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"No, para nada es molestia, por favor, acompáñame." responde el coreano de inmediato, esbozando una suave sonrisa amable mientras le miraba, antes de volver su vista al bosque por un segundo más. Sus intentos para tratar de olvidar todos los problemas que le rondaban habían sido fallidos, por lo que prefería tratar de distraerse de otra manera al menos. "¿Tuviste un buen descanso de todo esto? ¿Hiciste mucho estas dos semanas?" pregunta después, despegando vista de los árboles para volver a él.

"Si no te molesta, pensaba hacerte compañía." El exterior empezaba a tener más invitados a la celebración y no le venía mal algo de distancia y relajación. Tenía que encontrarse nuevamente con rostros que ahora le conflictuaban y familias que prefería evitar. "Si prefieres, puedo dejarte solo. No tengo intenciones de incomodar." Comenta con el esbozo de una sonrisa, sin retirarse la toalla en espera de respuesta.

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Soltó una pequeña risa ante el comentario del chico, ladeando apenas la cabeza hacia él con una expresión divertida. "Solía ser un atleta profesional." contó con un tono ligero, sin presunción. "Ya hace muchos años perdí la vergüenza a los cuerpos ajenos casi completamente expuestos." había algo de gracia en su voz, como si reviviera aquellas memorias con cierto cariño. "En los vestidores del equipo, a muchos no les importaba cubrirse tanto." al principio fue sorpresivo e incómodo, pero luego simplemente dejó de darle importancia. Volvió la vista hacia el bosque, apreciando la vista a la que tenía acceso desde ahí "¿Has hecho alguna actividad hasta ahora?"

llevaba puesto su traje de baño para disfrutar un rato el jacuzzi que no creyó que se encontraba ocupado. se detuvo unos momentos a considerar sus opciones: irse, o ignorar que había alguien más. la pregunta que el contrario le hizo un poco lo obligó a tomar una decisión, misma que demostró con un breve encogimiento de hombros, seguido de un breve asentimiento con su cabeza. ‘ ¿acaso te da vergüenza estar con alguien semidesnudo? ’ inquirió, jugando, intenciones de molestarlo siendo obvias en su tono de voz entretenido. e, independientemente de la respuesta, seohyun dejó su toalla en un lugar cercano, quitándose luego las sandalias para sumergir su cuerpo en el agua, dejando que su cabeza se recline hacia atrás para disfrutar del masaje.

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Sonrió suavemente ante la pregunta de la chica, su mirada reflejando una mezcla de cansancio y amabilidad. "Realmente no me molesta estar acompañado." respondió con sinceridad, encogiéndose apenas de hombros. "Sería mejor una charla normal que seguir hundiéndome en mis propios pensamientos." lo dijo con gracia, pero no era una broma del todo. Sus pensamientos habían sido su peor compañía en los últimos días, revolviéndose sin tregua aunque intentara desconectarse. Disfrutó unos segundos del calor del agua, dejando escapar un pequeño suspiro antes de continuar. "Para todos están siendo semanas difíciles." comentó, su tono un poco más serio. "Pero creo que he sido de las personas menos afectadas directamente, así que no puedo quejarme. Por más estrés que tenga… podría estar siendo peor." a pesar de que su familia estuviera en problemas, sus cuentas no habían sido congeladas, por lo que al menos no tenía que lidiar con eso.

"¿Y arruinarte la soledad?" respondió Hedda con una ceja ligeramente alzada y esa media sonrisa que, últimamente, no alcanzaba a tocarle los ojos. Estaba de pie junto a una de las columnas de madera que enmarcaban la entrada del spa natural, el cabello recogido en una trenza suelta que caía sobre un hombro, y una bata de seda clara apenas cubriéndole los brazos. No parecía llevar prisa por entrar al agua, ni siquiera parecía haber venido a eso. Su mirada no se centraba tanto en el vapor que se elevaba desde el jacuzzi como en la persona que lo ocupaba. No en juicio, no en lástima, sino en una especie de reconocimiento silencioso: otro que no puede dormir con la conciencia tranquila. "solo pasaba" añadió después de una pausa, la voz tranquila, pero más baja de lo habitual "supongo que aún me cuesta decidir si quiero que me vean o que me olviden por completo." avanzó un par de pasos, apenas lo suficiente para quedar a la sombra de los árboles. No se sentó. No se quitó los zapatos. Pero tampoco parecía querer marcharse. "no te preguntaré cómo estás, sé la respuesta." luego, por fin, se encogió de hombros suavemente. "puedo quedarme un rato… si quieres. No necesito hablar, solo… estar."

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Sonrió suavemente al escuchar al chico, su expresión serena y amable mientras giraba un poco para mirarlo mejor. "Eres libre de meterte." le dijo, a pesar de que no esperaba compañía, no era algo que le fuera a molestar, supone que es mejor eso que sus fallidos intentos de tratar de dejar de pensar en sus problemas. "Realmente, la compañía no me molesta. El jacuzzi es más que grande para varias personas, así que no habrá problema con que seamos dos." le hizo un gesto sutil con la mano, invitándolo a entrar, antes de volver a recostarse ligeramente, cerrando los ojos un segundo, dejando que el calor del agua le envolviera "Está bastante bien a esta hora… Tranquilo."

' era mi intención. ' admite, incapaz de elaborar algo diferente. compañía no le importa, si debe ser honesto, mas ha esperado poder pasar un poco de tiempo a solas. supone, es un privilegio al cual difícilmente se tiene acceso cuando se trata de la sociedad. ' ¿le molesta si entro? ' pregunta, buscando un mejor punto de enfoque. ' o puedo volver luego si quiere estar solo. ' tal vez como él, ha buscado un espacio tranquilo para descansar cabeza. '

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Negó suavemente con la cabeza ante la pregunta de la rubia, una leve sonrisa curvando sus labios. "Hay mucho espacio en el jacuzzi, no me molesta compartir." aseguró con amabilidad, su tono tranquilo y sin apuro, a pesar de no sentirse muy bien, no descargaría su mal humor en nadie más. La miró por un segundo, antes de volver su atención al frente, a la vista serena del bosque que se extendía frente a ellos. El vapor seguía elevándose con lentitud desde el agua cálida y el coreano soltó un pequeño suspiro relajado antes de añadir, sin perder su cortesía: "Espero que a ti no te moleste mi presencia. No tardaré mucho más en salirme, pero si te incomoda podría retirarme ya."

con una toalla en mano, caminó hasta la bañera exterior, esperando no encontrarse a nadie. sin embargo, ¿era posible tener un momento de soledad entre esas miles de hectáreas? por supuesto que no. testaruda, cansada y hastiada, no iba a resistirse a su destino. no tenía nada más que hacer. ‘ ¿te molesta? ’ estuvo tanto tiempo en silencio, que por un instante pensó que era incapaz de hacer vibrar sus cuerdas vocales. su rostro, impasible, se había escondido cualquier rastro de sonrisa torcida o burlesca. la segunda de los roth, no sentía absolutamente nada. ‘ puedo buscar otro lugar o volver cuando salgas ’ apuntó a su espalda, ya se había cansado de remar hacia el lado contrario. no servía de nada.

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Carcajada se le escapa por comentario, negando con la cabeza, lay pelirroja incluso en estos momentos parecía no perder del todo aquél brillo y carisma que la parecía caracterizar. "Sólo decía que es una buena manera de relajar el cuerpo, desde que llegué aquí parece que he estado bajo constante tensión otra vez, preferiría volver a esas dos semanas libres que tuvimos." le cuenta, ya que sabe que ambas familias están pasando por momentos complicados últimamente, aunque no puede ni imaginar como ella y sus hermanos deben estar lidiando con todo esto. "Si te gusta el bosque, es una increíble vista... ¿Disfrutas de la naturaleza?"

"Ya quisieras, grandulón". Se lo dice con tanta gracia y diversión como puede encontrar, tratando de no sonar como una idiota. A fin de cuentas, Jinwoo es uno de los pocos hombres que le caen bien. Sin embargo, niega suavemente, sentándose con las piernas cruzadas junto al borde. "Honestamente, escuché que la vista desde este lugar era increíble y quise comprobarlo para matar el tiempo".

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Suelta risa ante aquella advertencia que le suelta, negando con la cabeza, recordaba a la morena de cuando se habían encontrado en el restaurante aquél día del torneo, se le hizo agradable. "Estoy seguro de que puedes ser una gran compañía, eres bienvenida." asegura el coreano, su tono todavía teñido de gracia. Tal vez podría despegar sus pensamientos de todos los problemas que lo rodeaban si aceptaba estar alrededor de alguien tan extrovertida. "¿Cómo has estado? ¿Llegaste a ganar algo ese día? Con el gran almuerzo que te recomendé."

“Si no te molesta, si, ese es el plan” respondió ante la pregunta del contrario al tiempo que se ha cercaba al jacuzzi con una sonrisa en su rostro, lo reconocía del torneo y aunque se burló de él, diciéndole anciano, le había agradado. “No soy una mala compañía, al contrario, soy encantadora, pero debo advertirle que si lo que busca es paz y tranquilidad es mejor que me diga que no soy bien recibida, no conozco lo que es estar quieta o callada” admitió con una pequeña risa y encogiéndose de hombros, justamente se lo demostró.  

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Una pequeña sonrisa pasa por sus labios cuando ve a la fémina, negando con la cabeza suavemente. "Por favor, no es necesario, hay suficiente espacio." asegura, una de sus manos haciendo un gesto para sacar a relucir que no había nadie más, había más que suficiente para ambos, aunque después frunce ligeramente el ceño. "Bueno, si tú preferirías estar sola, puedo retirarme yo, ya he estado aquí un rato." añade después, en caso de que no quisiera compartir el jacuzzi, tampoco pondría oposición, su cuerpo había tenido su tiempo para relajarse y ahora nada más estaba perdiendo el tiempo para tratar de buscar una relajación que no iba a llegarle.

el crujido de la grava bajo sus pies es sonoro suficiente para delatar cercanía, efecto contraproducente a cautelosa discreción. ‘ lo siento, no quise importunar. creí que estaría solo a estas horas. ’ porque el bullicio del comedor resuena anunciando la hora de la cena, erróneamente creyó que la zona de spa estaría completamente a su disposición. ‘ planeaba hacerlo, pero sí prefieres que te deje entonces volveré en un rato. ’ labios se alzan en titubeo que pacta una media sonrisa, pues si debe inferir alguna que otra conjetura de tan solo verle, supondrá que su compañía se interpondrá en descanso ajeno.

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Es casi automático como todo su semblante cambia en cuanto ve quien es. "Llegas tarde." le molesta por un segundo, sonrisa divertida en sus labios evidenciando que nada más bromeaba con él. Permite que su mirada recorra cuerpo ajeno en cuanto se quita su camisa, tan cómodo ahora con presencia ajena que no se molesta en tratar de disimularlo, aunque reacción en él no ha cambiado, pequeño sonrojo aparece por sus mejillas antes de subir la mirada a rosto masculino. Comentario lo hace soltar una risa "Claro que no, mis estándares para elegir mi compañía deseada han cambiado estas últimas semanas... Soy exigente con quien paso tanto tiempo ahora." le cuenta con gracia, aunque no es una completa mentira. Sólo había una persona con quien le gusta compartir tanto de él mismo, y es quien ahora se acercaba a él. "¿Cómo te sientes hoy? ¿Te duele algo todavía?"

" Sí, necesito relajarme un poco " finalmente apareció quitándose las sandalias con voz animada, ¿ha tardado mucho en llegar? Tal vez se entretuvo rodeando el lugar por el camino más largo, su plan era sencillo: no encontrarse con ningún Seok. Así que se sumergió dentro del jacuzzi al deshacerse de su prenda superior para sentir la relajación del agua y vapor, su cuerpo lo agradecía después de haber estado en actividad constante. " ¿O esperabas a alguien más? " Preguntó con retozón, buscando con la mirada al mayor, avanzando lentamente hasta él con una gran sonrisa en sus labios. " Es una lástima, porque ya llegué ".

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Su mirada estaba perdida en puntos al azar del bosque mientras que su cuerpo disfrutaba de l agua del jacuzzi, pensó que mínimo podría relajar su cuerpo ya que su mente no tenía descanso alguno. Las cosas en su familia parecía que sólo empeoraban con cada día que pasaba, ni siquiera podía hacer mucho al respecto, no le dejaban acercarse a ninguna parte de la investigación, no sabía nada de lo que estaba pasando hasta que las consecuencias les llegaban. Sus pensamientos se ven interrumpidos cuando escucha que alguien se acerca, volteando para ver quién era. "¿Planeas meterte también?"

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Se puso ligeramente nervioso ante el silencio ajeno, aunque no lo sintiera como algo negativo. Era sólo que… incluso si el menor no decía nada, no quería mantener lo que pensaba en un secreto. Había aprendido la lección antes, quería hacerle saber lo que pensaba de él y de cómo le gustaba tenerle a su lado. Había pasado tantos años cuidando meticulosamente los límites, impidiendo que alguien entrara demasiado en su vida, que alguien se volviera esencial. Y sin embargo Seongho había derribado todas y cada una de esas barreras. Lo más desconcertante era que no parecía que lo hiciera a propósito. El otro sólo… era. Sólo existía, y aún así Jinwoo parecía caer en él con una facilidad peligrosa. No había espacio en su mente para dudas cuando estaba involucrado. Si él le pedía algo, su respuesta sería un sí inmediato. Así de fácil. Así de absoluto. En tan poco tiempo, se había convertido en una figura que le importaba más de lo que estaba listo para aceptar, una persona que deseaba mantener a su lado, incluso si el mundo se desordenaba a su alrededor. ¿Debería parar de pensar así? No creía poder hacerlo. Día y noche, incluso cuando Seongho no estaba cerca, se encontraba a sí mismo en casa, haciendo las cosas de su vida diaria mientras su mente buscaba excusas para volver a él. Como si, en secreto, algo en él quisiera insertar su compañía en cada rincón de su vida. Como si su mundo empezara a tener más sentido con él dentro. Escuchó las palabras ajenas y sintió cómo su cuerpo temblaba. ¿Cómo era posible que Seongho le causara tanto? ¿Cómo era posible que su voz, sus silencios, sus miradas, tuvieran ese efecto tan directo sobre él? Las palabras sólo aumentaron el rubor que ya decoraba sus mejillas, ese calor cálido y nervioso que se expandía desde el pecho hasta el rostro. "No tienes que saber todo ahora mismo." dijo en voz baja, mirándolo con una mezcla de ternura y timidez. "Tenemos tiempo para ir descubriéndolo, ¿no? Para aprender." porque incluso si el menor no podía expresarlo con palabras, Jinwoo prometía buscar todos los significados en sus acciones. Se esforzaría por entender cada gesto, cada roce, cada silencio. Y los tomaría todos. Cualquier forma de afecto que el otro quisiera darle, la recibiría sin queja. Debía admitir que había estado en debate, porque sí, se lo había preguntado. Se había cuestionado si lo de ellos era algo físico, nada más. Si esa cercanía repentina era una coincidencia, una distracción... pero no lo sentía así. Cada momento junto al otro se sentía distinto. No era sólo la chispa inmediata, era la calma que le dejaba después. Se repetía una y otra vez que era demasiado pronto, que tenía que tener cuidado, no sólo por él mismo, tampoco quería terminar ahuyentado al menor. Si las cosas seguían por ese camino, si seguían así, sabía que sus sentimientos iban a crecer, dejaría que se instalara en su mente, su corazón y su vida si Seongho lo deseaba, pero ¿sería así de fácil para él? Cuando Jinwoo tenía a sus hijos... ¿Tendría espacio para los tres? Besaba al masculino con pasión, pero esta vez, a diferencia de los anteriores, no era un beso que sólo había nacido del deseo urgente o la necesidad inmediata, había algo más también. Cuando se separó, una pequeña risa escapó de sus labios al escuchar lo que el otro decía. Asintió, sin poder borrar la sonrisa tonta que se le había quedado colgada del rostro, y respondió al pequeño beso que le robó con uno igual de breve "Sí, vamos por comida." dijo finalmente, y sin pensarlo mucho, tomó la mano del otro, aunque el agarre fue superficial, sin entrelazar los dedos, por si el otro quisiera soltarse, y comenzó a guiarlo por el camino hacia la sección de alimentos del festival. "¿Hiciste alguna actividad hoy?" preguntó con curiosidad. "Siento que te falta traer una corona de flores encima para verte completo." bromeó con ligereza.

Seongho tragó saliva, tan despacio y con tanta fuerza, como si le costara horrores darse cuenta de lo que escucharon sus oídos. Se sentía estúpido, incapaz de reaccionar como un adulto. Estaba como un conejo en una carretera, deslumbrado por los faros de un coche que se aproximaba a toda velocidad. No sabía qué hacer. No sabía qué decir. Ni siquiera sabía qué pensar. Eso que había dicho era... agradable. Muy agradable. Demasiado agradable. El tipo de sensación que le hinchó todo los huesos de su cuerpo, que le indicaba algo en su interior iba a explotar. O en su cabeza, no sabía exactamente dónde estaba. Quiso responder algo así como que, cuando sonríe es como si una antorcha brillara directamente hacia él, iluminando todos los rincones oscuros, y no puede imaginar porque nadie está perdiendo la cordura por él. Se quedó sin palabras, todo el anhelo y emoción que se atoró en sus cuerdas vocales, ¿cómo soportaba la deliciosa intensidad del sabor de sus palabras? Ni siquiera tenía el mantel puesto, nunca estuvo preparado. Está seguro que Jinwoo no lo sabe, que no se da cuenta del efecto que sus palabras han tenido en él. Su corazón está a punto de entrar en llamas, ni siquiera cree que es merecedor pero no lo rechaza. Lo necesita. Dios mío, de verdad es que lo necesita. Nada en la vida de Seongho se mueve en un punto medio, siempre ha ido de un extremo a otro. Y puede sentirlo en su cuerpo, que podría convertirse en alguien a quién podía adorar el resto de su vida. Con él, no tenía miedo de sentir. Con él, se atrevería a todo. " Yo... " hasta su voz la escuchaba ajena, ¿finalmente encontró el valor para hablar? Sus latidos resonaban hasta los oídos, ¿podía escucharlos? " No soy bueno con las palabras, Jin. No sé muchas cosas en la vida, aún sigo aprendiendo... " cuando dio un paso hacía adelante, todo tembló y la distancia no pudo hacer más que ponerlo en evidencia. " Pero, nunca he deseado tanto a alguien hasta que llegaste a mi vida. Tu compañía es suficiente para mí. No tienes idea... Yo nunca había deseado nada... Solo a ti " la voz se cortó con el terso contacto de mano ajena contra su mejilla y miró en cámara lenta cada segundo a la distancia que se iba cerrando entre los dos, conteniendo el aliento hasta que finalmente lo besó. Era la primera vez que experimentaba una emoción de esa magnitud, una sensación abrumadora y tan agradable de la cuál podría acostumbrarse sin esfuerzo. ¿Qué era? ¿Por qué nunca había sentido y porque sabía deliciosa? Cada vez que presionaba sus labios contra los suyos, notaba algo distinto y así, lo tomó por el cuello para atraerlo más, si es que se podía. Lo ha besado apasionadamente muchas veces, pero hoy lo hace tan consciente de sí mismo y de lo que generaba en su interior que olvidó el espacio en el que estaban. Las personas, el carnaval, ojos curiosos, no siente temor, ni vergüenza. Besarlo se sentía como sí finalmente estuviera despertando de un gran letargo, besarlo parecía la premisa que su vida podía cambiar para siempre solo con un beso. " Espera... " Tomó un poco de aire y se separó unos centímetros para hablar, recordando algo importante. " No lo dije antes, pero sí tengo hambre. ¿Sí iremos por comida? " quiso saber, reclinándose para robarle un beso, utilizando todo el valor que le quedaba como parte de un hechizo qué todavía no se termina. " Tengo hambre, llévame contigo ".

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Palabras ajenas nada más le hicieron carcajear más fuerte, su hermanita nunca había sido la mejor artista pero era cierto que se esforzaba, así que usó su mano libre para tapar sus labios y evitar seguir riendo. "¡Te dije que no está tan mal! Es... Una versión de un perrito, puede ser como animales hechos de comida ¿no? Estoy casi seguro de que vi un programa de televisión infantil con ese tema." asegura, aunque era una completa mentira, al menos, no existía algo así que recordara. "¿Por qué no les buscamos algo más? Tal vez... Podríamos tratar de ganarles algunos premios en lo de la feria o hacerles coronas de flores personalizadas." ofrece como alternativa, ya que conociendo a los pequeños y como se llevaban con Minji, no dudarían en usar esto para burlarse por un buen rato, pero todo venía desde el hecho que entre los tres se llevaban como hermanos.

frunce el ceño ante palabras de su hermano mayor, nada más mirando mientras el otro hablaba, aunque abrió la boca en ofensa en cuanto él se terminó riendo cuando miraba lo que había preparado ella con mucho esfuerzo. tira la mano hacia atrás en un gesto de falsa molestia. "se te ve lo mentiroso a kilómetros, baek jinwoo." se empieza a quejar, realmente si sus sobrinos estuvieran ahí, dirían algo parecido, eran miniaturas del mayor, así que escucharlo de él primero era mejor. "¡era algo bonito para tus hijos! malagradecido." palabras fueron habladas en su idioma natal, acostumbrada a usarlo con su familia siempre.

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Ladea la cabeza ligeramente ante la pregunta "Te dije que lo haría ¿no es así? Nada más que tantas personas te celebraron que no pude llegar a ti para felicitarte en ese momento." le cuenta, sólo la conocía de esa vez entonces tampoco tenía manera de mandarle la felicitación por otro lado, pero honestamente le alegraba que su confianza hubiera tenido fundamentos, se vio que se merecía el trofeo, le gustaba cuando las personas que tenían la determinación, también obtuvieran las recompensas. Soltó una risa ante comentario pero niega con la cabeza "Me temo que tampoco soy el mejor artista, puedo hacer... Flores ¿está bien si le hago las flores a tu pintura mientras te encargas de las demás? Sólo indícame que color prefieres."

"¿Fuiste a verme?" La expresión enternecida, que refleja con un breve mohín, es exagerada; pero el brillo en su mirada se encarga de demostrar cierta gratitud que no todos los días permite aflorar. "Estuve increíble, ¿verdad? Corrí como alma que lleva el diablo". Regresando la atención al lienzo, ladea la cabeza mientras considera opciones, asintiendo para sí misma y sus pensamientos. "Aunque me amo mucho, creo que seré modesta. Dibujaré uno de mis recuerdos favoritos de la infancia". Ríe por lo bajo, rememorando un par de anécdotas divertidas. "¿Y tú? ¿Dotes artísticos que compartir?"

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"El mayor es más tranquilo, pero mi pequeña... ella es un verdadero terremoto." comentó con cariño, a pesar de que la pequeña era un desastre, la adoraba sin dudar. "Una vez quiso que le hiciera una casa de almohadas dentro del coche mientras manejábamos, y se enojó cuando no pude. O aquella vez que quería un disfraz de brócoli para Halloween... pero no un brócoli feliz, no, uno malvado, hecho de brócolis reales, para que sea auténtico... Yo y mi hermana estuvimos trabajando en eso como tres días sin parar." y eso era nada más algo que se le venía a la cabeza en ese momento, realmente tenía muchas más historias. Soltó otra risa, negando con la cabeza al recordar cada ocurrencia. "Sólo puedo agradecer que sepan mantenerse en temática. Siempre les ha encantado todo lo que tenga que ver con ideas creativas, y sus fiestas de cumpleaños lo reflejan. Tienen temáticas tan específicas que a veces parece que estoy organizando un festival completo para complacerlos." su vista volvió a posarse en las fotografías que tenían al frente, esas que mostraban todos los tipos de diseños que se podían hacer, muchas tenían que ver con flores o plantas. "El mayor se llama Taewon, tiene siete, y la pequeña es Jia, de cinco." añadió con una sonrisa suave, notoriamente más cálida al mencionar sus nombres. Luego giró un poco el rostro hacia él "¿Tú tienes hijos? ¿O sobrinos tal vez?"

‘ ¿debería preguntar qué te han pedido antes o es mejor no saber por mi bien? ’ cuestiona en broma, con un tinte de falsa angustia, como si las peticiones de los menores pudiesen llegar a ser un peligro. ‘ un cactus que camina y un hada... hey, pudo ser mucho peor ’ pero lo dice entre risas, incrédulo del ingenio que podían llegar a tener los niños. tal vez debió llevar a sus sobrinos consigo, solo para ver qué clase de diseño les resultaría más interesante. ‘ es decir, siguen estando relacionados con la primavera, mejor eso a que te pidieran un elefante en un triciclo o un pedazo de pizza a medio morder ’ lanza lo primero que se le viene a la mente, procediendo a asentir cuando menciona propuesta. ‘ trato hecho ’ curvatura en sus labios ampliándose, entretenido con la idea. ‘ que te lo hagan más pequeño, así no le roba protagonismo a los de tus hijos ’ vuelve a reír, apenas audible. devolviendo mirada a las posibles opciones, busca el indicado para contrario. ‘ ¿cómo se llaman, por cierto? ’

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Lo miraba con atención, con ese tipo de interés genuino que tenía cuando realmente se preocupaba por alguien. Podía notar que Seongho estaba cargando con mucho más de lo que decía, así que pensó que lo mejor sería dejar los temas pesados a un lado… a menos que el otro decidiera que quería retomarlos. "Me gusta como eres." dijo de pronto, con una sinceridad suave que se le escapó sin filtro. "Lo que he conocido de ti, incluso cuando estás bastante gruñón por haber perdido en algún torneo." sonrió un poco, su mente yendo al tiempo que pasaron juntos antes de que el desastre azotara. "Eres bastante encantador." apenas esas palabras salieron de su boca, su corazón empezó a latir más rápido, tan fuerte que casi le molestaba. Tuvo que apartar la mirada por un segundo, bajándola hacia el suelo como si en alguna piedra pudiera esconder el rubor que sabía que le había subido. "Muy agradable, ya sabes." nunca se había considerado un hombre tímido, pero tampoco nunca antes había lidiado con impulsos como los que el menor le provocaba. Respiró hondo, como si se estuviera ordenando internamente, y volvió a mirarlo. "Lo que quiero decir es que… no importa cómo llegaste a ser quien eres ahora." dijo con calma, pero con un peso emocional que no intentó disimular. "Eres un hombre con muchos logros, sí, pero también pareces tener una infinidad de virtudes… eso viene sólo de ti." sonrió suavemente. Su mirada permanecía en las manos de del masculino, como aceptaba su toque sin dudar. La verdad era que le importaba bastante, entendía que no podía hacer mucho sobre como se sentía con la situación que estaba pasando pero no quería ver que se lastimara aún más, quería asegurarse de que estuviera bien, quería cuidarlo. "De ahora en adelante, cada que quieras hacer algo así..." murmuró "te pido que tomes mi mano. Si no puedes atreverte a lastimarme tampoco deberías hacerlo contigo mismo." el mayor sólo podía pensar en eso, era capaz de estar ahí para él en cualquier momento y a cualquier hora. El rubor en sus mejillas, ya presente, se intensificó sin remedio. Y es que las siguientes palabras ajenas golpearon de forma certera, como si el corazón se le hubiera desacomodado por completo en el pecho, latiendo tan rápido que juraba que cualquiera podría con la poca distancia que mantenían. Levantó la mirada, directo a los ojos de Seongho ¿Qué estaba pasando aquí? ¿Qué estaba pasando entre ellos? Cada día que pasaba, el menor parecía tener más de él. Cada mirada, cada palabra, cada roce le arrancaba más espacio en su interior, y Jinwoo lo ofrecía con gusto, sin reservas. Estaba seguro: cualquier cosa que le pidiera, se lo entregaría sin pensarlo dos veces. Soltó un suspiro, lento, como si intentara calmar el temblor interno que le provocaba estar tan cerca de él. Sus dedos acariciaron los ajenos con suavidad, como si memorizar cada línea de su piel fuera una necesidad. Quería sentirlo. Quería que supiera que estaba ahí. "No sé cómo no te has dado cuenta todavía…" su voz era baja, no se necesitaba más para que el otro le escuchara. "No me voy a ir a ningún lado. Quiero estar cerca de ti cada que pueda." dio un paso hacia adelante. Solo uno. Pero suficiente para reducir aún más esa mínima distancia entre ellos. Sus respiraciones se entrelazaban, y aunque el mundo afuera parecía estar desmoronándose para ambos, Jinwoo no podía pensar en nada más que en él. Volvió a sonreír, de esa forma cálida y serena que parecía envolverlo todo cuando le miraba. Su mano libre se alzó con lentitud, sus dedos acariciaron suavemente la mejilla ajena, deteniéndose ahí "Puedes besarme cada que quieras." aclaró, dándole permiso de hacerlo cada que el otro quisiera, el mayor ya vivía en un constante deseo de besarle. "Nunca te diría que no." y entonces se inclinó, cerrando la mínima distancia entre ambos, por fin sus labios encontrándose con los otros.

Lo que era una verdad, Seongho era incapaz de pensar de la misma manera sobre el abuelo desde aquel fatídico día. No importaba cuántas veces quisiera mentir así mismo hablando que era un buen hombre frente al resto, en el fondo, sabía que no era así. Que, la posibilidad de ser un homicida no era solo una posibilidad cualquiera, era tan probable así como el augurio de un chaparrón en un día soleado. Seongho era una extensión suya, así que, ¿también era una terrible persona como él? “ Sí, él me hizo así ” ahora sin tanto orgullo como solía profesar, su férrea lealtad comenzaba a tambalear así que mordió su labio inferior con tal de suprimir cavilaciones. La semillita de la duda se plantó en su psique y estaba dispuesto a dirigir esa ansiedad hacia sus manos, como siempre. Hasta que la mano ajena se interpuso en sus planes, no apartó la mirada de largos y gráciles dedos enredándose con los suyos, su voz resonó como un eco por todo su cuerpo: úsame. El calor de sus mejillas lo obligó a levantar la mirada, logró sonrojarse y sintió un cosquilleo a la altura de su ombligo. Cada vez, se apoderaba más de él. Miró la mano de Jinwoo ahora junto a la suya, una emoción cálida y desconocida lo aprisionó: “ Nunca me atrevería a lastimar tus manos ” ahora de pie, buscó su mirada. Para él, eran un elemento sagrado. Las manos siempre fueron el objeto de mayor cuidado por el deporte al que se consagró, y por lo mismo, dicha extremidad se volvía objeto de su castigo. Pero nunca tomaría las del mayor para desquitarse, ¿por qué lo haría? Si lo único que ha hecho es tenerle infinita paciencia. Una que ni él mismo sabía que necesitaba hasta que le fue proporcionada. “Pero me la quedaré ” y llevó el agarre para colocarlas en su pecho, su corazón galopaba con tan pequeña cercanía. “ Porque me gusta cuando me tocas ” incluso en un lugar como aquel, en medio del caos, en un momento dónde no debería estar pensando en lo sencillo que era rendirse ante el otro y permitir ser egoísta. No quería pensar más en su abuelo, ni lo que era verdad o no, ya le había dado toda su vida a cambio de nada. No podía, entonces, ¿usar el tiempo para él? ¿Dejar de aferrarse a una vida que no volvería? ¿Sería una mala idea? Solo bastaba con mirar al hombre de frente, ¿dónde pondría sus manos si no son con las suyas? “ Y porque no quiero que te alejes ”. De alguna manera, Jinwoo seguía allí incluso con los rumores que precedían la reputación manchada, ambos con sus propias familias yéndose a pique. Existían similitudes entre ellos que al mismo tiempo distaban entre sí. Y no mentía, no quería soltar su mano a pesar que la confesión pudiera ponerlo en evidencia. Recordó en ese entonces que no había juicios en su mirada, justo como ahora. Era más fácil relajarse a su lado desde el primer día. “ De acuerdo ” sonrió, relajando su expresión y se notó el cambio en su rostro. “ Me gustan las salchichas ” puntualizó, considerando una propuesta viable para comer. Algo rápido y que no lo haría esperar tanto. “ Pero, ¿qué pasa sí quiero besarte? ¿Me lo concederás? ”

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Le sonrió suavemente a la chica, su mirada cálida y tranquila como siempre cuando hablaba de sus hijos. "Espero que sí le guste." comentó con una risa baja. "Es una niña exigente." lo dijo con gracia, aunque en realidad, sabía que Jia siempre había sido feliz con cualquier cosa que él le diera. Aun así, eso no evitaba que él siempre quisiera darle lo mejor, incluso si era algo hecho por sus propias manos. Porque si era para ella, entonces tenía que ser bonito. Tenía que ser especial. Soltó una risa más abierta al escuchar las palabras ajenas. "Si le digo que un hada me ayudó, no va a parar hasta poder conocerla." aseguró entre suaves carcajadas, negando con la cabeza. "Igual, no está mal recibir ayuda, no estaría mal que lo supiera." le cuenta, pues a pesar de que quiere enseñarle independencia a sus hijos, el pedir ayuda cuando se necesitaba realmente era algo que debían aprender igual. "Tiene cinco años. Bueno, ya casi seis en un par de meses." explicó, dejando que un leve suspiro nostálgico escapara. "Está creciendo demasiado rápido para mi gusto." añadió con un gesto exageradamente triste antes de reírse. "Se llama Jia." se tomó un segundo para mirar alrededor, bajando un poco la voz al volver a hablar. "¿Sería mucho pedirte ayuda también para escoger las flores?" preguntó con una media sonrisa algo culpable. "Solo sé que quiere que todas sean rosas… pero de tipos diferentes. Jia quiere ‘una corona que parezca sacada de un cuento de hadas’, palabras textuales, así que… necesito un poco de magia, creo."

asiente cuando obtiene confirmación de que él había entendido las explicaciones ' no te preocupes ' diestra se mueve en un movimiento ligero que buscaba restarle importancia al corto tutorial que le había dado, cuando escucha la confesión ajena sus facciones se suavizan de forma inmediata, piensa en lo mucho que a ella le hubiese gustado que su padre hiciera algo como eso por ella o que siquiera hiciese algo, inmediatamente busca alejar aquellos pensamientos y se enfoca en el contrario ' estoy segura de que cualquier corona que le hagas le va a encantar porque estará hecha con mucho cariño ' no tiene duda de eso, aunque muchas veces esa lógica podría fallar ' pero si llegas a necesitar ayuda estaré aquí para ayudarte a que quede perfecta ' ofrece ' y yo te guardo el secreto, nadie te ayudó o le puedes decir que fue un hada o algo así ' bromea un poco al tiempo que arrugaba su nariz ligeramente ' ¿cuántos años tiene su hija? ' se permite indagar al tiempo que ladea un poco su rostro.