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Últimamente he pensado mucho sobre esto y creo que es importante decirlo.

Durante todo el año, incluso en años anteriores, me la pasé burlándome de la supuesta epidemia de embarazos que se vino de repente en ex compañeras y amigas. Incluso me burlé con amigas que meses después se enteraron de que estaban embarazadas.

La cosa aquí es, me di cuenta de la cantidad de personas que siempre juzgamos por juzgar. En este caso se alegaba que “qué vida le darían a un niño si apenas saben cocinar, o lavar su ropa, es más, ni carrera tienen”. Se dice mucho que tendrán más problemas, dificultades e incluso que serán más infelices que aquella que estudia y está formando su carrera en este momento.

Eso es una estupidez.

Muchas compañeras y amigas ahora están en su proceso de embarazo, incluso ya tienen a su bebé en brazos desde hace mucho tiempo, y a pesar de que no puedo saber exactamente todo lo que han pasado, de las más cercanas noté una cosa:

Las veo muy felices.

Bien pueden batallar y tener problemas. Pero todos los tenemos. Yo estoy estudiando una licenciatura y lo que me ha dejado la universidad es un 50% conocimientos y 50% ansiedad, estrés y depresión.

Ese es mi caso, quizá no el tuyo, pero me parece importante decir que ya no debemos juzgar solo porque alguien no hace su vida “como se supone que deba hacerlo”.

Me parece sumamente triste tener que esconder de la gente esta etapa tan hermosa solo porque saben bien que la gente las va a apuntar.

Ya es suficiente de creerse superior, cada quien vive su vida, su felicidad y toma sus decisiones como mejor le parece.

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La diferencia es que, antes aún me preguntaba si era buena idea darlo todo, convenciéndome de que si en el amor no te entregas por completo, ¿a qué vas? Hoy con ella siento que podría tatuarme “SÍ” en la frente, como un botón que podría oprimir a todo lo que dijera, porque tengo la certeza que mi corazón siempre estará a salvo.

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TODOS estamos tratando de recuperarnos de algo que no le decimos a nadie.

Solo yo

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Estaremos juntas entre líneas, canciones y pinturas.

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Entre tantas personas me hirieron.

Pero me bastó solo una para sanarme.

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¿Y qué si te quiero?

Ahora que retrocedo, me doy cuenta que nada es casualidad. No quiero ser cursi ahora, es que esa canción suena de nuevo pero no tengo encendido el celular.  Creo que a final de cuentas, estabas destinado a sucederme, posiblemente también yo a ti. Pero la pregunta (¡sí esa!) que nadie supo responderse nunca... “¿estaremos destinados a ser?

¿Qué tendrá esa boca fruncida, ese cuerpo apretado y esas cejas disparejas, que me atraen tanto de ti? Quéjate de mi insistencia, por abrazarte, besarte y estar contigo, quéjate ahora y siempre porque te juro que yo tampoco lo entiendo. 

Estoy aquí sentado a un lado tuyo, escuchando chistes baratos y no puedo evitar reírme.  Estoy mirándote fijamente y justo cuando tus pupilas chocan con las mías, necesito esconderme en algún lugar.  Estoy intentando bromear como siempre, pero me gana la tensión dentro del pecho, y tu dedo burlón ya apuntándome señala que soy tímido de nuevo.

¿En qué momento pasó? Fue la serie y el apodo, las reuniones y el trabajo, hubo besos y luego “¡corte!”. Tienes un amor y voy a casa solo. Me mira raro y lo haz notado, “es el tiempo” muy seguro. Me agrada un poco pero algo pasa.

¡Y es que la gente dice cosas raras! Yo no lo he decidido, yo no soy así. Yo quiero a la gente, la gente me quiere a mí. Y luego... estás tú. Me abrazan y tu me pellizcas, me consienten y tu te burlas, me procuran y tú me enfadas. ¡Debo ser un maldito loco! Pero yo no lo he decidido, yo no soy así.

Yo jugaba contigo, nos reíamos mucho. ¿Cuándo fue que comencé a cambiar?

Quizá fue ese día que bajo la lluvia tenía que esperar para ir a casa, pasaban los minutos y ninguna motoneta de servicio llegó. Sólo podía pensar en lo enfadado que estaba contigo. Tu lo sabías, y no hacías nada. Me dijiste dramático y mi orgullo estalló. Quiero abrazarte y no haces nada, es que tu fuiste quien comenzó.

Que loco mundo este donde dicen acción y tenemos que ser felices y de repente un corte golpea la realidad. Estoy molesto contigo de nuevo y tú... no haces nada.

“Suficiente”, por décima vez. “Yo no lo controlo”, una onceava. “¿¡Y qué si es verdad!?”, esa es nueva, “¿¡Y qué si te quiero!?”, paré en seco...

¿Y qué si te quiero?

Déjame darte un último abrazo, siento que la almohada no es suficiente, si

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No hay manera de que exista carta de recomendaciones para esta pauta vida. En mi caso siempre es de cagarla y aprender. Y en aprender se te puede ir la vida entera a punta de ostias sin remitente. Que no tía, para ti el posar como promiscua en lencería barata no debe tener el mismo sentido para mí. Pero madre mía los ovarios que hay que tener para hacerlo. Es un pequeño ejemplo del limbo constante en el que uno se encuentra en cada situación. Que si es bueno o no el aborto, que si el feminismo está en contra del reggaeton, que si las cirugías son por fines egocéntricos. Que va. He decidido crear mi propio rumbo desde hace un rato, y aunque siento que traigo todo en la maleta se me van callendo centavos por un hueco sin parchar. Pero será así siempre. Si jamás terminas de conocer a alguien es por que jamás terminas de conocerte ni a ti mismo. Que la frase cojonuda de "lo conozco como a la palma de mi mano" es una bofetada tan dura. He decidido eso, por que no pienso seguir buscando segundas opiniones para formar mi propio criterio. Las cirugías plásticas mejoran la calidad de vida en cuanto a tu paz interna, puedes amarte un poco más gracias a eso, por que nadie está jodidamente condenado a quererse tal cual esta justo ahora. Podrías ser más delgada, más llenita, con el pelo más corto o teñido, con extensiones, con faciales y manicura. En cuanto sea para querer verte mejor a ti misma, en cuanto sea para sentirte mejor, para olvidar ese complejo que te atormenta por años, olvidate de lo que diga el mundo entero. Que el puto aborto es para cualquiera que desee hacerlo así, si te apetece ser madre te avientas, y si no, simplemente lo dejas.

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Loving Vincent (2017) dir. Dorota Kobiela, Hugh Welchman

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Todo aquí es tan raro. Hay tanto que no entiendo y que aún no sé como conseguirlo. Sé que no estoy dando todo de mí, pero aún no quiero rendirme, no puedo si no intento más.

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Todo lo que eres; forma parte de mí. Y estoy segura que eso nos llevará muy lejos.

Quiero que tengas completa certeza, de que cada una de mis palabras, cada uno de mis mensajes, cada sonrisa, cada abrazo; incluso cada verso escrito en ésta carta, son tan sinceros como el cariño que te tengo. 

No sólo es increíble, literalmente, si no que es 

Quién diría... en verdad es muy extraño y hermoso todo lo mucho o poquito que hayamos pasado, imagínate lo que nos espera.

Te quiero muchísimo, y evidentemente parece un sueño, pero ¿adivina qué? es tan real que puedo jurarlo.

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Un poco torpe y bastante olvidadiza. Si acaso sirve de algo cargarse consigo un buen corazón; sólo quiero decir que te quiero con todo lo que conlleve quererte. 

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Por que no voy a responderte, por que te mentiré así tenga que fingir con todas mis fuerzas que no duele. Por que prefiero que te quedes con la duda; y supongas. Que sepas la verdad, y no te importe.

xx

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Supongo que tenia una manera rara de querer.

Pero joder,

Cómo me dolía

Cada vez que me decia

Que me queria

Y luego pareciera que ya no.

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Una pequeña luz en un manjar no va a devolverme un amigo.

Las incógnitas se aclaran al final del pasillo; dónde la luz es incandescente, los ojos ciegos, los pasos lentos, y el corazón quieto.

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Nunca podrá ser reemplazada la porción de dopamina; que hacía ver la medicina como algo infame.

Nunca podré aislarme de tanto manto cruel que me abomina, cada paso es una cuenta regresiva.

Qué caso tiene retener la soledad que me domina, si se va quedado en la ruina todo lo que ame.

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Que me digan loco si pienso positivo; ¿quieres más realismo? es lo único que te hará sentir vivo.

Ya van 3 sin remitente, sin motivo al parente, sólo una simple mano que describe lo que siente.

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Por que eso eras;

cura absoluta,

mente astuta,

fuerza bruta,

y nada más.