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June challenge

Algo que utilizaban los humanos para iluminar sus hogares por las noches y para calentarse en el infierno era el fuego, el cual constantemente era puesto en largas velas al rededor de la casa, había al menos una en cada habitación, por lo cual luz nunca faltaba para Deneb. Un constante error suyo era dejar la vela en la pequeña mesita al lado de su cama, pues muchas veces terminaba quedándose dormida (y podía ser peligroso). 

Aquella noche, como muchas otras, la menor de la “familia” se colocó su camisón y se recostó en su cama quedándose inmediatamente dormida, sin acordarse de soplar la vela. Debido a la cercanía de la mesita son la orilla de su cama, mientras estaba en un profundo sueño, Deneb alargó bruscamente su brazo, tirando la vela al suelo de madera, el cual poco a poco comenzó a quemarse, ocasionando que el fuego se fuera esparciendo por la habitación.

Deneb despertó en medio del frío viento de la madrugada, acostada sobre el frío pasto y tosiendo, su garganta estaba muy seca. Su mirada estaba borrosa y solo lograba observar a lo lejos cómo es que la casa que la había hospedado se deshacía en llamas mientras los pueblerinos intentaban sin mucho éxito apagarlo. La chica se levantó con dificultad mirando con miedo aquel instante, las dos mujeres de la familia que se encontraban junto a ella la detuvieron antes de que comenzara caminar y la llenaron de preguntas sobre su estado físico y fue recibida en abrazos, lo material parecía no importar en ese momento.

Una vez pudo recuperarse, ella y las demás mujeres ayudaron a llenar las cubetas de agua para bajar el trabajo de los hombres, igual no podían hacer mucho porque ya habían suficientes personas corriendo de aquí a allá y viceversa, una y otra vez, trabajando sin descanso para que las llamas no siguieran su camino hasta el pueblo.

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Can't go on

Su meta principal en la tierra era encontrar al ladrón de estrellas, sin embargo, durante su aún corta estadía no había dado con él, aquello era mucho más difícil de lo que ella pensaba, es más, ni siquiera había pensado en que sería difícil, se imaginaba dando con él el mismo día en que aterrizó, se imaginaba regresando a su hogar sin tanta dificultad, pero ahora se daba cuenta que no sería como ella había contemplado.

Se despertó de nuevo aquella madrugada, era la misma pesadilla que siempre la atormentaba: nunca volver a cygnus. No lo imaginaba, una vida sin regresar al lugar que mejor conocía ni a brillar, ni adornar el cielo para los humanos, ni saltar y bailar en el espacio. Cuando contó su pesadilla a los padres, aquellos no la comprendieron, porque no creen que su historia sea real a pesar de las pruebas que dio, ese es el problema de los humanos, no creen en nada que les sea desconocido, y cuando lo comprueban lo eliminan inmediatamente creyendo que es amenaza, lo cual afortunadamente no ha sucedido para Deneb, pero si mostraba su brillo no tardaría en ser arruinada por ellos.

De cualquier forma, volvió a su cuarto con la cabeza baja y lágrimas en sus ojos, había aprendido que eso se llama llorar y sucede cuando estás muy triste o muy feliz, y la felicidad no la sentía.

Se acurrucó en la cama, con las mejillas húmedas por las lágrimas, odiaba todo, quería volver a casa, quería ver a sus hermanas, que todo fuera una pesadilla y que al despertar ella seguiría alumbrando el cielo, pero sabía que eso no sucedería porque las estrellas no sueñan, no tienen pesadillas, no sufren sino hasta morir. Y Deneb estaba sufriendo demasiado, quería darse por vencida y que todo siguiera su curso.

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Good day

Siendo una estrella, Deneb podía observar a la distancia distintos objetos en el espacio, algunos planetas, el sol y por supuesto, sus hermanas de la constelación Cygnus. Realmente no había nada más que observar en el oscuro cielo fuera, y desde que se desprendió de la línea, Deneb había logrado conocer y mirara muchas más cosas de las que estaba acostumbrada,  y una de ellas era cada sábado por la tarde-noche. Durante ese momento, los hijos de la familia podían salir al patio a hacer lo que desearan, y por supuesto Deneb necesitaba aprovecharlo, incluso era ahora su espacio personal.

Detrás de la casa, un poco más apartado del patio, se encontraba el camino hacia el bosque, era una vista hermosa pero peligrosa según los padres, por lo que no se adentraba demasiado. El camino estaba rodeado de grandes árboles, ella se recostaba en medio del camino y mantenía su mirada en el cielo, ningún sábado era realmente bueno sin que Deneb tuviera aquella sesión de relajación (como lo llamaban los padres, pues regresaba más feliz que de costumbre), ¿por qué eran tan bueno? Porque desde ese ángulo podía observar con paciencia el cambio de colores en el cielo, desde un azul claro, a naranjas, rojas, amarillas y finalmente el azul oscuro que era acompañado por sus hermanas, aunque ellas se miraban más pequeñas a como las veía todo el tiempo, aceptaba que se miraban más bellas gracias a esa distancia y la cantidad de estrellas que se miraban mientras ella seguía recostada. 

Cuando era hora de volver, sonreía por última vez y se levantaba para volver a casa, con la linterna en su mano y sosteniendo su vestido en la otra. Al llegar a casa, los padres la miraron como cada sábado, aunque ellos sabían a dónde iba, nunca le recriminaban nada, lo que sí, es que sonreían con ella hasta llegada la hora de dormir

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Queer confusion

Las estrellas no conocen el amor distinto al de hermanos. Luego de que una familia la adoptara, Deneb pudo observa más de cerca las extrañas muestras de afecto entre los que eran llamados padres. Besos, abrazos, palabras como “cariño”, “amor”, “corazón” que eran aún atípicos para ella, sin embargo parecía ser bastante normal para quienes eran llamados hijos. 

Algo que era pedido a Deneb, era acompañar a la hija mayor de la familia por alimentos para el desayuno, gracias a esos breves paseos conoció y se familiarizó con aquellas parejas entre hombres y mujeres, y parecían haber de todas las edades, jóvenes, adultos, personas mayores, tanto que incluso le parecía agradable para verlo y algo muy normal. Sin embargo, en uno de los paseos pudo observar en un callejón a dos chicas dándose la misma muestra de afecto que las demás parejas pero, ¿por qué estaban escondidas? Deneb se les quedó mirando inocentemente hasta que una de ellas se dio cuenta de su presencia y se apartó asustada de la otra. ¿Por qué se habían atemorizado tanto? Una de las chicas se acercó con prisa a ella y le pidió que no dijese nada de lo que había dicho, que le podían dar dinero, vestidos y joyas si eso deseaba. “¿Qué son joyas?” le dijo a la chica, obviamente la contraria quedó atónita ante su pregunta, “¿por qué se esconden?” volvió a preguntar, “ustedes hacen la mismas muestras entre hombres y mujeres, ¿por qué temen tanto?”, la chica frente a ella comenzó a llorar desconsoladamente y la abrazó, su pareja mantuvo la cabeza baja pero ella también lloraba.

“Eso es lo que nos preguntamos, ¿por qué no nos ven de la misma forma que los heterosexuales? ¿por qué parecemos ser un virus que nadie desea?” dijo la chica al lado de su oído, Deneb no comprendía nada de aquello, ¿no las aceptaban? Era extraño si lo que hacían era exactamente lo mismo que entre hombres y mujeres, no debían temer tanto. Inconscientemente comenzó a palpar la espalda de la chica, según lo que había aprendido, aquello servía para calmar a una persona triste, y ella se veía triste. 

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　　　 falling in an unknow place.

Luego del dolor que su cuerpo experimentó por primera vez al ser golpeada contra el pavimento, se desmayó. No supo cuanto tiempo mantuvo sus ojos cerrados, pero al abrirlos, el brillante azul que había observado al caer ya no estaba, en su lugar era un cielo negro, iluminado por pequeños faroles por doquier, muy similar a su hogar, Cygnus. Entonces se dio cuenta de que a su alrededor, por toda la circunferencia del cráter, se encontraban varios ojos mirándole, ¿qué tipo de estrellas serían ellos? 　　

Deneb les observaba, estaba rodeada de todos esos seres, pero no brillaban, todos eran opacos y solo algunas lamparillas eran las que daban luz, mas sabía que no era propia luz de esos seres. No podía moverse como ella deseaba, su cuerpo no flotaba, ella misma no podía hacer que flotara, se sentía pegada a ese suelo frio, estaba temblando, ¿qué era ese lugar? ¿Era quizá un lugar para estrellas muertas? No, no era, no reconocía a ninguno, y de serlo, entonces habrían notado que ella era una estrella.

Los murmullos no se hicieron esperar, todos tenían la curiosidad en sus miradas, hablaban entre ellos mientras la señalaban. ¿Qué era ahora ese sentimiento de rareza que comenzaba a brotar dentro su ser? Sin pedirlo, un misterioso líquido comenzó a brotar de sus ojos, cayendo hacia los lados y mojando su cabello, era un sentimiento que jamás en su tiempo de vida había sentido, uno demasiado fuerte y que no comprendía de qué se trataba. Frente a ella, un par de hombres comenzaban a bajar por el cráter de forma pausada y ayudados por una tira larga, nada de lo que usaban era conocido para Deneb, ninguno de esos artefactos los había visto en su universo. Su mirada regresó a posarse en el cielo, necesitaba encontrar al ladrón de estrellas. Con esa mentalidad comenzó a poner en práctica los movimientos tan simples que esos seres realizaban, uno a uno fue moviendo sus dedos, luego pasó al brazo y finalmente su cabeza pudo moverse de lado a lado, no obstante, era pesado y cansado moverse, en su universo el cuerpo era tan ligero que no debías hacer mucho esfuerzo.

Tres seres llegaron con ella, uno de ellos la levantó y le colocó otro tipo de herramienta que envolvió su cuerpo y lo calentó haciendo que este parara de temblar. Poco después ataron la misma tira en su cintura, y comenzó a flotar, no era tal como en su hogar puesto que un tipo de fuerza invisible la jalaba de vuelta, “seguro es el ladrón de estrellas”, pensó, ya se le ocurriría que hacer con él. 

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The planets!  Includes surface temperature, diameter, distance from sun, orbit period, and length of day.