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LI.

Amor mío:

Mis planes para este aniversario son muy diferentes a lo que pensaba originalmente; han pasado tantas cosas que, si somos sinceros, ninguno de los dos esperaba que hubiera cambios tan abruptos en torno a nosotros, sin embargo, quiero darte las gracias por seguir, por estar y por querer.

Cada uno ha procesado las cosas a su manera, hemos cometido errores y ahora, entiendo, incluso compartimos las mismas inseguridades, pero también entiendo, que tenemos ganas de intentarlo una vez más.

Quiero decir que para mí, en este momento, lo más importante es recordarte cuánto te amo, lo mucho que significas para mí y las ganas que tengo de estar contigo; porque si no eres tú no es nadie más.

Pudiera sonar como un capricho solamente, pero estar contigo es una elección que hago todos los días. Todos los días elijo estar contigo, todos los días decido que no eres a quien necesito y con quiero seguir por el resto de mis días; porque eres el sol de mi vida.

Sé que he cometido muchos errores y no quiero repetirlos, pretendo avanzar, corregir lo que debo y hacerte sentir de nuevo en confianza conmigo; espero me des esa oportunidad, que me permitas tomarte de nuevo para ser como queremos ser, lejos de las inseguridades y miedos absurdos que nos han tenido atados desde hace tiempo.

Mi plan, de ahora en adelante, es luchar por tu felicidad, por nuestro amor y nuestro presente. El futuro se irá construyendo con lo que hagamos poco a poco, no hay que adelantarnos a nada.

Te quiero, te amo, te adoro.

En estos 365 días que he compartido a tu lado, he sentido y aprendido muchísimas cosas, tanto como no había hecho antes. Pero, en este año que hemos pasado juntos, he llegado a la conclusión de que quiero seguir contigo, y que una mala temporada no tiene por qué definirnos.

Una vez más, gracias por estar, por acompañarme, por ser tan jodidamente paciente conmigo, por consolarme cuando tú también necesitabas consuelo; por tu esfuerzo, por tu amor que es tan grande y sincero.

Gracias, gracias por ser tú quien llegó a mi vida para enseñarme lo que es amar de verdad.

Te amo, Consti, te amo tanto que las palabras se me quedan cortas para expresar todo lo que siento.

Gracias por darme un año de amor.

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L.

Si me preguntas cuándo empezaste a gustarme la respuesta correcta sería 'no sé'. Cuando menos me di cuenta, ya estaba encantado contigo, esperando el más mínimo pretexto para hablar contigo, y así ha seguido desde entonces.

Me gusta tu risa, tus enfados, la manera en que juegas y coqueteas. Me encanta tu delicadeza, tus bromas y tu sabiduría.

Me gustas tú.

Me gustas por cómo eres, me gustas porque eres sincero; me gustas porque estás y sigues, a pesar de todo.

En otras palabras, diría que me encantas, que me fascinas y me enloqueces, que desde que llegaste a mi vida no soy capaz de ver a nadie más que a ti, porque mi mundo se redujo a ti y a nadie más que a ti.

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XLIX.

A veces quisiera retroceder el tiempo para evitar ciertas cosas, pero a veces pienso que es inevitable porque tenemos que aprender.

Sé que tengo cosas que mejorar, que hay un montón de trabajo que hacer, pero sé que vale la pena por estar contigo.

Vales la pena.

Vales todo.

Eres el amor de mi existencia, con quien quiero compartir el resto de mis días, con quien quiero vivir y cumplir un montón de sueños y metas.

Que los errores del pasado no nos detengan más, que avancemos con fuerza, tomados de la mano.

Confío en que será mejor esta vez.

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XLVIII.

No sé cuántas canciones te haya regalado ya, lo que es seguro es que no son suficientes para declararte mi amor; también sé que les has dado sentido y un significado más especial.

Eres el amor hecho persona.

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XLVII.

¿Cómo puede caber un corazón tan grande en alguien te de tu tamaño?

Te miro y no comprendo cómo puede caber tanto amor dentro de ti, porque eres inmenso; eres un universo de sanación y cariño para los de tu alrededor.

Tu sola mirada es suficiente para sanar y calmar, con tan sólo estar consuelas las penas más grandes. Con sólo sonreírme, calmas los demonios que me invaden.

Gracias porque a pesar de todo sigues teniendo esa fragilidad y ternura tan únicas que siempre tan caracterizado. Gracias porque no has permitido que tu corazón se endurezca.

Gracias por dejarme conocer y disfrutar de la maravilla de persona que eres.

Gracias por dejarme entrar en tu corazón.

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XLVI.

Hemos hablado tantas veces de lo que haces, de tu esfuerzo, y me gustaría aprovechar este momento para recordarte cuán orgulloso estoy de ti.

Espero, mi cielo, que cuando te mires al espejo reconozcas cada cosa que has hecho; cómo te has levantado cuando las cosas han sido difíciles, y cómo has logrado sobreponerte a la adversidad una y otra vez.

Eres motivo de orgullo, y aunque pocas veces te lo reconoces, toma este momento para reconocer todo lo que has logrado y lo que estás por lograr.

Aunque sé que es difícil que no dudes de tu valor, espero que sepas que eres grande, maravilloso y que el mundo está a tus pies.

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XLIV.

Ojalá pudieras ver tu belleza.

Desearía que pudieras apreciar cómo se iluminan los sitios con tu presencia, cómo logras que la tristeza se marche avergonzada ante ti. Porque cuando tú estás, no hay espacio para la miseria ni el dolor.

Ojalá pudieras ser testigo de tu grandeza, de cómo logras que el mundo se amolde para recibirte en brazos; quisiera que vieras cómo las flores te siguen cual girasoles cuando el sol despunta en el cielo.

A veces me quedo en silencio, apreciando lo que eres y no deja de sorprenderme que dentro de este mundo tan cruel, exista un ser tan hermoso y lleno de luz como tú.

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LXIII.

Pienso que puedo ser muy torpe para expresarlo, demasiado tímido, patético, pero yo vivo cuando estoy contigo.

No importa si son unos cuantos minutos al día, yo revivo como las plantas cuando son regadas después de varios días; eres quien me devuelve la vitalidad y las fuerzas para seguir.

Estar contigo es un deleite, un instante que no pasa; que con mirarme unos segundos tengo suficiente para seguir.

Sé que el tiempo es cruel, que las rutinas pueden parecer distanciarnos, pero yo no te pido más que la paciencia de siempre, la comprensión y el cariño que nos tenemos.

Mírame unos minutos más, bésame un par de segundos, tócame de manera sigilosa, y te daré lo mismo y más. Déjame amarte con mi intensidad, con mi torpeza, con mis errores.

Tómame, mírame, dame vida, por favor.

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LXII.

Tengo miedo.

Es un tipo de miedo distinto, uno que no me explico, pero que nace de la desesperación de sentir que mi corazón no te alcanza y que te me escapas porque no soy suficiente.

Es ese miedo irracional y estúpido que me tiene atrapado en este ciclo interminable.

Que si fuera mago, un Dios, te daría un mundo hecho a la medida de lo que necesitas, uno que cumpla tus sueños más grandes, y así como quisiera transformar ese mundo, quisiera transformarme a mí para darte lo que necesitas y anhelas.

No te pido más sino que confíes en mí, en este amor tan profundo e inmenso como el universo mismo; no te pido más que me dejes amarte más y mejor de lo que lo he hecho.

Déjame arroparte otra vez. Déjame cubrirte con todo lo que soy, con mis palabras torpes.

Dame la oportunidad de tomar lo que fuimos para transformarlo y convertirlo de nuevo en la maravillosa realidad que compartimos algún día. No tengas miedo de abrir tu corazón nuevamente para mí, porque prometo hacerlo mejor.

Si me miras, sabrás que no miento, que soy sincero, más que nunca.

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LXI.

¿Cuánto debo pagarle a la vida por ponerme a tu lado? ¿Qué debería darle a tu madre por haberte traído al mundo?

¿Qué debería darte? Pídeme la luna, mi corazón y te las daré, pídeme amor que sólo tengo para ti, dame la mano y te llevaré a donde tú quieras. Dime amor, qué necesitas y te lo daré todo,

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XL.

Son 40 cartas las que he hecho para ti, y aun siento que tengo mucho que decir.

Lo principal y que repetiré hasta el cansancio, es que te amo, que quiero ser mejor por ti, por nosotros.

Son 40 cartas que se sienten insuficientes para expresar todo lo que me haces sentir.

Con esto dicho amor, te confieso ahora que, si he de tener que pasar la vida entera escribiendo para ti, con gusto lo hago, porque hasta el último punto de mis obras de romance, estarán dedicados a ti.

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XXXIX.

Confieso, cielo mío, que a veces siento miedo del amor tan inmenso que te tengo; es algo que no había sentido, que no había vivido.

¿Habrías pensado que alguien te podría amar así? Con intención de dejarlo todo con tal de tenerte, de hacerte feliz, de ver esa sonrisa maravillosa y ser digno de recibir una mirada tuya.

¿Qué me has hecho amor? Qué hechizo tan potente me has lanzado que no concibo la vida sin ti.

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XXXVIII.

Cuando te miro, respiro, cuando te toco, vivo. ¿Es tan difícil entender que sólo te quiero a ti? Que no necesito nada más en la vida que tenerte a mi lado, que si me tomas de la mano ya he ganado todo en la vida; mi mayor tesoro eres tú, tu amor.

Mi suerte llegó cuando entraste a mi vida, y en sí la vida misma la empecé a conocer cuando viniste a mí.

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XXXVII.

Tengo tus besos marcados en la piel y en el alma, te llevo tan profundo que desde hace mucho deje de ser mío, soy sólo tuyo, de tus caprichos, de tus ideas; soy para hacer y deshacer.

Sólo quiéreme, llámame y ahí estaré.

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XXXVI.

En noches como esta, cuando me atrapa la melancolía, me gustaría encontrar la manera de hacerte ver mi corazón, que sepas que mi amor por ti es sincero, que se mantiene y que no se ha apagado ni se apagará.

En noches como esta, en que la tristeza me abraza, quisiera estar a tu lado, contando estrellas, dándonos amor.

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XXXV.

Quisiera ser, por mucho tiempo, quien te acompañe en tus días, en quien recargues tu cabeza cuando los tiempos se pongan difíciles; quisiera ser la persona a la que elijas cada día, quien te haga sentir el corazón rebosante de amor.

Quiero ser el hombre al que necesitas, quiero darte amor.

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XXXIV.

Llévame al fin del mundo si quieres, pero no me sueltes nunca, por favor.