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Sabía que me destruirías por completo. Pero necesitaba que hicieras esto, seamos honestos, todos sabíamos que nada mataría mi amor por ti, excepto tú mismo.
- Seguen Oríah ☁️.
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Llevo días preguntándome si el problema soy yo y el vacío de mi corazón que no se llena con nada, o si el problema eres tú que no sabes llenarlo.
-S.
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No te preocupes por secar mis lagrimas por que vas a cansarte, no me cuestiones, no me mires con angustia, no me tengas compasión, tampoco intentes entender que sucede, sólo quédate, déjame estar en tus brazos y apriétame fuerte, mantén mis pedazos unidos y evita que pueda romperme, en estos momentos estoy tratando de mantenerme fuerte, y si quieres marcharte sólo hazlo en silencio y no des ninguna explicación, no voy a juzgarte, no voy a culparte por escapar, a veces yo también quisiera huir de mi.
-S.
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Me gusta escribir mientras duermes, mientras tú sueñas dormido y yo sueño despierta, mientras no me interrumpen las ansias de un mensaje tuyo o la desesperación de llamarte para oír tu voz, me gusta escribir mientras duermes, mientras todo está en calma y lo único que no está en paz son mi ávidos dedos que no dejan de revolotear tratando de plasmar en letras todo lo que causas en mi.
-S.
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Quizás me costaba admitir que cada noche el insomnio llegaba a mí por las ansias de esperar un mensaje tuyo. Cuantas noches pasé sin dormir, y ese mensaje nunca llegó.
-S.
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No te diré cuantas noches he llorado por ti y menos cuantas he pasado sin dormir, no serviría de nada. No voy a conmoverte: lo importante, mi querido amor, es que anoche dormí, dormi tranquilamente y por primera vez mis ojos no estaban hinchados ni cansados de llorar. Será la primera de noche de muchas.
-S.
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Crónicas de un trastorno. (Crisis)
De pronto sentí como se apoderaba de mi, ahí estaba de nuevo, mi vieja compañía, la amiga de toda la vida, tomándome entre sus brazos, apretando mi cuerpo, llenando mi pecho de ella, metiéndose en mi piel, haciéndome suya una vez mas... Una vez mas, y cada vez era mas fuerte, cada vez me sofocaba con mas fuerza y no me dejaba escapar, sentí las lagrimas caer por mis mejillas, incontrolables, volviendo mi vista borrosa, mis manos temblaban, mi cabeza estaba aturdida, estaba llena de pensamientos, pero ninguno era claro. “Ya basta, ya para, por favor, por favor, déjame en paz!”. Suplicaba, una y otra vez, pero ella no me escuchaba, me apretaba fuerte, y no me soltaba, estaba cansada, y en esos momentos daría lo que fuera por poder morir, no resistía un según mas de esto, no quería su compañía más tiempo, tome mis rodillas entre mis brazos y apoye mi cabeza en ellos, sentía la desesperación en mi pecho, sentía el agujero crecer en mi interior, los bordes quemaban, ardían y lo hacían presente, incluso me miraba para ver si realmente estaba ahí, pero no había nada, parecía increíble, pero físicamente estaba toda en su lugar, me abrace fuertemente, me sujete con fuerza, sentía como si fuera a caerme en pedazos y quisiera mantener mis partes unidas con mis brazos, me estaba desmoronando, poco a poco, sentía derrumbarse todo en mi interior, y no podía hacer nada, solo podía esperar a que terminara, quería salir corriendo, pero no tenia a donde ir, no había a dónde escapar, ella nunca me dejaría ir, podía mudarme otra vez de ciudad y ella estaría ahí, me seguiría incluso al fin del mundo, ¡Cómo deseaba morir!, ¡Cómo deseaba de desaparecer, dejar de sentir!. Morir no podía ser peor que todo el sufrimiento que me causaba esto, morir debería parar el dolor, quizás en la muerte al fin pudiera deshacerme de ella, ella que no me dejaba en paz nunca, ella que podía ausentarse un tiempo pero siempre volvía a mi. Después de una hora, de pronto ella me soltó, las lagrimas cesaron, mis manos empezaban a relajarse y mi pecho recobraba su postura, al agujero no se había cerrado, de eso estaba segura, pero los bordes ya no ardían, sólo era un dolor menor, un dolor soportable, e increíblemente había sobrevivido a otra crisis, sabia que no había acabado, sabia que volvería, pero al menos por el momento la ansiedad de había marchado.
-S.
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Crónicas de un trastorno. (Psiquiatra.)
Mis manos y piernas temblaban, mi cara ardía y podía imaginar el intenso color rojo de mis mejillas, mire mis dedos nerviosa, ya no tenia uñas, había acabado con ellas en el ultimo par de horas y ya no podía recurrir a ellas para calmar mis nervios, coloque mis palmas bajo mis muslos y espere que el reloj avanzara, estaba sentada en uno de esos molestos sillones de piel negros, esos que rechinan con el mas leve movimiento, estaba imaginando las diversas maneras de escapar de aquel consultorio cuando la recepcionista interrumpió el hilo de mis pensamientos. - Puede pasar. -me dijo, con una sonrisa natural. Me preguntaba que pensaba ella de todas las personas que acudían a ese lugar, ¿Nos consideraría locos a todos? ¿Se burlaría a nuestras espaldas?. Gire la perilla y entre en el consultorio, el aire acondicionado estaba fuerte y sentí un escalofrió recorrer mi columna, salude al doctor con un apretón de manos nervioso y todo comenzó. Estaba cansada de repetir las razones que me habían llevado a pedir ayuda, y todos comenzaban con la típica pregunta, ¿Por qué estas aquí? Por que estoy loca deseaba responder siempre y no dar más explicaciones, pero debía hablar sobre mis sentimientos, hablar sobre el vacío, sobre los ataques y episodios, sobre la tristeza y el enjambre de pensamientos en mi cabeza. Yo no deseaba ser medicada, me asustaba mucho los efectos secundarios ya que no tenia buenas referencias sobre el tema, pero debía intentarlo, debía agotar todos los recursos, no deseaba vivir así, de hecho no podía vivir así, ya que solo deseaba terminar con mi vida en cada caída, resultaba cada vez más difícil el salir viva en cada episodio, sentía que el vaso se estaba llenando, el mar me estaba sobrepasando y no quedaba mucho para terminar de ahogarme. El doctor fue amable y escucho atento cada palabra que salía de mi boca, lo que mas odiaba de las sesiones es que sentía como cada una me rompía un poco más, esto era como escarbar en una herida abierta y no dejarla cerrar, ya que debía hablar de todo, de mi intento de suicidio, del fracaso de mi relación de 5 años, del divorcio de mis padres, y de como salí huyendo de la ciudad con la esperanza de curarme, lo cual solo había resultado contradictorio y estaba mas hundida que nunca, no podía evitar llorar al hablar de todo esto, seguía doliendo el mencionar el nombre de Giovanni, mi ex pareja, la única persona a la que he amado, la única persona que me ha amado y que ahora va en una dirección contraria a la mía, me costaba explicar por que había decidido terminar con él, “Lo tenia todo y aun así no era feliz, no se llenaba el hueco en mi interior y algo en mi me decía que ya no podía seguir con él” era como mejor podía explicarlo, lo cual no decía nada claramente, cuando me separe de él aun lo amaba, estaba segura de ello, y me había costado unos meses y 1826 kilómetros el poder separarme de él definitivamente, y aun así, de vez en cuando lo llamaba o le escribía, solo para saber de él. Y hablar de todo esto dolía, sangraban en mi interior todas las heridas sin sanar.
-S.
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Crónicas de un trastorno. (Diagnostico)
Depresión clínica, nunca había escuchado ese termino, sabia acerca de la depresión, pero no sabia que existían varios tipos de ella, y mucho menos tenia idea que había un tipo de depresión con el que uno nacía. Siempre he sabido que hay algo malo en mi, siempre me he considerado diferente, y desgraciadamente no en el buen sentido, no como si fuera especial, sino, todo lo contrario, como si tuviera una semilla oscura en mi interior. Me hundía por periodos de tiempo en una oscura profundidad y luego volvía a salir de ella, era cómo estar en la profundidad del mar, ahogándote, sintiendo como el agua llena tus pulmones, y de pronto sacas la cabeza del agua, tomas fuerza, tomas aire y te vuelves a sumergir durante otro periodo de tiempo, así sentía que se manejaba mi vida constantemente, pero a ultimas fechas ya no tenia la fuerza para sacar la cabeza del agua, ya no me quedaba energía para intentar luchar y me sentía ir poco a poco, más y más al fondo, hacia la nada. Por eso decidí buscar ayuda y cuando atraviesas esa puerta, lo que te espera del otro lado verdaderamente es algo desconocido. Me bastaron dos opiniones medicas para saber que era verdad, estaba enferma, había nacido así, me decían, no es tú culpa, simplemente tu cerebro no produce la suficiente serotonina para que tus emociones se mantengan equilibradas. Equilibrada, nunca me he sentido equilibrada, es verdad.
-S.
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Música de fondo.
Sé que no vas a leer esto, pero no importa, anoche soñé contigo, y no puedo evitar sentir como muero día a día sin ti, como cada segundo qué pasa duele más, empiezo a olvidarte y no sabes cuánto duele por qué eso no significa que esté dejando de amarte, solo te desvaneces poco a poco, tu voz que sonaba constante en mi cabeza se está llendo, cada vez suena más y más bajito, ya no recuerdo el aroma de tu piel por las mañanas, ese que era mi favorito, ya no recuerdo la textura de tu pelo ni tu cara, ya no veo tu sonrisa en mi memoria, te desvaneces en mi memoria como te has desvanecido de mi vida, sé que estás ahí, sé que estás afuera, pero salgo a buscarte y no te encuentro, todo esto no hace que sea más sencillo, no me hago más fuerte ni te quiero menos, me hago más débil y te amo más, se me parte el alma cada día y no sé cuándo o si quiera si algún día volverás, ya no importa, sé que estás bien, que has alcanzado esa paz que buscabas lejos de mi, qué ya eres libre y feliz, y solo puedo pedir que continúes así y espero que un día yo pueda ser libre también.
-Tesla.
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Música de fondo.
Sé que no vas a leer esto, pero no importa, anoche soñé contigo, y no puedo evitar sentir como muero día a día sin ti, como cada segundo qué pasa duele más, empiezo a olvidarte y no sabes cuánto duele por qué eso no significa que esté dejando de amarte, solo te desvaneces poco a poco, tu voz que sonaba constante en mi cabeza se está llendo, cada vez suena más y más bajito, ya no recuerdo el aroma de tu piel por las mañanas, ese que era mi favorito, ya no recuerdo la textura de tu pelo ni tu cara, ya no veo tu sonrisa en mi memoria, te desvaneces en mi memoria como te has desvanecido de mi vida, sé que estás ahí, sé que estás afuera, pero salgo a buscarte y no te encuentro, todo esto no hace que sea más sencillo, no me hago más fuerte ni te quiero menos, me hago más débil y te amo más, se me parte el alma cada día y no sé cuándo o si quiera si algún día volverás, ya no importa, sé que estás bien, que has alcanzado esa paz que buscabas lejos de mi, qué ya eres libre y feliz, y solo puedo pedir que continúes así y espero que un día yo pueda ser libre también.
-Tesla.
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Lo más doloroso fue el darme cuenta que su recuerdo estaba desvaneciéndose poco a poco, su voz era una constante música de fondo en mi cabeza, pero de pronto, alguien había comenzado a bajar el volumen, poco a poco cada día, cada vez más bajita, cada vez más callada, estaba olvidando su cara, la textura de su cabello, el olor de su piel, ese que tanto ame cada mañana ya no estaba más, ya no sentía su presencia, había desaparecido como un día dijo que lo haría, y yo sabía que jamás volvería, yo sabia que su recuerdo pronto se iría de mi memoria, y lo peor es que todo esto no significaba que yo pudiera dejar de amarlo, no significa que mi corazón hubiera sanado, todo dolía con mas fuerza, la herida estaba cada día más abierta, que su recuerdo huyera de mi memoria no brindaba consuelo, no brindaba alivio, comenzaba a pensar que de un modo contradictorio yo jamás lo olvidaría...
-S.
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Día 30:
Me parece una eternidad, y solo ha pasado un mes...
Día a día pienso que la cifra se detendrá, que el número no seguirá creciendo,que eventualmente tú silencio se romperá y volveré a saber de ti, pero el día no llega, y hoy se cumplen 30 días desde nuestro último encuentro, hoy se cumplen 30 días desde la ultima vez que recibí un mensaje tuyo, son 30 días y tiemblo de miedo ante la incertidumbre de no saber cuántos días mas puedan pasar, son 30 días y no parece que me vuelva más fuerte, no parece que pueda soportar mucho más.
-S.
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Día 27:
Habías desaparecido, como el sol se va cada día para dar paso a la oscuridad de la noche, un día de pronto dejaste de brindar calor y color a mi vida, te habías ido y no quedaba duda, solo una certeza cruda y amarga, no podía buscarte por qué sabía que no deseabas ser encontrado y de ese modo solo podía respetar tu partida, hacia 27 días que el silencio de tu partida me ahogaba a gritos, hacia 27 días que tu ausencia quemaba los bordes de mi pecho herido, eran 27 días y como temblaba de miedo por que llegara el siguiente y después el siguiente, era aterrador pensar cuánto más podía crecer esa cifra, hacia 27 que habías desaparecido, en silencio y sin hacer ruido, como siempre dicen que es el peor modo de perder a alguien.
-S.
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Día 21:
No he visto tu sonrisa, ni el brillo de tus ojos, no he tocado tus manos, ni he vuelto a sentir tu piel, no he escuchado tu voz, ni he vuelto a oler tu perfume, pero guapo té veías hoy, no te vi, ni te he visto desde hace 21 días, pero sé que sigues siendo perfecto, sé que sigues siendo tan guapo.
-S.
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Día 15: No había olvidado el tono de tu voz, eso me parecía imposible, era como el rugir del aire en una tormenta, era como golpeteo incesante de mi corazón al tenerte cerca, era mi sonido favorito sin nombre, era la música de fondo en mi vida, pero ahora se había detenido, hacia 15 días que no escuchaba tu voz y no sabía cuántos días más pasarían sin ella, quizás nunca la volvería a escuchar, y aunque eso dolía, me mantenía firme, me aferraría al eco de esa voz que aún se guardaba en mi mente.
-S.
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