Tumgik
davovaldes · 4 years
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Au revoir Arrosoir
Un día mi hermana me contó que Kefa le había presentado a dos franceses que querían abrir un café en el centro. Tenían la idea de armar un espacio que no sólo fuera de comida y bebida, sino algo más y Kefa pensó que mi hermana podía darles buenos consejos.A mí me pareció que era una locura. La primera vez que los conocí fue precisamente con Bafi en Barecito. Ese día nos enseñaron el primer borrador de cómo sería el menú y cómo se llamaría el lugar. No nos entendimos casi nada porque ellos no hablaban español y nosotros no hablábamos francés y todo mundo sabe que hablar en inglés con un galo es pésima idea. Mi hermana siguió en contacto con ellos. La siguiente vez que los vi fue en la presentación de mi primer libro, Relatos de un mundo depravado, En El Manojo (otro espacio mítico que desaparece en estos días). En aquellos días, los franceses empezaron a aparecer en un montón de eventos culturales, enterándose de qué sucedía en la ciudad, interesándose en todos los proyectos y sentando las bases de lo que años después sería una enorme y cálida comunidad.
Desde que abrieron me volví cliente frecuente. A veces la gente me pedía cosas de la barra porque me veían tanto ahí que creían que trabajaba o que era parte del mobiliario. Por cierto, hubo dos veces que sí atendí en la barra, fueron breves pero divertidas y recuerdo que Benito me enseñó a usar la máquina del café. Fueron casi diez años constantes. Nunca pasó más de una semana sin que visitara “el francés”. Para mí es un lugar absolutamente icónico para la ciudad, para mi generación, para el movimiento artístico y cultural. Intento escribir algo y se me amontonan los recuerdos. Comparto algunos que me vienen ahora (también espero pronto poder escribir algo más sustancioso):
Ahí fueron las primeras sesiones del Taller de Escritores de la Barba Naranja, taller que mutó a lo largo de los años, y sigue vivo con pocos de los miembros originales, pero que acogió en distintos momentos a casi todos los escritores de la ciudad. Ahí nos reunimos por las mañanas a leer y compartir nuestros primeros textos mientras comíamos pan francés y café americano corto.
Ahí presentamos varios números de la revista La Piedra, tuvimos múltiples sesiones de las Tertulias Literarias 4 Letras. En este momento recuerdo la vez que transmitimos en el patio con UFM Alterna y el buen Paco López. Ese día hubo lectura de Edgar Artaud Jarry y Karloz Atl, además tuvimos la fortuna de organizar uno de los últimos conciertos que se armaron en ese espacio, frente a la fuente. Esa noche tocó Neoplen por primera vez con Max Potenza en la batería, además Vite, después de una larga temporada inactivos se presentaron con su alineación original. Otra lectura que recuerdo mucho -y seguro Amaury más- fue la vez que Gerardo Grande se subió al viejo librero que estaba en el escenario, prendió una hoja en fuego y se lanzó desde las alturas lastimándose de por vida la columna.
Ahí presentamos un montón de libros, pero en especial recuerdo Monstruo Constructor de Yoko Ñim, Flores inmundas de Ana Martínez Casas y El misterio de la Marca de Amaury Colmerares que borracho de mezcal escribió en su vieja máquina de escribir finales alternativos para todos los asistentes.
Ahí también tuvimos algunos eventos literarios de Festival Grotesco y en su escenario siempre han acogido a todos los esfuerzos editoriales y ferias del libro que hemos impulsado nosotros y todos los demás escritores, revistas y editores. Ahí tuvimos los homenajes para Francisco Rebolledo y Socorro Venegas, por ejemplo, que me parecen especiales y memorables.
Ahí armamos fiestas de Ruina Tropical -de hecho ahí nació el proyecto- y ellos y Gris de Casa Tikal nos apoyaron para editar Eterna Primavera, libro que nos llevamos a Portugal. Además de que siempre patrocinaron el calendario #Ruinatropical y con ellos organizamos Demencia tropical y montón de pachangas.
Ahí tuvimos míticas y terribles borracheras. Muchísimas e incontables noches comenzamos ahí para terminar en otros lugares cuando sonaba la campana de la última ronda. En especial me llegan a la memoria algunas veces que después de cerrar nos quedamos a compartir con el equipo de la Regadera y nos convidaron Chartreuse y Pastis y nos provocaron las peores crudas posibles. También recuerdo la noche que Amaury y Benito nos retaron y pusieron una canción y dijeron que si alguien decía dónde salía podría beber todo lo que quisieran. Era la banda sonora de Expreso de Medianoche. Esa noche bebí mezcal y cervezas Cuauhnáhuac y todos bailamos hasta el amanecer. Otras grandes noches que recuerdo fueron después del temblor, cuando atendieron provisionalmente abajo y al interior de la galería NM. Entre las sombras nos rencontrábamos todos después de la catástrofe.
Ahí celebramos muchos cumpleaños (mis 30 años fueron ahí patrocinados por Pepé de Scena que dejó mi cuenta pagada), graduaciones, premios, nuevos proyectos, ahí lloramos rupturas, conocimos parejas, amores de una noche, hicimos del Arrosoir nuestro punto de encuentro. Era un ritual que se repetía cada fin de semana ¿Nos vemos en Arrosoir? ¡Va! O simplemente llegábamos y poco a poco se iba haciendo un grupo más grande que ocupábamos la fuente y el patio y pedíamos mezcal, carajillos y cervezas sin parar.
Ahí presenciamos grandes conciertos. Mis favoritos Som Bit, siempre, Andrés Uribe con sus muchas alineaciones y músicos invitados, Calaveras de Azúcar, Gallo Lobo, Chronos y la inolvidable noche que reunió a Chris Van Beuren con Gustavo Nandayapa y Benjamín García.
Ahí planeé miles de cosas con Amaury y nuestra amistad está básicamente construida en ese espacio, ya fuera leyendo y tomando café o bien borrachos un miércoles a lo menso o llevándonos a todo mundo a su casa para seguir bailando.
Ahí desayuné y comí miles de veces con mis amigos, con mi familia, con las visitas que venían de lejos, con mis amores, con mis montones de citas, con mis novias o solo y con un libro. Ahí leí muchísimos libros y presenté los míos y tuve lecturas de poesía muy especiales.
Recuerdo con mucho cariño cómo iba algunas noches a visitar a Valeria que trabajó ahí. De hecho muchas de mis mejores amigas han encontrado trabajo ahí: Yoko, Sam, Ana.
Recuerdo cómo Amaury (Momo), serio y reservado poco a poco se fue acercando a nosotros y aprendimos a respetarlo y quererlo con su carácter y también vimos cómo poco a poco se fue volviendo más mexicano y cálido. Una de las últimas veces que fui, estuve con Regina y Yoko y ante la incapacidad de elegir qué postre queríamos Amaury nos regaló uno de cada uno de los que tenían en el menú. Nunca lo olvidaremos, ni su apoyo incondicional a nuestros proyectos. Se volvió un amigo entrañable, de la misma forma que Dany, que siempre nos recibió con amabilidad, cortesía, franca sonrisa y la mejor actitud de la puta ciudad. Además de que debo reconocer que siempre se viste con las mejores camisas y prepara los mejores tragos.
Recuerdo cómo Benito se sentaba ciertas noches a platicar con Amaury y conmigo y nos preguntaba muchas cosas sobre libros y autores, a veces nos regala mezcal e intentábamos descifrar lo que decía ya borracho.
Recuerdo también con mucho cariño todo el apoyo que tuvimos siempre de Humberto en cualquier cosa que se nos ocurría: eventos, conciertos, fiestas, lecturas, proyecciones, grabaciones, ruedas de prensa, etc. En su trabajo se concentra gran parte de la historia cultural de Cuernavaca.
No puedo en este momento imaginar mi vida sin el Arrosoir. No puedo concebir la ciudad sin ese espacio. Siempre me hicieron sentir bienvenido. Creo que lograron construir una comunidad chingona y siempre se mantuvieron fieles a sus ideales. Al final soportaron mucha mierda y resistimos juntos. Los seguiré a donde sea que vayan y contarán con mi apoyo incondicional y mi amistad, siempre.
Au revoir, amigos, gracias por todo.
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Foto: Ricardo Modi
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davovaldes · 5 years
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Iglesias abandonadas
Hay, en las iglesias abandonadas, vírgenes tristes, pálidas imágenes, amadas sólo por las flores silvestres, lirios, pamporcinos, anémonas, retamas.
Como incensarios rústicos y efímeros, separados o unidos en sencillas guirnaldas, esparcen su alma de flores quemando la vida en incienso impalpable.
Se abre la puerta como de costumbre la abre tan sólo el viento, como si fuese la virgen quien la abriese con dulce impaciencia materna,
anciana golpeada por el luto, olvidada en la desierta ruina esperando el regreso de gente de más allá del mar eternamente oscurecido por la tempestad.
Lampros Porfiras (1879-1932)
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davovaldes · 5 years
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Pyramids de Frank Ocean
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davovaldes · 5 years
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Killer in Red es un filme noir dirigido por Paolo Sorrentino para la marca Campari. Está protagonizado por Clive Owen. 
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davovaldes · 5 years
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Apocalipsis (6-VIII-2018)
No creo en el Apocalipsis, pero ya casi no veo pájaros. Se habrán hecho ceniza. No creo en el Apocalipsis, pero la Tierra terminará de mala manera: crecerá el Sol moribundo hasta alcanzarla. Hipertrofiado, más luminoso que nunca, devorará uno a uno los planetas. Quizá se adelantó y está pasando. Hace tanto calor que se evaporan los edificios, las paredes terminan hechas aire. Se volatilizan las palabras, duran poco las sílabas. Vivimos el mal gris, la media muerte. Mi abuela con la suya hizo lo mismo, la regaló a la flama y se volvió cenizas. Duró poco su corazón, su sangre roja. Se evaporaron sus ojos. Lo que toca el fuego pronto se convierte.
–           De pequeña me gustaba atravesar la flama de una vela con el dedo. No me dolía. Mi abuela me encontró y ordenó que la apagara. Pero al final le dio su cuerpo. Al final todos quedarán hechos polvo. Se expandirá el Sol embravecido, nos lamerá con sus mil lenguas. Cuando llegue a la Tierra, nosotros estaremos muertos. Pero no importa. Nuestro planeta no podrá huir: su órbita es demasiado constante. Estará atado a su cercanía. Así acabó mi abuela a mis espaldas: en un cuarto de acero y luego era de polvo. Caeremos en el cuerpo furioso del Sol, se acabarán los miércoles, seremos sólo una forma de consumirnos. Como siempre. Me asomo por la ventana, el Sol se desdibuja. Vivo el color rojo. Entonces no habrá colores, sólo luz.
Elisa Díaz Castelo (1986) Principia Premio Nacional Alonso Vidal 2016 Instituto Municipal de Cultura y Arte, Hermosillo, Son. Programa Editorial Tierra Adentro, México, 2018
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davovaldes · 5 years
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davovaldes · 5 years
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#DemenciaTropical 
Conferencia Modernidad pirateada de Jota Izquierdo
Jiutepec, Morelos, febrero 2019.
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davovaldes · 8 years
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Yo me pregunto así, de qué manera... de Julia Prilutzky
Yo me pregunto así, de qué manera recomienza aquel cántico olvidado, surge aquel horizonte de una distante playa sin reparo. De qué extraña manera los labios se entreabren o se pliegan y las manos adquieren un tremendo rebrotar de caricias. Por qué, en alguna hora, nada es más importante que pensarlo, como un arroyo terco sobre la tierra. No sé de qué manera ha sucedido pero aquí está otra vez, huésped callado, nocturno pasajero, fracturador de vidrios, escalador de muros, humilde visitante, sigiloso fantasma, bandolero magnífico y perverso. Yo me pregunto entonces, en qué forma crece otra vez la insólita marea que embiste contra el pecho desde adentro, de qué modo barbota aún la sangre eterna solfatara mientras un lento río de tambores golpea incoercible en las arterias. Y sin embargo, ahora, todavía, no ha hecho todo el daño: su presencia es apenas una máscara. Pero qué dura imagen es su ausencia.
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davovaldes · 9 years
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Ruina Tropical
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Davo Valdés de la Campa
Hace ya casi seis meses me invitaron a escribir en Tierra Adentro y por sugerencia de su director, Rodrigo Castillo, decidí comenzar una columna sobre la vida artística y cultural de Morelos, trabajo que ya había comenzando a germinar en Papel o Tijeras, portal en línea del ahora extinto Colectivo La Piedra, pero que ahora comenzaba a vislumbrarse como un trabajo que comunicara también hacia otros estados qué es lo que pasaba en la región de Cuauhnáhuac. Nombrar la columna fue un proceso lento. Quería algo que nos identificara, que definiera sin ser demasiado explícito qué es lo que pasa, especialmente en la ciudad que habito: Cuernavaca y no quería seguir exprimiendo el legado de Lowry, aunque indudablemente hay algo de eso en nosotros. Yoko Ñim fue la que propuso el nombre. Lo leímos en un texto de Amaury Colmenares. Se trataba de un café ficticio de su muy particular universo narrativo. Era una construcción conformada de un sustantivo femenino y un adjetivo. Era perfecto. Ruina Tropical.
Cuernavaca como paraíso. Como la promesa. Y Cuernavaca como una trampa, como una ciudad en ruinas. Una ciudad tropical sin mar. Para mí es como una grieta hermosa en un lienzo destruido, y en el fondo una flor diminuta. Es una tierra generosa como su vegetación, pero compleja como el terreno salpicado de barrancas y caminos sinuosos que suben y bajan a capricho de la geografía terrestre. Hace muchos años fue una ciudad muy importante a nivel mundial. Ha albergado a personalidades como Maximiliano y Carlota, la princesa Beatrice de Savoia, el embajador Morrow y su familia (incluyendo a su yerno Charles Lindbergh, que aterrizaba en su pequeño aeroplano en las tierras detrás del panteón La Leona para visitar a su novia Anne Morrow), David Alfaro Siqueiros (que construyó un estudio, La Tallera, que hoy es un Museo de Arte Contemporáneo), Rivera y Frida Kahlo, Rufino y Olga Tamayo, Abel Quezada, Tamara de Lempicka, Merle Oberon y Bruno Pagliai; Juan Gelman, políticos que se exiliaron en sus grandes mansiones como Miguel Alemán, Manuel Ávila Camacho, Emilio Portes Gil, Luis Echeverría, el Sha de Irán (que vino como huésped de Robert Brady); Iván Ilich (que nos heredó una escuela de grandes pensadores), Gabriel García Márquez, Barbara Hutton, María Félix, Helen Hayes, Sam Giancana, Malcolm Lowry, José Lemercier, el obispo Méndez Arceo, el padre Watsson, Tennessee Williams, Stefan Zweig, Cantinflas, Erich Frömm, Bettino Craxi, Mathias Goeritz, Ricardo Garibay, Vicente Gandía, Vlady, Alfonso Reyes, Ray Smith, Elena Garro, la condesa Vacca Augusta, Evelyn Lambert, Rafael Coronel, Gonzalo N. Santos, Gutierre Tibón, Mario Oguri, Katy Jurado, Chavela Vargas, Pete Hamill, Ernesto Cardenal, John Spencer y Charles Mingus (el jazzista que vino a morir a Cuernavaca), entre muchos otros.
En la actualidad también viven importantes artistas, poetas, pintores, cineastas, pensadores y activistas, algunos de forma casi clandestina porque huyeron de la Gran Ciudad para encontrar la calma, pero otros tantos participan de forma activa en la vida cultural de Morelos. Muchos han fundado escuelas, talleres y han forjado a generaciones de artistas. Muchos jóvenes que hemos llegado de otras partes y que hemos adoptado Morelos como nuestro hogar, construimos a partir de las ruinas (que nunca suponen el vacío, sino la idea de que se deben volver a trazar los planos o encontrar los planos originales de nuestra fundación) y aquí estamos.
¿Qué son esas ruinas? Son los escombros de una ciudad que se dejó morir poco a poco, que se quedó abandonada, sin brillo y glamour, que ahora está lastimada por la violencia y que parece que tiene poco que ofrecer además de albercas y palmeras inmensas que resguardan las avenidas. Pero también es una Ruina Tropical que está conformando no de una escena de jazz, no de una escena de escritores, ni de rock, sino una escena cultural con muchas voces, algo más grande de lo que podemos vislumbrar ahora. Creo que algo está germinando y me gustaría pensar que es esa Ruina Tropical de la que nos hemos apropiado y que cada vez con mayor frecuencia se convierte en un referente cultural en el país, porque por vez primera hemos decidido quedarnos, amar los escombros y lo destruido, cantar sobre eso y ver cómo la vegetación, árboles graffiti, flores trasnochadas, plantas desesperadas nos invitan a conformar una identidad explosiva, cálida y sensual. También creo que para enriquecerla y hacerla estallar tenemos que:
                      romper los círculos de autoconsumo (conocer el trabajo de otras disciplinas ajenas a la nuestra), romper los prejuicios sobre la juventud, exigir mayor calidad a los artistas independientes, generar una crítica más saludable, registrar de manera formal y periodística qué contexto estamos viviendo, amar nuestra ciudad, relacionarnos e interesarnos los unos por los otros, ser despiadados en nuestros comentarios, llevar al límite lo que hacemos, pero siempre conservar ese gesto amable de abrazarnos en las fiestas y en los cafés.
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davovaldes · 9 years
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Temblor
bajo un buque de guerra varado
entre la niebla florece una gardenia
de fondo el mar baña una roca
en un lamento sin fin
arriba del mundo
un albatros sobrevuela la bahía
y
nunca vuelve la vista al sol
Su vuelo tiembla en el aire
caliente de la tarde. Veo el mundo a mi alrededor 
hasta que anochece.
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davovaldes · 9 years
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¿Cuándo me detendré? (Segunda parte)
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Salgo por las mañanas a correr porque es
la única forma que encuentro de escapar.
Desaparezco media hora, cinco kilómetros.
Olvido todas las cosas que soñé, babeando
la almohada.
Por las mañanas, al menos este verano,
mi cuerpo es la neblina sobre la hierba.
Quien corre también busca la destrucción de la carne.
Tomo el sendero de las piedras rojas y troto
como los caballos que van a los acantilados.
Veo a la gente a los ojos y busco árboles con flores.
Desde hace años creo que con ver la mirada de
las personas puedo saber cómo son.
Si son débiles o amenazantes, iracundos,
tímidos, celosos o problemáticos.
Las flores siempre miran hacia abajo cuando aún
no amanece completamente. Pero luego se incendian
con la luz.
A veces está nublado y pienso que el mundo es triste
y que todo marcha bien, pero otros días el sol
es un caramelo doloroso en la retina, y me tumba.
Es como despertar por la madrugada sediento,
solo, desesperado, incapaz de levantarme,
incapaz de conciliar el sueño. De dar un paso.
De hacer nada con mi vida.
¿Qué hago con esta necesidad de construir algo?
De trazar planes y nunca concluirlos.
En cambio veo quién soy y qué es lo que hago.
En cambio trazo mapas que no llegan a ninguna parte.
Escribo una lista de lugares horribles en Cuernavaca.
Escribo en secreto libros sobre la infancia de los mamiferos.
Tomo cien fotografías distintas del baño de abajo siempre que meo.
Visito edificios en ruinas en calles destruidas en los márgenes
de la ciudad.
Busco fotografías y cartas en libros de viejo.
Desesperadamente busco formas de pasar el tiempo.
Quiero lograr que cada día sea un desperdicio hermoso
de actos intrascendentes y maravillosos.
Quiero colmarme de chistes imbéciles y reflexiones ocultas
con respuestas tan ambiguas como la risa y las miradas
en los cafés.
Espio todo el tiempo detrás de este cuerpo anhelante.
Permanezco quieto con el llanto quebradizo en las cejas.
Me guardo el rencor de los tigres en los puños.
Levanto a cada paso una obra monumental que
se desmorona tras las estampida de mi memoria.
Entro a los supermercados como el poema de
Yoko y lloro en los pasillos. Salgo al mundo
el viento me golpea frío los huesos, las chicas
me golpean con sus piernas largas y sus ojos
solares, sus ojos de laguna quieta, sus ojos
de torbellino. El mundo me punza la nuca.
Tenso las piernas y siento atávico
el véstigio de los monos saqueando
las primeras aldeas. Escucho un tambor
arrítmico y corro. Desaparezco cinco
kilómetros, media hora,
en medio
de los senderos, la gente no me mira a los ojos.
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davovaldes · 9 years
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Formas de amar (Kim Addonizio)
Te amo pero soy casada. Te amo pero desearía que tuvieras cabello. Te amo más. Te amo más como amigo. Amo a tus amigos más que a ti. Te amo cuando vamos al centro comercial y se escucha música de centro comercial, siempre puedes decir el nombre del compositor. Te amo, pero uno o ambos es/somos una ficción. Te amo pero "te" es un inestable significante. Te amo cuando dices, "entiendo la semiótica de eso" cuando yo digo "tengo un pequeño asunto del cual encargarme". Te amo mientras tú me ames. Te amo a pesar de la orden de restricción. Te amo desde el coma que me indujiste. Te amo más de lo que he amado a alguien, a excepción de este muchacho. Te amo cuando no te pones borracho y estúpido. Amo cómo me atrapas. Amo tu dolor, es tan competitivo. Amo lo incapaz que eres emocionalmente. Te amo como si yo fuera el patio trasero de un extraño y tú estás huyendo de la policía, buscando un lugar donde esconder tu pistola. Amo tu cabello. Te amo pero ya no estoy en ti. Te amo en secreto. Amo que me hagas sentir como un monasterio en el desierto. Amo la manera en que defines a las cosas bellas como la pequeña vuelta que da la sangre en la jeringa cuando te inyectas heroína, después de jalar el émbolo muy despacio para asegurarte que diste en la vena. Amo a tu madre, es lo opuesto de la mía. Te amo y siento una poderosa conexión espiritual contigo, a pesar de nunca habernos conocido. ¡Amo tus tacos! ¡Amo tu desodorante en barra! ¡Amo cuando me atas con cuerdas usando los nudos que aprendiste con los Boy Scouts, y cuando haces el rap drogado de Dennis Hopper en Apocalypse Now! ¡Amo tus extravagantes reacciones tardías! ¡Amo a tu madre, a pesar de que casi tengo su edad! ¡Amo todo de ti, excepto tu cabello! Si no fuera por eso, yo podría de verdad, de verdad, amarte. *Traducción de Jesús Carmona-Robles
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davovaldes · 9 years
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La prolongación de la infancia
Soy un niño que escuchó las pláticas secretas de los adultos.
Vi cosas que no debí ver como la muerte de los cangrejos.
Creció un mi pecho un roble antiquísimo y triste.
Ahora siempre tendré los ojos sin tiempo.
Pero no puedo amar el mundo como es.
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davovaldes · 9 years
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Poema triste para Pablo Peña a partir de una canción que él tocó para sus amigos
Después de los primeros acordes
me siento inmensamente triste.
Es natural, pienso, por la melodía.
Porque es pausada y contemplativa.
Me siento triste, pero vivo porque
la música suena como un lamento y
creo nos une a todos en la habitación.
Estamos en silencio mirando el piso
escuchando con el corazón atento.
Creo en las plegarias a la angustia y la pena.
Me calman porque son ajenas e íntimas,
porque en el fondo todos buscamos lo mismo.
Yo no puedo hablar de música,
sólo puedo decir que esta melodía
está en la escala de Mi.
No puedo nombrar las notas que la conforman,
pero puedo enunciar todas las imágenes
que vienen a mí cuando Pablo lastima
y rasga la guitarra con su tristeza.
Me siento como un pez en agua de río.
Sigo la corriente y veo mis pies descalzos
y veo también los pies de Rodrigo,
descubro que tiene las plantas sucias,
los dedos arrugados y blancos.
Veo la luz del sol en el piso,
sobre el tapete, vibrar encima del gato.
Todo huele a café recién hecho.
Veo huellas de lodo en la losa.
Recuerdo que la noche anterior
cuatro mujeres bailaron sin parar
hasta que amaneció. Y yo las
vi desde el sillón, quieto
con las manos empapadas en sudor.
Pienso en cómo medimos el sonido.
Y en nuestra incapacidad de mesurar
la memoria y su acecho.
Me pregunto qué tuvo que pasar
para definir quiénes somos y cómo
llegamos aquí (mis amigos y yo). Qué mentiras
dijimos y cuántas veces nos traicionamos.
Qué personas lloraron por nosotros y
cuántas veces fuimos por calles solitarias.
Qué flujo hermoso e incierto
seguimos y nos permitió reír juntos
y ver las mismas flores secas en
el florero y oír la misma canción.
¿Qué pasó en el mundo que giró dentro de nosotros?
¿cómo pasó que no lo vimos llegar?
Ahora estamos aquí con sueños
que se tocan y que se pierden.
Yoko escribe en la cocina
pero sigue el mismo oleaje con sus oídos.
La música sigue. Se repite la tristeza.
La tempestad y la violencia se acaban en mí.
Cuando Pablo deja de tocar, nos mira,
deja la guitarra quieta y apaga el amplificador.
En ese momento supe que todos fuimos perdonados.
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davovaldes · 9 years
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Noruegan elk-hound
“(...)I know she is coming close to the time where she will stop being adog, and start instead to be part of everything. She’ll be in the wind, and in the soil, and the snow, and in me, wherever I go.”
- Fragmento de una carta abierta de Fionna Apple a sus fans en Sudamérica por la cancelación de su tour. La razón era que su perra estaba muriendo.
Alguien la trajo a mí.
Era pequeña y asustadiza.
Se escondió debajo del viejo coche de mi abuelo.
Era un Grand Marquis del 88. Del mismo año en que nací.
Cuando me llevaba a la escuela imaginaba que iba en limosina
porque era un automóvil grande, como una lancha.
Ahí debajo se agazapó huyendo del constante olfateo de Watso.
Me recliné para decirle que todo estaba bien.
Me quedé ahí cerca del motor, esperando que confiara en mí.
Cuando por fin salió vi que sus ojos eran ámbar.
y que su cola se enrollaba como un caracol.
No recuerdo por qué la bautizamos así.
Usualmente mi abuelo les ponía nombres de jugadores de football a los perros.
Pero a ella no. Triga.
Su nombre todavía es un misterio.
En internet encontré es que se trata de un pequeño reactor nuclear.
Pero dudo que mi abuelo lo supiera.
Triga creció sana.
Se puso gorda como una foca.
Nunca sacó los dientes o mordió a nadie.
No ladraba.
Era tan gorda que podía acostarme en su regazo,
sobre el césped, en vacaciones de semana santa.
Se hizo adulto antes que yo porque sus años
se multiplicaron por siete.
Me gustaba ir con ella a todas partes del jardín.
Me gustaba verle el rostro e imaginar que sonreía.
Estiraba sus cachetes, jalaba de su lengua, desenrollaba su cola.
Y nunca gruñó, ni se quejó de nada.
Me vio crecer.
Se hizo vieja.
Los demás perros la atacaban.
Tuvo cataratas en los ojos.
Engordó más y adoptó a Figo, el salchicha que
rescatamos, como el hijo que nunca tuvo.
Recuerdo como jugaba con él
y como cuando se hartaba se sentaba
encima del cachorro para inmovilizarlo.
Un día ya no pudo levantarse más.
Estaba enferma y en declive hacia la muerte.
Comencé a llevarle agua y comida
a la mitad del jardín su propio cementerio.
Era verano y comenzaron  las lluvias.
La cargué y vi que su piel le colgaba.
La llevé adentro.
Estaba débil.
Le acaricié la panza y lloré a su lado toda una noche.
Triga murió cuando yo estaba en el bosque.
Se apareció detrás de unos matorrales.
Mi madre me llamó a mitad de la noche
para avisarme. Colgué y vi la fogata largo rato.
Pensé en Triga y en cómo me había hecho
compañía todos esos años. Casi quince.
Algo inusual para un perro con problemas de cadera.
Pensé en cómo hubiera sido su vida si hubiera
cazado alces o si hubiera navegado con los vikingos
como sus antepasados.
Volví a pensar en sus ojos blancos al final  de sus días.
Me alejé del campamento y vi las estrellas.
El pecho me dolía y seguí caminando
hasta que me perdí en las sombras.
Sentí en ese momento que era tiempo de abandonar la infancia.
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davovaldes · 10 years
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María
María lluvia María marchita María madre de las diosas María locura María llanto María sexo muerto María María María insolente María llena de gracia María en el café María nota de guitarra María feliz María tienes que verla María Ave María María es el Sol María y su pie María enmascarada María cristal María marea María sin sed María del alma María Eva María malvada María calla María silencio María fatal María araña María humareda María mosca María arpía María madre de todos los vicios María escopeta María incandescente María último cuerpo María siempre
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davovaldes · 10 years
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Golpear donde más duela (Michel Houellebecq)
Esfuérzate por presentarte ante Dios como  un hombre probo, un obrero sin tacha, que dispensa con destreza la palabra de la verdad. Timoteo II, 2, 15
No busquéis el conocimiento por el conocimiento en sí. Todo aquello que, en poesía, no proceda directamente de la emoción, carece de valor.(Por supuesto, se ha de entender emoción en un sentido amplio: ciertas emociones no son ni agradables ni desagradables, como, en general, es el caso del sentimiento de extrañeza.)La emoción suprime la cadena causal, es la única capaz de haceros percibir las cosas en sí mismas. Transmitir dicha percepción es el objeto de la poesía. Esta identidad de propósitos entre la filosofía y la poesía es la fuente de la secreta complicidad que las une. Ésta, en esencia, no se manifiesta escribiendo poemas filosóficos; la poesía debe descubrir la realidad por sus propias vías, puramente intuitivas, sin pasar por el filtro de una reconstrucción intelectual del mundo. Menos aun expresando la filosofía bajo una forma poética, lo que, a menudo, no es más que un timo. Pero es entre los poetas donde una nueva filosofía encontrará siempre a sus más serios lectores, a los más atentos y fecundos. Asimismo, sólo ciertos filósofos serán capaces de discernir, sacar a la luz y utilizar las verdades ocultas en la poesía.En la poesía, casi tanto como en la contemplación directa -y mucho más que en anteriores filosofías- es donde encontrarán material para nuevas representaciones del mundo.Respetad a los filósofos, pero no les imitéis. Vuestra vía, desgraciadamente, se encuentra en otro sitio. Es indisociable de la neurosis. La experiencia poética y la experiencia neurótica son dos caminos que se cruzan, se entrelazan, y acaban por confundirse la mayoría de las veces, esto último por disolución del filón poético en el torrente sangriento de la neurosis. Pero no tenéis elección. No hay otro camino.Trabajar permanentemente en vuestras obsesiones acabará convirtiéndoos en una piltrafa patética, minada por la angustia o devastada por la apatía. Pero, lo repito, no hay otro camino. Debéis alcanzar el punto sin retorno. Romper el círculo. Y producir algunos poemas antes de estrellaros contra el suelo. Habréis entrevisto espacios inmensos. Toda gran pasión desemboca en el infinito.En definitiva, el amor resuelve todos los problemas. Asimismo, toda gran pasión acaba conduciendo a una zona de verdad. A un espacio diferente, doloroso en extremo, pero en el que la vista alcanza lejos, y con claridad. En donde los objetos, purificados, aparecen con toda su nitidez, en su límpida verdad.Creed en la identidad entre lo Verdadero, lo Bello y lo Bueno.La sociedad en la que vivís tiene como fin destruiros. Otro tanto se puede decir de vosotros respecto a ella. El arma que empleará es la indiferencia. Vosotros no podéis permitiros adoptar la misma actitud. ¡Pasad al ataque!Toda sociedad tiene sus puntos débiles, sus heridas. Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte. Profundizad en los temas de los que nadie quiere oír hablar. El envés del decorado. Insistid sobre la enfermedad, la agonía, la fealdad.Hablad de la muerte, y del olvido. De los celos, de la indiferencia, de la frustración, de la ausencia de amor. Sed abyectos, seréis auténticos.No os adhiráis a ninguna idea. O bien hacedlo, y después traicionadla enseguida. Ninguna adhesión teórica debe reteneros por mucho tiempo. La militancia hace feliz, y vosotros no tenéis que ser felices. Vosotros estáis de parte de la infelicidad.Sois el lado oscuro.Vuestra misión no es ante todo proponer, ni construir. Si lo podéis hacer, hacedlo. Si acabáis por concluir contradicciones insostenibles, decidlo. Pues vuestra misión más primordial es la de profundizar hacia lo Verdadero. Sois el enterrador y el cadáver. Sois el cuerpo de la sociedad.Sois responsables del cuerpo de la sociedad. Todos responsables, en igual medida. ¡Besad el suelo, basura!Determinad la inocencia, y la culpabilidad. Primero en vosotros mismos, lo que os proporcionará una guía. Pero también en los demás. Considerad su comportamiento, y sus excusas; luego juzgad, con toda imparcialidad. No os respetéis ni a vosotros; no respetéis a nadie.Sois ricos. Conocéis el Bien, conocéis el Mal. No renunciéis nunca a separarlos; no os dejéis liar por la tolerancia, ese pobre estigma de la edad. La poesía está en condiciones de establecer verdades morales definitivas. Debéis odiar la libertad con todas vuestras fuerzas.La verdad es escandalosa. Pero sin ella, no hay nada que valga. Una visión honesta y verosímil del mundo ya es en sí una obra maestra. Poco pesa la originalidad frente a esta exigencia. No os preocupéis por eso. De todos modos, la suma de vuestros fallos desprenderá, a la fuerza, cierta originalidad. En cuanto a vosotros, decid simplemente la verdad, ni más ni menos.No podéis amar la verdad y al mundo. Pero vosotros ya elegisteis. Ahora el problema consiste en ser fieles a esa elección. Os invito a conservar el ánimo. No porque podáis esperar algo. Al contrario, sabed que estaréis muy solos. La mayoría de la gente se reconcilia con la vida, o bien se muere. Vosotros sois suicidas vivientes.A medida que os aproximáis a la verdad, vuestra soledad aumenta. El edificio es espléndido, pero está desierto. Camináis por salas vacías, que os devuelven el eco de vuestros pasos. La atmósfera es límpida e inmutable, los objetos parecen esculpidos en piedra. A veces os ponéis a llorar, tan cruel resulta la nitidez de la visión. Os gustaría volver atrás, a las brumas del desconocimiento, pero en el fondo sabéis que ya es demasiado tarde.Seguid. No temáis. Lo peor ya ha pasado. Por supuesto que la vida aún os desgarrará, pero, por vuestra parte, ya no tenéis demasiado que ver con ella. Recordad que, básicamente, ya estáis muertos. Ahora estáis cara a cara con la eternidad.
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