El amor es como el poker: lo apuestas todo para ganar en grande o perderlo todo.
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Sueños fugaces
Hoy soñé contigo corazón. He soñado muchas cosas. Soñe que ibas de viaje por muchos lugares de los que me hablaste. Soñe que hacías todos los trabajos que te proponías y eras feliz haciendo cada uno. Soñe que estabas rodeada de la gente que te quería y sonreías por todas partes. Soñe que nuestro hijo gatuno se acurrucaba contigo mientras descansabas en una hamaca, siendo acariciada por una suave brisa. Y aunque no estuviera en ninguno de esos escenarios, no sabes la alegría que me daba verte así. Sentí esperanzas, sentí que mi pecho se inflamaba de fuego, que todo volvía a ser cálido en mi y no había esta coraza fría de sonrisas que tengo. Quería gritar lo orgulloso que estaba de ti, que me emocionaba verte sonreir con esa intensidad que te caracteriza, que ojalá fuera para siempre y... desperté. Que crueles pueden ser los sueños, en verdad. Alimentarnos de esperanza, de seguir soñando, cuando la realidad te aturde, te desconfigura. Pero así también, se que los sueños se pueden cumplir, se pueden formar parte de la realidad. Ruego al universo, a quien esté ahí, que mis sueños se vuelvan realidad. Aunque sea solo este. Mientras tanto, seguiré soñando, a ver si así puedo volver a verte. Resuena fuerte en mi el recuerdo de tu sonrisa y tu forma de reír, como un ronroneo suave, tranquilo, plácido. Tuyo siempre.
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Mi corazón bello:
Sigo pensando en ti. En cada momento que hemos compartido. En lo humano y real que es el amor que nos dimos. En lo maravilloso e inexplicable que fue nuestra conexión. En lo irreal que es no poder compartir contigo mis preocupaciones y mis alegrías. Son muchas cosas las que pasan por mi mente pero no encuentro a quien compartir más que con este blog olvidado del mundo.
Son incontables las veces que he querido escribirte y de la misma forma que he tenido que controlarme para no hacerlo. En fechas especiales , en tu cumpleaños, cada día en que pasaba algo que me hace recordarte o quiero compartir contigo. Lo que no he podido contener es recordarte en cada detalle que hemos compartido en nuestras vidas: cuidar gatitos, nuestros platos favoritos, la nobleza de tus actos de amor, lo maravilloso de nuestros sueños y la calidez de nuestros abrazos. Tal vez sea por eso que acudo a aquellas personas que tienen aunque sea un poco de nuestro vínculo, con la ilusión de que compartan contigo las cosas que les muestro y te las enseñen; así también con el miedo de que si suelto eso ya te habré dejado ir por completo y se volverá real el hecho de que ya no estamos compartiendo nuestra vida en la forma que pensé y soñé.
No desmerezco el amor que te di. Te amo y te amé con voluntad y pasión. En realidad me esforcé, cada segundo, cada momento. Nunca sabré si fue suficiente o fue poco, pero creeme que di lo mejor de mi en cada una de mis palabras y acciones. Debajo de esta coraza que dicen que tengo, luché cada día por ser no solo un ser funcional sino también alguien amoroso. Lo sigo haciendo, a pesar de que la gente no comparta mi lenguaje del amor en la forma que yo veo y hago. Y por eso también, me gusta reconocer que tu amor fue único e irrepetible, álgido y llameante como lo había soñado, estruendoso y sonoro que llenó de colores cada rincón de mi vida, una constancia de inspiración a esforzarme. Es difícil seguir tu vida habiendo presenciado la magia sin truco de ilusiones, recordándote lo bonito que es vivir mientras deseas que nunca acabe ese instante, que darías todo por un ratito más con tal de que quede sellado en tu alma.
El que discurras en mi imaginación no ha ayudado mucho, pero es algo que tú ni yo podemos controlar. Suelo pensar en ti en mis momentos más álgidos como en mis momentos más bajos. En mis momentos más alegres y más tristes también. Sin embargo, es parte del hecho de tener que avanzar sobrellevarlo de la mejor manera posible. Componerme, descomponerme, tener momentos de serenidad como de melancolía agridulce. Convencerme y dudar de todo. Es parte del proceso. Se que escribir esto no va a cambiar la realidad, pero necesito sacarme el corazón un segundo porque está doliendo mucho. Que repose un ratico en una almohada de plumas, en el campo, fuera de mi para que pueda volver a latir. Solo un momento corazón. Prometo ser fuerte mañana, pero hoy realmente no puedo.
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Realmente me pregunto como será la vida después de dejar el plano terrenal. Me ilusiona ver a mis angelitos. Sobre todo a uno. Conocerlo y decirle que lo amo mucho, a pesar de que yo no haya sido el mejor para él. A él, a Micho Pecano, a Perla, el papá Alejandro, mi tía Betty, Samuquita del Pilar. Tengo un pequeño coro al que espero tener orgulloso.
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Me robaron la lluvia y nunca supe como caminar bajo ella de nuevo. Cae pero ya no es igual. Es tan extraña su agua y mi mente se abstrae en mis ojos café, preguntando sin palabras y en reinos lejanos, mientras las gotas que caen parecen pequeños empujones. Perdí la lluvia, pero felizmente me quedó el mar. Ya no supe identificarla pero esa tina escuchando mis canciones favoritas calmaron mis ansias. Ya no chispea con gusto la lluvia para mi pero he prendido bengalas con sonrisas de fuego. Ahora, solo me queda renombrar la lluvia para convertirla en algo nuevo.
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Decepción
Hoy se me ha juntado muchos sentimientos: impotencia por las protestas, que Samuquita se haya ido sin haberla visto nunca de nuevo, mis sentimientos, personas que comencé a ver sus verdaderas caras, demasiadas cosas para un inicio de año.
Estoy harto. Lo curioso es que las personas se enojen porque yo comience a decirles sus verdades. Que se indignen porque pienso distinto. Que soy tan humano como ellos y tengo el derecho a pensar y actuar distinto. Que tal vez sea una persona bastante servicial, pero no significa que voy a darles todo o tengo que hacerlo.
Que ellos aprendan a dar, yo ya di mucho. Este año solo recibiré. Y si no recibo nada de ellos, sabré con quienes cuento y con quienes no.
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¿Has sentido esos pequeños punzones en el corazón? De esos que sabes que no son son síntomas, si no que te avisan que algo está pasando. Lo mismo pasó cuando murió papá Alejandro. El hecho de saberlo no lo hace menos doloroso.
Samuquita, niña bella, mi niña. Recuerdo cuando entraste a mi vida y lo asustada que te veías. Que corrias cada que veías personas que te daban miedo. Incluso conmigo. Te escondías y tenía que pasar un buen rato antes de que te animaras a acercarte. Pero recuerdo con más cariño cuando te sentabas o echabas cerca mío, calmada, tranquila, en paz. Me emocionaban esos momentos porque sabía que en ese momento confiabas en mi, que era tu forma de expresar tu cariño y que esos momentos eran inigualables.
Lo siento no haber estado todo este tiempo. Pasaron muchas cosas y nunca me despedí. Hubo muchas veces que me pregunté como estabas, qué estabas haciendo y si me recordabas. Pero yo mismo me calmaba recordando lo querida que eres y que no te faltaba nada. Solo me hacías falta a mi, pero mientras estuvieras bien y feliz no importó nada más.
Hoy te has ido. Se siente demasiado surrealista pensar en ello. Mi cabeza quería escapar de ese pensamiento pero me retumbaba, me seguía. Quiero creer que no te dolió mucho ni que te asustaste un poquito, que Diosito te dio la fuerza y los ánimos que le pedí que te enviara para que el proceso fuera más pasable. Gracias por haber tocado mi vida en la forma que lo hiciste y de todos los que te conocimos.
Hasta pronto, Samuquita del Pilar. Te adoro pequeña.




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Tener mi Tumblr como una especie de diario es en cierta forma desestresante, sobretodo porque volcar en letras lo que pienso me da una guía de como me siento; sobretodo teniendo en cuenta que he estado viviendo una época de estrés laboral por la época que vive el país.
Ahora con mas calma, puedo guiar mis pensamientos e ideas. Sobretodo porque me siento emocionado todo lo que he venido logrando este año: una relación más sólida, comenzar a trabajar con el terrenito, haber sacado el brevete de conducción, especializarme en un área que el trabajo me brindó y nutrir mi experiencia, conectar con mis padres, ¡tantas cosas!
Es cierto, ahora con más luces, puedo verlo, pero también es cierto que he tenido épocas malas que no me permitieron ver el panorama. Es probable que pase de nuevo, pero sé que en todo momento estoy rodeado de personas que me quieren como soy y estarán dispuestas a darme un abrazo o algunas palabras de aliento. Tengo las personas que necesito y quiero a mi lado y con eso soy feliz. Si bien tengo más metas, quiero centrarme en la felicidad que tengo en este camino. Cada día es una experiencia nueva, una nueva forma de amar, una nueva forma de ser. Cada minuto, segundo, instante, todo es nuevo y especial para mi.
¡Qué momento para estar vivo!
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