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“ Empecé dándome a mi misma un comienzo ”

Entre briznas de algodón, olor a tierra y tabaco nació una niña con nombre que sonaba a libertad pero con el apellido de un amo. Su dueño. Ya que los descendientes de esclavos negros que nacían en las tierras de un señor recibían el apellido de este. Eso sí, tras la preposición ‘de’. Por lo tanto, a la protagonista de esta historia la conoceremos primero como Bohike de Breedlove.

Nombre que portaría catorce años, ocho de los cuales dedicó a la plantación de algodón y tabaco en la que nació. Trabajó de sol a sol, era conocida por todos como la ‘Buhita’ pues era de las pocas personas que trabajaba incluso de noche.
Lo hacía para cubrir el plato de su madre, ya que había caído enferma y de no ser rentable para su amo debería abandonar el hogar familiar. A los quince años se prometió con Leeave Walker, un hombre negro libre del sur de Omaha, Nebraska.
Adoptó el apellido de su marido y se mudó de Luisiana a Omaha dejando todo atrás. Pero arrastrando varias heridas pues antes de marchar el señor Breedlove quiso convertir a Bohike en la mujer más horrorosa que pudiesen ver los ojos de su marido, quemando su cabello y castigando su cuerpo.

Al llegar a su nuevo hogar el olor a quemado aún le perseguía y sus heridas no habían cerrado por lo que la sangre era el ambientador del humilde hogar al que Leeave la llevó. Como dos desconocidos, tardaron varias noches en entablar su primera conversación. Fue cuando el joven negro requirió de las antenciones de Bohike que articuló la primera palabra. Con la cabeza cubierta y el cuerpo tapado seguía siendo una de las mujeres más bonitas que había conocido jamás. Por eso no le dio importancia a las marcas con las que Bleedlove se la entregó pues para tomar su cuerpo y engendrar niños no necesitaba una piel tersa y para presumir ante el resto de habitantes de la ciudad no necesitaba más que su rostro.

Pasaron dos años y el pelo seguía sin crecerle, lo que para una mujer y además negra era una vergüenza. El pelo aportaba feminidad y el cuidado de este prestigio. En su desesperación buscó un sin fin de remedios mezclando sus conocimientos sobre el cabello, el aceite y las plantas. La cultura taína y la africana volvían a mezclarse en un sin fin de ungüentos que probó en su propio cuero cabelludo con la ilusión de volver a acariciar las hebras de su cabello.

Pasó por cientos de pruebas hasta que al final tras dos semanas probando su último invento el pelo comenzó a asomar y allí donde antes solo había piel y cicatriz ahora volvía a brillar una incipiente melena. Tal fue el revuelo al presentarse por primera vez sin pañuelo que todo el mundo la apodó Madam Bohike.

Los rumores no tardaron en expandirse por todo el barrio y las mujeres, curiosas, comenzaron a acercarse a su puerta. Todas buscaban el crecepelo de Madam Bohike. Ofrecían cantidades de dinero que hacía tiempo que no veía solo para conseguir lo que la mujer de Walker había conseguido.
Es así como empieza a comercializar su crecepelo. Lo vende en la calle, sin ningún tipo de parafernalia, solo ella y un montón de latas. Las mujeres se acercan, prueban y compran y en cuestión de meses, Bohike contrata a otras mujeres que le ayudan a venderlo. Ya todos en la ciudad la conocen y su gama de productos capilares se amplía. Siguiendo las recetas de sus antepasados y mejorandolas, crea una crema que evita la abrasión del pelo cuando se plancha, un serum para darle luz, una cera para darle forma. Bohike hace felices a las mujeres negras de su ciudad y estas no dudan en hacer correr la voz. Es así como la eficacia de sus productos se extiende y acaban llegando a otros estados.

Bohike se da cuenta que con esfuerzo y sudor es capaz de conseguir cualquier cosa, incluso siendo una mujer negra. Así que quiere más y ya no se contenta con las ventas en la calle. Con el dinero que ha ido ahorrando abre su primer centro de belleza.
Pero no tarda en llegar la competencia y aparece una mujer de cabello liso, mulata, referente de belleza de las mujeres negras y es entonces cuando la clientela empieza a dividirse.
Bohike necesita expandirse y decide ir a por los peces gordos de la estética que se encuentran en Sacramento. Le cuenta su plan a su marido pero es justo a las pocas noches cuando le descubre con la mujer que le hace la competencia en el lecho.
Jamás ha amado a Leeave, no se casó por amor, pero dentro de su relación siempre fue fiel por respeto a él y esperaba lo mismo por parte de aquel hombre. Con el corazón hecho trizas más decepcionada que nunca decide coger el primer tren a Sacramento sin la compañía de su marido. No necesitó a Leeave para conseguir cuanto tenía y no lo necesitaba para conseguir lo que quería. Ella misma demostraría a las mujeres negras que no solo podía cuidar de sus cabellos, sino que les demostraría que las mujeres eran capaces de todo.
Empiezan las aventuras de Madam Bohike.


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El nombre ‘Bohike’ lleva existiendo y heredándose desde antes de que las grandes revoluciones hicieran cambiar el mundo. No era común, eso bien es cierto, pero por algún motivo que solo los dioses conocían, los que crecían bajo el sonido de aquellas siete letras eran seres inusuales y que como bien su nombre indica: sanaban.
El inicio de la vida de la mujer de la que hoy vengo a hablaros, empezó justo así, con esas siete letras y unos berridos que asustaron hasta a los amos de sus progenitores.
Amos, has leído bien, porque Bohike descendía de esclavos, nació en una isla a la que los colonos llamaron San Juan Bautista pero que los taínos (los indígenas a los que pertenecía antes de la llegada del hombre blanco) llamaban Borikén, que significa «Tierra de Nuestro Altísimo y Bravo Señor».
La niña no duró demasiado en la tierra que tejió sus raíces, con la edad suficiente y las habilidades para la sanación de su madre, ambas féminas empezaron a ser imprescindibles en otros lugares donde el cristianismo dejaba morir de una infección como voluntad de un Dios al que nadie había visto.
Pero Bohike no solo había heredado el color de la tierra en la que había visto crecer los árboles, también llevaba latente en ella el salvajismo de los guerreros que lucharon por la libertad de su hogar.
Encerrar en un barco a quién había nacido siendo ola no era más que la crónica de un naufragio anunciado. Y una noche, según cuentan las malas lenguas (o quizás las tristes, las que no pudieron salvarla), Bohike forcejeó con todo hombre que le impuso los grilletes. Entre gritos, golpes, mordiscos y un mar embravecido, el cuerpo de aquella muchacha de no más de trece años salió disparada por la borda, hundiendo en la espuma de un oleaje que no permitió a la tripulación de aquella cárcel de madera y látigo volver a ver sus rizos.
No había posibilidad humana de que una persona, ya fuese niña o adulta, sobreviviese. Pero si me has escuchado con atención, sabrás que Bohike no era un ser cualquiera, no podía serlo llevando aquel nombre.
Un viejo, añeja fuente de sabiduría, te hablaría de Itiba Cahubaba y de cómo aquella Diosa al ver que los taínos no sabían nadar, creo a unos protectores, criaturas mitad humanas, mitad animal que protegerían a los humanos del mar y al mar de los humanos. Quizás hayas oído hablar de alguna de esas criaturas.
Días después del forzoso desembarco de Bohike, su madre vio a una pequeña foca asomándose al barco desde el que había perdido a su hija. Y el llanto cesó, pues entendió que su hija no había muerto, que estaba a salvo, que había encontrado por fin el lugar del que venía.

No me mires así, ¿acaso pensabas que Bohike era una sardina? Quiero decir, una sirena. No, quizás logres imaginar su historia con algo de whisky y un irlandés, porque él te hablará de las selkies.

Las historias sobre selkies suelen ser tragedias románticas, pero no es el caso de Bohike, porque ella no volvió a sus dos piernas por un hombre, sino por venganza.
Enterró su piel de foca en la tierra de una isla con un plazo de 5 años para vengarse antes de volver a su forma animal.
Al cumplir sus dieciocho la piratería se encontraba en auge, los gloriosos años de los piratas obtenían beneficios aunque para el resto eran declarados como hostis humani generis o “enemigos de toda la humanidad” a lo que éstos respondían con “La guerra contra todo el mundo” ya que nadie quedaba indemne del filo de su espada. El telón de fondo se sitúa en New Providence y es que durante la mayor parte del siglo XVII, hombres como Henry Morgan, Eduard Mansvelt o el temible Jean David Nau 'El Olonés' sentaron sus reales primero en Isla de Tortuga. Fue en las décadas a principios del siglo XVIII cuando miles de piratas surcaron los mares, hasta el punto de hacer inviable la navegación. No reconocían dios ni rey y estimaban por encima de todo su independencia... que mantenían gracias a los botines obtenidos atacando a barcos de cualquier nacionalidad.
Nassau en New Providence era el territorio seguro para los piratas, un refugio al que acudían los desheredados del mundo: prostitutas, aventureros, ladrones, cazadores de fortuna… y Bohike. Por entonces era una simple esclava que fue encontrada a flote en el mar pero que no tardaría en convertirse en tripulante de un barco y siendo su corazón salvaje, ¿cómo no iba a ser pirata?
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‘Un canto. Voz de faro. Esperanza como flores en primavera, cicatriz que no cura. Potro salvaje, corazón puro. Sacar la rabia, sentir la tierra. Un grito para anclar raíces, honrar ancestros.’

Nacida en un Puerto Rico amargo como el café recién hecho puso la banda sonora a un afásico diecisiete de enero con sus berridos. Ángel, varón asignado al nacer, vivía con una madre, un padre y sus dos hermanos mayores.


Un día con 12 años, robó un zapato de tacón de cuero rojo y se lo llevó a casa. Intentó introducir el zapato a escondidas en su habitación, pero se le cayó del abrigo. Aunque Ángel le rogó a sus padres que se lo quedaran, recibió una bofetada por parte de su padre; su relación con sus progenitores finalmente cambió desde el incidente que la llevó a escapar. Ella no se sentía identificada con la identidad que le habían impuesto y un hogar cristiano no era el mejor lugar para una niña trans. Ante los múltiples intentos de huída de la niña, su padre la envió con su tío Benito a Nueva York, Estados Unidos. Al parecer, allí habían pseudodoctores que curaban ese tipo de enfermedades en un programa llamado 'Refugio' de la clínica Santa Fe. Poco duró en las manos de su tío y de aquellos chiflados que la retuvieron durante año y medio en el psiquiátrico donde los locos eran los médicos y enfermeros. Dispuesta a vivir su vida y con la ayuda de Eli, comenzó a vivir en la calle donde subsistió robando y formando parte de bandas de las que la echaban cada vez que se enteraban de lo que colgaba entre sus piernas.
Fue entonces cuando empezó a trabajar como bolera (limpia botas) en las entradas de los grandes edificios, limpiando los zapatos de importantes ejecutivos que disfrutaban de las vistas desde su cómoda y privilegiada posición en la escala social. Un día conoció a Willhem Dafoe, un hombre de creencias supremacistas que viajaba a los Estados Unidos para explotar sus negocios. Willhem quedó prendado de Angel y tardó muy poco en convencerla de que se fuese con él. Allí poco le duró la estabilidad y mucho menos la mentira que aquel hombre le había confeccionado, el alemán acababa de celebrar sus bodas de plata y era padre de dos preciosos y blanquitos bebés. Aunque eso no se lo dijo la primera vez que la besó. La verdad cayó por sí sola y de la noche a la mañana, Bohike lo perdió todo al ser descubierta por la mujer de Willhem. En la calle, volvió a sus días de bolera en el Bronx y allí fue donde Regina la vio por primera vez.

Tenía 23 años y una belleza singular, salvaje, llamaba la atención. Como solían decir, el ruido llegaba a la habitación antes de que ella cruzase la puerta. Regina le ofreció lo que esperaba: venganza. La incluyó en una organización llamada G.L.O.S.S de la que ella formaba parte y que se encargaba de proteger a mujeres desamparadas. Más que una organización eran una familia.
Se cuidaban unas a las otras, ofrecían comida y un hogar, lo único que había que hacer a cambio era seguir con aquella cadena de favores entre mujeres. Con el tiempo, buscaron la forma de ganar dinero desmantelando antros donde la misógina reinaba. Buscaban liberar a la mujer y castigar al hombre y la mujer crueles, que se aprovechaban de la situación de mujeres desfavorecidas. Sus víctimas preferidas eran los prostíbulos. Sólo así conseguían el dinero para alimentar y cuidar de las mujeres que venían en su búsqueda. Por supuesto, las identidades de las integrantes eran secretas para la protección de la familia. Por eso utilizaban un mote, Angel eligió Bohike que era la forma cariñosa en la que su madre se refería a ella cuando era pequeña. En la cultura taína el/la bohike era la persona que sanaba. La chamana.
Una vez narrada su infancia, aquí van sus datos:
i. Dejó la prostitución a la edad de 20 años.

ii. Aprendió el idioma con fluidez, convirtiéndose así en trilingüe.
iii. Mujer trans. Lleva un año con el tratamiento de hormonas. Sueña con poder financiarse la reasignación de género, pero sus ahorros brillan por su ausencia.
iv. Es una mujer inteligente. No conoce palabras complejas, ni su lenguaje está formado por cultismos, pero ve y comprende el mundo de una forma distinta, multiangular y con una sensibilidad peculiar. Ha ido aprendiendo a expresarse con la ayuda de Regina.
v. Nació en Puerto Rico y lo lleva en la sangre. Tiene el asfalto, la calle, los códigos y la agresividad del barrio de la Perla grabado en cada hematíe. Actitud en estado puro. La fusión perfecta de Puerto Rico y Brasil.
vi. Su oficio como bolera combinado con el de prostituta le dieron una amplia visión del mundo del hombre blanco y adinerado. No buscaba la fama, había visto dormir en bancos a hombres a los que había lustrado las botas, sabía que en el mundo, la fama era una maldita montaña rusa. Pero soñaba con que la viesen como ella se veía, una mujer. Una mujer con poder. Había encontrado en el cabello una forma de expresión. Los peinados contaban mucho de sus clientes, así es como ella los conocía sin preguntar. Pronto empezó a peinar a las prostitutas de su barrio, esa su pasión. Su sueño. Su meta.
vii. Trabaja en un salón de peluquería y manicura llamado CLAWS en el centro del Bronx, es una chica más de Regina.
viii. Adoptó el apellido de la casa en la que baila vogue: Xtravaganza.

* El ballroom o ball culture nace en los años 20 en el barrio de Harlem como una escena queer: un espacio de articulación de presencia LGTBQ en la comunidad afrodescendiente de Nueva York. Estas casas suelen estar dirigidas por una mujer transexual u hombre gay que acoge a jóvenes repudiados por la sociedad. Cada noche de ballroom se divide en distintas categorías que juzgan un jurado experto en ellas. Al final de cada categoría se reparten dos premios (campeón y subcampeón) según la suma de notas de los jueces. POSE es un local americano y el más conocido en la escena yankee de ballroom. En él participan varias casas pero las tres principales (ganadoras) son: — La casa de la abundancia: Elektra de Abundancia (Madre) — La casa Wintour: YanCarlo Wintour (Padre) — La casa Xtravaganza: Blanca Xtravaganza (Madre) Cada casa confecciona sus propios trajes según el tema de la categoría. Cada premio no solo eleva el grado social en la comunidad si no que se monetiza. Varias divas del pop se han colado en ballrooms para encontrar a sus bailarinxs, diseñadores, maquilladores, etc.
ix. No tiene carnet y ni idea de conducir. Hasta la bicicleta se le da mal. Lo mejor es dejar que tenga los pies en el suelo.
x. Activista de los derechos LGTBIQ+.
xi. Encontró la forma de esconder lo inimaginable en sus zapatos, conservando su comodidad y belleza, lo que la hace ciertamente peligrosa si la ven con sus botas altas por el muelle.
xii. No ha vuelto ha recibir una llamada de su familia desde hace 10 años.
xiii. Lo único que heredó de su familia fue un libro de recetas familiar que robó a su madre antes de escapar y con el que le encanta experimentar.
xiv. Ante la amabilidad de los demás suele mostrarse recelosa, ya que el mundo le ha enseñado que nunca le dará nada por lo que siempre piensa que hay intenciones ocultas tras cada acto amable, por inocente que parezca.
xv. Creció en El Bronx con Gene y Slick, ambos eran sus mejores amigos. Permanecieron juntos hasta que él le rompió el corazón y ella se lo rompió a Slick.
¿Significa todo esto que es una mala persona? Quiero decir, bueno y malo son conceptos subjetivos al fin y al cabo, Bohike simplemente es alguien a quien la vida ha tratado mal y que trata de sobrevivir en un mundo salvaje, que lucha por no ser devorada en medio de una jungla urbana y que, al final, lo único que quiere es salir adelante... a cualquier precio.

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