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Carta 31 : No es un sueño, ¿cierto?
Muchas veces esa pregunta se cruzó por mi cabeza, se instauró en algún lugar oscuro de mi subconsciente, y me mantuvo en vilo otras tantas noches de insomnio provocado por la ansiedad, o por el miedo, o quizás un poco de ambos mezclados, haciendo un cocktail para nada agradable.
Pero esa pregunta siempre venía a mi cabeza: "no es un sueño, ¿cierto?" y me paraba a pensar en todo lo que vivimos, en todo lo que nos pasaba e incluso, en si mis sentimientos eran y serían suficientes para hacer que te quedaras a mi lado, dando igual el obstáculo y la adversidad. Me preguntaba si era suficiente, si de casualidad no era la persona que de verdad podrías buscar, y de vez en cuando, dudaba de mí misma en cuanto a si era o no una buena persona para ti.
Los problemas surgieron, algunos de ellos me abatían el corazón y me dejaban sin armadura alguna en mitad de la batalla. Otras veces, eran tan estúpidas que me reía al final del día de mi misma, y de mis idas de cabeza, de la flacidez de mi cordura o la falta de mi voluntad por ser valiente y demostrar que no era tan importante, y tú lo eras más.
Considero que sí, que te amo de manera bonita, pero que en otras ocasiones, he podido causar estragos en tu paz, en tu cabeza, en tu serenidad o incluso, en tu autoestima. No de forma consciente, jamás de esa manera, pero sí sin querer, sin esperar causar tanto impacto en ti. Y no fue, hasta que lo hablamos, que me di cuenta que no era la única vulnerable de los dos, que no era la única persona en bajar las defensas y demostrar todo lo que era... ¿no es acaso esto el amor: desnudarse frente a la persona escogida y amada, y dejarle ver cada cicatriz y daño de tus batallas anteriores? Porque espero, seguir siendo así contigo, hasta el fin.
Siempre tuya, Orianna.
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Carta 30 : Mi planeta del tesoro.
Ayer vimos una película sumamente especial para los dos; una película que nos ha acompañado en la infancia, e incluso en nuestro crecimiento como personas y seres humanos, que tienen una empatía tan exuberante que la mayor parte de la humanidad no entendería.
Yo sí te veo como el tesoro más grande de este mundo; podrías ser el Jim de mi corazón hasta el final, o incluso, mi Jumbo en la mitad de la bahía. Creo ser consciente de todo el amor que me tienes, e incluso si no lo veo entero perdóname: estoy metido en mi propio sentimiento hacia ti, mi amor. Un ser tan indomable como manso, tan increíble como cotidiano, pero tan hermoso que nada nunca podrá compararse a ti.
Quizás estás harto o no te gusta que te compare con cosas hermosas todo el rato, o que diga esa palabra de manera constante, pero la palabra en sí, evoca una realidad inequívoca, una situación que pasa a ser un hecho irrevocable, imparable y correcto: que eres hermoso. En toda la extensión de la palabra, en cada cosa que haces y posees, en cada gesto, caricia y mirada que me dedicas... solo veo la hermosura de tu persona y mi corazón se aprieta por y para ti. Hoy, mañana y siempre.
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Carta 29 : 166 días.
Hoy celebramos los 166 días juntos, casi medio año a tu lado, casi 6 meses completos pasándolos a tu alrededor, orbitando en tu mundo, en tu mente y en todo lo que creas con tu inmensa imaginación y creatividad.
Eres un ser lleno de luz, lleno de capas que demuestran lo profundo de tu pensar y de tu corazón, sin duda una sensación tan hermosa como abrumadora: en el mejor de los sentidos.
Eres paz, calma y serenidad a mi corazón, eres quien me conoce a la perfección y hasta la médula. Siempre has sido una persona que invade mi corazón de un sentimiento tan cálido como la brisa cálida en el invierno, o un buen arropo en la cama cuando estás malito.
No sé cómo explicar de otra manera, que a base de palabras, textos, citas y vídeos que encuentro, todo el sentimiento que tengo guardado para ti, mi amor.
Eres el ser más maravilloso que ha pisado y vivido en esta Tierra, en toda su existencia. Y por eso, por ser mío, por ser parte de mi vida, estoy eternamente agradecido.
Siempre tuyo, Orión.
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Carta 28: sospechas de amarte.
Hola amor, hoy tuvimos un día movido ¿cierto?
Me preguntaste tras nuestra charla, sobre las razones de por qué lo nuestro es tan diferente, por qué nunca acabaría de aquella manera, por qué no tiene sentido que tengas esos miedos conmigo y con nosotros, lo que somos y hemos creado. Y te contesté, claro que lo hice, porque como te dije hay cientos de razones para que eso no nos pase, y no las quiero repetir, pero que sepas, que fui honesta en cada una de ellas.
Pero luego me vinieron dudas y preguntas: ¿será que no lo demuestro suficiente? ¿será que mis comentarios o bromas al respecto, se empezarán a tornar en malintencionadas incluso cuando no lo quiero así? No lo sé, esa es la dura respuesta que obtuve preguntándome todo ese tipo de cosas... no porque no te conozca y sepa que no me juzgarás jamás por mis dudas o preguntas, sino porque hasta que el tiempo pase, nada es cierto, todo es una cuestión de visión, de dependencia: depende de si sucede X, depende de si hemos hablado Y, depende de si... depende de si... todos son dependes, y me quedó claro, que la única respuesta segura es: que te amo, y que me amas y nos amamos con locura. Una desenfrenada pero sana, y quizás esa sea nuestra clave secreta para el éxito: amarnos como locos en un mundo de cuerdos.
Y no me arrepiento de nada por ello, y lo haría mil y unas veces más, mi amor. Porque mi recompensa siempre serías tú, y compartir este momento contigo.
Siempre tuya, Orianna.

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Carta 27 : 150 días a tu lado.
Bueno amor, no me juzgues por la gran diferencia de días juntos con las cartas que he hecho, lo intento y hago lo mejor que puedo, pero este gran proyecto requiere de toda mi inspiración y no quiero solo darte cosas o escribirte cartas que no tengan sentido.
Nunca fui buena con las cosas constantes, ni con las rutinas, mucho menos con los diarios: siempre los dejaba a medias, y quizás por eso venir aquí todos los días a contarte algo se me hace difícil.. porque siento que no tengo mucho o nada que decirte.
Pero nunca podría cansarme de amarte, ni de recordártelo, ni de decirte en cada oportunidad que tengo lo mucho que te necesito, la necesidad imperiosa que tengo de estar a tu lado, cuidarte a ti, tu alma y tu corazón. Acariciar tu cabello, al igual que tu alma en cada charla que pueda, es un objetivo de vida que tendré hasta el día de mi muerte.
Espero no temas de mi obsesivo amor, de la pasión que emanan mis poros, ni mucho menos que huyas de mi porque las cosas se compliquen: sé que me amas y que eres de los que se quedan, pero si en algún momento sientes las ganas de marchar, no lo hagas por favor.. no por nada, sino porque te espera un machete [ah mentiras, mentiras JAJAJAJA]. Pero en serio: no te vayas.
Te amo eternamente Dean, aunque no lo veas tan claro quizás, yo siempre te amaré.
Siempre tuya, Orianna.
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Carta 26 : a soul meets another soul.
Un alma que conoce a otra alma, un alma que encuentra su hogar en el mundo, en la calidez de la otra persona. Solo dos personas que conectaron, más allá de los límites de la espiritualidad.
Tú y yo, siempre tú y yo.
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Carta 25 : algunas dedicatorias más.
Nuevas dedicatorias que encuentro y sigues viniendo solamente tú a mi cabeza.
Palabras que vuelven a no ser mías en esta ocasión, pero que me hacen sentir como la persona más identificada del planeta porque tienen una inspiración y musa detrás: tú.




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Carta 24 : de menos.
Hola, hola, hoy te escribo esta carta por varias razones que no tienen mucho trasfondo o una razón más allá de "porque sí", pero es que no sé por qué, la carta 24 la siento especial. Siento que ese número es importante, y quizás es una tontería pero para mí lo es. Lo siento de esa manera.
También te escribo porque te añoro, te echo de menos. No sólo porque he estado ocupada, y estas semanas serán unas locuras de ausencias entre viajes, partidas, y un montón de imprevistos [que seguro que salen más de lo que quiero], pero no quería saltarme la oportunidad de solo venir a decirte eso: que te echo de menos, que cuando no estás lo siento y el tiempo pasa mucho más lento. Que los días se me hacen eternos cuando no hablamos, y que extraño tener siempre mensajes tuyos en mi bandeja de entrada, entre mis notificaciones, entre lo cargado de la vida: tenerte a ti, en ese formato de "notificación" de un "sonido" como de campana o timbre que de repente irrumpe en el bullicio del día a día.. se siente diferente, porque tú definitivamente, lo haces diferente.
Te amo, y te añoro, y te adoro, y te quiero, y te echo de menos, y eres todo. De verdad, de la buena, que te amo.
Siempre tuya, Orianna.
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Carta 23 : Cuarta canción.
Esta canción la encuentro tan íntima, tan hermosa, celestial e incluso, etérea que era imposible para mi no dedicártela cuando realmente me siento identificada con ella: con cómo casa a la perfección con nosotros y nuestra relación.
Soy eternamente feliz de poder abrazarte y tenerte a mi lado, mi amor.
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Carta 22 : 130 días.
Hola mi amor, ¿cómo estás? ¿Te va bien mientras lees estas cartas que te he dedicado a lo largo de estos días? Sé que llevamos 130 días y eso debería constar en 130 cartas, pero lamentablemente no soy una máquina y mucho menos, soy una agenda... y me suelo olvidar mucho de las cosas, se me pasan las horas en muerto, y para cuando me quiero dar cuenta: es un nuevo día. Pero lo estoy intentando, quizás toma más que 1 año el darte este regalo, o te lo daré al cabo del año aunque no sean 365 cartas... quién sabe, lo sabremos cuando lleguemos, mi niño.
En esta ocasión no tengo una razón exacta para escribirte, solo quise hacerlo... vi el número: 130. Redondo, perfecto, bonito, se ve hermoso en esta fuente y quise conmemorarlo. También supongo que el hecho de que sea número par, y que la suma de los dígitos sea también un número par... me da gustito en esa parte alocada de mi cerebro que seguramente me deba diagnosticar a estas alturas de la vida ¿no crees? JAJAJAJAJA.
Bueno, no sé amor, solo quise escribirte, quise conmemorarte, a ti, a nosotros, a nuestro amor y a estos 130 días juntos. Espero que cuando llegue el 365 estemos juntos, y me sigas amando con la misma locura... quién sabe, quizás para entonces la pedida de mano habrá quedado opacada por una boda real, o quizás estemos en los preparativos de la misma, ¿quién sabe? No tengo idea lo que nos depara el futuro o el destino, pero espero que sea quien sea el que esté al mando de esto, a parte de nosotros 2, me deje disfrutarte muchos meses, o años más. Te amo.
Siempre tuyo, Orión.

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Carta 21 : ecos del pasado.
Hola mi amor; quizás esta carta te tome de sorpresa, porque no va a ir sobre todo lo bueno que siento... no siempre puede ser todo de color de rosa ¿cierto? Quiero confesarme aquí con una parte de mi que quizás no quieras saber, o no te interese leer, y de la que quizás soy muy cobarde de admitir aún. No por ti, o por mi "no" confianza en tu persona (cosa que no es cierta, porque sí confío en ti), sino en el hecho de que me avergüenza confesar ciertos aspectos de mi personalidad o de las situaciones que experimentamos juntos, que no quiero que sean tan notorios.
El otro día hablamos, me confesaste tus mayores dolores, los temores que tienes de ser abandonado, dejado como si fueras un juguete ya usado y desgastado, y sinceramente: no supe qué decirte.
Y no porque no tuviera cientos de palabras de reconfortantes, o porque no tuviera la inteligencia de hacerlo, o incluso, porque "no" era el momento adecuado, sino por el hecho de... ¿qué podría decir yo, a algo que tienes tan seguro dentro de ti, y que sé que en el fondo no vas a oír ni poner en práctica lo que diga? ¿Tiene sentido tan siquiera intentarlo? Porque quizás estabas tan metido en el dolor que no te diste cuenta que intenté acercarme, preguntar, ser comfort, pero que me encontré con una pared que no me dejaba acercarme. Y sí, se sintió fatal, y sí, sé que esto no va sobre mí, ni cómo me sentía yo con respecto a TU situación, a TUS sentimientos y a esa experiencia que estabas viviendo TÚ en tus carnes. No era momento de ponerme víctima, de sentirme mal o rechazada pero... aún así, lo sentí.
Sí, quizás es algo infantil o egocéntrico, pero me duele leer cómo esas personas de tu vida te causan tantos sentimientos, o cómo esa ex amistad de due y pareja de fake te ha marcado a tal punto que luce como si no lo superaras y en este caso, yo, solo fuese una mera sustituta de esa persona, que tiene que batallar constantemente con fantasmas de tu pasado. Y no, no digo esto como recriminación, o como llamada de atención, solo quiero que leas esto como si te hubieras encontrado una carta tirada en el piso, y que resulta tener un chisme jugoso del que quieres sacar toda la información: sin juzgar, sin sobre pensar, sin decirte cosas malas a ti o querer darme un sermón a mí después ¿si? Sólo lee, que de esto van las cartas, en que sean como un diario mío, para ti. Y como parte de mi "diario", te dejo momentos, frases o textos, que no son tan acogedores y tiernos como el resto.
Porque de eso va la vida: de momentos, de rachas, algunas buenas... otras no tanto. De situaciones incómodas, de instantes donde rompes tu zona de confort, o donde la vida te ofrece una nueva perspectiva. Lo estoy intentando... ya sabes, eso de soltar, de no sobre pensar, de solo: amar. Pero se vuelve a veces más complicado de lo que parece, y eso no quita aún así, que te ame eternamente, Luan. Eres calma en plena borrasca y espero que lo entiendas y lo comprendas: que te amo y nunca te abandonaría en la estocada.
Siempre tuya, Orianna.
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Carta 20 : 4 meses.
Felices cuatro meses a ti, a la persona más especial y magnífica que encontré jamás.
Felices 121 días juntos, que puede parecer poco, pero que es todo un mundo cuando lo vivo contigo.
Feliz de dar otro paso más en nuestra relación. Feliz de poder tenerte a mi lado, feliz de que me escojas, de que luchemos por lo que es nuestro (esta relación que compartimos), feliz y agradecida de que no tires la toalla. Feliz, de que efectivamente, otro día más, me mires lleno de amor.
Orgullosa de tus esfuerzos. Orgullosa de tu perseverancia. Orgullosa de ti, de lo que eres y de lo que te has convertido. Feliz de tu resiliencia. Feliz de tu mente, de tu corazón de oro, de tu bondad y de tu raciocinio. Orgullosa de llamarte "mío" y sentir una calidez invadir mi pecho, porque eres la persona correcta en el tiempo correcto.
Me alegra acariciar el otro lado de mi cama y tenerte ahí. Mirar a mis espaldas y que te encuentres allí. Llorar y saber que tengo refugio en tus brazos. Gracias, y miles de veces más: gracias. No será nunca suficiente para decirte cuánto te amo.
Siempre tuya, Orianna.
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Carta 19 : Confesiones.
Hola mi niño, otra carta dedicada a ti.
Hoy empezamos a ver uno de tus shoujos favoritos, de hecho, me dijiste que fue el segundo que viste de este género, y me hace muchísima ilusión compartir una de mis primeras veces, como lo es el ver este tipo de animes, contigo.
Siento que en el futuro vendrán otros tantos que podemos descubrir juntos, o en tu caso, rever algunos de ellos conmigo. Es siempre hermoso y tierno cuando me cuidas de esta manera, o cuando dedicas tu tiempo, que es tan valioso, en pasarlo conmigo, viendo algo que ya sabes cómo acaba o qué sucede en la trama. Siento que es una forma más de atenderme, de tenerme feliz y contenta, de consentirme y de alguna manera, de crear momentos que se quedarán por siempre grabados en nosotros.
Desde que tuvimos esa última charla, siento que hemos avanzado muchísimo, que ya no tenemos tanto miedo de destrozar lo que tenemos o de explotarlo con nuestras acciones, y en su lugar, a cada nuevo encuentro, unas emociones preciosas se ocupan de nosotros, haciéndonos bien de maneras insospechables. Agradezco al mundo, universo y destino de haberte puesto en mi camino. No sé cómo puede ser de otra forma el amar, si no es contigo como punto de objetivo, de mira, y de mis acciones. Eres todo lo que amo, y no sabes cómo adoro pasar ratos a tu lado.
Te amo, por ayer, hoy, mañana, siempre y una eternidad, mi amor.
Siempre tuya, Orianna.
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Carta 18 : Todas las palabras hablan de ti.
Dedicatorias que encuentro y solo tú vienes a mi mente. Palabras que no escribo yo, pero que leo y son como si alguien hubiera tomado mis sentimientos y los plasmasen en frases que crudas y reales, demuestran mis sentimientos hacia ti. No puedo existir sin ti, no puedo vivir sin tu presencia, no puedo ser si tú no eres conmigo.
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Carta 17 : Tercera canción.
Una nueva canción que me encanta, que tengo metida en la cabeza y cada que la escucho pienso en ti, que mi corazón se llena de amor solo con tu presencia cerca de mi. Prométeme llamar mi nombre, allá donde estés, donde el grito de tu corazón pueda escucharse, y yo acudiré a ti, por la eternidad.
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Carta 16 : Propuesta.
Ay mi amor, mi querido y amado ser.. ¿cómo empiezo esta carta que narrará los sentimientos que tuve en un acontecimiento tan importante como hoy, día 10 de abril del 2025? No sé cómo empezar, excepto que creo que lo oportuno es decir: te adoro.
Desde hace tiempo he dicho y te he comentado, que para mí "adorar", esa hermosa palabra de 3 sílabas que llena mi corazón cuando te veo, es la máxima expresión de amor. Es la máxima sintonía de mis sentimientos con la realidad.. es de las pocas palabras que recogen la obsesión alocada, el amor puro, y la necesidad sincera de tenerte en mi vida, de la mejor forma posible. Sin ella, quizás no habría palabra en el mundo para decirte cuánto te amo, excepto quizás, la propia palabra "tú".
Son tantas emociones las que siento, que no puedo evitar nombrarlas por tu nombre: Luan. No hay otra manera de describirlo.. si me preguntaran "¿qué es para ti el amor, Orión?" respondería sin duda con tu nombre: "Luan". Si me preguntaran "¿cuál es la razón de tu felicidad, o de tu arduo trabajo, Orión?" Les diría sin miedo a equivocarme: "Luan". Todo se resume a ti, en ti y por y para ti.
Nada más importa si no eres tú quien verá el resultado. Nadie más me llena, nadie más me tiene en sus manos como tú, nadie más existe al otro lado de mi corazón si no eres tú. Luan, si no eres tú la persona que hay ahí para mí, no querré a nadie jamás.
La vida, un mundo entero, si me lo entregaran sin ti, no tendría sentido. Solo quiero vivir si tú estás ahí conmigo. Solo quiero existir si tú eres el objetivo de mi destino. Solo quiero ser, si tú eres conmigo también.
Te amo, hoy, mañana y para siempre.
Siempre tuyo, Orión.


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Carta 15 : Fatalidad.
Hola mi amor, he vuelto a escribirte, y hoy tengo algo muy en mente.
Hemos tenido muchas conversaciones importantes últimamente... conversaciones donde la moral se pone a prueba, se preguntan los límites nuevamente de nuestros tiempos y horarios, se intenta llegar a un punto intermedio, donde ambos nos sintamos seguros y conformes, y creo que lo estamos haciendo bien ¿no crees?
Y mientras hemos hablado, he estado viendo un nuevo k-drama, te lo recomendé antes (Doom at your service), y creo que pocas veces he sido tan feliz viendo uno. Lloré como hacía mucho no lo hacía viendo un k-drama con simplemente, la historia amorosa.
He llorado por otros en este tiempo, pero por las relaciones familiares o de amistades, no por la pareja principal, pero en esta ocasión no pude evitar hacerlo: me recordaban a nosotros.
Quizás esa fuera la razón de que mi corazón ardiese cuando algo malo le pasaba al protagonista, o que empatizara de más cuando ella pasaba por un momento duro, donde las lágrimas querían salir pero se negaba a dejarlas caer. Me recordó a cuando me pediste que llorara contigo porque eras un sitio seguro: y lo hice. Como ella lo hace con él cuando las situaciones que la rodeaban la desbordaron.
¿Seremos así siempre, amor? Tú procurando secar las lágrimas que me caen, con una calma tan imperturbable que parece extraña.. con una serenidad capaz de calmar los peores tornados. Y yo hecha un manojo de nervios, de emociones, que se me arremolinan en el pecho, se me atoran en la garganta y me llenan los ojos de lágrimas... Quizás estamos destinados a esto, y no me importaría.
En el drama se ve cómo él marchita todo lo que toca, cómo es el fin del camino e historia de los seres humanos, como es el punto final, las despedidas y los olvidos. Y ella llega a llenar de color su jardín marchito.. ¿será que así te sientes desde que llegué a tu vida, que coloreé tu jardín marchito y ayudé a que todo volviera a florecer? Me gusta pensar que sí, porque me encantaría ser la razón de tu felicidad y de que tu corazón se sienta vivo, se acelere y desees vivir hasta el final de nuestros días, mi amor. Para siempre.
Ya con esto acabo, no hay mucho más que decir a parte de que te amo... al menos no en esta carta, así que, ¡nos vemos pronto, mi amor, sigue leyendo!
Siempre tuya, Orianna.
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