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La verdad es que no debo de avergonzarme de querer expresar todo lo que siento y todas las cosas que pasan por mi cabeza. No tiene absolutamente nada de malo.

Solamente es la evolución de cada uno que el estilo y la perspectiva de la vida van cambiando. No creo volver a escribir con tanta negatividad como antes.

¡Qué idiota fui por creer que mis publicaciones antiguas me perseguirían y que todos los posts iban a repetirse!

Eso fue una limitación injusta y autoimpuesta.

Ahora más que nunca es que quiero escribir. Lo que me nace no lo debo de reprimir.

Solo quiero decir que se viene el gran post, a modo de pequeña novela confesional: el evento canónico de mi vida.

Bueno, tengo que irme a grabar las baterías del nuevo disco de LOQ'SEA.

Lo dejo hasta aquí.

PD. Si una vez dije la estupidez de "no more ventin'", pues a la mierda. Reprimir no lleva a nada bueno.

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((A))

Ya hacía falta una actualización.

He llamado de esta forma a este post porque esa letra es la inicial de algunas palabras importantes para mí estas últimas semanas.

En cuanto a mi vida social —seré breve— de cada sábado que salgo, siento que me divierto mucho más que antes y que entiendo mucho más lo que significa la amistad. Hay veces donde me pongo tímido/introvertido o no tengo muchas palabras que decir: aún estoy trabajando en eso. Sé que mientras más salga seré una mejor versión de mí mismo.

Estas salidas han servido para conocer a más personas y conocerme más. Pero quiero resaltar en una cosa en particular.

En cuanto al amor o a mi relación con las chicas, siempre he tenido mala suerte. Desde que soy pequeño el amor significa para mí lo más bello del mundo. Siempre he fantaseado sobre tener una enamorada. Jamás tuve una. Las canciones de amor me llenan demasiado el alma: me hacen sentir cosas inexplicables.

Nunca me enamoré en la vida real, solo por Internet. Es una mierda eso, lo sé, pero uno no decide de quién se enamora o de quién gusta —además era más chibolo—. Incluso he tenido mala suerte en las ciberrelaciones al tener gustos no correspondidos. Malas experiencias. Del sexo ni siquiera quiero hablar.

Es demasiado bonito cuando uno se inventa escenarios ficticios en el cerebro, o dialogar consigo mismo simulando respuestas o confesiones a aquella persona especial. A la larga puede ser jodido por la ilusión que se crea uno o la idealización. La realidad nunca puede predecirse y por eso podría ser totalmente diferente a lo imaginado, por lo tanto, muy chocante e hiriente si no se tiene la suficiente cabeza fría teniendo en cuenta todas las posibilidades posibles.

He de decir que por fin siento que me GUSTA alguien en persona, de alguien de carne y hueso. Se siente bien estar vivo cuando se sienten estas cosas.

Solo la he visto 2 veces, pude verla una vez más pero la cagué al llegar tarde a esa jato (ella se quita temprano). Desde entonces no he dejado de pensar en ella, crearme escenarios y sentirme extremadamente feliz cuando recibo un mensaje o un like de ella. A veces quiero creer que le parezco atractivo y que ella tiene ganas de verme, pero no tengo garantías de nada, además de que para cualquier indirecta femenina yo soy el huevón #1 con honores.

Mi inexperiencia con las chicas, y más aún con una que me gusta, me hace sentir que he perdido oportunidades de conversaciones o mejores impresiones. Teniéndola cerca es dificilísimo dar un paso, mirarla o decirle cualquier cosa interesante. Pareciera incluso que ella ni me interesa pero no es para nada así, solo me da mucho miedo, miedo de verdad.

Y para cagarme aún más, hay un amigo que se la quiere hacer (él no sabe que ella me gusta) y para junto a ella y haciéndole conversa y todo. Eso hace que me bajonee. Quiero creer que todavía no ha pasado nada, y que yo aún tengo la oportunidad y la esperanza de tenerla junto a mí.

Ruego por que ella no haya perdido algún interés hipotético en mí. Nunca había conocido a alguien tan hermosa y tan llena de vida, con un cuarto tan bonito lleno de innumerables decoraciones.

Al final todo dependerá de su interés, pero también de mis acciones. Aún no es tiempo de rendirse como dice la canción Teléfono de Asmereir:

“Y nunca me voy a rendir. ¡Nunca!”

O Princesa de 6 Voltios:

“Hay mucho por perder, pero hay mucho por ganar y quiero ganar”.

Hay muchas canciones de amor que están cobrando sentido, y dejaré un par de ellas, que son las que más escucho ahora y estoy más pegado.

Me gusta imaginar que esta me la canta ella:

Y esta da cuenta de la primera vez que la vi:

En conclusión, o puedo salir victorioso o como un gran perdedor en la ruina. Sé que es una chica más al final, pero esto es nuevo para mí, y la verdad que mi autoestima está demasiado en juego.

Procuraré en seguir intentando dar la mejor versión de mí mismo. Espero que la suerte esté de mi lado.

((A)) de amor.

((A)) de …

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Disertación de contracultura

Siempre, durante las mañanas y tardes en aquella casa de Los Olivos, sonaban las canciones de The Beatles y Queen. El tío del recién nacido Miguel sería el responsable de su adentramiento en la música.

Desde la génesis de su vida conoció el mundo desde un sesgo individualista y único, rechazando la mayoría de modas y convenciones sociales. Su tío fue su mayor influencia.

—¡Esas son huevadas, Miguel! —decía en tono jovial y burlón.

Desarrolló desde la infancia el gusto por el conocimiento. Sus primeras lecturas fueron biografías de artistas, bandas, información sobre la música que escuchaba y su impacto en la sociedad. Así devino su deseo de tener las respuestas de todo durante la pubertad.

Nunca pudo encajar tan bien en el colegio durante la etapa primaria y secundaria, no podía ser amigo de nadie que no escuchara rock. O al menos eso solía pensar ya que, de igual forma, pudo conseguir amigos con quienes compartiría el gusto por los videojuegos y las travesuras. Dentro de su corazón tampoco quería ser alguien solitario, pero se jactaba tanto de su gusto musical y conocimiento de cultura general que era demasiado criticón y egoísta.

—El rocanrol es mi fiel compañero y guía en este mundo aburrido —repetía siempre en sus soliloquios dentro de su habitación—. No necesito nada más en esta ciudad llena de robots.

La edad de dieciséis fue el gran punto de quiebre de su vida. Había ido por primera vez a un concierto punk y, desde entonces, sintió algo diferente dentro de su fuero interno. Hasta ese momento nunca le había prestado tanta atención a las letras ni nunca había presenciado un «pogo» en su vida, aquel baile frenético y caótico que nace naturalmente como respuesta a una música de gran velocidad y rudeza: personas chocándose unas a las otras de manera agresiva, pero no malintencionada.

Desde aquel primer acercamiento con el mundo del punk rock se volvió un asiduo asistente de aquellos conciertos. Se identificó plenamente con sus mensajes en contra del Estado injusto y del sistema idiotizador. Tal fue su admiración que se despojó de todas sus ropas de marca, de su vida estudiantil y de su residencia en la casa de sus padres, como imitando un poco a Diógenes el perro.

Vestido de cuero y de jeans rotos, coreaba con ímpetu las canciones que criticaban la corrupción, la discriminación, las desvergonzadas mentiras de los ministros, a la policía y a las personas tibias. De igual modo, siempre estaba presente en las manifestaciones que exigían una mayor presencia del gobierno en los temas sociales o la renuncia de funcionarios mafiosos, por ejemplo. Para él, todos los políticos eran unos ladrones que se aprovechaban de la ignorancia de la población mediante el populismo. Estas ideas siempre las reforzaba escuchando aquellas canciones en su pequeño walkman.

—¡Seguiremos luchando y resistiendo! Nunca colaboraré con los objetivos de este Estado opresor y corrupto que solo sabe vernos la cara de imbéciles. ¡Siempre la misma huevada!

—Sí pues, ¡siempre la misma huevada! —dijo con impaciencia el cliente de Petroperu—. ¡Hace rato que te dije que me pusieras cincuenta soles de Premium!

—¿Boleta o factura?

Microrrelato que hice para el curso de Storytelling.

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Carretera hacia el abismo de la pena

Es que no sé… Si la gente la pasa conmigo es porque les caigo bien, pero aún así no entiendo por qué siento que por dentro les aburro o que realmente no quisieran que esté allí.

Últimamente he salido más a reus para chupar y pasarla bien, y la he pasado muy bien, pero me es inevitable pensar que muy en el fondo la gente no desea mi presencia.

Mis emociones se han ido deteriorando. O sea, en las reus no tanto, sí se nota que la paso bien, pero sigo sintiendo que soy un bulto orgánico que solo busca compañía y obtiene compasión. En la universidad es peor, allí no conozco lo que es estar contento, por más que me encuentre a algún conocido.

Quizás debería ir a un psicólogo, o simplemente dejarme de huevadas. Al final todo depende de mí, incluyendo el aislamiento total.

No sé si sea una distopía o utopía eso, es como una fantasía donde no tendría preocupaciones por las relaciones sociales y solo tendría tiempo para leer y ser cada vez más listo y pesimista.

Sé que es un cliché de los inseguros, pero ¿la gente me extrañará? ¿Existirá por allí algún recuerdo grato conmigo? Si no soy nada emocionante…

El blog cada vez se torna en un espacio oscuro donde vomito todas las inseguridades y tedios que a veces me asaltan.

Me fijo demasiado en quiénes se van, en quiénes dejan de escribir o dejan de responder. En cómo mis followers disminuyen. Eso no está bien.

Ni siquiera ayuda el hecho de que la gente me salude por ser baterista de mi banda, siento que solo soy un mono de circo que es entretenido cuando toca y olvidado luego.

Y aparte de todo esto, a nadie le nace tomarme fotos. ¿Por qué será…?

De repente soy demasiado intimidante.

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Estas canciones de Meta describen bien mi situación.

Metamorphosis - Ave Fénix

Estoy cayendo en el fuego que yo mismo ocasioné

Quemaré mi cuerpo y mi espíritu también, también

Y como el ave fénix, de mis cenizas reviviré ¡Reviviré!

Siento odio en el corazón

Escucho risas a mis espaldas

Odio sentirme mal

Por estar donde estoy

Nadie sabrá lo que siento

Porque a nadie le interesa saber lo que pueda sentir

Nadie sabrá lo que quiero

Porque a nadie le interesa saber lo que pueda querer

Metamorphosis - Sometimes

Sobrepasé lo imposible

Más de lo que imaginé

La depresión me destruye

No sé si lo soportaré

Sometimes I feel ok

Sometimes I feel so alone

I don't care about this world

Me siento solo

Me siento triste

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Apatía de la personalidad tediosa y mi autoestima

Siento que me encuentro en la peor versión de mí mismo, una versión en la que no me gustaría estar encarnado. Ya son muchas las veces que siento que no soy una persona para nada interesante; quizás solo al principio de conocerme nomás.

Me di cuenta de que soy extremadamente impasible, alguien que muestra solo una ligera sonrisa fugaz como único signo de bienestar y nada más (más en la u). Alguien de movimientos lentos, sin energía, de habla tranquila y aburrida.

En el fondo de mí, en el más profundo y recóndito sitio de mi corazón sé que esto no será para siempre, que no soy realmente así. No quiero que sea así. Ni hablar.

Pero, estoy estancado. Las personas ya no buscan nada más que descubrir en mí. ¿Qué más podría despertar su curiosidad e interés en mí? ¿A alguien se le ha ocurrido por su propia cuenta salir o andar conmigo? Muy pocas veces.

“No debería de interesarme” es lo que siempre repito, al igual que “los sentimientos los decide uno según su racionalidad”. Mi cualidad humana tiene límites, tampoco puedo andar por allí tratando de que nada negativo me afecte. Cuando ando decaído me es muy difícil tratar de revertirlo. En la u hasta ando así por default, por costumbre.

No sé lo que precisamente necesito. ¿Conocer más personas? ¿Que las personas que ya conozco me tengan más en cuenta? ¿Que se interesen por cómo me siento para desahogar mis pensamientos en persona? ¿Conseguir que las chicas que me gustan me hagan caso? ¿Tomar alcohol?

A diferencia de la marihuana en reuniones sociales, el alcohol es el que mejor efecto tiene y es lo único que a uno, aparte de sentir euforia, lo hace salir de su zona de comfort y ser más sociable y divertido. Soy tímido con las personas que no conozco mucho, lo acepto. Hace poco fui a una reu y la mezcla de alcohol con una conversación sobre mis experiencias musicales hizo que me sintiera muy expresivo y feliz, moviendo mis articulaciones más allá de sus límites acostumbrados.

Analizo las personalidades de las demás personas en la u y a veces hasta siento vergüenza ajena por sus chistes tan básicos, ignorancia y formas npc de comunicarse. Pero son felices. Me cagaron. Otras veces sí siento un poco de envidia, diciendo que me gustaría estar como ellos.

Es que no me nace; y cuando me nace, ocurre en momentos contados. No recuerdo la última vez, creo que fue en mi primer día de clases que llegué a mi casa bien feliz.

A veces solamente quiero que una chica expresiva se acercara y me hiciera preguntas, o que ella sea la que más hable y que me cuente cosas y yo solamente ponerme a escuchar.

Durante toda mi vida he tenido problemas con mi autoestima, especialmente desde 4to grado hasta 6to grado aproximadamente. Esa es otra historia que la contaré quizás en otro post, pero soy muy preocupado por mi físico, por cómo luzco.

No dejo de verme al espejo siempre para ver cómo está mi cabello, cómo están mis párpados, cómo está mi cara en general. Desde muy pequeño es así. Realmente no puedo salir a la calle, sea para lo que sea, sin antes bañarme bien. En la u voy al baño constantemente para verme, especialmente para antes de entrar a un salón.

Soy consciente de que le gusto y le he gustado a varias personas por diferentes motivos, incluyendo el físico, pero yo nunca me he gustado a mí mismo. Jamás he considerado ser el más agraciado ni el más fino. Cada detalle de mi rostro es muy tosca en mi opinión. No sé, pero cuando siento que tengo un aspecto más feo por no dormir bien o por alguna otra razón ya es motivo como para estar decaído, ser un completo doomer y evitar a las personas un poco.

Son cosas de las que ni hablo ni expongo con las personas. ¿Para qué? Hablar mal de sí mismo quita lo atractivo. Siempre ando por allí tratando de estar seguro de mí mismo e incluso creyendo que soy el mejor de todos.

Tengo menos energía que antes, que disfruto menos las cosas. Pienso a veces en cómo afectaría mi muerte en las personas fuera de mi familia y de mi colegio. Nunca me suicidaré, ojo, son curiosidades intelectuales nada más. La vida es demasiado bella y única como para desperdiciarla.

Cuando escucho música y leo me aparto del mundo real y entro en otros. Los mismo cuando me quedo y me adentro en algún video informativo, entrevista o película. Me río, me olvido de mí mismo. Me vuelvo capaz de empatizar las emociones de las personas que veo. Amo eso.

Terminé escribiendo cosas que pensé que no pondría. Creo que es mi post más sincero hasta ahora.

Uno de mis temores es que todo esto que siento se convierta en una depresión o en algún trastorno cagado en el futuro como le puede pasar a cualquier persona. No creo la verdad, supongo que sigue dependiendo de mí mi estado de ánimo. Reinventarme, cambiar algo, ser diferente a como soy, no sé.

¿En qué aporta mi presencia en grupos de personas? Es idiota lo que voy a decir pero hasta me pongo a ver qué tanto cambia mi número de followers en ig. Me estoy preocupando mucho más que antes sobre qué piensa la gente de mí. No sé qué hacer.

Quiero fumarme un troncho para hacerme una sesh triste con música y llorar todo lo que pueda. Quiero llorar de una vez, no lo he hecho hace años.

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Rutina no punk y penosa

Estoy ahora mismo sentado en una banca de la universidad al aire libre y rodeado por gente caminando y de pasto. Todo iluminado por una no tan estridente luz solar.

Justo ahora he sentido la necesidad de actualizar mi blog. Anteriormente no he podido hacerlo por falta de tiempo y ganas. En la universidad suelo tener días rutinarios donde solo asisto a clase, cago, almuerzo, cago de nuevo, leo en la biblioteca y me voy. Al regresar a mi casa y llegar a mi cuarto me echo a dormir una siesta y despertar para avanzar algo pendiente.

Estoy vestido de la manera más doomer posible. No sé si vaya acorde con la manera en que la vida me está haciendo vivir. Nunca he querido dar la imagen de alguien deprimido, serio y aburrido. Pero bueno, es inevitable.

Ahora mismo me siento normal. No tengo motivos para estar triste ni para estar feliz. O sea, siempre diré que estoy feliz porque no me falta ninguna necesidad básica y varios de mis caprichos son cumplidos. Lo que no me permite ser feliz es el desabastecimiento de resultados exitosos en mis deseos juveniles naturales. Ya sabrán a qué me refiero.

Tener 20 y no haber tenido casi nada de esas experiencias es el motivo más grande de mi frustración. Desde chico he amado las películas o series de drama juvenil o de amor. Ese tipo de temas siempre me conmueven.

Mi falta de experiencia hace que ni siquiera sepa dar los pasos correctos si es que quiero salir con una chica, y que ni sepa qué hacer cuando esté saliendo. A mí solo me gusta caminar y conversar. Quizás eso sea suficiente en algunos casos, pero no tengo nunca la certeza de nada.

Me han choteado varias veces y, bueno, también he choteado. La diferencia es que yo no doy ningún tipo de ilusión o paseo, eso es una manera de crueldad para ensalzar el ego. Siempre digo la verdad.

Solo me queda seguir esperando momentos inesperados e improvisados dentro de mi rutina.

Sigo resfriado, ya más de 2 meses. Siento que estoy mejorando igual. Quiero volver a estar sano para que mi autoestima suba un poco más y regresar con todo al entrenamiento.

Algo que quisiera cambiar en mi vida es mi vestimenta. Mis amigos se visten de la putamare. Mi ropa es cualquier cosa del Jockey todo básico, menos los polos de bandas —que son pocas—. Todo el tiempo realzo mi discurso de tener personalidad y todo ese tema punk, pero siento que no me visto atractivamente ni con identidad. Ya haré cambios en eso.

Terminé de escribir esto sentado en un wáter.

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Estrés al máximo por la cronicidad

Post escrito el 8 de septiembre, creo. Continuada y terminada el día de la publicación.

En mi post Cadena de pensamientos negativos emergentes: forjando eslabones dejé a entender, en resumen, que no la estaba pasando tan bien. Estuve pasando una etapa realmente triste y apática, acompañado de un resfrío crónico que solo ayudaba a bajarle calidad a mi desenvolvimiento social.

El martes 5 de septiembre, habiendo terminado mis clases, me senté en un pasillo de la universidad: me habían dado ganas de escribir. No me sentí mal ese día. Primero pensé escribir a mano, pero luego dije aaaaahhhhhrrg mejor lo escribo en mi casa después.

Nunca me habría imaginado lo que me ocurriría después al momento de pararme y dirigirme a la calle donde estaba esperando por mí mi tío que casi siempre viene a recogerme.

¡Hip!... No le di tanta importancia.

Fui durmiendo todo el trayecto, pero notaba algo extraño. Algo dentro de mí no andaba bien. ¡Hip!...

Me había dado hipo. Bueno. Que se pase nomás, ¿no? En mi caso no es así de fácil ni fugaz. Ya habían pasado horas y el hipo no se iba. Mantenerse tranquilo en este estado es un reto demasiado complicado. La cordura se pierde. Para este momento el Nicolás racional y lógico —toda esa huevada— ya ni existía.

Para entender un poco más mi relación con el hipo vayamos a marzo de 2022:

Una noche, comí un tortis picante. La picazón en la garganta devino en un hipo que duró 4 días más o menos. La peor experiencia de mi vida. Espasmos en el diafragma incontrolables que no se iban con ningún método existente. Los lograba calmar por ratos pero finalmente regresaban, y en diferentes intensidades. No me dejaban dormir, no me dejaban hablar con fluidez, no me dejaba hacer nada. Lloraba en la madrugada. No sabía qué hacer. Me inventaba métodos para sacarme el hipo de una vez por todas como forzarme a vomitar. Me rendía. Me paniqueaba leyendo testimonios de personas de videos de Youtube sobre el hipo que decían que el hipo "no se les iba hace 1 semana, hace 20 días, hace mucho tiempo, que se desconocían, que serían capaces de aventarse por la ventana". El hipo finalmente se fue poco a poco reduciéndose la frecuencia: o sea, un espasmo cada 5 minutos, luego cada 10, luego cada 1 hora, y así... Esta experiencia me marcó para siempre y cada vez que tengo hipo regreso a esta horrible ansiedad.

Intenté mantenerme tranquilo. Me convencía de que no duraría tanto como aquella vez. Tenía una tarea que hacer y la verdad que cosas tan simples como concentrarme leyendo era una tortura. ¡No podía concentrarme nada! Ya me había desesperado. Tenía que quitarme este hipo. Ningún método volvió a funcionar; y si lo hacía, solo era por poco tiempo. Cuando el hipo se me iba, sabía que esa cosa rara que sentía en mi garganta y en mi diafragma seguía manteniendo el hipo vivo, y que en cualquier momento (más cuando intentaba tirarme chanchos, hablar alto, sacarme flema de la garganta, tragar).

Fui a dormir pidiendo por favor a alguna fuerza desconocida que el hipo se fuera. Dormí sin problemas, pero el hipo volvió cuando desperté...

El miércoles 6 de septiembre desperté con esperanzas. Unas esperanzas amargadas diría yo: no me convencía de que la baja intensidad del hipo iba a desaparecer. No solamente quería no tener los espasmos, sino tampoco ese estado horrible donde sé que el hipo sigue allí para salir en cualquier momento. Fue un día que empezó muy triste y frustrado. Lograba calmar los espasmos por grandes cantidades de tiempo, y lo único que pedía era que siguiera así. No quise hablar con nadie, me daba miedo. En ese momento ni siquiera dan ganas de planificar nada a futuro porque piensas que el hipo seguirá hasta ese momento. ¿Qué me aseguraba que no iba a durar más que la vez pasada? Todo el día lo pasé muy preocupado, tratando siempre de ocultar mis espasmos. Mi cara siempre se mantuvo roja. Ese día fui alguien tímido.

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Todo lo escrito arriba quedó guardado en un borrador por casi un mes. Retomaré el hilo conductor intentando recordar todo lo que pasó después.

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Recuerdo que ese miércoles tuve un control de lectura y una práctica que consistía en leer un cuento allí mismo y responder algunas preguntas concernientes a sus elementos. No me pude concentrar absolutamente nada. Me quedaba leyendo el mismo párrafo una y otra vez por media hora. Qué mal me sentí en ese momento. Lo único que quería era llegar a mi casa y desahogarme fumándome un bate.

En mi experiencia con la marihuana teniendo hipo, específicamente refiriéndome al hipo crónico que tuve en marzo de 2022, pude descubrir que la marihuana me calmaba. La ansiedad y el estrés que sentía se convertían en felicidad. Momentánea, pero no importaba. La cosa era dejar de sufrir ese tan horrible hipo: me lograba calmar el hipo por horas, hasta que finalmente regresaba.

Llegué a mi casa, desesperado. En la sesión de weed que iba a tener con mi hermano quería desahogarlo todo. Quería olvidarme de todo y solo sentirme bien. Estaba muy molesto, gritaba dentro de mi ropero lamentándome un poco. Completamente loco e irracional. Créanme que tener hipo crónico es una basura.

Una vez en el cuarto de mi hermano, en un tono amargo, le explicaba mi situación. No comprendió la gravedad del asunto, lo tomaba como algo muy fácilmente manejable, como si fuera cualquier huevada. Se desanimó de fumar conmigo porque dijo que tenía la actitud muy amargada. ¿Acaso no pudo siquiera tratar de entenderme en ese momento? ¿No pudo ponerse en mi sitio un rato y luego pasarla bien fumando? No podía quedarme sin fumar así que le pedí que me hiciera un bate para fumarlo solo en mi cuarto.

Me encerré en mi cuarto y me tranquilizaba. El hipo seguía allí por si acaso. El cuarto estaba oscuro con la única iluminación proveniente de la pantalla de mi computadora. Le di unos hits, me puse música y me quedé sentado, locaso luego de muchos días sin fumar y me dispuse a solo concentrarme en mis pensamiento mirando a la nada.

Me puse la mejor música que pude y no fumé más 3 hits. Durante 1 hora, o más quizás, me quedé ensimismado en reflexiones profundas acolchadas por la buena música. Lo sentí como un viaje de ácido. Durante todo ese tiempo no tuve ningún espasmo. Fue uno de los momentos de paz más cómodos que sentí en mi vida. Del estrés extremo que sobrellevé durante el día pasé a una fase casi budística.

Luego regresaría el hipo, pero no saben qué bien me sentí en esa sesión personal introspectiva.

Para el día siguiente, jueves 7 de septiembre, ni cagando iba a ir a la universidad. No fui, y qué bien que no lo hice, seguía teniendo hipo. Lo que recuerdo de ese día es que volví a fumar —esta vez ya con mi hermano— y no sé pero en una sacada de flema extraña sentí que me había curado. No sentía la cosa rara esa que me hacía sentir que el hipo seguía allí, ya no sentía nada. Me sentí súper contento. Sentí incluso mi voz renovada.

Qué bien que no haya vuelto a tener una sensación así. Lucho todos los días por tener experiencias sociales bonitas. Ojalá todo sea bonito desde ahora.

A cumplir mis sueños...

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Una canción que me identificó un culo en su momento. Siempre la cantaba con emoción porque sentía amor de verdad:

6 Voltios - Vainilla

Vamos juntos algún lugar tú y yo

Donde nadie pueda molestar

Donde no digan la verdad

Estar en tus brazos

Cuando la veo pasar voltea, me mira y sonríe

Me cautiva cómo es su dulce aroma

Ella huele a vainilla

Y cuando estoy a su lado solo me la quiero comer

Ella es toda mi inspiración

Mi dolor de cabeza en las noches

Toda mi motivación se va si ella no está

Creo que debo decirte lo que siento por ti

Pero nunca puedo actuar, no me puedo mover

Ella huele a vainilla

Y cuando estoy a su lado solo me la quiero comer

Ella es menor de edad

Y yo soy un chibolero

Que no se va, no la dejo en paz

Vamos juntos a algún lugar tú y yo

Donde nadie pueda separarnos

Donde no digan la verdad

Y estar en tus brazos una vez más

Ella huele a vainilla

Y cuando estoy a su lado solo me la quiero comer

Ella es menor de edad

El amor no tiene edades

Su forma angelical da vueltas en mi cabeza

Y no se va

No se va…

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Notas de mi fuero interno

Desde la última vez que publiqué algo surgieron muchas experiencias atípicas en mi vida, dignas de analizarlas en cuanto a mis emociones sentidas en tales momentos y a los momentos de reflexión ulteriores. Tengo, también, un post guardado como borrador el cual ya pronto —espero— terminaré de escribir.

No pretendo analizar día por día sino comentar tales experiencias aglomerándolas un poco, tratando de sacar de ellas unos comentarios generales. (Nota luego de escribir todo lo de abajo: terminó siendo un post diferente a lo pensado. ¡Qué chucha! Más punk).

Empezaré hablando sobre una reu/tono al que me invitaron y asistí luego de un concierto que tuve con Purofloro. (Yo no soy de asistir a fiestas por muchos motivos: no me gusta la música que ponen ni se me hace fácil relacionarme con gente muy diferente a mí, no me invitan o, simplemente, desconozco de la existencia de mentadas reuniones sociales).

Esa noche la pasé muy bien, demasiado bien. Ni siquiera soy de chupar y esa noche chupaba de lo más normal sin ninguna queja de asco. Hablé con mis amigos, conocí gente nueva, ¡¡hablé con chicas!! Nunca me había expresado con tanta fluidez e interés.

Filosofé como nunca, hablé de mis gustos musicales e intelectuales, escuché sobre la vida y pensamientos de los demás, sonaba buena música. Todo el mundo lucía bien, todos muy guapos. Me hubiera gustado haber llegado más temprano pero tenía el compromiso del concierto.

Me quedé hasta las 7:30 AM por allí. Me fui contento. Fue el momento donde me puse a pensar que a esta edad más que nunca es cuando necesito explotar la socialización: andar con otros seres humanos para pasarla bien. Me gustaría demasiado asistir a más reuniones como esas. Espero que me inviten.

Ya saben ustedes que soy un chico muy solitario, alguien quien busca relacionarse más y no solamente seguir la rutina de siempre consigo mismo. No importa ya con qué tipos de personas, solo quiere salir. Bueno, tampoco con gente bruta e insulsa.

Mi tristeza y mala suerte siempre tienen que volver en cualquier momento, como si fuera una bofetada del destino que me tocó vivir para hacerme volver a pisar tierra. No es que piense que mi destino es ser un desgraciado, únicamente es lo que siempre me pasa y yo no tengo el control sobre ello a pesar de mi esfuerzo.

No sé cómo en la misma semana me haya sentido tan rechazado por las chicas: ignorándome, paseándome, alejándose, ilusionándome. El momento que más me chocó está relacionado a una chica que conozco hace tiempo por internet pero que recién ingresó a la ulima.

El primer día de clases me encontré con ella para conocerla en persona y guiarla un poco por allí. Caminamos sin rumbo por el campus hablando de cualquier cosa. Resultó ser mucho más linda en persona que por las fotos, aunque tampoco me ilusiono nada romántico porque tiene enamorado y yo tan solo quiero tener amigas porque no tengo a casi nadie. Desde ese momento nunca me la volví a encontrar como para caminar por allí de nuevo, los mensajes me los dejaba o en recibido o en visto. Normal por mí, la verdad. Es su decisión. Nos cruzábamos de vez en cuando en el campus pero los encuentros solo se limitaban a un fugaz saludo para que cada uno siga su camino en seguida.

Hace poco estaba leyendo la biografía de Sigmund Freud sentado mientras cargaba mi celular. Había dormido solo 3 horas ese día y sentía que tenía un aspecto no tan agraciado, aparte de que estaba medio huevón ya que surgían algunos problemas con el organizador del concierto en la ulima donde participaría LOQ'SEA. De pronto, escucho la voz de una chica que dice «Nicolás», levanto la cabeza y era ella. Me empezó a hablar sobre cómo me iba, qué hacía, qué hacía ella. Me alegré por dentro pero era un mal momento para hablarme, me notaba un poco desanimado y eso era inevitable. La cosa es que me dice para salir a pasear, a caminar por allí como el primer día. Obvio que dije que sí.

Yo nunca salgo a caminar con ninguna chica, y saber que alguien me invita para eso me subió la moral.

En el chat me dijo que iba a estar libre de las 10:40 AM hasta las 12:40 PM. Genial. Para ese día dormí bien, me afeité y fui con una gran confianza y entusiasmo. Obviamente me puse a pensar en el escenario posible negativo, ya por costumbre y experiencia lo hago. Eran ya las 11. Estaba sentado en el mismo lugar del día anterior, intentando no resignarme a una negativa que ya veía venir ciegamente.

Me llegó un mensaje:

[11:00 AM] Chica: amigooooo la haces la otra sem? 😭😭 me olvide q quede con uns amigos :(

[11:10 AM] Yo: ntp

¿Cómo creen ustedes que me sentí? ¿Cómo se debe de sentir alguien como para tener la poca fuerza de escribir solo un sequísimo «ntp»? Una vez más recibí el florazo de «la otra semana», tan ambiguo, tan poco detallado, tan gaseoso, tan dispersable como el humo. ¿Por qué no decirme para verme al día siguiente o al subsiguiente? (era miércoles) ¿O más tarde?, pensando en el caso de que se pudiera haber quedado hasta más tarde de la hora final que me dijo. Algo concreto o más realista por lo menos si sinceramente quería salir conmigo.

La verdad que no sé si me volverá a escribir o si ahora se palteará en verme (no fue al concierto de LOQ'SEA, tho), pero no siento haber cometido ningún error. Fue lo que me nació poner en son de decepción. Ojalá me escribiera o aparezca de nuevo.

Cambiando a un tema más feliz, el concierto de LOQ'SEA fue de la putamadre. Luego de que tocaran unos grupos bien tranquilos, comerciales e indie (bien técnicos y muy buenos por si acaso), aparecimos nosotros para dar ese contraste extremo e inesperado en cuanto a actitud, estilo musical y seguridad en sí mismos. El público amó nuestro hardcore punk agresivo y salió un pogo grande y admirable.

Asistieron muchos amigos míos que se infiltraron y varios de la universidad (ninguno de los que invité de mis cursos, ¡jódanse!) y después de la tocada fuimos a lanzar a un parque cercano. Qué bonito la pasé allí, conocí a más personas, escuché música y luego fui a un skate park por primera vez. Todo muy lindo.

Hay otras cosas por contar relacionadas a mi vida social reciente que las dejaré para otro post, tengo algo importante que hacer ahora…

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Estrepitosa reacción fulminante de aquellos placeres.

Como el de

esa vez

o veces

donde las automatizaciones crean

su propio juego.

Aún sin invitación

para el otro de aquellos.

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hilos de twitter #1 - 1 de abril de 2022

solo deseo bonitas experiencias.

es inevitable a veces estar con actitud amargada la mayor parte del día. no es algo que quisiera, me gusta mucho cuando me siento feliz y muy sonriente, pero lamentablemente son hechos azarosos.

a veces siento que me olvidan, que solo sirvo para lo que sé hacer, a veces traiciones o que me hacen a un lado, soledad y frustración. da vergüenza admitirlo pero siento también envidia: pocas veces pero igual.

no importa qué tan frío o aburrido me sienta/comporte en algún momento, con entusiasmo o sin entusiasmo, siempre querré pasarlo bien. ayúdenme a lograrlo.

desde hace tiempo siento que no soy la persona demasiado emocional que era. siento que el raciocinio enfermizo y la falta de comunicación con otras personas me han hecho olvidar la jovialidad fácil, como si la llama de personalidad que tenía dentro de mí se hubiera apagado.

tengo que corregir muchas cosas y menguar la monotonía, que poco a poco me consume hasta convertirme en una persona que no despierta interés.

solo quiero bonitas experiencias.

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Un blog mejor

Twitter lo utilicé activamente desde el primero de abril con un hilo que se llama «Solo deseo bonitas experiencias».

Mi idea con Twitter fue la de expresar mis más profundos e íntimos pensamientos en forma de pequeños posts e hilos con el objetivo de desahogar todos los sentimientos que tenía conmigo al no tener a alguien a quien contárselos. Había sido una necesidad humana que ya no podía seguir esperando.

No soy alguien que expresa cómo se siente en Instagram. A lo mucho comparto letras de canciones que se acercan de manera no tan fiel a mis emociones del momento.

La idea fue la de abrirme ante un público inexistente o de muy pocas personas: la cosa era sentirme liberado. Y el formato me gusta, no lo voy a negar. Siento que es un espacio donde puedo escribir desde el pensamiento más estúpido sin contexto hasta un hilo complejo sobre un tema emocional mío, siempre siguiendo el estilo este de nunca usar mayúsculas iniciales, a diferencia de mi Tumblr.

Pienso publicar más en Tumblr lo mismo que ya hacía en Twitter pero de manera más sofisticada y ordenada, como lo voy haciendo hasta ahora.

Lo que pienso hacer también es trasladar varios de mis hilos o tuits más importantes de mi Twitter a este sitio. Sería chévere tenerlo todo en un solo lugar y asegurarme de que nunca se perderán. Realmente considero que hay cosas que escribí con valor.

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Alma errante

Al caminar por la universidad, rodeado de mucha gente, me siento un pequeño mundo siguiendo su trayecto. A veces sin un fin definido, aunque siempre suelen ser los mismos, como la de ir a comprar agua, ir a comer, ir a cualquier punto para ver mi celular, ir a la biblioteca, sentarme por allí, sentarme en el wáter, siempre acompañado de mí mismo. No hay momento donde no esté conmigo mismo. O sea, está claro que nos pasa a todos, es inevitable, pero yo le doy un énfasis especial.

Es otra forma de decir que la paso solo. Mis caminatas siempre están rellenas de mis pensamientos y monólogos ya sean en voz bajita o en mi cabeza.

Hace tiempo que olvidé lo que es caminar escuchando música con audífonos. Es lo que más anhelo hacer, para no solamente estar conmigo mismo sino también junto a una de mis pasiones.

Mi mirada, siempre seria, anda conmigo todo el rato que ando por allí, dirigiéndose hacia donde supuestamente quiero ir, al suelo, a los demás, etcétera.

Soy solo un alumno más. Un ser que pierde importancia al ser solo un componente más de la masa estudiantil que fluye en el campus.

Muchos andan con su grupo de amigos, otros solos como yo, otros caminan lento y otros rápidos y preocupados. Existe vida.

No he tenido suerte en encontrar personas con las que disfrutaría conversar y pasarla con ellas. Muchas de las personas que conozco me aburren y otras pues siento que no tendrían nada más que ofrecer. Hay una chica, por ejemplo, con la que me gustaría salir por allí pero no me atrevo a decirle nada por miedo a que por dentro ella no quiera, ya tuve suficiente con mis mensajes en visto o que, cuando me la encuentro, me salude y se vaya.

Mi ánimo cambia demasiado según cómo se va desarrollando el día. Muchas veces es aleatorio. Si me tocó sentirme apático, pues adelante. No puedo hacer nada.

Dentro del salón apunto todo lo necesario de la clase. No me gusta conversar durante esta. Intento siempre prestar atención, luchando a veces contra mi sueño.

Pienso que doy la imagen de alguien misterioso e intimidante, muy reconocible por su pelo y porque siempre se viste igual.

A veces camino sin pensar en nada, solo ando. Cuando me dirijo en bus hacia mi casa ni ganas me dan de contemplar mi alrededor. Es que ya lo hice muchas veces. A veces reflexiono. Solo espero.

No quiero repetir siempre las mismas ideas ni decir qué es lo que quisiera o cómo me gustaría que fueran mis días. Creo que ya lo hice.

Solo quiero mencionar que todos los días son iguales.

Aburrido.

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Rockin' Chair es una de las canciones que escuchaba mucho en marzo 2018 por ahí, cuando tenía 15 años. Me había identificado mucho con la letra ya que antes solía ser muchísimo más nostálgico que ahora. Ahora, la letra de la canción cobra más sentido:

I'm older than I wish to be

This town holds no more for me

All my life I try to find another way

I don't care for your attitude

You bring me down I think you're rude

All my life I try to make a better day

It's hard enough being alone

Sitting here by the phone

Waiting for my memories

To come and play

It's hard enough sitting there

Rockin' in your rockin' chair

It's all too much for me to take

When you're not there

[ixvorer]

Cadena de pensamientos negativos emergentes: forjando eslabones

Desde las últimas semanas, luego de mucho tiempo, estoy experimentando un decaimiento devastador por diferentes razones. Las razones aumentan a medida que me entero de cosas, ya sea porque me dijeron algo, las vi, aparecieron de repente, frustraciones antiguas, cosas de mí o cosas que quizás solo están en mi mente. La cosa es que la mezcla de todos esos factores juegan en contra de mi contentura. Siento que mi personalidad se ve afectada y poco a poco me estoy convirtiendo en alguien que no me gustaría ser. Hubo muchos momentos donde siempre anduve amargado de todo, no podía dejar de estar en descontento con algo. Las cosas que decía y en tales tonos podían herir, y salían de mí con total naturaleza. Estoy hablando de tiempos muy pasados, por si acaso. Paulatinamente iba corrigiendo mis errores. Reflexionaba. Me daba cuenta de que mi amargura nacía por los tratos que recibía de familiares: me contagiaban su nube negra. Ser alguien así no es nada atractivo.

Yo soy una persona que siempre basa los hechos pasándolas por un filtro de lógica y racionalidad, quiero decir, que todo tiene una explicación: nada ocurre por magia, y que la objetividad está por encima de la subjetividad. Me convencía de que la emocionalidad no llevaba a nada, que son formas de debilidad y de cegamiento para obstaculizar el camino de los objetivos. Muy influenciado por la filosofía y mi amor por el conocimiento. Pero, tampoco me convencía de que tenía que ser un robot. Al ser conciente de mi cualidad humana, soy a la vez conciente de que las emociones nos son muy naturales ante cualquier hecho. No puedo tapar el sol con un dedo. Tenía momentos tristes de unos días y se me pasaba. No le daba mayor importancia porque sentirme triste «no me servía para nada».

La cosa es que soy una persona muy tranquila. Es muy raro que alguna noticia adversa, cosas que se escapan de mi control o cosas que no me afectan como persona me choquen de tal manera. Aprendí a gestionar bien mis emociones. Eso servía, para no estar «perdiendo el tiempo» o «dándole importancia a cosas banales». Supongo que es una manera de madurar, al menos yo lo siento así. A lo que quiero llegar, es que en estos momentos la emocionalidad está pesando más que nunca sobre mí.

En los últimos meses, he intentado siempre estar contento, feliz: al menos en un estado neutro imperturbable. Las únicas ganas que tenía en esta vida eran las de pasarla bien. Las nubes negras me seguían contagiando, y en la medida de lo posible las esquivaba.

Nunca me ha gustado estar solo. O sea, entiendo lo importante que es el tiempo para uno mismo en la privacidad. Me entretengo viendo videos de cultura, música, ciencia, política, entretenimiento, etcétera; leyendo; a veces tocando guitarra y escuchando música. Son momentos que no me los puede dar otra cosa, y disfruto cuando esos momentos crean en mí emociones agradables como la impresión por algún ritmo complejo o la naturaleza de nuestro universo, la risa que me causan las entrevistas o algunos chistes, el cosquilleo corpóreo que siento al parecerme algo muy bello o romántico, la admiración que despido por algún intelectual, entre otras cosas. Amo reír, reír me causa tanta comodidad y me envuelve en un aura de positividad. Me dan ganas de reír con alguien, junto a alguien a quien pueda expresarle todas mis pasiones, pensamientos. Que sonría conmigo. Muchas veces sonrío cuando veo a mis amigos: pasarla con otros seres humanos me hace sentir vivo y querido (siempre y cuando me presten atención, obvio).

Salgo, prácticamente, cada fin de semana a los conciertos. A poguear, a pasarla con mis grandes amigos de Chela con Agua y mi hermano, a saludar a la gente que conozco, a escuchar música en vivo. Suena todo bien, pero siento que también debería salir con otra gente y quizás a hacer otras cosas. No me gusta lo repetitivo. Empiezo a aburrirme.

Llegué a un punto de mi vida donde todos los días me siento triste, al menos por dentro, porque es fácil disimularlo en mi casa. Tengo muchas frustraciones que me carcomen por dentro, a tal punto que me están creando una personalidad medio antisocial, como si me hubiera resignado o como si mereciera estar solo. Mi posición estándar es la de alguien serio y despreocupado (o preocupado también) hasta que alguien se atreva a sacarme de esa imagen un poco de alguien amargo para por fin poder sacar mis emociones y sentirme vulnerable (en el buen sentido). No sé si sea porque estoy resfriado hace un mes y que el hecho de que esté enfermo, que me cambie la voz y que ande jalando moco a cada rato me estén bajando más el ánimo y la voluntad de ser más participativo o iniciativo.

Me pregunto muchas veces si es que soy alguien interesante, alguien digno de ser escuchado, alguien del que quisieran recibir su abrazo o su cariño.

Cuando toco en vivo, me tengo que olvidar un momentito de mis problemas. Arriba en el escenario, lo tengo que dar todo sin importar el cansancio. Mi objetivo es dar la imagen de alguien admirable, alguien que dará un show de la putamadre. La gente me saluda y me aplaude, se toman fotos conmigo, me hacen sentir como un ídolo incluso, hasta me reconocen en otros conciertos nada que ver. La verdad es que por dentro sigue habiendo ese vacío del que les hablo. Vuelvo a estar solo la mayor parte del tiempo.

Valoro un culo cuando la paso demasiado bien con mis amigos. Por ejemplo, el día del concierto del viernes me sentí así. Luego de haberme sentido mal por habernos cortado el tiempo y haber tenido una despedida musicalmente pobre pero bien chévere por la gente (¡muchas gracias!), salí con unos amigos a lanzar afuera para olvidarme un rato de lo que había pasado. Reí mucho, me sentí súper seguro de mí mismo, hice reír, era toda una hermandad donde cada integrante era como el personaje de una buena serie. Quisiera volver a pasarla así otra vez. Encima, en un momento donde tuve que despedir a otros amigos, ¡me esperaron! Qué bonito fue.

Siento que necesito salir más con gente, interactuar más en la vida real. Todo el mundo de internet es una falsedad, una imitación horrible de la vida real donde muchas cosas quedan en el aire y en las ilusiones. Me da la impresión de que podría ser interesante por internet pero en persona no. No sé qué me pasa. Me siento inseguro muchas veces de ir directamente a hablarle a alguien que no sea un hombre. En toda mi vida he tenido muy pocas interacciones con mujeres y constantemente siento (aunque no sea real quizás) que no quisieran pasarla conmigo más de unos minutos. Me da miedo el rechazo y el apartamiento. Cuando la paso bien con una chica, me da miedo de darle algún contacto físico como cualquier juego de amigos o un abrazo, siempre pienso que no quisieran eso de mí, que lo evitarían. ¿Cómo podría saberlo? ¿Cómo sé si quisieran un abrazo mío? Quizás me traumaron mucho las funas de redes sociales, la misandría que existe a veces o, simplemente, mi falta de experiencia con mujeres que me llevan a eso. Nunca sentí haber tenido una amiga de verdad en persona, solo por internet.

Y, si en caso la chica muestra signos de afecto corporal como pegándose más a mí, me sigue dando miedo hacer algo. No puedo actuar, y eso me jode mucho. Me paniquean las malinterpretaciones.

Me afecta que en la universidad me saluden y luego se vayan, me afecta que no me presten atención, me afecta que se inventen una excusa para irse. Me da miedo también que en algún momento pueda parecer demasiado intenso y nerd y que eso pueda incomodar.

Es difícil tener buenos amigos en la universidad. Muchos de ellos siguen patrones predecibles por sus personalidades tan masivas y robóticas, que responden a las modas y a temas y presuposiciones que no entiendo, que me imposibilitan participar en la conversación. Una vez me dijeron ¿te has metido algo? No, imbécil. Simplemente no entiendo ni estoy enterado de las cosas que hablan. ¿No puedes siquiera ponerte un rato en mi lugar?

Eso me afectó sinceramente.

No quiero decir que todos en la universidad sean así, pero me he dado cuenta de que es mejor interactuar de a uno que con grandes grupos. Quizás soy tímido, o me he vuelto tímido. Esa palabra siempre la odié, no sé si describa bien mis sentimientos porque muchas veces no me identifica. Preferiría usar otros adjetivos.

Siento que mi alma se vuelve cada vez más oscura cuando veo ciertas cosas en internet, que me causan envidia. Sí, un sentimiento injustificable y mierda, pero a mí no me gusta mentir, quiero ser sincero. Solo quiero decir la verdad. Quizás muchas veces me quedo callado pero tarde o temprano todo sale.

Son muchas cosas que me avergüenzan pero me dieron ganas de escribirlas, ya que son tantas cosas que pasan por mi cabeza que terminan haciendo que no me guste ser quién soy. Al menos por ahora.

Quisiera llorar, desahogarlo todo llorando. Hace muchísimo tiempo que no lloro. Me he acostumbrado a quedarme solo en silencio y a no darle importancia a las cosas que me joden.

Siento estrés y enfermedad. No importa si en un rato me olvido de lo que siento, luego regresará. Me da miedo que esto cada vez joda mi cordura. Estoy considerando que esto es solo un tiempo de tristeza prolongado que estoy atravesando estas semanas. Las canciones chikipunk vuelven a cobrar sentido, y también las cosas que sentía en mi primera adolescencia.

De repente hay muchas contradicciones, seguro, pero, en resumen, me siento alguien vacío y lleno de frustraciones. Un ser insulso, pero lo suficientemente racional como para no suicidarme. Sería muy huevón. Tal vez sean cosas tontas las que he escrito en todos estos párrafos. No interesa si nadie los lee, solo quise sacarlos de mí.

Tuve que omitir una razón en específico por ser ya demasiado vergonzoso. Que eso quede al menos en el misterio.

Quiero mejorarme, aún sigo resfriado (no sé si es gripe) y me duele mucho la cabeza. Anoche fue un conciertazo con casa llena y con pogo brutal.

Por favor, sé que no me deben nada ustedes, pero no dejen que la pequeña chispa de felicidad que sigue prendida en el fondo de mi corazón se vaya haciendo más tenue hasta apagarse. Acompáñenme.

Vengan conmigo.

[ixvorer]

Buena tocada. Me perdí de los hongos.

Y también la tía de Topa se perdió en su ira.

Flyer de Super Fuzz en vivo del 10/06/23