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chrisxsuarez-blog · 6 years
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Todo comenzó cuando empecé a ver sombras en la noche por el rabillo del ojo. Esto me pasaba muy a menudo. Como me juntaba con un amigo que está metido en temas esotéricos, decidí preguntarle al respecto.
"¿Cómo puedo deshacerme de estos visitantes? No me atacan como en un parálisis, pero no me dejan dormir."
"Tenés que ir a un bosque y quedarte toda la noche ahí. Como un trabajo de sombras. Ir y afrontar el miedo con todo". Parecía que tuviera esa respuesta preparada.
"Ni en pedo, Dani. Pero gracias por el consejo."
Esa conversación quedó en mi mente por una semana. Quise digerir la propuesta porque capaz que mi reacción prematura fue a causa del miedo...
Era un sábado y el plan original era juntarme con una amiga de noche. Mientras se acercaba la hora de verme con ella aproveché para juntarme con dos amigos en casa. Ahí fue cuando recibí el mensaje, se canceló la juntada.
''Uf, ¿qué puedo hacer hoy entonces?'' me pregunté a mi mismo.
"Nosotros vamos a un restaurante para comer, ¿te copa?"
"...Me voy al bosque."
La reacción de mis amigos era esperada, no lo cuestionaron porque hasta cierto punto ya me conocen. Uno puso cara de ''Ke?'' y el otro se pasó la mano por la frente. Su ''bueno dale, ¡qué te diviertas!'' me sonó tanto a ''bicho raro de mierda, que te atropellen''.
No tengo ningún bosque virgen a la vuelta, por ende escogí irme a algo como un bosque/plantación de árboles. Se ubica por Camino de Los Horneros. Como ese lugar no es como lo que especificó Daniel, decidí llevarme cuatro cuadrados de LSD y un poco de cannabis para intensificar la experiencia. (Nota: hace unas semanas había probado la misma tanda de LSD con un amigo y estaban medias vencidas. Nos tuvimos que tomar tres para que hiciera efecto de una).
Me abrigué con una campera gruesa, guantes, y gorra de lana, ya que estábamos en pleno invierno. Agarré una mochila y la llené de comida (frutas, frutas secas y nueces), una botella de agua, linterna, y una manta para apoyarme en el piso.
Antes de salir, me tomé mitad de la dosis. ¡Qué emoción!. Me fui en mi bicicleta y tardé unos veinte minutos en llegar a mi destino, cuando ya eran las 22:00 horas aproximadamente.
Al llegar, comencé a caminar con la bicicleta al lado y tuve que saltar un cerco con ella, ya que la propiedad es privada. Cuando me adentré en el bosque, me di cuenta de que apenas podía caminar por lo que tuve que dejar la bicicleta al lado de un árbol y un arbusto, lo suficientemente escondida.
En ese terreno hay una casa abandonada, fue lo único que me preocupó cuando decidí ir. Alguien me había dicho que allí se queda gente, y honestamente no me interesaba para nada un encuentro con alguien de noche en ese bosque. Entré bastante a las profundidades del bosque para disminuir la posibilidad de que se diera ese encuentro.
Cuando me aseguré de que ya no hubiera luz ni gente alrededor, mi cuerpo reconoció el cambio drástico y no le gustó. Caminaba lento por el cagaso que tenía. La linterna chica que había llevado solamente iluminaba lo suficiente como para que pudiera ver lo que tenía a unos metros. Cada ruido que hacía con mis pasos, el bosque respondía con sus ruidos. Ramas que se movía por el viento. Bichos y pájaros entre las hojas del suelo.
Después de diez minutos de caminar decidí instalarme al lado de un árbol. Saqué la manta de la mochila, la estiré en el suelo y me senté. Apagué la linterna y comencé a digerir lo que tenía al frente.
''¿Qué carajos estoy haciendo?''. Me sentía mucho mas seguro sentado en el piso, en la oscuridad, que parado con la linterna prendida.
Enciendo la linterna nuevamente, y busco la segunda dosis de LSD. Decido callar la mente mandándome el resto sin pensarlo. Después de cincuenta minutos observando el bosque a oscuras y esperando que me pegue el psicodélico, tomo la acción de activar esta sustancia vencida. Ya tengo la vela armada y la prendo.
Al estar en la oscuridad completa, la chispa de luz del encendedor me dejó un efecto de moscas volando en mi campo visual. Es lo que pasa cuando te quedás observando una fuente de luz por mucho tiempo; sólo que esta vez no se quería ir y crecían esas manchas en mis ojos. Mientras fumaba, me rascaba los ojos intentando que se fuera. No paraba de crecer hasta que quedó todo en ''blanco''.
Cierro los ojos y mi cuerpo comienza a vibrar. En ese momento me vino un poco de pánico. ''Si entro en pánico ahora mismo, así de drogado, en un bosque de noche, me viene un infarto'', eso fue lo que estaba pensando, así que tomé la decisión de quedarme quietito y concentrarme en el ahora utilizando mi respiración. La vibración alrededor de mi cuerpo aumentaba. Comencé a cagarme de risa por la sensación abrumadora. ''¡Wow, esto es muy potente!'' me digo, mientras paso mis manos por la cara. Me reía porque tenía ese efecto, no porque me diera gracia.
Estaba subiendo la montaña, casi por llegar al pique del viaje.
Me comenzaron a pesar los párpados y me obligaba a cerrar los ojos. Acá comenzaron los visuales. Efectos como caleidoscopio, geometría sagrada, etc. Pero lo que fue muy distinto a mis viajes anteriores fue el sonido que escuchaba (hay un link al final como ejemplo).  Cuando cerraba los ojos aumentaba el sonido, tanto el volumen como el ritmo, por lo que abría los ojos porque la sensación era muy fuerte. Pero al final me ganó la curiosidad y opté por no pelear contra el viaje, ya que hacerlo y querer controlarlo es lo que causa un mal viaje. Cerré los ojos y acá dio inicio el viaje por el agujero del conejo. Aumentaba y aumentaba. Sentía que me iba de mi cuerpo. ''Se ve que estos cuatro no estaban vencidos...''.
Y de repente noto que no puedo abrir mis ojos. El sonido se tranca y queda en un constante ''WAAAAAAAAAAAAAAAAAA''. Tan alto como una trompeta en el oído.
La próxima parte no la pude documentar porque no sé qué pasó. Lo que me acuerdo es que, cerca a mi regreso, es oscuridad y silencio completo; como me encontrara dentro de mi cabeza. La oscuridad era placentera, o en realidad más que eso. Sólo era.  No había mucha reacción emocional.
Estaba sentado en este cuarto oscuro, y de repente reconozco que ya no estoy ahí físicamente. Abro los ojos y lo primero que veo es la luna y las nubes pasajeras. Se movían velozmente. El panorama era de naturaleza mística y divina. Notaba que estaban las puntas de los pinos justo debajo. Me quedé mirando hacia arriba por un tiempo, sin tener ni un solo pensamiento. Me gustaría decir que fueron alrededor de cuarenta minutos pero estaría mintiendo, porque en realidad había perdido la noción del tiempo. Y no únicamente del tiempo, sino que también perdí la noción de quién era, mi música preferida, mis gustos, mis amigos, familia, etc. Lo que experiencié es lo que muchos llaman la ''muerte del ego''. Yo prefiero decirle ''amnesia del ego'' porque sólo te olvidás, si se muriera tu ego, vos también morirías.
Comencé a cobrar algo de sentido y a mirar a mi alrededor. ''Estoy en un bosque. Me siento cómodo'' fue lo primero que se me vino a la mente. De a poco volvían los recuerdos. ''Mi nombre es Chris, estoy acá por el consejo de un amigo, vivo cerca de esta zona...'' etc, etc.
Los visuales de ojos abiertos eran bastante locos. Y ya que era de noche, la imaginación tomó las riendas. Las ramas de algunos eucaliptos se iban entrelazando. Entre las sombras, en el suelo repleto de hojas y ramas, aparecían caras y ojos observándome. Mi mente lógica no estaba presente. Lo que veía no me generaba nada de miedo.
Se escuchaban ''pasos'' en el bosque. Pudo haber sido mi imaginación o solamente eran los bichos que viven allí. Habían sonidos que me hacían saltar; ramas que se habían quebrado y quedaban colgando haciendo ruidos espantosos con el viento. También se caían muchas ramas. Siempre había movimiento y ruido.
Me sentía bien pero presentía que el resto del bosque me observaba por destacar tanto.
De repente, veo que algo se estaba acercando y cuando estaba a punto de llegar hacia mi cara, voló hacia arriba. Pensé que era parte del viaje por un momento...
Cuando observaba las hojas que eran mas claras, debido al efecto de la luz de la luna y de la sustancia ingerida, parecían brillar.
Acá es cuando se pone muy loca la cosa. Mientras estoy mirando las hojas brillantes en el piso, presiento que hay algo enfrente de mí. Era una mujer. Brillaba con una luz blanca. También tenía una melena blanca, larga y hermosa. Lo único que tenía color eran sus ojos violetas. Me miraba con una sonrisa y de repente desapareció. Esta tuvo que ser la parte mas impactante del viaje entero.
Después de esa interacción, el viaje siguió siendo común: cosas que se movían, caras, etc. Luego de un rato, cuando faltaban unos minutos para que saliera el sol, decidí guardar todas mis cosas y explorar un poco el bosque. Hacía mucho frío, por ende, podía ver mi propio aliento. No sabía por dónde iba porque nunca había ido tan profundo por estas zonas. Era muy místico todo.
Tras caminar unos minutos hacia el norte, hago un giro a la izquierda y llego a una zona sin árboles. No podía ver nada por la niebla. ''Wow, esto tiene toda la pinta de ser un buen spot'' dije emocionado. Comienzo a dar unos pasos por ese lugar y veo que una forma se está materializando. Era la casa abandonada. Nope. Me di vuelta y fui por la misma dirección por donde había entrado al bosque. Ahora iba a ir a buscar la bici.
Me tomó unos veinte minutos encontrar esa maldita bicicleta. Cuando por fin salí de ahí, noté que todo era tan diferente... Y no lo dije porque seguía con aquellos efectos, fue porque eso es lo que provocan las experiencias de esta naturaleza. La ida a casa la hice con una sonrisa en la cara.
https://www.youtube.com/watch?v=vpqlKTYRVrY (Sonido que escuché).
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chrisxsuarez-blog · 6 years
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Experiencia: un toque de esquizofrenia
13 de Octubre del 2018 Soy una persona bastante solitaria. Me encanta tener mi tiempo a solas y alejarme de todo cada tanto. Decidí irme a un bosque, si se puede considerar eso, un bosque chico supongo; muchos árboles, plantas y bichos por todos lados. Quería alejarme de la sociedad, del ser humano; de su música, gritos y vehículos. Quería estar a solas; solo yo, la naturaleza y mis pensamientos. El plan original era consumir 320 ug de LSD en dicho bosque, por suerte escuche mi intuición y sólo tomé la mitad. Al llegar a la ruta me tomó unos 40 minutos encontrar el lugar ideal para mi charla conmigo mismo. Hace un tiempo había tenido un viaje de LSD de unos 320 ug en un bosque de noche. Era para ganarle a mi miedo a lo desconocido. Ese viaje fue mágico casi como un viaje astral, este tomó su lugar en el plano etérico. En este plano residen las sombras del mundo del mas allá. El plano astral de una vibración menor. Al llegar empecé a preparar todo; la carpa , el fuego,  la sección donde estaría leyendo, escribiendo y disfrutando de la naturaleza. Me tomé los 160 ug de LSD. A los 40 minutos empiezo a sentir los efectos. Leves dolores estomacales, cansancio, etc. Quería escribir sobre la experiencia. Nota: solo había dormido 6 horas, no había comido nada porque quería absorber el viaje al 100% y estaba en un lugar desconocido. Esa mezcla potencia el viaje mucho mas. Lo primero que noté es que había mucho ruido. Al comienzo del cuaderno tenía escrito “mucho ruido” con una letra espantosa. Había entrado bastante profundo a este bosque pero aunque no quisiera, el viento se traía el ruido. Escuchaba las motos y los autos de la ruta. También note que habían personas con motosierras. Seres humanos plaga. Me acuerdo que el dolor de cabeza era por el exceso de ruido. Se ve que empecé a escribir de vuelta a la hora. Abajo tiene un dibujo raro, me parece que quería seguir escribiendo pero no lo logré. “Siempre se está cagando de risa” Estaba escuchando una leve risa en mi cabeza y lo que me vino a mente fue el bufón que viene a visitar a las personas en viajes de psicodélicos potentes. Usualmente les aparece a esos que se toman las cosas muy en serio. Me reía con él, la estaba pasando bien en ese momento, era cómico. “Que no te engañe” Noté que me empezaba a susurrar ciertas cosas para hacerme mal viajar. “Moscas, los sonidos todos van juntos. Una bola” No lograba diferenciar qué era qué, a veces. Entre las motos, autos, motosierras y bichos volando cerca de mi oído.               “Sólo es malo si lo pienso” Notaba que había una leve risa en mi cabeza y era como si el bufón me quería hacer mal viajar. Me negaba a mal viajar. Me reía con él "jajaja no me engañás, hijo de puta", "Qué gracioso que sos", eran las frases que repetía. Fui a buscar mi abrigo en la carpa porque me había venido algo de frío. Al salir de ella, noté que tiene una araña naranja y negra encima. Lo solté y cayó al piso. No quería que me picara. Tenía telaraña encima… Me vino algo. Fui hacia la manta que tenía en el piso y me saqué toda la vestimenta superior para ver si tenía algo más en mi. Aplasté la ropa con mis manos para matar lo que sea. Miraba hacia el pasto y veía que estaba lleno de arañas por todos lados. "¡No!... instale la carpa encima un nido de arañas sin darme cuenta…?", pensé y me acorde que en la caminata hasta el espot, casi pisaba un nido enorme de avispones... se ve que me quedó en la subconsciente y tenía sentido esa especulación.
Me entré a desesperar. "Tengo que prender el fuego" fue lo primero que me vino a mente. Eso era lo más inteligente que podía hacer en el momento. No sabía si las arañas realmente estaban ahí. Se veían tan, pero tan reales. Empecé a agarrar ramas y noté que en la ceniza donde ya había prendido el fuego habían arañas. Toda la leña en si tenía “arañas”. Nota: había prendido el fuego porque había mucha humedad y lo apagué para poder viajar tranquilo, después de media hora. Una parte de mí sabía, obviamente, que era el viaje pero, eran demasiado reales, eran tan.. tangibles. Al no poder prender el fuego manualmente, decidí sacar el alcohol azul.
Llamas. Finalmente, sentí algo de seguridad al ver el fuego encendido y ahí es cuando las veo. Caminando por la brasa y el fuego. Bichos del infierno. Las quería ver más de cerca porque ahora estaba seguro que era el mal viaje. Miré y ahí estaban las hijas de putas. Pero hay algo más en el fuego. Algo mucho más grande. Como el tamaño de un ratón. Miro para arriba, agarrándome la cabeza diciendo "esto no puede ser.." suspiraba. Note que el alcohol azul me daba náusea. Solté la botella y decidí alejarme de todo para poder respirar. Me había olvidado de cerrar la carpa. Agarré el cierre y vi algo de reojo. Había una araña enorme adentro, caminando por los tuppers de comida. Chau. Cerré la carpa y salí con pasos rápidos. Estaba llegando al pique del viaje. Supongo que había pasado una hora y media. Las visuales de ojos cerrados/abiertos eran potentes. Caminaba con velocidad mientras me pasaba las manos por todo el cuerpo como un loco. Fui a una zona donde hay un montón de árboles caídos. Empiezo a tomar conciencia de mi respiración... No está funcionando. Veo las arañas por todos lados. Querían subirse a mis piernas. Creo que es una mejor idea volver a la carpa. Me encerré dentro y empiezo a masticar un chicle de menta para aliviar el viaje, la araña negra ya no estaba. Empiezo a tomar agua de un bidón de 6 litros. Cierro los ojos y pongo mis manos alrededor del bidón... Escucho pasos. Hay alguien afuera. Alguien viene por mí. ¿No estoy solo en el bosque?. Vienen a robarme. Me pueden matar y enterrarme acá sin que nadie lo supiera. "TAFF!" un ruido en la carpa me hace mirar hacia arriba. Era un pájaro. Se posó encima de la carpa. Lo veía perfecto desde abajo. "Esto es parte del viaje, no?" eso es lo primero que pensé. Lo que salió de mi boca fue "EH". Chillaba y chillaba. "JAAAAAAAAA  MIREN A ESTE PATÉTICO, SE ESTA RE CAGANDO EL MISERABLE JAJAJAJA". Sentía que los chillidos del pájaro eran traducidos. Era parte del juego. El bufón y sus trucos, me tomaba el pelo. Quería salir de la carpa para respirar aire fresco. El olor a alcohol azul estando por todas partes. Vuelvo al lugar de los árboles caídos. Me llegaba el sol y sentía que podía volver a respirar un poco mejor. Ahora vinieron los pensamientos… Supongo que se turnaban. Todos mis miedos, inseguridades, problemas que hayan quedado pendientes y personas que me han lastimado o que quieren lastimarme. Todos estos recuerdos quisieron tener una reunión en mi cabeza. Sentía que estaba por explotar. Comencé a caminar en círculos. Masticaba el chicle al ritmo que pensaba. Se estaba convirtiendo en una pasta. "Ta ta ta.  ¡El pranayama Chris! Cosas de hippies. Enfócate en la respiración. ¿Cómo era?  Inhalo por cuatro segundos y exhalo por ocho. Bien... Pronto, ya.. ya.. ya..". No lograba contar ni respirar de manera adecuada. "JAJAJAJAJA Qué imbécil!!". Se reía el bufón. Empecé a hablarme en voz alta. "Tengo que estar en el ahora". Empiezo a observar mi entorno. Voy hacia uno de los árboles caídos. Me agacho y noto que habían montones de bichos muertos en la savia del árbol. Fascinante. Lo quiero documentar. Fui a buscar el celular para sacar unas foto, lapicera y papel para escribir... Esto fue lo que escribí bajo la influencia del mal viaje, después de las primeras palabras que están arriba. “Todo es un chiste y a la vez no. Estoy más que seguro de que me quiso atacar una araña naranja y negra. Tenía frío, viajando en el piso. Me estaba cagando de risa de todo. El bufón estaba ahí conmigo. Me tranco al escribir porque sigue ahí. Quería que yo tuviera un mal viaje. Arañas. Arañas por todos lados. Nunca pensé que me pasaría. La cantidad de arañas era igual a los pensamientos. Tu cabeza puede ser tu peor enemigo. Es un cague de risa este hijo de puta.. Qué postura de mierda… Me siento mal… Hace frío. Si no le tomas las riendas a la mente, te deja a tras… Primero viene el dolor físico y después el pensamiento negativo. Tengo sueño, no he comido nada en horas y no quiero comer.
Jajaja el pájaro encima de la carpa, pensé que había entrado. El mal viaje te hace pensar que todo está en contra de ti. No estoy acostumbrado a la humedad. Cambia todo. No entiendo por qué no sé quemaban. Todo empezó con la maldita araña Jajaja. Nunca tuve un mal viaje, sabes que es malo cuando decís "¿cuándo termina esto?" Vi algo fuera de lo común. Casi prendo todo fuego, pensé que habían arañas por todos lados, quise prender el fuego para espantarlas. El olor al alcohol azul empeoro el viaje, y no miraba para el fuego porque habían monstruos chiquitos abajo. Sabía que era el mal viaje pero habían arañas.. esos bichos del infierno. Grises, todos grises. El ratón chico, pero transparente. Dejá. Estoy en un lugar donde bajaron un montón de árboles al pedo. Están todos cortados para "después". No se quedan con nada si se entra a pudrir todo. Iba a decir "que falta de empatía" pero siempre vuelvo a "qué ignorancia". Al cortar los pinos dan lugar para que crezca el eucalipto plaga. Ingleses de mierda jajaja. El mundo está hecho pija y no puedes hacer nada para cambiarloooo. Por el exceso de humedad siento que me voy a convertir en una planta. No sabes si es un mal viaje o un encuentro Paranormal. Siento que mataron a alguien acá... no encontré huesos por ningún lado.” Empiezo a documentar el viaje cuando afloja y realmente puedo quedarme con un pensamiento a la vez. El bufón no era "malo". Era como ese amigo insoportable. Le sigue la rosca porque si no se iba convertir en algo muy maligno. Me reía de sus chistes y le hablaba a veces. Tenía una personalidad de borracho, muy hijo de puta. Me decía que no me tomara todo tan en serio. "Eso solo un mal viaje, no te vas a morir". Se estaba haciendo de noche y empecé a escuchar tambores, sonaba como una macumba. Eso me hizo mal viajar un poco pero ya estaba oscuro y la opción de irme ya no era una alternativa. "Me quedo a dormir y mañana de mañana me voy". La noche fue brutal. Un frío con humedad horrible. La humedad se me pegaba la piel y no lograba dormir por el frío. Logré dormirme alrededor de las 2 de la mañana y me desperté a las 4 con una desesperación por la falta de aire. Las palabras que me salieron de la boca fueron "este bosque me quiere matar". No daba para más. Me vestí del todo, me puse las botas y salí para afuera para volver a prender el fuego. No lograba prender el fuego, por el exceso humedad, pero finalmente con un esfuerzo logró encender. Esperé a que apenas salga algo de luz de sol, para poder desarmar la carpa e irme. 6 en punto, tenía todo pronto y me fui por fin. Fueron los pasos más rápidos que di en mi vida...
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