Evangeline "Eve" Lynch. Aspirante a periodista, enamorada de mi gato Louis y tratando de quitar la oscuridad de mi camino.
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You left an impression, the nice blonde lady with the big blue eyes.
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unjuegoenfermizo·:
—Seguramente porque todavía no se han dado cuenta que ya no estás en la mansión—repuso de manera un tanto pesimista, lanzando una mirada un tanto aprensiva por la ventana más cercana antes de respirar hondo y decirse a si mismo que no podía vivir pensando en que al minuto siguiente iba a llegarles una bala a cada uno.
Soltó una risa al sentir las vibraciones acompañadas de la masa cálida del gato de Eve contra su pierna. Su relación con el felino realmente se había estrechado después de los días de compartir miseria por la ausencia de la rubia que los unía. Ahora hasta parecía que Louis lo quería. Se agachó para rascarle las orejas por un segundo antes de volver a centrarse en Eve. —Buen punto. Ya estás tirando a pelirroja—se burló un poco, hundiendo sus largos dedos un poco en el costado de la chica para hacerle cosquillas antes de ocultar su rostro en el hombro de la chica, casi ronroneando al igual que el gato. Si bien siempre le había gustado que jugaran con su pelo, cuando Eve lo hacía había un algo más relajante aún, algo que le calmaba por completo, igual que cuando la miraba a los ojos, pero sin la misma intensidad abrumadora. Era como un oleaje suave. No sabía si la chica haría algo en específico o si simplemente se trataba de que era ella, esa Eve que había mencionado en Navidad, compuesta de todas esas Eve que le gustaban.
Al escuchar sus palabras alzó la cabeza, mirándola con los ojos algo adormilados. Alzó una mano para acariciar el rostro de la chica, notando su ceño fruncido de preocupación. Se dio cuenta de que no lo decía por un simple apego, sino que realmente Eve lo pasaba mal a la hora de dormir. La verdad es que había notado cierta inquietud de la chica en sueños, lo cual no le sorprendía considerando por todo lo que había pasado. Pero no había imaginado que cuando no estaban juntos era peor. Se mordió el labio inferior, pensativo al encontrar en una encrucijada respecto a qué hacer. Si por él fuera, dormiría con ella cada siesta, cada noche. Pero sabía que la situación en su familia y en la Bratva estaban demasiado delicadas en ese momento como para desaparecer todos los días al departamento de Eve.
—Amor…—comentó, soltando aquella expresión de cariño que sólo había utilizado una o dos veces desde que estaba con ella. Le apartó el cabello del rostro, permitiendo que sus dedos recorrieran las hebras de raíz a puntas—Pasaré las noches aquí. Pasaré cada noche que pueda ¿De acuerdo? Pero…pero no puedo simplemente marcharme de casa de momento, no después de lo que sucedió con mi hermana. Mi tío sigue furioso y creo que hasta dolido con el tema. Conseguí de alguna forma de que te aceptara, de que dejara de estar en contra de lo que tenemos. Tampoco quiero arriesgarme a que vuelva a agarrarte maña y llegué a retirar su apoyo—descansó su frente sobre la de Eve una vez más, intentando transmitirle algo de seguridad, de confianza—Pero vendré cada noche ¿De acuerdo? Me las arreglaré de alguna forma.
“Soy pelirroja, bobo” respondió, aunque lejos era lo que ella quería referirse, pero terminó por negar un poco ante sus palabras. Le gustaba cuando hacia eso, cuando demostraba que le gustaba ese mínimo cariño que le daba y siempre le sorprendía de él. De Roman el mafioso, el que había terminado con vidas frente a sus ojos y en ese momento casi se mostraba desesperado por cariño.
“Amor...” repitió, con un tono un poco burlón, solo para molestarlo. De su boca sonaba bien, con aquel acento ruso que no se le iba por más que tratara y le daba un pequeño escalofrío a la chica, todavía. “Gracias” susurró pegada a él, realmente agradeciendo ese pequeño esfuerzo que estaba haciendo en aquel momento. Una parte de ella quería decirle que estaba poniendo excusas para no irse de esa mansión, pero no creía que era su labor hacerlo. “No tienes que hacerlo de todos modos, entenderé si no puedes” le dijo con sinceridad, porque no quería demostrar debilidad, por más que fuera Roman quien estuviera del otro lado. “También tengo que hacer algo con el periodico” admitió con pesar, apoyando sus manos en la camisa de Roman y empujandolo un poco en el sillón. Era bastante grande y ancho, así que estaba segura que iban a entrar los dos si se apretujaban un poquito. “Al menos morir de una buena manera” bromeó un poco para aliviar un poco la situación.
Dustland Fairytale || Roman & Eve.
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anellxhudson·:
Asintió ante las palabras de su amiga, mientras a la par, servía las dos copas algo generosamente. Después de todo creía que Eve necesitaba soltar todo eso que le acojonaba de esa manera, pero iba a necesitar un poco de valor antes. -Ah sí él… las cosas no salieron como pensé, ya decía yo que no todo podía ser muy bueno para ser verdad.- le entregó la copa y se recargo ligeramente en la barra desviando un momento su mirada pero regresando al final a los ojos de su amiga. -Me soltó de la nada que estaba comprometido, bueno, que tenía que buscar a su prometida o algo así… me cayó como un balde de agua fría.- aseguro, tomando después un poco de vino. -Así que le pedí que no me volviera hablar y ya sabes como son los hombres… en verdad no me busco más y pensé que estaba bien con su prometida… luego recibí una oportunidad de estudiar unos diplomados lejos de Auburn y acepté…- igual el motivo de que la oji azul se fuera de la ciudad había sido meramente una buena oportunidad que se presento en un buen momento.
Miró la copa, mirando insegura el vaso por cosas que habían sucedido en el pasado, escuchó a su amiga porque prefería escuchar ese tipo de problemas al mundo horrible en el que vivía. Le regaló una leve sonrisa, porque su situación era bastante diferente ya que ella si había terminado con un ruso, aunque podía terminar todo mal. “¿Comprometido con quien?” preguntó sorprendida, porque si realmente lo estaba tal vez ella conocía a la persona. Hizo una pequeña mueca, porque no conocía a Alek y no sabía si realmente podía juzgarlo por sus acciones. Si conocía a Mila y había sido buena siempre con ella, así que no sabía que decir bien en ese momento. “Lo siento, Anell” terminó por decir, con una mueca sincera. “Yo fui quien insistió en que salieras con él... lamento que no haya salido como deseabas” confesó, porque se sentía un poco culpable sin poder negarlo. “No... ¿No te has ido por él, no?��
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unjuegoenfermizo·:
[curious-eve·:]
Mientras más hablaba Roman, con ese tono desconectado, como si estuviera hablando por manual por alguien que no conocía, nada de lo que decía le gustaba. Nada era lo que necesitaba y tampoco podía decirlo, porque no sabía que era lo que necesitaba. Solo sabía que no era eso. No era que alguien le dijera que matar estaba bien, que Florence era una asesina y todo lo demás.
“¿Quieres tu que me quede?” preguntó, queriendo saber la realidad. Porque si no quería no tenía sentido. Quería que le dijera la verdad, que si no la quería ver se lo dijera. No quería todas esas palabras claramente vacías que él soltaba, necesitaba al chico que la abrazó aquella noche que había matado realmente por defensa. Y estaba tan lejos que observó a Roman con confusión, preguntando dónde estaba realmente esa persona. Seguramente con la Eve que no podía volver nunca más.
Y ahí fue cuando se dio cuenta que Roman ya no la quería más.
Fue un golpe que no esperaba sentir y tal vez fue demasiado para esa noche. Suspiró, todavía con las lágrimas en los ojos y se prometió dejar de llorar por todo en general. Por la situación, por Florence, por la persona que se había convertido, por la Eve de antes y la persona que era cuando estaba exageradamente feliz y enamorada de ese chico que no vería nunca más.
“De acuerdo” aceptó mintiendo totalmente, porque no lo estaba. No quería protección, pero sabía que no iba a poder irse así como si. Iba a tratar de conseguir la manera de irse y casi que deseaba que le dieran una bala en la frente y se acabara todo. “Estoy bien, quiero estar con mi gato” le respondió ya con un tono diferente al de antes, al de la chica rota que se abría por completo, sino más parecido a autoritario y neutral, casi como el de Roman. Alejó las manos y se puso de pie, dispuesta a marcharse aunque no sabía muy bien adonde y por eso seguía esperando instrucciones de Roman.
—Tienes que estar segura—repuso, evitando la palabra quiero, porque realmente ya no importaba lo que él quería con ella ¿O sí? Eso había quedado atrás, antes del suicidio de Lynch, antes de la muerte de Florence, antes de perder a los dos chicos que se habían quedado para siempre en ese departamento, como simples recuerdos. Ahora nada de eso importaba porque todo había cambiado. Y si antes había albergado una mínima esperanza de idiota, esta se vio arrojada al viento cuando la chica quitó sus manos apenas tuvo la oportunidad, como si el contacto le desagradara. Quizás dentro de lo peor, aquello era mejor así. Porque tocarla y saber que no lo quería dolía mucho.
Se incorporó con lentitud, dejándola ir como le pedía, en busca de Louis y un refugio que Roman ya no podía darle. El ruso se metió las manos en los bolsillos e hizo un gesto con la cabeza indicándole la dirección izquierda del pasillo.—Si bajas las escaleras, encontrarás la cocina cruzando ese vestíbulo. Yvetta estará ahí seguramente, y puede decirte cuál será tu habitación—con aquellas palabras, el salió del baño, ignorando la oleada de aire tenso que sintió al pasar junto a la rubia, y tomó a propósito el camino opuesto al que le había indicado. Necesitaba aire y un cigarro, y Iosif necesitaba un paseo. Lástima que no podía irse para simplemente no volver.
[cerrado~
Bajo El Mismo Techo || Roman & Eve
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¿te arrepientes de volver a auburn? ¿o hay algo bueno que sacaras de este pueblo desastroso?
No, no me arrepiento. Me arrepiento de haberme ido y perdido tiempo de vida fingiendo que estaba bien. Saco a algunas personas de Auburn, no mas.
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HORA HONESTA.
No vale mentir, ocultar, ignorar una vez que recibieron los mensajes. No se olviden de enviarnos entre todos así es más divertido. Solo hay que darle reblog para participar.
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rabloom·:
La escuchó con atención y realmente le tomó por sorpresa la confesión, cualquiera en su lugar se hubiera tomado del hecho de escribir un artículo que desenmascara a un político. Aunque comprendía que no era fácil, la contraría estaba en Auburn, tierras que se han movido desde siempre con las mafias y jugar con ellas era dejar tu vida a la suerte. “¿Conocer personas? Porque no te vas a Siria” replicó con su tono característico de arrogancia. Relamió sus labios y pensó en sus palabras. “Mira, he trabajado toda mi vida en la política y artículos como los que publicaron en tu nombre son beneficiosos para el pueblo. Hay justicia ahí, porque Reeves es un peón más de este círculo” explicó, dejando entrever una visión bastante global, pues no tenía la confianza de poder hablar a destajo de temas políticos. “En definitiva, no vine por él, sino por ti y el revuelo por un falso artículo. Tengo en mente informar, no de Reeves, sino de todo. Auburn no es lo que dicen”.
Eve alzó una de sus cejas al escuchar su arrogancia y agresividad, sorprendida al escuchar que alguien estaba interesada en ella pero la agredía gratis. Esa mujer había conseguido todo gratis en su vida o no sabía cómo se conseguían las cosas. "Mira, me importa muy poco lo que pienses. ¿Quieres pensar que he sido yo la del artículo? Bien, no voy a seguir negándolo por mucho tiempo" comentó encogiéndose de hombros, estaba algo cansada de que la gente asumiera cosas de ella o directamente la agredieran. Había dejado de ser una niña y al día de hoy, era la única que tenía acceso a la información del periódico que su padre le había dado. El periódico estaba en sus manos, buscaba gente para poder sacarlo adelante y no se iba a llenar de gente que se comportaba de ese modo. Por fin tenía el momento de elegir su destino, o el destino que quería para el periódico y lo iba a usar bien. "Si tienes ganas de informar o interés en mí, como supongo que también en el acceso al periódico y la información que los Lynch me han dado como hija, yo que tú trataría mejor a esa opción. Porque si me sigues tratando así nuestra relación termina aquí. No soy una niña, soy la última Lynch así que baja el tono y respetame como yo vengo haciendo. Yo no te necesito, tú me necesitas a mí. Así que demuéstralo"
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Why do you care so much about Frank Castle?
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unjuegoenfermizo·:
Se había olvidado de ese detallle, por supuesto. El padre de Eve y su suicidio. Las armas de fuego seguramente eran la última defensa de la que la rubia querría saber. Lástima que fuera la mejor para Roman. Se pasó una mano por el cabello y apretó los labios, pensando que no quería forzar a Eve a aquello, pero que no podía simplemente quedarse tranquilo sabiendo que no tenía un mecanismo de defensa más efectivo. Sobre todo si iba a insistir en volver a su antiguo departamento, armado tan sólo con un conserje en la planta baja y un pestillo que podía saltar de un disparo.
—¿Puedo al menos poner un par de guardias en la calle para que vigilen el perímetro?—apenas había dicho esas palabras soltó una carcajada, escuchándose a si mismo y dándose cuenta de lo que implicaba—Mierda, quizás sí estoy condenado a convertirme en mi tío. Si ves que me pongo a beber té y hablarle a las flores, porfavor asegúrate de que me internen en un psiquiátrico.
Le indicó a la rubia que le hiciera espacio para instalarse a su lado. Ya que apenas había muebles en el lugar, podía estirar sus piernas cuan largas eran con comodidad, lo cual era un alivio para sus rodillas. Rodeó a Eve con un brazo, pegándola a él y enterrando el rostro en su pelo. Una leve sonrisa tiró de las comisuras de sus labios hacia arriba—Creo que no tengo nada importante que hacer mañana, al menos de momento. Si me lo pide una sexy rubia, seguro que puedo quedarme—comentó, divertido. Y aunque hubiera tenido algún asunto que atender al día siguiente, habría pasado la noche igual, incluso cuando sabía que tendría que doblarse para entrar en la cama de Eve. Dormir con ella era algo tan sencillo y a la vez tan íntimo y relajante que dudaba que algún día fuera a llegar a negarse a ello.
No pudo evitar reírse al escucharlo, porque realmente se estaba copiando a su tio y rio más al ver que notaba eso. "Claro que no" aseguró con tranquilidad, porque no iba a permitirlo tampoco. Lejos estaba Roman de ser igual a su tío y si iba por ese camino, al menos Eve iba a tratar de no dejarlo ir. "Estaré bien, Roman. No ha sucedido nada hasta ahora, ¿no?" quiso tranquilizarlo, sonriendo un poco mientras se pegaba a él ya que en esos actos se notaba el sentimiento que él le tenía y le gustaba ver. Le gustaba mucho más eso que el acto que había hecho en año nuevo que si bien era parecido, para Eve era totalmente diferente.
"Lo siento, no hay de esas rubias aquí" admitió encogiéndose de hombros mientras hundía sus manos en el cabello del chico y dejaba caricias ausentes ahí, como si fuera costumbre. Trató de ignorar aquel sentimiento extraño que vivió cuando notó que Roman no había entendido lo que quería decir y por momentos no supo muy bien qué más decir. Vio a Louis todavía en su estado intenso, frotándose contra la pierna de Roman casi como haría su dueña si no controlaba sus emociones y se rio un poquito, aunque luego su expresión volvió a ponerse entre insegura y nerviosa. Se mordió un poco el labio, sin querer mirarlo porque no sabía cómo decirle la tontería que quería soltar. "Lo cierto es que… no puedo dormir sin ti" admitió con total honestidad, porque nunca se lo había dicho a nadie y lo había comprendido esa noche. Le daba un poco de pánico que también fuera así, que estuviera paranoica toda la noche y con miedos, casi necesitando la seguridad de los brazos de Roman para dormir. Suspiró, bastante angustiada, porque realmente se había vuelto la persona más débil del mundo.
Dustland Fairytale || Roman & Eve.
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unjuegoenfermizo·
—Deja que yo me preocupe de la mafia ¿Sí? Me las ingeniaré. Pero facilitarías más las cosas si aceptaras la ayuda de la mafia sin ofenderte—bromeó sólo a medias, cerrando los ojos a la vez que dejaba que la frente de la chica descansara sobre la propia. Respiró hondo, sintiendo como inmediatamente el tornado constante que rondaba su mente bajaba un poco su vertiginosa velocidad con la simple certeza de no perder lo que los ojos de Eve venían.
Sonrió ante sus palabras. Aún se le hacía extraño escucharlas de parte de esa rubia que tantas veces le había dicho que lo detestaba cuando recién se habían conseguido, aunque para ser honestos, a él también solía irritarlo, pero siempre hubo algo que lo jalaba hacia Eve de manera inevitable. —Я полностью влюблен в тебя—le repuso con lo que era más o menos su mismas palabras en ruso. A veces Roman sentía que él mismo no podía expresar la totalidad de lo que sentía en inglés. Cuando Eve lo decía podía sentir la emoción en cada sílaba, pero no tenía la misma sensación cuando él lo soltaba en inglés. Pero en ruso…supuso que era cuestión de idiomas nativos, no lo sabía. Pero sentía que al decirle lo loco por ella que estaba en ruso, alcanzaba a expresar cuánta emoción había detrás realmente.
—Tu gas pimienta dejó ciego momentáneamente al líder de la Bratva, no voy a negarte que tiene lo suyo. Pero aún así deberías tener otras formas de defenderte—vaciló si acaso realmente sería buena sugerir lo que estaba a punto de ofrecer, pero sentía que era lo más eficiente que él podía hacer para mantenerla a salvo sin que Eve se sintiera inservible o dependiente—¿Considerarías dejar que te enseñe a disparar? Me refiero a disparar de verdad…disparar como lo hacen los mafiosos—aclaró. Había visto a Eve usando armas, pero de la misma manera en que alguien cogía una pistola y la manipulaba por instinto, pensando que era cosa de apuntar el gatillo y ya. Sin técnica ni puntería. Pero él era uno de los mejores con las armas de fuego en la mafia. Podía enseñarle más que cualquier curso de armas que podía ofrecer la decorativa policía de Auburn.
Abrió los ojos al escuchar a Roman susurrar aquellas palabras en ruso, logrando aquel cosquilleo que solo él lograba de ese modo. Aunque también estaba el problema de no entenderlo, de no saber que estaba diciendo y la incertidumbre. Tal vez le estaba diciendo algo más fuerte y ella ni enterada. Tal vez le estaba diciendo que era una pesada y ella ni enterada. No saberlo la ponía nerviosa y lo fulminó con la mirada, sin estar contenta por su respuesta. No es que tuviera que decirle nada, devolverle sus palabras, pero que dijera algo completamente en otro idioma... le daba ganas de pegarle.
Se rio un poquito al escuchar lo que decía sobre su gas pimienta, que la había ayudado en varias oportunidades además de esa. Se alejó de él cuando escuchó lo que le decía sobre disparar y su rostro cambió un poco de expresión al instante. Una cosa era Destiny enseñandole a golpear, otra era Roman enseñandole a disparar, a matar. Negó rápidamente, totalmente negada y se alejó para sentarse como debía en el sillón. “No lo sé, Roman” susurró bajito, observando por unos segundos la puerta de su casa y recordando a su padre. El ruido del disparo apareció como un recuerdo vago y no pudo evitar temblar al recordarlo. “No puedo ni escuchar el sonido” admitió con una leve mueca, sin saber realmente que decir en ese momento. Sabía que si estaba con Roman aquello sería normal, su mundo tendría que ser el suyo alguna vez, pero para ella era totalmente distinto. “Lo que si quiero... es volver aquí” dijo sincera, observando el departamento casi vacío. “¿No quieres... quedarte aquí conmigo?”
Dustland Fairytale || Roman & Eve.
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leahrvs·:
El sarcasmo en su pregunta le hizo ladear ligeramente la cabeza -¿Por qué no habría de confiar en las palabras de mi padre?- preguntó con voz seria y luego bajó la mirada acomodando sus ropas –¿De qué forma se puedes comprobar eso?
“No tienes que hacerlo pero... deberías tenerlo en cuenta” comentó, preocupada un poco por la fe ciega que tenía la chica por su padre. De todos modos la entendía, porque ella había sido así con su familai. “No lo tienes. Tienes que confiar en mi. ¿Por qué haría eso? ¿Por qué pondría mi vida tan en riesgo culpando a tu padre? ¿Sabes que trató de matarme?” le preguntó, cruzandose de brazos, a la defensiva.
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janghyunt·:
La conozco claro – lecontestó a la chica. Pero no sabia donde estaba así que realmenteno podía ayudarla, si estaba en un descanso seria más sencilloencontrarla pero si estaba trabajando seria otra cosa –Probablemente nos conozcamos o al menos nos hemos visto alguna vez.
“Sí, es cierto. Salvo que no sabía que trabajabas aquí” comentó sorprendida, porque era obvio adonde pertenecía el chico. “Soy Evangeline Lynch” se presentó, hasta extendiendo una de sus manos para saludar al chico. “Tal vez conozcas mi apellido”
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s-carrie·:
Rueda los ojos en un gesto divertido y luego sonríe -Sí, si eres fanática de la cerveza. -dice con una pequeña risa -Invito la primera ronda. -dice y con un movimiento de cabeza la invita a entrar.
“Bueno, en realidad no...” terminó por decir y suspirar. Luego del caos del periodico había podido hablar poco y nada con Carrie, desconociendo como era su vida en ese momento. “Pero puedo aceptarla” admitió, tampoco creía que le podía hacer mucho mal una cerveza. “Hace tiempo que no te veía... después de todo lo del periodico y la ausencia...”
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anellxhudson·:
Sonrío ante las palabras de su amiga y negó un par de veces. -Eso no, no tan rápido por lo menos, pero creo que con una copa o dos se te será menos difícil hablar.- y comenzó a manipular la tapa del vino para poder servirlo pronto. -Ay Eve..- suspiró pesado y se hundió de hombros. -Sentí que mi vida dio mucho giros en unos pocos días… seguro mis problemas no se comparan a los tuyos, pero de alguna forma movieron la tranquilidad de mi vida.- aseguro, sabiendo que la rubia pasaba por cosas que realmente eran graves y ella a veces se sentía muy mal por irse de la ciudad por cualquier pequeñez. -¿Te acuerdas del Ruso que me seguía?.- intento, comenzar con algo vago, mientras servía el vino en las copas.
“Yo no tengo nada que contar” mintió encogiendose de hombros, aunque la vida de Eve había cambiado mucho desde la última vez que se habían visto, pero no se lo iba a decir jamás a Anell. A nadie en realidad. Agradeció que abriera el vino porque Eve no tenía idea, aunque si llevó dos copas para las dos. “¿El ruso?” preguntó, sonriendo e ignorando por completo lo que había dicho con sus problemas. “Alek Petrov” respondió, porque teniendo en cuenta que ella frecuentaba más con rusos que con civiles... los nombres estaban en la punta de su lengua.
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beckett-a·:
No se había percato de la voz de la rubia, no inmediatamente. Cuando hizo completa conciencia de su presencia dirigió los ojos a su figura, sonriendo con cierta duda. “¿Me dijiste algo?”
“¿Me estás escuchando, Beck?” preguntó cruzandose de brazos y fingiendo enojo, aunque muy falso. “Te estoy diciendo que no vine por el periódico, sino para hablar contigo. Hace mucho que no te veo”
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leahrvs·:
Ladeó la cabeza al escucharla -A estas alturas, ya no estoy muy segura si puedo confiar en tus palabras- dijo observándola con aire pensativo -Mi padre tenía cierta confianza en ti-
“¿Y confias en las palabras de tu padre?” respondió con sarcasmo en su voz. Era increíble saber que la última vez que había visto a la chica confiaba totalmente en el hombre y en ese momento lo odiaba. “Sabes que yo no fui la que puiblicó ese artículo, que me usaron”.
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