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Relato...
“Estuve de visita en la Ciudad por cuestiones de trabajo con dos compañeros más, ese día quedamos en salir solos, cada uno por su cuenta. Me apetecía entrar a comer al Restaurante del Hotel donde nos hospedamos. Una vez dentro, en la mesa que me indicaron, pedí mariscos con una botella de vino blanco, quería disfrutar la tarde. En la mesa de enfrente, había una señor que tendría unos 63 años, atractivo, pelo negro con algunas canas arriba de las sienes, ojos marrones unos dientes blancos y perfecta sonrisa, labios delgados apetecibles, estaba comiendo con clase, forma y estilo, llevaba un suéter negro con camisa rosa suave y pantalón negro de casimir, muy elegante, delgado pero se notaba en buen estado físico, nada que ver con los chicos de gimnasio, pero se notaba su sensualidad madura. Yo, coqueta como soy, iba con una falda a medio muslo, tela ligera y amplia, dejando ver mis piernas, una blusa holgada, no mucho, solo para cubrir mis “gorditos”, con un escote ligero pero que deja ver el camino entre mis senos. Durante la comida cruzamos alguna mirada fugaz, a medida que íbamos terminando las miradas eran mas frecuentes y mas persistentes. Se levanto, acercándose para ofrecerme una copa más, previa petición al camarero. La cuál acepte, el siguió con lo que tomaba. Ya habíamos terminado de comer, me dijo que si me apetecía me hiciera compañía, tenia ganas de hablar, le dije que sí enseguida. Nos presentamos, me dijo me llamo Nicolás y yo iandy. Brindamos, estaba notando unos calores y un nerviosismo que me excitaba.
Al terminar la copa, me pregunta si tenia prisa o tenia que ir a trabajar, le dije que no, entonces pregunta: “¿Apeteces tomar algo en el bar?”, me pareció bien. Llamo al camarero pidió la cuenta mía y la de él, en principio no quería pero al final acepté que pagará las dos. Al entrar al bar, había una mesa que estaba más discreta en un rincón, pregunto si me gustaba aquella. “Claro que sí”, respondí. Las mesas eran bajitas por lo que al sentarme, mis rodillas llegaban justo a la altura de la mesa, se sentó delante de mi. Solicito al camarero una botella de champagne, no recuerdo la marca, la trajo con una cubeta llena de cubitos y dos copas, la abrió y nos sirvió las primeras. Brindamos por el encuentro. Ahora me podía ver las piernas pues las tenia al aire, la mesa no tapaba nada. De vez en cuando apoyaba mis codos en los muslos y con el escote, al estar inclinada hacia delante, veía claramente mis tetas, no podía eludir mirarlas, la verdad que no retrocedí, le dejé recrearse, me estaba poniendo un poco cachonda, tanto fue así que miré hacia su pene, empezaba a despertarse un poco, se apreciaba un pequeño bulto. Nico se dio cuenta y sonrió discretamente. Creo que los dos nos íbamos poniendo un poco calentitos. La conversación seguía, viajes, trabajo, empresa, etc. La botella iba bajando de nivel pues el champagne estaba fresco y muy bueno. En uno de mis movimientos de piernas las separé un instante, como la falda era corta, la tenia tan subida que pudo ver muy claro la tanga fina y blanca, ¿fue normal ese movimiento? ¿fue intencionado? No lo se, pero valía la pena que admirara mis piernas abiertas con la tanga al fondo. Su pene cada vez estaba más contento, se me notaba más. Me dijo: ¿Te parece que terminemos la botella en la habitación, estaremos mas resguardados de las miradas indiscretas? Me pareció bien. Pidió al camarero que la subiera a su habitación, con cargo a su cuenta.
Subiendo al ascensor puso sus manos en mi cintura sin apretarla, deposito un beso en mis labios, reglón seguido puso sus dos manos en mi cara y me dio un beso mas intenso, entonces acerqué mi cuerpo al suyo. Nos separamos al llegar al piso. Dentro de la habitación como no había llegado el camarero, entre en el cuarto de baño, dejé la puerta abierta pues estaba cepillando mis dientes, después cerré la puerta para salir después. En ese instante vino el camarero, nos trajo una botella entera del mismo champagne, está era un regalo del hotel. Le dio una buena propina. Entro también al baño a limpia sus dientes. Se quito la chaqueta, desabrocho la camisa, nos acercamos en un abrazo intenso prolongado, estuvimos un rato besándonos, disfrutaba, que gozo cuando nuestras lenguas jugaban una con la otra, dentro, fuera, de vez en cuando varios besos suaves, dulces en sus labios. Me quitó la blusa, yo su camisa, el sujetador cayo, mis senos quedaron expuestos, le di otro abrazo y juntamos nuestros pechos desnudos, me cogió el culito, me acerqué a fin de sentir su pene, lo había notado más despierto, meneaba mi barriguita sobre él. Me chuleo mis tetas, que eran perfectas para su boca. Mientras llenó las dos copas, me quité la falda y las medias, quedé en tanga delante de Nico. Fui a coger la copa, en ese pequeño tiempo se desnudo del todo. Uno delante del otro, con una copa en la mano, cruzamos nuestros brazos y nos bebimos la copa. La temperatura de la habitación era perfecta. Nos dejamos caer en la cama, se puso encima mio, no dejábamos de besarnos, bajó, empezo a besar y mojar con su lengua mis tetas, ¡qué placer me daba! chupaba los pezones, jugaba con una teta, una mano acariciaba la otra, yo no cesaba de pasar las manos por su espalda, me acariciaba la cadera suavemente. Abrí las piernas, me encontraba mi boca, mi lengua saboreaba su saliva. Bajo mi tanga, el clítoris lo tenia muy sensible, lo acaricio con dulzura, me gustaba, me cogía mi cabeza para que no me separara. “Sigue Nico, sigue, no pares que me estás poniendo muy cachonda, estoy a punto”. Puso su cara en mi vagina, mojaba todo mi coño de arriba abajo sin cesar, ponía la lengua dentro de mi, notaba como le gustó el sabor de mis flujos, hasta que di un grito suave de placer: “Sigue, sigue, sigue, que bueno, no dejes en ningún momento de darme placer, casi llego”. Hasta que dije: “¡Para Nico!”, así lo hizo. “Quiero probarte también”. Nos dimos la vuelta, se puso boca arriba, fui a coger ese pene, lo puse en mi boca, poco a poco lo iba mojando todo con la lengua, lo chupaba suavemente, le pasaba toda mi lengua por el tronco, por los testículos, cuando estaba ya bien mojada, me la tragaba toda, me dejó que hiciera lo que quisiera, hasta besarle su culo que se estremeció con mi lengua. Intente meterla tan adentro que me dio una arcada tirando babas. Nico la quiero toda, igual que tu me has hecho disfrutar quiero que puedas notarla como pasa mi campanilla, te lo voy a hacer yo, sin que me obligues. Lo intenté varias veces le estaba dando tanto gusto que note se iba a correr pero no lo dejé, debía aguantar hasta que me satisfaciera como quería. La puse toda dentro, mis labios estaban apoyados en su barriga, habia pasado mi campanilla, estuve unos segundos, la saqué, la volví a meter toda, cuando la saqué, me dijo que se iba a correr. “¡No! Te esperas” dije, dando un fuerte apretón de testículos, dio un grito ahogado, “Quiero que disfrutes como nunca, igual que yo”. Tomamos más champagne, lo abracé, su pecho lo tenia junto al mio, no dejé de masturbarlo, él acariciaba mis pezones, mi coñito, yo le mordí sus pezones, mientras mi mano subía y bajaba la piel de su verga, le tocaba el ano, metiendo un dedo en su cola. Bufó de placer, lo tenía dominado. Su falo estaba duro, vibrante, a punto de venirse, pero no lo dejaría terminar. Yo estaba al mando. Nico no lo podía creer. Continuará…
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Nuevo
Hoy empieza la nueva vida en este blog y así, como hada de la pervertividad y del amor, comienzo los relatos eróticos que vendrán en este blog.
Espero que os gusten a todos.
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Mi novia me dijo que no saldria , que ni tenia planes para ayer 31 Halloween, luego en la madrugada vi esta foto en el face :$…
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