz que, según la leyenda, sus escamas dan al pueblo. Así es como se creó este pueblo, hijos míos. - Esta es la historia que el abuelo le contaba a sus nietos cada vez que podía cuando lo visitaban el fin de semana.
- No te creo abuelo, es muy fantástica - Dijo Ana
- Yo… yo pienso lo mismo que Ana- Dijo Camilo dubitativo.
El abuelo supo que, por la reacción de su Nieto, Camilo solo quería quedar bien con su hermana mayor. El abuelo sonrió y dijo:
- Como ustedes quieran. - dijo el abuelo
Unos días después, en el cumpleaños de Camilo, el abuelo asistió. Al enterarse de esto Camilo fue para preguntarle algo que lo inquietaba desde hace tiempo:
- La última vez que nos vimos dijiste que si vas al bosque de las colinas gemelas podría encontrar la cola del dragón esmeralda, ¿Dónde queda ese bosque? -
La cara de curiosidad de Camilo fue tan grande que el abuelo no pudo resistir más en guardar el secreto que le habían confiado.
- En el bosque del este, pero ten cuidado, no quiero que nada te pase ahí- Dijo el abuelo lamentándose en su interior.
En la noche, Camilo, silenciosamente empaco comida, ropa de cambio, una navaja y se fue de casa sin que nadie lo notara.
En el camino se encontró con algunos inconvenientes, pero cuando por fin llegó al bosque, no encontró nada mágico o increíble. De pronto sintió murmullos debajo de él, cuando Camilo se agachó, ya era muy tarde. Sus pies ya estaban rodeados de unas cuerdas que pequeños seres habían atado y no tuvo tiempo de reaccionar, ya que estos tiraron de la cuerda con fuerza haciendo que Camilo se cayera y golpeara su cabeza perdiendo el conocimiento. Al despertar, estaba en una habitación que la iluminaba tenuemente una vela. Explorando la habitación con la mirada se encontró con los mismos pequeños seres, todos con gorros de diferente color y ellos al darse cuenta de eso le gritaron:
- ¡OYE TÚ! ¿Cómo sabes de nuestra existencia? ¿Quién te mando aquí? - Dijo uno de sombrero amarillo.
Camilo se asombró al reconocer que eran enanos, y luego comprendió con gran emoción en qué lugar se encontraba.
- Soy un niño curioso que vino aquí para buscar y admirar al dragón esmeralda, me aventuré, aunque mi abuelo me advirtió de no hacerlo. - Los enanos parecieron sorprendidos y preguntaron:
- ¿Podemos saber el nombre de tu abuelo? - Pregunto otro de sombrero verde
- Guille, Guille Sánchez - Dijo Camilo, orgulloso.
Los enanos entraron en pánico y empezaron a murmurar. Camilo no entendió el pánico, los diálogos cesaron y el enano de sombrero verde que parecía ser el líder dijo:
- Te llevaremos con las demás criaturas, ellas te aclararan las dudas.
Perdió el conocimiento de nuevo y despertó en la cima de una colina, miró abajo y se encontró con lo que parecía la cola del dragón esmeralda. Se sintió maravillado al verla, aunque el dragón está muerto la cola parecía más viva que nunca. Sus escamas brillaban, grandes y enormes, eran tan bellas que se podían confundir con la piedra preciosa de la esmeralda, de ahí su nombre. Aún conmovido, se dio cuenta de qué criaturas la rodeaban: ninfas, hadas, duendes, elfos, fénix, y finalmente vio a un enorme grifo; Camilo hizo una reverencia, el grifo habló con una voz poderosa y profunda:
- Al menos sabes cómo presentarte a nosotros.
- Señor… Él nos informó que el mismo Guille Sánchez lo envió aquí. - Dijo el enano verde, también haciendo una reverencia. El grifo se sorprendió y dijo:
- ¿El mismo Guille Sánchez? -
- BUENO, YA ESTOY HARTO, ¿QUÉ TIENE QUE VER MI ABUELO? - Gritó Camilo interrumpiendo la conversación. El grifo suspiró y dijo:
- Guille Sánchez nos buscó para traer escamas a su pueblo, ya que estaban en tiempos de guerra y él quería la paz. Su determinación era tan grande que estaba dispuesto a pelear contra nosotros, aunque perdió, prometió guardar el secreto y se fue sin las escamas. - Dijo el grifo.
- En ese caso, no es la culpa de mi abuelo, él siempre cuenta la historia, bueno ahora es una leyenda y nadie le creyó, excepto yo, así que por favor no lo culpen. -
El grifo sonrió, lo miró con compasión y dijo:
- ¿Sabes? Él prometió guardar el secreto a cambio de no dañar a su familia o echarle la culpa. Te pareces mucho a él, toma esto, te lo mereces y dáselo a tu abuelo de nuestra parte. - Así, el grifo tomó dos escamas del cadáver de su amigo y se las dio. Camilo feliz dijo:
- Muchas gracias.
Cuando llegó a casa, muy emocionado, fue a buscar a su abuelo y le contó todo lo que pasó. A partir de ese día, Camilo y su abuelo visitan la colina para recordar y honrar el gran valor de la amistad como elemento indispensable el origen de los pueblos.
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Escrito por: José Felipe Gelvez Arias, Juan Cristobal Mejía Prado y María Alejandra Mesa Sepúlveda.
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COLORES PRIMARIOS FRUSTADOS
Por: Santiago Arbeláez y Daniel Ramírez.
Taller de escritura grado octavo.
Colombia, patria de ciudadanos engañados por la verdad, luchadores que les han quitado su dignidad. Personas calladas por la realidad que les atormenta escuchar
Queremos alguien que nos gobierne con honestidad y sinceridad. Cansados de mentiras las personas suspiran, esperando al salvador que logre unir nuevamente lo que nos caracteriza y profundiza en la espiritualidad
No hablamos de Gaitán ni de Galán, el pueblo lo que quiere es poder volver a soñar, están cansados de gritar por los errores que se han cometido y no se han podido arreglar
Todos sabemos la realidad, la cual nos engaña y nos hace llorar. Colombia es una tierra de razas que debemos respetar. Unidos podremos triunfar
Debemos ser astutos, fijarnos en el pasado y pensar en absoluto lo que viene a futuro. Se necesita alguien de calidad, que brinde estabilidad a las familias de esta sociedad llenas de soledad
Desde el oro que nos robaron, hasta los familiares que mataron... Sangre por todo lado, no se puede limpiar, la única forma de sanar es juntando las razas y crear un nuevo lugar, lleno de alegría y felicidad
La marina buscando en sus dos mares, corales llenos de color mostrando que aún no se ha acabado, el gobierno trae la tristeza de invierno, guardando en sus cuadernos acciones de eterno sufrimiento, el ejercito tomándose un cafecito cubriendo los delitos que debería de resolver
Igualdad para todos, paz para las familias, es lo único que pide esta sociedad, encendida en llamas que no se han podido apagar, humanidad cansada de escuchar lo que pasa en su ciudad
Estas palabras salen de un corazón, agobiado y asustado que teme perder lo más amado de él, la gracia de poder llegar a formar un mundo ideal, en donde todos sean tratados por igual.
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A un Botón de Distancia
Por Diana Vargas Pabón de 8B.
Taller de escritura grado 8.
La pregunta que más ha carcomido la humanidad desde tiempos inmemorables es la razón de nuestro existir. No estamos seguros de nuestro propósito como especie, ni sabemos si éste existe siquiera. En consecuencia, intentamos desesperadamente encontrarlo a través de conceptos que hemos creado para nosotros mismos; para ayudarnos a olvidar el gran enigma mientras se sufre y disfruta de un sistema creado por nosotros y para nosotros. Creamos, pues, una sociedad donde buscamos una perfección que nunca hallaremos, recurriendo a medios que son hasta bestiales para conseguir nuestra propia versión de una utopía individual. No fue hasta este punto que comenzamos a preguntar por la libertad. Esa placentera ilusión que idealizamos y anhelamos tanto. Nos planteamos situaciones, problemas, y más alrededor de ella; Siempre con nuestros ojos vendados por la incertidumbre (Aun conociendo bien la venda). Una de las problemáticas que más se conocen hoy en día es cómo los medios de comunicación nos controlan. ¿Es el comportamiento humano tan manipulable como para ser moldeado a gusto por nosotros mismos?
La respuesta a esta pregunta es sí. Aunque regularmente creemos lo contrario. Esto se debe a lo mucho que subestimamos la información que recibimos o a la que estamos expuestos. La respuesta más sencilla en este momento son las modas. Independientemente de nuestra crianza o forma de ser, alguna vez hemos estado envueltos en una, sea por amigos o simplemente por interés propio. Al unirnos a esta tendencia, creamos un gusto por ella, lo que puede llegar a cambiar nuestro comportamiento drásticamente. Por ejemplo, una serie de televisión. Comenzaremos a referenciarla o hablar de ella con otras personas; tal vez incluso intentar imitar un personaje o más. Eventualmente, hará parte de nuestra personalidad, memorias, sentimientos, o eventos importantes de nuestra vida. Su filosofía será la nuestra, su forma de retratar la vida parte de nuestra propia percepción de ésta. Naturalmente, los niveles de esta “adicción” varían dependiendo de la conexión que lleguemos a tener a este contenido.
Ahora bien, nuestro mundo está basado casi completamente en la información. Un hecho ocurre, y es inmediatamente difundido a otras diez personas, por la sola razón de ser interesante o “necesario”. A veces se expanden tanto y se vuelven tan lejanos, que comprobarlos se vuelve imposible. Como las viles bestias que somos, no tardamos en sacar provecho de un fallo inocente en el sistema. Comenzamos a difundir hechos falsos. ¿Y qué pas�� después? Nos los tragamos enteros. Cuando nos dimos cuenta ya no supimos diferenciar lo falso de lo real. Como el hecho de que hoy en día, las personas no crean en la vacuna o que la tierra sea esférica. Un solo trozo de información falsa creada algún día por una persona sigue manipulando millones ( al igual que la forma en la que ven el mundo). Para comprobar esto solo basta con buscar bien. No serán muchos los seres humanos afectados por estos absurdos ideales, pero definitivamente están allá afuera; en algún lugar.
Nuestra niñez es probablemente la etapa más importante en nuestras vidas, en términos de determinar lo que nos depara el futuro y cómo lo percibiremos. De acuerdo con Lemos (2019) “Lo que experimentamos en la infancia suele dejar huella en nuestro cerebro. Una huella de la que no somos conscientes, pero que nos puede afectar en el futuro.” Ella habla también de los distintos refuerzos hacia las acciones del infante que pueden determinar su autoestima y la forma en que se ven a sí mismos; pero también va más allá de eso. Lo que ven en los padres es probablemente lo que serán en el futuro (o evitarán serlo). En otras palabras, el ser humano es una criatura que sobrevive a través de la recopilación de conocimientos, una acción que también puede ser llamada como una “copia”; replicamos lo que vemos. Esto aplica desde entornos primitivos tales como la supervivencia hasta la sociedad humana construida hoy en día. Esta tiene tan diversos factores, que se podría considerar también un ambiente hostil; uno en donde se depende de la observación para mantenerse estable. De ah��, que seamos el producto de las distintas experiencias y personas con las que hemos tropezado en la vida. Alguien que crezca rodeado de muestras de afecto físicas por doquier se acostumbrará a ellas y las replicará con otras personas, mientras que una persona no tan familiarizada con ello se mostrará distante. ¿Qué pasaría, pues, si se lograra controlar lo que alguien experimenta? ¿si se le mostrara únicamente un entorno con ciertas personas, se podría controlar su personalidad y pensamientos? ¿cómo comprobar esto? El peligro del ser humano no yace en los pensamientos que puede formar por sí mismo, sino en la información a la que es expuesto; después de todo, lo segundo es tan solo una versión procesada del primero.
Por todo esto y mucho más, que la mente humana es mucho más manipulable de lo que pensamos. Solemos confundir la información recibida, procesada y replicada con pensamientos propios (aunque aún se pueden considerar así, pero se ignoran los orígenes de éste; pensamos que salen de la nada, cuando no es así), dando por hecho nuestra libertad de pensamiento cuando en realidad está siendo controlada constantemente. Cada vez que aprendemos algo o leemos, esa información se suma a una enorme enciclopedia en nuestro cerebro, que combina y divide a su gusto para crear un nuevo producto. Se podría asimilar a los cambios químicos: los elementos utilizados al principio continúan siendo utilizados en el producto; nunca se pierden ni se crean nuevos. No obstante, estos elementos utilizados en la transformación no necesariamente deben ser grandes ni llamativos. Con la simple acción de leer una palabra, es suficiente para influir incluso más que todo un libro. Todo esto depende del cerebro mismo y lo que decide atrapar dentro de sí mismo. En cierto modo, esto significaría que lo que conocemos como “libertad” es en realidad inexistente para nosotros. Tomando en cuenta todo esto, ¿Hasta qué punto somos capaces de manipularnos a nosotros mismos? ¿Qué pasará si algún día perdemos el control?
Referencia
Lemos R. 01/02/2019. La infancia influye en el desarrollo de la personalidad. Mejorconsalud. Sitio web: https://mejorconsalud.as.com/la-infancia-influye-desarrollo-la-personalidad/
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LOS ESTEREOTIPOS DE BELLEZA Y SUS IDEAS DAÑINAS
Por: Isabella Pinedo Segura de 8C.
Taller de escritura grado 8.
Los estereotipos de belleza han definido a las mujeres a lo largo de la historia, limitándolas a encajar en un margen que se considera atractivo dependiendo la época. En los inicios de los siglos, los estereotipos de belleza eran, cinturas muy pequeñas, un abdomen plano y los pechos hacia arriba, esto se lograba con la ayuda del corse. Continuo así hasta los años 40-50 que se empezó a implementar un concepto más sensual. Mujeres con el cabello rubio ondulado y muy corto, con piernas largas y pieles bronceadas, un ejemplo a seguir era Marilyn Monroe. En los años 60, los estereotipos de belleza en las mujeres se devuelven a los del año 20, esto gracias al feminismo. En los años 70-80 y 90 empiezan los cuerpos atléticos, con curvas y una altura entre 1,68 – 1,70. También empiezan los colores fluorescentes y estilos muy variados de cabello. Ya en la actualidad, siglo XXI, empieza un estereotipo muy dañino, si así le puedo llamar, ya que, las mujeres eran extremadamente delgadas, muchas curvas, piel bronceada, pelo largo, labios gruesos, pestañas largas y muchas más. Los estereotipos de belleza son ideas o conceptos según los ideales de una o más personas.
Los estándares de belleza han sometido a mujeres a hacer lo imposible para intentar alcanzar esta meta inalcanzable. Muchas mujeres catalogan su cuerpo como, gordo, asqueroso, vergonzoso y feo, lo más preocupante aquí, es que, la mayoría de las mujeres que dicen eso son adolescentes entre los 12 – 20 años. Estás mujeres catalogan su cuerpo así, porque según ellas no encajan en la sociedad, no entran en los estereotipos de belleza de los últimos años. Por causa de todo esto muchas mujeres se realizan cirugías para bajar de peso, pasan por trastornos alimenticios extremos, problemas mentales, dietas, depresión y muchas cosas más, las cuales son lamentables (chekh, 2019). Los estándares de belleza cada vez nos van torturando, ya que, muchas de estas, hacen hasta lo imposible para alcanzar estas “metas”, pero muchas no saben que se están haciendo daño a sí mismas, porque están ciegas del daño que esto nos traen. Enfermedades, trastornos, miedo a ser rechazados, limitarse a comer son algunas de las estrategias que muchas usan para ser “perfectas”. Simplemente nos dejamos manipular por la sociedad, solamente para que nos consideren bellas. Un ejemplo es Brenda Mato, una mujer, la cual es modelo. Ella no se sentía bien consigo misma, ya que, no se parecía nada a las otras modelos. sintiéndose mal. Ella decide hacer una dieta extrema, la cual la enferma y la manda a la cama, con el tiempo ella empezó a aceptar su cuerpo y volvió a adicionar para ser modelo. (Iglesias, 2020)
La belleza. ¿Qué es la belleza? Para millones de mujeres a lo largo de la historia ha sido una condena, una suerte de meta inalcanzable. Los tiempos cambian, y con ellos, los parámetros, pero siempre pareciera que hay que ajustarse, someterse. Esta ideal, variable, no lo es en su imposición muchas veces racional, otras inconscientes, pero ahí está, marcando alguna falta, algún defecto, justo como lo dijo clarín. (Iglesias, 2020). Para mí, en lo personal la belleza no es algo que se obtiene, para mi es algo que uno ya tiene. Una explicación de esto, puedes ser, que para muchos la belleza es lo externo, ciertas características que se consideran atractivas en una persona, para así considerarla bella. Ese concepto de la belleza está relacionado con los estereotipos de belleza. Volviendo al tema, lo que muchas personas no saben, es que, como ya lo dije antes, son simple características, características que obviamente son importantes porque te diferencian de los demás. A lo que yo quiero llegar, es que, la belleza no es tener ojos grandes, ser delgada/o, tener pelo largo, no, la belleza es la pureza que transmite una persona, lo que la hace diferente, esa armonía que transmite a través de su naturalidad.
Vernos bellas está bien, hacer ejercicio está bien, lo que no está bien, es que, por una serie de características o preferencias que tiene una sociedad no podamos tener la libertad de ser nosotras mimas. Si uno no sigue estos estándares empieza a ser rechazada en la sociedad, lo cual está muy mal porque estamos ya en el siglo XXI y esto no se debería seguir viendo. Que paso con, “todos los cuerpos son aceptados”, “todos somos bellos a nuestra manera”. Estas frases las cuales se usan mucho hoy en día, a veces parece que se perdieran en la oscuridad de la noche. Soy consciente, y admito que no todas las personas tienen todavía este pensamiento tan estricto, por lo tanto, no generalizo, pero si le llamo la atención a aquellas personas que siguen creyendo que para que alguien se vea hermoso, bello, lindo etc. tiene que seguir unos estándares de belleza, que lo único que hacen es provocar dolor y tristeza en esas personas.
En conclusión, deberíamos dejar atrás los estándares de belleza, porque como ya mencioné antes, estos lo único que nos provocan es un rechazo a nosotros mismos y metas inalcanzables (como una utopía). Tenemos que aprender que todos somos bellos a nuestra propia manera y nadie nos debe decir lo contrario, porque yo soy dueña de mi cuerpo y yo soy la única que debe y puedo hablar de él. No necesitamos una serie de características para sentirnos y vernos hacia los ojos de los demás, lindas, no necesitamos depender de una lista, la cual nos dice los aspectos físicos que debo tener para ser aceptada. Cada uno es diferente, cada uno de nosotros es bello. Nadie es perfecto, pero si somos conscientes de quienes somos.
Referencias
Chekh, E. l. (6 de septiembre de 2019). El 84% de las mujeres no está conforme con su cuerpo. Obtenido de El 84% de las mujeres no está conforme con su cuerpo: https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/el-84-de-las-mujeres-no-esta-conforme-con-su-cuerpo/811279/
La preocupación por la belleza aumenta entre las mujeres más jóvenes. (3 de noviembre de 2014). Obtenido de La preocupación por la belleza aumenta entre las mujeres más jóvenes: https://www.lavanguardia.com/de-moda/belleza/20141103/54418865031/preocupacion-canones-belleza-afecta-mujeres-jovenes.html
Iglesias, M. (9 de 10 de 2020). Modelos hegemónicos. Obtenido de Modelos hegemónicos: https://www.clarin.com/sociedad/estereotipos-belleza-frustracion-perseguir-ideales-inalcanzables_0_3eClCwx7q.html
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Cadenas de sangre
Por: Laura Iragorri, María Paula Marmolejo y Valerie Moreno.
Taller de escritura Sociales.
“L’amour dans la famille est très toxique, parce que la famille est un concept développe de la mauvaise façon.”- Nosotras
Las cadenas de sangre, la excusa perfecta para subyugar al otro, especialmente a los “menores de edad”. La típica frase, “hago esto porque te quiero” ¿Amar es lastimar? ¿amar es obligar? Evidentemente los conceptos están mezclados. La familia es una estructura social, en donde un grupo de individuos se relacionan debido a el vinculo de consanguinidad que los une, producto del amor ágape de dos personas; estos lazos atan a cada persona con otras por toda la vida, desde su nacimiento hasta su muerte y su entorno familiar es el encargado de todo su proceso de crecimiento. En la mayoría de los casos, se confunde a ese rol de la familia y el amor de ella en las vidas de sus integrantes, convirtiendo algo que debería ser el lugar de refugio y acogida de por vida en un impedimento para lograr la libertad del ser.
Pero el problema, en ocasiones, no es solo de la familia, sino el impacto que tiene la sociedad y la religión en ella, el rumbo de una familia puede cambiar drásticamente si algún miembro de la misma empieza a tener una ruptura en su forma de pensar, la comparte y la esparce por las mentes de todos sus familiares, esto debido a las influencias, como dice Salome Gómez Upegui (2021) “La familia, la cultura y las tradiciones nos marcan, pero no nos definen” (contraportada) cada quien puede cambiar el rumbo de su historia y la de su familia. Siempre se espera que el menor siga la forma de pensar que le imponen los adultos, porque “no se ha desarrollado” pero detienen ese desarrollo: nos crían para servir, como lo menciona La Boétie (s.f) “Si los hombres sirven, es que son criados como siervos”. Nos educan para servir, principalmente a nuestros padres, pero luego esa idea se implanta en nuestro cerebro y servimos a todo el que nos da ordenes, llamando a esto respeto, otro concepto mezclado ¿Dónde queda el respeto propio? Como es dicho por La Boétie (s.f) “Es razonable amar la virtud, estimar las buenas acciones, reconocer el bien de quien se ha recibido, y en ocasiones olvidarnos de nuestra comodidad para aumentar el honor y las ventajas de quien se ama y lo merece.” (p. 2) No podemos olvidarnos de nosotros mismos simplemente para servir a los demás. ¿Y por qué el superior no respeta al llamado inferior? Todo en esta lógica es ilógico.
Los estereotipos, algo que afecta a todo el mundo, entra en todos los campos, y las familias no se privan de ellos. Para adentrarnos más al tema de los estereotipos, es necesario explicar lo siguiente: La opresión hacia la familia (que sería como la sociedad espera verlos) y la opresión dentro y por parte de la familia, en esta última, se presentan los roles: el padre trabaja, la madre cuida, la hija sirve y el hijo es fuerte y deportista. Los padres planean las vidas de los hijos desde que nacen, y les trabajan la mente para que sigan ese camino “correcto”: estudiar día y noche, ser el mejor, hacer deporte, ir a la universidad, casarse y vivir felices para siempre, tener hijos, ser adinerados, ¿Se dan cuenta como ninguno es dedicado a uno mismo? Es pasar la vida ocupados, sirviendo y haciendo. Estos mismos estereotipos los impone la familia y los han impuesto desde tiempos inmemorables. El ya mencionado también es el estereotipo de la familia perfecta, hombre, mujer e hijos, una familia típica, la sociedad no puede aceptar una pareja sin hijos, o una con dos padres o dos madres, o la paternidad o maternidad soltera, de hecho, los trata con repugnancia y se les excluye; estos estereotipos están muy ligados a la historia, a pesar de que los tiempos hayan cambiado, como lo resalta Diana Uribe (2019) las estructuras de como debería estar conformada la familia han dependido de cómo los gobernantes, por la forma en que antiguos monarcas como la reina Victoria, definieron la familia, el padre como la autoridad, la madre sumisa y encargada del hogar y los hijos que siguen el camino que los padres determinan. Nosotras nos hemos dado cuenta de que la sociedad ha cerrado nuestras mentes, vendado nuestros ojos, tapado nuestras orejas, pero no hacemos nada para cambiarlo, para que más gente lo note, para lograr librarnos por lo menos de alguna de esas miles de cadenas.
La familia es el primer entorno en el que -normalmente- el ser humano encuentra el sentimiento del amor en su vida, desde antes de nacer hasta que morimos somos acompañados por las únicas personas que “deben” estar siempre unidas y que por más que lo deseemos es casi imposible romper los vínculos que existen sin que nosotros estemos de acuerdo. El valor que le damos a nuestros familiares se va desarrollando a medida que estos llenan nuestra necesidad como seres humanos de recibir afecto y sentirnos valorados, pero se convierte en un arma de doble filo porque ese afecto que se adquiere nos hace depender de esas personas emocionalmente, al depender de ellos estamos vulnerables a ser utilizados y a formar parte de relaciones toxicas que le hacen daño a nuestras vidas. Además, estos lazos no pueden ser cortados, no importa qué tan incómodo te sientas, que tan tensa sea la situación, esas personas son y siempre serán parte de tu vida, lo quieras o no, porque no es como que se pueda sacar la totalidad de sangre del cuerpo y reemplazarla con una nueva, empezando de cero, aunque sea la utopía de muchos, es imposible. Esto también genera un conflicto interno en el individuo que desea apartarse completamente de ese pasado y de esa familia, porque, sabe que puede cortar la comunicación, pero nunca esas cadenas sanguíneas, y eso lo atormenta, pues se verá eternamente apegado al lado oscuro de su vida.
Así pues, nos encontramos atados eternamente a un concepto que no esta constituido de la manera correcta, vivimos dormidos ante la realidad en la cual las personas que más amamos nos ligan a ellos mismos, a sus decisiones y a intentar conseguir ser “la familia perfecta”, “los hijos o parientes perfectos”, pese a que estas ataduras sean impuestas incluso por la sociedad, pero replicadas en los hogares y deban invalidar la libertad de el otro. Nosotras pensamos que para romper las cadenas toxicas en el ámbito familiar, primero es necesario poner limites y en la mayoría de casos desobedecer es la solución. En el caso contrario, en el de la sumisión, seguirá la cadena sin final de perder la libertad. Muchas veces es necesario que haya una minoría que se atreva a cuestionarse y rebelarse, que se canse de obedecer para poder ver los grandes cambios, sin embargo, eso solo lo lograremos habiendo obedecido, pero de todas formas no nos atrevemos a hacerlo, por más que no podamos más, por más que lo necesitemos, no somos capaces porque también conocemos las consecuencias “¿Cómo se mantiene la obediencia cuando comporta al menos tantos riesgos como la rebelión?” (Simone Weil, 1937, p. 7); si tan solo un miembro de una familia se da cuenta del amor toxico de ella, decide no seguir obedeciendo y se atreve a rebelarse y a cambiar, la familia se dará cuenta de que es necesario transformarse y mejorar la relación, en caso de no hacerlo lo mejor es alejarse y “romper” las cadenas de sangre.
Referencias:
Diana Uribe (8 de marzo de 2019). Las mujeres en la historia [podcast]. Recuperado de https://open.spotify.com/episode/0eGF1EC5H1iNisMY7sPXw3?si=O34XmrTjQxm3eY6s7nF1DA
Gómez, S. (2021). Feminista por accidente. Ariel.
La Boétie, É. (s. f.). Discurso de la servidumbre voluntaria. Tecnos.
Weil, S. (1937). Meditación sobre la obediencia y la libertad.
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El Espejo Mágico y Otros Reflejos
Por María José Narváez Concha de 8D.
Taller de escritura grado 8
El siglo XXI puede traer consigo infinidades de formas de entretenimiento digital. Pero, la lectura todavía se mantiene como un pilar en la educación y la creatividad, esto no pretende cambiar. Aún hay personas que disfrutan de una tarde de lectura, y en las generaciones más jóvenes la fantasía y la ciencia ficción son de las favoritas. Los mundos fantásticos pueden ser un salto a otra realidad para el lector; un concepto bello, pero no tan real como pensamos. No importa que tan alocado y mágico sea un libro, siempre es un reflejo de nuestro mundo real, y nuestro mundo real no es perfecto y debe ser sujeto de crítica. Por esto mismo, los libros de fantasía tienen la obligación de criticar alguna problemática social de nuestro mundo actual. Puesto que estamos escribiendo historias que surgen de nuestro mundo y son alimentadas por la creatividad, es inevitable que nos veamos reflejados en ellas.
Aunque la ficción tiene una larga historia en el mundo de la literatura, hoy en día decir que tu libro favorito es de una adolescente que descubre que tiene poderes mágicos y destrona a una monarquía abusiva hará que no te tomen muy en serio. Sin embargo, las hadas y los poderes mágicos se quedan, se quedan porque los necesitamos, se quedan porque, como dice Lauren Stengel en su artículo de la revista Areo (2019), “Necesitamos a los guerreros, la aventura, los monstruos, la magia. Explorar estos aspectos de la fantasía es una excelente manera de comprender lo que significa ser humano.” La fantasía abarca nuestras experiencias humanas, dándoles a nuestros miedos y defectos una nueva imagen, otro punto de vista, que puede ser mejor logrado que en el realismo. Es decir, es evidente que las historias que se crean no pueden ignorar el mundo real, porque la fantasía no solo muestra lo que somos, sino que nos muestra y nos recuerda nuestra historia.
Las críticas sociales en los medios de entretenimiento son extensas por preferir dicho género. Por ejemplo, Matrix (1999) es un clásico del cine de ciencia ficción, que plantea dilemas éticos y morales sobre la libertad, el control y el libre albedrío. Otro caso, es El juego del calamar (2021) es un show de Netflix que rápidamente ha escalado a ser el más visto de la plataforma. Este programa, aunque de entrada perezca otra versión de los Juegos del Hambre (otra reconocida historia) desarrolla un compromiso social, contándonos la realidad de las personas en Corea, la desigualdad económica y la explotación de los trabajadores inmigrantes, mostrada en un guion que causa impacto e inevitablemente va a poner al espectador a pensar. Una de las razones por las cuales estas producciones son tan populares es porque hace que las personas se cuestionen, hace las personas se puedan ver a ellas mismas, a su entorno y lo pueden criticar, aun cuando están viendo historias de inteligencias artificiales malvadas abasteciéndose de humanos en la pantalla de su televisión. Esto prueba como la ficción es importante en todas sus facetas.
Volviendo al tema de los libros, me gustaría hablar de uno de mis personajes favoritos. Inej Ghafa es una de las protagonistas en la serie Seis de Cuervos por Leigh Bardugo, una dilogía bastante compleja, llena de pequeños detalles que valen la pena mencionar. Sin embargo, explicar la trama del libro seria entrar en otro tema, lo importante es saber que la serie se trata de seis ladrones en un mundo mágico, donde ella hace parte del equipo. Inej es suli, que en este mundo es una representación de la cultura romaní y del sur de Asia. Cuando ella tenía 14 años fue secuestrada y vendida a un prostíbulo, donde fue apodada “el lince” y cotizada por lo “exótica” y “salvaje” de ella. La situación de Inej es comparable con la de muchas mujeres que son consideradas bellas, porque no entran en los estándares de belleza eurocéntricos. Las mujeres son asignadas esta imagen de “belleza inusual y exótica” o “rareza”, que muchas personas piensan como un cumplido, pero en realidad termina siendo prejudicial. Lo que más me conmueve de esta situación es como este libro puede criticar y mostrar cómo el mundo real ha creado la imagen del “otro”, de lo “raro” aun siendo un libro de fantasía. La situación de Inej es solo un reflejo de algo que afecta a personas alrededor del mundo, y el hecho de que podamos utilizar la literatura de fantasía para concientizar prueba aún más que las criticas sociales en la literatura crean un mundo mejor y más consiente a través del arte.
Puesto que empezamos a hablar sobre mujeres en la literatura, es importante recalcar como la literatura juvenil actual (en libros de fantasía, romance, etc.) ha podido empoderar a la mujer, tanto a las autoras como a las protagonistas de sus libros. En la historia de la literatura se nos ha mostrado el papel que la mujer “debe tomar” en los cuentos de hadas: la damisela en peligro, la princesa enamorada… Pero, con el pasar del tiempo las autoras han utilizado la escritura como herramienta para contrarrestar este rol de género y ellas mismas escribir sus protagonistas poderosas e independientes. Ellas prueban que las ideas del pasado son incorrectas, mientras las critican. Esto es importante porque son las mismas mujeres que se defienden en contra de los estereotipos de género y se han abierto un espacio para crear y soñar, y manifestar lo que no les gusta. En pocas palabras, mantenerse firmes en su posición.
En definitiva, es necesario continuar defendiendo los libros (y los medios de entretenimiento en general) que causan controversia, que ponen a las personas a pensar y a ver su alrededor desde otro punto de vista. Mientras el mundo cambia, nuestra manera de entretenernos cambia con él, y estamos en una época donde ya no nos tenemos que callar lo que pensamos, lo que nos cuestionamos o lo que queremos criticar y debe incluirse nuevo tipo de arte, como evidencia del cambio. Las personas que les desagrada encontrarse con este tipo de contenido deben autoanalizare, preguntarse si el deseo de mantener nuestros errores humanos escondidos es más fuerte que nuestro objetivo común de un mundo más abierto, preguntarse si no tienen la valentía de disfrutar y crear cosas que no los idolatren. Defiendo, junto a muchas otras personas, que no estamos en posición de voltear la cara e ignorar todos nuestros defectos como sociedad, por lo cual, mientras estemos disfrutando de estos mundos mágicos y aventuras fascinantes debemos recordar de donde provienen y que se critica entre líneas.
Referencias
Lowry, B. (2021, 6 octubre). «El juego del calamar» da pie a otro juego: adivinar por qué triunfó así. CNN. https://cnnespanol.cnn.com/2021/10/05/analisis-juego-calamar-adivinar-popular-netflix-trax/amp/
Stengel, L. (2019, 17 mayo). Why We Need Fantasy Literature. Areo. https://areomagazine.com/2019/05/17/why-we-need-fantasy-literature/
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Hollywood y los trastornos alimenticios
Por: Mariana Paz Valencia de 8A.
Durante estos últimos años, en especial en este tiempo de pandemia, los casos y diagnósticos de trastornos alimenticios se han disparado. Esto está preocupando a las familias y médicos. Sin embargo, esto no solo se debe a los estereotipos, sino como el internet y miles de personas romantizan una enfermedad que mata a muchas personas alrededor del mundo.
Se podría decir que entre el 2006 y 2013, la plataforma de Tumblr comenzó a romantizar la anorexia y las adolescentes daban “tips” para ser más delgadas. La plataforma también hacía ver a la anorexia y bulimia como los únicos trastornos que hay, dándoles apodos como ‘Ana y Mía’. Tiempo después, salieron películas y series donde el tema fue tocado desde lo que aparentemente se “sabe y entiende”. Cuando en realidad, enfrentar un trastorno alimenticio va mucho más allá de lo que dicen las películas y redes sociales. La revista New York Times compartió un artículo hablando como las marcas de ropa, usuarios en internet comenzaron a embellecer las enfermedades mentales como la ansiedad, depresión, trastorno bipolar y los TCA. Y sí, los trastornos alimenticios son enfermedades mentales, y no se curan simplemente comiendo. Lo más preocupante es que en el artículo se menciona cómo estas enfermedades se volvieron tendencia y algo “cool”. La cosa aquí es que esto no es verdad.
Pero las marcas no son las únicas culpables de esto, la misma sociedad mira los trastornos alimenticios como si solo existiera la anorexia y sí mucho, la bulimia. Invalidando completamente los otros tipos que hay. Podemos decir que los estándares de belleza dentro de la comunidad son culpables de reflejar las inseguridades de los otros, pues cuando alguien es delgado por naturaleza y es sano, lo llaman anoréxicos. No obstante, cuando alguien tiene problemas alimenticios y no se ven peligrosamente delgados, no están “lo suficientemente enfermos”. No se valida la situación de ninguna manera.
Un claro ejemplo de romantizar las enfermedades es la película ‘Hasta el Hueso’ donde Ellen, la protagonista sufre de anorexia nerviosa. Durante la película se muestra el estereotipo de una adolescente cenando un cigarrillo y una botella de agua. No estoy diciendo que no existan estos casos, sino que muestran solo ciertas partes de la anorexia como tal. También, mostraba como el amor de pareja era lo que la ayudaba a curarse, lo cual no tiene sentido en absoluto. Cassie de la serie inglesa ‘Skins’ es otro ejemplo, no solo de trastornos alimenticios, sino de un embellecimiento del suicido y trastorno obsesivo compulsivo. ‘Skins’ es una serie donde se muestran una cantidad sin fin de problemas, pero nunca se enfocan en la realidad de ellos. Emma Chota por ejemplo, ella hace parte de la serie ‘Red Band Society’ donde ¡Oh sorpresa! También tiene anorexia. La cosa aquí es que Emma es la anoréxica perfecta, sin ser forzada a comer, sin tener horribles atracones de comida. ¿Ven como siempre se trata de anorexia? Pues es el trastorno más popular dentro de la sociedad, cuando solo entre el porcentaje es menos del 6% y quizás esté subiendo ahora mismo puesto al disparo de casos alrededor del mundo.
El contraste entre lo que las redes suelen decir y la realidad es bastante grande. Puesto que esa imagen de una chica llorando y su novio consolándola en una mesa de comedor es quizás algo exagerado. Vuelvo a decir, quizá existan casos de apoyo amoroso en esta condición, pero ¿son todos los casos así? Pues no. Las personas que sufren de algún TCA evitan comer en público, evitan las reuniones con mucha gente. Estas enfermedades no solo afectan el físico de una persona, sino también la salud mental. Pues va mucho más allá de un plato de comida, pueden ser traumas en la infancia, bajo autoestima o hasta genético.
Podemos llegar a una conclusión diciendo que esta imagen dada a los trastornos alimenticios es falsas y capciosas. No nos podemos llevar siempre por el físico, por algo lo diagnostican psiquiatras. Hay que darle la palabra también a esos que sufren así no se vean tan “enfermos”. Porque el estereotipo que se va construyendo sobre los trastornos alimenticios hacen más daño de lo que creen. Hay que recordar que los problemas alimenticios pueden afectar a los hombres, mujeres e incluso niños de cualquier edad y que no hay nada lindo en una de las enfermedades más letales alrededor del mundo.
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LECTURA CRÍTICA EN CIENCIAS SOCIALES: MÁS ALLÁ DEL ANUNCIO PUBLICITARIO
Ponencia presentada por Roberto Oliveros Cuervo para participar en el Primer Simposio de Maestros “Lectura crítica como eje dinamizador de los saberes disciplinares” llevado a cabo en el colegio Berchmans de la ciudad de Santiago de Cali el 13 de octubre de 2021.
“Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda”
Jean De La Fontaine
Es la noche en la ciudad, los avisos de neón, otrora escasos, hoy se multiplican en cada una de las fachadas que quieren vender su producto; de fundaciones hasta circos, desde escuelas hasta instituciones castrenses, pasando incluso por la seriedad de la academia hasta la hilaridad del saber-mercado, cuyos productos más acabados en la actualidad son los mercaditos rentables de los Pre- Icfes; todos, aparte de competir se caracterizan por algo, como parte de sus avisos de neón sobresale la publicidad: aquí hacemos lectura crítica, o, venga, aquí promovemos el pensamiento crítico, lo asegura la fundación Mayagüez, la misma que recibe capital producto de la explotación salvaje e inmisericorde de centenares de corteros de caña; de igual forma lo dice la Clínica Valle del Lili, una de las principales beneficiarias de la mercantilización del derecho fundamental a la salud en Colombia. Como puede notarse, la palabra “crítico – crítica” se ha viralizado, sirve de revestimiento académico y progresismo hasta para instituciones tan siniestras como la OCDE; entonces, más allá de la moda y la superficialidad hipócrita, ¿son posibles la lectura y el pensamiento crítico? Claro que sí, pero desligando estos importantes conceptos de su felonía y de su interés transaccional.
Preguntará el lector o quien escucha esta breve introducción, ¿qué tiene que ver esto con el objetivo del simposio, si lo que venimos a escuchar es sobre la lectura crítica como eje dinamizador de los saberes disciplinares? La respuesta puede inferirse, para las ciencias sociales, todo acto, hecho, proceso o fenómeno puede y debe someterse a la crítica, entendida esta como la posibilidad de disentir con argumentos en la mano.
La lectura crítica tiene una profunda relación de coherencia y complemento con el pensamiento crítico, toda vez que aquella más que ser un área que se califica estandarizadamente por una prueba de Estado, donde se limitan los tiempos de lectura a su mínima expresión, afectando psicológicamente a los estudiantes e interviniendo de manera directa en su futuro, es parte fundamental para lograr los objetivos de este, a tal punto que puede decirse, que sin una correcta lectura crítica, el pensamiento crítico no podría llevarse a cabo, porque para pensar críticamente se deben hacer procesos profundos, reflexivos y valorativos de lecturas de cualquier tipología textual.
Para hablar de lectura crítica en las ciencias sociales, tenemos que partir de la idea inobjetable que lo que llamamos lectura es una actividad social, es una construcción colectiva donde intervienen diferentes actores, no solamente quien escribe o quien lee, sino todo el contexto y las intencionalidades por las que est��n mediados. Leer de manera crítica en ciencias sociales tiene quizás similares exigencias a leer críticamente en todas las áreas del conocimiento humano, pues la lectura crítica no es patrimonio exclusivo de ninguna bandera, de ningún discurso ni de ningún fragmento del cuerpo de conocimientos desde su fundación ad infinitum. Pero leer críticamente en ciencias sociales tiene unos presupuestos particulares, es decir, al igual que todos los denominados “campos del saber” , tiene unos enfoques, unas perspectivas y unos intereses que hacen particular y complementario este proceso, particular por los elementos que le son propios, y complementario porque las ciencias sociales pueden contribuir a lecturas que se realizan desde otras áreas y a su vez, puede valerse de otras esferas del saber para lograr sus objetivos puntuales.
En otro documento (una guía que redacté para contribuir a la presentación de actividades según las normas APA 7) planteaba que puede decirse que en nuestra actualidad estamos en lo que se ha denominado “la sociedad de la información”, recomendaba profundizar más en el concepto con los trabajos de autores como Yoneji Masuda (1984) o Manuel Castells (1995), con el objetivo de diferenciar lo que puede llamarse también “la sociedad del conocimiento”, como la UNESCO la ha llamado a través de Abdul Waheed Khan (2003) , lo cual no significa lo mismo, puesto que información si se quiere es una categoría previa al conocimiento, así Perkins (1999) en un documento llamado ¿qué es la comprensión? dé por hecho que pertenecen a la misma jerarquía, lo que es discutible desde muchos puntos de vista, tal como puede verse en los trabajos sobre dato, información y conocimiento de Davenport y Prusak (1999).
Hablar de la “sociedad de la información” es partir del hecho que contamos en la actualidad con la posibilidad tecnológica de acceder a demasiadas fuentes de información para utilizarlas en lo que nos proponemos indagar o investigar, pero un ejercicio propio de la lectura crítica (indistintamente cual sea el área del conocimiento del que partamos) nos debe llevar a detenernos y preguntarnos si esas fuentes son confiables, si acuden a la rigurosidad académica para que puedan ser utilizadas como referencias o si inevitablemente deben dejarse de lado.
Como parte de un ejercicio de lectura crítica en el área de ciencias sociales podemos decir que la cantidad de información en la actual sociedad y sus niveles de desarrollo técnico y tecnológico, no necesariamente redundan en fuentes de información fidedignas, argumentando que mucho de lo que circula en internet, por ejemplo, debe ser sometido a la comprobación y contraste para cerciorarnos de su responsabilidad y su utilidad; de allí que podamos decir inclusive que las redes sociales, para poner un ejemplo, son en gran medida un vertedero de doxa sin la más mínima intención de acercarse a la episteme.
Por otro lado, para las ciencias sociales, el concepto de realidad es entendido como algo dinámico y en constante cambio, si se quiere, entendido de una manera dialéctica, opuesta a la metafísica que hace ver lo histórico, geográfico, económico, político, social, cultural y hasta filosófico como una cantidad de sucesos inmóviles, sin mayor relación entre sí que el capricho de fuerzas incognoscibles y que, por tanto, lo que debemos hacer en docencia o en investigación es repetir y validar lo repetido desde hace miles de años, abriendo paso con ello a enseñar los fenómenos o procesos sociales de la misma forma en que fueron enseñados a nuestros padres, abuelos y demás generaciones del pasado. Es por esto que la lectura crítica en las ciencias sociales analiza, interpreta, valora, reflexiona y construye conocimientos sobre la base de datos, hechos, procesos, fenómenos y movimientos sociales activos, vivos, con causas y consecuencias cognoscibles, con ensayo y error, con la posibilidad latente que un nuevo hallazgo o descubrimiento nos cambie la forma de ver el mundo y sus partes, porque no hay dogmas sagrados y eternos, porque todo, absolutamente todo, puede y debe ser sometido a la crítica; pero no a esa lectura crítica llena de perfumes de moda, que se la pasa desfilando por las pasarelas del mercado para venderse al mejor postor, no esa crítica de la que Marx y Engels en 1844 en la sagrada familia (o crítica de la crítica crítica) decían: “La crítica es y seguirá siendo una vieja, viuda y cubierta de arrugas, que se maquilla y cubre de afeites su cuerpo mustio, secado por la abstracción más repelente, y que pasea la vista por toda Alemania buscando un pretendiente” (p.30)
Pero, la superficialidad de la moda y la banalidad del mercado no son los únicos oponentes a la lectura y al pensamiento crítico, también existen otros retos que desde las ciencias sociales (y desde otras áreas si así lo desean) se pueden señalar; por ejemplo, la ideología y la tradición, las cuales juntas o separadas se convierten en auténticos peligros que, si se fanatiza desde la primera y se sacraliza desde la segunda, lo más probable es que lleguemos a una inmovilidad del conocer, a una parodia del pensar y a un simulacro de la inteligencia, por la razón de que las ideologías (sean políticas, religiosas o de cualquier tipo) cuando se fanatizan, entregan al individuo y a la masa las respuestas a todo lo que, o se han preguntado de alguna forma, o nunca se han preguntado pero alguien lo hizo por ellos; es así como el fanático no necesita del saber, solo del creer, y con ello sobra la lectura crítica y no es necesario el pensamiento crítico; también sucede con la tradición, la cual cuando se hace dogma tipo “todo tiempo pasado fue mejor” o “si así me educaron a mí y soy buena persona, pues así lo educaré a usted”, tienden a reprimir la indagación, a coartar el asombro natural del niño y a ver de soslayo todo discurso crítico frente a las verdades eternas e inmutables que generan emociones muy fuertes por ser parte de la remembranza o de la reminiscencia, así sean totalmente irracionales.
Sobre los retos que se erigen frente a los procesos de lectura y pensamiento crítico, puede decirse que por separado, afectan ostensiblemente la forma en que nos enfrentamos al saber, pero cuando se juntan se convierten en un fardo cuyo gran peso puede condenar a una sociedad a la ignorancia y la superstición permanentes; ya lo decía Carl Sagan (2014):
“Es muy fácil encontrar relatos espurios que hacen caer al crédulo en la trampa. Mucho más difícil es encontrar tratamientos escépticos. El escepticismo no vende. Es cien, mil veces más probable que una persona brillante y curiosa que confíe enteramente en la cultura popular para informarse de algo como la Atlántida se encuentre con una fábula tratada sin sentido crítico que con una valoración sobria y equilibrada”. (p.22)
Y eso que no nos detenemos en los peligros de los fanatismos políticos, esos que creen haber encontrado la pócima mágica para curar todos los males de la humanidad y construir los palacios de cristal que menciona Chernishevski o La Nueva Atlántida de Francis Bacon en sus utopías, para terminar más bien poniendo en marcha las sociedades distópicas al mejor estilo de Ray Bradbury y su Fahrenheit 451.
¿Quiere decir esto que, en ciencias sociales, en aras de ser consecuentes con los procesos de lectura y pensamiento crítico, no debemos tomar postura o defender algún punto de vista? De ninguna manera, solo que es importante tener en cuenta, como lo recuerda Cioran (1998) en su obra del inconveniente de haber nacido “Uno debe ponerse del lado de los oprimidos en cualquier circunstancia, incluso cuando están equivocados, sin perder de vista, no obstante, que están hechos del mismo barro que sus opresores”. (p.141)
Y ante todo este panorama ¿Qué hacer?
Las ciencias sociales, al hacer lectura crítica no solamente combaten el anterior panorama siniestro de la moda, el mercado, el fanatismo y la tradición; incluso no potencian o dinamizan únicamente su propio saber disciplinar, sino que contribuyen a construir los cimientos para que en algún momento se puedan llevar a la práctica auténticos proyectos interdisciplinarios, donde ondee una bandera cuya consigna sea: el conocimiento es uno solo y se construye colectivamente.
Pero igual de importante, es acuciante adoptar en nuestra praxis el concepto de criticidad, el cual adquiere significado y relevancia cuando procesamos todo el maremágnum informativo de manera eficiente y extraemos de ello las conclusiones mejor probadas académicamente, cuando asumimos una posición crítica, responsable y autónoma de lo que leemos (independientemente cual sea la fuente y el tipo de comunicación); de la misma manera, la lectura crítica en ciencias sociales permite que los contenidos sean valorados y su veracidad puesta a prueba, con lo cual no solo evitaremos caer en las garras de las noticias falsas o las revisiones históricas con fines políticos, sino que, a través del contraste, podamos argumentar en contra y poner en evidencia las falacias disfrazadas de correctos argumentos. Leer de manera crítica en ciencias sociales nos posibilita evaluar fenómenos de manera objetiva, al ser capaces de releer, identificar argumentos tanto a favor como en contra y, ante todo, fijar postura con una actitud acuciosa y un pensamiento agudo que detecte falsas verdades, incluyendo las falacias propias de cualquier autoridad. Desarrollar la criticidad es atreverse a refutar, a objetar maneras de concebir el mundo, la sociedad y los individuos; “reflexionar sobre la importancia, la veracidad y aportación de lo que se ha leído”. (Peppino. 2006. p.1)
Por último, leer críticamente en ciencias sociales, permite cimentar una pedagogía de la pregunta, porque posibilita redefinir el rol del maestro como acompañante y el del estudiante como centro, como sujeto activo que merece más que respuestas preconcebidas y previamente censuradas por la ideología y la tradición; que necesita formarse como un ciudadano crítico, es decir, como alguien que haga las preguntas correctas para poder encontrar las respuestas amplias y flexibles que posibiliten y construyan más conocimiento y poder así impactar positivamente en la transformaciones de nuestras realidades sociales, políticas y económicas y le cierren el paso a lo que Freire (2013) llamó “la castración de la curiosidad”. En definitiva, llegar a formular preguntas como ¿Qué estamos dispuestos a hacer y dejar de hacer los y las docentes del colegio Berchmans para construir colectivamente el conocimiento?
Referencias
Carrión, J. (2007). Diferencia entre dato, información y conocimiento según Davenport y Prusak (1999). Sitio web de gestión del conocimiento. http://www.gestiondelconocimiento.com/conceptos_diferenciaentredato.htm
Castells, M. (1995). La ciudad informacional: tecnologías de la información, reestructuración económica y el proceso urbano regional. Alianza.
Cioran, E. (1998). Del inconveniente de haber nacido. Taurus.
De La Fontaine, J. (2021). Frases filosóficas. Sitio web de PsicoActiva https://www.psicoactiva.com/blog/frases-de-jean-de-la-fontaine/
Freire, P. (2013). Por una pedagogía de la pregunta: crítica a una educación basada en respuestas a preguntas inexistentes. Siglo XXI editores.
Marx, K. Engels, F. (1980). La sagrada familia. Editorial Pluma.
Masuda, Y. (1984). La sociedad informatizada como sociedad post-industrial. Fundesco Tecnos.
Peppino, M. (2006). Lectura y pensamiento críticos: Estrategias para desenvolverse en el ciberespacio. Universidad Autónoma de México.
Perkins, D. (2008). ¿Qué es la comprensión? En: Stone, M. 2008. La enseñanza para la comprensión, vinculación entre la investigación y la práctica. Paidós.
Sagan, C. (2014). El mundo y sus demonios, la ciencia como una luz en la oscuridad. Planeta.
Waheed, A. (2003). Una entrevista con Abdul Waheed Khan, World of Science Vol. 1, No. 4 julio - septiembre 2003. UNESCO‟s Natural Sc
Roberto Oliveros Cuervo
Docente y coordinador del área de ciencias sociales
Colegio Berchmans
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Primer Simposio de Maestros Lectura crítica como eje dinamizador de los saberes disciplinares
Colegio Berchmans Santiago de Cali, octubre 13 de 2021
Conclusiones
De acuerdo con las intervenciones realizadas por los cuatro ponentes de este I Simposio en torno a la lectura crítica, así como las participaciones activas y pertinentes de algunos miembros del grupo de maestros del colegio Berchmans, se sintetizan las conclusiones producto de la reflexión en torno al tema convocado:
1. Es necesario entender como únicos, pero también complementarios, los conceptos de “Lectura crítica” y “Pensamiento crítico” como punto de partida para reconocer su importancia e implementación.
2. Se requiere que las y los docentes cuestionen su propia capacidad lectora y de escritura, tomando responsabilidad y compromiso con su autoformación para el desarrollo de un pensamiento crítico, el cual pueda ser aplicado en sus áreas y en los procesos de enseñanza a sus estudiantes.
3. Disposición de cada docente involucrado a dejar de lado el ego académico, el cual impide en muchas ocasiones que se genere un ambiente escolar donde los estudiantes también puedan cuestionar abiertamente el contenido o las ideas del maestro como parte de su proceso de aprendizaje.
4. Apertura hacia una flexibilización mental del maestro, la cual permita una amplitud en los medios de enseñanza, dejando de lado el uso exacerbado de la “doxa” o subjetividad, asignando relevancia a las reflexiones argumentadas (en doble vía) con el fin de hacer posible la lectura crítica en el aula.
5. Que los estudiantes se cuestionen sobre los contenidos vistos sin caer en escepticismos; que sepan posicionarse objetivamente frente a cualquier tipo de texto: literario, audiovisual, publicitario, etc., debería ser un propósito por cumplir dentro de la pedagogía ignaciana en relación con el desarrollo de la autonomía que cada uno debe construir en su proceso formativo.
6. Se sugiere que el colegio implemente una POLÍTICA LINGÜÍSTICA como punto de partida para involucrar a todos los maestros y maestras en la enseñanza y el aprendizaje de la lengua materna o la segunda lengua. Una vez alcanzado este logro, sería importante implementar unos talleres de LINGUÍSTICA BÁSICA para los maestros que no pertenecen al área de lenguaje y que estén interesados en apropiarse de elementos básicos para la intervención pedagógica en aula
Maestros ponentes:
Conferencia del profesor Fabio Jurado
Fabio Jurado Valencia es licenciado en literatura de la Universidad Santiago de Cali, magíster en letras iberoamericanas de la Universidad Nacional Autónoma de México, doctor en literatura de la misma UNAM; y ha sido profesor del departamento de literatura y educación de la Universidad Nacional de Colombia. Formó parte de la construcción de los lineamientos curriculares de lengua castellana con el MEN en 1998 con sus aportes sobre lectura crítica y el diálogo de textos. Y es uno de los líderes en la formación docente en Colombia.
Sus investigaciones aportan al campo del lenguaje y la formación docente del lenguaje y de la lectura crítica.
La conferencia se suscribe como parte del ejercicio investigativo del Grupo de Investigación y Literacidad de la Escuela de Ciencias del Lenguaje de la Universidad del Valle. En dicho ejercicio, se discute y analiza la producción bibliográfica del profesor Fabio Jurado titulada: lectura crítica para el pensamiento crítico, del año 2016 publicada por la editorial Red de Lenguaje.
Roberto Oliveros Cuervo
Licenciado en Ciencias Sociales
Estudiante de maestría en Filosofía de la Universidad del valle
Coordinador del área de Ciencias Sociales del colegio
LECTURA Y PENSAMIENTO CRÍTICO EN CIENCIAS SOCIALES:
MÁS ALLÁ DEL ANUNCIO PUBLICITARIO.
Jennifer Milagros Taba Jaramillo
Licenciada en matemáticas y física, año 2019, Universidad del Valle
Ingeniera de Materiales en la universidad del Valle
11 años de experiencia en docencia
Las matemáticas y la lectura crítica en el desarrollo del pensamiento crítico.
Elber Aramburo Agudelo
Licenciado en Literatura Universidad del Valle
Estudios en Lingüística en La universidad del Valle
Coordinador del área de Lengua Castellana
El estatus de la lectura en Colombia
Mariana Quintero Castillo
Licenciada en Bilogía y Química
Magister en Educación con énfasis en la enseñanza de las Ciencias Naturales
Coordinadora del área de Ciencias Naturales
Pensamiento Científico y lectura crítica
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DOSIER Sobre el lenguaje y la lectura
Esteban José Acevedo
Personalmente considero que la relevancia del lenguaje cobra vigencia en el hecho de que se constituye como un nexo directo entre el pensamiento y la comunidad. El lenguaje es un instrumento indispensable dentro de la existencia de cualquier ser capaz de desarrollar ideas y de expresarlas, dado que permite conectar el foro íntimo de alguien con sus pares, convirtiéndose de esta manera en el pilar fundamental de nuestras sociedades, al ser el medio colectivo que empleamos para formar relaciones interpersonales.
No obstante, no podemos limitar la importancia del lenguaje como causa principal del desarrollo de nuestra civilización; sus impactos e importancia son constantes dentro de cualquier comunidad en términos de la sostenibilidad, el desarrollo y el progreso. Su trascendencia esclarece permanentemente entre la vida cotidiana, en la medida que las personas lo emplean para comunicarse, expresando ideas que eventualmente se convertirán en acciones, ideologías, doctrinas, política, guerras, tratados de paz, etc. El lenguaje controla el dinamismo social en el que se desplazan nuestras sociedades, afectando todo campo (político, económico, social y cultural) a nivel personal y general haciendo del lenguaje un medio exclusivo para construir la realidad. Habiendo planteado la influencia del lenguaje en la vida, entra la lectura a jugar un rol dentro del desarrollo personal desde donde se maximiza la capacidad de comprensión del entorno de una persona proporcionándole mayores facilidades para expresarse. El lector está dotando consecuentemente de un mayor dominio sobre el espectro social, al poder elaborar con mayor profundidad de apreciaciones personales en su contexto social; por medio de su lenguaje, crea arbitrariamente matices de la realidad que percibe, en base a sus concepciones personales. A esta premisa, Ludwig Wittgenstein añade “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”
Contemplando la potencia social del lenguaje y habiendo posicionado a la lectura como una ventaja para el individuo que la emplee como medio para expandir su capacidad para expresarse y conocer, debemos comprender que la actitud de una persona integral dentro de nuestra comunidad debe ser edificadora. Por tanto el uso del lenguaje debe orientarse a promover el progreso y buscar la paz. Es decir, no hace falta hablar tanto sino amar más, escuchando lo que otros tengan para decirnos. “En verdad el único regalo que uno le puede hacer al otro, legítimamente, es escucharlo palabra a palabra.” Nicolás Buenaventura
Jacobo
Tanto el lenguaje como la lectura en mi vida, han sido fundamentales para mi desarrollo como persona y estudiante, influenciando en mi construcción conceptual, intelectual, cognitiva e integral. Sin embargo, puedo decir con toda la sinceridad, que no me he dado los espacios o los tiempos para poder disfrutar de la lectura como un pasatiempo en el que puedo aprovechar para profundizar en mis gustos, enseñanzas o aprendizajes. De otro parte y como expresa Daniel Pennac “El verbo leer no soporta el imperativo, aversión que comparte con algunos otros verbos: el verbo amar, el verbo soñar” a veces veo la lectura como una obligación o como algo distinto a lo que normalmente realizo a diario, siendo pocas las veces en que leo ciertas obras por interés propio.
A diferencia de la lectura, con el lenguaje me he apoyado bastante, pues con mi paso por el colegio con la asignatura de Lengua Castellana, he logrado tomar y adquirir varios aspectos con las diferentes enseñanzas de producción textual, comprensión de lectura y la oratoria, para aplicarlas por fuera y dentro del colegio. Con ello he podido mejorar en muchos aspectos en los que fallaba; en especial la redacción, a ser más fluido a la hora de realizar la oratoria y a comprender los textos de maneras distintas e ir más allá de lo que textualmente expresa. Por esa razón estoy de acuerdo con el texto de Ludwig Wittgenstein, “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo". Es decir que los límites del lenguaje de uno mismo, terminan siendo los límites de nuestra realidad, pues el lenguaje es nuestro apoyo y herramienta para ampliar estos límites de nuestra inteligencia y comprnsion del mundo. Desde esta experiencia con la lectura y el lenguaje, he podido desarrollar nuevas habilidades que han contribuido a la construcción de mi persona para la sociedad.
María Antonia León
El lenguaje es algo hermoso y esencial para nuestra vida porque logramos expresar nuestras ideas, sentimientos y pensamientos; nos permite introducirnos y profundizar en este tópico que conocemos como “comunicación”. Sin embargo, requiere de la entrega, dedicación y comprensión de la persona, ya que es necesario entender su valor y complejidad, para así, poder evolucionar en su dominio a gran escala. Claro ejemplo de esto, es el capital léxico, el cual enriquece nuestra lengua y nos da acceso a una gran cantidad de formas y posibilidades de expresarnos, tanto en lo académico y/o laboral, como en nuestra vida diaria. Ludwig Wittgenstein dice que “El pensamiento es una representación de la realidad. La realidad es aquello que se puede describir con el lenguaje, por eso los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Y no se equivoca porque depende de nosotros el poder reforzar nuestro lenguaje a través de un hábito de lectura que podemos ir adquiriendo a lo largo de nuestra vida; así mismo, hablar y establecer conversaciones con otros sujetos nos permite igualmente engrandecer el conocimiento adquirido con el paso de los años.
Según la Rae, el arte es “la manifestación de la actividad humana, mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”, la “capacidad, habilidad para hacer algo”. Se podría decir que en realidad el lenguaje es un arte ya que en él existe y prevalece esa capacidad, esa manifestación de la acción humana, en la que se retrata todo lo que podemos sentir en el momento, en el aquí y ahora; todo un universo manifestado a través de una simple pluma, que se desliza suavemente por el papel; o de nuestros dedos escribiendo sobre un teclado a partir de lo que nosotros ideamos en nuestra mente --obras de teatro, de música, pintura, etc…--, a través de nuestras señas, miradas, voces y gesticulaciones.
Para poder hacer estas grandes y maravillosas cosas, es esencial analizar y leer nuestro entorno: desde los pequeños y los grandes detalles de la vida, mediante el habla, la observación y la escucha; hago énfasis en este último, ya que el escuchar a otro requiere de entrega y voluntad propia, demostrando así, distintos valores que como seres humanos poseemos: la tolerancia, el respeto, el amor, etc… Con mucho gusto y sinceridad, cierro esta reflexión sobre lo que es para mí el lenguaje y la lectura con este poema de Nicolás Buenaventura: “Pienso que el verbo más parecido a amar es escuchar. Por esa razón si me tocara simbolizar un amante quizás pintaría un hombrecillo con unas orejas descomunales, como antenas parabólicas. En verdad el único regalo que uno le puede hacer al otro, legítimamente, es escucharlo palabra a palabra.”
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Fantástica equivocación
Silvia Chamorro
Mi mamá me obligó a leer “Orgullo y Prejuicio”. Decía que una hija suya no podía carecer del hábito de la lectura, asique me obligó. Yo me quejaba, sacaba mil excusas, pero finalmente la escuchaba leerme esa historia de amor. Luego fue el turno de “La tía Tula”, y me sorprendí lamentando que faltara la última página, siempre me preguntaré si Tula sucumbió a sus deseos.
Comencé por mi cuenta en internet, leyendo todo, menos literatura clásica, y paulatinamente me empezaron a molestar los errores de ortografía, las tramas sencillas y el lenguaje casual. No tuve más remedio que agachar la cabeza y leer en físico, evitando la mirada de “Te lo dije” de mamá.
Pero aún entonces era irreverente, leía fantasías, distopías y romances, creyendo que eso me alejaba de García Márquez; pero cuando fue el turno de “Cien años de soledad”, no solo tenía todo lo que me gustaba, sino más: historia, verdad y melancolía. Había cometido el mismo error.
Ella también escribe constantemente, así que, aunque no obligada, terminé sumergiéndome en las palabras como ella lo hace todos los días. No por las razones de Alba “Para que escribas, a ver si sacas de adentro lo que te está pudriendo” (Allende, I. (2019). La casa de los espíritus. Bogotá, Colombia: Penguin Random House Grupo Editorial SA de CV.) ni por profesión, pero me encontré plasmando en los textos escolares aquello que realmente quería escribir.
Cada vez admito más que ella tenía razón, he llegado incluso a pensar que “yo escribiría la arqueología del futuro” (Aristizábal Gáfaro, J. (2018). La gesta del caníbal. Bogotá, Colombia: Rey Naranjo Editores.) gracias a ella. Y es por eso que ahora, que me niego rotundamente a leer “El nombre de la rosa”, considero firmemente volverme a equivocar.
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MODERNIDAD AFÁSICA
Elaborado Por: Juan José Sossa DaGraca.
Grado: 11ºB.
El lenguaje es, indudablemente, como el unívoco e irreemplazable acto de respirar. En sí mismo, es un resoplo de vida, una reverberante proclamación de existencia, un clamor hacia ese universo cínico y autárquico que se puede articular con o sin nosotros. Ha hecho las veces de herramienta, del arquitecto maestre de civilizaciones, es todas las artes y las ciencias, así como también todos los filósofos, matemáticos, literatos e ilustres del conocimiento; empero, este mismo ha sido a su vez el arma, el pelotón de fusilamiento, el disparo final, la retórica destructiva y el cientificismo a ultranza, el hacha de un frívolo verdugo o las palabras de un violento vilipendiador; ha tenido una infinidad de rostros y la misma cantidad de nombres, tantos como han caminado criaturas de comunicación sobre la faz de la Tierra.
De ahí que el lenguaje es, en efecto, como la respiración. Está ahí, omnipresente, irreductible e impostergable, --así se tenga o no, la consciencia de este--, como lo hacen las entrecortadas inflamaciones de los pulmones contra las cavidades del abdomen. En este orden de ideas, la certeza ontológica del lenguaje se posibilita desde y dentro de las vísceras, en el acto primitivo de la comunicación, en el intercambio e interacción entre las inagotables subjetividades. No obstante, hemos sabido olvidarlo. Hemos perdido el sentido de su tacto, su calidez, su palpitación. Al parecer, se ha ido desarticulando simbólicamente de los intereses de la civilización moderna, y con esto, se ha desconocido la necesidad de su visibilidad. Los respiros son cada vez más inciertos, desvanecidos, olvidados.
Las estadísticas mundiales lo dicen todo. De acuerdo con los datos más recientes, a pesar de que las tasas de alfabetización del Banco Mundial (2019) discriminan a aproximadamente un 14% de toda la población mundial de adultos como analfabetas, las estimaciones en cifras no porcentuales ofrecidas por la UNESCO (2018), existe un número superior a los 750 millones de personas analfabetas en el mundo. Así, nos hemos quedado mudos, silentes, todavía recorriendo los recovecos de un mundo de ruidos, mas no oabstante, sin palabras. Pero hemos de recordar. Debemos recordar.
En la medicina, lo anterior se conoce como la afasia. De acuerdo con la definición proveída por la NIH (2021), se trata de “la pérdida de la habilidad para entender o expresar el lenguaje hablado o escrito [normalmente producida] después de accidentes cerebrovasculares o lesiones cerebrales traumáticas”. Ha de tratarse entonces —en el marco de la presente reflexión—, en la sucesiva desarticulación del individuo social de su intrínseca naturaleza racional comunicativa, con el mismísimo hecho lingüístico que enmarca los límites de su existencia. En consecuencia, si desde un inicio se ha establecido que el lenguaje —a partir de la metáfora de la respiración—, está ineludiblemente interconectado a las criaturas de interacción que le ofrecen su sentido —y, por lo tanto, su obligada contingencia dependiente—, la afasia será, sin duda, no solo una amenaza contra estos seres comunicativos, sino contra todo el andamiaje histórico-lingüístico, el cual no ha de ser nada ni nadie más que la mismísima construcción social del lenguaje. En otras palabras, sin el inocente pero trascendental acto de respirar es inviable la subsistencia del organismo. Por su parte, Ludwig Wittgenstein sustenta lo anteriormente explicitado, cuando afirma que "los límites de [su] lenguaje son [a su vez] los límites de [su] mundo", como una metáfora de la dependencia del sujeto-lenguaje, así como una interesante crítica al determinismo lingüístico sobre las libertades individuales, la cual se tratará a continuación.
En consecuencia, si la afasia ha de consistir tanto en la pérdida parcial o definitiva del lenguaje, como en la consecuente evanescencia del individuo social de comunicación, entonces, es únicamente lógico concluir, en últimas, que se pierde la potestad sobre sí mismo; por lo tanto, la libertad —aquel bien humano que ha de comprenderse como el axioma de su propia soberanía individual— pierde sentido cuando carece de toda competencia lingüística, es decir, de la incapacidad de dialogar con el mundo, con los cuerpos, consigo y con lo existente.
En síntesis, es factible suponer que en la actualidad, cuando esta afasia metafórica alcanza el clímax destructivo de las facultades lingüísticas (o, en otras palabras, cuando el individuo se desconecta de su autonomía, de su propio entendimiento y el de todo lo que le rodea) el sujeto —o más bien, ahora el pseudo-sujeto— es en sí un anacronismo; a pesar de tratarse de una criatura moderna, dotada con todos los beneficios tecnológicos del desarrollo de la digitalización, estará inextricablemente adherido a la consecución de andanzas primitivas, de una “conducta de imbécil moral” —como seguramente se atrevería a decir Savater en Ética para Amador (1991)—; es, sin darse cuenta, un sujeto prehistórico de la modernidad, un autómata destinado a subsistir.
BIBLIOGRAFÍA:
1. Banco Mundial. (2021). Tasa de alfabetización, total de adultos (% de personas de 15 años o más). 26/09/2021, tomado de Datos.BancoMundial.org Sitio web: https://datos.bancomundial.org/indicador/SE.ADT.LITR.ZS.
2. Anadolu Agency. (2018). En el mundo 750 millones de personas son analfabetas. 26/09/2021, tomado de AA Sitio web: https://www.aa.com.tr/es/mundo/en-el-mundo-750-millones-de-personas-son-analfabetas/1250093.
3. Medline Plus. (2021). Deterioro del lenguaje en adultos. 26/09/2021, tomado de NIH Sitio web: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003204.htm.
4. Fernando Savater. (1991). Ética para Amador. 26/09/2021, tomado de Revista Literaria Katharsis Sitio web: http://www.paginaspersonales.unam.mx/files/981/Savater_etica_amador2.pdf.
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MIRADA DE MENOR
PAULO CÉSAR ROBLEDO REYES
Cuento seleccionado para participar el el concurso Talentos Literarios 2021
Caminando una tarde tranquila en medio de la jornada laboral me encontré con esta imagen. Un pequeño afrodescendiente de no más de 3 años, reposaba de pie en el marco de la puerta del palafito donde habitaba. Solo un par de tablas atravesadas a manera de cerca le impedían salir del hogar y caminar hacia la tabla angosta que unía la casa con el camino principal. No pude subestimar en este escenario el hecho de que cada uno de estos caminos, con más o menos tablas de anchura, estaban a dos metros de altura de la superficie fangosa del manglar donde suelen convivir muchas personas del puerto marítimo más importante de Colombia.
La imagen infantil proyectaba la seguridad de saber lo que hacía. Su cara reflejaba una serena tranquilidad, como si nada lo inmutara ante la razón de los peligros que lo circundaban a pocos centímetros de distancia. Tal vez cuando subiera la marea, la presión del nivel del agua bajo el palafito y los caminos inestables de madera, pudiera existir una vaga sensación de inseguridad ante una potencial caída. No obstante, a esa hora era marea baja y no solo la altura podría ser fatal, sino también las estacas que brotan desde el fondo del lodo --indicando el retoño de futuros árboles de mangle-- amenazaban constantemente la integridad de cualquier persona descuidada. Pero se trataba un niño que apenas alcanzaba a entender la complejidad del inminente peligro.
En ese instante irrumpió en mí imaginación el gran interrogante, ¿dónde están sus padres? Normalmente un niño de esta edad, en cualquier parte del mundo, demanda bastante cuidado y un estado constante de alerta ante sus movimientos. Las pocas hipótesis que se me pudieron ocurrir fueron: que su madre debía estar adentro de la casa haciendo alguna labor doméstica asignada a su género, por mera tradición o tal vez (siendo más atrevido en mi pensamiento), su madre habría salido por un corto periodo de tiempo y por ello se aseguró de que las tablas cruzadas permanecieran firmes en la puerta. Pero al parecer no solo ninguna de mis predicciones era cierta, sino que mi pensamiento “atrevido” y “osado” sobre la segunda hipótesis no alcanzaba siquiera a rasguñar la realidad.
Unos instantes después de estar presenciando y analizando la escena, una vecina del barrio, una mujer mayor con piel de ébano y con más experiencia que años de vida en su presencia, llegó para dar luces sobre lo que sucedía. Con voz tranquila y total naturalidad me explicó: “Su madre no está en casa. Ella salió con las otras mujeres a pescar pianguas del otro lado del estero y regresará al final tarde”. Inmediatamente inquirí sobre quien cuidaba a ese niño y a esa casa abierta con la puerta de par en par. La simple respuesta fue: “la vecina de al lado. Ella pasa de vez en cuando y le da vuelta a la casa”. Aun incrédulo, pregunté insistentemente por el asunto que de verdad me preocupa: el niño solitario en casa. La buena vecina, quien por poco sonrió, me soltó de golpe lo que para mí fue una cruel realidad: “El niño no está solo en casa. Él está cuidando a su hermanito pequeño. Está allá dormido” y señaló con el dedo al interior de la vivienda. Al levantar la mirada mis ojos se encontraron con una tela blanca que descendía desde una de las vigas de madera del techo, como una cuna en forma de gota de agua alargada. En el interior de esta improvisada hamaca yacía el hermanito menor, plácidamente dormido entre el ir y venir de la brisa marina, a la espera del regreso de su madre. Con solo una vuelta al sol y envuelto en la inocencia de su propio destino.
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