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El impedimento.
El no injustificado.
La imposición.
La prohibición.
La represión.
La negación.
La pared de los sueños y las capacidades.
El encierro irracional.
El fín del potencial.
La oscuridad emocional.
El miedo heredado, destino librado a los dados.
Las alas atadas.
La impotencia soportada.
Superando la muerte.
Y es resorte, motor, envión, mi encanto, mi suerte.
Hoy que doy el gran salto.
Hoy que mi limite es azul.
Que camino sobre tul.
Yo sé que puedo ser muy cool.
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Albedrío in fabula
Describiré silencios sobre los pasos de una fabula viajera, se posará sobre mi pecho aquélla ultima carcajada espontanea y le bailará al viento el aroma de un jazmín chino arrancado a mano protagonista principal de aquél contexto que nos envolvía en sus sabanas arapientas.
Belleza universal aquel púrpura en tus ojos, despiertos como el grano de arena que recorre las playas sobre las que la fabula de nuestro amor dibujaba sus pasos, encontrados en invierno, siendo borrados por las olas impunes, asesinas del recuerdo, incorruptibles dueñas de la primera impresión del frío bajo mis rodillas.
Nunca frágiles pétalos susurraron dolores como ese jazmín, inocencia desprestigiada por desconocida, invierno helado de la empatía que no pudiste sentir y te hizo temblar los tobillos bajo la marea agitada de mi despedida.
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Not yet
Aún no estoy listo.
Aun recuerdo sentir que flotaba sobre sus hombros cada vez q me abrazaba, que en ningún lugar me sentía mas comodo que en sus brazos y que estiraba todas las partes de mi cuerpo oxigenando cada centímetro, llenándome de placentero bienestar.
Aún recuerdo cerrar los ojos y nadar en el universo durante lo que duraba un beso.
Pero tampoco puedo olvidar las lagrimas que se me cayeron durante esas noches en las que acostados en camas separadas yo lo observaba dormir y me dolía que no quisiera tener su cuerpo pegado al mío.
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Fantasma
Me encontraba en ese momento recordando y dando cuenta de todos sus intentos satisfactorios de seducción, en aquéllos tiempos cuando recién comenzábamos a vernos con regularidad, desde el tono de voz con el que me saludaba al llegar, hasta el vaso medio lleno de gin con jugo de naranja exprimido en el momento, que parecía disfrutar sentado en la vereda de su casa siempre pasada la medianoche.
La luz de la calle interrumpida por un árbol ensombrecía su rostro que alojaba una seria, fingida y corrupta tranquilidad.
Su afán de mostrarse guapo y galán era casi invisible a los ojos y extremadamente correcto.
Sus bruscos intentos por esconder su sonrisa al verme llegar son aún hoy, y después de una década, un valle de sueños dorados en lo profundo de mis dolencias.
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En viaje
Alguna vez un conjunto de sonrisas te dejó soltar en palabras algunos de tus sueños reprimidos, deprimidos y encerrados bajo esa pila de construcciones sociales que tanto te cuesta deconstruir.
Alguna vez miraste a los ojos a alguien y por un rato no necesitaste nada más. Reíste y espiaste por el agujero de la empatía, lo lindo que sería ser feliz, pero por algún motivo que no llamaremos miedo, aunque lo sea, te ordenaste resistir.
Alguna vez lloraste a escondidas preguntándote porque te ocurría todo aquello que te atormentaba, aún lleno de respuestas enterradas en el poso del estatus social y la aceptación ajena.
Pensaste que todo pasaría solo, y lo único que pasó fue el tiempo.
La pila de construcciones sociales se agigantó, el agujero de la empatía fue achicándose, los miedos se reprimieron junto con la mecanización automática del día a día.
Y en esa vida te llenaste de sonrisas falsas pero cómodas. Tus años no valieron nada, y confundiste felicidad con bienestar, costumbre, tranquilidad. Escondiste tus inquietudes bajo mil bailes alcoholizados, y los lubricantes sociales te acompañaron y marcaron el ritmo.
Alguna vez tuviste la oportunidad de descubrir aquellas pasiones que te ardían en las venas, hoy solo te arden rencores cuando ves a alguien aprovechando las oportunidades que descuidaste.
Alguna vez no tuviste la violencia naturalizada.
Tus días se borraron al cerrar tu cajón, y sólo seguirán tus pasos aquellos cuyo miedo al rechazo sea mas grande que la ventana de la empatía que convertiste en un simple hueco en una pared fría.
Tu recuerdo se apaga, no hay final alternativo a la vida desperdiciada.
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Quisiera
Quisiera que me dejes curarte el corazón
Sanar esas heridas que el tiempo no cerró.
Quisiera ser el faro que no te permita perderte
Que dejes de esperar que llegue la buena suerte
Quisiera que me sonrías como cuando no te dolía nada, que me abraces y me beses hasta la madrugada.
Quisiera ver en esos ojos la luz que ya conozco, la que iluminaba a cuentas de enamorado y loco.
Quisiera volver a sentir ese desquicio, que corría por tus venas al compartir conmigo cada solsticio.
Quisiera que no te hayas ido, que estés bien seguro de que no existe el olvido.
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Alma yéndose
Deja a esa alma navegar en su mar de preocupaciones, liberala de tu puerto, corta las amarras, la marea no tardará en alejarla de ti.
No la despidas, seguro a esa alma no le gustan las despedidas, permítete derramar las lagrimas que creas necesarias, pero hazlas permanecer propias, seguramente no quieras contagiar tu tristeza.
Veras alejarse las velas al viento de la embarcación de esa alma, que creíste gemela.
Y sé que harías cualquier cosa para que vuelva.
Porque...
Yo te vi mirar a través del velo del espíritu, y vi tu mirada encantada, sentí tus pensamientos chocar sin rumbo, y te vi observar el envase de esa alma mientras dormía, con ese brillo de admiración que jamas pudiste ocultar.
Te vi sonriendo cada vez que esa alma brillaba de alegría, entusiasmo o satisfacción.
Te vi rogándole a las estrellas fugaces que nunca te aparten de su lado.
Te vi gozando las melodías que le encantaban, te vi adueñarte de sus canciones favoritas y te vi respetando a su artista predilecto.
Pero también...
Te vi caer como cae la lluvia, en el ocaso de sus corazones, en las tormentas de sus circunstancias, en el desierto de su realidad.
Te vi arrastrarte y reptar, vi tu dignidad en el suelo, y tus demonios se rieron de ti en tu cara.
Te vi aborrecer el tiempo que transcurría entre tus preguntas y sus respuestas.
Te vi darle mil vueltas a tus pensamientos para que de alguna forma se acoplaran a los del envase de esa alma.
Envase, cuerpo, templo, como quieras llamarle.
Te vi observándote al espejo, y cuestionar tu propio envase.
Te vi preguntándote como podía ser, después de todo, que esa alma deseara partir.
No la despidas, a nadie le gustan las despedidas, permítete seguir derramando las lagrimas que creas necesarias, hazlas propias, pero aun asi tienes permitido compartir tus sentimientos con tus otras almas queridas, seguro siempre estarán ahí para llenar los espacios vacíos de ese corazón, y para ponerle parches a tus heridas.
Veras alejarse las velas al viento de la embarcación de esa alma, que creíste gemela.
Y no lo sabrás... si lo fue o no, si lo es o no, o si lo será.
Y se que harías cualquier cosa para que vuelva.
Pero esta vez, déjala ir, es probable que también necesite parches, y rellenar huecos, navegar en su propio mar de preocupaciones, que solo podrá remar por si misma, y evolucionar en otra.
Quizás mejor, quizás no, quizás mas compatible contigo, o quizás no.
Amígate con el tiempo... solo el te traerá respuestas.
Amígate con la vida... siempre necesitarás un escenario.
Amígate contigo, un alma yéndose no es sinonimo de fracaso.
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Paisaje
Un atardecer, los encuentros ficticios se proyectaban en la blanca pared de mis sueños vívidos, repetitivas imágenes de extraña similitud denotaban la monotonía de un romanticismo que nada tenía de glorioso. Extralimitándose a un camino desventurado alejado de las curiosidades, de las casualidades y de la incertidumbre que genera esperar algo que no puedes describir y que sin embargo sientes el deseo imperante de poder ponerle un nombre y una causa.
El anochecer se precipitaba sobre nuestros mundos, la luz disminuía al igual que la visibilidad, una brisa a la altura de las ramas más altas de un cerezo sin flores hacia rugir el choque de sus puntas, y una lechuza se dejaba escuchar a lo lejos como pieza compositiva ambiental.
La luna participe y testigo de nuestra distancia, nos regala un mar donde no podemos sumergirnos pero jamás nos ahogaremos y siempre tendremos en vista.
Como el deseo de poder enviarnos nuestros pensamientos.
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Narrador 2
El narrador de mi historia no encuentra sosiego, ni concibe la calma, no puede parar de inventarme retos y dificultades para que aprenda cosas. Con el cliché de que la experiencia trae la sabiduría ya me convencí ocho veces de que preferiría ignorar para ser un poco más agraciado. Y aun sabiendo que saber no tiene camino de retorno me ha tocado amarte cinco llantos por cada vez que te odié. Echándote la culpa a vos, que solo estuviste ahí circunstancialmente, de todos aquellos inconvenientes que puse delante de mis propios pasos. Siendo cómplice y testigo de la acumulación de culpas, y escombros que mucho antes habían sido ruinas, las ruinas de los palacios de mi imaginación, aquellos en los que las enredaderas floreadas prosperaban, el amarillo pastel de sus muros se mostraba generoso bajo los rayos del sol, y los vidrios de la infinidad de ventanas multiformes brillaban cristalinos, devenidos en pedazos a los costados de un camino oscuro y un paisaje desesperanzado, que junto al barón del anhelo del pasado y la compañía de la auténtica doncella de la nostalgia acompañan los matices de las sombras de los inoportunos recovecos de algunos recuerdos.
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La roca
He aquí una roca, incapacitada para sentir amor.
He aquí la misma roca, con excesos de empatía.
He aquí la contradicción de la roca.
Que siente y a la vez no.
Errante como un humano, fría por inorgánica.
Sensible y frágil como una hoja, dura y filosa como escalpelo.
Tropezarme contigo trato de evitar sin conseguirlo.
Será quizás designio escrito contigo encontrarme, patearte, padecerte y de ti aprender.
A amar, a odiar, a pausar, a vivir, a caer, a seguir.
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Encontrarse
Si me encontrara con el desquicio.
La drogadicción.
La depresión.
La nostalgia.
La ansiedad.
El ascetismo.
Lo antisocial.
La bipolaridad.
La inteligencia.
La locura.
La audacia.
La estrategia.
La honestidad.
La sinceridad.
El ser errante.
Indefenso.
Humano.
Me encontraría...
En otro.
En mi mismo.
En el reflejo de tus ojos.
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Lastimoso
Que triste la melancolía de un enamorado.
Que apesadumbrado un enamorado a quien el amor a decepcionado.
Que afligido un enamorado a quien el amor a ahuyentado.
Que abatido un enamorado a quien el amor a golpeado.
Que doloroso ver a un enamorado ser pisoteado por tal ruin amor.
Que lamentable ver a un enamorado buscar con la mirada a aquel que no esta.
Que infausto ver a un enamorado intentando creerse superado.
Que desgraciado un enamorado a quien el amor le ha sido correspondido a destiempo.
Que desafortunado un enamorado a quien el amor no le ha sido correspondido.
Que alicaído un enamorado a quien el amor a descuidado.
Que funesto un enamorado solo.
Que aciago un enamorado perdido.
Que mísero un enamorado desesperanzado.
Que pena cuando el enamorado es la causa de todos sus pesares.
Que lánguido ver a un enamorado regalar sonrisas forzadas.
Que disgusto ver a un enamorado ser fuerte, y preocuparse por los demás mas que por si mismo.
Que desalentador ver a un enamorado esforzarse para hacer sentir bien a quienes tiene al rededor.
Que mala aventura cuando el enamorado tardó mas tiempo del que debía en enamorarse, y cuando lo logró, ya no estaban los dos enamorados, solo el, el triste enamorado, triste y ahora solitario enamorado.
Porque además de estar triste, solo, descuidado, melancólico y decepcionado, el enamorado es muy consciente, y le pesa mucho, estar tan consciente de que ante todo mal, ante aquel amor que fue pero ya no es, ante toda imposibilidad de huir de sus sentimientos y pensamientos... el sigue enamorado y triste.
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Recargar
Tus balas ya se han disparado, ninguna llegó a destino.
Tus cartas no se enviarán solas.
Y nunca fuiste receptor de nada.
Nada cambió desde que no estás, solo los colores, que ya eran sepia.
Y blanco y negro al final del verano.
Cuyo calor no llegó a abastecer tu necesidad de contención, esa que no supe dar.
Y mientras más pienso al respecto... las balas van llegando a destino.
Impactan, y siguen llegando.
Voy a seguir pensando... vas a tener que...
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Borravino
Rompen olas con más entusiasmo que tus sonrisas por resaltar.
Silban vientos más afinados que tus canciones de amor.
Vibran tormentas más violentas que tus ataques de histeria.
Leen con más ganas de sentir los niños, que tus sueños más vívidos.
Tienen más sensaciones algunas plantas, que tus convicciones personales.
Y aun llevando tu vida a un poso, no conseguirías que fuera tan ondo como tu ignorancia.
Tómate una copa de vino, siempre se puede volver a empezar.
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Contrariedad
Y vos querías libertad, pero tenerlo de la mano.
Vos querías compañía solo cuando vos la querías.
Vos creíste que si mentías, en semejante pequeñez, no tenía importancia.
Vos creíste que si podía amarte tan fuerte, no se le iba a pasar el amor.
Creías que siempre iba a estar ahí entonces tirabas de la cuerda para ver cuánto soportaba.
Y el amor se fue acabando frente a tus ojos, mientras mirabas para otro lado, pero igual veías.
Y hoy que queres hacer bien todo lo que hiciste mal, solo podes pensar en hacerlo la próxima, porque este tren ya no está, y el próximo va a ser otro, y diferente, y te vas a equivocar de otras maneras, asique no juegues con el tiempo, porque siempre, bajo la apuesta de quien sea, siempre, y en cualquier juego, siempre y en cualquier historia, siempre, siempre, siempre se termina.
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Quizás
No te ama.
Así de fuerte, así de simple, así de profundo, así de importante, así de final, así de caótico, así de desesperante, así de egoísta, así de complicado, así de extraño, así de distante, así de real, así de crudo, así de claro, así de eterno, así de incomprensible, así de violento, así de fugaz, así de doloroso suena, y así se siente.
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Dance
Volver a escuchar algunas canciones puede tornarse un ejercicio automutilatorio, los recuerdos filosos danzan sabiendo que cortaran donde toquen, caigan o reposen.
Aquel baile demencial comienza con los primeros acordes de la pieza, desangrando a su paso compás tras compás, doliendo cada final de frase tanto como cada imagen mental que retorna al reverso de los ojos y que muere hecho lagrima.
Los pasos básicos evolucionan des-estructurados, libres de las ataduras que fueron acción y reacción responsable de una añoranza que poco tiene que ver con la alegría y que se baila de a uno, porque ya no son dos.
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