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19

Antes de ti había habían días que solo caían en una cuenta regresiva, formando una alfombrilla donde pisarían tus pies, para el día que llegaras y tocaras a la puerta y pudiera preguntarte ¿quisieras seguir derribando más días, pero juntos, mi amor?

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18

Imaginarte lejos de mis brazos es sin duda la incomodidad más grande que he mentalizado, pero el pensar en un corazón sin tu amor, una vida en tu ausencia y un mundo sin tu presencia, es el terror más grande que he convencido.

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17

Vienes a cambiar vidas, no lo he visto ni lo he sentido, lo he vivido. No es un juego de palabras, soy yo usando un vergo anticuado en el diccionario de mi lengua. Llegaste y ahora el verbo vivir se repite una y otra vez en mi boca.

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16

Olvida la tristeza de mis ojos, ella solo sirve como el fondo negro de un espejo que sirve para reflejar algo más bello, el brillo de los tuyos.

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15

No puedo decirte nada más romántico que esto: tú introdujiste el concepto de calma al océano de mi alma, tú me enseñaste lo que es sentir paz con tu mirada, me diste de probar de tu esperanza con una sonrisa y un beso. Tú fuiste la única persona que encontró la casita en el medio de mi corazón, la restauró, quitó las telarañas, las pilares podridros y repinto y tapizó. Eres la única persona que ha entrado a mi vida, a mi corazón y a mi alma, y ha sido más grande que mis miedos, pesadillas y demonios. Cruzaste la puerta de un lugar desconocido hasta para mí, y te hiciste enorme, de tamaño inmenso, y lo llenaste todo, cada rincón hasta desbordar. Llenas mi corazón hasta los bordes de mi alma y por eso siempre te estaré eternamente agradecido y en deuda.

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14

Imposible me han parecido siempre tus labios y tus ojos. Para mí sigues estando a miles de existencias de mí. Cuando paso tiempo contigo, cuando siento tus labios o los veo sonreír y cuando tus ojos me reflejan mi incredulidad, no podría sentirme más vivo. Es como si dos existencias tan distantes se rozaran en la soledad del Universo. Como si entre mis labios y tus labios se abriera un agujero por el cual entra vida de tu parte y me alegras la vida, por un breve momento brilla el sol de tu vida en la mía. Si todo esto te parece increíble es porque lo es, yo nunca creí y ahora creo en algo que parece imposible, no termina de costarme creer cómo un fenómeno tan hermano pueda suceder, pero por lo qué a mí respecta, sí lo hace. Y por favor no te ofendas si me exalto y te digo que no puedo creérmelo, que todo me parece un sueño, te suplico que sepas entender esto: solo soy la persona más afortunada del mundo, creer en tu imposible es lo mejor que le ha pasado a mí posible existencia.

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13

Me tranquiliza el alma que aparezcas con esa increíble sonrisa al vernos, porque me recuerda que ya nada podría ser mejor, excepto cuando te acercas y me besas para demostrarme lo contrario.

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12

Reafirmo lo que creo, lo que ahora vivo contigo: te veo y vuelves a ser la misma niña que entró en aquella habitación, la misma que con nunca voltear la mirada me cambió la vida. Ahora te vuelvo a ver, viniendo hacia mí: sigués siendo esa misma niña, me sigues cambiando la vida, pero ahora con un abrazo, un beso y con esa dulce mirada que ahora me mira con toda su fuerza, justo antes de cerrar los párpados y dormirse en mis brazos.

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11

Empecemos, lo que tus ojos gritan y tus labios desbordan. No seas modesta; tus dientes los muerden y tus pestañas los cubren. Tu hermosura solo es el escondite de algo más bello: el amor en tu corazón.

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10

Ser tuyo significa la unión del tú y del yo, también singnifica pertenencia y amor incondicional. Los ingredientes de una bella existencia.

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9

Solo puedo pedirte una sola cosa, y esa es tu compañía, mi mantra: me basta, no necesito ninguna otra cosa.

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8

Antes de ti, me resulta complicado explicarlo, es algo así como el primer hombre que quizo decirle “te amo” a su enamorada, no tenía el lenguaje, pero tuvo la vida para demostrarle quién era ahora con ella.

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7

Repito tus palabras, las que me mueven a la distancia y las que me calman de cerca. Las repito una a una, exactamente como me las dijiste, como un niño que va cuenta a cuenta armando un collar. Quiero armar un collar para mi corazón, nunca he usado collares, pero sé que a ti te encantan, y quiero que mi corazón sea así de tuyo.

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6

Estamos aquí, tú allá y yo ahí. Tú siempre tan de allá y yo hijo del ahí. Resulta increíble como dos personas, una de allá y otra de ahí, sean tan iguales que se puedan amarse aquí.

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5

Imperfecto de y por nacimiento

De ahí vengo, de donde yo me alejo.

De un cuerpo a diario más viejo

De una mente triste

Pero de un corazón tocado

Que con tus dedos abriste

A un sentimiento ansiado

Soñado, pero nunca imaginado

Un amor y un cariño suave

Dulce con tus besos afrutados

Y tus caricias me dejan grave

Porque sé que soy hijo del mundo

Y tú, aunque no lo digas, un ángel

Que ama en el Bello evo

Y yo sufro desde el suelo

Me enseñaste a ser paciente

Pero no soporto la idea

De traicionarte por impaciente

Porque siempre te extraño

Y peor que cualquier miedo

La muerte me pondrá el dedo

Cuando a la vida que le importo un bledo

Me mate quitándome al único angel

Que me alumbra la vida y el cielo.

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4

Sentir lo que siento, no se compara a nada que me pudiera dar cualquier especie de cielo. Nunca fui muy devoto de las promesas divinas, porque siempre me pareció que mis sueños siempre serían mas increíbles que esas promesas. Y ahora vivo una vida que se funde y quema cuando beso tus labios, una vida de ensueño en el cielo de tu boca y el amor de tus brazos. Ahora ya tengo algo que nunca creí posible: vivir en un paraíso donde todo sea un sueño hecho realidad. Pero te mentiría aún así, porque tú niña, eres siempre más increíble que cualquier sueño y más divina que cualquier cielo. Eres el paraíso de donde los sueños son fértiles, un paraíso que ojalá ningún infierno me arrebate.

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3

Impregnado del recuerdo de aquel día, tarde y noche, que en conjunto llegué a llamar el día más feliz de mi vida.

Un recuerdo formado por pedacitos de tu cariño y fragmentos de tu gracia, hilados por largas hebras de belleza, punto a punto bailó la aguja aquel día, uniéndonos para formar una pieza aún más bella.

El recuerdo me supera, me abruma. Aún recuerdo como, siendo tan inocente como cuando llegué, tenía un ángel enfrente y solté mis palabras, las cuales se perdieron en la inmensidad de su naturaleza. Las palabras no funcionaron ese día, los espejos no hablan, las estrellas menos y la luna es bella por su eterno silencio.

El silencio, la palabra más larga, el sonido más profundo y al distancia más larga. El silencio que ella me provoca es inmenso, me retumba en el alma y me lanza hacia el suyo. Nunca había sentido tanta paz, nunca había escuchado sonido tan bello como su sereno silencio.

En aquel espacio, se asoman constelaciones, agujeros negros y galaxias que poblaban un terso rostro besado por el sol y la belleza misma. Entre lunar y lunar habían distancias infinitas, ojalá me alcance la vida para recorrerlas, misterio a misterio.

De regreso a la realidad, pero no la mía, siempre la suya: me encuentro frente a una maravilla, dos almendras dulces, cafés de miel de oro, derritiendo estrellas en cascadas sin gravedad. Las abuelas van de casa en casa contando que en aquellos tiempos tomaron la idea de estos ojos para hacer las muñecas de porcelana. Dos ojos, enormes, inmensos, día piscinas más grandes que los océanos donde la luna se funde y nace de este a oeste. Dos enormes abismos de nieve quemados en el centro por dos astros café claro que rompían el silencio con un estruendo más grande que el del trueno, y con una luz más potente que la del rayo. Diez, mil, millones de veces por segundo. De sus ojos brotan almas, sin espejos, brotan almas que de amor creyeron morir, pero que por amor por siempre vivieron, en un paraíso que nadie conocía, porque siempre estuvo escondido en estos ojos que hoy yo admiro.

Todo comienza y termina para comenzar de nuevo, todo un ecosistema de belleza pura, de magia y de milagro. Nace y vuelve a nacer, aquí se desafían las leyes y las creencias, agarrense los valientes que este no es un espectáculo para cualquiera. Ni los dioses del Olimpo hubiesen creído digo a Heracles de admirar este paraíso. Aquí nada termina, solo lo mundano y lo ordinario termina. Aquí en este suelo hecho realidad, recibe todos los finales y en ellos comienza, aquí la vida nace, la muerte resucita y la belleza admira. Sin embargo todo parece que en algún lugar termina, o por lo menos el sueño desemboca en ríos y lagos que tienen su cause en unos labios rosas, embalses de carne tibia y suave. Labios que parece que pronuncian cada una de las palabras, pero sólo parece porque en realidad callan. Callan porque saben que están a punto de sacudir al mundo y efectivamente soy testigo de que así lo hicieron y aquí la historia: los ojos brillaron y consumieron al sol en una luz dorada tostada, lo hicieron ver como una miserable lamparilla de aceite y fundieron eternidad en una sonrisa, que se reflejó en unas perlas blancas que se asomaron a dividir aquellos dos rios celestiales y proyectaban aquella luz de vida en todas las direcciones. Aquel milagro más hermoso que la ficción de cualquier sueño se terminó llamando sonrisa. La original de la cual todas intentan imitar. Yo mortal me deje absorber por tal vida, me uní al paisaje, volví a nacer y me llené por primera vez de vida, de una vida eterna y hermosa. Embriagado por esa sonrisa que me tomaba a borbotones y me hacía transpirar olores a frutas y miel.

Sin duda el mejor día de mi vida, o el primer día de mi nueva vida.