isaac-altair-acatl-blog

[isaac-altair-acatl-blog]

La lluvia continúa

No ha dejado de llover, llevamos así una semana y quizá mañana perdure. Paralizó una parte de mi trabajo por lo que me siento aliviado, me ha dejado descansar y meditar, me gustan los días grises; en especial ahora que los puedo disfrutar sentado en un sillón viendo como cae la lluvia en el jardín, tan solo los sonidos que produce son encantadores, lo mismo obtendría escuchando en una aplicación de meditación en mi celular, pero no todo lo demás. Los grillos que se refugian como yo bajo techo, cantan sosegados por la humedad, pero cantan pues la vida sigue, aunque no puedan salir al jardín a explorar, por mi parte yo me siento extasiado, glorificado por el honor de sentirme feliz como no lo había sido en muchos años, quizá desde que era un niño pequeño no disfrutaba la vida así, quizá estoy siendo demasiado inocente, me estoy dejando llevar por una ilusión esquizofrenica de falsa felicidad... Pero de no ser así, de no ser esto un error, podría decir que soy feliz de ser quien soy en este momento, y me pregunto ¿de verdad merezco sentirme bien conmigo después de lo que pasó, después de todo abandone mi hogar, mi país, mi familia, amigos y todo lo que me era conocido o familiar, en ese pasado amaba a una mujer, y quiero pensar que en algún momento ella también me amo y no solo fui objeto de su deseo, el tiempo fluye cual rio y todo quedó atrás dando paso a esta nueva realidad. A pesar de eso hay algo que si preserve de mi pasado y que me acompaña a este viaje, es mi hermano menor quien se aventuró a recorrer tierras nuevas para encontrar un nuevo hogar, apostamos por migrar para conocer nuevos horizontes y a la vez buscar algo decente para trabajar, la tranquilidad de donde aún hay campo y las lluvias constantes ayudan al crecimiento de la vida, sobreexplotada por el capital grotesco al que no le importa nada, las ciudades son su mácula. Buscábamos un lugar lejos de la ciudad donde el aire fuera fresco y hubiera lugar para caminar sin la necesidad de andar chocando con otros humanos animales, que igual que todos tienen que chocar para transitar, en la ciudad las lluvias significan caos e inundaciones que provocan desastres y accidentes por toda la ciudad. Se que es difícil disfrutar de un clima así cuando se tiene que caminar debajo de la lluvia, el agua fría se termina metiendo al calzado y te empapa los pies, se mete por la espalda y empaña los lentes, hace frío y la lluvia se ha tornado torrencial.

Mis vecinos también se muestran alegres apesar del clima, pero es que aquí las lluvias abundantes se agradecen pues traen de comer a la gente, pero mis vecinos se han mostrado alegres todo el tiempo desde que llegamos, se dice que uno de los valores inculcados desde niños en estas tierras es la amabilidad, y es cierto que sus modales no tienen paridad como pueblo e idiosincrasia, pero del otro lado de la luna se llaman así mismo víboras susurradoras, el chismorreo agita las conciencias del que se aburre de que en su ciudad natal jamás pasa nada, los medios de comunicación siempre muestran situaciones extremas para todo con tal de vender y el morbo vende. Al vivir toda la vida en la ciudad ahora deseo un lugar tranquilo donde reposar y lo he conseguido, me fui de una gran ciudad y llegué a otra más pequeña, el sufrimiento y la soledad no cesan, ¿porque habrían de cesar? Es parte de la condición humana el tener que sufrir, en el mejor de los casos para progresar, se vive mal para saber cuando se está bien, ósea que este ausente el malestar. El solo hecho de estar vivo y sano resulta razón suficiente para agradecer y ser feliz, pero el mal vive en mi mente, dispuesto a mostrarse en cuanto baje la guardia, lastimando a otros sin pensar, lastimandome a mi en consecuencia, simplemente no lo puedo evitar. Hay algo que me sirve de consuelo y me ayuda a no enloquecer, y es que todo ser humano vive igual, todos sufrimos por igual, al menos en princípio, pues cada quien aprende en su camino a lidiar con esto y aguantar, pero esencialmente todos lloramos cuando existe la necesidad, al menos eso me hace creer que  no soy solo yo el que lo está haciendo fatal, o incluso no es que pertenezca a una minoría de hombres que nacieron con el sufrimiento como destino, incluso el buda ha tenido que sufrir para despertar.

[isaac-altair-acatl-blog]

Estoy a unas calles del mar y no lo escucho, en vez de eso escucho el rugir de una motocicleta a la que le fuerzan el motor, la música de los bares cercanos, coches y camiones transitando por la zona centro. No tengo sueño y la brisa proveniente del mar que me rodea es fresca y suave, la siento como una caricia que viene y va, el ruido no me molesta pues es parte de la esencia del lugar, el hecho de que el hostal este en pleno centro implica que habrá personas ebrias de libertad a los alrededores, podría unirme a su fiesta pero no es lo que deseo, mi alma encuentra dicha en la tranquilidad y la estabilidad. No soy perfecto, igualmente me encuentro drogado, pero por primera vez con aprobación del estado, que define lo legal y lo ilegal, quien vive y quien muere-desaparece, quien tiene derecho a la felicidad que el dinero nos promete alcanzar, pero que se aleja entre más tienes cadenas de oro por acumular.

Los escucho haya afuera con ese acento que puntualiza las aches como un siseo y el deseo de cantar con cada palabra, el mismo con el que Borges pensaba en poesías y pedía algo para desayunar, quizás agua caliente para su mate.

El techo mide por lo menos cinco metros, quizá menos quizá más, nunca un techo tan alto se posó sobre mi cama, las sombras del barandal en el balcón se mueven en un ciclo nocturno entre los faros del coche que acaba de pasar y que le continuará, en la ciudad siempre hay alguien que necesita salir a cualquier hora de la madrugada o que ya va con la intención de regresar, la vida no se acaba con la noche, el ser humano le ganó durante un tiempo a la negra oscuridad.

Tan lejos que me encuentro de las casas que habite y reconocí, a veces las sueño como si hubiese vuelto después de jamas irme, en ocasiones el cielo se ve negro y las personas deformes, creíbles solo por ser parte del sueño, y recuerdo con nostalgia los días de bicicletas y patines, las peleas y las amistades largas, de niño fui feliz sin saberlo, sin presentir el sufrimiento de todos los adultos y de otros miles de millones de niños víctimas de las injusticias por haber nacido aquí.

Hoy camine por la rambla al mediodía con mi hermano, buscábamos yerba, alguien que nos vendiera unos tres gramos, incluso hubiéramos comprando el prensado paraguayo. La tienda cerca del casino se encontraba cerrada, los que venden drogas ilegales a los precios que quieren pueden darse el lujo de descansar a la hora que quieran, eso ocasionó que nos dirigieramos rumbo a la playa con el sol de medio día. A mitad del camino se nos acerco un tipo que se presentó como Francesco,era de ascendencia italiana y supuestamente manejaba una disco en la playa, hablamos de nuestros países mientras caminábamos y surgió el tema de la legalización, el lo menciono primero, nos prometió ayudarnos a comprar, nos llevó a unos departamentos a un par de kilómetros, también frente a la playa. Pidió que esperaramos para contactar al vendedor y se alejó detrás del edificio, volvió y nos pidió el dinero diciéndonos que de quinientos veinte serían unos cinco gramos, me negué y le pedí que nos llevara con el vendedor pero entre mi hermano y Francesco me hicieron soltar el dinero con la promesa de que volvería con los cogollos, inmediatamente que se fue le dije a mi hermano que era una pésima idea, ya presentía que nos habían estafado. Lo vimos hablar por teléfono en la esquina unos momentos y se desapareció, no volvimos a verlo y se llevó nuestro dinero con el que pretendíamos comprar carne junto con la yerba, pero por avorazados y querer comprar mucho y barato lo perdimos todo. Me pidió disculpas pues el mismo le dijo a Francesco que confiaba ciegamente en el como para darle nuestro dinero y dejarlo ir, solo de los errores se aprende con tanta crudeza, nos enseñó una lección sobre cómo nos pueden volver a estafar; adulandonos, prometiendo cualquier cosa, presumiendo de sus riquezas materiales, con astucia para no develar sus intenciones. La justicia universal se encargará de hacerle pagar todos sus actos egoístas, lo compadezco por tener que robar y engañar para comer, el estrés y la culpa suelen corroer la mente de los abusivos, sus vidas se llenan de sufrimiento y rabia, probablemente si lo viera de nuevo no lo reconocería pues no me ocupo en recordar su rostro, recordare la manera en que me engaño, el miedo me impidió decir no, soy amo de mi destino y no me dejaré estafar.

¿Porqué es que que me gusta embriagarme? Me siento un poco más feliz, mareado y entumecido, a veces me dan náuseas como si estuviese en medio del mar, como si mi mente se distorcionara para ocupar el tiempo y el espacio.

[isaac-altair-acatl-blog]

La luna se veía enorme esa noche, en cuarto menguante y extrañamente roja, bajando hacia el río por encima de Concordia. Durante hora y media los piquetes de moscos eran lo único que me molestaba y fue que lo hice consciente; yo a miles de kilómetros de lo que solía ser mi hogar, pasando por una crisis existencial debido a que "se me derrumbaba el suelo",el trabajo en la empresa no había servido de nada, se había perdido y me sentí desolado. Observe un rato el cielo nocturno mientras esperaba a la chica marroquí; no sabía ni su nombre pero me cito en un bar para platicar, cuando pasaron quince minutos después de la hora de la cita, quise marcharme, creo que solo me quede por la expectativa de tener sexo, aunque lo veía dificil. En realidad ambos queríamos sentir que no estábamos solos como extranjeros en este remoto país, y es en especial por las noches cuando la soledad más desespera el alma del que no encuentra nada que sea familiar. Escuche su historia durante un par de horas mientras bebíamos cerveza. Yo pedí la más económica mientras que ella fue a la barra para pedir una cerveza artesanal, como quien pide un vino específico de la cava. Reloj y cadenas doradas acompañaban su cabello amarillo, descarte de inmediato que alguien así pudiese interesarse en mí, básicamente así fue, pues no paro de hablar de si, poco le interesó lo que yo tuviera que decir, pues incluso me interrumpía a mitad de la oración y hasta lo hacía disculpándose, como diciéndo "aún no he parado de hablar", así su soliloquio solo fue interrumpido durante quizá unos dos minutos en que me dio por contestar, cuando no se pedía mi opinión. Las cervezas se terminaron y no hubo excusa para continuar, ella fue la que propuso pagar e irse, afortunadamente pues si no hubiera tenido que hacerlo yo, no quería herir su susceptibilidad. Caminamos por la calle mientras ella seguía hablando, lleguamos al hotel donde me quedaba y nos empezamos a despedir, pero nuevamente por querer ser amable terminé ofreciendome a acompañarla a unas quince cuadras a lo lejos más el regreso. Al menos puedo decir que al ponerle atención pude distraerme durante un rato de ese nuevo vacío existencial que se creó en mí, un día a la vez para poderlo superar y quizá no conocí a alguien con quien pudiera platicar, solo escuchar y ver, experimentar.