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Nah!

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Y después de una noche de contracciones cada tres minutos, llegó aquí, a nuestro mundo. Ahora ya puede empezar a montar el suyo :)

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Love is in the air.

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Los días fríos. Mayo. Las horas infinitas. Lo que no es. La lluvia que atraviesa el paraguas hasta calarlo todo.

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#OjitosDeAmor

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Y sigo con la tanda anterior: 

-Heridas abiertas, de Gillian Flynn. Para mi gusto, mucho más flojo que el archiconocido Gone girl. Todo el mundo está zumbado y en eso se basa todo. Me da por saco que haya tanto personaje límite y tanta casualidad. 

-Los reyes malditos, de Maurice Druon. Historia francesa a saco. Me mosquea que después haya buscado algún detalle y no lo haya encontrado, eso sí, pero es una novela histórica de lo más entretenida. Menuda época aquella. 

-La forma del agua, de Andrea Camilleri. Otra policíaca que ñe. 

-Ausencias, de Raúl Clavero. Buen primer libro de relatos con algunas ideas muy chulas y una prosa sencilla pero muy acertada. 

-Ojos de agua, de Domingo Villar. Otra policíaca que al menos se lee rápido y entretiene. 

Seguiré buscando...

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Quitando alguna excepción, viene ahora una racha rara: o libros de crianza (que son un coñazo, ya no más) o novelas policíacas (que, en general, dejan bastante que desean en cuanto a calidad literaria). Pero bueno, aquí van: 

-El moco radiactivo, de Marian García. La verdad es que es el que más útil me ha resultado en cuanto criar a un recién nacido con el que no sabes qué hacer: cuestiones prácticas de verdad de qué hacer si pasa tal cosa con un tono de humor que se agradece.

-El caso Demichellis, de Francisco Marín. Así habrá sido el libro que ni recuerdo el argumento. Policíaca floja.

-Lo que no podemos saber, de Marcus du Satoy. Una maravilla a medio camino entre la divulgación científica y la filosofía. Menos mal que salva un poco la lista.

-Sola, de Lisa Gardner. Pues será muy conocido pero me ha parecido flojete.

-Chesil beach, de Ian McEwan. A ver, bien, pero no sé por qué esperaba otra cosa de este libro. 

-Entre tu pediatra y tú, de Carlos González. Una eminencia este señor, pero no deja de ser una recopilación de preguntas y respuestas en una revista. Un rollo porque todo el rato está contando lo mismo. 

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¿Cuándo será la próxima vez que haga pan? Y eso que llevo meses horneando.

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Últimos días siendo dos :)

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Ya puede venir, aunque algo me dice que no le va a apetecer aparecer muy pronto...

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Cosas chulas con gente chula.

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¿Se puede ser más lindurrios? No.

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Vamos a "ordenar".

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¿Qué hay aquí?

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Good morning!

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El caso de Jane Eyre, de Jasper Fforde. Muy original, quizá demasiado original. Incatalogable.

Helena o el mar del verano, de Julián Ayesta. A ratos, una delicia auténtica. 

Objetos frágiles, de Neil Gaiman. No sé por qué esperaba más de este libro de relatos. Alguno, bien, pero en general no me ha entusiasmado. 

La librería, de Penélope Fitzgerald. No sé. Bien escrito pero... no sé. 

Patria, de Fernando Aramburu. Uno ya sabe a lo que va cuando lo lee. No me ha vuelto loca, pero me ha gustado.

Un millón de gotas, de Víctor del Árbol. Bien, sin exagerar. 

La respiración cavernaria, de Samanta Schewblin. Relato largo incluido en su último libro, pero con una edición cuidadísima. 

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Tanda un tanto ecléctica. 

El cartero de Neruda, de Antonio Skármeta. Entretenido. 

La comida de la familia, de Ferrán Adrián. Meh. 

Andar sin ruido, de Carlos Frontera, muy interesante. 

Vegetarianos con ciencia, de Lucía Martínez Argüelles. Meh 2.

Agosto, octubre, de Andrés Barba. Original y ambicioso, pero no es mi tipo.

Claros y sombras, de Belén Terriente Ballester. Relatos cercanos y cuidados al máximo. 

Guía para madres y padres imperfectos que blabla, de Tania García. Meh elevado a quince. 

Las manos pequeñas, de Andrés Barba. Segundo intento, pero me confirma que no es mi tipo.