Tumgik
Text
Ni tus camanances, ni tu risa, ni tu aroma.
Solo otoños desde que te fuiste primavera.
Ni tu iris esmeralda con pétalos caoba
Ni tu color trigo, ni tus efélides siquiera.
6 notes · View notes
Text
Qué importa el sol
Cuántas cosas estarán dejando de importar en lo que dura tu sonrisa. En qué estarás pensando cuando desparramas brillo en el lugar, mientras opacas a los rayos de sol. 
Será por mí, me pregunto iluso: Me respondo que no, pero qué importa. Ni por qué, ni por quién - mientras sonrías-  qué importa el sol, qué importa el tiempo, qué importa el mundo. Qué importa por quién mueras, mientras viva tu sonrisa.
1 note · View note
Photo
Tumblr media
Y si pensás en Corrientes, te duele Corrientes.
Hacía calor, calor correntino, y yo salí a caminar una siesta. Estás loco dijo mi mamá cuando le avisé, no por el calor sino por la cámara. Yo tenía una cámara en ese entonces -una bridge- y quería sacar fotos, pero no del mismo paisaje de siempre. Corrientes capital es mucho más que la costanera o -tal vez, en realidad- mucho menos.
Fui hacia “Mendoza al fondo”. Así le dicen todos a la calle Mendoza cuando no pasa por el microcentro de la ciudad. Pasé por los barrios pio diez, la lata, juan de vera, juan veintitrés, el patono y ex coca-cola. Yo sabía dónde empezaba y donde terminaba cada barrio porque me lo habían enseñado mis amigos de la infancia, los que vivían por ahí, y que –por cierto- a mamá no le gustaba que sean mis amigos.
“Tené cuidado cuando andás por esos barrios”. Mamá me quería cuidar, no quería que me roben o que me maten, ni que aprenda a robar o a matar, o a drogarme.  Tanto me quería cuidar que siempre que caminaba tenía algo de miedo aunque caminara con seguridad. Quién me mandaba a salir de la zona céntrica, de las calles de asfalto, de tener todo cerca. Es que sí, donde yo vivía tenía todo cerca, un hospital, los bomberos, la policía, escuela, universidad, peatonal, costanera, la playa, las plazas, la cancha del Huracán, los supermercados, los boliches. Eso era todo, lo importante, el resto nunca le importó a la sociedad, ni a los políticos, que solo van cuando es año electoral, ni a nadie.
Para qué vas a querer meterte en las villas. No vayas nunca caminando por Mendoza al fondo, ni por Maipú al fondo, ni por la zona norte, ni cerca del cementerio, ni por cazadores, ni por Chacabuco después del Carrefour, ni por el villa basura, ni por centenario después del shopping. Ni se te ocurra andar por los barrios que están después de la costanera sur, acordáte que ahí está el arazaty del que tanto hablan, ni la zona de la facultad después de las seis de la tarde.   No vayas nunca por la avenida Medrano  solo, y mucho menos por la calle cuba que es la que desemboca en el Pirayuí viejo.
No son saludables para los chetos del nordelta esos lugares, donde se escucha cumbia a toda hora y el sonido de los caño de escape de las ciento diez que abundan (porque la mayoría no tiene papeles y ahí no hacen operativos). No juegues a la pelota ni loco por el quintana o el doctor montaña donde está el puente negro porque te pueden matar, y ojo en el medio de los dos barrios que está el villa bolsita, como le apodan, allí están los okupas y es más peligroso todavía. No vayas por la avenida alta gracia, ni por la zona de la chola, ni hablar de la vizcacha o del San Marcos, o del Cichero.  Seguramente, además, si  no cruzas por el Molina Punta, el barrio nuevo o el San Gerónimo vas a andar más tranquilo.   Después –creo- que podes andar por donde querés y no te va a pasar nada.
Entonces, ¿por dónde me dijiste que podía ir?
Si vas tachando los barrios y las zonas, te quedó el 3% de la ciudad que podés conocer sin que te pase nada, si tenes suerte, si tenes plata para pertenecer a los que andan por ahí, y a una educación privada-católica, y si no sos negro, y si sos heterosexual. Y por sobre todas las cosas, si dios y la virgencita de itatí quieren te va a ir bien, porque si te va mal es por tu culpa, pero si te va bien es gracias a dios. Y cuando crees que ya conoces todo, te encontrás con casas inundadas, calles intransitables, barrios sin agua, ni luz, ni futuro.
-------------------------------------------------------------------------------------------
Te encontrás con ella, mordiendo una lata de cerveza, y el ruido  de crujidos de su estómago que no pueden esconder el hambre, con sus ojos que quizás –por prejuicio- nunca leerá los libros que a vos te gustan, y -como mucho- si aprende a leer le darán una receta de cocina. Porque la gente de su clase y su género solo puede ser ama de casa, y más le vale cocinar bien sino quiere ser golpeada, insultada y quizás asesinada.
En la foto que tomás, no podés capturar el olor que hay en esas calles, que ni nombre se gastaron a poner. Porque si sos de allí no existís, si morís nadie se entera y en definitiva a nadie le importa, ni a google maps, porque en la ubicación que estás, no hay nada, es desierto, como el que  Roca encontró en la Patagonia.
Y si pensás en Corrientes te duele, y si pensás en ella también. Y la mirás, aunque te duela la mirás porque no es invisible, porque no se puede mirar para otro lado, y te tocas el bolsillo y no tenes nada para darle, porque mejor no tener nada antes de que te roben pensás, y te lamentás. Entonces sacás la foto por si un día te encontras alguna noticia de ella. Ves la foto y gritás, por dentro gritás, te das la vuelta y llorás sin que te vea, porque ella seguramente ya lloró demasiado, llorás por ella con un silencio ensordecedor.
Después de un tiempo volves a abrir la foto y sentís lo mismo, y entonces decís ¿Por qué no hay fotos como ésta en los diarios? Sabes la respuesta. Para qué, te preguntás, para qué querés que la vean ¿para que le tengan lastima por ser chiquita?. Si cuando sea grande, si es que sigue viva y no muere por ser mujer, la van a criticar por no haber estudiado, porque no quiso  estudiar, por ser mala madre, por no trabajar ni servir para algo, por ser ignorante, alcohólica, o drogadicta. Todos se van a olvidar que en algún momento fue esa niñita que tanta lastima les dio al ver la foto, pero después deciden por ella, la obligan a creer que fracasó ella, la que mordía una lata en un lugar sucio, donde no había ni luz, ni agua, ni educación, ni juguetes, ni abrazos, ni servicios, ni amor.
Y ahora que estás lejos, te dicen que Corrientes es lindo, que conocieron cómo es, que fueron a los carnavales, al festival del Chamamé, a sus lindas plazas, al centro. Y sabes que vieron solo el 3% de lo que viste, y que más en el fondo, en el fondo de cada barrio, de cada calle de tierra intransitable hay gente que no conoce los carnavales, ni inclusión, solo sabe que si ese que llaman dios quiere todo va a ser mejor. Pero no saben que dios tiene que actualizar su google maps.
1 note · View note
Photo
Tumblr media
1 note · View note
Text
Cada tanto
Es otoño y estoy lejos de dónde crecí, pero ni siquiera pienso en ello, porque aquí -donde estoy, donde vivo ahora-, me siento como en casa, siento dormir y despertarme en mi cama, siento estar bien. Y sin embargo, de golpe, algo cambia… En alguna frecuencia de radio de la Patagonia se oye una canción de Bacilos un grupo musical que no sé si quiera si sigue existiendo.
“Una rosa que no floreció, pero que el tiempo no la marchita…”
La canción no es de mis preferidas, pero al escucharla, por alguna razón, levanto la cabeza, como un reflejo automático. De pronto, me siento ajeno, un extraño en donde estoy, y me pregunto por qué. Sí todos estos días estuve bien acá, lo pienso y siento que el frio del sur de mi país se siente como el calor de mi ciudad litoraleña y no comprendo por qué tengo que sentir un hueco, como si te faltara un órgano. Busco otra explicación para el sentimiento y entonces lo descubro, y busco otra respuesta, busco alguna mentira, pensar que es mi casa la que extraño, la costanera, a mis hermanos
 No es la primera vez que lo siento, pasa cada tanto, cuando alguna canción convierte al pasado en presente. Un pasado que ya no es, pero parece estar transcurriendo en el aquí y ahora, y entonces, necesito papel y birome, busco y escribo:
 “Cada tanto, alguna canción toca la puerta de mis oídos,
Cada tanto, alguna canción cambia el ritmo de mis latidos.
Todavía no descubro si le abro la puerta a la melancolía,
O si entra sin permiso a arruinarme la vida.
Cada tanto, alguna letra toca con fuerza la herida,
Cada tanto, siento mucho saberte perdida.”
 Cada tanto, vuelvo a ser el niño de 9 años atrás. “No era nuestro tiempo”, me digo cada tanto, tratando de crear un autoengaño que sea válido. Me insisto en que “éramos niños” para convencerme de que los dos teníamos que seguir caminos separados y aprender a ver otras cosas en la vida.
Pasan días, semanas, meses, años y cada tanto aparece el sentimiento remoto que me reclama y me insulta por haberte dejado pasar, como si fueses el tiempo mismo, como si nunca estuviese dejando de perderte, como un presente continuo que nunca acaba.
Cada tanto sueño con encontrar una excusa que sea perfecta para que no aparezca el sentimiento de quererte y no saber ya por qué, pero que es inevitable, como respirar. Cada tanto, me explico que aún nos faltaba aprender, equivocarnos y vivir un poco más. Pero cada tanto dejo de creerme.
Sé que cada tanto, culpo a alguna canción y me miento en que solo cada tanto te extraño.
0 notes
Photo
Tumblr media
Siempre tengo la mochila lista para ir a lugares como éste.
FIN DEL MUNDO- TIERRA DEL FUEGO, ARGENTINA
6 notes · View notes
Quote
Un cambio muy rotundo En menos de un segundo Siente mi corazón. …. Cuando me das tu mano Conviertes a este humano En una mejor versión. … Cuando estás a mi lado No importa ya el pasado Todo es revolución. … Las penas se retiran Si tus ojos me miran Yo veo brillar el sol. … Seré siempre tu aliado Seré tu mejor soldado y vos mi mejor canción.
Jorge Urbina
2 notes · View notes
Text
Juguetes generacionales
Los normales querían muñecos, autitos, aviones, soldaditos. Yo era algo especial, jugaba con cajas de cartón. No es que no me compraban juguetes, de hecho tenía muchos que me iban quedando de mis hermanos mayores, pero yo los rompía, los tiraba, le sacaba los brazos, le rompía las ruedas, las alas, o simplemente se me perdían. Y mandaba a la mierda su herencia bien cuidada. Es que las cajas de cartón me volvían loco.
Cuando me aburría que sean dinosaurios gigantes, se convertían en duendes enanos, cuando me cansaba que sean elefantes lentos, se convertían en autos de carreras de todos los colores, aunque las cajas sean solo de color marrón. Sí, es que tenía algo de imaginación, pero no tanta, solo me duraban unas 5 o 6 horas al día, después desaparecía.
Un día las cajas desaparecieron de casa, alguien las tiró. Hasta la más grande que era mi cuna, mi auto personal, y a veces mí mansión. Pero no me hice mucho problema, me di cuenta de que no necesitaba esas cajas tontas. Ya habían pasado de moda, yo estaba madurando.
Es que sí, las cajas ocupaban mucho lugar, y yo estaba creciendo no podía seguir jugando con ellas, me esperaba toda una vida por delante y las tenía que dejar atrás. Tenía que ser más serio, buscar algo más en qué volcar mi imaginación, descubrir cosas nuevas y entonces decidí buscar más alto. Fue entonces cuando aparecieron. Subí a la terraza y vi todos esos colores, y supe que estaba decidido a lo que quería para mi futuro. Los broches de las ropas.
Sí, me tomó como 60 segundos decidirme por los nuevos juguetes. Siempre me los cruzaba, pero ese día, ese día fue como verlos por primera vez y enamorarme, mi primer metejón. Había broches verdes, rojos, azules, negros, y algunos de madera. Eran ideales para armar grupos de pandillas distintas, mafias y policías, el ejército de William Wallace contra los ingleses, Lamborghinis y Ferraris, lo que sea. Pero había un problema, los broches eran codiciados por la familia. Decían que era más importante que sostengan las ropas lavadas. Increíble.
El horario de juego era a la siesta, cuando los demás dormían para que nadie me rete. Empezaba jugando con los que no estaban sosteniendo ropas - mis enemigas -. Pero después necesitaba más. Los que tenía disponibles no me alcanzaban, y como no llegaba al tendal tenía que estirar desde la ropa para que caigan de un salto mis juguetes.
Yo sabía que no iba a poder dejar todo como estaba, porque no llegaba al tendal, así que me tenía que ingeniar para que no me reten e irme antes, tenía que abortar cualquier misión, carrera, o conflicto civil que tenía para escaparme. Sin embargo eso nunca funcionó, yo hablaba fuerte y siempre despertaba antes mamá, tampoco tenía noción del tiempo así que siempre me retaban de todos modos.
Pasó mucho tiempo para que deje ir a los broches, pero me acuerdo bien cuando fue. Un día de lluvia, mis condiciones de niño con ansiedad e hiperactividad me llamaban a jugar, con algo, cualquier cosa. Pero las cajas ya no estaban, y en la terraza me iba a mojar, así que había que descartar esas posibilidades. Decidí entonces buscar otra victima, ingeniármelas. Pude haberme conformado con las tapitas de botella que encontré en una bolsa, pero ese día no quería que sean solo autos, o solo personas, o solo lobos. Cuando descubrí el zapato de Daniel, mi hermano. Los zapatos negros eran perfectos para las limusinas de las tapitas, así que tuve que empezar a juntar todas las zapatillas de la casa y llevarlas a mi pieza.
La imaginación que tenía en esos años era impresionante, esas cositas me hacían feliz, me volvían loco. Ojalá pudiera volver a tener esa imaginación, esa creatividad y volcar todo en escribir cuentos o historias. Ojalá pudiera volver a tener esa edad y divertirme sin tener que explicarle a nadie, ni justificar la ropa sucia por tirarme al suelo, mojada por jugar con el agua, embarrado por correr en la calle de tierra. Esos días si que la pasaba de maravilla. Después todo fue cambiando, las responsabilidades fueron apareciendo, pero esa etapa no podría haberme faltado.
Hoy vi a un nenito jugando con un I phone. Sí, un I phone, -creo que se escribe así-, y me di cuenta que tiene un mejor celular que yo y lo usa solo para jugar y mirar dibujitos que hablan en un español muy raro. Cuando pregunté por qué me dijeron que "solo con eso se divierte él".
Ahí me di cuenta que las nuevas generaciones no usan su imaginación, viven en una caja.
Jorge Urbina
2 notes · View notes
Text
Palabras. Lo mejor para explicar realidades sociales
HAMBRE - GUERRA - DESOCUPACIÓN - POBREZA - INJUSTICIA... SON PALABRAS HERMOSAS.
Hace unos días en clase, debatíamos sobre las palabras y sus usos. Alguna compañera citó a Fontanarrosa diciendo "Las malas palabras no existen, sino malos usos", refiriéndose a la intencionalidad con la que se pretende utilizar, por ejemplo cuando se pretende lastimar a otra persona. Otro compañero compartió una idea que muchos sostienen, malas palabras son "hambre-guerra-desocupación" entre otras, esto alguna vez lo dijo Hebe de Bonafini.
Yo por mi parte no creo en ninguna de estas dos teorías, y al contrario de Hebe o mi pienso que esas palabras son de las más hermosas. HAMBRE - GUERRA - DESOCUPACIÓN - POBREZA - ESCLAVITUD - FEMICIDIO y la lista continúa. Esto no se debe a que este a favor o me pongan feliz con estas realidades, sino justamente todo lo contrario.
Estas palabras son dolorosas, pero como dije antes son realidades, y lo bello de que existan en el diccionario es que visibilizan problemáticas. ¿Cómo podríamos explicar la situación socio-económica de grandes sectores de la sociedad sin la palabra pobreza? ¿Cómo podríamos describir los conflictos internacionales por los cuales muere muchísima gente inocente sin la palabra guerra? ¿Cómo podríamos ignorar la palabra injusticia?... Cada una de estas palabra significan algo, y por muy dolorosas que sean, son necesarias para mostrarle al mundo una realidad más objetiva.
Hoy por hoy muchos no conocen la palabra Aporofobia es un neologismo, es una palabra hermosa y es la palabra del año 2017, y no por cualquier cosa es la palabra del año, pienso que en estos tiempos de "grietas", de lucha de clases esta palabra va tomando más fuerza.
Toda fobia es un rechazo enfermizo a algo, esta fobia en particular es el miedo o rechazo a los pobres.
El problema en esta lucha de clases es que la clase medía sobre todo, está confundida y termina sintiendo aporofobia por la repetición de ideas que promueven los medios. La que encasilla a los sectores marginados en un mundo meritocrático al que no puede pertenecer porque no hizo el esfuerzo suficiente, sin embargo a la vez defiende a quienes hacen lo imposible porque los sectores marginados no salgan adelante, muchos sabemos que la pobreza es algo necesario para los ricos, para un sistema capitalista neo-liberal. Hoy por hoy la aporofobia es uno de esos grandes problemas sociales, es por eso que me siento orgulloso de que esté en nuestro diccionario.
Una compañera además agregó que la meritocracia no existe. Su intención parece ser la de decir que es una visión desacertada, y coincido plenamente, pero no deja de ser una realidad. La meritocracia existe, es lamentable y equívoca esta idea. Pero la palabra refleja un sistema muy utilizado en el siglo XXI. Es discriminatorio, pero existe la noción de que a las personas hay que pensarlas desde su mérito y no desde su origen social, de su riqueza personal, de su reproducción social o sus relaciones individuales, el sistema meritocrático es equívoco al no mirar el contexto de una persona, pero existe, está entre nosotros y es parte de nuestra historia. Los grandes medios día tras día introducen este sistema de pensamiento que seguramente conducirá a síntomas de aporofobia, a guerras sociales, a injusticias, fomentando la pobreza consciente o inconscientemente. Nos hablarán de "triunfos y fracasos sociales" pero no pensando en lo social, sino en lo económico. El triunfo consiste en qué tan alienado podes estar para volcarte contra las clases sociales más marginadas, y una vez que lo logren te harán pensar que perteneces a una clase superior, gracias a tu mérito, solamente vos saliste adelante... "saliste".  
En este sistema de triunfos y fracasos, se pretende mostrar con "logros" quienes somos, pero se ignora lo que se deja atrás, los ojos vendados y que Dios salve a quien tenga que salvar. Sostengo que el fracaso en realidad no es del pobre, como se piensa generalmente, lo que fracasa es la sociedad; por el hecho de que hay pobres. No fracasan los sistemas inclusivos, sino que las personas en su mayoría en este plano político-histórico apoyan los sistemas exclusivos que triunfan. Triunfan porque buscan que solo triunfen aquellos alienados meritocráticos.  
Negamos la realidad de los pobres por un sistema de dominación. Un sistema se basa en la divulgación y creencia de la meritocracia. La falta de conciencia y empatía, el poder de la insensibilidad nos hace crear silencio a una realidad que tenemos impregnada.  
El hecho de que APOROFOBIA sea la palabra del año quiere decir que preocupa, pero lo bueno es que lo invisible se hace visible. En la novela "1984" de George Orwell, vemos un mundo donde el que gobierna quita palabras como: GUERRA, ODIO, ESCLAVITUD, IGNORANCIA
O peor imagínense por un momento que esas palabras nunca existieron, a cambio nos dieron las palabras PAZ, AMOR, LIBERTAD, FUERZA. Solo podríamos describir las cosas con esas palabras.
A la guerra la podríamos describir con MENOS PAZ
al odio lo llamaríamos MENOS AMOR
a la esclavitud le diríamos MENOS LIBERTAD
diríamos que la ignorancia es FUERZA
Sería una locura usar esas palabras cuando en realidad es todo lo contrario. ¿Cómo podríamos vivir sin paz, amor y libertad? ¿Y cómo podríamos reclamar esto? Si la paz es la guerra, si el odio es amor, y la libertad es la esclavitud... ¿como podríamos conocer algo distinto, si los que gobiernan y sus medios nos introducen una verdad que es solo la del sistema? Del mismo modo que buscaríamos la guerra, el odio, la ignorancia y la esclavitud en 1984 para sentirnos personas completas estamos buscando ser meritócratas en el siglo XXI.  
Jorge Urbina
1 note · View note
Text
A mi lado (proyecto de canción)
Un cambio muy rotundo
En menos de un segundo
Siente mi corazón.
....
Cuando me das tu mano
Conviertes a este humano
En una mejor versión.
...
Cuando estás a mi lado
No importa ya el pasado
Todo es revolución.
... Las penas se retiran
Si tus ojos me miran
Yo veo brillar el sol.
... Seré siempre tu aliado
Seré tu mejor soldado
y vos mi mejor canción.
Jorge Urbina
0 notes
Text
Mi soneto
Incluso en primavera
Hay flores que marchitan.
Aunque uno no lo espera
La vida a veces quita.
------
Pero incluso en el otoño
Hay flores que florecen.
De un modo extraño
Lo malo desaparece.
----
No esperes solo rosas
La vida es otra cosa
Acepta un girasol
----- La vida son momentos
Y después de los tormentos
Vuelve a salir el sol.
https://elpaisdelasalegorias.blogspot.com/
Jorge Urbina
1 note · View note
Text
Persona
No soy, estoy siendo
2 notes · View notes