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blackkingworld · 7 years
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Es ᴅᴇ ғᴀᴍɪʟɪᴀ┊ᴀʟɢᴜ́ɴ ʟᴜɢᴀʀ ᴇɴ ᴇʟ ᴄᴀsᴛɪʟʟᴏ┊ʏᴇᴀʀ 1O17       ╎Sᴏᴘʜɪᴇ; 
No se habían cumplido ni siquiera las 24 horas de su cambio de forma, cuando el siguiente desastre sucedió. Desesperado, buscaba entre su baúl de pertenencias aquel libro donde creía haber leído un conjuro para contra restar hechizos de cambio de forma. No podían pedir ayuda a algún profesor, de lo contrario tendrían que contar el "plan" y estarían en problemas. Pero aquel libro se había vuelto ojo de hormiga, y no era para menos con la cantidad de cosas que guardaba ahí. El baúl de la Cloud había sido encantando, el fondo del este aún se encontraba bastante lejano. Mientras sacaba cosas de ahí, se encontró con su celular, ese que le habían obsequiado la navidad pasada pero solo podía usar en casa. Este sería un buen momento para buscar algo en la internet al respecto, pero no. Hogwarts era una zona libre de aparatos electrónicos por lo que no podía usarlo en lo absoluto. Si tan solo… Fue entonces cuando sintió que todo a su alrededor se movía de forma extraña ¿un terremoto? Pensó Sophie, pero sin darse cuenta quedó inconsciente a los segundos.
Sus ojos se abrieron de forma lenta y pesada unos cuantos siglos antes. Leíste bien, unos cuantos siglos antes, Sophia Cloud fue víctima del viaje en el tiempo al igual que todo Hogwarts. - ¡Aigo! ¿Dónde estoy? – Se preguntó a sí mismo una vez se dio cuenta que se encontraba en un lugar completamente diferente. En sus manos, manos de varón a las cuales aún no se acostumbraba, se encontraban el celular y su varita, pero todo lo demás de su habitación había desaparecido. Asustado, salió corriendo. ¿A dónde? No tenía idea, todo se veía tan diferente, pero por las paredes podía jurar que seguía en el castillo. Mientras intentaba recorrer lo que parecía ser la sala común de Ravenclaw re decorada a la antigua, su celular encendió. ¿Cómo? De tan nerviosa que se encontraba, había estado presionando los botones, y como hace tantos años ni se imaginaban de las creaciones que harían los no mag … - ¿Eh? ¿Cómo es que…? – Sophia no terminó de preguntarse que estaba sucediendo cuando escuchó la voz de Jerome a pocos metros de ahí. Jamás había estado tan feliz de que estuviera cerca.
-JEROME, JEROME, MIRA. -
Llegó gritanto con emoción, tocando el hombro del mayor para que se diera vuelta. Señalando su celular sin parar.
-EL CELULAR FUNCIONA, HERMANO. -
Gritó por los aires, sin esperar que una mujer hermosa, de vestido azul y larga cabellera oscura, se fuera a asomar por la puerta, indicándoles que guardaran silencio con el gesto de colocar un dedo sobre sus labios.
- Esa era … ¿Rowena Ravenclaw? ¡Debo tomar una foto!
      ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
– Ya… Sócrates, quita tu cola de mi cara… mh… trato de dormir. – Manoteo al aire tratando de ahuyentar lo que creía, era la cola afelpada de una de sus mascotas, volviendo a repetir el mismo movimiento nuevamente, ahora algo molesto. – Chicos, vamos, solo quiero descansar uno minu… – Entre su molestia, Jerome se vio forzado a levantarse para bajar a sus mascotas de la cama o algo parecido, pero su sorpresa fue al ver que no se trataba de sus mascotas, sí, era un gato, por suerte, pero era un gato negro, no lo había visto nunca y si no mal recordaba, Jake tampoco poseía uno, lo cual hizo que saltara de la cama, de una orilla a otra, mirando después a su alrededor, percatándose de que, efectivamente, esa no era su habitación. – ¿Dónde estamos amiguito? – “Cuándo” era la pregunta más adecuada, pero claro que eso Jerome aun no lo sabía, suponiendo que tal vez estaba tan cansado que se metió por accidente en el cuarto de alguien más, lo cual tampoco tenía mucho sentido, pero el solo buscaba averiguar que pudo haber pasado.   Se reincorporo volviendo a ajustar su corbata del uniforme, que ni siquiera se había tomado la molestia de cambiar antes de aquella siesta. Se tallo los ojos aun somnoliento y acompañado de su varita, salió de aquella habitación caminando por lo que suponía era la sala común de la casa, y sí, lucía muy parecida a la torre, solo que más… antigua. Bajo las escaleras y pudo ver diversos rostros que parecían ser estudiantes igual, más no lograba reconocer a ninguno, y ese era su deber como prefecto, conocer a los miembros de su casa, sintiéndose fuera de lugar unos instantes antes de seguir avanzando, debía descubrir que estaba pasando. – Disculpa… ¿me podrías regalar la fecha de hoy? – Pregunto de forma amable a un estudiante, convencido de que su siesta había durado cerca de tres días. – ¿Hoy? Es 12 de Junio. – Contesto de forma simple el muchacho. – Del 17, ¿cierto? – No veía la necesidad, pero se sentía más seguro al confirmar que el año igual fuera el correcto. – Sí, del 17, 1017. – Por un instante se atraganto con su propia saliva, no sabía que había pasado, pero sabía que eso no era pasa nada normal.   Sus nervios se alteraron un poco, y una vez ya tranquilo, se percató que todos le ignoraban, como si no fuera la gran cosa, excepto por uno. Escucho una vez masculina a lo lejos que gritaba con emoción su nombre, haciéndolo girar y mirar extrañado, el chico se acercaba sonriente a él, con algo que parecía un teléfono celular en la mano. – Que extraño, no recuerdo que hubiera de esos en esta época… mh, parece que los magos siempre han estado más adelantados de lo que se cree comúnmente.- Trato de restarle importancia a aquel hecho para concentrarse en lo que pasaba después. – ¿Hermano? Yo no tengo hermano… o bueno, sí, pero tú no te pareces a ellos. – La situación se tornaba cada vez más y más confusa para el pobre chico Cloud, sentía que si no descubría que pasaba tendría otro ataque de ansia. – Seguro es algo de su época, ¿cierto? Decirles hermanos a todos, así como en España todos son tíos. Sí, eso debe ser. – Ya no sabía si hablaba con el chico o con sí mismo, justificándose toda la serie de eventos raros que estaban sucediendo. – He- hey… ¡Espera! ¿Qué haces? – En definitiva no era de esta época, trato de bajar el aparato que el otro muchacho sostenía en manos, a pesar de que este había logrado la foto que quería, Jerome no permitiría que aquello llamara la atención de los demás.
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blackkingworld · 7 years
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Wᴀɪᴛ ғᴏʀ ᴍᴇ ᴍᴏɴ ᴀᴍᴏᴜʀ┇ʀᴇᴄᴏʀʀɪᴅᴏ ʜᴀᴄɪᴀ ᴇʟ sᴇ́ᴘᴛɪᴍᴏ ᴘɪsᴏ ┇21:45
      ╎Aᴢᴀʟᴇᴀ; 
Un incorpóreo destello onduló en el aire proveniente de la varita de la profesora Bellerose, la luz invocada viajó a través del pasillo hasta escabullirse por un gran arco hacia los pisos superiores del castillo de Hogwarts. Su destino era… La Torre de Ravenclaw, específicamente la habitación del prefecto de la casa. Esa noche era turno de la ronda de Prefectos de su novio: Jerome Cloud, a quién irónicamente no había frecuentado desde su llegada al castillo como docente. Si bien, la Directora del Colegio le hizo una advertencia a modo de consejo a cerca de sus expectativas en cuando a su moderado y prudente comportamiento… La máxima autoridad de Hogwarts jamás dijo que no podía ver a su pareja. Recordaba las palabras de la veterana bruja, la relación de la profesora y el estudiante inició desde los tiempos en los que ambos eran estudiantes y aunque la francesa se sentía honrada por su nuevo puesto lo único que esperaba era que no le prohibieran ver al joven estudiante.     « Espero no verlos coquetear en público, señorita Bellerose. Confío en qué sabrá de qué manera actuar. »     «En público…» la palabra clave. Así que con ese argumentó planeó defenderse.     Pronto tendría un encuentro con el menor en la Sala de los Menesteres* que estaba ubicada en el mismo piso de la Torre de Ravenclaw, ya que para él sería más fácil ingresar a la Sala Común sin merodear por el castillo con el riesgo de ser atrapado. Azalea si debía subir varios pisos antes de llegar al sitio de la cita, sin embargo estaría a tiempo para cuando Jerome terminara su ronda. La Princesa Real por su parte invertiría su tiempo enviando correspondencia con su lechuza «Genie» y una que otra nota encantada, en el entretiempo que el patronus incorpóreo mensajero de Jerome llegara para confirmar su asistencia.     A las nueve y cuarenta y cinco emprendió camino con una vestimenta oscura – jeans y blusa negra – y calzado deportivo del mismo tono con la intención de no hacer mucho ruido contra los rústicos pisos y no llamar la atención en la oscuridad.     « Pasillo despejado…»     La mujer de cabellera lila caminó con calma “aparente” entretanto en su siniestra sostenía snacks (parte de su coartada así como bocadillos para su cita) y se sentía un poco ansiosa al punto de querer abrir una bolsa de papas, a pesar que creía no cometía alguna falta; le restaba solo un largo pasillo antes de tomar las escaleras hacia el séptimo piso de Hogwarts y estaba a poco celebrar su triunfo…     « Ya casi mon amour.»   ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::     * { OFF } Azalea conoció la Sala durante 6° año y tiene varios post en dicho lugar. Le enseñó el lugar a Jerome, durante cumpleaños de él en el último año de clases de la francesa.
      ╎Lᴜᴀɴᴀ;
Era ya bastante tarde, aunque Luana no se encontraba nada cansada. Había pasado la tarde entera con su hija jugando en los jardines para que en la noche disculpara su ausencia durante la hora del cuento. Así era cada vez que Luana debía permanecer en Hogwarts vigilando los pasillos, dando principal importancia a la torre de Ravenclaw. Nada se pasaba bajo su vigilancia, al menos eso afirmaba ella. No eran únicamente sus ojos verdes quienes se fijaban detalladamente en cada movimiento a su alrededor. La profesora de DCAO tenía uno que otro aliado emplumado poniendo su vista en cualquier actividad sospechosa en las cercanías a Hogwarts. Así, mientras la portuguesa descendía de la torre, una de sus emplumadas mascotas ingresó por una de las ventanas, apoyándose en Luana y dando una señal que la profesora podría identificar con claridad. — Ah, no, no en mi guardia— murmuró, extendiendo su brazo para permitirle nuevamente el vuelo a Munin, su cuervo. El ave voló en dirección a lo alto de la torre, donde había detectado un gran flujo de mensajes, hasta un patronus mensajero. —Si alguien está planeando escapar y rondar por ahí esta noche, escogió mal— murmuró ya algo molesta, esperando recibir más señales. Fue entonces cuando llegó Hugin. Luana se detuvo observando al ave. Había alguien rondando por los pasillos, acercándose en su dirección. Luana sonrió, recargándose en la esquina anterior a las escaleras que se conectaban a aquel piso. Las sombras y la escasa iluminación presenta a aquellas horas hacían de ese un escondite perfecto. No tardó demasiado en comenzar a escuchar los pasos de quien se dirigía hacia la torre. Observó con detenimiento, esperando que la luz de la luna que se colaba por als ventanas le ayudara a identificar el rostro de quien estaba violando el toque de queda. Para su sorpresa, no se trataba de un alumno. Ese característico cabello lila delataba a la posible intrusa sin mayor dificultad, aún en las pobres condiciones de iluminación en las que estaba. — Profesora Bellerose — pronunció en un tono firme cuando la jefa de Slytherin se aproximó al corredor que conducía a la torre de Ravenclaw mientras salía a paso lento de su posición. — Que yo esté enterado, no es su turno para vigilar el toque de queda esta noche, tampoco es su área— agregó con una expresión fría sobre su colega.
      ╎Aᴢᴀʟᴇᴀ;
La francesa sintió una calidad sensación en su dedo anular derecho en el cuál portaba un anillo que consiguió durante el tiempo que vivió en África, al igual que otros accesorios encantados de Azalea, este poseía runas de diferentes tipos y con varias funciones. No era la primera pieza que poseía con esa función mágica de anunciarle algo fuera de lo común, en este caso era algo que le representara
«peligro».
Cada paso que dio por las escaleras fue lento, ya no podría devolverse prefería tomar el riesgo y continuar su recorrido; y tal como esperaba la presencia que le esperaba se hizo presente entre las sombras.
« ¿Por qué no me sorprende? Es el perro de tres cabezas…»
Una ligera sonrisa se cruzó por su delicado rostro, en esos instante debía sacar sus dotes de actriz frente a su ahora colega.
— Salut… Luana. —
Pronunció cada sílaba de su nombre con una traviesa expresión; no estaban en horario laboral y la confianza era la suficiente como para tutearse. Hasta había tenido que cargar a Luana en las noches que tomaban, la había visto cantar, bailar, enojar, sonreír… No se dejaría intimidar por la mayor.
— Monsieur Munin… —
Elevó su mano derecha hacia su frente para hacer un saludo al estilo militar al pajarraco que suponía la habría delatado.
— ¿Haciendo rondas?
      ╎Lᴜᴀɴᴀ;
No mudó la expresión de su rostro. La portuguesa sostuvo su mirar inexpresivo sobre la profesora de transformaciones, sin dejarse cambiar por la familiaridad con la que ella se dirigía. Probablemente le seguiría el juego si no conociera que sus intenciones en aquel momentro podrían ser más negras que el plumaje que la acompañaba. — Este es Hugin, aunque Munin estuvo por aquí hace un rato. Dejó saludos y dicho que los mensajitos que Genie llevó a la torre esta noche serán lo único que subirá allá— habló intentando conservar su semblante. Avanzó unos pasos hacia el centro del pasillo, dejando salir un suspiro ante el interés de su ahora colega por acercarse ya sabía a quién. — Más que haciendo rondas, por ahora vigilando que ninguno de los chicos a mi cargo se metan en problemas, comenzando por el prefecto— dijo respondiendo a la pregunta de Azalea. Su mirada se fijo firmemente en ella nuevamente, esperaba que entendiera que aunque existía cercanía entre ellas, en ese momento estaba hablando como jefa de casa y tutora de cada uno de los miembro de Ravenclaw y no como su amiga. — No es debido que una profesora esté incitando a un alumno a romper el toque de queda ni a encontrarse dentro de las instalaciones de esta institución— agregó con firmeza. Estaba segura que la jefa de Slytherin tenía más que claro eso y podría entenderla, pero Luana no era una persona que hiciera excepciones en sus normas. —Mientras Jerome se encuentre en este castillo está bajo mi tutoría y sería irresponsable de mi parte dejar que rompiera las reglas.
      ╎Aᴢᴀʟᴇᴀ;
La mujer de cabello lila luego de un leve movimiento de cabeza giró sus orbes en un gesto de desacuerdo con las palabras de la Jefa de casa de Ravenclaw.     — Vamos a suponer que tu hipótesis acerca de mis incitaciones sean ciertas, en primer lugar hace falta una hora y… — Su mirada descendió hasta el reloj en su muñeca.— Ocho minutos para el toque de queda; así que el «Prefecto Cloud », — La menor realizó unas comillas al aire — tiene por lo menos un par de minutos para platicar conmigo si así lo deseara, puesto a que su turno termina a las diez de la noche y nos quedaría una hora… Algo que supongo sabes, así como todo su horario.     Extendió su diestra haciendo una floritura en el aire para luego elevar su índice antes de continuar con su explicación. — Nuevamente si hipotéticamente él aceptara hablar conmigo, ¿hay público aparte de ti y tus pajarracos? No lo veo. Tal como lo dijo la Directora Falkowitz, no debemos tener acercamientos fuera de lo común en público y si de tener que hacerlo frente a ti… Espero no te moleste presenciarlo.— Azalea sentía la incomodidad en cada una de sus falanges, la Princesa Real aunque le irritara la actitud de su colega sabía que estaba en una posición muy delicada. Incluso son las mejores intenciones debía tener cuidado con sus palabras; y aunque muriera por ver a Jerome, lo último que quería hacer era hacerle caso a su imaginación y darle un picotazo a la persona frente a ella en su forma de Animaga.     « ¡Joder! ¿qué pecado estoy cometiendo?... ¡Que no se haga la tonta! Parece un ventilador viendo a las estudiantes. Debería apodarla la «Ojo Loco “Lunny”»… Y yo no puedo ver a mi novio. Respira Azalea... Respira.»     Repitió el movimiento de mano, esta vez alzando su dedo corazón junto al índice. — En segundo lugar, ¿por qué tendrías que vigilar hacía dónde van mis mensajes? Es más que obvio para ti que nos enviamos lechuzas de vez en cuando fuera de clases, ni siquiera lo he visto en privado desde el inicio de clases. Espero no tener que enterarme que invades mi privacidad y que interceptas mis cartas. — Para ese entonces Azalea no tardó en tomar su empaque de papas, sin importarle lo que pensara de sus acciones o intenciones le ofreció de estas. — ¿Quieres? No… Está bien. — No le dejó responder a su pregunta y rodeó el cuerpo femenino antes dirigirse hacia uno de los bordes de los ventanales más cercanos y poder continuar comiendo las papas.     — Por cierto, ¿incitaciones? Que término tan dramático Luana. ¿Por quién me tomas? ¿acosadora de estudiantes?— Cruzó sus piernas desde su nuevo asiento esperando a que se retirara, le respondiera o que caído del cielo llegara el mencionado en la conversación.
      ╎Lᴜᴀɴᴀ;
Miró fijamente a Azalea mientras intentaba argumentar su presencia y sus ganas de buscar al perfecto de Ravenclaw. — Yo de ti pensaba en voz más baja— advirtió frunciendo ahora un poco el ceño sin dar mayores pistas de lo que quería decir. Suspiró pesadamente aún impidiendo el paso de la profesora más joven hacia la torre. — Y sé que no tendrán intenciones de siemplemente gastar esa hora y ocho minutos hablando, así que mejor les evito la tentación. Si Azalea pretendía convencerla con argumentos como aludiendo a las palabras de la directora, estaba muy equivocada. Luana conocía muy bien las limitaciones. — Así es, en público... y ustedes saben bien que todo este jodido castillo es un público entero, que aquí las paredes tienen ojos y oídos, que en cada cuadro hay toda una vieja chismosa que dirá con quién ve pasear a los profesores a cualquier persona que se le atraviese— advirtió firmemente. No cambiaría de opinión, no quería que ninguno de los dos tuviera problemas y ella menos — Y si lo mencionas, sí, me incomodaría presenciarlo— afirmó con un gesto de desagrado y amargura. En el fondo, a Luana le causaba bastante gracia ver a Azalea comenzando a irritarse con la discusión. Era evidente, incluso con su actitud de siempre comenzaba a mostrarse molesta por no poder cumplir sus caprichos. — No es una mala idea eso de interceptar sus mensajes ¿sabes?— esta vez una ligera sonrisa se formó sobre sus labios aún bien cubiertos por un labial rojo. Se aproximó hacia el ventanal junto a Azalea, aún siguiéndola con la mirada. — Puede que yo no te tome por acosadora o lo que sea... pero se podría malinterpretar. Lo hago por el bien de ambos, por que es mi deber y son las reglas. No sólo por hacerte irritar, aunque admito que me divierte bastante— sin que le volviera a preguntar ni pedir más permiso, tomó una de las papas del empaque que sostenía la menor y se la llevó a la boca. — Las personas hablan, los cuadros hablan, exageran todo... esa estúpida chica Ashley escribió en mi oficina algo tipo "Ojalá yo fuera tu escoba para que me montes" y así no más ha dado de qué hablar a los cuadros— le comentó algo enojada — por eso estoy firme en mi pensamiento de que es mejor que no tengan algún tipo de encuentro a estas horas, para tranquilidad de todos, no en el castillo. Acá somos alumnos y profesores y lo correcto será siempre mantener nuestros lugares.
      ╎Aᴢᴀʟᴇᴀ;
— Ojo por ojo diente por diente, las interceptas y te regresaré el favor con la misma moneda. D’accord? — La pelilila ladeó su cabeza mientras se tomaba una pausa para seguir masticando sus papas entretanto escuchaba a su colega continuar con su discurso. — ¿Lo dices por muestras de afecto? — La Princesa Real tuvo que cubrir sus labios antes de soltar una carcajada por el rostro de «asco» de la contraria.— Somos novios es normal y me hace falta, aunque parezca difícil de creer si necesito hablar con él, en un mes no le he visto en privado a pesar que estamos bajo el mismo techo, pero…     No sabía que le irritaba más, si saber que lo que era moralmente correcto o su intento irrumpido por la profesora. — Nuevamente te pregunto ¿por quién me tomas, Luana? Camino por el castillo consciente de mis límites y posibilidades. — Comentó sin entrar en detalles sobre su plan de verle en la Sala de Menesteres, era el único lugar realmente seguro para Azalea y Jerome, además ubicada en un pasillo desolado sin cuadros u objetos delatores; pero por supuesto era un secreto con especial significado para ella que no relevaría al vigilante «perro de tres cabezas».     — Que novedad. — Murmuró con sarcasmo sobre su comentario acerca de querer irritarla.— No serías la primera ni la última, pero confieso que irrita que me subestimes. Pero lamentablemente, agradezco tu preocupación… Porque aunque no lo quieras admitir… — La señaló a la mayor directo a su rostro y con la yema de sus dedos tocó la punta de la nariz de la portuguesa a un modo de gesto juguetón.— Fuera de cumplir con tus responsabilidades te preocupa lo que suceda con ambos; pero créeme que soy la más interesada en que Jerome se gradúe de aquí sin escándalos y he cumplido con mi parte hasta el momento de no pasar los límites de lo correcto.     La siniestra de la más joven palmeó el muró rústico sobre el cual estaba sentada a la espera que se uniera a ella, porque Azalea no pensaba moverse ni un metro lejos de ese pasillo. — Relaja la pelvis, no descargues tus frustraciones en mí acerca de lo irrespetuosas que son algunas personas. ¡Oh! Tu preciado cuervo debe estar por pasar por aquí…
      ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
– ¿En dónde se habrá metido? Ya casi es hora, si no nos vamos ahora, no tendremos tiempo… – El prefecto de Ravenclaw hablaba solo mientras recorría los pasillos del castillo, llegando hasta la entrada de su sala común donde habían acordado encontrarse con su novia.    A penas habían pasado unos minutos desde que su turno había terminado, pero el pelinegro ya miraba el reloj con angustia, pensando que tal vez de esa forma ella llegaría más rápido. Estaba ansioso pues aun no tenía la oportunidad de darle una apropiada bienvenida de regreso al castillo, y no había nada más que anhelara que pasar algo de tiempo con su novia, más sabía que tenían que tener cuidado en el castillo de ser atrapados, tal vez hubiera sido más prudente esperar al fin de semana para ir a Hogsmeade juntos, pero cuando ella le pedía algo, difícilmente Jerome era capaz de negarse a cumplir, y esta no era la excepción.    Dio un par de vueltas en su lugar, aflojándose la corbata un poco. En su mente se repetía a si mismo que seguro todo estaría bien, pero en verdad los minutos pasaban y Azalea siempre era puntual a todo. – Tal vez... tuvo un contra tiempo en el camino, pero me habría mandado una nota entonces, ¿cierto? – Estaba algo confundido, suponiendo que tal vez debía ir a buscarla, en numerando mentalmente las cosas que le pudieron haber pasado a su chica para que no llegara a su encuentro. – Pero espera… ¿hoy es... sí, entonces... Luana... diablos. – Frunció un poco los labios, pensando que aquello sería lo más probable, puesto a que justamente hoy, su jefa de casa, estaba encargada de vigilar el área de igual manera. – Me va a matar. – A pesar del escenario, el pelinegro trato de mantenerse tranquilo, aun siguiendo el camino, que se supondría, su novia tendría que tomar para llegar a él, doblando la vuelta en una esquina antes de detenerse en seco al escuchar dos voces muy parecidas, pudiendo ubicar de forma inmediata aquella cabellera lila de su novia, y los ojos verdes y profundos de Luana.    Trago saliva, su intromisión en la zona no fue tomada desapercibida, ya que ahora la atención de ambas recaía en el joven muchacho. – Ah… buenas noches Profesora Muniz… Profesora Bellerose. – Hizo un pequeño ademan a forma de saludo, sintiendo como un golpe de nervios pegaba contra él, habían sido atrapados infraganti. – La profesora Bellerose y yo, solo queríamos charlar un poco antes de mañana, discutir temas de clase, todo con fines académicos, ya sabe. – Trato de actuar con “normalidad” ocultando sus intenciones de la forma más discreta que pudo, intercambiando miradas preocupadas con Azalea de cuanto en cuanto, sin tener idea de que estaba pasando o de que hablaban antes de que él interrumpiera.
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blackkingworld · 7 years
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Bᴇʟʟᴇɴᴛɪɴᴇ's ᴅᴀʏ┊ʀᴇsɪᴅᴇɴᴄɪᴀ ʟᴏᴡᴇʟʟ┊18.O2.17 – 12:3O       ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ; Bien, si sus indicaciones eran correctas y la suerte estaba de su lado, tan solo faltaban unas cuantas casas antes de llegar a la propiedad de la profesora de criaturas mágicas, también conocida como Wen, mejor amiga de la novia del chico; había escuchado tantas cosas buenas de ella de parte de Azalea que con solo cruzar pequeñas conversaciones con ella, ya le agrada bastante, y no fue sorpresa alguna, que los dos acudieran al otro para poder organizar algo para la pelilila que adoraban. Fue así que dedicaron aquellos días para invitar a los amigos cercanos y compañeros de casa de la cumpleañera, pero no obstante, y con lo nervioso que era Jerome para esas cosas, decidió llegar antes que cualquiera para ayudarle a Wen con los últimos preparativos. Jamás fue bueno con las direcciones, pero supuso que en un pueblo como Hogsmeade, no sería tan complicado. Error, llego antes de lo que esperaba, más también recorrió más calles de las que debía. Llevaba un par de cajas de pasteles cargadas en manos, y una caja de regalo bajo el brazo. Apenas llego a la casa ajena, saludo a Wendolyn con entusiasmo, sonriendo tratando de ocultar los nervios que tenía respecto al evento. – Wen, lamento mucho la tardanza, traje el pastel y pie. – Dejo ambas cajas sobre la mesa, sonriendo al ver la decoración, y el resto de los postres. – ¿Necesitas ayuda con algo más? – Saco los pasteles de las cajas y los acomodo en aquella mesa. – Seguro los demás no tardan en llegar, y Azalea igual. – Agrego mientras apartaba las cajas. Todo parecía marchar a la perfección, entonces el timbre sonó. Cruzaba los dedos mentalmente por que no se tratara de la pelila, pues esperaba a que la mayor parte de los invitados llegara antes, por ello mantuvieron el evento pequeño, no tan pequeño, pero si íntimo. – ¿Quieres que atienda? – Busco con la mirada algo ansioso a Wen, limpiándose las manos en el pantalón y acercándose a la puerta de entrada.
      ╎Wᴇɴᴅᴏʟʏɴ;
—¿Qué dices chiquita mía? ¿Será mucho? Espero que le guste... — La pequeña hija de Wendolyn estaba más ocupada al intentar llevar el pie derecho a su boca, atrayendo así la atención de los felinos que lucían preparados para ir a ella si llegaba a rodar fuera del tapete. La decoración usual de la cabaña había sido reemplazada por una explosión de brillo y lila con olor a lavanda. Siempre era emocionante que llegara el cumpleaños de la menor y como buena amiga siempre quería estar pendiente de que aquella lo festejara. Sin embargo, este año tenía algo de ayuda gracias a un joven cuervo, Jerome, el novio de la princesa. Para cuándo éste llegó, el lugar ya estaba listo para los invitados. Los muebles habían sido ubicados contra las paredes para dejar el centro amplio para todos y la barra de la cocina había sido decorada con arreglos de azaleas que Wendolyn había pedido directamente a Bellement en complicidad con la nana de la festejada. Otra mesa más larga ubicada a un lado de la sala de estar ofrecía una gran cantidad de postres y pasabocas hechos por Agatha aquella misma mañana. —Bienvenido al mundo de Azalea, mi querido Jerome~.— Con un movimiento de varita un letrero fue colgado en lo alto que citaba “Happy Bellentine’s Day” y que tal como el cabello de Luna, cambiaba de colores cada cierto tiempo. —Espero que te guste lo que he preparado, no es mucho ¿cierto? No… Ella se merece todo el glamour que pueda ofrecer, ¿no?— El timbre sonó y la sonrisa no se hizo esperar en el rostro de la pelirrosa. — Ian no tardará en venir pero mientras, ¿podrías cuidar a Luna? Creo que si yo abro la puerta será menos sospechoso. Ya sabes, por si llega Aza.
      ╎Aᴢᴀʟᴇᴀ;
La francesa no veía la hora de ir a la fiesta que estaban preparando para ella, habían transcurrido cuatro días desde su cumpleaños y la ansiedad le picaba en el cuerpo por descubrir todo el plan que hicieron a sus espaldas. Su novio Jerome no soltó ningún detalle incluso cuando Azalea lo había llenado de besos e intentos de soborno... Nada de eso funcionó. Ella por su lado no le quedó otra que planear durante la semana lo que usaría para ese día; su abuela y su madre estaban al tanto de la celebración por lo que ambas le obsquiaron dos vestidos blancos; el primero era de encaje, los hombros caían a ambos lados exponiendo la piel de sus clavículas, se ajustaba a la cintura y hasta abrirse en corte “A” hasta llegar a la altura de media pierna pierna; y el segundo vestido era un poco más ajustado a su cuerpo también blanco pero este tenía un delicado estampado de flores en tonos plastel, con moderado escote de corazón y del mismo largo al anterior. Finalmente el fin de semana había llegado y la Princesa Real no tenía ni la más remota idea de qué vestido usar, más se adenlantó en arreglar su cabello lila en lindas ondas y su maquillaje sencillo y pastel. — Ah~ no sé cuál usar... Ambos se me ven hermosos, de eso no hay duda. — A un lado de su tocador en su habitación de las Mazmorras, flotaba una corona de flores que lentamente se armaba gracias a un hechizos. — Creo que iré por el de encaje para poder usar la coronita de flores y no verme tan llena de cosas. Ya quiero ver la cara de Jerome cuando me vea... — Murmuró para si misma con una sonrisa pícara pues sabía que a su novio le encantaba cuando su cuello, hombros o clavícula estaban a la vista o alcance de su tacto. ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: Luego de una hora de arreglarse, recoger un par de cajas que llevaría y reducirlas en su bolso, emprendió camino en uno de los carruajes de Thestral hacia Hogsmeade a la residencia de Wendolyn e Ian; en el camino algunos estudiantes - la mayoría Slytherin - que sabían de su cumpleaños la interceptaron para saludarla y por supuesto darle sus sinceras felicitaciones. La francesa contenta por como se había desarrollado la tarde arribó por fin a la casa de sus amigos con una sonrisa en su rostro, que se ensanchó aún más cuando su amiga pelirosa abrió la puerta y al fondo encontró toda una hermosa decoración a su gusto y por supuesto a las personas que más quería presentes.
      ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
– Yo… ah, sí, claro, pero… – No termino de hablar cuando Wen ya se había alejado en dirección a la puerta de entrada, dejándolo a solas con la pequeña bebé, no estando muy seguro de que debía de hacer, así que solo se inclinó a acariciar las mejillas de la pequeña con una sonrisa. – Te pareces a tu mamá. – Hablo a lo bajo con una pequeña risa entre labios al notar aquel parecido.
Salió de sus pensamientos al escuchar como el resto de los invitados comenzaban a hacer algo de ruido, dándole la bienvenida a la cumpleañera, a lo que una sonrisa amplia surco las comisuras del pelinegro, observando las cajas de regalo que había llevado, prestándole particular atención a una un poco más grande que se encontraba separada al resto, con unos cuantos agujeros en la parte superior y laterales, esperando ansioso el momento en el que su novia lo pudiera abrir.
Alcanzo a ver la cabellera pelilia abrirse paso entre los invitados, saludando y agradeciendo a estos por su asistencia, finalmente llegando hasta donde el menor, siendo él quien dio un par de pasos más para su encuentro, mordiéndose el labio al poder apreciar su lindo atuendo, y como portaba aquella corona de flores que resaltaban por el color pastel de su cabellera. – Feliz cumpleaños, Bellerose. – Se mordió el labio tratando de no demostrar toda su emoción al momento de saludarla, pero sin poder ocultar su boba sonrisa. – Te ves preciosa. – Halago su atuendo, abrazándola desde la cintura con algo de fuerza, y en un acto de atrevimiento, dejar un beso sobre uno de sus hombros. – Muero por que abras los regalos, mh… ¿tienes hambre? – Pregunto tratando de ser atento antes de poder proseguir con la celebración.
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blackkingworld · 7 years
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5O ᴍᴀɢɪᴄᴀʟ ғᴀᴄᴛs ᴀʙᴏᴜᴛ ᴍᴇ ┊#MGCActividad
      ╎#JBlackKing;     O1. Mi nombre completo es Jerome Basile Cloud, pero casi nadie sabe mi segundo nombre.   O2. Soy zurdo, pero de pequeño era ambidiestro, aun sigo trabajando para volver a serlo. #ForTheWin   O3. Tengo una media hermana, Sophia, pero yo siempre digo que es mi hermana de sangre.   O4. Soy prefecto de mi casa, Ravenclaw, y estoy orgulloso de lo que he logrado desde que conseguí el puesto; campeones de la copa de la casa y campeones invictos, hasta la fecha, de quidditch.   O5. Mi novia es Azalea Bellerose, es dos años mayor que yo y llevamos 3 años juntos.   O6. El día que me transfirieron a Hogwarts, fue un 6 de diciembre, un día después de mi cumpleaños.   O7. Mi más grande ambición, por el momento, es convertirme en animago.   O8. Mi forma animaga, al igual que mi patronus, es un lobo artico.   O9. Soy un gran fan de la cultura muggle, en especial de las peliculas y los cómics, de superhéroes en particular.   1O. Tengo dos gatos de mascota, Socrates, que siempre ha estado conmigo y Calipso, que fue un regalo de una vieja amiga en mi primer año en el castillo.   11. Soy un gran fan de la música alternativa y punk.   12. Colecciono esferas de nieve de todos los lugares que he visitado o a donde mis amigos viajan.   13. Soy parte del equipo de Quidditch de mi casa, como guardián.   14. Tiendo a ser algo extremista con mis emociones, soy alguien muy sensible y a la vez indiferente con quienes sienta que no lo vale. Amable o grosero en igual medida, pero sobre todo arrogante o modesto según la situación.   15. Me considero muy bueno en la materia de Astronomía, aunque la astrología siempre ha sido algo que también me llama la atención.   16. ADORO LA PIZZA. La podría comer 25/8.(?)   17. Tengo varias alergias, pero la más grave de todas, es la que tengo hacía la nuez.   18. Me considero muy cercano a todos en Ravenclaw, pero mis mejores amigos ahí al paso del tiempo, han sido Jake Muniz, Kyle Willyne y Adam Autumm.   19. Mi hermano, mejor amigo, compañero, vato loco, cosa fea, de toda la vida es Seth Desmond, aka Thing #2 (yo soy el #1 porque soy más alto).   2O. Estoy profunda y locamente enamorado de mi novia, literalmente, me siento el chico más afortunado al tenerla a mi lado, pues siempre he estado consiente de que todos los días ella es libre de tomar la decisión de irse, pero sin embargo decide quedarse conmigo. #Jalea4Life   21. Admito que cuando apenas llegue al castillo, me intimidaba mucho el jefe de casa de Gryffindor y el ex prefecto de Slytherin.   22. No me respetan en mi casa aunque sea el prefecto. #ForeverJerome   23. No me considero alguien con una mejor amiga en especifica, pero tengo varias a las cuales quiero y aprecio mucho como las hermanas O'Brien, My Mean Girls, Luana Muniz, Rebecca Willyne, Athena Vulgaris y claro, Azalea Bellerose. ♥   24. Soy en extremo sobreprotector, desde mi casa, mi novia, mi hermana, mis amigos, mis mascotas, todo aquel que lo necesite, haha, se que a veces no debería ser así, porque me meto seguido en lo que no me importa, pero no lo puedo evitar.   25. Quiero ponerle a mi hijo Robocop desde que tengo memoria, aunque Azalea dice que eso nunca pasara, pero ya veremos(?). #NoLeDiganAAzi   26. Me gusta regalar gatos, siento que hacen felices a las personas, le he regalado gatos a dos de mis mejores amigas, Zurie Laforêt y Langley O'Brien.   27. Cuando iba en quinto, estuve en una pelea de pasillo con uno de los chicos de Slytherin, he de decir, que si no nos hubieran separado las jefas de casa... habría ganado.   28. También conocí a mi mejor amigo, Seth Desmond, por una pelea que tuvimos, cerca del bosque, cuando el intento quemar un árbol y yo trataba de apagarlo... si tiene problemas, déjenlo. #JethBitch   29. Como ya dije, me gustan los comics, los de DC son mis preferidos, pero lo que muchos no saben o no se esperan, es que mi superhéroe favorito, es Aquaman.   3O. TENGO UN CONEJITO, o bueno, una, es niña, regalo de Azalea en mi cumpleaños número 17, a la cual bautice como Bloom II.   31. Mi anhelo por un conejo de mascota, apareció después de que un gracioso convirtiera a Azalea en conejo por un día, y después de hacer un desastre en el comedor, yo la adoptara y la nombrara Bloom; aun le digo así de cariño.   32. En quinto grado, fui chica durante una semana, al igual que el resto de los chicos de la casa, por una poción que tuvo efectos secundarios de Luana Muniz, nuestra jefa. Por alguna razón mi rostro era idéntico al de Langley O'Brien y aun no entiendo porque.   33. Después de eso, convertimos a todas las chicas en hombres a manera de venganza, incluyendo a la jefa de casa, y como castigo... corrimos por todo el campo de quidditch en uniforme de porristas. #LesbianosClaw   34. Tengo un desorden obsesivo compulsivo a menor escala(?). Suelo contar mis pasos cuando camino y tienen que terminar en un numero par, me gusta acomodar las cosas de forma geométrica y separo mi ropa por colores.   35. Al principio el sombrero me quiso poner en Slytherin, pero le pedí que me pusiera en Ravenclaw y funcionó.   36. Le tengo... no tanto, pero si un poco, de miedo a las tormentas eléctricas, Los truenos suenan como el rugido de un gran monstruo y suelen dejar todo a obscuras y... digamos que también me da algo de miedo la obscuridad.   37. También me da miedo el olvido... siempre he creído que uno muere dos veces, cuando pierde la vida, y cuando su nombre es pronunciado por ultima vez. Me aterra morir en vida.   38. Digo los peores chistes del mundo, pero son tan malos, que son buenos. #No #NoLoSon   39. Llevo el mismo nombre que mi suegro, el padre de Azalea, a diferencia de la acentuación... I know, que miedo.   4O. Siempre he creído que es muy lindo ver llover y no mojarse.   41. Cuando tengamos una hija con Azalea, le pondré Azalea, porque... estoy seguro, que al igual que su madre y su abuela, para toda Azalea en este mundo hay un Jerome ahí afuera listo para cuidarla y quererla.   42. Suelo tener insomnio, me cuesta dormir en especial en verano, por el calor.   43. Se tocar la batería y el piano bastante bien.   44. Cualquier cosa, persona o animal adorable es mi debilidad, solo me dan ganas de estrujarl y cuidarlo.   45. Mi marca más característica son dos pequeños lunares que tengo sobre mi ceja izquierda, que muchos confunden a primera vista con una perforación.   46. Tengo un tatuaje de una cruz negra en mi nuca desde los 15 años.#BadBoy(?)   47. Me sé todas las canciones de todas las películas muggle de HSM... sí.#Gay   48. Durante sexto año, me hicieron una broma que me dejo con aliento de fuego, lo cual hizo que en una de las excursiones, en la clase de DCAO, a pesar de que la indicación fuera "no prenderles fuego a los muertos vivientes" les prendiera fuego a los muertos viviente. #SorryLu   49. Me considero alguien muy relajado, a decir verdad, mi lema de vida es "Vive simplemente, para que los demás simplemente vivan".   5O. La fuerza me acompaña y soy uno con la fuerza.
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blackkingworld · 7 years
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Jᴏʏᴇᴜx Aɴɴɪᴠᴇʀsᴀɪʀᴇ, Rᴏᴍᴇ┇sᴀʟᴀ ᴅᴇ ʟᴏs ᴍᴇɴᴇsᴛᴇʀᴇs ┇O5.12 – 21:45
      ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ; 
Era el día, nadie se pudo imaginar cuanto era lo que el chico esperaba por aquella fecha, que al poco conocimiento de otros, era una fecha como cualquier otra; 27, el día 27 fue el día en el que, meses atrás, su amor por la princesa francesa fue declarado y viceversa, y fue desde ese mismo día 27, en el que ambos decidieron que no se separarían uno del otro.
Tal vez el chico era cursi, en exceso cuando se lo proponía, pero solo trataba de esforzarse y dar lo mejor de sí cuando de su novia se trataba, pues tenía la tendencia a sentirse inseguro de sí mismo, por lo que no dudaba en tomar cualquier oportunidad para sorprender a su mayor con alguna clase de detalle, a pesar de que estos no fueran su fuerte. Y particularmente ahora, que era un año completamente nuevo, no se le ocurría mejor forma de celebrar otro mes juntos que de la forma en la cual ambos se habían “vuelto a conocer”, y arreglado sus diferencias en primer lugar; un día de campo, pero no cualquier clase de día de campo.
Jerome, como bien se sabía, era fan de la cultura muggle, en particular de su arte y películas en general, la forma clásica en la cual un romance se va desarrollando, los fastidiosos pero satisfactorios clichés, pero algo que siempre quiso vivir, era esa escena en la que ambos van en un bote por el lago, tomando champaña y brindando cuando él chico se arrodilla y le pide matrimonio, claro que aquí no tenían champaña y probablemente no le pediría matrimonio, pero tenía una cesta llena de las comidas (más que nada postres) favoritas de su novia y las del menor, y sabía que eso era más que suficiente.
Había conseguido la balsa, y después de acomodar todo en su interior, desde los remos, la cesta con la comida, hasta mantas para poder hacer más cómodos los asientos y toallas, solo por si acaso se necesitaran, pudo tomarse un respiro para ver la hora, seguro no faltaba mucho para que arribara la pelilila, suponiendo que hubiera leído la nota que dejo el día anterior.
   ❝ ─ Te espero mañana a las 7 en punto en la orilla del lago negro, te tengo una sorpresa. Lleva ropa cómoda, y… no te preocupes por el desayuno, yo me encargo.❞
Estaba más que ansioso por el encuentro, no era cualquier cita, era especial, o al menos su corazón nunca había latido con tanta fuerza desde aquella vez a las afueras de la sala común de su casa cuando la prefecta de Slytherin canto para él, tanto así que hasta se había tomado la molestia de conseguir un ramo de lirios azules, a sabiendas de lo mucho que su novia apreciaba tales detalles, a pesar de lo poco que sabía el despistado ingles respecto al tema.
Fue un alivio para él, ver como pasados los minutos, la chica llego justo a tiempo, llamando su atención con un saludo a lo lejos, agitando la diestra a lo alto. – ¡Llegaste! – Apretó, de forma inconsciente, con bastante fuerza el ramo de flores en su zurda, dando unos pasos nerviosos para acercarse al encuentro con su novia, extendiéndole con una enorme sonrisa dichas flores. – Son… para ti, feliz 27, mi princesa. – Dijo como saludo un poco antes de depositar en sus labios un casto beso.
        ╎Aᴢᴀʟᴇᴀ;
La noche anterior, Azalea caminaba ansiosa por su habitación a la espera de una señal de parte de su novio, a quién había visto muy poco esa semana y lucía un poco sospechoso durante esa tarde. ¿Acaso Jerome la estaba evitando? No entendía porque el joven a pocas horas de celebrar una fecha tan importante para los dos se comportaba tan aislado. Lo último que pasó por la cabeza de la francesa era que preparaba algo para ambos, cuando le preguntó que harían ese día el menor cambió el tema drásticamente y a partir de ahí los últimos días por las clases, trabajos y demás no lo frecuentó lo suficiente como para deshacerse de la duda. ─ Fitz, ven aquí... ─ La princesa Real atrajó a su gato felpudo y gruñón entre brazos para reconfortarse de alguna manera; fue en ese momento cuando una nota encantada conocida por ella apareció volando hacia ella. Azalea atrapó el pedazo de papel con tal rapidez que por poco deja caer a su gato, y este como respuesta solo dejó escapar un maullido con un tono irritante. Al terminar de leer la nota, sintió como un gran peso se liberó de sus hombros y corrió hacia su closet para buscar lo que usaría al día siguiente. ─ Ropa cómoda... En invierno no hay mucha comidad en cuando capas. A veces siento que llevo pesar en el cuerpo de la cantidad de ropa. ─ Comentó en voz alta, recordando lo mucho que le fastidiaba el cruel invierno escocés. ~ {👑} ~ Al día siguiente la francesa se adelantó a empacar en su pequeño bolso, un par de sus galletas muggles favoritas, las "snitch" de chocolate que tanto le gustaban, spray para el aliento (porque como siempre debe estar preparada), su varita; finalizó su rutina matutina aplicándose un poco de perfumeantes de vestir su beret y bufanda tejidas de colro gris. Ese día vestía de manera casi monocromática, en escalas grises haciendo que resaltara su cabellera lila y el color rosa de sus labios. Revisó la hora y se apresuró a despedirse de sus mascotas para salir afuera de las Mazmorras al tan esperado encuentro con su novio. Llegando a su destino, Azalea identificó la figura; apretó el pasó y casi llegando hacía iba a lanzarse hacia sus brazos cuando el menor estiró con su siniestra un ramo de flores, el cuál recibió con una amplía sonrisa en su rostro. ─ Merci, mon prince... Que hermosas, y por supuesto que estoy aquí. No sabes lo mucho que quería verte desde hace tiempo... que pasáramos un poco de tiempo juntos.
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blackkingworld · 7 years
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Jᴏʏᴇᴜx Aɴɴɪᴠᴇʀsᴀɪʀᴇ, Rᴏᴍᴇ┇sᴀʟᴀ ᴅᴇ ʟᴏs ᴍᴇɴᴇsᴛᴇʀᴇs ┇O5.12 – 21:45       ╎Aᴢᴀʟᴇᴀ;
   «Feliz cumpleaños, Rome.»
El ocaso llegó con lentitud para la Princesa francesa que concluyó su tarde caminando a través de su habitación, de un lado a otro sin parar. La razón de la ansiedad se debían al plan de la noche, Azalea preparó con detalle su sorpresa de cumpleaños para su novio, Jerome Cloud; ese primer lunes de diciembre el joven cumplía diecisiete años lo que lo convertía en mayor de edad en el mundo mágico.
«¡Este es digno de celebrar!»
Con anticipación escribió una carta al chico, citándolo a las afueras de la Sala Común de Ravenclaw; se disculpó incluso de separarlo de sus amigos y compañeros pero la razón de citarlo tan tarde era enseñarle algo en demasía especial. Dicho y hecho, aguardó a las fueras del sitio. — Perdón que sea a esta hora, necesitaba que el pasillo estuviese vacío para enseñarte esto. — Susurró mientras sostenía en su diestra la mano del menor en lo que caminaban a lo largo del pasillo del séptimo piso.
Con su siniestra sostenía la cinta de un bolso que con ayuda de un hechizo de extensión indetectable logró ocultar los regalos para la noche. Una vez llegaron a las coordenadas del pasillo en las que necesitaba estar luego de «dar un par de vueltas», la pelilila giró su cuerpo para encarar a su novio y mirarlo justo a los ojos entretanto sostenía sus manos.
— Rome... Recuerdo que en una ocasión hablamos sobre la Sala de los Menesteres, y sobre que desde la Batalla de Hogwarts era un mito o que la Directrice la había mandado a cambiar o vigilar, pero... — Su voz decreció para evitar que algún caminante nocturno pudiese escuchar su conversación. — La Sala existe y sigue aquí, en este pasillo. Yo... Solía visitarla muy seguido pero no es secreto que algunos estudiantes se han topado o encontrado la Sala y la directora ha buscado la forma de mantener esta zona vigilada.
La ligera sonrisa en su rostro reflejó la preocupación de Azalea; sus manos ascendieron hasta rozar las mejillas de su novio y continuar con lo que tenía por decirle. — Hoy la vas a conocer, celebramos tu cumpleaños en la Sala pero prométeme que no le dirás a nadie y yo te contaré como supe de este lugar.
      ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
Cumpleaños de Jerome, ¿quién lo diría? El tiempo pareció pasar volando, pues no había pasado un año, si quiera, desde su llegada al castillo, cuando su padre le obligo a volver a internarse en una nueva escuela, siendo forzado a pasar aquel cumpleaños solo en el nuevo lugar, sin amigos, sin familia. Aquel panorama no pudo ser más alejado del momento actual, rodeado de sus amigos y compañeros de casa y de su hermana, recibiendo regalos por carta de sus amigos de otras casas y profesores de igual forma, solo le hacía falta algo... alguien, cosa que lo acomplejaba y lo hacía sentir un tanto vacío. Saltó de su asiento apenas vio la flor lila hecha de papel entrar a la sala común, estaba entusiasmado por ver qué tenía su novia por decir, esbozando una enorme sonrisa apenas leyó que lo citaba a las afueras del lugar, preguntándose si habría de necesitar alguna otra cosa fuera de su varita y su atuendo casual, tentado a correr a su habitación pero entre tanto y tanto, solo terminó despidiéndose de todos y disculpándose por la repentina partida, antes de correr por las escaleras a las afueras de la torre en busca del encuentro de su amada. – No te preocupes por la hora, Bloom, ¿Qué sucede? ¿A dónde vamos? – Entrelazo sus dedos dejándose guiar, algo extrañado al no escuchar respuesta de parte ajena, pero sin dudar en seguirla. Volvió a mirarla confundido a penas noto que solo estaban dando vueltas por el lugar, esperando una clase de explicación, la intriga se lo estaba comiendo. – Oh, eso... ¿eso significa que la Sala de los Menesteres... – No termino su pregunta cuando ella ya la había contestado por él, mirando a su alrededor con asombro, ya que solo había escuchado historias respecto a aquel inusual lugar, haciéndolo abrir los ojos de par a par. – ¿Entonces, tú... has estado en la sala? Y-yo... lo prometo, no diré nada, mh, promesa del meñique, puedes confiar en mi. – Aseguro el menor extendiendo el meñique de su mano libre a lo alto, en espera a que la pelilila hiciera lo mismo para cerrar su promesa.
      ╎Aᴢᴀʟᴇᴀ;
— En ocasiones la Sala fue mi lugar de estudio, entrenamiento de Animagia, incluso para dormir de vez en cuando y tener algo de paz, las Mazmorras no siempre son calmadas, sobre con algunos de mis compañeros de último año que causan problemas o hacen bromas. — Un suspiró escapó de sus labios en el momento que novio prometió no decir el secreto; Azalea hizo uso de sus habilidades de ballerina y se apoyó sobre la de sus pies mientras apoyaba sus palmas sobre los hombros de Jerome para sellar la promesa con un casto beso seguido de la unión de sus meñiques. — Confío en ti. El gran muro de piedra frente a ellos comenzó a revelar dos imponentes portones tallados con figuras complejas que pronto se abrió para darles ingreso a la mística Sala de los Menesteres. La Princesa Real había ido con anterioridad a dejar la comida y bebidas de la celebración privada en la amena y hogareña sala que emergió del mágico recinto. — Voilá. Puede ser lo que sea que necesites, y yo quería... ¡Esto! Algo que te hiciera sentir en casa... En un nuevo ho-ogar... Conmigo. — Su voz no solía quebrarse por la vergüenza pero desde que era novia del inglés, sonrojarse y tartarmudear cuando estaba nerviosa se volvía algo común. — ¡Eh... Ejem, hice tu pie favorito! — Cambió de tema drásticamente tratando de ocultar su sonrojo con la excusa de una nueva tarea. Su atención se fijó en la mesa de escasa altura rodeada de sofás y almohadas ubicada frente a una chimenea, sobre esta había un pastel decorado con velas, mini pies de manzana, pequeños empaderados y aperitivos, como siempre la francesa exagerada cuando quería celebrar. « Mejor que sobre a que falte...» — ¿Qué te parece? — Lo invitó a sentarse a su lado entre las almohadas sobre el suelo para degustar lo preparado.
      ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
Retrocedió un par de pasos, halando a la chica de la mano, dejando que la puerta terminara de aparecer, no sabía si eso era normal puesto a que toda esa experiencia era nueva para él, y no quería que algo la lastimase, pero su mirada se llenó de luz cuando las puertas se abrieron, y pudo ver el interior, era como una estancia de alguna casa o cabaña, tan hogareño y acogedor, se quedó sin palabras hasta que la mayor explicó sus intenciones, haciéndolo sonrojar con suavidad y asombro, mirándola de reojo con una tenue sonrisa. – ¿Ju… juntos? Tú y yo… solos. – Hablo a lo bajo ampliando su sonrisa, era tierno verla de esa forma, sonrojada y tímida, aún más después de la sorpresa que le había organizado en aquel día especial. Una vez en el lugar, miro a todos lados, relamiéndose los labios apenas vio los pies de manzana. ¡Olían delicioso! – Lo recordaste, es mi favorito, woah, ¿hiciste todo eso por mí? – Seguía asombrado, y no dudo en tomar a su novia por las mejillas, aprovechando que nadie más los veía, y plantar un cálido y tierno beso en sus labios, separándose lo suficiente para poder hablar y darle un beso de esquimal. – Gracias… Lea, es perfecto. – Susurro. – ¿Nos quedaremos aquí toda la noche comiendo y abrazándonos? – En verdad esperaba en su interior que aquel tiempo con su novia fuera eterno, pintaba para una noche larga y amena, y aunque era principió de semana, a él solo le importaba el momento, ese momento, con ella, en su nuevo hogar.
      ╎Aᴢᴀʟᴇᴀ;
Por fin tendría tiempo a solas con su novio lejos de miradas curiosas, la ansiedad de ser descubiertos o separarse hacia sus respectivas Sala Comunes. Quería quedarse ahí las próximas horas y luego se preocuparían por descubrir como regresar a sus casas sin ser atrapados, sobre todo Azalea, puesto a que Slytherin estaba siete pisos hacia abajo. — Claro que me acordé, no es muy difícil de olvidar. Y esto no es lo único, no me has preguntado qué te daré de regalo o es que, ¿no esperabas recibir algo? . El beso del Ravenclaw la sorprendió en el momento pero no tardó en corresponderle e ir con las intenciones de prolongar el beso pero su novio decidió detenerlo, acción que le provocó un puchero pronunciado. — Oui, nos quedaremos aquí por un buen rato. — Se inclinó sobre sus labios para darle un fugaz beso antes de usar un «accio» sobre su bolso encantado en el que escondía sus regalos. . — Para empezar nuestra velada, quiero que primero veas lo que traje para ti. La primera sorpresa era venir aquí, la segunda es... — Con su varita apuntó el interior del bolso del que salió disparada una caja aterciopelada de color azul oscuro. — ¡Tada! Adelante, ábrelo... En su interior verás algo que quiero que te recuerde a mi y que puedas llevar con orgullo. . Atrapó su labio inferior cuando le entregó la caja al menor, estaba deseosa de ver su reacción, la Princesa era un tanto quisquillosa a la hora de elegir regalos; y al tratarse de Jerome quería que significara algo especial, además que la recordara cada vez que viera su regalo.
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blackkingworld · 8 years
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31 ᴅᴇ ᴏᴄᴛᴜʙʀᴇ ┊ᴠᴀʟʟᴇ ᴅᴇ ɢᴏᴅʀɪᴄ┊ᴡᴇᴅᴅɪɴɢ ɴɪɢʜᴛ
       ╎Jᴜʟɪᴀɴ;
La boda había sido un algo muy bonito, a pesar de que Jerome lo había sacado casi arrastrando de su habitación, habían logrado llegar a tiempo y no perderse de nada de ese especial momento. Y a pesar del ambiente medio macabro que tenía todo, el romanticismo seguía reinando en el lugar, sabía que esto cambiaría un poco cuando ellos entraran en escena.
Acabada la interpretación que dieron las prefectas de Hufflepuff, se puso de pie, jalando un poco a Jerome, antes de llamar a todo el resto de su casa para que pudieran ir al centro del lugar, y así ocuparse del regalo que habían preparado, esta vez, los Ravenclaw. Al igual que Daria, tomó el microfono para poder hablar, aunque le costaba horrores poder decir algo frente a tanta gente.
- Hola. . . Esto, los chicos de Ravenclaw hemos preparado un regalo también, para nuestra jefa de casa, Luana, y su esposa Camila. Por favor, disfruténlo, y espero que la pasen muy bien este su día. -
Terminó de hablar, sintiendo como le temblaba, regresando a lado del resto de chicos, escuchando como la música comenzaba, dando el inicio para que su baile comenzará, siguiendo los pasos de aquel baile muggle tan popular, y que aparte, había sido la marcha nupcial de sus profesoras.
       ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
Corrió a la pista de baile apenas y Jul le había dado la señal, y en su camino a esta logro tomar a su hermana, Sophie y a Kyle de las muñecas, riendo un poco mientras los apuraba a llegar al lugar. – Rápido, acomódense, pronto va a empezar. – Al prefecto le hubiera gustado decir que todos se habían esforzado y ensayado hasta la muerte para el baile, pero lo cierto era que no habían podido practicarla tanto como quisieron, por lo que no dejaba de reír de los nervios al pensar como saldría todo aquello. Llamo a Julian de regreso a la pista con una seña de mano, aun tratando de contener la risa, pues algo le decía que nadie recordaría la coreografía, siendo así que su mirada iba constantemente hacía donde Jake, esperando que por lo menos recordara los primeros pasos. En cuanto todos estuvieron en sus lugares, fue cuando la música comenzó a sonar, y aunque era incierto si estaba en lo correcto, comenzó a bailar o que recordaba. – Uno, dos, tres, cuatro… uno dos… – Trato de llevar la cuenta, pero igual le era complicado concentrarse con todos viéndolo a su alrededor.
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blackkingworld · 8 years
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3O ᴅᴇ ᴏᴄᴛᴜʙʀᴇ 2O15 ┊ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ┊21:OO
       ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
Aun recordaba su primer Halloween en el castillo; no llevaba mucho desde su llegada, y aun no gozaba de los beneficios y responsabilidades que llevaba el puesto de prefectura, más sin embargo, seguía divirtiéndose tanto, incluso un poco más que ahora, todo parecía más relajado en aquel entonces, más tranquilo y se tomaba todo a la ligera, igual que su mejor amigo, que tanto en aquel entonces, como ahora, tenían una confianza bastante fuerte, siendo que después de un primer encuentro bastante extraño, entre jalones y golpes, surgió una amistad.     – Seth, ¡apúrate! llegaremos tarde, ¿acaso también te maquillas? – Hablaba en voz alta el menor mientras golpeaba la puerta de uno de los baños de hombres, pues apenas había conseguido que el, en aquel entonces, castaño, usara un “disfraz”. – Sera divertido, deja de quejarte, ¿conseguiste todo lo necesario? – Seguía hablando, buscando en la mochila del chico los “materiales” para la fiesta, puesto a que con ayuda de algunos contactos, consiguieron un par de botellas alcohólicas de bebidas muggles, para encender la fiesta, o como le distaba decirle “darle sabor al ponche”.     Dejo las botellas en su mochila, tosiendo un par de veces luego de oler el contenido. – Agh, ya sé porque siempre estás perdido en clases. – Una vez hablo, más ahora en voz baja esperando a que no lo escuchara, sacudiendo un poco su sudadera, con el simpático logo diciendo “thing 1”, riendo una vez que salió del baño, al verlo con una sudadera igual a la propia, más con el número dos en esta. – Bro tenemos que correr, antes de que Minerva entre al salón, no quiero que nos atrapen.
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blackkingworld · 8 years
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3O ᴅᴇ ᴏᴄᴛᴜʙʀᴇ┊ɢʀᴀɴ sᴀʟᴏɴ┊21:3O
       ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
Primer baile… un baile de verdad, juntos, y aunque sí, no era para nada como se lo imaginaba, era algo poco convencional, y bastante memorable. A Jerome le encantaba que con tampoco tiempo estando juntos de manera oficial, ya pudieran tener esa clase de confianza, pues de lo contrario, no habría accedido a usar ninguna clase de falda o vestido para la ocasión.     La cena había sido más rápida de lo que había pensado, y los resultados fueron extraordinariamente cerrados, tanto que lo hicieron suspirar, de alivio y preocupación, ya que en verdad no esperaba que recibieran la copa este bloque, pero con gran honor obtuvieron el mismo. Fue un poco antes de que se terminara la cena, que una azalea llego a su mesa, dibujando una sonrisa aún más grande mientras leía.     no estaba acostumbrado a aquella sensación, y no se refería al hecho de tener novia, si no a que constantemente se tallaba los ojos debido a la incomodidad del maquillaje, sus pies dolían, no entendía cómo es que las chicas podían soportar eso todo el día, y sin contar que sentía frío en partes en las cuales no estaba acostumbrado siquiera a sentir la brisa, pero era lo de menos.     Una vez se despidió de sus compañeros de casa, no tardo en plantarse al pie de las escaleras, en espera de su novia, sin poder borrar la sonrisa de bobo de su cara, la cual solo se agrando, teniendo que cubrir sus labios para no soltar una carcajada al verla baja por las escaleras con aquella gran túnica y su disfraz. – Mi lady, déjeme decirle, que luce exquisita esta noche. – Trato de molestarle un poco, y apenas bajo, no dudo en ofrecerle el brazo para entrar al baile juntos, dejando un delicado beso en su mejilla antes de que la mayor “entrara en personaje”. – ¿Me concederías la primera pieza? –
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blackkingworld · 8 years
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3O ᴅᴇ ᴏᴄᴛᴜʙʀᴇ ┊ɢʀᴀɴ ᴄᴏᴍᴇᴅᴏʀ┊2O:OO
        ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
La copa de la casa, Halloween, y el baile de disfraces, Jerome no podría estas más nervioso y emocionado al mismo tiempo, sin contar que el día siguiente, su Jefa de casa se casaría, así que más les valía obtener buenos resultados en el conteo de puntos, aunque esa era la parte que más nervioso le ponía, puesto a que con tantos trabajos, y otros pendientes, admitía que por lo menos de su parte había descuidado la clase de defensa contra las artes obscuras.     Sin embargo, había más por lo cual preocuparse, y era respecto a su disfraz, pues ese día temprano, su novia lo había llevado con ella al pueblo, en busca de un “disfraz de pareja”, y siendo que ha única vez que había hecho un disfraz de pareja con alguien fue el año pasado con Seth, su mejor amigo, era algo que le causaba escalofríos, pues muy probablemente tendrían ideas poco compatibles, teniendo que ser Jerome quien cedió al último para, y a duras penas, de usar los disfraces que la francesa escogió, y ahí estaba, con ella en el baño de prefectos, ayudándose uno al otro para poder estar listos antes de la premiación. – Ah… ¡AUCH! Lea, cuidado con la peluca, me jalas el cabello. – Se quejó aun con los labios abultados, sin estar del todo de acuerdo, pero eran ya los últimos detalles, al igual que los últimos minutos para que fuera hora, y siendo que quería llegar antes que todos para alistar la mesa, se despidió de Azalea con un casto beso, y salió des baño de prefectos a toda prisa rumbo al comedor.     – Es tan difícil caminar con estos zapatos, no sé cómo es que los toleran. – Hablo para si una vez que se encontraba entrando al gran comedor, primera vez en su puesto de prefecto que llegaba a tiempo, y es que no quedaba de otra, ya que Saeron recientemente había dejado la bacante como prefecta, el pelinegro había tenido el doble de trabajo. Fue solo cuestión de tiempo para que uno a uno, los miembros de la casa arribaran al festín, tomando asiento, más de uno haciendo bromas al respecto del disfraz del prefecto, más solo causándole risas, y decidiendo pasar de ellas.     –Bien, quiero aprovechar que la mayoría ya está aquí para felicitarlos por su esfuerzo este semestre, se que muchos tuvieron inconvenientes, de salud, familiares, pero estoy seguro de que nos ira bien y si nos seguimos esforzando así, cada vez será mejor. – Termino con un pequeño brindis con jugo de calabaza, tomando asiento, como era costumbre, a la orilla de la mesa, usualmente, seguirían otras palabras de aliento de su compañera de prefectura, pero por las razones ya dichas, el sermón había sido corto, tratando de despejar su mente de la mirada elocuente de Luana, y disfrutando de la cena, divisando a la prefecta de las serpientes en la mesa de aun lado, riendo debido a su disfraz, y dedicándole un guiño apenas sus miradas se encontraron, sería una gran noche.
       ╎Bʀᴀᴅ; 
Brad se había preparado un poco para asistir a la primera fiesta en Hogwarts a la que asistía. Se sentía un poco nervioso, ansioso por saber quién ganaba la ansiada copa, sabiendo que la casa a la que pertenecía había adquirido el honor más de una vez. Acomodó por ultima vez la chamarra que tenía varias manchas de sangre artificial y se dirigió al gran comedor para la cena antes de la fiesta de Halloween. Una vez ya en el comedor, se sentó en la mesa correspondiente, escuchando de momento las palabras de la directora, para luego dirigir su vista al prefecto cuando tomó la palabra. ¿En serio estaba disfrazado de chica? Vaya gustos de su compañero de habitación, de hecho, podría jurar que era novio de una chica, y aún así él vestía así... ¿Qué clase de broma era esa?
Bajó la vista un poco para reír de las constantes bromas de sus compañeros hacia el prefecto de casa y cuando llegó el momento, alzó su copa con jugo para el brindis. Esa sin duda sería una noche muy divertida e inolvidable.
       ╎Eʟʟʏᴀɴé;
La hora de la cena estaba demasiado cerca, y después de convencer a su nueva compañera Bom de asistir al banquete, se alisto lo mejor y más rápido que pudo, pues según recordaba de su padre “La imagen lo es y vende todo”. Después de un tiempo y de darse luna última mirada al espejo, salió satisfecha con el resultado final de su habitación con Ery entre sus manos, quien rápidamente se ocultó entre las gazas de su disfraz para no ser visto por nadie hasta que pudiera olfatear la comida y salir de su escondite. Bajó despreocupadamente hasta el gran comedor, y debía admitir que los disfraces de varios eran impresionantes y de otros graciosos. << ¿Una dona? >> pensó al ver el disfraz de uno de los chicos de su mesa ahogando una carcajada y sentándose en uno de los asientos disponibles. Pasaron pocos minutos y más gente comenzaba a llegar y ella, curiosa, no dejaba de voltear a todos lados para ver los diferentes atuendos que portaban los miembros de otras casas. No se percató de que el prefecto (o….¿prefecta?) había llegado hasta que comenzó a dar un pequeño discurso, del cual no puso la más mínima atención, pues estaba con la mirada fija en sus pechos y más concentrada en averiguar si estos eran reales o solo una prótesis. La voz de la directora la saco de su trance y fue entonces que comenzó justo por lo que había ido: el gran banquete. Se sorprendió bastante al ver el aspecto y la cantidad de comida que aparecía frente a ella. Después de todo los rumores eran ciertos, y al sentir cosquillas en su antebrazo, dejo salir a su pequeño vampiro a un lado de su plato, acercándole un trozo de zanahoria. — Disfruta pequeño, ya no estamos en Baviera, puedes comer lo que quieras — susurró con una pequeña sonrisa para después, saborear un buen bocado de puré.
       ╎Jᴜʟɪᴀɴ;
Debía admitir que lo más emocionante de los bloques era el cierre de los mismos, de por si el banquete era genial, además de la copa de las casas, que lo ponía ansioso y nervioso. Ya el bloque anterior había tenido el gusto de celebrar una victoria, esperaba poder hacerlo una vez más. Eso, además de la boca de su jefa de casa y el baile de esa noche eran las cosas que rondaban su cabeza mientras terminaba de maquillarse.  Sin demorar más de lo que tomó su maquillaje, salió con dirección al Gran Comedor, para tomar asiento junto a sus demás compañeros, claro que mientras se sentaba, no pudo evitar fijarse en el peculiar traje que llevaba el prefecto, cubriendo su boca de inmediato para no lanzar la carcajada que quería escapar de sus labios.
Estuvo demasiado ocupado tratando de no reír ante las bromas hacía el prefecto, que pronto llegó el discurso del mismo, que no se alargo, y que provoco que todos alzaran sus copas en un brindis, antes de que fuera la directora la que diera unas palabras antes de inciar el banquete.
Y claro, importándole poco su maquillaje, se dedico a comer. A pesar de la comida, no pudo dejar de notar el pequeño animalito que una de sus compañeras nuevas, Ellyané, había llevado con ella, sintiendo que se iba a morir de la ternura, pero siguió con su comida, mientras se mantenía espiando al pequeño mientras comía.
       ╎Yᴠᴏɴɴᴇ;
La joven suiza llegaba a tiempo... o eso esperaba, el atuendo (tal vez demasiado oscuro para su gusto) no había sido muy complicado de obtener y tampoco había sido compleja la tarea de ponérselo. Un pequeño cambio en el cabello con un sencillo hechizo y algo de maquillaje. Los altos tacones eran su único problema, los zapatos altos le gustaban pero no era así siempre; no es que supiera caminar en ellos con especialidad, pero con algunos largos minutos de práctica logró acostumbrarse a ellos. En silencio, y casi sin ganas, Yvonne admiró cada traje que los alumnos de otras casas vestían, sin embargo, uno en particular captó toda su atención, la Ravenclaw intentó sólo limitarse a saludar al prefecto que llegaba con semejante disfraz. La risa inexorable escapó de sus labios, se dejó escuchar tan escandalosa que tuvo que cubrirse la boca para no llamar demasiado la atención, pero es que Jerome lucía tan divertido, que tuvo que abstenerse de beber algo para no acabar ahogándose. Cuando por fin pudo controlar sus carcajadas amortiguadas por la palma de su mano y pudo recuperar la respiración, permaneció en silencio para escuchar cada una de sus palabras y además las que luego se dejaron escuchar por parte de la directora, Yvonne no tocó mucho la cena, pese a las risas anteriores, la comida y los dulces eran algo que por el momento no le apetecían, desde hacía algunos días que había ido perdiendo poco a poco el apetito sin saber porqué, tal vez se debía a sus bajos (por no decir nulos) ánimos. Y aunque la directora lanzó después la fascinante noticia de que Ravenclaw se había llevado la copa, la suiza sólo aplaudió a sus compañeros con una sonrisa dibujada en los labios, por un lado ella no había aportado demasiado para ganar la copa actual y por otro lado, aún no sabía por qué había terminado accediendo a ir disfrazada si ni siquiera tenía un compañero de baile o alguien que le acompañase, porque suponía que todos allí tenían su cita para esa divertida velada.
       ╎Sᴏᴘʜɪᴇ; 
Terminó de atarse el listón rojo sobre su cabeza, realizando un nudo en la parte de abajo, el cual ocultó en los dos pequeños moños de cabello que se había realizado a cada lado. Dejó caer sus manos a los costados de su cuerpo al tiempo que suspiraba. Las princesas no eran del todo su agrado, pero era el único disfraz que había encontrado a última hora. A decir verdad, Sophia no tenía plan alguno de asistir a la fiesta, por lo que se supondría iría con a la cena con el uniforme. 
Se miró una y otra vez en el espejo, algo no le convencía de aquel vestuario. No era que se mirara mal, si no que tal vez le molestaba el hecho de estar probando día con día que ya no era una niña pequeña para terminar al final vestida de Princesa de Disney. Aunque fuera hubiera sido de Mulan, su historia favorita. Dejó de quejarse al tiempo de salir de su habitación y decidió que se divertiría aquella noche.
Al llegar al salón pudo notar como ya había algunas personas, sin embargo la ceremonia aun no daba inicio. Saludo a un par de gente antes de tomar un asiento al azar en la mesa. Poco a poco el lugar se fue llenando, los disfraces pronto se dejaron ver y en ese momento se alegró de haber llevado ese disfraz puesto que algunos otros llevaban cosas demasiado excéntricas, por ejemplo su hermano. No pudo evitar soltar una enorme carcajada al verlo, teniendo que llevar su mano a su boca para intentar acallarla.
Escuchó con atención el discurso de Bienvenida de la directora antes de comenzar a cenar. Cuidó de no manchar su vestuario colocando un par de servilletas sobre él y comiendo con sumo cuidado. No probó gran cantidad de lo que había para la cena, sin embargo se aseguró de comer un poco de todo, inclusive llego a recibir algunas quejas de sus compañeros de casa por haber estado picando toda la comida.
       ╎Kʏʟᴇ;
Después de tanto tiempo pensando en cual sería su disfraz, optó por uno que lo haría totalmente irresistible: Una deliciosa dona glaseada. No se sorprendería si alguno o alguna quisiera darle una mordida. Llegó justo a tiempo para ver al prefecto con su disfraz, y el a comparación de sus compañeros, no reprimió ninguna carcajada, sino todo lo contrario, estalló en risas al punto de casi llorar. — ¡Jer! ¡Amigo, que sexy luces! — dice tomando asiento e intentando controlar su risa. Atendió con una sonrisa el discurso que su prefecto, elevando su vaso para el brindis. Después de eso, las palabras de la directora indicaron que el banquete estaba por iniciar y el estaba mas que preparado. Los deliciosos platillos comenzaron a aparecer frente a él un aspecto que le pareció gracioso. No tardó mucho tiempo para que comenzara a tomar un poco de todo lo que hubiese frente a él. Mientras se servia en el plato no pudo evitar ver que una pequeña criatura salia de la manga de una chica que estaba a su lado (Ellyané), causándole ternura y algo de gracia el disfraz con el que la pequeña criatura estaba, y al verlo mas fijamente se dio cuenta que estaba a juego con el de su duela. — Que adorable — comento señalando al pequeño animal. Mientras hablaba con la chica, un tenedor ataco su plato, y al darse cuenta encontró a Sophie robando una pieza de pollo que estaba guardando para mas tarde — ¡Hey, eso es mio! — le dio un manotazo a la contraria y le hizo una advertencia con su mirada.
       ╎Bᴏᴍ;
Había resultado un poco vergonzoso pero al final había terminado accediendo a la solicitud de la joven rubia que acababa de conocer gracias a las mascotas de ambas, y sin más opción fue a su habitación a buscar aquella caja que Sebastian le había hecho llevar con ella como parte de un regalo, pidiéndole que no la abriera hasta el día de la velada de Halloween, no había entendido por qué hasta la abrió y es que sus mejillas se habían teñido de rosado mientras se cubría el rostro con ambas manos. ― ¿Por qué siempre me haces esto? Sebastian…Siempre te anticipas, siempre me sorprendes, y siempre me tratas como tu princesa pero esto…. ¿No pudo ser algo menos llamativo? ―Cuestionaba al viento como si estuviese hablando con su primo al ver que el contenido de la caja era un disfraz de Halloween bastante llamativo pero muy hermoso. Negó con la cabeza pensando en que luego le enviaría un mensaje con su ave mensajera para reclamarle aquello, por ahora no tenía mucho tiempo y debía arreglarse para la velada; por suerte el arreglo solo sería algo de maquillaje y un peinado quizá un poco más elaborado pero que no era tan complicado. Al final se terminó colocando el traje cosa que no fue lo más sencillo pero una vez lista le pidió a Amelie que se portara bien y se quedara en la habitación indicándole que pronto regresaría y así asomó primero el rostro fuera de su habitación, mirando a un lado y luego al otro esperando no hubiese nadie antes de salir y así lo hacía en cada habitación hasta que debía llegar al gran comedor por lo que tuvo que tomar un respiro profundo antes de ingresar sin alzar mucho la mirada, solo para observar donde se encontraba la mesa que estaba destinada a Ravenclaw y buscar un asiento disponible. Manteniendo su mirar lejos de los demás hasta que los discursos iniciaron. Fue un alivio para Bom cuando terminaron de hablar pues así podía bajar de nueva cuenta su mirar, y francamente se maldecía por no llevar su flequillo con el cual ocultar el rubor que estaba segura tenía en sus mejillas; no estaba acostumbrada a vestir de manera tan vistosa, era más bien alguien de perfil bajo y en aquel momento el encontrarse allí vestida así le causaba una gran vergüenza.
       ╎Eʟʏsɪᴀɴ;
Había estado ausente mucho tiempo, las crisis mentales que sufría sumado a la actividad cerebral desbordada en la mente de su hermana que las mantenía unidad por un vinculo invisible había obligado a la Ravenclaw a escapar a Nueva York para poder encontrar un poco de serenidad. Pero había que volver a clases, había que volver pues estaba por ser Día de Brujas y con ello el cumpleaños de un Slytherin muy especial y el cumpleaños de su gemela. Así que debía esforzarse por callar a Stephen y a su gemela Ada. - Buenas noches... Saludó a los pocos compañeros que había en la mesa y a los cuales conocía, había compañeros nuevos que quizás habían llegado en el tiempo de ausencia que había estado lejos. Así que con una profunda reverencia saludo a los nuevos y después tomó su lugar en la mesa escuchando el perfecto discurso de que el Prefecto de la casa daba a todos ellos. Se sentía orgullosa de poder portar los colores de Ravenclaw pues era un lugar acogedor, tranquilo y con mucho por ofrecerle a su mente sedienta de saber.
       ╎Jᴀᴋᴇ;
Esa noche era una nueva entrega de la copa. Tenía algo de miedo porque conocía el temperamento de Luana y si Ravenclaw no rendía lo suficiente, seguramente se ganarían un buen regaño de su parte. Pero esa noche era especial, pues además habría un baile de Halloween. Jake estaba algo desanimado a decir verdad y no quería quedarse mucho. Sae se había ido y no pudo nunca decirle lo que sentía. El pelinegro estaba supremamente triste con su partida. Para animarlo, su hermana le hizo un traje de hombre lobo muy realista. El traje lo animó, pero era muy incómodo a la vez, así asistió a la cena y escuchó al prefecto inaugurar la mesa. La directora habló hasta que fue interumpida por Peeves. En ese instante odió su traje ¿qué hubiera sido de él si ese odioso se lo hubiera atacado como solía hacerlo? . Luego del susto se anunció al ganador. Jake ni había probado demasiado su comida, pues le era difícil comer así. Sorprendentemente Habían ganado de nuevo. Esperaba que eso significara una velada tranquila sin gritos de su jefa de casa, que igual estaba demasiado ocupada con Camila como para fijarse en la copa.
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blackkingworld · 8 years
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3O ᴅᴇ ᴏᴄᴛᴜʙʀᴇ┇ ɪɴᴠᴇʀɴᴀᴅᴇʀᴏ ɴᴏ. O6 ┇OO:OO
      ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
Obscuridad… obscuridad era todo lo que veía; el ambiente estaba húmedo y pesado, a duras penas podía respirar en dicho lugar, no tenía idea de donde estaba y no recordaba lo que había hecho antes de llegar aquel confuso lugar. Todo estaba borroso, todo estaba obscuro.     El pelinegro yacía en el piso aun mareado, su mejilla contra el piso que estaba cubierto por una ligera capa de agua, y mientras sus ojos se adaptaban a la poca iluminación del lugar, miraba a todos lados tratando de averiguar en donde y porque estaba ahí. Sus brazos hicieron un esfuerzo por levantarse, estos le dolían y sin razón alguna que el recordara, y cuando por fin pudo mirar con mayor facilidad, deseo no haberlo hecho. – Invernadero 6… – Hablo a lo bajo, casi para sí mismo, su sorpresa fue cuando vio a otros dos de sus compañeros que yacían en el piso, no muy lejos de donde es estaba; de igual manera ambos lucían un tanto heridos, como si los tres se hubiesen internado en el bosque durante una semana en alguna clase de “juego de supervivencia.” – No tiene sentido. – Todo seguía muy borroso en su cabeza, pero eso no le impidió ponerse de rodillas aun lado de uno de los chicos para lograr ver su rostro. – Y… Yuūta, Yuūta, ¡despierta! – Exclamo aquello ultimo algo exaltado, trataba de estar en calma, pero siendo honesto, todo aquello le daba un escalofrió inmenso.     El invernadero 6 era desconocido para la mayoría, estaba fuera de los accesos para los estudiantes, pero como prefecto, había noches por las cuales tenía que rondar por la zona; todo lo que se sabe era que almacenaban plantas, algunos decían que eran plantas carnívoras, toxicas, venenosas… plantas mortales, contando historias de estudiantes devorados, asfixiados, atacados, entre muchas otras, y ninguna de ellas realmente agradable para el conocimiento público; a simple vista, lograba observar plantas moviéndose al fondo del lugar, algunas con tentáculos, nada de lo que haya escuchado hablar a la profesora Camila. Pensamientos horribles fueron así mente, haciéndolo sacudir con furor nuevamente a su compañero. – ¡Yuūta! – Exclamo en espera a que reaccionara, acercándose a Baek de igual forma y tratando de que despertaran.     – Tenemos que salir de aquí, ya es tarde y no sé dónde hemos estado, no recuerdo nada. – Trato de hacer un resumen de su situación en espera de ayuda de parte de los otros dos, poniéndose de pie del suelo mojado, y abriéndose camino hacía uno de los cristales del invernadero, buscando puertas o en su defecto alguna clase de conducto o parte frágil para poder salir del lugar, golpeando el vidrio un par de veces por la desesperación de no encontrar nada aun, buscando su varita desesperado entre sus bolsillos. – Tengan cuidado con las plantas… no me dan buena pinta, de hecho, nada de esto me lo da. – Termino por expresar el chico tratando calmarse y buscar un escape.
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blackkingworld · 8 years
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                    「@BʟᴀᴄᴋKɪɴɢ」 ▶ ɴᴏ.14 - ᴜɴᴀ ᴄᴀʀᴛᴀ. ▶ sᴡ/s - ᴊᴀᴍᴇs ᴅᴇᴀɴ ɴ ᴀᴜᴅʀᴇʏ ʜᴇᴘʙᴜʀɴ ▶ ᴛʜᴀɴᴋ ᴜ ғᴏʀ ᴀʟʟ ᴛʜᴇ sᴍᴀʟʟ ᴛʜɪɴɢs ▶ #RoyalCouple     Querida tú,     ¿No te pasa que de pronto se te viene algo a la cabeza y no dejas de sonreír? Que por más que quieras o intentes sabes que eso no pasara porque no puedes dejar de pensarlo, y apenas te distraes un poco y vuelve a tu mente… porque eso es lo que pasa con tu mirada, esa mirada que me hace sentir el hombre más afortunado del mundo, porque estoy seguro de que nadie más la tiene.     ¿Alguna vez has llegado a sentir que harías cualquier cosa por alguien… ser cualquier cosa?, no solo su pareja, si lo necesitara serias un amigo, un consejero, un protector, lo que sea, pero estarías para esa persona y nunca le fallarías… ¿lo has sentido?, porque yo no, al menos no hasta que te conocí. Y sí, sonara cursi, pero no creo que haya otra manera de expresar esto con palabras, debido a que con acciones me es aún más complicado. No solo es complicado, es frustrarte, me desespera, me hace sentir una impotencia al punto de que soy inútil y solo quiero colapsar ya que no puedo ser ninguna de estas cuando lo llegas a necesitar.     De un momento a otro mi felicidad dejo de ser mi felicidad y se convirtió en la tuya, no es algo que haya decidido, como dije antes, es muy difícil no pesarte, no sentirte… no amarte y aunque quisiera que no fuera así no sabría cómo regresar sin que me destrozaras. No volvería a ser el mismo.     Eres como… mi pequeña rebanada de felicidad, la persona que me puede hacer brillar de alegría y al mismo tiempo la que me puede desgarrar de tristeza. Y creo que te debo de dar las gracias por no hacer la segunda y que hay momentos donde no es siempre cierto, pero sé que das lo mejor de ti, Lea, así como yo doy lo mejor de mí para estar contigo.     Solo me queda volver a agradecerte, porque… después de esto creo que ya lo sabes todo, te lo he dado todo, eres mi todo, y no me gustaría que fuera de otra forma.     Te ama, tu Rome♛
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blackkingworld · 8 years
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26 ᴅᴇ ᴏᴄᴛᴜʙʀᴇ┇ᴀᴜʟᴀ ᴅᴇ ᴛʀᴀɴsғᴏʀᴍᴀᴄɪᴏɴᴇs┇16:3O
– Tienes que concentrarte, anda, Jerome, no es tan difícil. – Se repetía constantemente el chico en medio del aula de transformaciones, luego de pedirle consejos a su profesor de dicha asignatura referentes a la animagia, expresándole sus inquietudes por aprender un poco más en el ámbito practico y no solo teórico. Había pasado un par de semanas y sus sesiones de meditación se habían vuelto constantes y cada vez más largas, y gracias a los consejos de su novia se había vuelto cada vez mejor en aquello.     Sentado sobre el escritorio del profesor, Jerome seguía pensando, era alguien perfeccionista, de saber que no podía hacer algo a la perfección, prefería no hacerlo, pero aquí de falla y falla era la única forma de aprender. ❝Tienes que lograr canalizar su magia, entrar en contacto con tu esencia.❞ recordaba las palabras de su profesor mientras refunfuñaba, quien apenas un momento estaba con él, más tuvo que déjalo solo para atender un compromiso, dándole el permiso de permanecer en el aula cuanto tiempo quisiera para practicar. – Canalizar mi magia, mi esencia. – Repitió mirando a su alrededor, buscando entre los artículos del aula algo que le ayudara, sonriendo al ver una pequeña y blanca flor en una de la masetas decorativas del salón. –Moonflower. – Susurro al reconocerla, siendo que estas únicamente florecían por las noches cuando la luz de la luna reflejaba contra ellas, “canalizando su energía”, haciéndolo recordar al pequeño taller de astronomía que había tomado, con el profesor Hlér, de igual forma.     ❝¿Qué es eso que te hace JEROME y no otra persona?❞ Vaya que el profesor podía llegar a ser bastante exigente con sus alumnos, por más torpe que llegue a ser ante multitudes, realmente sabía lo que decía cuando enseñaba, y esa no fue la excepción. El pelinegro volvió a su lugar en el escritorio, tomando un gran respiro antes de fijar toda su energía y magia a las palmas de sus manos, extendiendo las mismas, concentrándose en obtener un simple resultado, una pequeña transformación; poder generar más vellosidad en sus manos, y de ser posible, intentar ver sus garras, pues si lo que deducía por su descendencia y sus frecuentes visiones, al igual que su patronus, de un lobo se trataba.     Sus músculos se tensaron, al punto que sus brazos ya dolían, pero él no se detendría hasta conseguirlo; recordó las palabras de su novia, respirando hondo y tratando de despejar la mente. ❝¿Cómo crees que te sentirías si cierras los ojos y están en un vacío en lo que solo sientes algo fluir en ti?❞ Dentro de él fluía una calidez inmensa, como si alguien hubiera encendido un cerillo justo a la mitad de su pecho y dejado que el fuego se extendiera por todo este. Dolía, y dolía aun más mientras seguía intentando la transformación.     Pronto un dolor aun más punzante recayó en sus manos, como si le encajaran una par de estacas en esta, o si una placa gigante de piedra solida estuviera sobre estas; sentía una gran presión, llegando a quejarse y jadear por aire debido al desagrado del sentimiento, más para entonces sus manos se habían vuelto un poco más toscas, y pelaje blanco comenzó a salir de estas, lo estaba logrando, por un momento por lo menos, pues al momento de ver sus resultados, no soporto más bajando las manos, las cuales seguían adoloridas. Sin embargo, sabía que no podía detenerse, ahí, no ahora, que cada vez avanzaba un poco más; aquella sería una larga velada, pues algo le decía, que al igual que aquella hermosa flor, su esfuerzo daría frutos bajo la luz de la luna.
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blackkingworld · 8 years
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                    「@BʟᴀᴄᴋKɪɴɢ」
▶ ɴᴏ.7 - ᴜɴᴀ ғᴏᴛᴏ ᴅᴇ ᴇʟʟᴀ. ▶ ᴄᴏʟᴅᴘʟᴀʏ - ɪɴᴋ ▶ ᴀᴡᴀᴋᴇ ᴍʏ sᴏᴜʟ ▶ #RoyalCouple     – ¡SONRIE! – Exclamo el menor apenas había encontrado a su novia entre la gente una vez que llego al pueblo, con una de aquellas cámaras muggles que tanto le gustaban entre manos, sacando fotos inmóviles al momento, riendo a lo bajo debido a la reacción de su repentina foto.     No tardo en acercarse a su novia, llevaba todo el día fotografiando cosas con aquel artefacto que era tan fascinante para Jerome. La saludo con un cálido beso en los labios, entregándole la cámara entre las manos. – Lamento llegar tarde, me distraje con esto, lo tome prestado de la sala de estudios muggles, he estado sacando fotos todo el día. – Explico sacando un par de fotos de su bolsillo, un poco avergonzado por lo infantil que aquello sonaba al decirlo en voz alta. – Pero solo falta una foto para mi colección. – Señalo la cámara con un nuevo gesto, haciéndole entender que quería que ella se tomara una foto y después de indicarle que botón presionar, la pelila no tardo en intentarlo, causando risas provenientes del pelinegro gracias a su peculiar pose, pero era inevitable, era demasiado linda incluso sin intentarlo.     "Entonces toma una tú, si crees que lo haces mejor”, fueron las palabras de la mayor luego de su pequeño berrinche, aceptando el reto de su novia, más por el simple placer de verla refunfuñar de nuevo, apenas tomo la cámara fotográfica, hizo la misma pose que ella, mirándola aun con aquella amplia sonrisa, acto seguido. – Mh, seguro quedara mejor esta. – Termino por tomar ambas fotos, y abrazarla con fuerza, dejando castos y repetitivos besos por su rostro, tratando de remediar cualquier daño que su soberbia falsa pudiera causar. – Bien, bien… una más, anda, prometo que será la última e iremos por el postre que te prometí. – Aseguro antes de respirar hondo, y sin siquiera dejar de abrazarla, extender la cámara con su mano, tomando la foto. – Perfecto… ten, guárdalas por mí, ¿sí? – Le extendió las tres últimas fotos que tomaron con un dulce gesto, buscando luego su mano para entrelazarlas, guiándola, como había dicho a uno de los restaurantes del lugar.
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blackkingworld · 8 years
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2O ᴅᴇ ᴀɢᴏsᴛᴏ┇ᴅɪᴀɢᴏɴ ᴀʟʟᴇʏ: "Tʜᴇ Rᴏʙᴇʀᴛ's Mᴇᴀʟ"┇14:OO
— OST: https://youtu.be/uKJeLG8-M5I
      ╎Sᴇᴛʜ;
El sol no brillaba se escondía entre las nubes como todo día en Londr...— ¿A quién le importa el clima?—
El callejón Diagon estaba como cualquier otro día o fin de semana, lleno, ruidoso, magos y brujas entrando y saliendo de diferentes tiendas, niños corriendo, las campanillas de las puertas sonaban de aquí y allá sin descanso excepto en el viejo local The Robert's Meal que parecía haber sido abandonado por todos. A pesar de los esfuerzos de la vieja bruja, su tía Abbie, de remodelarlo las personas parecían estar más interesadas en visitar los locales más grandes y más famosos.
—Ya nadie respeta las viejas tradiciones, la vieja tradicional comida— dijo la vieja bruja Abbigail Roberts caminando por el local cargando un cucharón de latón en la mano.
— Yo creo que no ehs exsxobchb... — Seth habló con la boca llena de comida que no se entendió nada y siguió masticando como el cerdo que era al comer.
Por que cuando Seth estaba hambriento podía comer demasiado rápido y muy bestia.
Disfrutaba del delicioso almuerzo preparado por la bruja, hasta que deseó no haber echo el intento de responder a lo que ella platicaba pues un dolor muy grande apareció "como magia" en su nuca pero de magia no había nada. La tía Abbie le había dado un tremendo cucharazo mientras le miraba disgustada y juzgaba con sus negros ojos.
—¿¡Por qué jodida madre me pegas, bruja loca!?— reclamó Seth soltando el cubierto con el que engullía la comida para frotarse la nuca.
Abbigail le fulminó con la mirada, ¿cómo se atrevía a ser tan descortés? aunque la bruja ya debería haberse acostumbrado a su vulgar vocabulario, siempre actuaba de la misma manera. Hizo un amago de querer golpear al chico y él se encogió en su asiento soltando una carcajada, como si ver furiosa a su tía fuera lo más divertido del planeta.
No era divertido, pero era su forma de sentirse en un modo "familiar". Seth visitaba a su tía cada cierto tiempo, no iba todos los fines de semana pero al menos sí dos sábados cada mes.
—No hay respeto en esta juventud, ¡ay! —respingó la señora empuñando con ambas manos su cucharón de una forma ridículamente teatral que le fue muy difícil a Seth aguantarse las ganas de reír.
—Tía Abbie, yo creo que aun debe haber gente que le guste tu comida, es buena... a mi me gusta. —le sonrió muy galante en un intento de hacerle sentir mejor y también de conseguir una porción extra de comida.— Es más, ¿por qué no me das un poco del pan que preparas para mi café?...
El lugar estaba impregnado con ese delicioso aroma y él no podía sentir que se perdería de probarlo, por que aunque el proceso de mudarse con su "tía Abbie" en el pasado fue caótico y su humor terrible, jamás le faltó comida cuando regresaba con ella en vacaciones.
La bruja se había virado hacia los estantes a limpiar afanosamente el polvo de uno de los frascos que contenían especias raras que ella usaba para comer o hacer pociones, ya no se sabía. El chillido de un cristal forzado a limpiarse fue lo único que sonó después de la pregunta que él hizo y la vieja bruja se volteó a darle otro cucharazo.
—¡TE DOY NADA, SETH AGUST DESMOND! ¡DEBERÍAS ESTAR AYUDÁNDOME POR SI VIENE ALGUIEN Y NO TRAGANDOTE TODO!
—¡PERO SI NO HAY NADIE! ¡Y TENGO HAMBRE! ¡NUNCA ME VEZ Y CUANDO ME VEZ ME GRITAS!
La señora Roberts sacó su varita de su anticuadísimo atuendo color púrpura y tela de terciopelo y con un elegante movimiento de ésta trajo una escoba vieja que dejó caer a un lado de la silla de madera de Seth.
—¡Ya terminaste! —exclamó molesta mientras le arrebataba el plato de estofado— ¡Ponte a barrer!
—...—Seth miró la escoba y luego a su tía, volvió a mirar la escoba y enarcó una ceja.
—¿Qué?— dijo ella alzando una ceja.
—Puedo usar el encantamien...
—¡NADA DE ENCANTAMIENTO! SI ESTO ES CASTIGO.
—Peeeero tíaaaa...
—Pero nada, y limpias bien, y no rompas nada. Iré a terminar de preparar el budín de leche mantequilla con canela. Si viene alguien eso ofrece y un buen café. Si quieren algo más fuerte el estofado... si no es que te lo has acabado todo, gran boca sin fondo — masculló gruñonamente Abbigail mientras caminaba en su encorvada forma hasta una puertecita de madera antigua y casi a medida de la señor Roberts que llevaba a la cocina.
Seth exhaló y justo en ese momento la campanilla del local sonó, alguien había entrado, poco antes de que la sra. Roberts terminara de ingresar a la cocina por lo que pudo girarse a mirar a Seth con una sonrisa burlona que parecía hasta maligna.
—Por fin llega alguien, ahora harás algo, holgazán— le dijo y terminó por ingresar a la cocina con el llamativo estruendo de la puerta al cerrarse.
Seth giró los ojos en blanco y volvió a exhalar poniéndose en pie, se inclinó para levantar la escoba que le habían dejado pero la recargó contra la pared más cercana que tenía de lado el estante que antes su tía admiraba y limpiaba del polvo con bastante amor, sobre el mismo mueble estaba un mandil blanquecino que se colocó a la cintura mientras caminaba hacia el otro lado del pequeño local, el lado cercano a la puerta de entrada; pues él estaba comiendo en una de las mesas más cercanas a la cocina la cual contaba con una pequeña privacidad cubriendo con una media pared llena de fotografías mágicas en llamativos marcos de diferentes formas y colores.
No pensaba que pasaría su sábado de visita de esa manera pero no le quedó de otra.
—Hoy hay budín de leche mantequilla y canela... y creo que estofado de carne —dijo Seth sin alzar el rostro aun pues se terminaba de amarrar el lazo del mandil pero podía ver los pies de la persona que se había sentado en la mesa, por lo que sabía que no hablaba solo.
      ╎Jᴇʀᴏᴍᴇ;
¡Día de paquetería! Aquel día no era tan ansiado para Jerome como seguramente lo era para su familia, pues fuera de lo que uno podría pensar, como “aquel día donde toda la familia manda algo para él”, era más algo como “aquel día donde él tenía que salir a buscar algo para cada uno de ellos”, siendo que con una semana de anticipación le mandaban una lista y dinero para que se adentrara en el pueblo a comprar el resto de sus pedidos. – El dije de William, el abrigo de Christopher, la caja misteriosa que me pidió papá que comprara, joyería para las niñas y su madre… bien, parece que esta to… – El pelinegro tomaba lista de las cosas mientras las empaquetaba, tendría que conseguir un montón de lechuzas o una caja más grande si quería que todo eso llegara junto, más apenas se dio cuenta de que había olvidado el pedido de su abuelo, un gesto malhumorado se formó en su rostro. – Mierda. – Maldijo a lo bajo mientras caminaba a su armario en busca de una chaqueta. – Mierda, mierda, mierda. – Volvió a decir, más ahora sin prisa en su tono, iba con la tranquilidad del mundo, como si en verdad le preocupara… pero no tanto. El único pedido que faltaba, era la dichosa comida de un restaurante escondido en lo más recóndito del callejón Diagon Alley, al cual siempre volteaba a ver cada que iba a la librería de Flourish y Blotts, ubicada al otro lado de la acera, a solo unos locales de distancia. Su abuelo siempre contaba que en sus tiempos de estudiante en Hogwarts, no había mejor lugar, o comida que la que preparaban en “The Robert's Meal”, que pareciera no había cambiado de propietario desde entonces, y las pocas veces que había entrado, era de igual forma, para comprar comida para su abuelo, siendo siempre recibido por una anciana mal humorada, más que al escuchar el apellido “Cloud” ese gesto cambiaba. – Dios, abuelo, no quiero saber que más solías hacer en aquel entonces. – Tomo la primera carreta que salió al pueblo, y una vez en dicho lugar, no demoro mucho en llegar al viejo restaurante, respirando hondo antes de abrir la puerta, siendo inmediatamente inundado por ese particular olor a pan y algo parecido a madera vieja. Trago saliva, no olía tan mal, de hecho apenas y recordaba que fue lo que había desayunado, siendo así que se adentró un poco más en el local, escuchando un par de gritos de aquella anciana, pero siendo mayor sorpresa al escuchar la siguiente voz, divisando a nada más y nada menos que Seth, su mejor amigo, dentro y fuera del castillo, siendo que tuvo que morder su lengua con fuerza para evitar reír al verlo. – Lindo mantel señorita, ¿le han dicho que ese color resalta sus ojos? – Hablo con un tono grave pero burlón para llamar su atención mientras se sentaba en la mesa más cercana, finalmente estallando en risas cuando este se dio cuenta de su presencia. – Lo siento, lo siento, no era mi intención sonrojarte. – Volvió a reír. – No esperaba verte aquí… a todo esto… ¿Qué haces aquí, bro? ¿Servicio a la comunidad? ¿Te hace falta dinero? – Cuestiono al mayor, mirando a su alrededor para buscar que nadie los viera, ´para ofrecerle tomar asiento con él en esta en espera a su respuesta.
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blackkingworld · 8 years
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                    「@BʟᴀᴄᴋKɪɴɢ」
▶ ɴᴏ.1O - ᴀʟɢᴏ ǫᴜᴇ ᴛᴇ ɢᴜsᴛᴇ ᴅᴇ ᴛᴜ ᴘᴀʀᴇᴊᴀ. {ғísɪᴄᴏ} ▶ ᴄᴏʟᴅᴘʟᴀʏ - ᴍᴀɢɪᴄ ▶ ᴡʜᴇɴ ᴜ sᴍɪʟᴇ, ɪ sᴍɪʟᴇ ▶ #RoyalCouple.     No sé si pueda tan solo limitarme a pensar en un único aspecto que me guste de ti, a veces siento que es tan irreal tenerte a mi lado. Adoro tus manos, tan pequeñas y suaves, en especial cuando tomas la mía entre ellas. Tus ojos, como estos se llenan de luz cuando estas contenta, y como se ven tan obscuros cuando estas triste; cuando no sonríes, siento como mi corazón se encoge, esa es razón suficiente para saber que algo no anda bien.     Adoro tu figura, como esta se ve cuando caminas, haciéndome saber cuándo estas apurada, nerviosa, incluso cuando me coqueteas. Me es tan sencillo leer tu pensamiento atraves de tus labios, cuando los muerdes de preocupación, cuando están cerca de los míos.     Me he vuelto tan dependiente a ti, a tu cabello color pastel y olor a cerezas, y a la forma tan perfecta en la que este cae por tus hombros, dependiente a tu risa, ya no me imagino despertando por las mañanas si no es con tus dulces palabras y caricias. Porque para mí, ya no existe un “yo” si “tú” no estas primero, porque yo ya no existo sin ti.
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blackkingworld · 8 years
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O2 ᴅᴇ ᴏᴄᴛᴜʙʀᴇ┇ʟᴀɢᴏ ɴᴇɢʀᴏ┇O6:OO            
      No conocía lugar más tranquilo en todos los terrenos del castillo que el lago negro, le traía una calma incomparable el estar cerca del agua y para asegurar el que estuviera solo y sin distracciones, acudió ahí lo más temprano que pudo, siendo que decidió acudir justo después de terminar su rutina de ejercicios diarios, ya que se tomaba muy enserio su preparación física, era igual de necesario que empezara a trabajar en la mental.       Jerome era de los que se perdían en sus pensamientos con facilidad mientras miraba a la nada, pero ahora tendría que vaciar su mente, prepararse para lo que siguiera y entrenarla, moldearla, o algo parecido recordaba que decía su libro de texto. No tardó en llegar a la orilla, tomando asiento en dicho lugar, cruzando las piernas y simplemente mirando al horizonte.       Había pasado poco desde que su interés por convertirse en animago había surgido, era un trabajo bastante pesado, pero si en verdad lo querías, valía todo el esfuerzo, o al menos eso es lo que le habían enseñado a Jerome desde pequeño, siendo que desde aquel extraño sueño, todas las horas libres que tenía en su disposición, las dedicaba a estudiar y aprender cuanto pudiera, y tomando en cuenta que le era bastante complicado por sus deberes en clases, como prefecto, y jugador de quidditch, más hacía lo que podía. Y desde que había comenzado a hablar con Azalea, la prefecta de Slytherin y su ahora novia, la animagia había sido un tema recurrente. Si algo le admiraba a la pelilila, era su dedicación y conocimiento hacía dicho tema, tomando realmente en cuenta sus recomendaciones y experiencias, y de ser todo eso correcto, y lo que había leído estaba bien, su siguiente paso era aprender a meditar.       O como la mayoría le decía “encontrar la paz consigo mismo”, Jerome podía aparentar fácilmente ser un idiota con todo el mundo, le era lo más fácil, pero en su interior era realmente complejo, tanto que a veces a él mismo le asustaban sus comportamientos. Desde pequeño recordaba lo malo que podía llegar a ser su padre, no solo con el resto del mundo, incluso con su propio hijo, era bastante estricto y de mano dura, con tanto odio y rencor acumulado dentro de él, Jerome juro que nunca sería así, que él no era una mala persona, y sin importar que, siempre sería “su mejor versión de sí mismo”, como la gente solía decir hoy en día. Más había días en los que en verdad se cuestionaba si era tan bueno y altruista como se presumía a sí mismo. Pensamientos y actitudes dignas de una de esas películas de suspenso muggle le atormentaban cuando trataba de dormir, odiándose a sí, y a lo que había encerrado muy dentro de él, a quien había encerrado en lo más profundo de su ser. Como si de un instinto animal se tratara, que le dijera cuando atacara y cuando enloquecer.       Tal vez incluso, el mismo solía exagerar las cosas, pero había momentos en los que sentía tanta ira y odio dentro de él, que le era imposible el ignorarlo.       ¿Buscar la paz consigo mismo? Vaya problema, pero eso no lo detendría, era el momento, el momento de controlar ese huracán de emociones y pensamientos, tenía que dejar salir “su otro lado” para ser uno solo, concentrar la energía, y preparar a su mente por el futuro cambio físico que sufriría.       Finalmente, cuando el sol comenzó a elevarse en el cielo, cerró los ojos, se concentró y pensó. Pensó en su madre, pensó en su padre. Pensó en su vida, y lo que quería hacer con ella. Pensó en el pasado y en lo que ya no se podía cambiar. Pero más que nada, pensó en lo que estaba por venir.
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