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Cartas de Reconciliación

Las cartas son una herramienta poderosa para hacer visibles los pensamientos, creencias y sentimientos que resguarda la mente. El mero acto de escribir con la mente revuelta permite ir acomodando las ideas, a su vez tiene el potencial de evidenciar el impacto que tienen esas ideas en nuestra existencia ¡es terapéutico!

Como parte de mi proceso de reconciliación conmigo y con todas las personas que se encuentran en mi vida he escrito muchas cartas, algunas para mi misma, otras para un destinatario específico. Algunas he tardado años en hacerlas por no saber qué decir ni cómo hacerlo. Lo cierto es que cuando lo he logrado ha sido liberador porque el observar mis pensamientos de esa manera me ha permitido ser consciente sobre mi manera de actuar, abriéndome la oportunidad de aprender y cambiar.

Este 2020 ha sido un año lleno de casualidades como la de hoy, el solsticio de verano coincide con el día en que se festeja al padre en México. Es esa fabulosa coincidencia la que me hace recordar una de las carta más poderosas en mi vida porque representó un detonante para sanar. Fue una carta que escribí hace cinco años hacía mi padre. 

Hoy me atrevo a compartir este fragmento de mi historia de transformación como ofrenda al fuego para “dar más fuerza al Sol” y así continuar transmutando la oscuridad en luz.

Mayo 18, 2015

Es la primera vez que me refiero a ti por tu nombre y no bajo el título de "papá", la verdad es que para mi es muy extraño hacerlo pero lo hago con la intención de quitar esa jerarquía social que me ha impedido verte como un amigo. ¿Porque sucede eso?

¿Porque socialmente el padre debe ser visto como un proveedor de la familia y no como un integrante que también siente, piensa, vive o sobrevive? ¿Porque no tiene ese permiso para expresar sus preocupaciones abiertamente y debe mantenerse estoico antes cualquier dificultad? Quizá porque sobre él carga el peso del ejemplo y por eso hay que proyectar todo eso que la sociedad desea que se proyecte, nada más que eso.

Siempre vi a mi padre como un proveedor, como esa persona que debe conseguir todos los recursos necesarios para que la familia viva "tranquilamente". Fue por eso que a mi padre sólo lo veía como la persona que llevaba dinero o comida a la casa. Siempre estaba muy ocupado en su trabajo (mismo que le permitía conseguir el dinero), observaba como amaba su profesión lo cual lo mantenía siempre absorto en ella sin importar si eso lo mantenía fuera de la casa la mayor parte del tiempo. Sólo esporádicamente tenía alguna conversación conmigo que me debía hacer suponer que se interesaba por mi. No era una persona a la que pudiera acudir cuando tenía alguna duda porque inmediatamente me enviaba a otro sitio a investigar. No era una persona que me compartiera sus sentimientos, lo único que era permitido hablar era sobre cosas prácticas, la escuela, los pasatiempos, la comida, etc.

Para que mi padre hubiera podido crear una familia fue necesario que mi madre fuera partícipe, no sólo por ser la mujer que fue fecundada y que dio a luz a los hijos del matrimonio, sino porque ella complementa todas esas carencias que tiene el "proveedor". Por eso ella se queda a cuidar del hogar, de los hijos, renuncia a su profesión. Se ocupa de administrar el dinero que entra a la casa, se ocupa de la educación de los hijos y de promover una cordial relación con el padre a modo de agradecimiento.

Ella es la que aboga por las travesuras de los hijos porque tiene un contacto más directo con las causas (principalmente emocionales) y se considera como el enlace entre los miembros de la familia. Ella debe conocer el lenguaje práctico que habla el padre y el lenguaje emocional que embarga a los hijos, y así debe buscar la manera de traducirlo para que "todos lo entiendan". Aquí hablo de la estructura social mexicana que tiene la familia ya que veo que aplica perfectamente a nuestra familia.

Entonces, cuando una familia se compone de una dinámica en la que el padre que se ocupa de unos asuntos, la madre que se ocupa de los asuntos que el padre deja olvidados y los hijos que se encuentran en el limbo aprenden e imitan todo lo que observan; sólo hay unidad bajo ese único esquema. ¿Que pasa cuando uno de los integrantes desaparece? Se destruye la familia.

Así nos pasó a nosotros, cuando mi madre murió perdimos a la intérprete que nos comunicaba con mi padre y nos quedamos con su papel de proveedor. Nuestra familia se hizo trizas y cada integrante tuvo que buscar la manera de reconstruirse, pero ese fue un trabajo individual, nunca compartido. Cuando hay una destrucción tan fuerte es casi como

empezar de cero, porque no hay conocimientos sobre cómo hacerlo, sin embargo si hay algo que mantenemos en ese punto: los resentimientos.

Bueno sería que con la destrucción se fuera todo al ocaso para comenzar una vida sin un pasado, pero no es así, el pasado nos persigue y en nosotros está decidir cuál va a ser la interpretación de el, su valor en nuestro presente.

Cuando el pasado duele hay de dos, evadirlo o reconstruirlo.

Yo por muchos años opté por la primera opción a través de la huida. Huí de mi familia porque era lo que más me dolía, me fui lejos donde no pudiera verlos. Huí de una situación que me frustraba porque no sabía cómo cambiarla, huí de mi realidad y me busqué un refugio llamado escuela y trabajo. En un principio lo veía como algo normal, si todos los hacen supongo que debe ser lo correcto, pensaba. Si mi padre ama tanto su profesión quizá es porque ahí encontró un buen refugio entonces yo debería hacer lo mismo. Los niños comienzan a imitar a sus padres desde muy pequeñitos, los dos representan el ejemplo de vida por eso confían ciegamente en que así es como deben vivir.

Huí, me fui lejos pero había algo que me seguía atando a mi padre. El dinero. Tenía que independizarme económicamente para poder desligarme de todo aquello que me atara a él, tenía que conseguirme un trabajo y a su vez tenía que estudiar la universidad para demostrarle que yo sola puedo cubrir todos los requerimientos sociales para ser aceptada. Tenía que demostrarle que yo era fuerte y que no necesitaba de él ni de nadie para (sobre)vivir.

Pedirle dinero a mi padre era como sentirme derrotada. Primero porque no aceptaba la idea de que mi padre debía ser un proveedor, me sentía como una persona convenciera que sólo se acercaba a él para pedirle cosas materiales. Ese sentimiento en realidad era la imposibilidad que sentía para pedirle aquello que siempre me había hecho falta de él, su compañía y cariño espiritual. Pero era imposible darme cuenta de eso porque era algo desconocido. Por eso me limitaba a sentir lo superfluo, el dinero como símbolo de mi derrota independiente. Así fue como me obsesioné con la idea de evitar a toda costa su ayuda financiera. No importaba si tuviera días sin tener más que una comida al día, o pasara años ingeniandomelas para comprar una computadora para poder hacer mis tareas y trabajos, lo único que pensaba era que yo debía conseguir todo eso por mis propios medios, no tenía porque humillarme con mi padre. Era preferible pedirle ayuda a tíos o conocidos, siempre era preferible acudir a alguien antes que él.

La ausencia de mi padre irónicamente se materializó con la ausencia de bienes materiales pero no sólo quedó ahí, su ausencia se hizo presente en mis pensamientos, creencias y comportamientos en mi vida. Su ausencia me había dejado un hueco y mi inconsciente pensaba que ese hueco sólo iba a poder llenarlo con una pareja sentimental. No concebía la idea de poder tener un amigo porque no conocía la naturaleza de la amistad, sólo conocía el afecto que proporcionaba un novio, entonces solo un novio podía ser mi amigo, sólo con un novio podía compartir mis sentimientos.

Necesitaba tener un novio para sentirme completa. No conocía una realidad distinta, eso fue lo que observé en mis padres, supuse que así funcionaba la realidad. Así que me tuve que resignar a aceptar algo que me tenía intranquila. No era grato sentir que los hombres solo podían estar conmigo como novios, lo cual implicaba contactos sexuales como parte del "acuerdo", pero no conocía otra manera de vivir. Así que me tragué mis desconciertos y me enfoque en construir una personalidad ingobernable. A los hombres comencé a verlos como tapones o rellenos para mis carencias, ellos me proporcionaban el cariño que ni yo misma tenía hacia mi y a cambio les ofrecía mi cuerpo. Si hubiera tenido dinero seguramente les hubiera podido ofrecer eso, viajes, cenas, todo eso que el dinero compra para recompensar lo que los ojos no ven, pero como la única pertenencia material que tenía era mi cuerpo pensé que eso era lo único que podía ofrecerles a cambio de un poco de amor. Fue así como accedí a hacer cosas que no deseaba, me convertí en una compulsiva sexual que no se sentía capaz de estar bien sin un hombre al lado, por eso buscaba todas las maneras de complacerlos. Tenía pavor a la soledad y eso me hacía buscar la compañía a costa de lo que fuera, a costa de mi. Me convertí en una bomba auto destructiva que sólo buscaba la manera de hacerme daño como respuesta al gran odio que sentía hacia mi. Me comencé a matar lentamente hasta que ya no pude más.

Por mucho tiempo pensaba que eras el culpable de mis males y mi sed masoquista me hacía creer que haciéndote sentir mal me liberaría de todos los sentimientos negativos que me invadía. Por eso solía ser muy dura y cruel con mis juicios hacia ti. Esperaba conseguir cambiarte para que te convirtieras en lo que yo esperaba que fueras. No me daba cuenta que mi dolor me cegaba y me mantenía en un egoísmo que no me dejaba ver más allá de mí. No me había dado la oportunidad de conocerte y aceptarte así como eres tú.

Mientras escribía la carta sentía que me reflejaba en ti, en todas las carencias que quizá tuviste en tu infancia, tus dudas, temores, el cariño que quizá no recibiste de tus padres. Casi no nos cuentas de tu familia ni de tu infancia, son en realidad pocos los fragmentos que conozco al respecto pero sospecho muchas cosas porque creo que lo que he padecido yo, en su momento lo has padecido tú. Esa es la herencia genealógica, la más fuerte y aparentemente invencible. Creemos que debemos cargar con eso toda nuestra vida y por eso nos resignamos. Pero no nos damos cuenta que en nosotros está el poder para liberarnos y encontrar lo que realmente somos.

No me queda duda de que me quieres y que me lo demuestras a tu manera, es por eso que no tengo el derecho de reprocharte tu cariño. No se trata de buscar a un culpable, se trata de sanar, de reconciliarnos con todo eso que el subconsciente absorbió por tantos años y que nos impedía sentirnos plenos.

Ahora mismo te puedo decir que me siento bendecida por la familia que tengo y todo lo que nos ha sucedido porque sin duda eso es lo que me ha traído a este lugar, a ese momento, a esta oportunidad de re-direccionar positivamente nuestra historia. Me siento especial por tenerte a ti como mi padre y muy agradecida por todo lo que has aportado a mi vida.

Si te comparto todo esto es porque siento que en esa búsqueda individual hay un momento donde hay que compartirlo con las personas implicadas directamente en nuestra historia para evolucionar. Pienso que quizá todo esto removerá en ti sentimientos que has mantenido guardados, quizá muchos ni sabías que existían, pero te aseguro que vale la pena experimentarlos, meditarlos y compartirlos.

Fueron varias situaciones, personas y libros los que me han guiado para salir de la oscuridad en la que me encontraba y lograr ver la luz. Lo que más me ha ayudado en este camino son los testimonios de vida que algunas personas han tenido la bondad de compartir sobre la búsqueda interna que han emprendido. Observando cómo otros han logrado avanzar en su camino he podido comprender mi caminar, a veces imitando, a veces recreando mis propios pasos.

En esa ocasión, lo que me llevó a entregarme al acto de revelar mis más profundos resentimientos fue la necesidad de una confrontación con mi padre. Sentía que esa era la manera en que podría sanar. No sabia como hacerlo, así que me orientó conocer el método de psicomagia compartido por Jorodowsky para llevarlo a cabo. Los términos son los siguientes:

1.- Esto es lo que me hiciste cuando era niña

2.- Esto es lo que sentí en aquel momento

3.- Esto es lo que produjo en mi vida (para bien y para mal)

4.- Esto es lo que sigo padeciendo y sintiendo

5.- Esta es la REPARACIÓN que me debes

Cinco años después, descubro que en realidad esa confrontación fue conmigo misma, con mis creencias arraigadas que me impedían conectar con el amor que hoy nutre mi vida.

Fotografía del Diario de Frida Kahlo

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I see my light come shinin'

From the west down to the east

Any day now, any day now

I shall be released

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Vuelta al Sol

Esta última vuelta al Sol fue tan cálida que me dejó chamuscada. Me quemé y mi ser quedó tan sensible que me ha llevado tiempo recuperarme.

Viendo en retrospectiva, el año pasado cuando cumplí años sentí mucho gozo, mucha luz. Así comencé mis 30. Y luego, esa luz comenzó a quemarme hasta “chamuscarme”. 

Es curioso señalar que ese fuego interno se vio reflejado con las altas temperaturas de este verano y todo eso me lleva a preguntarme: ¿De donde vino tanto calor? 

Reconozco que este año me he vuelto más consciente de los tiempos, de los espacios, de los ritmos, de las personas, de la naturaleza y principalmente me he hecho más consciente de mi. Y ese camino hacia una mayor consciencia ha implicado estar en constante cambio y movimiento. ¿O será que siempre he estado en cambio y movimiento pero ahora soy capaz de percibirlo?

Cuando cumplí los 30 fui capaz de verme, reconocerme, conectar con mi esencia y vislumbrar mis capacidades, mi poder. Eso que antes me daba tanto miedo ver de frente, fui capaz de afrontarlo y asumirlo. Y no ha sido fácil continuar el camino con esa revelación porque ¿quién nos enseña a lidiar con eso?

Me he vuelto mucho más sensible a los cambios y eso inevitablemente me conecta con el dolor. Como esas sensaciones que suelen experimentarse durante la adolescencia dónde hay tantos cambios físicos que duele el cuerpo y se confunde la mente. ¿Quién soy?¿En qué me estoy convirtiendo?¿Que soy ahora?

Es fácil desestabilizarme si no logro afianzar mi centro. Darme cuenta de eso me ha llevado a buscar prácticas, consejos, contenidos, guías que me permitan aprender lo que no sé: identificar y regular mis emociones, sentimientos, pensamientos, atender mis necesidades, comunicarlas y fluir con confianza en la vida. Prepararme para la siguiente ronda porque seguro vendrá más intensa ya que una vez que se avanza en el camino hacia la consciencia, no hay marcha atrás.

Y así fue. El cierre de esta última vuelta al Sol me sumió en una crisis existencial que transite de manera silenciosa y en mayor medida solitaria, lo cual no ha sido una experiencia del todo agradable.

La soledad es dulce a cucharadas pero muy amarga cuando se consume a grandes cantidades, al grado de que puede intoxicar o incluso matar. ¿Y que hacer para no abandonarse en el precipicio de la soledad?

Es necesario buscar antídotos o algún ancla que nos recuerde que somos seres sociales que necesitamos de la reciprocidad con nuestro entorno para vivir. Necesitamos de la conexión con el otro y sentirnos parte de un colectivo.

Los encuentros con la soledad son valiosos cuando permiten conectar con uno mismo, son necesarios en la dosis adecuada. Pero hay una delgada línea que la puede convertir en un tormento doloroso. Eso ocurre cuando nos sentimos ajenos, aislados, distintos, rechazados. Y esos sentimientos son delicados porque pueden producir mucho dolor.

Una de mis principales búsquedas en esta vida ha sido el encontrar el equilibrio entre esos momentos solitarios y esa integración con “el todo”, o con todos. Y un camino que he comenzado ha transitar para aliviar los excesos de la soledad ha sido el de aprender a comunicarme. 

Observo los distintos lenguajes que tenemos porque no sólo utilizamos las palabras para transmitir ideas, también hay gestos, emociones, corporalidad.

Escucho profundamente lo que el otro tiene para decirme y también lo que emerge en mi de esa escucha, buscando el equilibrio para evitar entrar a un juego de poder donde alguna de las perspectivas es la dominante. 

Escuchar con consciencia implica distinguir de donde vienen todas las voces que percibo (internas y externas), descifrar códigos ocultos y significados del mundo que representamos a través de nuestros pensamientos. Un mundo que es distinto para cada persona. Y si aprendemos a distinguirlo, reconocerlo, nombrarlo y valorarlo podemos acceder a la gran riqueza de la humanidad. Aquella que se nutre de la diversidad, la cuál es indispensable para vivir en armonía.

Y es en el diálogo donde encuentro la posibilidad de explorar nuevas formas de relacionarme con el otro y conmigo misma. Esto implica un mayor cuidado porque conforme más profundidad tiene un diálogo, más nos enfrentamos a territorios desconocidos lo cuál nos pone en una posición vulnerable. 

El diálogo en si mismo representa un encuentro de dos mundos, distintos, alternos, que si no saben como enfrentar sus diferencias fácilmente pueden caer en la lucha y propiciar un conflicto. Es difícil propiciar un diálogo si no tenemos las herramientas adecuadas para darnos la oportunidad de sentirnos vulnerables y menos si nos ubicamos en un entorno hostil lleno de juicios, dudas, desconfianza.

Esta fase del camino es de las más delicadas y de la cuál no todos llegamos ni todos salimos porque el miedo nos invade. El miedo como mecanismo de defensa nos alerta cuando nos encontramos en peligro de morir y eso suele paralizarnos o evadir aquello que lo detonó. 

En varios momentos de mi vida el miedo me ha paralizado, estancado y también me ha hecho repetir vivencias dónde no es tan visible si aprendí algo. En esos momentos me desconecto de mi misma, de mi familia, de las personas que nutren mi ser.

¿Y cómo revertir ese estado de extravío y desazón? 

Dándome cuenta de que ese camino sin dirección era sólo una declaración autodestructiva que estaba por aniquilarme. Y para darme cuenta fue necesaria una confrontación con mi realidad así como sucede en las películas de terror psicológico donde el protagonista se da cuenta de que el origen de su temor es uno mismo. Es duro darse cuenta que yo soy mi principal enemiga y lo más doloroso es enfrentar ese momento con un cúmulo de juicios, culpas y odio.

Una de las mayores dificultades de afrontar nuestra responsabilidad es no tener con qué o cómo afrontarlas por eso nuestra mente pone las resistencias necesarias para no morir en el intento.

Es necesario recordar todo el amor que he recibido, todos esos momentos que me hicieron sentir en confianza y con la seguridad de sentirme en el lugar correcto. Sintiéndome parte de algo, conectada con más personas, siendo parte de una comunidad.

Derribar los cerrojos de frialdad, abrir mi mente y corazón a la posibilidad de sentir. Transformar la amargura y resentimiento en agradecimiento y paz. Fue en ese momento en el que vuelve la luz, el sentido y una dirección.

El camino a partir de ahí ha sido en espiral porque no dejo de visitar los momentos lúcidos y lúgubres que implican los ciclos vitales. Ese transitar entre dualidades, entre la vida y la muerte. La única diferencia es que a cada nueva vuelta al Sol soy capaz de distinguir nuevas tonalidades, rasgos, texturas que no veía en la vuelta anterior.

Eso sigue siento tan emocionante como aterrador porque el miedo sigue apareciendo pero conforme me voy conociendo más, me siento más preparada para deconstruirme y darme la bienvenida a un nuevo año más de vida. 

Y todo eso no habría sido posible sin la participación de todas y cada una de las personas con las que me encontrado en mi camino, las cuáles me han mostrado el significado de la amistad y el valor de vivir en común unidad (comunidad).

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El trabajo ideal

¿Cómo te imaginabas que sería tu trabajo ideal cuando cruzabas los tiernos años de la infancia?¿cuál era el propósito de elegir ser bombero, doctor o payaso? Es probable que el deseo más genuino que impulsaba esa proyección fuese ayudar a los demás. 

Pero, ¿que pasa cuando transcurren los años? Cuando llega el momento de decidir que carrera elegir y las voces externas gritan todo aquello que hay que considerar para tomar esa decisión: “debes elegir una carrera que tenga futuro”, “una que te deje muuucho dinero y te de prestigio”, “tienes que seguir con la tradición familiar”, bla bla bla. Las voces externas acallan a nuestra voz interna y apagan la luz de aquel propósito de infancia. 

Entramos en el ritmo de la vida establecido por un sistema que no tienen ni pies ni cabeza, sólo la avidez por hacer del humano en un ser insensible que sólo produce y consume. Buscamos el “trabajo ideal” que nos permita ganar suficiente dinero (aunque nunca es suficiente) para satisfacer nuestros caprichos, aquel que nos permita ser reconocidos y respetados por los demás; aquél que nos de la estabilidad que asegure nuestro bienestar por el resto de la vida. Aquel que nos haga feliz.

La ironía está en el momento en que pareciera que hemos logrado alcanzar la mayoría de las exigencias sociales y la felicidad no aparece por ningún rincón. La rutina consume los días y la insatisfacción por no hacer lo que en verdad nos hace sentir pasión va dejando un sabor amargo. 

Esos sentimientos desagradables que remueven la existencia, intentan hacer escuchar aquella voz que quedó en el olvido. No obstante, son pocas las ocasiones en que logra tener éxito para resurgir y hacernos conscientes de que el trabajo ideal es aquel que nos conecta con uno mismo y a su vez, con el entorno. 

¿Es posible conseguir el trabajo ideal? Si, y el camino para encontrarlo implica una serie de ajustes, transiciones y transformaciones de aquellos paradigmas que fueron insertados por la sociedad que nos acogió; además de un camino de aprendizaje personal que podría acercarnos a nuestro propósito en la vida, aquel que nos hace feliz.

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Guión de teatro: El machismo mata

*La publicación de este guión es para uso educativo, si tienes interés de llevarla a cabo de forma comercial por favor ponte en contacto conmigo: lia.lie.elle@gmail.com

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Miedo a vivir juntos

Hace tan sólo un par de años era fácil afirmar que para vivir juntos bastaría con el amor existente y tomar la decisión. Es decir, si existe amor, la decisión se encuentra inevitable, precisa, certera.

Cuando los anhelos se ven lejanos es más sencillo sentir certeza. Pero ¿que pasa cuando pasa el tiempo? ¿cuándo ese anhelo toca a tu puerta y se presenta como aquello que tanto habías deseado? 

Un escalofrío recorre tu cuerpo y el miedo se hace presente. Un torbellino de dudas sacude tu mente y te empuja hacia un precipicio incierto. Malestar, confusión, desesperanza. 

Volver al origen de ese deseo, encontrar su propósito y expresarlo de manera sincera. Quizá ahí está la luz. Quizá...

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El Desierto

He venido al desierto alejándome del tumulto de la cotidianidad que me impide escucharme. Deseo encontrarme.

La gente dice que eso es bueno para ser mejor, yo aún no comprendo por qué.

Me dirijo a ese espacio que mi intuición me susurra al oído y comienzo a trepar por una montaña de diferentes colores. Comienzo con una tonalidad clara que me parece familiar, es todo aquello que conform�� in infancia, las bases de mi existencia. Siento nostalgia al observarla tan olvidada, debajo de todo.

Continuo caminando y eso me permite ascender ¿una montaña?

No tengo claro a donde me llevará porque todo comienza a verse más oscuro y la temperatura aumenta. Se está quemando mi alma y con ellas mis sentimientos “por que el alma prende fuego cuando deja de amar”.

Mientras mi alma se consume en esa llama incandescente, mi cuerpo se modifica en una forma distinta. Nueva. 

¿Qué es lo que siempre quise ser?

Un ave, para volar.

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Una palabra nueva

Conocer una palabra nueva comienza con visualizar, escuchar, imaginar. ¿Qué significará? En ocasiones, un collage de imágenes pueden inundar la mente con ese sencillo estímulo. En otras, la mente simplemente se queda en blanco y se siente desorientada...

DISRUPCIÓN, DISRUPTIVO, DISRUPCIÓN

¡Pero que es eso! No visualizo nada en mi mente y me provoca curiosidad el efecto que causa en las personas al escucharla ¿porquéprovoca tanta impresión entre las personas que conocen su significado? Definitivamente es una palabra que necesito aprender.

Cuando se habla del cambio, es inevitable sentir un poco de escepticismo respecto a su visibilidad. ¿Es posible generar un cambio? ¡¿Como?! La chispa creativa ha surgido en mi y ahora comienzo un recorrido nuevo, diferente, impredecible. 

El inicio sucede en el campo de lo conocido, aquello que he aprendido hasta ahora a través de la cultura y mi familia. Me siento tranquila en este espacio, es mi zona de confort. Se como funcionan las cosas ahí, contenidas en los límites establecidos.

Pequeños “chispazos” paranormales incendian el impulso creativo que me dirigió a este trayecto. Me hipnotizan. ¿Hacia donde nos dirigimos? ¡Espera! ¡Esto va muy rápido! El miedo y la tensión me invade. No sé que va a suceder ahí abajo. Está muy oscuro ¿que hay ahí?

Caí al precipicio sin siquiera poder evitarlo, fue tan potente el impulso que me llevó hasta ahí y ahora no sé como podré salir. Me encuentro con aquello que olvidé, aquello que duele ¿lo que hace daño? No, lo que duele no hace daño, al contrario, es necesario para alcanzar un beneficio mayor.

En las tinieblas comienzo a percibir la luz. Una gama de colores nuevos armonizan mi visión. ¡Recuperé la vista! Me siento tranquila.

Ahora hay claridad. Si se puede generar un cambio con forma y visibilidad cuando se aplica disrupción. No basta con tener solo una experiencia reveladora como esta para conseguirlo. No basta con salir de paseo fuera de los límites que están previstos, para luego volver al curso habitual. No.

Disrupción es crear una fogata constante que haga saltar chispas creativas que van modelando un nuevo trayecto. Disrupción es des-aprender.

Texto: Lia Lie / Imagen:  Per Zennström 

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Instrucciones para hacer feliz a una persona III

...

Antes que nada se necesita una ínfima idea de que es felicidad, subyugar las idealizaciones absurdas comerciales, tipificadas y sobre expuestas en las pantallas plurifuncionales, esta cosa de la felicidad, es posible encontrarla solo consigo mismo, en las marianas internas, y antes de llegar a las sonrisas, besos y arrumacos, se debe concebir un mundo propio, una armonía del sí mismo, la unión de las partes que alguna vez se rompieron, para poder emanar unicornios, mariposas y demás florituras...

...

Conclusión básica a priori, sopórtate a ti mismo, a pesar que de miércoles a martes ya este harto de ti.

...

Pasada la etapa medular propedéutica, muestra tus cartas, con las que juegas, las que más usas y mejor dominas, pon en la mesa las que nunca has sabido para que son, pero no ocultes ninguna, el éxito del presente manual depende ello, todos ganan si lo haces correctamente, no hay engaños, todo lo que quieras ver esta en la mesa, no hay más, sin trampas, ni trucos, la elección es tuya y de los participes de la mesa, tomen las cartas afines, armen su juego, no se necesita un póquer para ganar, con que tengan un par es suficiente...

...

Conclusión a posteriori, la decisión es tuya, de hacer feliz a ese par de corazones que tienes en tu mano.

Imagen: Riccardo Guasco / Texto: El Cócono Negro

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Instrucciones para hacer feliz a una persona (el otro lado)

Tome a una persona que lo haga feliz a usted. El siguiente paso puede ser durante cualquiera de esos tiempos muertos entre los cuales contempla a esa persona y sonríe como lelo. Ya que ha sido lo suficientemente lúcido para elegir un momento, haga cara como de que está escuchando y rápidamente ataque. Cabe señalar que no es necesaria una posición en concreto, por lo que la espontaneidad es clave; la maestría de la técnica de asalto puede realizarlo de pie, sentado, reclinado o incluso acostado. El ataque, además de espontáneo y libre, puede llevarlo a hacer diferentes cosas: desde inmovilizar a la persona en cuestión y darle de besos en la cara, hasta hacerle cosquillas, o practicar posiciones de lucha libre. 

Texto: EseManu / Imagen: Jorge Alderete 

Imagen: Jorge Alderete / Texto: EseManu

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Instrucciones para hacer feliz a alguien

Para comenzar elija a una persona a la cual le llenaría de placer hacerle feliz, procure elegir a alguien con quien pueda tener contacto físico sin restricciones. Busque un encuentro casual entre ambos sin revelar sus intenciones, esto funciona mejor si es una sorpresa. Cuando se encuentre frente a la persona que seleccionó para llevar a cabo este instructivo, luzca casual y evite levantar sospecha alguna sobre su objetivo; charle, sonría, observe, escuche (sobre todo escuche) a su interlocutor. Manténgase así por el tiempo que sea necesario hasta que crea conveniente proponerle que se recuesten en algún sitio cómodo, quizá sea necesario desplazarse a otro lugar como el pasto, el piso o alguna cama. Cuando se encuentren recostados, busque alguna distracción que conserve ocupad@ a su acompañante mientras se prepara para hacer el acto que a continuación se describe. ¡Muy Importante! Debe hacer este acto con la mayor agilidad y rapidez posible para provocar un efecto más placentero. Acto: desnude el estómago de su acompañante y ponga su boca encima (aproximadamente abajo del ombligo), cuando se encuentre ahí sople fuertemente durante 30 segundos (se escuchará un sonido similar a “prrrrrr”). Su acompañante experimentará un viaje a los recuerdos más genuinos de su existencia (infancia) cuando esa persona especial (familia) lograba crear un éxtasis divino con un gesto tan simple como el que acaba usted de ejecutar; lo cual no es más que una auténtica expresión de amor.

Imagen: Vicco Lastiri / Texto: Lia Lie 

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#MiPrimerAcoso

‪#‎MiPrimerAcoso‬ sucedió cuando tenía 15 años. Ese día decidí ponerme la falda del uniforme que me quedaba más corta (porque me sentía más coqueta así) e hice mi día normal. Cuando fue momento de regresar a mi casa decidí hacerlo caminando por los callejones de Guanajuato. Eran aproximadamente las 8 p.m. Comencé a subir un callejón un poco empinado que estaba muy solitario, de pronto sentí una presencia. Al girar mi cabeza hacia atrás me di cuenta que no estaba sola, había un tipo siguiéndome. Me asusté y comencé a correr. El tipo me alcanzó y me aventó sobre las escaleras. Yo comencé a gritar "¡NO!" y a patalear hasta que el tipo desapareció huyendo. Me di cuenta que cerca de mi estaba un grupo de chicos que sólo observaban y reían. Yo me quedé muy consternada y fui corriendo a casa. Ante esa situación tenía dos alternativas: traumarme y evitar vestirme con ropa "provocativa" o sentirme orgullosa de que tuve la fortaleza de defenderme y evitar que alguien abusara de mi. Elegí la segunda opción.

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¿Por qué nos quejamos?

¿Porque cada nueva generación piensa que la vida antes era mejor? ¡cuantas generaciones han pasado ya desde el comienzo de la historia! Y cada generacion está convencida que el mundo se ha vuelto peor que antes. ¿Es que el mundo tiene una tendencia a degenerar? pero si asi fuera, unas docenas de generaciones habrían sido suficientes para que nuestra civilización terminara en un puro infierno.

¿Qué sucede aqui?

Cuando eres  joven los colores son frescos, vivos, los sueños alcanzables, la música mejor, el clima perfecto, la comida exquisita, la gente cercana….estas lleno de entusiasmo, de energía  y de vida, ¡¡¡todo es estupendo¡¡¡¡

Pero con el paso de los años se pierde la capacidad de reir o llorar, de percibir los colores, desconfías de todo, la energía no nos acompaña, vamos renunciando poco a poco a nuestros sueños, nos volvemos  tremedamente realista, realista de una realidad impuesta por otros, ¡¡la vida es asi¡¡¡¡ el mundo se vuelve gris, y los sentidos se atrofian……..y nada es igual como antes

¿De verdad que es asi?¿el mundo se esta degradando?

Pues ¡¡¡NO!!!, el mundo sigue igual, es tu forma de percibirla lo que ha cambiado. Va peor sólo para cada uno personalmente.

En algún lugar del camino te dejastes atrapar y dejaste atrás todo aquello que realmente te importaba y lo fuiste sustituyendo por necesidades sociales, familiares, religiosas, etc…..es decir, expectativas ajenas, lo que se esperaba de ti…..y ¡¡¡caiste!!!

Expresando disgusto, quejas y lamentos no consigues ni resuelves  nada, bueno si, que todo empeore aun mas y al final el decorado que se muestra ante tus ojos sea gris tirando a negro.

¿Qué hacer??????

Volver a sintonizar con  esa linea de la vida que esta viva y llena de colores y sabores…..volver a conectar con tus sueños, con tus ganas, con el mundo de lo siempre posible………volver atrás llevandolo al presente.

Cuanto peor piensas del mundo peor será

¡¡Recogerás lo que siembres!!

Deja de criticar, de acusar, de cotillear, de solo ver los defecto al otro, de infravalorar…….no te quejas más de tu mala suerte!

Está tan profundamente asentado en nosotros todas estas actitudes negativas  que respondemos al mas mínimo inconveniente con agresión y todo lo interpretamos bajo nuestra visión borrosa y oscurecida por la falta de alegría.

¿Tu crees que la vida ha empeorado?, preguntale a un niño que esta empezado y que no haya sido ya contaminado con la información de que todo va mal.

Muévete, cambia el angulo visión, quizás te sorprenda que todo esta ahí esperándote para que lo vuelvas a coger, nada se ha perdido……..eso si, tendrás que soltar todo ese equipaje que llevas encima………patrones, conductas, creencias, dogmas, y bla,bla,bla……….pesan mucho y en esa linea de la vida donde la alegría, el humor, el entusiasmo es la tónica, no te hace falta nada de eso.

ATREVETE A LA VENTURA, DEJA TU CORAZON VOLAR, QUE HAY ESTRELLAS EN EL CIELO QUE BIEN TE PODRAN GUIAR

DIESA SOUMAYA

Texto extraído de https://ellamentonovieneacuento.com

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Y ahi estan las respuestas!!! (Solo debo buscar la manera de que entre mi ropa en la misma maleta...) #exchange #teachforall #teachforamerica #teachformexico #letters #penpals #amigosecreto #proximamente

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I love my american gift! <3 A recolectar recuerdos durante cinco años :) #exchange #teachforall #teachformexico #teachforamerica #cm #iloveher #onelineaday #afiveyearmemorybook #sohappy (en South Carolina State University)