la mujer es buena por naturaleza, es el interactuar con hombres lo que la corrompe
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
El amor me hace sentir que mi cuerpo no existe, los sentimientos se despliegan por fuera de él, me es imposible mantener de la mano a mi corazón, quiero controlarlo, quiero sostenerlo como quien sostiene a un niño para cruzar la calle, quiero cuidarlo, pero él es inocente, como ese niño. Cuando piensa en tu pelo, se emociona, cuando sueña con tu mandíbula se derrite, cuando imagina tu sonrisa, se enamora.
0 notes
Text
Llevo años engañando a mi corazón, desde que dialogue con un amor. Voy amando nombres y devorando hombres, voy volcando obsesiones y derrochando sentimientos. Cuando creo que lo tengo en mis manos, se transforma, cuando lo atesoro se vuelve un monstruo, cuando lo amo la ilusión parte. Estoy cansada este vicio, mi Providencia, quitame este destino maldito, déjame sentir una anhelada caricia para luego, por fin, ser amada. Lo juro ante los ojos del poder que llegado al momento, mi vida te daré.
0 notes
Text
Apoyo mi cabeza cerca de tu corazón y siento como si volviera a casa, me encuentro acariciando tu cuerpo y siento la tensión entre nos.
Creo que puedo volver a enamorarme de otro nombre si se me promete que todas las noches voy a sentirme así.
Jamás anhele tanto el ser besada como hoy.
0 notes
Text
Ideaba que al besarte podría condenarte, enamorarte de mi nombre y así arrasar con un mal hombre
¡Oh, niño! Jamás estuve tan equivocada, destrozaste a esta mujer malvada
Ten piedad de este corazón vencido, que todavía le duele que te hayas ido
Me escondo de los emplazamientos, las canciones y los recuerdos, pero aun así no puedo engañar al corazón que habito que pide a gritos que una vez más, me mires.
0 notes
Text
Busco destrozarme,
entonces vuelvo a vos
hace que él me reclame
Dios, te lo pido, por favor
Rompiendo mis juramentos
nos encuentro a los dos
una noche más frente al mar
ni el santo más poderoso
hará que lo deje de amar
0 notes
Text
Pequeño tallo, te regué y amé con cada hora del reloj, pero, sin embargo, no floreciste.
Soy un monstruo agobiante, es decir, una madre, que en su lúgubre tacto presenta tu llanto.
Florece en mi pecho algunos sentimientos, haz que valga la pena tantos apañamientos, o sino, usaré esta tierra como mi casa eterna, para así lograr que me aclames.
Pequeño tallo, ¿Qué esto oscuro que aparece en mi mente? ¿Qué es esto maligno que rodea mi corazón? Creo que voy a arrancarte de mi terreno para así yo descansar en ese suelo.
¡Oh dulce niño! Cuando mis carnes sean devoradas por la tierra aun seguiré siendo recordada por tu alma.
0 notes
Text
Nado en mis recuerdos buscando una dulce voz que provenga de tu boca, madre, pero no la encuentro.
Nado en mis recuerdos buscando un momento de lazo digno de ser representado en una obra de teatro, pero, madre, no lo encuentro.
Miro tus ojos y no me reflejo en ellos, quiero saber cómo hago para ser un "yo" cuando en realidad nunca pude existir en este mundo porque esos pares de un color pardo no me dibujan.
Por favor, acariciame el pelo hasta dormir, usa apodos lindos en mí, conversa conmigo hasta reír, cocina algo rico para mí, pero, sobre todo, mamá, mírame.
Mírame antes de que este hueco consuma mi interior, por favor, dibuja una figura en mi y prometo serlo, voy a ser una buena hija si me das la oportunidad de cumplir con ese papel.
Estoy cansada de ir llenando este plato vacío de amor en el que vos nunca cocinaste algo. Cada vez que me encuentro con un nombre pueden ver el monstruo que soy. ¿Es por eso que no me amas, mamá? ¿Viste algo en mi que te asustó? ¿Me viste el alma y huiste? Prometo que no voy a morder, juro que quieta me voy a quedar y garantizo que por siempre te voy a amar.
Así que, por favor, mamá ¿Me podrías amar a mi también?
0 notes
Text
Mientras más pensamientos te dedico más es el olvido de mi nombre en tu piel.
Quiero ser recordada por tu mente, ser anhelada por tus manos, escuchar de tus labios la bociferación de mi ser.
Quiero que acaricies mi alma.
Calmes mi angustia.
Matemos nuestra materialidad que nos condena, amor.
Se expanden las arrugas, se aumentan los años, los cabellos se vuelven blancos y yo te sigo esperando.
0 notes
Text
Mientras más reflexionaba sobre la caminata de mi existencia, más sola me sentía. Desde mi primera respiración habia sido obligada a ser, para determinadas personas, madre, hija, hermana, amiga y novia. En cada escenario desempeñado, en cada papel cumplido, destrozaba mi cuerpo y condenaba a mi cabeza ¿Qué era lo que me enfermaba? ¿Las personas que me habían encerrado en esos roles? ¿El peso de interpretar bien mi papel? ¿O mi incapacidad para cumplir lo que se había decido por mi? Todos.
Detestaba ser, ser implicaba existir y yo aborrecia la idea de seguir robando respiraciones de este mundo, detestaba tener un nombre, de tener mi nombre. Soy hija de una madre, de un padre, por lo tanto, tenía que honrarlos, ser una muñeca cuando se lo requería, un soldado cuando se me lo solicitaba, una niña cuando la pintura estaba manchada por demasiados colores y una madre cuando mis incompetentes padres parecían no llegar a la edad de seis años.
Mi tarea era encontrarme con la bondad, con el perdón, con la paciencia, pero cómo nunca habían cenado conmigo, ni poseía recuerdo alguno de un dulce beso de buenas noches dado por ellos, esas tres palabras, esos tres nombres, eran monstruos que me castigaban si me escondida.
Mientras más se sumaba los debía, más sentía que se descontrolaba mi vida, veía mi propia torpeza, mis faltas, mi incompetencia. Me veía a mi misma tratando de llenar esos huecos de madre, de hija.
Entonces era hermana, la mayor, no por muchos años de diferencia, nuestras cuatro cabezas se distinguian por, meramente, seis centímetros, sin embargo, esos tres pares ojos se veían con menos años que los míos, sobretodo a mis 16 años. ¿Juego con ustedes? Pero ¿Porqué me ven como si midiera dos metros? ¿Soy igual que ustedes? Si es así ¿Por qué de vuelta soy mirada como madre? ¿Tengo que ser mejor que ustedes? ¿Por qué no puedo ser igual de malcriada, vengativa y llorona? Soportaba los maltratos de esos esos seis ojos, porque mi madre decía que debía de entenderlos, estaba harta de entender a todo el mundo ¿Quién me entendía a mí? Ella no, ellos no.
Como resultado, eran diez ojos.
Es así que era novia, esos dos hombres, con los que por algún mal chiste habían aparecido en mi calle, me parecían insufribles, estúpidos, planos, unos frustrados, unos niños que nunca debían. Entonces, los odiaba. El rol de novia era una clara autoconstrucción de un eterno laberinto. Yo, en este caso, tenía el poder de elegir qué cuerpo amar, de ahí que, esos dos templos sin dioses, eran mi culpa. ¿Cuando iba a poder tener la edad que poseía? Estoy cansada, estos dos pares de ojos me miraban cómo los niños miran a su mamá cuando necesitan saber algo.
Acumule catorce ojos.
Es hora del papel de amiga, de vuelta, cuando se trataba de elegir, tengo el volante del auto en mis manos, en consecuencia, un poste se cae. Chocaba con personas a las que, al igual que se había hecho conmigo, les asignaba un rol, el rol de amigo, pero luego de desafortunados desencuentros, simplemente renuncie a la idea de darle un nombre a ese papel.
Si esas personas murieron en el consciente choque ¿Sus ojos cuentan?
La cosa es que, para cada una de estas funciones, había volcado hasta el último de mis sentimientos, de mis acciones y en respuesta a mi trabajo de años había obtenido, en heridas físicas; un cuerpo sin piernas, ni brazos, en laceraciones al espíritu; una mente que me encerraba en la condena de la edad.
Lo que me había dejado esta interminable obra, con múltiples papeles disponibles, y una sola persona para interpretarlos, era la culpa.
La culpa que estaba en mi mente me separaba casi naturalmente de mi cuerpo, se manifestaba ante los ojos de mi corporalidad, me miraba y la evitaba, como cuando, de niña, quitaba la vista de la cara de mi mamá, como cuando no quería ganar una insignia al mejor soldado, si miraba esos ojos verdes, mis ojos verdes, me veía empujando esa roca por la montaña.
Esa separación era mi condena, ya no era un chiste malo, era un castigo a mi alma. Cuando esos ojos verdes miraban a mi cuerpo sin mente, a ese templo sin dios, no veían un animal, veían la forma de una niña.
Entonces, ahora no tengo ojos.
0 notes
Text
Todas esas oraciones se quedaron impregnadas en mi memoria como maldiciones eternas, vivía ese momento una y otra vez, podía vernos a los dos sentados en tu auto, en un día soleado, pero para mis ojos, todo era de un celeste grisaceo, y para mi cuerpo inmovil todo estaba helado.
Escuchaba cómo las palabras salidas de tu boca provocaban huracanes de odio y tristeza dentro mi pecho, quise reventar tu cabeza contra el volante, pero, en cambio, esperé a que por fin te callaras y pensaras sobre lo que habías dicho, así verías por fin lo estúpido que eras ante mis ojos, aunque un pequeño hombre petulante con la nariz levantada por el cirujano mejor pagado por su madre, no sería capaz nunca de darse cuenta de que solo era un cerdo revolcándose en basura y había obtenido lo que buscaba en el lugar donde lo buscaba.
No disfrazo mi cuerpo, ni miento con mis palabras, no poseo encanto y mis ojos están tan muertos como vos deberías estarlo, estoy hundida, estoy dejándome caer, creo que estoy cansada de correr, no tengo piernas, brazos, ni cuerpo, soy basura, soy, soy, soy, soy, soy, soy, soy.
No soy nada, no soy digna de una palabra, no soy digna de una letra. No soy.
0 notes
Text
Creo que hoy es otro día más en el que no puedo expulsar tu nombre de mis pensamientos. Quiero entender porqué sigo rememorando tu identidad, pero las ideas se enredan como mis cabellos después de un fuerte viento. Quiero saber qué es lo que hace qué no pueda matarte.
Aunque, bien sé que no puedo cavarle una tumba a tu nombre, porque es cavarle una tumba a mis esperanzas. No tenes absolutamente nada, no posees ni virtud, ni materialidad que me interese, sos tan plano y tan blanco, que pude dibujar en vos al hombre de mis sueños. Así es como conseguí esperanza, así es como tu nombre consiguió un lugar donde dormir. Así es como comenzó y así es como terminó.
Ese pobre y plano nombre no pudo cumplir con la talla de ser un hombre y ese corazón hambriento que lo hospedó, con la condición de que pueda ser la esperanza que alimentaria su consumido hambre, tarde, pero no temprano, lo devoró.
La paciencia la había agotado, ella tenía el pincel, los colores, la imaginación, ella lo había dibujado, había puesto tiempo, había volcado sentimientos, esperanzas y deseos. Él únicamente debía dejarse pintar y cuidar esa pintura. Pero las cosas siguen su naturaleza; él era tan blanco y tan plano que, naturalmente, el dibujo se borró, ella estaba desesperada, pintaba día y noche; cuando no le quedaba pinceles, dibujaba con sus dedos; cuando no le queda acrílicos, pintaba con su sangre; cuando no le quedaba esperanzas, imaginaba, soñaba e ignoraba esa hoja en blanco impintable.
¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué?
Capaz porque caminar por otra hoja era realmente agotador y esta había aparecido una tarde, hace 5 años, frente a ella. Nunca fue una chica muy apasionada por las hojas, a ella no le gustaba pintar demasiado, pero ahí estaba, tan blanca, tan plana, que se tentó: ¿Qué pueden construir mis manos en este blanco? Se preguntó.
¡Qué tonta! Tuvo que haber ignorado esa hoja, tuvo que haberla pisado, tuvo que haberla roto o quemado.
Pero la amó.
1 note
·
View note
Text
Esos sentimientos de atracción que puse en cada letra de su nombre, eran simplemente los aullidos desesperados de mi corazón hambriento por un poco de amor.
0 notes
Text
La vida se mueve rápido, así que espero que los aires del destino soplen fuertemente para alejarte de mí. Así, cuando cierre mis ojos, voy a dejar de dibujar tu rostro.
0 notes
Text
Cuento el tiempo... ¡Que pesados minutos! Acepté que nuestros apellidos nunca se van a casar... ¡Oh Dios! Por favor, desarma a esta tonta creyente, un tiro a una paloma blanca para silenciar sus cantos
¿Y acaso ella misma se ha de enterrar? Si esta historia falsa ya no me ha de contentar ¿Por qué sigo, en la madera de una iglesia mirando hacia tu cruz, pidiendo que vuelva a ser lo que nunca es?
Necesito desarmarme, necesito exiliar tu nombre, necesito que el tiempo pase, pero una hambrienta como yo jamás podría esperar navegar en los días de ansiedad
0 notes
Text
¿Amar es permitir las faltas de respeto? ¿Es dejar que él le responda las historias a otras mujeres? ¿Dejar que desee a otras? ¿Que piense en otras?
¿Amar es permitir el desinterés? ¿Es hacer caso omiso a sus abandonos hacia mi nombre en el medio de la noche? ¿Que me ignore mientras lloro? ¿O me grite mientras siento que cada parte de mi cuerpo se desmorona?
¿Amar es la comodidad que siento cuando me acuesto es su pecho? ¿O lloro en sus piernas? ¿Por qué no puedo soltarlo? ¿Por qué no puedo olvidarlo? ¿Por qué escapo hacia sus brazos?
0 notes
Text
Y volviste a mí, una vez más, pero ¿En busca de qué? ¿De un destino juntos? ¿O es porque extrañas mis maltratos? ¿Necesitas que llene ese corazón hambriento y egoísta que tenes? ¿Qué ves al mirar estos ojos verdes?
Y yo volví a vos, una vez más, buscando, tal vez, en algún rincón de tu cuerpo al hombre de mis sueños, al apellido que complete los nombres de mis futuros hijos, o tal vez, solo una vez más, extrañe tu desinterés ante mi exahustante vacío y tus refunfuños ante mis súplicas de que por favor mires estos ojos verdes y extiendas una de tus manos para salvarme. ¿Por qué me condenó al dolor? ¿Por qué te dejo un lugar cálido en mi corazón? ¿Por qué te espero si te vas y te entiendo si me gritas?
Cadena interminables de porqués y una chica condenada a girar en sus problemas como las agujas de un reloj ¿Es que acaso un día va morir y así va poder descansar?
0 notes
Text
Me desespero para adorarlo así puedo demostrar que esta chica con gotas de mar realmente puede amar. "Y, cuando la chica controle los vientos del destino, podrá juntar a los dos corazones en un ansiado designio."
0 notes