Tumgik
gusmancito · 2 years
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Aquí pensando…
En 2017 terminó mi última relación. ¿Adivinen por qué? Ajá, porque mi pareja emigró de Venezuela.
Desde entonces no ha vuelto a ‘cuajar’ ninguno de los intentos.
A veces creo que es mi culpa porque me enfrasco en ver los ‘no’ más que los ‘sí’ de las personas. ¿Debo revisarme?
De una manera u otra siento que me acostumbré a estar así, soltero. Y a la vez también siento que una relación nueva no estaría mal.
De lo que sí estoy seguro es de que nada forzado vale la pena.
Seguiré esperando.
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gusmancito · 7 years
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«Yo apoyo al Gobierno porque gracias a él tengo trabajo»
¿Has escuchado esta frase? Yo sí, y mucho, lamentablemente.
Cuando alguien dice eso —a mi parecer— se resta valor a sí mismo. La persona que piensa de esa manera no agradece a su formación profesional ni a sus estudios, sino al Gobierno que le hace el 'favor' de darle trabajo. ¿Acaso de nada sirve haber estudiado durante años?
¡Un poquito de por favor! Si tienes un trabajo, es porque madrugas a tu oficina a TRABAJAR, es porque estudiaste y te preparaste para ocupar ese puesto, es porque cumples las funciones que te corresponden. No te están regalando NADA. Es el Gobierno el que debe agradecerte por poner tu servicio a favor de la nación.
No le debes ninguna pleitesía ni tienes que aplaudir sus ilegalidades porque supuestamente estás en 'deuda' con él. 
¡No! A ti te deben todavía más, porque seguramente ese mísero sueldo no te alcanza para tener una vida decente. ¿No te das cuenta de que pasas la semana trabajando para luego medio comprar comida? ¿No vives preocupado por tu familia? ¿Y cuándo vamos a comenzar a vivir de verdad? La vida es más que andar de lado a lado buscando comida y medicinas. ¡Merecemos más, mereces más!
Es cierto también que hay otros sin ninguna preparación que reciben un sueldo por el simple hecho de ser un voto seguro en elecciones. Esos mediocres sinvergüenzas sí tienen que ser sumisos y jalar bolas porque es lo único que saben hacer. A ellos hay que dejarlos hundirse en su miseria mental. Ese es otro tema.
Pero tú no. Respétate y valórate más.
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gusmancito · 7 years
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Soy enemigo del «TQM» y del «Se te quiere»
¿Por qué? 
Porque si usted de verdad quiere tanto, entonces tómese la molestia y no exprese ese supuesto gran cariño con 3 letras. ¡Úselas todas! Se siente más bonito un «Te quiero mucho».
Y el «Se te quiere» es como si lo dijeran con pena, como impersonal. Tenga el valor de dejar explícito que es usted el que quiere; no lo lance al viento. Y si no lo siente, pues no lo diga por quedar bien.
Por último, no respondan un «Te quiero mucho» con un «Yo también» o «Igual». Si me lo hacen a mí, mi mirada les dirá el odio que me hicieron sentir.
Quieran bien, sin miedo.
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gusmancito · 7 years
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Gusmán, con ese
Escena 1:
—¿Nombre y apellido para la factura?
—Gusmán Daboín.
—Pero el nombre.
—Gusmán.
—Ese es el apellido.
—Que no. Es mi nombre y se escribe con ese.
Me la paso debatiendo con los cajeros de tiendas sobre cuál es mi nombre. Ellos me porfían. Me escriben ‘Osman’, ‘Osmar’, ‘Gusmar’ y pare de contar. Ya opté por pasarles la cédula.
Escena 1:
—Hola. Mucho gusto. Gusmán.
—Muñoz. Mucho gusto.
He quedado como el más formal del mundo por presentarme con mi apellido. Sí, claro, tan formal yo.
Esas son solo algunas de las situaciones que he vivido por llamarme Gusmán (con ese). Lo veo como normal. Me saca la piedra solo cuando en Facebook me escriben Guzmán. ¡Coño, ahí está escrito mi nombre con ese! 
Y para muchos soy Gustavo. Como mi usuario en redes es @gusdaboin, lo común es que el único nombre masculino que comience con ese es Gustavo, no Gusmán.
¿Por qué me pusieron Gusmán? No sé, supongo que los dolores de parto hicieron que mi mamá olvidara los nombres que había planeado. ¿Por qué con ese? Supongo que fue decisión de la transcriptora del registro. Peores errores de dedo han cometido. 
Y tengo tocayos.
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gusmancito · 8 years
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Hasta pronto, Maracaibo
El 19 de marzo del 2006 agarré mi maleta llena de sueños y de metas por cumplir y salí de mi pueblo La Quebrada, en el estado Trujillo, con destino a Maracaibo, en el estado Zulia. Hoy, diez años después, vuelvo a agarrar la misma maleta llena de algunos sueños y metas cumplidas –y de ropa de menor talla– y me regreso a mi tierra natal. No fue lo que soñé. Muchos sueños se quedaron en el camino y debo redimensionarlos. He estado activando mecanismos de defensa como loco para no sentir que me voy derrotado. Han sido semanas de sentimientos que ni sé qué son. Mi mente ha dado vueltas y vueltas hasta que se marea y deja de pensar. He tratado de convencerme de que este ciclo fue una preparación para lo que viene. Ojalá sea bueno, tengo esperanza. Lo que no tengo es certeza. ¿Por qué me voy? Porque se me ha hecho complicado estar acá. Teniendo un buen cargo en la universidad, la plata no me alcanzaba porque los sueldos son una miseria y la inflación no para de crecer. Busqué otras fuentes de ingreso y estuve un año en un trabajo que me encantó y me ayudó a respirar, pero que me exigió sacrificar el descanso de los fines de semana. Esto no es vida para un joven. La juventud se me ha estado yendo trabajando de lunes a domingo para seguir sin tener nada, para sentir que no voy tener nada porque nos tienen las manos atadas, nos tienen el futuro atado en este país. Esto va a cambiar. Me voy a mi casa. Allá la situación también está ruda, pero al menos no tendré que pagar alquiler, escucharé la bendición de mi madre directa de su boca y estaré rodeado de gente que me quiere. En Maracaibo tuve mucha libertad y la disfruté. Ya viví ese ciclo. De un tiempo para acá comenzó a afectarme el llegar de la oficina y no volver a abrir la boca para hablar hasta el día siguiente –otra vez en la oficina– porque estaba solo. Eso es triste. Peor aún: pasar fines de semana solo durmiendo, comiendo y viendo televisión, sin tener amigos que visitar, sin tener plata para salir a una fiesta o a comprar cualquier tontería. De tres años para acá no fue fácil. Tengo mucha responsabilidad en eso, lo sé. De Maracaibo me llevo los mejores recuerdos de mi vida. Me llevo un título de pregrado y uno de posgrado, que conseguí en mi amada Universidad del Zulia con unos compañeros inteligentes, nobles y profesionales, y con unos maestros que me han dejado grandes enseñanzas y que siempre recordaré. Disfruté de un trabajo soñado con amigos excepcionales. Que el 90 por ciento de ellos haya emigrado influyó en mi decisión. Me llevo la amistad de mucha gente que se fue del país y de otros pocos que aún siguen aquí. Ustedes, mis amigos de verdad, no se imaginan cuánto los quiero; los llevaré por siempre en mi corazón. Viví la experiencia de la docencia universitaria. Me gocé cada clase y me complace que algún alumno me recuerde como un buen profesor. Les di lo poco que sabía sin reservas y espero que les sirva. También conocí el amor. Fui afortunado por haber recibido un amor grande, puro, como no imaginé. Un amor que me dio fuerzas para tener esperanza y seguir aguantando aquí. Un amor con el que viví la mayoría de los momentos felices que tuve en esta ciudad y en lo que llevo de vida. Un amor que se quedará grabado por siempre en mi vida como mi primer gran amor. Gracias a todos los que estuvieron en mi camino: a los de la Escuela de Comunicación Social; a los del Martin’s Gym de La Trinidad; a mis amados del Piso 10; a los de la Unica; a los JRAmbientes; a los de Evolution, La Unión, Ceybar... (jajajá); a los de por ahí; a los que me recibieron en sus casas, a todos. Mi casa en el páramo trujillano está disponible si me quieren visitar. Escribí esto para desahogarme y hacer terapia. Disculpen el drama. Un abrazo. Posdata: con respecto a la emigración ya escribí y mi opinión no ha cambiado mucho.
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gusmancito · 8 years
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Yo soy Cecilia
En sus años mozos, Cecilia salió a una fiesta de pueblo. Allí conoció a un joven que la pretendió y bailó con ella toda la noche. Terminó la parranda. El joven se ofreció a acompañar a Cecilia hasta su casa. La dejó en la puerta y se fue.
A la mañana siguiente el joven volvió a la casa y tocó la puerta. Preguntó a quien le abrió: «¿Está Cecilia?».
La mujer respondió: «Yo soy Cecilia».
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gusmancito · 8 years
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Buscando una batería
El martes 23 de febrero me levanté a trabajar. Metí la llave para abrir el carro y no se activaron los seguros. De una vez noté que algo no iba bien. Y algo no iba bien: en la madrugada se metieron al estacionamiento del edificio y se llevaron la batería de mi carro...
Esta vez me tocó a mí. En noviembre le hurtaron el reproductor al carro que se estaciona a dos puestos del mío; en diciembre hicieron lo mismo con el que se estaciona a mi lado. Ahí mismo, en el estacionamiento de un conjunto residencial. La inseguridad no mira puertas ni portones.
Tenía que ir a trabajar. Salí a la avenida y esperé un carrito por puesto. Estuve media hora esperando una de las chatarras que transportan pasajeros en Maracaibo. Llegué a la oficina; hediondo a gasolina, pero llegué. El transporte público no sirve.
¿Y ahora cómo iba a reponer la batería? Para comprar una nueva, debes llevar una vieja para dejarla en la tienda o, como fue robo, llevar una denuncia firmada por el CICPC. Preferí buscar una chatarra porque ir a poner la denuncia presagiaba un dolor de cabeza y una rabia que preferí evitar. La burocracia enferma.
Conseguí la chatarra. El 2 de marzo salí a las 5 de la madrugada de mi casa. A esa hora, en un supermercado del frente del edificio ya se empezaba a formar la cola de gente que es una constante de todos los días hasta que llega la noche. No se le ve fin a la escasez de comida.
Seguí caminando en la oscuridad y escuché un vehículo que hacía ruido fuerte. Volteé y solo vi los faros de alta intensidad. No fue hasta que me pasó que vi que se trataba de uno de los camiones del aseo urbano. En la parte de atrás iban colgados, uno en cada extremo, dos recolectores. El de la derecha arrastraba una bolsa negra, que se rompió por el roce del plástico con el asfalto, y que fue dejada por el hombre tirada en la carretera con toda la basura regada. Los servicios públicos dañan la ciudad. 
Caminé unos minutos y llegué al negocio de las baterías a las 5:35. Ya había más de 100 personas en cola. A las 6:15 comenzaron a recibir las cédulas de identidad; se estuvieron 20 minutos en ese proceso. Calculo que fueron 300 documentos los que metieron en una caja de cartón. Es mejor madrugar que pagar 40 mil a los bachaqueros.
Antes de arrancar el sorteo –que lo hacen lunes, miércoles y viernes– dieron las pautas: sacarían 65 cédulas para comprar hoy y otras 65 para comprar mañana. Pasó el primer lote, mi cédula no salió. Hay personas que van hasta 10 veces sin suerte. Tenía esperanza para el segundo lote. Ya habían anunciado más de 20 y mis nervios crecían. Después del 24 vino el 25 y fue Gusmán Daboín. Me alegré tanto de escuchar mi nombre. Las alegrías del venezolano son tan de tercer mundo.
Revisaron mis papeles y todo estaba bien. Ahora debo conseguir una batería prestada para llevar el carro mañana cuando me toque comprar la batería que me robaron. Sigo rezando.
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gusmancito · 9 years
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No me quiero ir de Venezuela porque...
Siento que me faltan cosas por hacer aquí. La principal razón por la que me quiero quedar: Cecilia, mi mamá. Me mudé de mi casa en Trujillo a Maracaibo cuando recién cumplí 17 años, pichoncito. Desde entonces mis principales alegrías las vivo cuando llega, aunque sea, un fin de semana largo y puedo viajar. Desde entonces también, unas de las principales tristezas de mi mamá llegan cuando se acerca el momento y debo volver a Maracaibo: si me toca irme un domingo, desde el miércoles se deprime. Me falta tiempo para vivir con ella, lo sé. Y no es que sea muy familiar ni nada por el estilo.  No me quedan dudas de que en otro país tendría mejor calidad de vida. Tampoco me quedan dudas de que en otro país no sería plenamente feliz sabiendo que Cecilia y mis hermanas aquí la están pasando mal. No sería feliz consiguiendo toda la comida sin hacer colas y con servicios públicos óptimos, pero sin saber cuándo volveré a ver a mi mamá o si la volveré a ver.  ¿Que tengo mente limitada y que quizás en el futuro me arrepentiré? Asumo el riesgo. Solo sé que no puedo ser tan egoísta, porque de mi mamá no he recibido ni un poquito de egoísmo y a su edad es cuando más puede llegar a necesitarme. ¿Que no me voy porque soy un miedoso? Puede ser, me quedo con mi miedo que no afecta a nadie. Creo que quienes se van lo hacen cansados de vivir mal. Así me siento en este momento en Maracaibo y por eso quiero volver a mi casa (con todas la limitaciones personales que eso implica) para saber qué se siente llegar de trabajar y que me reciba mi familia y no unos compañeros de residencia, para saber qué se siente un fin de semana visitando a tus amigos y no encerrado en un cuarto esperando que sea lunes otra vez... y cosas así, que parecen tontas, pero no lo son. Felicito y admiro a quienes deciden emigrar, igual que a quienes deciden quedarse en Venezuela. Gracias a quienes tratan de animarme a que me vaya; sé que lo hacen por mi bien. Puede que los visite en algún momento. La vida da muchas vueltas, lo tengo claro. Sin embargo, en pleno uso de mis facultades mentales, hoy 26 de enero de 2015 no me quiero ir del país.
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gusmancito · 9 years
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Ni sé
Hoy amanecí deprimido. No es por el hecho de que ayer haya cumplido 26 y me sienta viejo. Estoy joven. Me entristece seguir viendo que continúa la diáspora de venezolanos y que parece no haber un límite. Se ha ido gente con la que me imaginaba viejito jugando cartas o hablando mientras esperábamos la cita con un médico. Se irá gente con la que he soñado y con la que quisiera pasar mucho tiempo. Yo no me quiero ir. Salí de mi pueblo con la ilusión de hacer mi vida en otra ciudad. Era 2006, era otro país. Se podían hacer planes, se podía soñar con una mejor calidad de vida. Ya no. Ahora para dar un paso adelante, me consigo diez obstáculos (como sé que les pasa a muchos). Tengo la disposición de pasar esas trabas, es lo que hecho. Me deprime ver limitadas mis aspiraciones de, por ejemplo, tener una casa propia, porque cómo la compro, con qué plata. Me entristece y molesta ver que se me está acabando el papel sanitario y que deba hacer cola para conseguirlo. Cosas tan estúpidas por la que uno debe preocuparse. Qué triste escuchar que los planes de un recién graduado se concentran en irse del país porque aquí no hay oportunidades. No las hay. Uno debería enfocar su tiempo en mejorar, no en dar vueltas viendo si consigue un pedazo de pollo, por ejemplo. Me da mucha tristeza mi país. Así me siento hoy. Escribí esto para desahogarme.
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gusmancito · 10 years
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Piensas “Tan tierna la pose. Le tomaré una foto”. Disparas la cámara y…
#cats #gatos #pets #mascotas
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gusmancito · 10 years
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Utah bobcat. Photo by Lynn Chamberlain, Utah Division of Wildlife Resources.
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gusmancito · 11 years
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We are destroying our planet.
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gusmancito · 11 years
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Doña Florinda le mete mano a Don Ramón
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gusmancito · 11 years
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Yury Gerasimenko - “Tiger”
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gusmancito · 11 years
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gusmancito · 11 years
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Ya mi gorda Chiqui me cantó el cumpleaños *.* --->
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gusmancito · 12 years
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Photo by REUTERS/Suzanne Plunkett via The Daily Beast ~ Yummy :)
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