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Mama

Tuve un sueño el otro día. La insistencia dió sus frutos y aceptaste tener una última sesión presencial. Pero como dijiste, no tenías consultorio y quizás porque no había otro lugar o porque los sueños no se explican mucho, terminamos pagando por una hora una habitación. Fue una sesión perfecta como todas las anteriores, completamente inocente, ambos sentados en una cama y hablando uno frente al otro, conversación que fue volviéndose poco a poco de despedida y de un nuevo comienzo, de balances, de dolor, de conexión y de hablar con miedo a los silencios, racionalizando todo. Nunca sugerí nada distinto. 

Vos habitás siempre la contradicción entre decirme que puedo lograr lo que quiera y a la vez negando cualquier mínima modificación en la relación terapéutica. Sugiriendo que puedo cambiar y lograr cualquiera de mis objetivos y a la vez saboteándolos con la difícil realidad. Embarazada, en pareja y además siendo mi psicóloga, no se me ocurre alguien más inaccesible, y por lo tanto, atractiva. Debía pasar algo que rompa todos tus límites éticos y morales justamente porque no hay nada más tabú, y porque lo imposible es lo único que me atrae. Pero sos de esas personas que creen que los límites se hicieron para ser respetados, aunque pedís que haga todo lo contrario con los míos.

Me la pasé hablando de cómo iba a ser mi vida a partir de cruzar este umbral, de terminar con la terapia, de dejar de estar en este lugar seguro que me proporcionaste por tantas semanas, a pesar de algunos roces, y salir a la incertidumbre que me plantea la vida. Transcurridos alrededor de 40 minutos, terminé de hablar. No se hizo ni un silencio entre mi última palabra y mi sollozo que se convirtió en un llanto explosivo al terminar la sesión y tu gesto con el que, sin miedo a la ternura, me ofreciste alimento de manera casi instintiva. Respondí con mi propio instinto primitivo que me dijo que comiera, que bebiera, que me nutra y me aferré a vos como si mi vida dependiera de ello, como si este varón que a veces se muestra independiente y firme en sus palabras, hubiera estado sobreviviendo todo este tiempo gracias a vos, y aún necesitara de tu alimento para salir a enfrentar al mundo. Tu mano tersa me empujaba de a ratos retirándome con incomodidad y por momentos me acariciaba la cabeza hundiéndola aún más, como sintiendo culpa y placer a la vez. Entendí que los límites y las paredes que tanto sostuviste y me sostuvieron se habían derrumbado en ese momento, cuando hice un provecho, te miré a los ojos y te dije gracias. Resolviendo en ese instante todas mis necesidades, mis perversiones, mis fantasías, mis tabúes y mis neurosis en ese último acto de amor terapéutico, para que el inconsciente y Edipo hagan el resto. 

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NaSer

Las sesiones no son más sesiones, son el combustible espiritual de mi pluma que no intenta convencerte de nada, solamente es un grito a la nada en el vacío inclemente que demanda el rito de tu presencia ausente. Quiero transformarte en arte para sublimar tu alejamiento y congelarte en el tiempo en una estatua viva de dos dimensiones inmóvil hermosa y gestante de amor inmenso de píxeles, tinta y arte embebido en un cuadro que sonríe, en un marco que no puede contener tu presencia. La presencialidad se volvió lujo cuando se rompió la realidad, nos envolvió la matrix, porque no existe más el tiempo, la continua prosecución de los días es un eterno infinito que permanece inmóvil mientras tu panza crece hermosa y yo no puedo creer verla crecer en tu ser que ayer irradiaba el aula con tu aura Paula. La fotografía de la cala y la rosa, la cinta beige hermosa en tu obligo protruido en sueños de abrazar el llanto, verbo, encanto, representa tu amor la placenta, dolor, alimento, el árbol de la vida. Tengo derecho a pasar de la placenta a tu pecho sin cortarme. Siento tu sangre, es mi sangre que me daba el oxígeno, exijo que respiren hoy mis pulmones de hijo. Dame tu calor, tu carne es mi alimento y respiro. Respiro y estoy vivo.

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Los sanguchitos de pan lactal con queso, jamón y mayonesa tienen aroma a viaje en micro, a montaña, y a caminata.

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Choque

Estos últimos años me choqué muy fuerte, quise seguir andando y hubieron más golpes, hasta que me detuve y todavía estoy juntando los pedazos. Algunos cambiaron, otros no los encontré nunca, otros siguen ahí esperando a ser rescatados. Otros los junté y descubrí que estaban rotos y otros estaban sanos y otros los vi de nuevo y vi que necesitaban cambiarse porque ya no me gustaban. Tuve que salir a pedir ayuda para cambiarlos y todavía estoy en ese proceso. En algún momento voy a salir nuevo, hecho de retazos que van a irse amoldando a mi nuevo yo, a medida que transite. Mientras tanto te pido que me acompañes.

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Otoño Alfileres de agua batallan en el techo  dando su melodía mientras tu mano  posa su silencio cálido de pluma en mi cara.  Poco a poco la luz se va  y es reemplazada por tu boca.  Estoy tan cerca que no distingo  si la textura es tu pelo o tu ceja,  solamente atravieso el silencio de lluvia  con tu sonrisa en el beso  que traen solamente la paz y vos. La realidad se puede suspender en este lapso infinito del presente cotidiano sin importarme ningún otro tiempo más que el que se refleja en tu iris. En la oscuridad veo el aroma  de tazas de café  convirti��ndose en hojas secas. Cuando les da el sol las hojas se transforman en cucharadas de miel, y son dos bombones de chocolate que te regalé en el recreo, o dos caramelos de dulce de leche. Me despierto y me veo reflejado, mirándome, en tus ojos castaños, los mismos que crearon todo este sueño de tonos sepia nacido de tus pupilas.

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Para quien necesite leerlo:

De mi, para mi.

Hay días, como el de hoy, en los que la vida pesa un poquito más,

y las ganas son nulas,

y te apartas, y no hablas, y te vas,

y está bien,

está muy bien,

siempre y cuando vuelvas después, más fuerte que antes,

con más ganas de ser feliz

y con los ojitos llenos de brillo de nuevo.

Porque de la oscuridad vienen las estrellas

y de lo peor siempre, siempre, siempre, se puede sacar algo mejor,

aunque a veces parezca que no.

Ya pronto todo va a volver a estar bien,

(me) lo prometo.

-Valen

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Como pasamos de ser extraños a extrañarnos Y de ser anónimos andando a hablarnos Y de hablarnos a besarnos y volver a ser extraños De besarte atrás de la oreja de sentir como los pelos suaves de tu nuca se erizan en mis labios al besarlos a nunca más hablarnos Es el enigma indescifrable cómo la ternura del deseo se transforma en deseo de violencia de violencia consentida resumida en sexo y la violencia en olvido como tus besos se transforman es escupirme la boca y paso de acariciarte a ahorcarte mientras te cojo hasta llenarte de mi y vaciarte de vos y después en un abrir y cerrar de ojos  a olvidarnos.

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Se sonroja mi falso feminismo que te vuelve sumisa, que reafirma y vuelve a establecer todos los preconceptos que yo creía desterrados en una mentira impuesta por mí mismo llamada deconstrucción. Tan impuesta mi mentira como los preconceptos con los que fui criado y que acabo de reafirmar. Con la única certeza de que tu existencia es lo único que salva mi subjetivo mundo. Aún cuando la ternura durmiera no igualará tu piel.

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Diccionario - 5 palabras

Caricia: Libélula sobre pompa de jabón.

Papel: Poesía aún no escrita acerca de un árbol muerto.

Amanecer: Desangrada muerte de la noche.

Dolor: Pulsante cicatriz de alma viva.

Persona: Portavoz de perspectiva única.

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Parénquima de sol

La sensibilidad se manifiesta en forma de hielo derritiéndose en tu nariz. Ya no afloran las hojas del viento no eterno, el frío me recuerda la paz de tu calor. Mejillas que derrito en besos confusos con tu pelo que emerge del sol. Ya no hay nubes pero estás.

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Lunes 5 de febrero - Salgo de Budapest y llego a Belgrado

Hoy me tomo mi flixbus para Belgrado. Me confié porque pedí un taxi que llegó sobre la hora. Se me fue pasando la hora, tenía que salir a las 7:30 si quería llegar a las 8:00 y tomarlo a las 8.30 pero como iba en taxi terminé saliendo a las 8:00. Entre que cierro la puerta del Airbnb con las 2 llaves, entrego la llave en el candado y pido el taxi, se me va pasando la hora. El tipo encima dio vueltas para estacionar bien porque me esperó enfrente a mi departamento pero yo crucé y el también dio la vuelta. Cuando íbamos viajando casi choca y dio tremenda frenada. Terminó dejandome en el estacionamiento 5 minutos antes de que salga el micro. A las 8:27 yo recién vi cuál era mi bus así que por 3 minutos no lo perdí. El tipo del Flixbus me hace subir y como veo que casi no hay asiento me siento adelante de todo y el tipo me caga a pedos, así que me voy bien al fondo al último lugar contra la ventanilla. El viaje fue medio incómodo por las paradas que hizo. Paró primero a subir gente, después paró para que revisen el equipaje en migraciones y también para pedirnos los pasaportes en la frontera. Resulta que en frontera me sellan todo bien y a los 10 minutos tenemos que atravesar nuevamente, esta vez la policía en otro paso fronterizo que sin problemas me sella el pasaporte nuevamente. Así que sumo dos sellitos más, ya estoy en Serbia oficialmente.

Finalmente cuando llego a Serbia empieza el calvario. Calor, humedad y sol. Para el abrigo que llevaba, no me esperaba 16 grados y encima caminando con la valija transpiro más. El lugar es parecido a Retiro, muchos autos, policía de tránsito, tranvías por todos lados (en mal estado y destartalados), por lo cual las calles están llenas de grietas alrededor de las vías. Todo problemas, en el viaje no tuve wifi ni internet de celular así que tengo que comprar un chip en un kiosko y además cambiar 100 usd. En un kiosko no me venden con tarjeta de débito, así que voy a otro y tampoco (todo esto con la valija). Voy a un tercero que finalmente sí me vende el chip. Me pongo a colocar el chip en el celular cerca del hotel prezident palace. Luego entro al hotel para cambiar dinero pero no cambian, pero me dicen en dónde hay una casa de cambio.

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Budapest 22 de enero al domingo 4 de febrero

Costó escribir todos estos días. Un poco falta de motivación, otro poco que estuve trabajando online, otro poco que sentía que no había tantas cosas que contar. Tal vez después de lo que pasó con Rosa en Cracovia estuve medio tirado abajo, pero sirvió para reflexionar. Todos estos dísa estuve en 3 departamentos distintos. En el primero, el dueño Attila fue un personaje bastante particular. Escritor, medio lento y raro. Un día me dejó sin querer cerrada la puerta y me quedé esperando afuera. Tuve que avisarle a la vecina para que lo llamara por teléfono y viniera. Ella me dijo "he's a little bit stupid". Yo sospechaba que le faltaban un par de jugadores.

Los primeros días me corté el pelo en un local donde el peluquero era un inmigrante de Siria. Un día en Budapest me dolía bastante el pie, así que me empezó a costar salir. Igual intenté salir un par de veces, luego de la primer noche llovía bastante y fui a visitar al mercado central de Budapest. Estuvo lindo, saqué muchas fotos a la gente, vendían de todo era tipo como el mercado central de buenos aires pero más vacío de gente. Saqué buenas fotos. Otro día fui a un free walking tour. A los pocos días, del miercoles 24 al jueves 1 de febrero conseguí otro Airbnb mucho mejor, me hospedé en otro departamento que tuve todo para mí durante una semana. Pude cocinarme y tenía el supermercado cerca. De esa semana el jueves 25 fui al Parlamento por mi cuenta. Luego estuve 3 días sin salir porque me dolía mucho la pierna derecha y aproveché para trabajar, ya que me habían encargado un diseño y también trabajo de edición de video. Así que esos 2 días del viernes al sábado no salí.

El domingo 28 fui a un free walking tour, había un mexicano con el que charlé, también me sacó algunas fotos y tenía una cámara analógica. Me costó pasarle plata a la guía porque no me funcionaba Wise y no tenía efectivo. Al final le terminé dando dólares.

El lunes 29 sólo salí a comprar un rato y la pierna me seguía doliendo. Me sorprendió que vendían albahaca en una maceta en el supermercado.

El martes tuve terapia y no salí tampoco, y el miércoles fui a cambiar plata.

Finalmente el 1 de febrero me fui al otro Airbnb, para lo cual me tomé un taxi. Los dueños eran chinos pero nunca los vi.

El jueves 1 de febrero cuando llegué no hice nada, y sólo salí para ir a mcdonalds a comprar comida, pero al día siguiente el jueves 2 sí fui a una biblioteca que tenía ganas de conocer.

Ese día me dormí tarde editando un video de la biblioteca con estética de Los Simuladores.

Caminé un poco de noche y saqué fotos a un par de puentes ese día con la reflex. Al día siguiente sábado 3 de febrero tampoco hice mucho pero fui a un Pull and Bear a comprarme ropa y eso me levantó el ánimo. La pierna me seguía doliendo mucho al caminar y tenía que ir frenando a cada rato por el tirón que me mataba. El domingo 4 de febrero sí hice cosas, fui al New York café sólo, saqué fotos y grabé por dentro, también empecé a caminar por todo Budapest y estuve todo el día afuera. A la tarde después del New York Café fui a la Isla Margarita y me la caminé de punta a punta, fui al jardín japonés, volé el drone, vi unos patos, vi una iglesia antigua y luego me tomé el bus y el tranvía para ir a sacar fotos a los puentes que me faltaron.

Fue un día genial, terminé llegando hasta la casa de gobierno de Budapest también.

Después bajé del tranvía y fui hasta el puente verde a sacar fotos.

Terminé de recorrer como a las 20 hs cuando ya estaba largándose a llover. Fue un día agotador pero me encantó despedirme así de Budapest. Mañana ya me voy.

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Domingo 21 de enero - Salgo de Cracovia y llego a Budapest.

Hoy finalmente es mi último día acá en Cracovia. Me despierto muy temprano y preparo mis cosas en la valija. Siempre intento hacer todo lo más ordenado posible para no olvidarme de nada porque después es casi seguro que no voy a poder recuperarlo. Rosa aún duerme, de a ratos me acerco a su cuarto porque quiero saludarla antes de irme. En un momento se despierta, me siento en su cama e intento abrazarla un poco. Ella se levanta rápido y charlamos un ratito de cosas en general, todo muy ameno. Me voy y al rato tuve que volver para recuperar un gel para el pelo que me había olvidado, la vuelvo a saludar con un beso en la mejilla. Voy hasta la estación de tranvía y me tomo a las 6:20 el tram 14 que me deja en la estación de buses.

En la estación de buses no había un alma, todo completamente vacío. No hacía mucho frío como otras veces. Siento que me tomé este tranvía muchísimas veces, siento casi como que me estuviera despidiendo de un lugar familiar a pesar de que estuve sólo dos semanas. Luego de bajarme me voy a la estación, llego bastante antes de que salga mi bus como 40 minutos antes así que me siento a esperar a que se haga la hora. En un momento viene un tipo hablando en polaco y le respondo en español. Me dice "english?" y yo sigo hablando en español hasta que me dice "ok" y se va. Me subo al micro, el viaje estuvo super tranquilo, pasamos por muchas zonas de nieve. Creía que íbamos a pasar por Zakopane pero no fue por esa ruta. De todas maneras pasamos por varios pueblitos pequeños de montaña. Paró demasiadas veces para mi gusto, una de las veces bajé y me comí el sanguche que me había comprado el día anterior con Rosa en el Zabka. Termino de comer y vuelvo al micro. Voy escuchando Dillom y un poco de música variada para entretenerme, como Santaolalla y Calle 13 entre otros. Finalmente llegamos luego de un rato a Budapest Mexikoi. Yo dudaba de que esa era mi parada, porque si bien estaba relativamente cerca del Airbnb que había contratado, me parecía que aún quedaba viaje. Así que bajé y le pregunté al tipo y me dijo que esa era Budapest Mexicoi y que luego estaba Budapest Obudai. Así que volví a subir y esperé hasta llegar a Obudai. Una vez que llego, me tomo el tren y voy hasta mi Airbnb. Al llegar me resulta difícil entrar, toco el timbre como me indica mi host y nadie me abre. Al rato veo que viene un tipo cruzando la calle y me dice en un inglés afrancesado "sorry, I just went out". El señor de airbnb se llama Attila, tiene como 60 años, ojos claros y aspecto demacrado y desaliñado. Me dice que es el del Airbnb y me hace pasar. El lugar es una casona antigua, parecida a las casas antiguas de Buenos Aires. Paso y me hace subir 3 pisos por escalera con la valija. Siempre sufro esas cosas, así que es un bajón pero lo logro. Una vez arriba totalmente sin aire me indica donde está mi habitación. Está bastante bien pero no es nada del otro mundo, es una habitación con una cama grande en el centro y un escritorio en una parte con un par de cajones. Hay también varios enchufes y un par de muebles donde poner cosas. El problema es que toda la casa/taller de Attilla está bastante llena de libros, cosas de pintura, elementos como de un taller de reparación, y muchas otras porquerías. Pero sobre todo libros, de algunos de ellos hay decenas de copias empaquetadas, creo que es como un depósito de libros que Attila vende. Llegué a leer en la descripción del Airbnb que Attila escribió 2 libros

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Sábado 20 de enero - Cracovia - Último día! Me levante depre, Rosa me ayudó y salimos a comer y luego a hacer un tour con big tom, después volvimos a la casa y miramos La sociedad de la nieve comiendo papitas y tomando cerveza. Hermoso día para despedir Cracovia.

Hoy me levanté un poco triste por lo que pasó ayer, sin saber si mencionarlo de entrada, si pasarlo por alto como si no hubiera pasado nada, y no sabía que decir. Cuando Rosa salió de su habitación la saludé y ella también a mí, luego desayuné un café instantáneo y me senté a comer unas galletitas en la cocina. Ella al rato me pregunta cómo estoy y le pido perdón por lo de ayer. Me dice que me entiende, que sabe que estaba borracho y lo atribuyó a eso. También le dije que por un lado era eso pero que también eran ciertas algunas de las cosas que dije y que pensaba. En un momento ella me dice que es normal que a veces uno se puede confundir y que el alcohol quizás me puso más sensible. También le dije que estaba confundido porquee me dijo que en público no quería abrazarme pero después en privado tampoco, en lugar de decirme directamente que no quería. Además que la semana anterior sí me había abrazado en público y en el lugar donde bailamos. Ella me dijo que era porque estaba borracha y que no debió haberlo hecho pero era por el alcohol. Mientras me decía esas cosas y yo intentaba expresar mis emociones también, me puse a llorar un poco mientras hablaba pero por no poder contenerlo. Le dije justamente que a veces me cuesta expresar mis emociones sin sentirlas y por eso lloro. Luego me dice "dame un abrazo" y ahí la abrazo llorando y le doy unos besos en la cabeza. Al ratito me acuesto un rato más, Rosa me pregunta si quiero dormir una siesta y le dije que sí, que tengo sueño. Después me dice que va a abrir las ventanas y después las cierra porque estaba durmiendo. Poco después me dice si tengo planes para hoy y le digo que no, que no tengo nada que hacer y que creo que me voy a quedar en la casa.

Así que me dice que podemos ir a comer algo en una hamburguesería que está buena, y le digo que sí. Cuando salimos la verdad no tenía muchas ganas de nada, estuve llorando bastante ayer y hoy y no tenía ganas de compartir muchas cosas con ella. Así que en el tranvía vamos medio callados, ella quiere sacarme conversación pero la verdad no me sentía cómodo, encima tenía la cara bastante mal por haber llorado y estaba con poco ánimo. En la hamburguesería encima había cualquier cantidad de gente y realmente estaba agobiado, le dije que prefería ir a otro lado porque hay mucha gente pero me insistió para quedarnos. En la mesa había una pareja al lado y no quería interactuar con nadie la verdad así que fui bastante silencioso y creo que todos lo notaron. Encima después no sabía ni qué pedir, fui al mostrador y pedí una hamburguesa BBK con jalapeños y mi tarjeta no pasó, todo un desastre. Tuve que volver a buscar unas monedas a mi campera y la tiré al suelo. No tenía ánimo de nada la verdad pero Rosa no dijo nada. Al ratito igual estuve un poco mejor luego de comer, un poco me sirvió y me puse más comunicativo. Me pasaba que como que no sentía la necesidad de hacer nada porque ya me di cuenta que no iba a lograr lo que quería con Rosa y no valía mucho la pena comportarme de una manera que no sentía para que ella me valorara, ya que era mi último día acá y ya me iba. No necesitaba estar de buen humor ni forzarme porque no había objetivo en eso, entonces actué como me sentía, sin ganas de nada y hablando mal o hablando poco. Al único que le hablé bien fue al vendedor de la hamburguesa para que me entendiera. Luego de comer me sentí un poco mejor, Rosa reservó un free walking tour y fuimos a caminar un poco para esperarlo. Fuimos hasta ese dragón que tira fuego por la boca que aún yo no había visto y nos sacamos una foto ahí, y filmamos un video mientras tiraba fuego.

Eso estuvo lindo, después seguimos caminando y resbalándonos en el hielo, pasamos por una estatua de un señor que Rosa quería ver porque es una estatua nueva.

Después fuimos a un Zabka a comprar cosas, y pasamos por un local de venta de chucherías por el centro. Finalmente fuimos a esperar en un barcito del centro muy cerca del punto de encuentro del walking tour, yo me pedí un cafécito y ella una cerveza.

Finalmente fuimos al walking tour con Big Tom. Empezamos en el arco principal que era el punto de encuentro y de ahí fuimos a la plaza, nos habló de un asesino serial de cuya víctima se encontró un rollo de piel en un río, después pasamos por un punto donde existía la pena de muerte y donde vivía el verdugo en una torre, luego seguimos y nos contó de un tipo que apuñalaba por la espalda y mató a una monja saliendo de la iglesia, para luego terminar el tour haciendo una demostración de cómo se colgaba a las personas en la pena de muerte con una chica voluntaria del grupo. Fue interesante, Rosa preguntó "who's next?" en joda y no le dieron mucha bola. Al final de todo le pagué sólo mis 15 zlotis que me quedaban y me fui. Esta vez el grupo era muy grande así que espero que Tom haya recibido más dinero. Hacía muchísimo frío, Rosa quería sacar una foto en la plaza así que fuimos ahí y luego a tomar un vino caliente en Bania Luka, todo muy bonito.

Luego de tomar el vino caliente rápido nos fuimos para la casa, bastante mejor que como salí la verdad. Es increíble la capacidad que tienen las personas de cambiar mi estado de ánimo, siento a veces que soy muy vulnerable. Estando solo es como que mi estado de ánimo es neutro, pero me di cuenta que incluso una persona como Rosa que conozco hace poco puede lograr que me ponga a llorar y que también me alegre el ánimo el mismo día, en menos de un par de horas. Nos tomamos el tram para llegar a la casa.

Antes de entrar a la casa se puso a fumar en la esquina su vaper, pero yo me estaba muriendo de frío y quería llegar ya. Así que me hice el boludo y me puse a abrazarla y ser medio pesado para que se apure. Funcionó porque me dijo "bueno vamos". Una vez que entramos a la casa me puse a cambiar 100 dolares por Binance para comprar mi ticket de Flixbus y luego reservar mi Airbnb. Sólo reservo el Airbnb ya que mañana todavía tengo tiempo para el Airbnb mientras viajo en el bus. Cuando termino de hacer eso Rosa prepara el proyector para ver La Sociedad de la Nieve como habíamos quedado hace un tiempo. Trae unas cervezas que compró de camino y unas papitas que nos habían sobrado del almuerzo en la hamburguesería y nos ponemos a ver. La peli está excelente y la calidad de verla en proyector me sorprende, es realmente como estar en el cine, encima con el audio saliendo del proyector da ese efecto surround. La pasamos bastante bien viendo la peli, ella comenta en un momento que los argentinos somos muy dramáticos y yo me río y le digo que se están muriendo en la nieve, es muy distinto llorar por eso que porque no te abrazan. En un momento uno de los personajes dijo "vení llorá conmigo" y Rosa se rió porque es lo mismo que yo le dije el día anterior y le dije "no sabía, no lo había visto!". Me dijo que los mexicanos son violentos y los argentinos son sensibles, según su experiencia, lo cual tomé como un halago. En general estuvo lindo, usó la peli para decir cosas relacionadas a cómo los latinos son más abiertos y cariñosos y solidarios mientras que en Polonia son más fríos. Yo le dije que era como los sobrevivientes y ella era como la montaña de los Andes. De a ratos hacía chistes y estuvo divertido, creo que la cerveza le levantó el ánimo a ella también. Al rato cuando termina la peli nos vamos a dormir bastante mejor. Incluso luego de que terminó nos quedamos hablando mucho de la situación del día anterior, de cómo nos sentimos, de que ella necesita tiempo para ser cariñosa, de que no es el momento, y me abrazó varias veces y me dijo que luego de hablarlo es más fácil entenderse. Es difícil recordar todo lo que hablamos, pero conectamos bastante y creo que un poco ambos aprendimos a entender mejor al otro, y a saber que a veces lo que buscamos no siempre es lo que el otro necesita, pero eso no significa que tengamos que dejar de hablarnos. También le dije que espero que me deje un review en couchsurfing y yo le iba a dejar uno positivo.