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Ejercicio de reducción # 1  Performance  2022

Relatos de Tierra y sanación Barcú (Bogotá arte y cultura)

La tierra que he de mover, la tierra que he de reducir, las bateadas que no he de lavar, porque no me corresponde, no hay oro en la tierra, por eso el trasteo de un lado a otro, no todo minero coge oro, no todo lo que brilla es oro y no todo lo que es oro brilla. Reducir el impacto en el territorio, migrar a otras formas más “amigables.” ¿Amigables con quién y para quién?

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Manos a la tierra, cuerpo a la montaña Relatos de tierra y sanación Barcú (Bogotá, arte y cultura) 2022

Transformar la tierra. Recordar la tierra. Curar la tierra. Entonaciones susurradas que se entremezclan en esta exposición colectiva de los artistas ganadores de la convocatoria Spotlights 2020: Yasmin Muñoz, Andrea Infante, Jean Lucumi y James Campo. Fruto del programa de residencias virtuales con la Universidad de Navarra y curada por Valeria Montes, Alejandra Díaz-Guerra y Pau Cassany. 

JEAN (Purificación)

La entrada a la cavidad es siempre hostil, oscura y húmeda. El canal de ingreso a la mina conlleva un pacto silencioso entre dos vidas que se unen en una simbiosis de energías. Cuerpo y montaña en un diálogo entre iguales donde el cuerpo no presente, no visible, va reconociendo su entorno poco a poco en la oscuridad, pero sin llegar nunca a percibir las dimensiones reales. La minería artesanal de La Toma, (un corregimiento ubicado en el municipio de Suárez, en el Cauca) genera esta relación entre el elemento corpóreo y el geológico. En su proceso creativo, Jean ensalza la extracción lenta como una práctica más sostenible, pero también la posiciona dentro de un contexto de herencia generacional, donde “catear”, “lavar la tierra” y “curar el oro” no son solo términos comunes en la minería, sino que se transforman en metáforas de la resistencia y reivindicación de los mineros que mantienen la práctica tradicional para salvar su territorio.

Texto: Valeria Montes Alejandra Díaz-Guerra

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NO TODO MINERO COGE ORO Objeto intervenido  Madera con remache de metal Dimensiones: 34 cm x 31 cm x 18 cm  2022

La minería artesanal practicada en la Toma, Suarez (Cauca), ha sido un oficio que ha persistido en el tiempo, enseñado de generación en generación por medio de la oralidad, lo cual hace de este oficio un saber ancestral. En este oficio el oro, quién es uno de los protagonistas, es buscado en vetas, por cuerpos prietos que ingresan al cuerpo de la montaña. Con una luz de linterna como guía, haciendo uso de herramientas como el almocafre, la porra y el cincel, extraen tierra para buscar este preciado metal, que a veces es arisco y se esconde en las entrañas del cuerpo de la montaña. Este ingresar constante de los cuerpos prietos al cuerpo de la montaña es un pacto silencioso entre dos vidas que dialogan entre sí y se van reduciendo a la par. Este pacto ha sido llamado por el estado como “minería ilegal,” término que esconde la pretensión extractivista con la que son mirados los territorios en los que habitan las comunidades negras/prietas; sin embargo, en el caso de la Toma, la minería artesanal, libre de mercurio, ha sido la labor desde la cual la comunidad se ha resistido a la explotación de sus recursos naturales. La frase, “No todo minero coge oro,” dicha por Jimmy, quien es minero de la zona, ha sido marcada en una batea, que es la herramienta de trabajo en la cual se lava la tierra extraída, a modo de reflexionar en la montaña como un cuerpo que tiene voluntad propia, y en su dialogar con los cuerpos prietos decide a quién le revela y a quien le esconde el preciado metal.

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Cuerpo a la montaña Performance  La Toma, Suárez Cauca 2021

Adentrarse en un cuerpo enorme (un socavón), por una cavidad hecha por las manos de otro cuerpo, un cuerpo bípedo y prieto. El cuerpo que en reposo se dispone a recibir en sus entrañas a este ser que ingresa, acompañado únicamente de una linterna que deja ver el interior de la montaña, una barra metálico y un galón, huellas de mineros que han entrado y salido de aquel vientre.

Mi presencia dentro del socavón la evidencia una luz emitida por la linterna que llevaba sobre la cabeza; mi cuerpo prieto transita a la luz de la linterna, dentro de un espacio de trabajo que ha sido previamente transitado y trabajado por las manos de otros, con el fin de reducir el interior de la montaña en busca de una veta de oro. Dos vidas dialogan y se van entregando la una a la otra en un acuerdo silencioso que perdura, cuerpo y montaña se van reduciendo a la par.

El recorrido termina con una vista de la luz al final/inicio de la mina, que hace saber dónde termina/inicia aquel oscuro socavón.

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Y me dio la sensación de ser una seca semilla en los dobleces de la tierra

Performance Reserva Natural Babilonia 2021

Con este fragmento del Centauro de John Updike se dio inicio a una investigación que se preguntaba por la labor de la minería y su cercanía con los cuerpos negros, dicha labor ha persistido poco más de 200 años entre las comunidades afrodescendientes del territorio colombiano, siendo en muchos lugares la fuente principal de sustento en sus hogares.

En la residencia que tuvo lugar a inicios del 2021 en la Reserva Natural Babilonia, llevé a cabo la realización visual de este fragmento, me inquietaba en ese momento el pensarme el cuerpo en las entrañas de la tierra, y comencé por asociar el entrar y salir de la montaña de los mineros como un constante morir y renacer.

Al inicio me interesé por entender como era el asunto del morir, de un cuerpo que voluntariamente se adentra y está por cierto lapso en las profundidades de la tierra. Pero antes de morir se nace, y eso fue lo que la acción misma me fue mostrando (en un ejercicio de entender la herramienta)

Al inicio/final mi cuerpo en posición fetal reposa dentro de lo que luce como una matriz, ahí, con mi respirar como compañía fui una semilla germinando en las entrañas de un trozo de tierra.

Duración del vídeo completo 7:45

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Constante delirio de ser una nube (Fragmento) Transmisión diferida en vivo vía Facebook Plataforma Sonora Casa abierta 2020

Duración del video completo: 99 minutos

Subí al techo de mi casa y me tome el tiempo para tener una suerte de reunión con el cielo, decidí que las nubes pasando fueran mi cara, este tiempo de estar en casa ha sido una posibilidad para estar más pendientes de esos cambios mínimos que siempre habían pasado pero pasábamos por alto en el afán del día a día, percatarse de las múltiples tragedias y promesas que siguen ahí sin cumplirse. La idea surgió de un poema que vi entre tantas cosas en Instagram cito el fragmento que dio inicio a esta acción:

“Su movimiento es tiempo, el de la nube, memoria”

@abrilcastilloc

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Fragmentos de cielo Cabuya e hilo de croché sobre ladrillo Villagorgona, Candelaria (Valle del Cauca) 2020

Interior - Exterior Formato alterno a IR9 (Imagen regional 9)  Banco de la República 

En medio del aislamiento social preventivo, causado por el Covid 19, me percaté de un montón de vacíos en lo que entendemos como nación, partí de un pesimismo y me enfrasque en un principio en evidenciar esos huecos que han estado y al parecer siempre estarán ahí. Del diálogo sobre esas promesas ausentes, y los baches dentro de la estructura social del país, surgió el gesto, el objeto que me convocaba a reflexionar eran los huecos; y encontré varios en el muro del patio. La distribución espacial de donde vivo responde al nombre de este formato “Interior – Exterior”; puesto que el pasillo que se supone está afuera, sigue estando por dentro. Decidí remendar, atendiendo a lo poético del gesto, en medio de esta situación pandémica en la que estamos muchas personas han resanado con lo que tienen a la mano los vacíos que la nación ha dejado en diversos sectores. Abrí con un taladro varios agujeros alrededor de los huecos grandes del muro, y aunque suene gracioso, abrí huecos para tapar un hueco, coloqué chazos y tornillos, y estos me sirvieron de soporte para la cabuya con la que cubrí los agujeros. Una vez terminado el remiendo, pensé en lo que debería verse a través del muro, y tejí unas nubes para configurar así Fragmentos de cielo.

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200 pasos a ninguna parte Ibagué Plataforma Sonora Casa Abierta 2019 200 pasos a ninguna parte habla de la relación del trabajo domestico que existe entre cuerpos negros, indígenas y pobres en Colombia.

"Según datos de la escuela nacional sindical (ENS), el 61% de las empleadas del hogar gana menos de un salario mínimo legal vigente y el 77% recibe alimentos como pago en especie. Así mismo solo el 18% está afiliado a pensión".

Atendiendo a esto, y echando una mirada para atrás, han pasado mas o menos 200 años desde que la explotación de cuerpos fue "abolida" pero durante mucho tiempo como lo menciona la ENS, las trabajadoras domesticas siguen estando presentes dentro de los hogares colombianos, recibiendo pagos que en muchos casos no cubren sus necesidades, por ende esto hace que algunas opten por trabajar al día en varias casas, dejándolas con unos ingresos muy fluctuantes. De ahí la elección del gesto, habitar la casa y mover mi cuerpo hacía adelante, y haciéndolo volver al punto de inicio para hablar de esa persistencia de cuerpos que laboran en lo domestico y aún siguen bajo una suerte de régimen que solo pocas han logrado romper. Se termina la acción cuando mi cuerpo sale de la casa.

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1. Validar Berlín (Alemania) 2019

Comencé a indagar lo que implica el gesto de sellar y lo que se sella, encontrándome con que el sellar a lo largo de la historia ha otorgado cierta validez oficial. En la antigüedad la realeza usaba anillos en los que tenían sellos con los que validaban documentos, actualmente persiste el gesto, se le pone sello al pasaporte para validar el paso de un país a otro, se le pone sello a un oficio dirigido a alguien para darle cierta seriedad, se pone un sello en el recibo de la biblioteca para poder acceder al contenido en la comodidad de nuestra casa. 

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Si el solo hecho de sellar unas letras sobre una superficie genera cierto poder, cierta validez, el sellarme múltiples veces mi apellido (Lucumi) con tinta negra, hasta lograr que mi piel se torne negra de manera literal, para poner negro sobre negro, (parafraseando a una artista colombiana), no para pretender algo, sino para reafirmar una postura, validar y abrazar esa negritud dando la espalda a ese modelo colonial que usualmente sugiere que lo negro siempre debe buscar la validez de su existencia basado en la mirada de la otredad, es para mí un gesto empoderante. De ahí la elección de este gesto, ya no es la mirada del otro que me valida, es mi memoria ancestral que persiste, y sigue latente. Lucumi, valida la existencia de este cuerpo que en ocasiones camina con los pies descalzos. Acercamiento número uno. Validar.

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El Carguero Humbolt Forum Berlín (Alemania) 2019

No haber cargado el pupitre en esta ocasión fue el gesto más descolonizandor que pude encontrar, para re-conocer mi cuerpo con toda su memoria ancestral y comenzar a transformarla desde mi que-hacer como ser que existe y produce ideas.

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De cara al sol 2019

En el valle del cauca (en el occidente colombiano) el ser cortero tiene una carga ancestral adquirida con el paso del tiempo y la historia de la economía en Colombia. Dialogando con Imer quien es cortero de caña ya hace mucho tiempo, me contaba que el oficio a veces se torna en buscarle el lado al sol, dentro del cañaduzal los corteros siempre se fijan en la dirección de la caña con relación a la dirección del sol, para hacerse sombra, pero cuando la caña no es suficiente para ocultar el cuerpo del sol, es mejor llevar el sol de frente, dice Imer, que el sol es más llevadero en la cara, porque cuando esta sobre la espalda el agotamiento se incrementa de manera más fácil. Atendiendo a lo anterior, decido ir a un cañaduzal que ha sido recogido y sembrado previamente (la caña no esta alta, no ha brotado siquiera un tallo, solo hay pequeñas plantas en surcos largos), para poner mi cuerpo frente al sol durante unas horas y entablar así un dialogo sol-cuerpo, dialogo que termina tan pronto el cuerpo se desplaza por el cañaduzal.

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1200s de actividad física 2019 Museo de Arte Moderno de Medellín Medellín

RealityFestivalDePerformance Helena producciones

1200s de actividad física aborda la creciente relación entre tecnología y corporalidad, específicamente la capacidad de llevar a cabo actividad física. Atendiendo también a la actual influencia por la cultura de las redes sociales, en la que si no se postea algo "no sucedió", se propone una caminata por un paisaje natural, que sucede únicamente como yuxtaposición entre la imagen del entorno capturado en vídeo y el cuerpo. Sonidos entre los 80 y 10,000 Hz guían el andar y aluden al ruido que causa en estos tiempos la tecnología en el cuerpo y en la vida.

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El carguero  2019 Museo de Arte Universidad Nacional Bogotá Experimenta/sur 2019 (Tejidos Conectivos)

¿Cuál es realmente el gesto que me descoloniza el cuerpo? ¿Es cargar, o dejar caer el peso?

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1200 s 2019

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"Sera tanto más fuerte, cuanto más abrace su negrura, su selva”  Performance 2015 Carmen de Apicalá  (Residencia Artística)  “Sera tanto más fuerte cuando más abrace su negrura, su selva,” explora un cuerpo de piel oscura que siempre busca contradecir lo estereotipado de la masculinidad del hombre negro en Colombia, por medio de acciones en las que este cuerpo es presentado en reposo. En esta ocasión la acción se llevó a cabo en un espacio alejado del casco urbano, para entablar así un diálogo entre cuerpo y naturaleza.

En dos fotografías queda el clímax de la acción, un cuerpo que abraza su negrura, que se aferra a la selva y toda la memoria ancestral que ella contiene.  (Expuesto en ‘’Negritude,’’ en el Museo Zenú de arte contemporáneo (Muzac) en el 2018)

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R E T O R N O 2019

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Tiempo 2019 267/OCM