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¡La Vida del Actor Raro!
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Del teatro vivo y el teatro me hace vivir.
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dramakingmich13 · 9 days ago
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La cruda realidad propuesta por Bukowski y el deleite que nos da
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Existen muchas personas que han tenido que sufrir demasiado en la vida. Muy pocas han decidido retratar ese dolor, esa irreverencia, esa penumbra de la vida en un trabajo literario, cinematográfico, teatral, o del que sea. Y más aún, muy pocos de los que lo han hecho, han logrado conectar con su audiencia a un nivel profundo. Y eso es algo que definitivamente Charles Bukowski sí logra con su trabajo.
Comprenderemos que Bukowski llevó una vida pesada. Hijo de un padre abusivo, emigrado de Alemania, molestado en la escuela por muchas cosas como su baja estatura, acento y forma de vestir… Fue rechazado por las chicas debido a su condición de severo acné. Vivió durante el periodo de la segunda guerra mundial, dejó los estudios, fracasó como escritor por muchos años, y por poco muere debido a una úlcera a sus 35 años. Por eso puede llegar a ser un poquito confuso el que su lápida tenga el epitafio “Don't Try”. Es decir, “no lo intentes”. Un hombre que sufrió tanto e intentó una y otra vez el hacer algo de su vida, tiene una frase que a primera vista podría verse demasiado pesimista. Pero si algo caracterizaba a Bukowski en su manera de escribir, era su manera cruda pesada e irreverente de retratar la realidad. Una realidad de este mundo cruel y asqueroso.
Al escuchar esta frase por primera vez, y conociendo muy poco sobre la manera de ser de Charles Bukowski, se me vino a la cabeza que probablemente tenía que ver con algo mucho más profundo que un mensaje pesimista. Debía haber un trasfondo filosófico más grande. Y de hecho lo relacioné con la frase del maestro Yoda en el episodio cinco de “Star Wars”: “Do, or do not. There is no try.” O, con el doblaje del maravilloso Arturo Mercado: “Hazlo, o no lo hagas. No hay intentos.” Esto claramente viene de la filosofía de que cuando uno dice “voy a intentarlo”, está abriéndose a la posibilidad de que exista un fracaso. Sin embargo, si cambiamos el chip y decimos “voy a hacerlo”, entonces se genera un cambio y el hacer se vuelve una necesidad.
Al sobrevivir el incidente con la úlcera, Bukowski se puso a trabajar para poder lograr algo. Escribió y escribió en cada tiempo libre que tenía. ¡Y no consiguió llegar a cierto grado de fama hasta sus cincuenta años! Para empezar, él abandonó los estudios para convertirse en escritor. Y dejó de escribir. Luego pasaron todas sus circunstancias feas y entonces regresó a la escritura. Y de ahí, no paró. Para esto, Bukowski se ha convertido para mí en el ejemplo hoy de que nunca es tarde para comenzar o continuar algo que amas. Y como él, hay varios ejemplos más. Oprah fue despedida de su trabajo de adolescente, Harrison Ford empezó a trabajar de actor hasta los 40 y antes de eso era un carpintero, Samuel L. Jackson no obtuvo su primer protagónico hasta que ya estaba grande y recibió su oportunidad en “Pulp Fiction”. Así que si hay algo que estos ejemplos y muchos más, incluyendo a Bukowski, nos dejan en claro que siempre hay una oportunidad para sobresalir, sin importar la edad que tengas.
Ahora analicemos un poco su estilo de escritura. En prácticamente todo lo que se dijo de Bukowski, inclusive después de su muerte, es claro que su estilo puede resultar bastante lóbrego. Crudo. Desdeñoso. Los temas principales de los que escribió eran en el alcohol, las mujeres y las carreras de caballos. En ambientes y situaciones de tocar fondo. Ambientes como bares y hoteles de mala muerte. Y personajes que fueron casi siempre autobiográficos. Me di a la tarea de leer algunos cuantos de sus poemas y debo decir que jamás había conectado con un autor de esa manera. De una manera tan intensa y violenta respecto a mi percepción un poco despreciativa del mundo y de la vida y la existencia.
Hay un poema sobre un pájaro azul que vive en el interior de un hombre, pero que no lo deja salir y lo ahoga con alcohol, y le dice que no debe salir porque lo hará verse débil. Uno en el que critica a las personas mayores por tener una forma de ser tan vil, pero nosotros no podemos decir nada porque siempre nos dicen que debemos tratar a los otros con amabilidad. Uno de un hombre con ojos hermosos y una casa hermosa que es quemada por los padres del narrador, en una especie de metáfora de que todo lo que a la humanidad le parezca bello, lo destruirá por temor. Uno en el que analiza todas las diferentes maneras de preocuparse por algo y cómo nos lleva a la vejez. Y mi favorito personal, una queja hacía la estupidez de las personas y cómo salpica alrededor todo el tiempo.
Me quedo con las ganas de leer más de este autor. No sólo sus poemas, sino sus novelas y explorar más sobre este enfoque autobiográfico que arremete a la brutalidad de la vida, hola en un hombre que no hace más que beber alcohol, fumar, meterse con varias mujeres a la cama y perder su dinero en carreras de caballos. Tengo la sensación de que leer a Bukowski se disfrutaría más con un vaso de whisky en las rocas, sentado junto a la ventana en una tarde lluviosa y escuchando un vinilo de blues y jazz suave.
Lo que me devuelve al epitafio de su lápida. En una carta a William Packard, un poeta y publicista amigo de Bukowski, él le escribe: “Demasiados autores escriben por las razones erróneas. Quieren hacerse famosos o quieren hacerse ricos o quieren acostarse con las chicas que llevan flores en el cabello…  Cuando todo funciona mejor, no es porque hayas elegido la escritura, sino porque la escritura te escogió a ti. Es cuando estás loco por ella. Cuando está atascada en tus oídos, fosas nasales, debajo de tus uñas. Es cuando no hay más esperanza que eso.” Y cuando escuché esta frase, me conmoví. Estaba al borde de las lágrimas y no pude evitar traspolarla de inmediato a mi quehacer actoral. He sido un actor por ya casi 3 años. Llegué al mundo de la actuación por circunstancias no muy gratas. Pero cada día de mi vida que pasa, no me cabe la menor duda de que yo no escogí el teatro y la actuación. El teatro y la actuación me escogieron a mí. Y sí, están los días malos, están las malas rachas… Y claro, ha habido momentos en que he querido mandarlo todo a la fregada. Pero, aun así, todo ese arduo trabajo se siente fácil.
He leído a muchos autores inspiradores en mi vida. Shakespeare, Benedetti, Poe, Murakami, Chejov… Pero creo que ninguno con el que me relacionara tanto como con Bukowski. Obviamente no me alcoholizo, no me acuesto con mujer tras mujer, hoy ni tocó fondo prácticamente todos los días. Pero sí hay algo especial en la crudeza de este autor que te ayuda a comprender un poco mejor la vida tal como es. Hola empiezas a leer calmadamente hoy y de pronto chocas con un golpe de realidad. Te duele el estómago, te dan ganas de llorar… Y creo que no hay nada más puro y real en la vida que eso.
Creo que lo que Charles Bukowski quiso decir con “don't try”, no es un mensaje negativo de que no debes hacer nada en la vida. Sino que, si quieres hacer algo de tu vida y te la pasas intentando lograr algo sin disfrutarlo, que debes intentar intentar nada más porque sí y crees que es mucho más pesado el proceso que la satisfacción de llegar al resultado, entonces ahí es cuando no debes intentar. Pero si amas algo a pesar de lo devastador que puede ser, entonces entra otra frase de Bukowski: “si vas a intentar, entra con todo […] es la única buena pelea que existe”.
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dramakingmich13 · 21 days ago
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Benedetti y las ideologías políticas: entre opuestas y unidas
Conocí a Mario Benedetti por su poema “Hagamos un Trato”. Y hasta ahí, yo pensaba que se trataba de un poeta de amores y soledad. Honestamente, no conocía su lado político. En el año de 1977, Benedetti escribió su libro “Con y Sin Nostalgia”. Una antología de cuentos que nos narra diferentes anécdotas de diferentes habitantes uruguayos. Pasando por diferentes emociones como la soledad, el amor y, sobre todo, la nostalgia. Pero abordando temas políticos y sociales relacionados a un Uruguay que vive el autoritarismo y las dictaduras del Cono del Sur. Aquellos comprometidos con las ideas izquierdistas (como el mismo Benedetti), fueron exiliados, separados de sus seres queridos, y algunos hasta torturados.
Uno de los cuentos incluidos en esta recopilación es “Oh quepis, quepis, que mal me hiciste”. Un cuento que, debo admitir, me confundió un poco por su corta pero compleja estructura. Y digo compleja porque para casi cualquier joven mexicano del año 2025, puede ser complicado entender las referencias del Uruguay en la época de los sesenta y setentas, que estaba bajo una dictadura en la que se mencionan a diversos personajes con extremadamente distintas posturas políticas, como es el caso de este cuento. Así que tratemos de desmenuzar y analizar un poco a los hablantes de esta historia, donde se encuentran y mas importante: que es tan importante de lo que se dicen entre sí.
Ya que dentro del mismo país se desarrollaron guerrillas, todos los personajes que aparecen en este cuento son de ideologías políticas distintas. Tenemos al obrero, el peón de la clase trabajadora, que se va en contra del militar progresista porque le conoce su lado agresivo. Aún si tiene buenas intenciones de progresar y llevar el país a la mejoría, pero quizás no por los mejores medios. Sin embargo, los militares también son parte de los trabajadores, por eso tiene sentido que, en la segunda parte, pidiera un espacio de comunión al mismo obrero. Se lo dijo el foquista: como grupo, los militares no pueden ayudar, pero individualmente es cuando se puede notar el verdadero significado de su ser progresista.
El militar progresista se dirige ofensivo al blanco nacionalista. Uno que puede tener la idea de lealtad a la patria y redistribuir la tierra para quien la trabaja. Y este le reclama al batllista que “olvida a la gente del interior”. Claro está que, siendo su nación su principal preocupación, es mas aprensivo. Lo que se muestra igual con el batllista, quien desea salvaguardar el bienestar social y económico. Un poco receloso de la cultura, pero reconociendo que no rechazó la opresión de otras naciones contra ellos (antiimperialismo), y admitiéndolo como un desacierto. Lo mismo con el blanco nacionalista, quien admite que lo que tiene de defender a su patria, le falta en sentido de justicia social.  
El demócrata cristiano puede verse algo conflictuado. Juntas la adoración divina y la búsqueda de la participación ciudadana y obtienes a alguien que respeta el derecho ajeno, pero desea la libertad que jamás obtendrá debido a su religión. (No nos meteremos en el estricto control que implica el cristianismo, o cualquier religión, en todo caso…)  
Luego, tenemos a los más “comunistas”. El trosco busca la revolución del proletariado, algo como el bolche; el foquista quiere la revolución por medio de pequeños grupos y no con las masas; y el prochino que defiende el Maoísmo. Y, por otro lado, al anarco, que rechaza todo tipo de injerencia del poder y del gobierno. Todos los anteriores en búsqueda de una constante revolución, pero con sus propias condiciones. Y todos a la vez, admitiendo que probablemente no existe la forma de encontrar esa revolución permanente y que sus ideologías se quedan en la teoría.
Por último, tenemos al gorila con quepis. Y después de un pequeño análisis, quedó claro quien es este sujeto. La personificación del estado mismo. Todos están en contra de este, y al mismo tiempo no pueden detenerlo. Él es el portador de la destrucción de todas estas ideologías. Al estar todos en contra de este, luchan por ver quien puede derrotarlo, convencidos de que uno es mejor que otro. Lo que los lleva a absolutamente nada. Discutir entre ellos para que eventualmente el quepis los anule por completo. En esta especie de bucle Chejoviano en el que trabajadores, anarquistas, proletariado, patrióticos, liberales y conservadores busquen transformarse, pero están condenados a no trascender y eventualmente, ser destruidos por lo que los hizo revelarse en primer lugar.
Al inicio tuve la incógnita: ¿Por qué hay dos partes? Platicándolo con mi novia, llegamos a dos puntos de vista distintos, pero similares. Ella opinó que al final de la primera parte, estas personas en efecto eran asesinadas. Mientras que, en la segunda parte, ya estaban muertos y se decían unos a otros que morir no valió la pena porque no llegaron a nada. Ni a resolver sus diferencias ni a resolver el problema común que tenían. A mí me hizo un poco de ruido porque, entonces, ¿dónde estaría el sentido de que ya estuvieran muertos y el gorila del quepis volviera a decir “¡Apunten!”? (Aunque igual pensamos en que los de la segunda parte podrían ser sucesores de las mismas ideologías, pero con una mentalidad mas abierta unos a otros. Aunque no es tan probable.) Por mi parte, admitiré que lo romanticé un poco. Lo vi como dos líneas del tiempo distintas: en la primera, al pelearse y echarse la culpa unos a los otros, todos terminaban muertos; pero en la segunda parte, en una segunda línea del tiempo alterna donde todos se, digamos, elogian entre sí, hacen ver a sus verdugos que el crimen no es contra ellos, sino contra aquel que los mandó matar. Lo que ocasiona que apunten al gorila del quepis.
Podríamos decir que la unión hace la fuerza. Todos estos personajes, cada uno con su respectiva ideología, están en contra del mismo enemigo. Pero al tener distintas posiciones, no se dan cuenta de cómo los afecta atacarse ellos. Para el estado es beneficioso tener con una venda en los ojos a la población, porque les será mucho más fácil gobernar.  Y Bendetti nos quiere hacer ver esto. Cómo al estar divididos y atacándose, se acaba en una fatalidad. Estando separados y echándose la culpa, ninguno de estos idealistas políticos se da cuenta de que la guerra no es entre ellos, sino contra la raíz del problema, el estado opresor. Por eso al final de la primera parte, todos mueren. Y esto ocurre figurativa y literalmente. Porque, a fin de cuentas, no es tan diferente estar muerto a estar bajo un régimen opresivo.
Al buscar sobre cada una de las ideologías que se mencionan aquí, es evidente que todos los movimientos tenían una buena intención para su país. Ser transparentes, defender la patria, promover la democracia, buscar el bien común. Pero es este juego de niños de “yo soy el mejor y si tú te crees mejor que yo, vas a caer porque no me vas a ganar”. Hablamos de que todos tienen sus cosas buenas. Pero debemos destacar también sus cosas malas. Así como los daños que hicieron a la sociedad, intencionalmente o no. Es tan difícil comprender demasiadas posturas y es por esto que casi no me involucro en la política… Pero es parte de nuestra historia y de nuestra sociedad. Y algo que muy probablemente no acabará nunca.
Seguimos y seguiremos viendo el daño colateral… Porque un montón de niños con más poder del que deberían tener, y varios más que luchan por ver quien es mejor, conducen la humanidad a una línea de fusilamiento. La pregunta permanece: “¿Llegará el día en que logren hacer que el quepis se retire a sus cuarteles de invierno?”
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dramakingmich13 · 1 month ago
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"Sin Internet, Sin Problema"
Esta semana tuve que pasar un día sin internet. ¿Sencilo, no? Para las nuevas generaciones, y sobre todo desde la pandemia del 2020, el internet se ha vuelto una herramienta indispensable para el día a día. Además de ayudar en investigaciones, trabajos en línea y comunicación por medio de WhatsApp u otros medios de mensajería instantánea, también sirve para el entretenimiento con los videojuegos en línea, el streaming o cualquier otra actividad recreativa que requiera de una conexión Wi-Fi. Sin embargo, por el día que tuve no fue tan necesaria mi conexión a internet, por lo que mi día pudo fluir bastante bien.
Decidí realizar este reto el día sábado, que es cuando voy a la escuela a mis clases de actuación y teatro. Y lo único que me preocupaba del día era que me sentía mal del estómago. Con algo de gastritis, muchos mareos y náuseas y muy baja energía, inicié mi día con un baño caliente y un desayuno. Usualmente veo la tele al desayunar, por lo que ver alguna serie en streaming pudo haber sido una tentación. Pero no. En su lugar, prendí mi reproductor de Blu-ray y me puse a ver la serie ochentera "Night Court", de la cual tengo todos los DVDs y no tuve problema en ver mientras desayunaba.
Apagué el Wi-Fi y los datos móviles de mi celular para no tener ninguna notificación que interviniera en mi desconexión de la red. Pude escuchar música en el camino porque no tengo Spotify, sino que descargo las canciones que quiero directo a mi celular y las escucho por una app sin internet. Aunque otro pequeño inconveniente fue que cuando llego a la escuela le aviso por mensaje a mi mamá que llegué bien. Pero lo pude hacer simplemente marcándole por llamada normal a su celular. Un poco extraño para ella ya que nunca suelo marcarle. Así hice igual con mi novia, a lo largo del día, la llamé tres veces para ver como estaba y no estar incomunicado con ella.
El día transcurrió normal, solo que yo estaba muy mareado e indispuesto. Así que al medio día quise salir a algún consultorio de Farmacias Similares cercano para tratarme un poco. Pero me interceptó el director de la escuela. Este me vió mal y me dió un menjurge que me raspó la garganta. Me indicó que me recostara en el sillón de su oficina y preguntaba como seguía constantemente. Después le dije que me dolía el estómago y me presionó el abdomen para ver si estaba inflamado. Su opinión fue que no estaba digiriendo bien así que mandó a pedir un coctel de papaya para que comiera (fruta que no me gusta...) Cuando llegó la fruta comí un poco y salí a caminar para hacer digestión, ahora con mucha más energía y disposición, pude caminar un rato, ir al baño y sentirme al menos un 50% mejor de lo que me sentía en la mañana.
Para el resto del día todo fue normal y no requerí del internet. Llegué a casa, tomé un baño, cené un caldo de pollo que mi mamá preparó para mi estómago sensible y me fui a dormir. En ningún momento me fue necesario ni me género estrés el estar fuera de línea. Muchas cosas las pude resolver con el teléfono de mi celular o evitando la tentación de entrar a aplicaciones como tiktok o instagram.
Sin embargo, mi día no requirió casi para nada el uso del internet. ¿Que hubiera pasado si hubiera estado solo en casa sin hacer nada? Probablemente me hubiera puesto a ver la tele, mis DVDs y Discos que no requieren Internet. Pero, ¿y si hubiera necesitado hacer alguna tarea urgente que necesitara internet? Quizás sería un reto aún mayor no usar el internet para nada en un día que tenga que estar en casa sin hacer nada. O un reto más grande... Pasar un día entero sin usar ningún tipo de dispositivos electrónicos. Honestamente, no sé si podría lograr eso y me gustaría hacer ese reto algún día. Pero bueno... Por lo menos he comprobado que cuando tienes un día ocupado, (y te sientes mal de tu pancita) estar desconectado en realidad no es tan malo.
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dramakingmich13 · 1 month ago
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Si, soy raro. Desde que tengo memoria, siempre ha sido complicado describirme a mí mismo. Pero si hay algo que siempre ha estado presente en mi vida… Es el arte. Soy un artista. Hago dibujos y creo personajes. Escribo historias, poemas, mundos irreales. Adapto canciones para cambiarles la letra y le pongo letra a composiciones que no la tienen. Y eso, tengo por seguro, me hace uno de los seres mas raros de este planeta.  
Y si… Eso no siempre ha sido sencillo. Por algo siempre he sido el relegado de mis grupos y generaciones. Por algo, puedo contar a mis verdaderos amigos con los dedos (y me sobran). Por algo es común desesperar a la gran mayoría de personas que están junto a mí, a veces, hasta a mi mismo. No recuerdo donde escuche que los artistas somos los seres más inseguros que existen. Y vaya que quien lo dijo tiene razón. Sin embargo, creo que es esa misma inseguridad la que nos hace querer sobresalir. Querer comernos el mundo cuando el mundo entero nos ha rechazado una, y otra, y otra, y otra vez. Y no digo que no sea bonito tener gente que esté ahí para ti, sobre todo cuando eres uno de los seres más sensibles del planeta. Pero lo que sí sé… Es que sí estoy en esta Tierra, es por una razón.
No tengo por qué entrar en detalles, pero mi madre, una mujer que ha estado enferma casi toda su vida, se aferró tanto a la idea de tener un hijo que después de dos intentos fallidos, lo volvió a intentar. Y aquí estoy. Y este ser extraño, huraño, complejo, loco, y si se me permite decir, a veces un poco brillante, ha logrado vencer y fracasar demasiado… Cuando era niño quería ser director de cine, pero nunca perseguí esa idea. En secundaria decidí que quería dedicarme a la animación y esa fue mi meta, hasta que logré entrar a la escuela donde iba a estudiarlo y no me gustó. Y luego descubrí la profesión que a diario afirmo es lo que más me hace feliz en todo el mundo: la actuación y el teatro.
Así que hoy puedo afirmar que adoro mi trabajo. Pararme en un escenario desierto para llenarlo de vida junto a todos mis colegas es el sentimiento más hermoso que puedo describir en esta vida. Aquí debo mencionar que todas mis vivencias me han hecho un ser temeroso, inseguro y con necesidad de validación. Así que probablemente venga de ahí, pero deseo dejar una huella permanente en este ámbito artístico tan hermoso. “El cielo es el límite”, dicen por ahí. Pero pensemos en un futuro no tan lejano y a la vez no tan cercano. Digamos, unos cinco años. Ya habré acabado mis estudios y me gustaría también tener una maestría en artes escénicas. Poder dar clases, compartir conocimiento. Y por supuesto también dirigir, actuar, cantar, montar algunas de las obras que ya escribí. Y quizás cambiar algunas reglas del juego. Hoy no sé bien cuales, pero cinco años son un buen periodo de tiempo para concretarlo. También, si hay algo que me ha fascinado de mis estudios es la técnica de Commedia dell’ Arte. Y todavía siento que no se suficiente, así que me gustaría indagar más viajar a Italia a aprender de la fuente directa. Por supuesto, sé que no debo morder más de lo que puedo masticar.
Sin embargo, hp hay algo muy concreto en todo esto… Michel Rizo No se quedará nunca más de brazos cruzados siendo un elemento invisible. Quiero sobresalir en mi trabajo, aportar algo especial a la vida de los demás. Es algo que vengo logrando desde hace casi cinco años ahora que lo pienso… Tal vez no impartiéndoles conocimientos didácticos, o montando un gran espectáculo que maraville a la nación entera. Pero sí he logrado hacer amigos que me quieren en sus proyectos, otros que simplemente me quieren en su vida. También he hecho rivales y sanos competidores. Pero siempre con el amor y respeto que este negocio tan antiguo como la vida misma se merece. Y aquí, usted lector se preguntará: “¿Cómo sabes que estás hecho para pertenecer a este mundo?” La respuesta es simple… Porque soy un raro. Si hay algo que he confirmado en estos años de actuación, es que todos los que estamos en este medio tenemos vena de locos. Porque pensemos lo de esta manera… ¿Qué existe en el mundo que sea más loco que una persona creyéndose el príncipe de Dinamarca, una gaviota, un servidor hambriento y pobre proveniente de Bérgamo, un Quijote de la Mancha, una Hedda Gabler, una Antígona, o mil millones de personajes más, solo para representarlos frente a la gente que vive en él oblivio de la normalidad y ser aplaudido por ellos? A mi parecer no hay nada más raro que ser un humano del teatro.
Existe un cantante estadounidense llamado “Weird Al” Yankovic. Principalmente dedicado a hacer canciones cómicas y parodias de otros artistas. Este señor es mi cantante favorito porque nunca ha tenido miedo de ser extravagante en su música, en sus interpretaciones, ni con sus admiradores. Y su trayectoria es tan grande (por lo menos en el país del norte), hoy que se hizo una película biográfica de su vida. Una parodia a este género de películas biográficas, por supuesto. Pero que hasta contó con Daniel Radcliffe interpretando al cantante. Y menciono esto porque las últimas líneas de Radcliffe en el papel de Yankovic son: “vivan la vida que quieren vivir. Y sean tan raros como quieran ser. Porque créanme, nunca hallarán la verdadera felicidad hasta que se acepten como son.”
Así que, sí… Tal vez pase mucho tiempo para que Michel Rizo deje de ser un individuo temeroso, inseguro y huraño. Pero lo que siempre gritaré a los cuatro vientos y a mucha honra… Es que soy raro. Y no hay nada más dichoso que vivir siendo raro.
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