La ternura tiene un lenguaje propio. Muchas veces interpretamos que hablar tiernamente es un cambio en la voz, hablar en chiquitito o tetetet y no, porque la ternura tiene su propio lenguaje nos solicita hacer un cambio en el habla, el gran desafío es descubrir cuál es nuestro propio tono tierno sin un cambio de voz.
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