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To all the people I hurt when I felt hurt

En el pasado, en mis años de adolescencia y adultez temprana, di mucho peso a un aspecto que no lo ameritaba y que únicamente me ha llevado a sentirme insuficiente y cuestionarme continuamente mis gustos y mi forma de ser: el amor. Hubo un lapso muy largo dentro de mi vida en que todo cuanto esperaba al despertar y mi último deseo al acostarme por la noche era poder llegar a conocer y tener a alguien que pudiera corresponderme de la misma forma. Siempre. Muchos momentos importantes de mi vida se vieron marcados por ese sentimiento de carencia y autodesprecio por no poder ser lo suficiente para poder gustarle a alguien. ¿Soy yo el culpable? No lo sé. Lo cierto es que sufrí mucho a causa de ello, muchos noches donde sin ningún sentido de apoderaba de mi un sentimiento extraño que me llevaba a cuestionarme muchas cosas entre lágrimas: “¿por qué no puedes conseguir novia?”, “¿por qué no puedes gustarle a nadie?” “¿por qué para las otras personas es algo que va y viene sin ningún reparo y yo lo intento constantemente acabando siempre en el fracaso?” “¿es que acaso no soy digno de un poco de amor?” “¿no tengo el mismo derecho que los demás a ser y sentirme amado?”. Quizá el hecho de aferrarme a ello durante años, posicionándolo como el objetivo número uno en mi día a día ha hecho que sea algo difícil de alcanzar (si lo analizo desde un punto místico y espiritual) o quizá solamente el hecho de idealizar y sobrepensar cada momento que intento conectar con una chica que me lleva a imaginar que todo gira en mi contra (analizándolo de forma más realista). Sea como sea, priorizar el amor por encima de cualquier otra cosa en mi vida durante algunos años me llegó agobiar, me devastó mentalmente, me hizo no poder disfrutar e incluso llorar en algunos de los mejores momentos de mi vida. Pero, sobre todo, me arrepiento rotundamente de la persona que fui cuando yo me sentí herido, cuando yo sentí que el destino me jugaba en contra para no verme feliz, cuando yo me sentía mal conmigo mismo por no poder ser correspondido. En todas aquellas ocasiones fui una persona envidiosa, recelosa con todos aquellos, cercanos o no a mí, que “tenían una mejor suerte que la mía”, lo cual me llevó incluso a intervenir en la vida amorosa de ciertas personas porque fui egoísta, porque sentía que lo que no podía tener para mí tampoco podía ser para otras personas. Fui un asco de persona y me siento profundamente arrepentido de la forma en la que actúe en aquel momento, movido ciegamente y ensimismado en mis propias situaciones. Sé que no tiene caso hablar con las personas a las que les hice daño, ni el hecho de ofrecer un perdón cambiará el sentimiento o la trayectoria que pudo haber tomado la situación en la que se encontraban. Durante años envidié a muchas personas, sin saber que el del problema era yo, y no propiamente por una cuestión física y/o de comportamiento con las mujeres, he madurado y ahora comprendo que el amor no es una cosa solamente de apariencia y actitud, sino que va más allá y se comienza con amor propio, desde el hecho de sentirme amado yo mismo y no esperar el momento en que alguien más lo haga para sentirme realizado en la vida. No sé cuántas personas llegué a herir con mis actitudes y decisiones, pero desde el fondo, aunque esto quizá no lo llegue a leer nadie, les pido perdón. Y que el hecho de estar escribiendo esto hoy y no seguirlo postergando para otro día es porque estoy atravesando una etapa de cambio en mí mismo, donde quiero sentirme mejor y donde quiero empezar a amarme de la forma en la que debí haberlo hecho hace muchos años. 

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Noemí

Espero no agobiarte con todo lo que voy a escribir xd, pero gracias por leerme.  Bueno, creo que puedes intuir que nunca he sido un chavo de muchos amigos, ni muy sociable, la verdad creo que actualmente no le hablo a nadie de la primaria y secundaria. En esas dos etapas en específico no es que no tuviera amigos, sí había personas que me caían bien y con las que pasaba un rato agradable, pero no era que sintiera afecto por ella o algo así, si me dejaban de hablar de un día para otro no me agüitaba. Y no sé si esa falta de “socialización” me trajo problemas para poder sobrellevar las amistades que después tuve en la prepa. En la secundaria yo no le contaba a nadie nada, sé que parece exagerado, pero es cierto, yo no sabía lo que era contarle a alguien de mi día hasta la prepa y de hecho me parecía extraño que alguien quisiera saber verdaderamente sobre cómo estuvo mi día, siempre me había parecido una pregunta más de trámite. Con mis amigos sólo me limitaba a hablar de cosas de la escuela y si acaso sobre fútbol, videojuegos u otras cosas banales.  Para no hacerte el cuento largo, creo que después con las amistades que fui cosechando en la prepa y en la universidad me llegó como cierta dependencia, no sé si definirla exactamente así, pero me empezaba cuestionar muchas cosas. De repente cuando las personas me dejaban de hablar me sentía muy triste, porque creía (y hasta la fecha aún a veces lo pienso) que era por mí, porque no era lo suficientemente interesante, porque no les importaba hablar conmigo, porque no era lo suficientemente importante en sus vidas como para que quisieran saber de mí, etc. El caso es que, no sé a qué atribuirlo, porque yo no creo en el destino, ese tipo de cosas me pasan más de lo que te podrías imaginar, incluso más últimamente. Empiezo a hablar con alguna persona nueva y todo bien, el cotorreo muy a gusto y de la nada, se acaba, me dejan de hablar como si nunca hubiese existido y es algo que de verdad no me explicó. O sea, no sé qué me hace falta o en qué estoy mal como para que la gente no le interese conocerme y seguir platicando conmigo. A veces me pongo triste porque escucho a la gente contar las cosas que hacen con sus amigos o lo bien que se llevan con ellos, que a mí a veces sólo me gustaría tener a alguien como para contarle de las cosas que me gustan, de lo que hago en mi día, de cualquier tontería que me pase por la cabeza. Y la verdad es que a veces sí siento que me hace falta como ese apoyo emocional de algún amigo, que me levante el ánimo cuando me siento mal o cómo me diga por qué me considera especial, que me dé el más mínimo detalle, cosas así, sé que es muy patético, pero como nunca he tenido a nadie que me lo diga, a veces siento que nunca voy a llegar a ser tan especial en la vida de alguien como para poder escuchar que alguien me diga cosas así. Sé que suena exagerado, pero de verdad te podría mencionar al menos 20 personas con las que intenté hacer amistad este año y ahora ya no hablamos para nada. Es que no sé qué hay de malo conmigo. Sólo quisiera encontrar a una persona que al final del día se alegre por tener un mensaje mío o se preocupe por saber cómo estoy, cosas así. Quizá sí hablé con varias personas por chat, pero a veces no sé qué tan sincera es la amistad, es como “sé que están ahorita para hablar y pasarlo a gusto, pero no sé si cuando me sienta mal van a estar o si de verdad se interesan por las cosas que me suceden o por lo que piense, o si de verdad se enorgullecen de mis logros, etc.”. Hay amistades que siento que sólo están ahí por estar, y no porque realmente quieran estar o les interese estar, y siento que en algún momento se acabarán yendo. El problema no es el hecho de que no me contesten los mensajes, porque eso hasta yo lo llego a hacer, sino que no siento que el interés y el cariño sea mutuo, no sé si me explico.  El caso es que hay ocasiones en que me llego a sentir un cero a la izquierda en la vida de todos, aunado a lo que te digo que no sé qué pasa conmigo que intento hacer amigos y de repente se van como si nada. A veces he llegado incluso a pensar que las relaciones sociales no son para mí y mejor debería alejarme de a poco de todos y seguir con mi vida junto con mi familia. Sé que eso no va a pasar, pero en periodos en los que me siento muy triste sí lo llego a considerar.  Bueno..., y después de eso, todavía hay más. xd  Desde que entré a la universidad empecé a replantearme mi vida amorosa. Antes sí me habían gustado chavas y nada había pasado, pero hasta ahí, no era que me agobiase por eso. Pero, después, me empezó a entrar la ansiedad cuando me di cuenta que ya tenía 21 años y nunca había tenido novia, no es que me preocupe por eso en específico, pero tampoco le he gustado a nadie, entonces, pues no queriendo, pero eso también me deprime, porque, a parte de no poder hacer amigos, tampoco puede ser suficiente para nadie en esa cuestión. Y a veces de verdad que no lo entiendo, es de verdad como si el problema fuera yo. Conozco personas que conocen a alguien, salen y a los pocos meses ya son novios. Y yo nunca he podido ni siquiera tener una cita con nadie. Entonces me hace replantearme qué estoy haciendo mal o por qué nadie se puede interesar en conocerme en lo más mínimo o algo así. Yo sé que físicamente salgo perdiendo, pero intento ser sociable, ser interesante, amable, etc. y nunca puedo conseguir nada, no sé qué pase conmigo o qué tan mala es mi manera de socializar. Y pues sí me hace sentir muy triste saber que nunca le voy a poder gustar a una persona de esa manera. Lo he llegado a pensar muy poquitas veces, pero a veces sí me entra el miedo de pensar que va a llegar un punto de mi vida en que estaré muy solo, ya sin mis padres, hermano, amigos, pareja, etc.  Y pues con esas dos cosas que te dije, he intentado descargar aplicaciones como Tinder y así para al menos conocer gente, pero siempre termina mal, conozco a alguien y a los pocos días desaparece, como si fuera una maldición, en serio. xd Entonces ya no sé si eso me hace bien o mal, he estado considerando a veces desinstalar varias aplicaciones, porque me agobia ver cómo las personas llevan su vida social muy alegre y sin mucho esfuerzo y yo estoy sufriendo la mayor parte del tiempo por poder mantener una conversación decente con alguien. No te miento en que hay días enteros en los que no hablo con nadie y me es inevitable pensar que el del problema soy yo, yo siendo aburrido, yo no sabiendo mantener conversaciones, yo con gustos raros, yo con una vida que a nadie le interesa, etc.  No sé qué pensar, porque siempre he apreciado el también tener tiempo para mí, pero hay momentos del día o de mi vida que sí me gustaría compartir con alguien y no tengo con quién. Últimamente he visto varios estados de personas que ponen capturas de pantalla de sus conversaciones y escriben: “quédate con quien te escuche por más tonto que sea”, “quédate con quien le interesa lo que tengas que decir”, “quédate con quien te levante el ánimo cuando te sientes decaído”; y me pues me siento mal de no tener a alguien así en mi vida y envidio a las personas a las que les es muy fácil hacer amigos o que le pueden caer bien a la gente tan rápido.  Yo sé que igual todo esto tiene que ver con mi percepción de las cosas y que lo que realmente estoy escribiendo no es así, sino que sí tengo a varios amigos que me quieren y apoyan, aunque a veces me cuesta mucho asimilarlo porque me siento muy solo. Esto ya lo había platicado con mi psiquiatra, se supone que ya era algo superado, aunque últimamente lo he estado pensando mucho, igual siento que tiene que ver con aplicaciones como Tinder en donde solo me deprimo más porque nunca puede platicar bien con nadie, supongo que debería empezar por desinstalar todo eso, ¿no? Pero luego me pongo a pensar en cómo voy a hacer amigos entonces (sobre todo ahorita que no se puede salir) y ya no sé qué hacer. Pero confío en que pronto pasará todo y podré seguir con mi vida sin agobiarme tanto por eso. Al final, como te digo, es algo que tiene que ver más con mi percepción de las cosas, aunque a veces se me sale de control. Sólo quería contárselo a alguien, nunca lo había hecho, pero el sentirme escuchado (o leído en este caso) me hace sentir tranquilo. De hecho, gracias por tu confianza. Me animo a hablarlo contigo porque recuerdo que en algún momento que me sentía mal y te conté un poco al respecto me escribiste algo como “pero en verdad dime cómo te puedo ayudar” y fue uno de los comentarios más sinceros que he sentido que alguien me diga. Honestamente, aunque quizá casi no hablemos tanto, eres la persona que más interés he notado que tiene en platicar y pasar tiempo conmigo, en conocerme, en apoyarme. Quizá puedo tenerle más cariño a otras personas, pero en serio tú eres quien más se ha interesado por mí en los últimos meses, por eso te lo agradezco.  No espero que me des algún consejo o algo así, como te digo, sólo quería contárselo a alguien porque me hace sentir más tranquilo. Gracias. 

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El texto anterior lo paré ahí. Las lágrimas ya quieren llegar y no creo poder seguir escribiendo (al menos coherentemente) así. 

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Hola, de nuevo

No creí dejar esto por tanto tiempo, parece que hubiera pasado un par de meses, pero heme aquí luego de 7 largos meses. Me parece, de hecho, increíble que el año ya vaya a terminar.  Una parte de mí se siente bien porque durante este lapso la balanza se ha inclinado más hacia el lado positivo. Sin embargo, desde luego no es tan buena señal que esté de nuevo por acá, al final, esto siempre lo uso para desahogarme por cosas que no le puedo (y quiero) contar a nadie. 

Han sido meses bastante buenos, opacados por los últimos días, en los que me he vuelto a sentir fatal, por razones que ya he expuesto anteriormente. 

Quisiera encontrar una manera de quitarme esta dependencia emocional de encima. De poder vivir mis días sin el pendiente de por qué esa persona no me ha respondido o por qué ya no quiere hablar conmigo. Me abruma saber que mis problemas son muy patéticos a comparación de lo que verdaderamente importa. Debería preocuparme por el trabajo y el futuro profesional, que siento muy incierto en este momento, más que por boberías de niños pubertos. 

Una de las únicas cosas (o quizá la única) que siempre le voy a reprochar a la vida o a lo que sea que haya más allá, si es que lo hay, es tener un poco de cariño. No un cariño de amistad, obviamente, un cariño de alguien que me exprese que soy de lo mejor que le ha pasado, que se alegre de escucharme y de lo que tengo que decirle, que al final del día le importe saber de mí y saber que al siguiente día continuaremos hablando. 

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Hoy me intento convencer que todo va bien aunque no me lo crea. 

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¿Por qué tengo que ser tan dependiente emocionalmente? ¿Por qué no puedo llevar la vida de las demás personas que no se preocupan por recibir un mensaje, por ver a alguien, por esperar un poco de atención para sentirse bien consigo mismo? Me odio. Odio ser así. Odio no poder vivir un día sin pensar “¿por qué no me ha escrito?”, “¿por qué no me saludo?”, “¿le habrá gustado lo que le di?”. Odio no poder parar de llorar por tonterías. Odio mi vida social. Odio sentirme tan insuficiente para todos. Odio no poder sentirme comprendido. Odio ver a la gente tan normal cuando sabe que me está haciendo daño. Odio que para la gente el amor sera un lugar tan sencillo. Odio que antes de dormir a veces me quede pensando que lo mejor sería ya no despertar porque me siento tan abrumado por todo. Odio tener que escribir este post en particular. 

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¿Dios apacigua?

Hace algunos meses experimenté una de las situaciones más inusitadas en mi vida. Concreto: alguien me dijo que le gustaba. Al punto al que escribo esto, me encuentro convencido que sí, sí fue así, gustar para algo más, gustar para una relación. 

No voy a negar que es bonito, sentir que una persona te tiene un cariño especial, no del convencional. Aunque es feo y me hace sentir mal no poder corresponder, ¿qué le voy a hacer?  Aunque, lo que más me entristece de esta situación es que, algunas de las personas a las que le llegué a contar esto me hayan culpado y tachado de tonto por no haber aprovechado para salir con ella y besarla y tener sexo (o sea, sólo usarla). No sé cómo tomar esos comentarios, porque no me considero la clase de persona que jugaría con los sentimientos de otra (esto me hace plantearme si tengo las amistades correctas y, si es así, si realmente son gente buena). 

En fin, ¿qué significa este evento repentino? no sé, pero he de admitir que por un momento me levantó un poquito el ánimo. Gracias (si es que debo agradecerle a algo/alguien). 

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No sé qué me queda esperar

Me parece irónico cómo a veces, cuando estoy a punto de dormir, me detengo algunos momentos a pensar en cuán diferente (y mejor, en el mejor de los casos) podrá ser mi vida en 1 mes, 3 meses, 6 meses, un año, etc. Para cuando pasado ese tiempo me dé cuenta que realmente sigue siendo todo igual y que me encuentro más estancado de lo que solía estar. 

Hay días en los que despierto muy vacío. A veces no sé si valga la pena seguirme esforzando por ser buena persona e intentar hacer el bien, al final, nada me ha hecho creer que eso haya valido para algo. Realmente son muy contadas las cosas buenas que pasan en mi vida. Vuelvo a repetir que no sé de qué dependa, qué mal habré hecho o qué bien me espera como para estar mendigando el amor y el cariño de las personas en este momento. 

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La carta que nunca te escribí

Supongo que si en algún momento dado esta carta llega a tus manos es porque nuestra amistad peligra. No me quiero enrollar mucho, me conoces, sabes que soy una persona emocionalmente inestable, me cuesta trabajo aceptar que le importo a la gente, no te culpo por nada de eso, tú no eres responsable de todo con lo que tengo que lidiar dentro de mí. Sin embargo, es cierto que en muchas ocasiones me he cuestionado cuán sincera es realmente nuestra amistad. Sé que soy muy estúpido, que todo esto no lo hablé cuando fue el momento y que sacar a relucir esto ahora es una de las razones por las cuales siento que nuestra amistad podría estar un tanto rota.  Me gustas, o me gustabas, no lo sé, pero realmente siempre ha habido un sentimiento dentro de mí que denota algo más. Creo que a raíz de eso fuiste perdiendo interés por mi. No sé cómo explicarlo muy bien, después de que te confesé lo que sentía por ti hubo un cambio, no radical pero sí sensorial, entre nosotros, supongo que puedo llegar a entenderlo. Pero realmente siempre me hizo sentir muy mal el hecho de que no te emocionaras hablando conmigo como lo hacías con otras personas, que no hicieras ciertos sacrificios para verme o platicar conmigo aunque fuese tan solo 5 minutos como sí lo hacías con otras personas, que mis problemas o cosas que tuviera que contarte a veces te importasen poco a comparación con lo mucho que te emocionaba oír a otras personas que apenas y conocías. Y lo entiendo, digo, no puedo mendigarte atención ni amor. Sé que no soy ni la mitad de bueno e interesante de otros chavos con los que has platicado o platicarás.  Siento que igual siempre te preguntaste por qué te daba tantos regalos (si a los dulces y escribir cartas a lo loco se le puede llamar regalos), por qué me interesaba en pasar tanto tiempo contigo, por qué a pesar de que no me pudieses querer o mostrar afecto de la misma manera, yo seguía ahí (porque, vamos, ambos sabemos que no nos queremos al mismo nivel, sé que quizás muchos de nuestras discrepancias se originan en el hecho de que demostramos, sentimos y canalizamos el afecto de distinta manera; que para ti un “te quiero” puede no significar nada al final del día, cuando para mí puede ser el recurso que contenga mis lágrimas al final de un mal día), pues, la verdad desde el primer momento que platicamos (y no es cliché, lo digo en serio) sentí que hubo un click, que eras esa persona con la que podía entenderme bien y hablar libremente de cualquier cosa sin sentirme incómodo, es raro de explicar, pero nunca antes me había sentido tan “yo” con alguien más. Había algo que me decía que debía esforzarme, aunque fuese sólo un poquito más. So, todas las veces que me platicabas que te veías y besabas con chavos, que te llamaba la atención conocer a tal chavo o que, de plano, te gustaba alguien, me derrumbaba por dentro, porque siempre me he esforzado por obtener un poquito de esa atención/cariño de ti, porque me veas un poquito como ves a otras personas. Entonces, simplemente a veces me sentía muy insuficiente para ti, y para todos, realmente. Y de hecho, a veces he sentido que pisoteas mis sentimientos. ¿Recuerdas la vez que te dije que suelo recordar cosas muy precisas? pues, recuerdo que una vez, pasados algunos días (no más de cinco, lo aseguro) de haberte dicho que me gustabas, me dijiste que te llamaba la atención un chavo y que estabas haciendo todo lo posible por hablarle y caerle bien..., entonces, situaciones así me hacían replantearme si realmente te interesaba o te interesó lo que llegué a sentir por ti, aunque fuese solo poquito. (Añado aquí una disculpa por haber contado eso, no quiero que la carta se vuelve una lista de reclamos, ni mucho menos, sólo vi la necesidad de ejemplificar ese punto).  Al final, entiendo el punto de que seas muy distraída, de que algunas cosas no signifiquen tanto para ti, de que seas muy fría en concreto, no te culpo por nada de eso, a final de cuentas, así me gustaste.  He llegado a sentirme mal por nuestra amistad, y más por mi parte, porque siento que te fuerzo mucho a que sientes un cariño más alto del que realmente sientes por mí. Tanto así, que a veces no sé si sea bueno para los dos continuar con eso. Y si te lo preguntas o llegaste a preguntar (seguramente no, jeje), sí, sí he llorado por ti, sí me he sentido fatal por situaciones que tienen que ver contigo. Perdón por todo.  Finalmente, no te deseo el mal. No sé si a este punto me odies, te dé igual o al menos si llegaste hasta esta parte, como sea; realmente te quiero y espero que te pasen cosas muy bonitas en la vida, que triunfes y que alcances el éxito (sea lo que sea que éxito signifique para ti), aunque para que esto se vea más dramático y cliché, sólo diré que espero que seas feliz, como sea, con quien sea y cuando sea.  Sólo quería expresar mi sentir, es más una carta para mí, pero que sólo funciona realmente si la lees tú, porque, al final, es sobre ti. Lamento ser una mala experiencia más en tu vida, otro chavo que se ilusiona de más contigo, otro chavo tóxico que no sabe controlar sus emociones y te hace sentir culpable de todo, uno más entre los tantos que estuvieron y que vendrán, realmente no siento ser un caso especial. Perdona por no poder darte una amistad normal, como la esperabas desde un principio. Perdón por la amistad tan complicada. Espero, si de alguna manera es posible y si el universo (o algo más) conspira para mantener en equilibrio un poco todo esto, en fin, sea lo que sea ese ente superior, si existe, me resarza de alguna manera para que pueda encontrar esa felicidad que nunca encontré en ti y que tanto te exigí discretamente.  El problema es mío, no te sientes mal, eres una persona extraordinaria. 

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Will it be real?

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La carta que nunca te escribí

Tú que ahora estarás durmiendo, sí, seguro duermes. 

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No ha sido un día bueno, después de que toda la semana había estado estable. Solamente espero que tomes trozo por trozo el desastre que es tu vida e intentes componerla un poco. Continuas siendo un perdedor que busca ganar contra sí mismo. Ojalá la próxima vez que entres aquí sea para decir que has obtenido una pequeña victoria. 

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Nunca me han hecho sentir especial por ser como soy. ¿De qué sirve ser el “chico diferente”? Es igual o peor que ser convencional. 

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Ruego (aunque en el fondo no lo creo) que algún día alguien sienta y comprenda mis angustias. 

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Esperando que la vida resarza

Nunca he hecho buenas acciones esperando recibir algo a cambio, sin embargo, a veces siento que el hecho de que yo me esfuerce por hacer felices a las personas no influirá en nada para que a mí me puedan pasar cosas bonitas. Continuo ofreciéndole amor a quien probablemente me abandone en uno o dos meses, continuo preocupándome por la persona que apenas y le importa saber de mí, continuo dedicándole el corazón entre las páginas a quien no le importaría cambiarme por otra persona. Siento que no está bien quejarme de estas cosas, pero a veces la carencia de afecto provoca sentimientos así de tóxicos. No sé si me he equivocado eligiendo mis amistades, si simplemente estoy deprimido y no tengo la suficiente convicción de aceptarlo o quizá sólo soy un puberto estúpido. Como sea, no sé si deba esforzarme por continuar siendo la misma persona. Trato a las personas como quiero ser tratado, pero en ningún caso he vislumbrado una pizca del mismo afecto espontáneo que yo suelo ofrecer. En ocasiones siento que sería mejor dejar a todos de lado y alejarme lo más que se pueda... cosa que desde luego no pasará, soy muy débil para tomar ese tipo de decisiones. 

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Siempre me quedo atrapado entre el “si necesitas ayuda, pídela, siempre habrá gente dispuesta a escucharte” y el “no le cuentes tus problemas a los demás, eso es sólo querer llamar la atención y dar lástima”. 

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¿A 20 años es muy tarde para comenzar a escribir?