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LUTICOLA MUTICA, TRAVESÍAS DE GELATINA, CUEVAS DE ARREDONDO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Desafiando la gravedad, las minúsculas naves de Luticola navegan en vertical escalando paredes de roca en mares de gelatina sin oleaje, su ritmo lento acopaña al tic tac retardado y vítreo de cada gota de agua que retumba en el silencio oscuro. Y así, abriéndose paso en su océano espeso, cualquier atisbo de luz rercarga su corazón verde. Entre las gelatinas blandas, pálidas, azules y rosas, la diatomea Luticola mutica navega sin medio sobre un abismo infinito bajo su casco de cristal. Burlando el vértigo es capz de trepar entre los ríos blandos y lentos de gelatina y ascender muros insalvables con rumbo a su cielo. Las comunidades de diatomeas que habitan en las cuevas suelen estar formadas fundamentalmente por especies completamente aéreas o subaéreas que generalmente se caracterizan por presentar un pequeño tamaño y mostrar una alta resistencia a la desecación. Prefieren para viver niveles bajos de nutrientes y medios con alta conductividad. La mayor parte de estas diatomeas pertenecen al género Navicula. Las paredes de las cueva generalmente albergan una flora de diatomeas aéreas que pueden sobrevivir en condiciones de poca luz y aunque se han descrito especies exclusivas de este tipo de hábitats que no se han encontrado fuera de cavidades subterráneas, las más abundantes y frecuentes pueden ser consideradas como cosmopolitas y se encuentran repartidas por todo el planeta en hábitas similares. Entre estas especies aéreas de diatomeas adaptadas a bajos niveles de nutrientes y alta conductividad Luticola mutica y Luticola nivalis son características de este tipo de ambientes. Las diatomeas en esta cueva marciana entran a formar parte de las comunidades de microorganismos que dan lugar a la formación de biofilms en zonas húmedas y rocosas en las zonas no muy alejadas de la entrada de la cueva y a las que entra una lez tenue, pero suficiente para que cianobacterias y diatomeas formen estos tapices fotosintéticos de composición tan variada y de colores muy vivos entre cuyos mares, diatomeas como Luticola mutica encuentran su mar de arcoíris para navegar. A todos los amigos que en una maravillosa experiencia de la búsqueda de la vida hicieron posible una vivencia inolvidable en Marte bajo el techo de una cueva en Cantabria desde el sueño del proyecto de Astroland, gracias a Antonio Ordóñez, David y Mario Ceballos, Alicia Sánchez Arroyo, Jesús Muñoz, Alejandro Pérez, Diego Gil y Miguel de Luis. La fotografía, tomada 1000 aumentos con la técnica de contraste de interferencia, procede de una muestra recogida en el interior de una cueva, en una zona muy levemetente iluminada, en las inmediaciones de Arredondo (Cantabria) en el marco del apasionante proyecto de investigación que Astroland está desarrollando para acercarnos a Marte. +--------+

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BRILLOS DE UN TESORO MARCIANO EN UNA CUEVA por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Una cortina infinita de lluvia de color, intensa y fina, como el cielo surcado de asteroides cuando la Tierra y Marte aún no eran nada, y tras ella, discretamente, el embrión incierto de la vida se abrió paso, multiplicando a cada instante sus raices. En el alma oscura y hueca de una cueva hoy marciana buscamos desde hace días, ese eco lejano de vida que quizá aquí dejó su huella. En un número que no tiene fin, millones de millones de cristales de calcita van tejiendo en el vacío inmenso y profundo de la tierra, almas de formas inimaginables que se desbordan y esculpen gota a gota, bajo su techo de roca, historias que el agua escribe al resbalar. Música de agua que en el silencio deja sus ecos en palabras de cristal. Sobre las paredes rezuma el agua que fue lluvia, brotan como arbustos pálidos hilillos de algodón que imitan moho y son cristales de arcoíris. Es allí, entre esta selva densa y mágica, de roca y agua, allí donde llega la luz desde la boca de la cueva, donde la vida nace misteriosa y nueva. A todos los amigos que en una maravillosa experiencia de la búsqueda de la vida hicieron posible una vivencia inolvidable en Marte bajo el techo de una cueva en Cantabria desde el sueño del proyecto de Astroland, gracias a Antonio Ordóñez, David y Mario Ceballos, Alicia Sánchez Arroyo, Jesús Muñoz, Alejandro Pérez, Diego Gil y Miguel de Luis. La fotografía, tomada a 200 aumentos con la técnica de contraste de interferencia, se ha realizado sobre una muestra filamentosa de cristales de calcita recogida en el interior de una cueva en las inmediaciones de Arredondo (Cantabria) en el marco del apasionante proyecto de investigación que Astroland está desarrollando

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EL VILANO DE BURBUJAS, POMPHOLYXOPHRYS, LAGUNAS DE CASTREJÓN por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Con la ligereza de un vilano de burbujas, Pompholyxophrys parece levitar llevada por el viento cuando ella camina de puntillas, tan finas son sus manos-piernas que parecen invisibles y que al agua desdibuja despistando. Las amebas del género Pompholyxophrys son esféricas como una burbuja y su cuerpo está recubierto de varias capas de escamas de sílice que forman una malla protectora entre las que hace asomar sus invisibles brazos de hilo. Las escamas en algunas especies como Pompholyxophrys punicea son esféricas y suelen formar una gruesa capa alrededor Hoy la ameba Pompholyxophrys, parece haber desinflado las perlas huecas de cristal que rodean su cuerpo de burbuja en ancho abrigo, para hacer de ellas una fina capa de lentejuelas vanas que como una fina piel recubre su cuerpo. El cuerpo de Pompholyxophrys siempre es esférico y siempre se recubre de un abrigo mucilaginoso en el que se disponen en varias capas unas delicadísimas perlas silíceas, una veces esféricas y huecas como en Pompholyxophrys punicea y en otras ocasiones aplastadas como en el caso de Pompholyxophrys stellata o Pompholyxophrys stammeri. La estructura de cada de de estas perlas es de una belleza y delicadeza extraordinaria, solo visible con el microscopio electrónico, que ha sido magníficamente estudiada por Eckhard Voelcker y Steffen Clauss. Los finos radios, con los que Pompholyxophrys se sujeta en el agua palpándola en su caminar liviano, son sus filopodios, manos y pies, que atravesando la capa perlada que recubre su cuerpo hacen de esta ameba un diminuto y hermoso sol. Pompholyxophrys vive en charcas y lagunas y se alimenta de pequeñas algas. Los colores rojizos y marcianos del interior de su cuerpo proceden de la degradación de los pigmentos de la fotosíntesis de estas algas que forman parte de su dieta. La especie que deja hoy el rastro de su vuelo de belleza en las gotas de agua puede corresponder a Pompholyxophrys stammeri o Pompholyxophrys stellata especies muy similares y recubiertas con escamas de perlas ligeramente diferentes y absolutamente hermosas La fotografía de hoy, realizada a 400 aumentos empleando la técnica de contraste de interferencia, se ha tomado sobre una muestra recolectada el día 4 de mayo de 2019 en las lagunas de Castrejón , en las inmediaciones de Fresnedillas de la Oliva para la actividad desarrollada en el arboreto Luis Ceballos

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MAYORELLA, FLUIR SOBRE UN VOLCÁN, LAURISILVA DE ANAGA, TENERIFE por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. La ameba Mayorella fluye y extiende sus brazos de lava fría sobre la áspera y seca piel de un volcán por la que corre el agua sin empaparla, ella corre más lenta mientras el agua se despeña volando por los cortados. Torrente que va dejando a su paso un reguero de vida que Mayorella pausadamente va repasando y del que extrae cualquier jugo que alimente la suya, cualquier brizna de materia que pueda aprovechar, viendo sin ver, palpando sin palpar, sintiendo sin sentir, su cuerpo de lava fría escudriña cualquier rincón, y mientras, va extendiéndose en mil formas con su manto invisible acariciendo los fondos de roca sumergida, por los que el agua salta. Fluyendo por los los fondos con pie seguro, como un viento cierto, la ameba Mayorella se abraza a la Tierra en cada paso sumergido. De tamaño mediano y con un solo núcleo, Mayorella, muy probablemente Mayorella penardi, deja ver en su interior los pequeños cristales dobles que avanzan con su cuerpo en su desnudo fluir. Al igual que todas las amebas de este género Mayorella penardi es de brazos cónicos algo afilados, con un borde hialino y plano y con su único núcleo esférico que con ella va rodando en su interior a cada paso. Se trata de una ameba muy extendida en cualquier medio de agua dulce donde las aguas corran más o menos rápidas o se encuentren estancadas. Nadie sabe como aprendió la ameba Mayorella a fluir contracorriente a escalar granos de arena como montañas de cumbres inalcanzables a colarse entre rendijas imposibles, a caminar viendo sin ver, a abrazar los fondos de las charcas con mil brazos que son alas, siendo como es una gota líquida animada por la vida. Igual que cualquier otra ameba de los fondos, Mayorella va limpiando todos los lugares por donde pasa y se va cargando de bacterias, pequeñas algas y otros diminutos seres y restos que pueda encontrar depositados en su camino, mientras en su interior ruedan hoy los restos verdes de diatomeas que naufragaron y de las que va dejando el estuche limpio que guardó su vida Fotografiada y grabada en vivo a 400 aumentos con las técnicas de contraste de interferencia y contraste de fase la pequeña Mayorella ha sido recogida el día 20 de abril de 2019 en un pequeño torrente que se despeña sobre una fuente en las cumbres volcánicas del Anaga, en pleno corazón de la laurisilva de Tenerife cerca del Bailadero

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MAYORELLA, FLUIR SOBRE UN VOLCÁN, LAURISILVA DE ANAGA, TENERIFE por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. La ameba Mayorella fluye y extiende sus brazos de lava fría sobre la áspera y seca piel de un volcán por la que corre el agua sin empaparla, ella corre más lenta mientras el agua se despeña volando por los cortados. Torrente que va dejando a su paso un reguero de vida que Mayorella pausadamente va repasando y del que extrae cualquier jugo que alimente la suya, cualquier brizna de materia que pueda aprovechar, viendo sin ver, palpando sin palpar, sintiendo sin sentir, su cuerpo de lava fría escudriña cualquier rincón, y mientras, va extendiéndose en mil formas con su manto invisible acariciendo los fondos de roca sumergida, por los que el agua salta. Fluyendo por los los fondos con pie seguro, como un viento cierto, la ameba Mayorella se abraza a la Tierra en cada paso sumergido. De tamaño mediano y con un solo núcleo, Mayorella, muy probablemente Mayorella penardi, deja ver en su interior los pequeños cristales dobles que avanzan con su cuerpo en su desnudo fluir. Al igual que todas las amebas de este género Mayorella penardi es de brazos cónicos algo afilados, con un borde hialino y plano y con su único núcleo esférico que con ella va rodando en su interior a cada paso. Se trata de una ameba muy extendida en cualquier medio de agua dulce donde las aguas corran más o menos rápidas o se encuentren estancadas. Nadie sabe como aprendió la ameba Mayorella a fluir contracorriente a escalar granos de arena como montañas de cumbres inalcanzables a colarse entre rendijas imposibles, a caminar viendo sin ver, a abrazar los fondos de las charcas con mil brazos que son alas, siendo como es una gota líquida animada por la vida. Igual que cualquier otra ameba de los fondos, Mayorella va limpiando todos los lugares por donde pasa y se va cargando de bacterias, pequeñas algas y otros diminutos seres y restos que pueda encontrar depositados en su camino, mientras en su interior ruedan hoy los restos verdes de diatomeas que naufragaron y de las que va dejando el estuche limpio que guardó su vida Fotografiada y grabada en vivo a 400 aumentos con las técnicas de contraste de interferencia y contraste de fase la pequeña Mayorella ha sido recogida el día 20 de abril de 2019 en un pequeño torrente que se despeña sobre una fuente en las cumbres volcánicas del Anaga, en pleno corazón de la laurisilva de Tenerife cerca del Bailadero

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MAYORELLA, FLUIR SOBRE UN VOLCÁN, LAURISILVA DE ANAGA, TENERIFE por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. La ameba Mayorella fluye y extiende sus brazos de lava fría sobre la áspera y seca piel de un volcán por la que corre el agua sin empaparla, ella corre más lenta mientras el agua se despeña volando por los cortados. Torrente que va dejando a su paso un reguero de vida que Mayorella pausadamente va repasando y del que extrae cualquier jugo que alimente la suya, cualquier brizna de materia que pueda aprovechar, viendo sin ver, palpando sin palpar, sintiendo sin sentir, su cuerpo de lava fría escudriña cualquier rincón, y mientras, va extendiéndose en mil formas con su manto invisible acariciendo los fondos de roca sumergida, por los que el agua salta. Fluyendo por los los fondos con pie seguro, como un viento cierto, la ameba Mayorella se abraza a la Tierra en cada paso sumergido. De tamaño mediano y con un solo núcleo, Mayorella, muy probablemente Mayorella penardi, deja ver en su interior los pequeños cristales dobles que avanzan con su cuerpo en su desnudo fluir. Al igual que todas las amebas de este género Mayorella penardi es de brazos cónicos algo afilados, con un borde hialino y plano y con su único núcleo esférico que con ella va rodando en su interior a cada paso. Se trata de una ameba muy extendida en cualquier medio de agua dulce donde las aguas corran más o menos rápidas o se encuentren estancadas. Nadie sabe como aprendió la ameba Mayorella a fluir contracorriente a escalar granos de arena como montañas de cumbres inalcanzables a colarse entre rendijas imposibles, a caminar viendo sin ver, a abrazar los fondos de las charcas con mil brazos que son alas, siendo como es una gota líquida animada por la vida. Igual que cualquier otra ameba de los fondos, Mayorella va limpiando todos los lugares por donde pasa y se va cargando de bacterias, pequeñas algas y otros diminutos seres y restos que pueda encontrar depositados en su camino, mientras en su interior ruedan hoy los restos verdes de diatomeas que naufragaron y de las que va dejando el estuche limpio que guardó su vida Fotografiada y grabada en vivo a 400 aumentos con las técnicas de contraste de interferencia y contraste de fase la pequeña Mayorella ha sido recogida el día 20 de abril de 2019 en un pequeño torrente que se despeña sobre una fuente en las cumbres volcánicas del Anaga, en pleno corazón de la laurisilva de Tenerife cerca del Bailadero

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EL MAPA DEL TESORO DE SURIRELLA, ARRIBES DEL DUERO (ZAMORA) por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Hoy, en una hermosa vasija de cristal, abandolanda a la deriva, Surirella robusta guarda el secreto de un mapa verde que esconde el propio tesoro de su vida y aunque casi asusta por su nombre, su cuerpo de pequeña joya deshace el temor de su rudeza. Su cuerpo de navío está tan lastrado por el peso de sus cuadernas de cristal que ha elegido, en vez de flotar, caminar deslizándose sobre los fondos del río, y así, apaciblemente, se deja caer entre los sedimentos próximos a la orilla, donde en una suave cuna de mullidos copos, descansa mientras trabaja. Al igual que todas sus hermanas de género, el cascarón de cristal de Surirella robusta está construido con un armazón de gruesas cuadernas que refuerzan su estructura de barco subacuático en el que los reflejos, hoy verdes, de los cloroplastos de su interior tiñen de esmeralda su cubierta, conviertiéndola en joya. Surirella robusta vive siempre en la superficie del fondo de lagos y lagunas, en lugares próximos a la orilla donde tiene garantía de recibir siempre la luz del sol y donde gracias al suave oleaje o a su propio impulso puede voltearse y adoptar diferentes posiciones de la misma manera que lo hacen sus hermanas navegantes. En vista pleural, como la de la fotografía de hoy, Surirella robusta muestra un contorno en forma de cuña que se transforma en barco ancho y oval de proa redondeada y quilla estrecha cuando se observa en vista valvar. Sus anchas costillas están separadas por amplios espacios y suelen llegara prolongarse hasta el eje central y sus cloroplastos dibujan los contornos de unos contientes imaginarios en los que el sol y el agua recortan costas misteriosas y bellas. Muy parecida a Surirella elegans que vive en aguas limpias y que presenta finas costillas, Surirella robusta habita en aguas enriquecidas en nutrientes y muestra unas anchas costillas en sus valvas El gran tamaño de algunos ejemplares que pueden llegar a alcanzar las cuatrocientas micras de longitud y los gruesos refuerzos de sus costillas justifican plenamente el epíteto específico de robusta con el que tiene que cargar también esta joya de agua. Especie cosmopolita y amante de las aguas cargadas de nutrientes Surirella robusta ha sido fotografiada a 400 aumentos utilizando las técnicas de contraste de interferencia y epifluorescencia. La de hoy procede de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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EL MAPA DEL TESORO DE SURIRELLA, ARRIBES DEL DUERO (ZAMORA) por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Hoy, en una hermosa vasija de cristal, abandolanda a la deriva, Surirella robusta guarda el secreto de un mapa verde que esconde el propio tesoro de su vida y aunque casi asusta por su nombre, su cuerpo de pequeña joya deshace el temor de su rudeza. Su cuerpo de navío está tan lastrado por el peso de sus cuadernas de cristal que ha elegido, en vez de flotar, caminar deslizándose sobre los fondos del río, y así, apaciblemente, se deja caer entre los sedimentos próximos a la orilla, donde en una suave cuna de mullidos copos, descansa mientras trabaja. Al igual que todas sus hermanas de género, el cascarón de cristal de Surirella robusta está construido con un armazón de gruesas cuadernas que refuerzan su estructura de barco subacuático en el que los reflejos, hoy verdes, de los cloroplastos de su interior tiñen de esmeralda su cubierta, conviertiéndola en joya. Surirella robusta vive siempre en la superficie del fondo de lagos y lagunas, en lugares próximos a la orilla donde tiene garantía de recibir siempre la luz del sol y donde gracias al suave oleaje o a su propio impulso puede voltearse y adoptar diferentes posiciones de la misma manera que lo hacen sus hermanas navegantes. En vista pleural, como la de la fotografía de hoy, Surirella robusta muestra un contorno en forma de cuña que se transforma en barco ancho y oval de proa redondeada y quilla estrecha cuando se observa en vista valvar. Sus anchas costillas están separadas por amplios espacios y suelen llegara prolongarse hasta el eje central y sus cloroplastos dibujan los contornos de unos contientes imaginarios en los que el sol y el agua recortan costas misteriosas y bellas. Muy parecida a Surirella elegans que vive en aguas limpias y que presenta finas costillas, Surirella robusta habita en aguas enriquecidas en nutrientes y muestra unas anchas costillas en sus valvas El gran tamaño de algunos ejemplares que pueden llegar a alcanzar las cuatrocientas micras de longitud y los gruesos refuerzos de sus costillas justifican plenamente el epíteto específico de robusta con el que tiene que cargar también esta joya de agua. Especie cosmopolita y amante de las aguas cargadas de nutrientes Surirella robusta ha sido fotografiada a 400 aumentos utilizando las técnicas de contraste de interferencia y epifluorescencia. La de hoy procede de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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DIPLOPHRYS ARCHERI, LAS POMPAS DE SOL, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Mientras extiende sus brazos queriendo tocar dos países, el brillo de ámbar que guarda Diplophrys devuelve al Sol la luz que de él tomaron las algas minúsculas que son su alimento, diminutas perlas en gotas doradas que acercan al cielo a esta pequeña ameba del agua. El cuerpo de la ameba Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adultos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua, por la que camina de puntillas. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, además su seña más característica: las gotitas de aceite de color ámbar que ocupan buena parte de su interior y que proceden del metabolismo de los pigmentos presentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys se columpia en el Duero sobre las gotas de agua, tendida sobre sus manos de hilo, sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 1000 aumentos se han realizado utilizando la técnica de contraste de interferencia, proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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DIPLOPHRYS ARCHERI, LAS POMPAS DE SOL, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Mientras extiende sus brazos queriendo tocar dos países, el brillo de ámbar que guarda Diplophrys devuelve al Sol la luz que de él tomaron las algas minúsculas que son su alimento, diminutas perlas en gotas doradas que acercan al cielo a esta pequeña ameba del agua. El cuerpo de la ameba Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adultos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua, por la que camina de puntillas. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, además su seña más característica: las gotitas de aceite de color ámbar que ocupan buena parte de su interior y que proceden del metabolismo de los pigmentos presentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys se columpia en el Duero sobre las gotas de agua, tendida sobre sus manos de hilo, sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 1000 aumentos se han realizado utilizando la técnica de contraste de interferencia, proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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EL ENJAMBRE DE DIPLOPHRYS, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Abrazados en enjambre los cuerpos de la ameba Diplophrys son ahora uno, burbujeante y esférico del que escapan sus finas manos de hilo, con las que Diplophrys rema en el agua o se ancla a cualquier grumo, dejándose llevar por el río como si fueran sus propias gotas de agua. La enigmáticas formaciones coloniales de esta ameba se han interpretado como fases juveniles resultado de sucesivas divisiones que siguen permaneciendo juntas, pero como en tantos organismos coloniales, el resultado de todas estas vidas que se coordinan parecen construir un organismo pluricelular. En esta masa esférica y flotante que se mueve sigilosa brilla el ámbar de las gotitas de aceite que se almacena en cada una de las células y que ayuda a estos individuos a permanecer cerca de la superfice. El cuerpo de minúscula burbuja de Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adulltos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, pero hoy, en los individuos que forman esta agrupación, que apenas alcanzan las cuatro micras de diámetro apenas se ve otra estructura más que las gotitas de color ámbar tan características de este género y que proceden del metabolismo de los pigmentos rpesentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys cruza el Duero como un manojo de globos minúsculos y dorados y sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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EL ENJAMBRE DE DIPLOPHRYS, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Abrazados en enjambre los cuerpos de la ameba Diplophrys son ahora uno, burbujeante y esférico del que escapan sus finas manos de hilo, con las que Diplophrys rema en el agua o se ancla a cualquier grumo, dejándose llevar por el río como si fueran sus propias gotas de agua. La enigmáticas formaciones coloniales de esta ameba se han interpretado como fases juveniles resultado de sucesivas divisiones que siguen permaneciendo juntas, pero como en tantos organismos coloniales, el resultado de todas estas vidas que se coordinan parecen construir un organismo pluricelular. En esta masa esférica y flotante que se mueve sigilosa brilla el ámbar de las gotitas de aceite que se almacena en cada una de las células y que ayuda a estos individuos a permanecer cerca de la superfice. El cuerpo de minúscula burbuja de Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adulltos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, pero hoy, en los individuos que forman esta agrupación, que apenas alcanzan las cuatro micras de diámetro apenas se ve otra estructura más que las gotitas de color ámbar tan características de este género y que proceden del metabolismo de los pigmentos rpesentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys cruza el Duero como un manojo de globos minúsculos y dorados y sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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EL ENJAMBRE DE DIPLOPHRYS, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Abrazados en enjambre los cuerpos de la ameba Diplophrys son ahora uno, burbujeante y esférico del que escapan sus finas manos de hilo, con las que Diplophrys rema en el agua o se ancla a cualquier grumo, dejándose llevar por el río como si fueran sus propias gotas de agua. La enigmáticas formaciones coloniales de esta ameba se han interpretado como fases juveniles resultado de sucesivas divisiones que siguen permaneciendo juntas, pero como en tantos organismos coloniales, el resultado de todas estas vidas que se coordinan parecen construir un organismo pluricelular. En esta masa esférica y flotante que se mueve sigilosa brilla el ámbar de las gotitas de aceite que se almacena en cada una de las células y que ayuda a estos individuos a permanecer cerca de la superfice. El cuerpo de minúscula burbuja de Diplophrys está contenido en una fina membrana incolora e hialina y en ella, dos pequeños poros situados en extremos opuestos, dejan salir, en los individuos adulltos, sus brazos arbóreos y finos que abrazan cualquier objeto que puedan encontrar a su alrededor, incluso al agua. El interior del cuerpo de Diplophrys es transparente y en ocasiones aparece finamente granulado y deja ver un pequeño núcleo con un solo nucleolo. A veces también, en el reducido espacio que contiene la vida de esta ameba, pueden presentarse algunas vacuolas contráctiles que bombean hacia el exterior el exceso de agua que puede haberse acumulado en su interior, pero hoy, en los individuos que forman esta agrupación, que apenas alcanzan las cuatro micras de diámetro apenas se ve otra estructura más que las gotitas de color ámbar tan características de este género y que proceden del metabolismo de los pigmentos rpesentes en las diminutas algas de las que se alimenta. Diplophrys se reproduce multiplicándose por fisión o dividiéndose en cuatro. Las células jóvenes resultantes de este proceso continuado se agregan con frecuencia formando estas colonias circulares que fácilmente llegan a alcanzar y superar las 60 micras de diámetro o más...de cuya periferia y, a modo de flecos deshilachados, parten numerosos y diminutos pies/manos que son sus pseudópodos. Diplophrys es una ameba que puede vivir tanto de manera solitaria como en grupo y suele habitar en el plancton o en las plantas sumergidas y entre los detritus depositados en zonas de poca corriente. Hoy Diplophrys cruza el Duero como un manojo de globos minúsculos y dorados y sin miedo al abismo infinito que se extiende bajo sus manos, flota segura entre burbujas y arrastrada por suaves remolinos, pero siempre con la confianza de que estará allí donde el Sol pueda reflejarse su cuerpo dorado. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero

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PASARELAS SIN FRONTERA, FRAGILARIA CROTONENSIS, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. En la frontera de los Arribes, a una y otra orilla, el Duero se abre prisionero entre profundas y asperas grietas. Desde tiempos olvidados fluye tranquilo y potente bajo los verticales granitos. Es allí donde parece imposible que se pueda tender un puente para acercar las riberas donde Fragilaria crotonensis despliega sus pasarelas de cristal, hechas de sol y del cuarzo que el agua lamió a la roca. Pasarelas que flotan bajo las aguas profundas y que como almadías se unen uniendo también dos orillas. Tan frágiles como su nombre, las diatomeas de género Fragilaria van sumando sus cuerpos de fina aguja, tendiendo sus pasarelas verdes, y hombro con hombro navegan bajo las sombras de los peñascos, recogiendo bajo el agua el reflejo de su luz. La asoaciación de estas diatomeas formando estas colonias en forma de cinta favorece su flotación y constituyen también un eficaz método de defensa frente a sus depredadores naturales. Fragilaria crotonensis es común en el plancton de ríos lentos y lagos y se reparte por todas las masas de agua dulce del Planeta. Crece formando largas colonias acintadas en las que las células se mantienen unidas por espinas marginales cortas que se disponen a lo largo de la parte central de cada una de las valvas. Esta parte central más ensanchada deja libres a los extremos y permite cierta articulación y movimiento transversal de las colonias. Junto a Asterionella formosa se considera un marcador de que los niveles de nitrógeno reactivo (Nr) han aumentado por encima del umbral del que presentan las aguas oligotróficas y se considera una especie indicadora de aguas mesotróficos o eutróficos. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero Más información

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PASARELAS SIN FRONTERA, FRAGILARIA CROTONENSIS, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. En la frontera de los Arribes, a una y otra orilla, el Duero se abre prisionero entre profundas y asperas grietas. Desde tiempos olvidados fluye tranquilo y potente bajo los verticales granitos. Es allí donde parece imposible que se pueda tender un puente para acercar las riberas donde Fragilaria crotonensis despliega sus pasarelas de cristal, hechas de sol y del cuarzo que el agua lamió a la roca. Pasarelas que flotan bajo las aguas profundas y que como almadías se unen uniendo también dos orillas. Tan frágiles como su nombre, las diatomeas de género Fragilaria van sumando sus cuerpos de fina aguja, tendiendo sus pasarelas verdes, y hombro con hombro navegan bajo las sombras de los peñascos, recogiendo bajo el agua el reflejo de su luz. La asoaciación de estas diatomeas formando estas colonias en forma de cinta favorece su flotación y constituyen también un eficaz método de defensa frente a sus depredadores naturales. Fragilaria crotonensis es común en el plancton de ríos lentos y lagos y se reparte por todas las masas de agua dulce del Planeta. Crece formando largas colonias acintadas en las que las células se mantienen unidas por espinas marginales cortas que se disponen a lo largo de la parte central de cada una de las valvas. Esta parte central más ensanchada deja libres a los extremos y permite cierta articulación y movimiento transversal de las colonias. Junto a Asterionella formosa se considera un marcador de que los niveles de nitrógeno reactivo (Nr) han aumentado por encima del umbral del que presentan las aguas oligotróficas y se considera una especie indicadora de aguas mesotróficos o eutróficos. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero Más información

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PASARELAS SIN FRONTERA, FRAGILARIA CROTONENSIS, ARRIBES DEL DUERO por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. En la frontera de los Arribes, a una y otra orilla, el Duero se abre prisionero entre profundas y asperas grietas. Desde tiempos olvidados fluye tranquilo y potente bajo los verticales granitos. Es allí donde parece imposible que se pueda tender un puente para acercar las riberas donde Fragilaria crotonensis despliega sus pasarelas de cristal, hechas de sol y del cuarzo que el agua lamió a la roca. Pasarelas que flotan bajo las aguas profundas y que como almadías se unen uniendo también dos orillas. Tan frágiles como su nombre, las diatomeas de género Fragilaria van sumando sus cuerpos de fina aguja, tendiendo sus pasarelas verdes, y hombro con hombro navegan bajo las sombras de los peñascos, recogiendo bajo el agua el reflejo de su luz. La asoaciación de estas diatomeas formando estas colonias en forma de cinta favorece su flotación y constituyen también un eficaz método de defensa frente a sus depredadores naturales. Fragilaria crotonensis es común en el plancton de ríos lentos y lagos y se reparte por todas las masas de agua dulce del Planeta. Crece formando largas colonias acintadas en las que las células se mantienen unidas por espinas marginales cortas que se disponen a lo largo de la parte central de cada una de las valvas. Esta parte central más ensanchada deja libres a los extremos y permite cierta articulación y movimiento transversal de las colonias. Junto a Asterionella formosa se considera un marcador de que los niveles de nitrógeno reactivo (Nr) han aumentado por encima del umbral del que presentan las aguas oligotróficas y se considera una especie indicadora de aguas mesotróficos o eutróficos. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero Más información

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LOS GIROS RECTOS DE GYROSIGMA ATTENUATUM, ARRIBES DEL DUERO, ZAMORA por Proyecto Agua Por Flickr: En Biodiversidad virtual y también en Instagram como @proyectoagua. Igual que gira la Tierra, giran los polos de Gyrosigma, cada uno hacia un lado, para conseguir así, bajo el agua, un giro exacto y armónico de perfecto equilibrio en su estuche de cristal. Es posiblemente ese mismo equilibrio de fuerzas el que hace, que bajo el agua, su rumbo bien marcado le guíe hacia las zonas de luz sin el más mínimo desvío mostrando así la esencia de curtida y experta navegante, siempre bajo la superficie del agua pero cerca de la luz. Todas las especies de Gyrosigma tienen esta característica de la que habla su nombre con la letra ς -sigma-y en su doble estuche de cristal, los frústulos, llevan labrados unos surcos finos y paralelos que van de punta a punta, además de otros más delicados y más juntos que cortan a éstos perpendicularmente y que se ven con dificultad. Gyrosigma attenuatum es la representante del género que alcanza un mayor tamaño y estos finos surcos que en ella se ven bien esculpidos. Se diferencia así de su hermana más parecida, algo pequeña que ella, Gyrosigma acuminatum, en la que apenas se distingue ninguna ornamentación en los ejemplares vivos por quedar enmascarados por el verde y dorado color de los cloroplastos que le dan la vida desde su interior. En Gyrosigma attenuatum las valvas son lanceoladas y moderadamente sigmoideas. El área central es pequeña, estrechamente elíptica y, en algunos casos, irregular. El rafe es recto en casi los 2/3 centrales de su longitud. Es ya cerca de los ápices, donde el rafe se curva y se convierte en sigmoide. El área axial en esta especie es estrecha, y se ensancha en cada extremo de la valva adoptando una forma triangular. En su ornamentación los surcos longitudinales son paralelos al área axial, incluso en el centro de la valva donde el área central se ensancha. Las estrías longitudinales son más gruesas que las estrías transversales. Gyrosigma attenuatum es posiblemente cosmopolita y se distribuye ampliamente por muchas masas de agua continentales de la Península Ibérica, pero rara vez se encuentra en altas densidades en cuerpos de agua. Aunque prefiere los ambientes de agua alcalina y es relativamente sensible a la carga orgánica puede aparecer también en otros ambientes bien diferentes, como ocurre aquí, en estos Arribes del Duero zamoranos en los que el río se abre entre espectacurales cortados de granito. Gyrosigma attenuatum marca su rumbo sin fronteras en estas aguas fronterizas del Duero en donde la Naturaleza no entiende de países. Las fotografías tomadas a 400 aumentos se han realizado utilizando las técnicas de campo oscuro, contraste de interferencia y epifluorescencia y proceden de las muestras de arrastre recolectadas por Laura Fernandes el 26 de marzo de 2019 desde la Estación Biológica Internacional Duero-Douro a su paso por los Arribes del Duero