django-maxicroix - Tumblr blog

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how'd things end up like this

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Yo también

Yo también escribí poemas sobre mis muñecas,

yo también fui un adicto a los medicamentos,

yo también lloré porque me sentía tan inútil, insuficiente,

yo también me quería suicidar, ya no despertar,

yo también, atravesé por la depresión.

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Pequeño yo.

El, súic1dio, tan inoportuno, tan desgarrador. Es incontrolable. Lo he sentido, he sentido las inmensas ganas de desaparecer, y aún, hoy en día las he sentido. En esas noches repletas lágrimas y navajas.

Pero, no quiero morir. Y se que tú tampoco quieres. Pero. ¿Por qué dejarme tan claro que solo te quedas por mí?, ¿Por qué siento que te estoy obligando a vivir?

Es que, yo quiero que vivas. Yo quiero que veas ese inigualable amor que tengo por el mundo, por esas vidas tan pequeñas y que veas su belleza.

Solo eres un niño. Eres mi reflejo cuando yo era así de tonta. Con aires de grandeza y madurez, con ganas de parecer fuerte, tan terca; mientras que el sonido de ríos de sangre pasa por mi cabeza. Tanto por soportar, tantas responsabilidades, tanto estrés. Y sin saber cómo. Sin ninguna guía. Sin saber que hacer en la existencia, tan inocente en lo emocional. No quiero que te pase lo que a mí.

No quiero que tus esperanzas mueran así de rápido como llegaron, no quiero que te obliguen a madurar a la fuerza.  Tengo que, guiarte y ser ese tutor que tanto necesitabas. Que tanto necesitas.

No te dejaré, morir, pequeño yo.

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Es el final. Puedo sentirlo.

Finalmente algo, el confesó. El me odia por seguir aquí. Ya no cree en mi cariño por el.

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Yo perdí el juego.

Estoy de nuevo aquí. Estoy de nuevo en el mismo, hoyo, tan largo que es imposible salir. Poco a poco se repleta de agua. Y, mi llama se apaga, creí encontrar mi felicidad.

Pero, la felicidad misma no es feliz, y eso no me da tranquilidad, ya no me la está dando. Mis intentos de mejorarle se están consumiendo, ya no funcionan. Mostrar una buena cara, intentando que con mi supuesta tranquilidad se sienta mejor.

Las mentiras por su parte se hacen presentes. El oculta algo, lo siento en lo profundo de mi esófago, en lo profundo de mi alma.

Las cicatrices se hacen más presentes. En mi piel, en cada parte de ese órgano tan grande. ¿Que hago?, Esto ya no está funcionando.

Y es por mi, ya no puedo dar más de mi misma para ayudarle, mis esfuerzos son en vano, el nunca creyó lo que decía, la felicidad nunca creyó que tanto le amaba. El deseo por quitar el brillo de mi ojos está más, y más cerca.

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De a poco la luz se apaga.

Han sentido ese pesar, ese doler en lo profundo de su pecho. Tan liberador y oportuno; por fin te has abierto a alguien, su reacción fue tan encantadora que nunca te detuviste en decir más.

Sin embargo, el taladrar en tu estomago, dice que algo anda mal, algo va realmente mal. ¿Que es?, de a cada secundo, notas que la atención no es la misma, pensamientos destructivos y honrosos se encargan de hacerte trisas; hacer tu cuerpo, tu alma, tu espíritu débil y pútrido.

Ya se aburrió, siempre ve lo mismo en ti. Pensaste que eras más interesante, y la verdad es que nunca lo fuiste; tu felicidad se convierte en dolor de mil almas en el infierno. Pensar en dejar a esa persona porque tu disgusto es tan grande, tu recelo es demasiado, pensar que aquel ya no siente lo mismo. Tan complicado filosofar si esta bien o mal. ¿Es tu culpa o mía?

No puedes decir nada por miedo, has dicho demasiado de ti, que temes que ser delatado. Que la desnudes de tu mente sea revelada al público. Yo se quien pretendes que soy, y me asusta. La pena de hablar es inmensa, que mejor tomaste la decisión de coser tus labios para no hablar más de esa injusticia que conlleva que el no muestra nada de si mismo, y tu lo hagas todo el tiempo.

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Te das cuenta. (Reescrito.)

Imagínate ahí, sentado, deambulando en pensamientos; logrando obtener un golpe de realidad.

Muchas oportunidades para tener un mínimo sentido de vida se fueron, no existen más.

No queda más que buscar la aceptación de aquellos seres que muestran su vivir con alegría, otorgándole esa atención que jamás pudiste obtener. Aprecias cada arruga, cada peca, toda perfección e imperfección que pueda aparecerse en la materia misma que poseen.

La soledad logra intensificarse, deseando únicamente caer en pesar, siendo suficiente ese frío solitario como exclusiva compañía que lograrás tener.

Sin más, un minúsculo rayo de esperanza. Se encuentra esa esencia, el confidente de cada secreto; del cuál sin poder evitarlo el profundo sentimiento de cariño se apodera de los dos.

Y, al abrir una fina y delicada puerta, ver a «ella», a otra mujer que, con descaro y odio arrebató a tu salvación, dejado atrás dolor y un ramo de flores secas, que aprisionarás en tu pecho hasta hacerlo arder.

Serás abandonado en un callejón, dejando a tu figura siniestra y putrefacta mezclarse con la mugre. Ruin siempre será el día que se atrevió a meterse la tristeza y melancolía a tu espíritu.

Para tu insignificante fortuna, ninguna otra alma se atreverá a importunar en tu discurrir; para cuando llegue la “ayuda”, estarás demasiado lejos.

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¿Who got the feeling?

¿Quién conoce aquel sentimiento?, Dime porque lloro y diluvia cuando lo siento, ¿Díganme por qué?.

Escucho el ruido quejarse, e implorar que no le olvide.

Pero todo, en conste de un chasquido, deja de ser mi historia, deja de ser mi esfuerzo por no olvidar. Pasa a ser atención a sus memorias; yo no puedo hacerlo, no quiero ayudar a jamás extraviar mi voz.

Es preferible dejarlo todo en lo profundo de mí mente, tan desordenado. No puedo arreglarlo, no puedo regresar. Basta de mentir, no importo más. No pienso tratarlo, deja el agua fluir, deja a mi cuerpo ir. Trata de encontrarme en la marea, no puedes. ¿Tú cometes errores o haces cambios?, descifralo.

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Mi amor.

Por mucho tiempo recibí amargura, y soledad. Fuí capaz de ser paciente con desiciones retorcidas; aún el sentimiento de culpa al dejarme soportar tanto quiere consumirme. No necesite caricias y palabras dulces hasta que te conocí, y aún así por un tiempo mantuve bajo un velo negro mis sentimientos, junto a un pilar de enemigos. Tal vez, debí escribir una mejor carta, pero quiero hablarlo a mi modo.

Escucho tu alma hablarme a lo lejos, tratando de darme paz, pero temo estar de estar cerca de ti, temo destruirte, pero, imagino. Un seco desierto, donde a lo lejos hay un árbol de roble; donde puedo estar a tu lado, puedo descansar. Me di cuenta que perdí de nuevo las fuerzas; y pude quedarme a tu lado mi amor, a yacer de todo lo malo, a olvidar de todos los impasses que acontecen, puedo regocijar del viento por nuestros cabellos. ¿Podemos hacer que sea real?

Quiero morir feliz a tu lado, y se que lo lograré; es una promesa.

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Segundo encuentro con la paz.

Incapaz de olvidar cada pequeño detalle, ante la intensa emoción que experimentaba recibir cariños de su esponja de baño.

Imaginando que eran las manos del chico del cual gustaba.

Parecía en entre cada roce con la espuma olor a miel; producía un efecto dulce. Intenso calor invadía sus piernas, junto al cosquilleo en el centro de su cuerpo no le permitía estar derecho en la bañera de su ducha.

Se hundía en el agua tibia esperando que los pensamientos, que para el se consideraban pecaminosos se fueran.

Desde aquel momento, inicio su búsqueda por el hombre que estuviese igual de necesitado de amor como el.

Regresó a su realidad, y continuó su camino impregnado de dulzura en su tez, pero con el alma hecha trizas; agradeciendo a aquellos que no pudieron seguir su marcha, teniendo un camino suave de cuerpos para usar cuál alfombra, únicamente para seguir su andar.

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¿Realmente importa el título?

¿Hay algo malo conmigo?, Seguro es la manera en la que camino, o hablo. Invariablemente me he preocupado por el bienestar de esas personas, accediendo a cada decisión que tengan; apesar que con ello termine por hacerme tanto daño que me quede escondido en mi bañera.

«Si tu mueres, vienes conmigo.»

Es una condena tan abstrusa, y muchos no tienen en cuenta al irrumpir y desembarazarse de mí vida cual desecho; al descabrajar mi corazón.

Terminan llevándose una parte consigo mismos, nunca dejan algo de ellos para mí, solo dolor y tristeza. Porque no soy capaz de odiarlos. Y si, prefiero tener un corazón roto que no tener uno, así como prefiero desconfiar tanto que termine por tener miedo a volver a perder mi aliento.

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Vice City.

Sostuve tu caminar por última vez, el roce de nuestros brazos fue lo único que sentí antes de que su aroma se esfumara. Eres la vida que sostuve con cuidado entre mis dedos, y soñaré por volver a tenerla de vuelta. Tengo miedo de volver, así que pienso cambiar de pieza, cambiar de ropa, cambiar de lágrimas, lo que jamás podré cambiar es la vida de mi pecho. Tengo un corazón roto, pero al menos tengo uno; y lo prefiero así, que no tener ninguno.

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Imaginé.

He imaginado tantas cosas, pero... La que más ha estado parloteando en mi mente, es, asfixiarme, sentir como mi cuerpo lucha para encontrar una superficie; quiero ver mi aliento combinarse con el viento. Quiero depositar mi vida en un río que tú mismo lloraste.

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Conclusión.

Tiene el suficiente sentido del humor para no evaporarse y llorar. Ha pecado lo suficiente para no aceptar la reprensión, y justificarse con lo que le gusta.

Le llegó el momento de ser juzgado; grita, se arrepiente, en busca de que sus clamores fuesen atendidos, a qué su plegaria fuese tratada con atención.

Dejó de gozar su lujo cuando no hubo con quién comprartirlo, no hay médula de huesos con quién intercambiar calor. No puede librarse de la muerte, ni ampararse contra el murmullo. Solo queda limpiar sus restos, antes de que su puesto sea revocado.

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Cada vez es más fácil estar muerto.

¿Como pierden los reyes su fortuna?, Tal cual como los nudos se aflojan. Perdí cada una de mis monedas, quién sabe si las recuperaré.

Lo que me queda, lo único que me queda es mi pulso asimismo mis amarillentos huesos. Los cuento a cada minuto; bajo tierra, encajonado y triste. Mantengo mi ropa andrajosa junto a mi nariz sangrando. A cada paso que doy parece que regalo hasta el harapo más sucio, todo se pierde. No puedo tenerlo de vuelta. ¿Debería sentirme feliz de liberarme de todo ese olor? ¿No es así?

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¿Pasarán en mi?

Quiero ver el mundo cuando deje de respirar, tengo curiosidad si la gente notará el desaparecer de mi existencia. Puede que dialogue con un ángel. Se que el lugar seguirá vacío aunque haya mucha gente horrorizada de ver mi putrefacto cuerpo; asimilar la muerta es tan dicifil.

Es más fácil borrar conversaciones y fingir que nada a pasado. Aún muerto, mi conciencia no dejará de perseguirme, ni recordarme aquel que fui antes de que mis polvos se confundieran con el aire; aquel de oscuros secretos, de mirada perdida, de muerto en vida; deseando que todo pesimismo se esfumara.