fraissa

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itscharlvine

“Oh.” Una pequeña ‘o’ se forma en sus labios al escuchar las palabras de la castaña, frunce el ceño apenas, admirando en silencio las facciones de la joven y tras un par de segundos, regresando su atención a su pintura. Si, tal vez algo salió mal… Tal vez no difuminó bien los colores de las tonalidades del cielo, puede mirar un par de imperfecciones que desenfocaban toda la esencia de la obra. Parpadeó atónita y giró el rostro en dirección a su compañera, relajando la expresión, rió por lo bajo. “Eh, no… ¿En serio lo crees? Siempre suelo encontrarle peros a las cosas, lo siento.” Murmuró apenada. Con el índice trató de difuminar un poco la pintura donde creía que se había pasado un poco y sonrió más animada. “Claro, para el próximo consideraré meterte en el. Aunque los rostros no son mi fuerte.”

               Sus olivas se quedan fijas en el trabajo ajeno, uh, lo que daría ella por tener aunque fuese una pizca de sentido artístico, pero distaba infinidades de aquello y, en realidad, era bastante mala para siquiera tener un ojo crítico. Su forma de admirar el arte se limitaba a las maravillas naturales que le rodeaban y a ver el lado noble de toda situación, o casi toda. Su ceño se frunce cuando la rubia cereza comienza a difuminar sus trazos, un chasqueo con su lengua y un par de negaciones con la cabeza. “Cherry, eres terriblemente talentosa. Y digo terriblemente porque seguramente causas muchas envidias con lo bonito que pintas. No necesitas que nadie cuestione tu trabajo, por lo menos no un montón de campistas que apenas podemos hacer monitos de palitos.” Y bueno, ahí era donde se concentraban sus dotes naturales: era una oradora natural. Quizás eso compensaba sus desaciertos artísticos. “Ay, seguro te quedan geniales y eres modesta.” No lo duda, en todo caso. “Como sea, vayamos a poner esta preciosura a salvo y después seremos tú, yo, media botella de tequila, el lago y una radio, ni deberías pensarlo.” Le guiña un ojo, sus facciones se adornan de aires divertidos.

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— Aww, pero nunca podrías ser así de linda, Raissa — Le respondió con su clásico acento ingles haciendo aquella pose mostrando sus hoyuelos, aunque no tardó en reírse — Ni siquiera sé porque me las regalan en realidad — Añadió y se encogió de hombros, no le iba a dar muchas vueltas al respecto.

              “Eso dices porque jamás me has visto en acción, pero no dudes de mis encantos Bosie.” Un pequeño guiño manifestándose en sus facciones, seguido de una pequeña risa que coreaba la ajena. “Quizás es un plan maestro para que atraigas abejas y mueras.” Suelta, sonrisa maliciosa haciéndose de sus facciones y después un además se hace presente, como si las razones pudieran ser tan infinitas que no hiciera falta enumerarlas. “¿Cómo te fue en la caminata? En lo personal, creo que no volveré a fiarme de las buenísimas ideas de los organizadores.” Dramatiza, pero los pequeños rasguños y entojecimientos en sus extremidades respaldan sus palabras.

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            "Pero ni he dicho nada al respecto." Se defiende, porque los vocablos ajenos suenan como si le hubiese estado juzgando de alguna forma y no era así, en realidad, creía que aquel accesorio lucía bastante bien en las hebras contrarias. "En todo caso, yo también necesito una de esas, ¿qué se supone que hiciste para que te las regalaran? ¿Ser lindo? Porque puedo ser linda." Una efímera risilla brota.

— ¿Que? Unas niñas de me las están regalando, no puedo decir que no, además eligen preciosas flores — Le dijo a la persona que se encontraba mirándolo mientras se acomodaba dicho accesorio sobre sus rizos de chocolate, no iba a despreciar un regalo jamás y las flores siempre le habían encantado.

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           "Está horrible." El tono es serio, sus olivas permanecen fijas en la pintura a la par de que ladea su cabeza -como si aquello pudiera darle un mejor enfoque-: su rostro no muestra señales de estar tomándole el pelo. Pero es normal en la alemana fingir tanto como sea posible, así, transcurridos unos segundos frunce el ceño y niega muchas veces con la cabeza. "Me estás jodiendo, ¿no? Porque te quedó precioso y seguramente sólo quieres escucharlo de mis labios." No entiende cómo las personas pueden menospreciar cualidades tan extraordinarias, jamás lo ha hecho. "Claro que le falta algo: mi bello rostro, pero a estas alturas dudo que puedas corregirlo." Se encoge de hombros, como si fuese una verdadera pena aquello.

        “No estoy segura de cómo se ve, ¿puedes darme tu opinión?” Preguntó al campista a un lado suyo tras enseñarle su pintura. Los atardeceres eran su fenómeno favorito, ver el cielo teñido de diferentes tonalidades de naranja y reflejarse en la laguna. “Siento que le falta algo pero no lo sé… ¿El muelle, tal vez?” Divagó en voz alta, regresando la mirada de vuelta al paisaje frente a ellos y suspiró. “Da igual, puedo terminarlo mañana. Olvidé tomarle una foto antes y ahora el sol está a nada de ocultarse.”

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           "Opino que me genera conflicto la idea de un lindo conejito cocinado con naranja." Admite, pero la incomodidad es meramente estética al parecer, porque puede comer otros tipos de carne sin que haya mucha repercución en su psique, así que se encoje de hombros. "Quizás sí acceda si le hablas bonito un rato, no sé, nada pierdes con intentar."

 “En la caminata encontré un conejo, ¿será que la cocinera quiera hacerlo a la naranja?” Aquello era mentira, sin embargo, se permitía soñar con alguna cena elaborada después de estar lejos de casa. “Tendré que sobornarla, ¿qué opinas?”

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              La calidez del astro mayor cubriendo su dermis le provoca una pequeña sonrisilla. Aún con los contratiempos, el día previo había concluido victoriosamente y había descansado como reina hasta casi el medio día, así, apenas se levantó un poco de fruta fue todo lo que ingirió, pues tenía mayor intención de meterse un rato al lago, aprovechando la indisposición de la mayoría y que seguramente se encontraría vacío. Y si era sincera, ignoraba la presencia del ajeno hasta que la voz salió a flote. "Dicen los expertos que los veranos son para que se te olvide todo lo que leíste en el curso y no seas sabelotodo." Tono juguetón es el que brota de labios alemanes, sus olivas dirigiéndose entonces al rostro contrario.

El sol comenzaba a descender desde el centro del firmamento, escondiéndose detrás de los altos arboles que arropaban aquella esquina del lago en bendecida sombra, otorgando también merecida paz y descanso a cuerpo maltratado por la última actividad en itinerario. Lentes de sol protegían rostro de los tenues rayos bajo los cuales había decidido reposar, aun haciendo tiempo antes de entrar al agua, cuando pasos cercanos fueron escuchados. No se molestó mucho en abrir los ojos para verificar compañía; a esas alturas ya conocía al menos de vista todos los rostros de acompañantes. “Dicen los expertos que hay que esperar media hora después de comer para entrar al agua.” Informó, consciente de la hora.

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willembyrnes                                                              FLASHBACK !!!

“Podría prestarte de mi repelente, ¿sabes?” Una de sus cejas se alzó, mirando en dirección a su interlocutora. No obstante, decidió no insistir. Sabía que para algunas personas podía ser incómodo pedir cosas prestadas, lo que no era el caso del muchacho, pues pecaba de ser confiado y desinteresado para detalles como estos, y la clara prueba eran las pocas pertenencias dentro de su mochila. Movió los hombros, el verde de su iris enfocándose ahora al frente, adaptando el ritmo de su caminar al de la femenina. Pero fueron sus siguientes palabras las que lo llevaron a fruncir el ceño y buscar sus facciones una vez más; sus labios se abrieron para replicar, no obstante se dio cuenta que no sabía qué decir. Anteriormente habían asociado ese calificativo a su persona, desde el sarcasmo o como un cumplido, no era algo nuevo de escuchar, pero por algo razón en la voz de Raissa sonaba muy distinto. Sonaba real y al mismo tiempo injusto, Will conocía la verdad, estaba lejos de ser un encanto. Dentro de su pecho sufrió un cosquilleo, alzando la diestra para tallarse la mejilla. “¿Y a ti te emociona esto de la caminata?” Curiosidad que pretendía camuflar el nerviosismo, era mejor así.

               "Lo sé." Tono simplón, que quizás demostraba que era terca y no le figuraba mucho la posibilidad de dejar de serlo. Y probablemente tanta insistencia se debía a que el repelente personal era más una mescolanza de varias cosas, y le parecía inconsebible la posibilidad de haberle dedicado tanto tiempo a su elaboración para al final no darle el uso adecuado por su simple descuido. Como sea, una sonrisilla divertida se hacía de sus labios mientras sus olivas permanecían fijas en el camino, determinadas a evitar cualquier obstáculo que pudiera terminar en un tropiezo. Al no recibir ninguna respuesta al cumplido profesado decidió mirarle de reojo, consiguiendo sólo que la sonrisa en sus facciones se ampliase un poco más y una pequeña risilla fluyera. Willem tenía que ser un chico acostumbrado a los cumplidos, ¿cierto? Porque no era ciega y suponía que por su atractivo físico más de alguna vez le habrían dicho algo similar, y sin embargo no daba respuesta: altanería, agradecimiento, nada, como si simplemente no supiera cómo actuar. Qué entrañable le pareció aquello, pero decidió omitir sus comentarios al respecto. "Ni un poquito." Admite. "No veo caso a ir todos juntos simplemente caminando hasta algún lugar en especifico, decir 'oh, observemos qué hermoso es todo' y entonces volver al campamento." Se encoge de hombros. "Pero soy competitiva y si todos hacen esto, no me voy a quedar atrás." Mitad broma y mitad sinceridad son aquellas palabras, en todo caso, estaba envuelta en aquella actividad porque no había nada mejor que hacer y quedarse encerrada en su cabaña no era una opción. "¿Qué tal a ti, te gusta?" Cuestiona, pero en su mente comienzan a hacerse escenarios pues si la respuesta era negativa bien podrían no volver, o tardar más tiempo.

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              “Es que sí me gusta mucho el campamento, pero los mosquitos me hacen querer prenderle fuego a todo mientras bailo alrededor.” Es una queja sincera, y el enrojecimiento en su antebrazo confirma la poca tolerancia que presenta su dermis ante las agresiones de aquellos pequeños insectos. Igual no era como que le hubiese costado trabajo convencer al americano de acompañarle de regreso a las cabañas para buscar su remedio contra alimañas. “No tardaremos nada, lo prometo.” Y quizás ya ha dicho aquello más veces de lo debido, pero encuentra importante aclararlo, como si aquello aligerase la carga de que posiblemente tengan que correr de regreso para alcanzar al resto del equipo. “Eres un encanto por acompañarme, pero que no se te suba a la cabeza.”                                                                                               w. @willembyrnes

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              No era exactamente una fanática de la fotografía, ni siquiera consideraba que tuviese una técnica o aspiraciones más allá de las documentativas con la captura de imágenes con una lente. Aunque sí era fanática de acumular memorias, mismas que terminaban bañando una de las paredes de su habitación trayéndole a momentos específicos, que encontraba dignos de remembrarse. Así, se encontraba en cuclillas, la multitud continuaba avanzando en dirección contraria a donde se encontraba y permitía que apenas siluetas lejanas aparecieran en segundo plano enfocadas en su cámara. Pero la abrupta aparición de unas piernas sacó de su rango de visión lo que antes intentaba capturar. Una diminuta sonrisa haciéndose de labios alemanes, mientras el resto de su persona permanecía inerte. “Arruinas mi toma.” El tono es juguetón, pero se reprende mentalmente por ser capaz de asociar con el inglés ciertos rasgos anatómicos más allá de su rostro, mantiene la expectativa de que saldrá de escena, pero cuando no es así, sus olivas se elevan a la búsqueda del rostro ajeno, pero lo comprometedor de la altura a la que se encuentra le lleva a pronto desviar su mirada. “Muévete.”                                                                                                  w. @abidarte

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            Posa sus olivas en las facciones ajenas, manteniendo un semblante serio. “No he fingido nada, conozco el lugar.” Reitera. Y no miente, pero claro, es muy distinto conocer el recinto a tener un buen sentido de la orientación, cosa que ciertamente la alemana jamás ha desarrollado en demasía. Simplemente no creyó que fuese tan difícil encontrar al resto, la idea de estar perdidos comienza a figurar y no le agrada en demasía. “Ya, sigamos, quizá estamos avanzando muy lento.”

“Has dicho que esta era la dirección, ¿no?” Inquiere, mirando hacia su alrededor y comenzando a expresar la molestia que empieza a sentir mientras sus ojos vuelven a posarse en el cuerpo ajeno. “Porque yo no veo a nadie y estoy comenzando a cabrearme.” Agrega, frunciendo el ceño. “¿Has fingido que conocías el lugar y me has hecho perderme en este maldito bosque?” Ha demorado en llegar al grupo y es por eso que ha creído en las palabras ajenas para alcanzarlos.

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frcnco

‘ No, no es por allá, ni siquiera se pueden ver pisadas en la tierra. ’ bajo suspiro que abandona labios al obtener mayor desorientación, el parloteo del grupo desparecido y que sólo deja la tranquilidad del aire a su alrededor. Culpa intenta posarse en sus hombros pero la desecha con rapidez, sin intención de aceptarla, aunque —sí, su parada para búsqueda de bebida y unos cigarrillos en su mochila les habían retrasado, pero aceptarlo costaría más que una perdida. ‘ Te dije que caminaras más rápido. ’

            “No es fácil ver pisadas en la tierra cuando hay tanta vegetación. Estoy segura que es por acá.” Insiste, aún conserva parte del cigarrillo que había encendido en la efímera parada que hicieron previamente, misma que ahora deseaba haber postergado, sus dígitos acercan el cilindro a sus labios, una pequeña calada y su entrecejo se arruga, como si una expresión más seria le ayudase de alguna forma a pensar mejor. “Ya, tranquilo. Podemos encontrarlos, y si no, creo que sé cómo volver al campamento.”

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             “Seth, no creo que nos lleven más de diez metros de ventaja.” Efímera risilla, no encuentra sustento a la preocupación ajena, pero tampoco es como que la idea de que caiga la noche y no encuentren un camino de vuelta al campamento le suene apetecible. “Pero vale, hay que reducirla un poco.” Asentimiento a sus propias palabras, mientras acelera un poco su andar.

“Deberíamos ir más rápido y alcanzar al grupo.” Volteó su cabeza para mirar a la persona que lo acompañaba. “O nos terminaremos perdiendo.”

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            “Escuché eso.” Asiente despacio, audición todavía atenta a cualquier ruido. “Pero seguro no es nada, tranquila.”

     tomó el brazo de la persona más cercana, ‘  ¿escuchaste eso?  ’

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👀 + will

👀 + nombre de personaje para conocer una opinión sincera sobre el personaje.

Primero que nada, me enteré que su nombre era Willem por terceros y eso me tiene ofendida, ¡yo creía que era William! Es un nombre bonito y debió decírmelo.

Hmmmm, no sé por donde comenzar, me agrada y mucho, es divertido, accesible y en el fondo tiene este espíritu de treintaañero con crisis existenciales que combina tan bien con el mío. Me gusta pasar tiempo con él porque me genera cierta curiosidad llegar a conocerlo y porque me hace sentir cómoda. Detesto su cara porque es muy guapo y parece que no rompería ni un plato, lo que a veces me hace dudar que realmente use su atractivo para el bien. También pienso creo que es una buena persona, con malos ratos -como todos-, pero buena a final de cuentas. Lo incluyo entre las personas más geniales que he conocido en este campamento, sin duda. 

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😈 + willem, aitor, sebastian

😈 + 3 nombres para un FMK

Fuck: AitorMarry: WillemKill/Kiss: Sebastian

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        — Red team edit part 2 of 2:

@willembyrnes, @fraissa, @rosiermoon, @hjaesungs, @kywoos, @brookmery

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      👤MODERN AU EDITS: Cherry’s Facebook

@fraissa, @willembyrnes