gustavdabrowski

[gustavdabrowski]

Dreamcatcher.

Mis sueños siempre me mostraban extractos de recuerdos, o situaciones que han ocurrido en el pasado, inclusive algunas que estaban pronto a suceder, pero estas últimas no ocurrían en el marco legal de lo aceptable. No era ningún tipo de adivino o tenía premoniciones, simplemente eran "Déjà vus". 

¿Qué es lo que se encuentra oculto en este mundo? ¿Por qué a lo largo del tiempo en este planeta siempre he sentido que hay algo en mi vida que no reconozco? ¿Habré olvidado algún detalle o suprimí esta información por algún motivo? 

— ¿Qué esperas para moverte, Eyvind? 

Preguntó la mujer en mi sueño. Nunca antes la había visto, ni en sueños. El terreno a mi alrededor era árido y desierto. Intenté darle sentido al lugar donde me encontraba, pero dondequiera que mirara sólo había arena ¿Sería algún lugar relacionado a un recuerdo ya ovlidado? 

— ¿Dónde me encuentro? 

Seguí mirando todo con detenimiento, en las alturas se veían las estrellas y dos grandes satélites; uno más grande que el otro. Seguí mirando a la mujer, cuyos rasgos resaltaban de entre los que ya conocía, era hermosa sin duda, pero detrás de aquella sonrisa algo estaba oculto, algo que no lograba descifrar. 

— ��Te he dicho que me respondas! 

Me estaba haciendo perder el control. Pero más que nada lo hacía el ambiente a mí alrededor, uno de los satélites se me hacía semejante. Era enorme, radiante, hermosa, casi podías ver los detalles presentes en su atmósfera.

Miré a mi alrededor luego de permanecer contemplando aquel planeta, pero para mi sorpresa ya no había acompañante a mi alrededor, noté que en la arena no habían vestigios de alguna otra persona, sólo pisadas que correspondían a las mías, “es sólo un sueño”, pensé. 

Recuerdos.

Las pesadillas no acababan, el mismo sueño se repetía cada noche. El lugar iba careciendo de sentido con el paso de las noches. ¿Dónde rayos me encontraba y por qué aquel planeta brillando a lo lejos pareciera que intentaba hacerme recordar algo? Los recuerdos eran tan frágiles que con el paso del tiempo y mi vida se iban haciendo cada vez más borrosos y dolorosos, sobre todo aquellos en donde las batallas se hicieron presente, llevándose vidas de personas a quienes consideraba mis hermanos en batalla, también mis padres. Varias noches no pude conciliar el sueño, aquellos recuerdos golpeaban en mi memoria que hasta podría decir que llegaba a sentir dolor, tan intenso que apretaba mi pecho. 

Fui hasta el mini bar que había en casa, ya hartado de todos los sueños, lo que necesitaba era un buen vaso de licor, del más fuerte que encontrara, o en su defecto una mezcla de todos los que encontrara. Vodka, whisky, aguardiente, y así iban sumando nombres pero nada era lo suficiente para mí. Caminé hasta uno de los ventanales que daban acceso al balcón, en una de mis manos llevaba una de las botellas que había encontrado, llegando al lugar y tomando asiento cerca de una de las rejas, admirando el firmamento nocturno que envolvía esta ciudad. Tan hermoso como siempre. Situé la botella a un costado, un añejado de 1879, rememorando las imágenes en mis sueños, repasando una y otra vez cada mínimo detalle, algo que diera con una pista. 

— ¿No has estado buscando demasiado, Eyvind? ¿No tienes miedo de lo que pueda suceder? 

El hombre a mi lado mantenía una sonrisa resaltando su semblante, éramos amigos desde hace mucho tiempo, casi sabíamos con exactitud lo que cada uno deseaba debido también a la plena confianza entre ambos.

— No estoy buscando nada, ¿y tú? Tampoco temo de lo que pueda suceder, si mi existencia terminara acá tomaré el destino entre mis manos, mi luz brillará hasta mi última exhalación, ondearé la bandera de mi legión, portaré mis armas y daré mi alma tanto en la victoria como en la derrota. 

Una curva en mi rostro demostraba la seguridad con la que expresaba aquellas palabras. Nunca, hasta en ese momento el miedo había sido parte de mi vida. Astraid me había enseñado que cada vez que sintiera miedo éste me ayudaría para mejorar, o para hacerlo mejor , siempre lo había visto más como el mejor mentor, o al menos así lo era para quienes él enseñaba y preparaba. 

— Te falta un poco de humildad, o al menos no ser tan confiado, lo bueno es que te conozco tan bien y te lo he dicho tantas veces que ya sé no cambiarás. 

Carcajeó agitando su cabeza a la vez se encogía de hombros. Dirigimos ambos la mirada al frente cuando la situación lo ameritó. Examiné de reojo todo a nuestro alrededor siendo envuelto por el crepúsculo, el que daba inicio a la época más devastadora de los últimos tiempos.

So Far Away.

Astraid yacía entre algunos escombros, murió luchando por lo que creía, por sus hermanos, por nuestros líderes y por cada habitante, en su rostro nunca vi el dolor, estaba tan sereno como si estuviera durmiendo. 

"Debes luchar, por la ciudad, por la región. No nos volveremos a ver, pero lucha y sigue viviendo… Si un día tienes miedo, no lo ocultes y demuéstralo. No olvides quiénes somos, ni olvides quién soy yo… Y si algún día tienes miedo, úsalo para tu bien, aprenderás mucho. Yo siempre tenía miedo." 

A pesar de que su cuerpo estaba al límite, debido a sus heridas, no dejó de sonreír mientras intentaba hablar, notaba cómo sus heridas no sanaban, mas aun se mostraba sereno, agitando una de sus manos indicándome que me marchara. Juré sobre su recuerdo, y por lo más sagrado que tenía, a sus palabras. Aumenté la distancia entre nosotros sin mirar atrás, viendo a mi paso la devastación de la batalla que había sido librada. 

Comprendí entonces, que él ya había decidido morir, estaba en paz, no tenía asuntos pendientes en su vida. Había cometido errores, de los cuales sabía ya que él había aludido a ellos para darme lecciones de vida. Sin duda había sido el mejor. 

— ¿Olvidaste esto? Debes recordarlo y jamás volver a olvidarlo. Cada vez que te sientas perdido piensa en Astraid y en todas las personas a quienes una vez perdimos. Esto te dará la fuerza para continuar y las respuestas que puedas necesitar. 

Hizo una pausa unos minutos antes de continuar. No quise interrumpir su discurso, por lo cual sólo lo escuché en silencio.

 — Siempre puedes saber más si vas con nuestros compañeros, sus recuerdos siempre estarán en este lugar, ¿lo recuerdas? ¿Recuerdas los lazos que hicimos cuando juramos lealtad al Rey? 

Desperté del trance en el que había estado. Una lágrima rodaba por mi mejilla, la primera en eones. Ciertamente extrañaba la compañía de Astraid. Nunca lamenté su muerte, había sido su elección y jamás se la recriminaría, no lo hice en su lecho de muerto y menos ahora después de tanto tiempo. Sabíamos qué era lo que nos esperaba cuando la tensión estaba latente tras los furtivos intentos de ataque de nuestros enemigos, cada guerrero sabía casi como una rima cuál era su deber para con el reino en caso de alguna inminente amenaza. 

Analicé todo a mí alrededor, en pro de descalificar no estuviera aún bajo esa especie de sueño. Casi había olvidado cómo lucía mi rostro hace eones, dudando en primera instancia de quién era la persona que había hablado antes de finalizar el sueño, o lo que sea haya tenido. 

— Estoy bien. Y lo seguiré estando. 

Musité, recogiendo la botella que aún yacía a mí lado. Su contenido permanecía intacto, por lo que no había sido producto del alcohol todo lo que vi. ¿Entonces qué había sido? Suspiré desganadamente, levantándome del lugar donde había estado recostado por un par de horas, así lo había comprobado cuando noté la hora en el reloj que llevaba en mi muñeca izquierda, y también por el cambio que había sufrido el cielo estrellado. Repasé cada uno de los acontecimientos, encontrándole sentido a los sueños que había tenido frecuentemente, sintiéndome extrañamente sosegado. 

Esa noche, dormí bien. 

[gustavdabrowski]

Biografía

Nombre: Gustav Dabrowski Apodo: Eyvind. Residencia: • Actual: Höfn, Islandia. Descripción Física. Descripción Psicológica. De un carácter fuerte, que le hace merecedor de ser no muy grato en primera instancia, suele ocultar sus sentimientos. Tras su fría apariencia yace una época de sufrimientos y un dolor que lo ha acompañado desde tiempos incontables. A pesar de esto, la luz en su interior, no desaparece, ni disminuye. Es un manipulador al momento de querer lograr algo, no le importa si los demás sufren o padecen de algo en el camino a conseguir algo que él desee, en especial si son sus enemigos ya que la plena satisfacción se encuentra en verlos sufrir, debido a todo el sufrimiento que su raza tuvo que soportar eones atrás. Todo esto también le hace merecedor de un rencor situado en su corazón que persiste a través del tiempo que lleva sobre la Tierra. Demuestra no tener mucho interés en las cosas y prefiere, como siempre, quedarse en silencio y simplemente observar, como hace comúnmente, aunque también suele entrometerse cuando algo en verdad le interesa, sólo que siempre lo hace a su manera, como la mayoría de sus acciones. No va con escrúpulos y tampoco vacila demasiado con los asuntos que debe de enfrentar. Tiende a ser de muy pocas palabras y más acciones, ya que cree que es la mejor forma de demostrar los sentimientos. También le gusta escribir sus memorias, sobretodos aquellos que no es capaz de expresar, es una forma de liberarse de aquellas pequeñas tensiones. Otros datos. Gustav no es alguien que le guste estar rodeado de personas y mucho menos hacerse de amigos, pero si la situación lo amerita puede llegar a ser capaz de hacer amigos y establecer una buena relación con el grupo a su alrededor, siempre y cuando sea necesario. Es un apasionado por los instrumentos de cuerda, desde la guitarra hasta el violín, desenvolviéndose muy bien en esa área, así como también en lo que es la cocina. Gran pensador, pasa la mayor parte del tiempo leyendo o pensando en varios asuntos, esto lo hace recabar información de importancia, así como también para mejorar en las habilidades que aún tiene problemas. No se permite llamar amigo/a cualquiera, por eso es que no tiene mucha gente conocida, y quienes lo conocen suelen evitarlo ya que le consideran una persona extraña