"La practica hace la Perfeccion" Insta:@kim_centeno05 Fb:Grecia centeno twitter:@kimCenteno98
Don't wanna be here? Send us removal request.
Video
88K notes
·
View notes
Text
💕💕💕💕
“No puedo evitar seguir amándote, pues mi corazón sigue siendo de esos que no huyen a pesar de las tormentas.”
— Andy. (via little-bexr)
534 notes
·
View notes
Text
💕
1:04 a.m. ¿Amor? ¿hay alguna palabra superior?
Me confundia su manera de amar, no lograba percibir cuando lo demostraba pero nunca dude que lo hacía. Ella me amaba como a nadie, nunca tuvo que usar muchas palabras, me dio todas las acciones para saber que sería el amor de mi vida.
Ahora se que ella es vital para mi vida, se que es difícil, todo este bonito desastre que hemos hecho. Lo sabíamos, el riesgo y consecuencias de este amor prohibido pero sucumbimos el pecado de seguir. Lo más que podía pasarnos era tocar por poco el cielo del paraíso, aunque sabíamos que lo nuestro ardía como el infierno.
Si lo acepto estoy muy enamorado de ella, y nunca me lo imagine, no dejo de pensar en ella en cada maldito segundo, en esta maldita noche que mi cama está vacía y no la encuentro con su carita bonita, es difícil, esto me duele no saber nada de ella (porque no tiene celular), sus padres no están de acuerdo con lo nuestro (y nisiquiera saben de mi existencia) puede ser triste pero sabemos que es así y seguimos luchando.
Algunas veces ella hace comentarios como: “esta historia será contada por nosotros cuando estemos viejos”. Me dan ganas de llorar cuando dice ese tipo de cosas (y lo he hecho). Yo soy muy cariñoso y nunca he tenido duda en decirle cuanta cursileria pueda existir, todo porque ella se lo merece.
Me ha hecho soñar y despertar en una realidad de estar enamorado incluso de la palma de sus manos. No logro concebir una vida sin ella, solo un futuro que pueden ver millones de variables y todas son con ella, soriendo de lado a lado.
Se que leerás estas palabras en unas horas, espero alegrarte el día, se que estamos separados y tenemos pocos encuentros (una o dos veces por semana) pero miéntras tanto te escribo lo que siento, lo que me haces vivir y lo que queremos vivir, lo que el amor logro hacer en nuestras desastrosas vidas.
-Onar Ramos.
2K notes
·
View notes
Text
Tengo mil maneras diferentes de decirte lo que siento y siempre elijo la peor, así soy yo.
Moderatto; Mil Demonios
405 notes
·
View notes
Text
Tu recuerdo volvió después de mucho tiempo, pero no de una manera fugaz como hubiera preferido, se quedó y ahora te extraño.
Kevin Lane.
397 notes
·
View notes
Text
A.A
Si tú quieres verme, solo tienes que decir cuándo; porque yo de querer verte, siempre quiero.
17K notes
·
View notes
Text
Daily dose of beauty ❤️















Credit: Harlowandsage
6K notes
·
View notes
Text
“Me pregunto que dices cuando te preguntan sobre mi.”
— (via lagrimasconcafe)
35K notes
·
View notes
Text
Si me llegas a extrañar,
vuelve,
tal vez aún te espere,
tal vez aún te quiera.
Lúgubre.
3K notes
·
View notes
Text
No te enamores de una mujer que se hace la difícil
…aun si lo verdaderamente difícil es no enamorarte de ella.
No te enamores de una mujer que se hace la difícil. Porque la mujer que se hace la difícil es errante, desconocida, cambiante: no sabrás describirla a ciencia cierta, a cuestión de adjetivos comunes. La mujer que se hace la difícil muta, cambia, deja, se aleja, vuelve, se arrepiente. La mujer que se hace la difícil lee, escribe, canta, actúa, baila, trabaja y estudia con mucho pesar al siempre tener conflictos con la autoridad y los trámites. La mujer que se hace la difícil se gana la vida por sí sola, no necesita de nadie que la ayude para ser todo lo que quiere ser: ella misma.
Ya te digo, mi amigo, que no te conviene. Para empezar, enamorarla se cree que es imposible. ¿Rosas rojas? ¿Chocolates? ¿Animales de peluche? ¿Coqueteo? ¡Por favor! La mujer que se hace la difícil te aceptará las rosas con una sonrisa, las pondrá en agua, y no volverá a hablarte nunca más. La mujer que se hace la difícil evita comer chocolates, sabe que engordan, y es presa de la soluble vanidad presente en las revistas femeninas. La mujer que se hace la difícil odia a los animales de peluche, se empolvan y estorban; además, ya tienen de mascota a un gato. La mujer que se hace la difícil se sabe «el juego» del romance de pies a cabeza: sabe cuándo llamar, sabe cuándo colgar y, justo cuando crees que le llevas gran ventaja al escucharla decir que te echa de menos, se desvanecerá ante tus ojos.
Jamás podrás comprenderla, entenderla. No existen diccionarios ni manuales de instrucciones para mujeres difíciles, desgraciadamente. No podrás. Será como si ella te hablara en lenguas romances y tú humildemente contestaras con un «OK». No se entenderán, no habrá comunicación. No sabrán cómo decirlo y ella, tenlo por seguro, no lo dirá primero: su orgullo quemaría su voz antes que poner ante ti una debilidad. Porque así son las tan complicadas mujeres difíciles: ven cualquier muestra de sentimientos, cariño o afecto como un punto débil al que nadie debe de tener acceso. Nunca vas a verla vulnerable.
Y no porque no sufra. ¡Todo lo contrario! Las mujeres que se hacen las difíciles sufren como nadie: lloran, se lamentan, no saben qué hacer, gritan, se enfadan, se decepcionan y vuelven a llorar porque tú hiciste algo malo y deshiciste algo bueno, o viceversa.
Se decepcionan. Se decepcionan terriblemente porque ellas esperan lo mejor de ti. Se decepcionan porque añoran el romance, la nostalgia y, sobre todo, la caballerosidad. Ay, la caballerosidad, ¡las hace soñar despiertas a las mujeres que se hacen las difíciles! Que no te engañe: al tú abrirle la puerta del lugar mientras ella se coloca enfrente de ésta con los brazos cruzados y la mirada indiferente, una parte de su enorme corazón se va contigo.
Porque las mujeres que se hacen las difíciles tienen un corazón enorme, grandísimo, de un tamaño gigante. Es por eso que se hacen las difíciles: protegen esa hermosa figura de vidrio de cualquier papanatas con manos sudadas que pueda provocar una tragedia. Por eso son frías, duras, distantes y distintas. Todo se conserva mejor en un ambiente frío, helado: un congelador que logre conservar sus sentimientos para largo; y ellas mismas deben ser fuertes, son el templo de ese tesoro. Además, siempre les gusta ser diferentes, ser las correctas y maduras sabelotodos que realmente, a simple vista, parece que lo saben todo.
Las mujeres que se hacen las difíciles son guapas, pero una parte en su interior se los niega al mirarse en el espejo; jamás descansarán hasta no ser indiscutiblemente más atractivas que esa prostituta o famosa actriz de anuncio que puedas encontrarte camino a casa. Las mujeres que se hacen las difíciles generalmente son altas; de ojos grandes y labios enmarcados, de pómulos rosados y ojos expresivos: los ojos de las mujeres que se hacen las difíciles son una verdadera obra de arte; nada es más expresivo, nada es más atrapante que los ojos de una mujer que se hace la difícil. Pues la mujer que se hace la difícil miente, engaña, pretende, disfraza y la única manera de saber lo que verdaderamente está en su mente, es mirarle los ojos fijamente: tal como la Gioconda tiene un código oculto en su lienzo.
No te enamores de una chica que se hace la difícil, no. Insisto: no sabes con qué te estás metiendo. Además de todo lo que ya te he advertido, estas mujeres son odiadas, criticadas, renegadas. La gente no parece comprenderlas, amarlas; en cambio, son bastante envidiadas. No tienes opción, por si fuera poco, porque si no abogas a su favor, te lo reprochará y si abogas por ella, se alejará de ti. Sin preguntar. Sentirá tu (inexistente) lástima hacia ella, tu falta de admiración; ella no quiere tu lástima, no la necesita. Ella sabe que esas personas no tienen cerebro y no le llegan ni a los talones. Punto. No hay más que discutir. A oídos sordos y ojos llorosos cuando nadie las está observando.
Porque las mujeres que se hacen las difíciles se protegen, se resguardan hasta de sí mismas. Lo exageran todo, dramatizan cada acto tuyo en una tragedia porque escriben, porque leen, porque les gusta crear historias en las que ellas no son más que un personaje y para ti, como actor secundario, hay una lista entera de suplentes.
No se enamoran, no creen en el amor; lo consideran una mentira de su peor enemigo: la sociedad. Ellas creen en la pasión, en el romanticismo, en el drama. Las mujeres que se hacen las difíciles se encaprichan, se enganchan, se aprisionan, se encierran a un solo objetivo aun si éste no es digno de ser el blanco de lo más amoroso de su ser. Porque las mujeres difíciles así aman: terca, dolorosa, y caprichosamente; pero jamás por siempre. No, no, no. Las mujeres que se hacen las difíciles cambian, cambian todo el tiempo una vez que tal objetivo ya es misión cumplida.
Las mujeres que se hacen las difíciles son infieles por naturaleza, con la justificación de ser románticas; nunca pueden ser sólo tuyas. Las mujeres que se hacen las difíciles te quieren a ti, echan de menos a otro, lloran por aquel que no conquistan de inmediato, sufren por el que se fue y las dejó atrás hace años, y a la única persona que aman es a sí mismas. Ya te lo digo, amigo, que son unas malditas. Cínicas. Van por allí con una sonrisita enmarcada en labios rojos y sin escotes vulgares, con esas palabras dignas de salir de una boca tan bella y tú, ingenuo, crees poder no sólo enamorarlas, sino incluso jugar con sus sentimientos. ¡Ingenuo! ¡Imbécil! ¡Bastardo! ¡Acabarás enamorado! Enamorado, dejado, rechazado. Triste. Y sin tu chica que se hace la difícil, que muy probablemente estará besando casualmente a algún desconocido al que vio muy atractivo físicamente y al que jamás va a permitirle volver a verla porque está consciente de que es un completo imbécil.
Y es que ellas tienen estas fantasías amorosas, tal como tú tienes tus fantasías sexuales. Ellas sueñan con besar a su profesor más joven, a un hombre mucho mayor, a un chico arrogante y rompecorazones con el que no tengan aparentemente nada en común, a un maldito imbécil que las destrozará y este dolor ya lo verán venir de manera que hasta podrán disfrutarlo como inspiración, a un modelo masculino que les parecerá un maldito maricón, a un deportista profesional con quien tan sólo llegarán a tener una relación cordial, a un actor famoso del que saldrán huyendo asustadas por sentir que éste invade su libertad, etc.
Sin embargo, a final de cuentas, las mujeres que se hacen las difíciles no son tan difíciles como aparentan. Existe una manera para llegar a su corazón: piensa en ella, échala de menos, sueña con ella, escríbele. No te garantizo que te amará, no te garantizo que no te rechazará; pero ten por seguro que ella, tal como le gusta leer cada tarde lluviosa, «valorará tu sencillo coraje de quererla».
Para mantener a una mujer que se hace la difícil hay que dejarla, hay que perseguirla, hay que acorralarla, hay que soltarla, hay que ser un extraño y a la vez quien más la conozca, hay que darle su espacio, hay que ignorarla de vez en cuando y con una sonrisa coqueta, hay que dejarse crecer la barba, hay que aprender del arte y de la buena ortografía, hay que evitar aquellas mariconadas de asistir a su clase de pilates, hay que ser seguro de uno mismo o le darás asco con tus inseguridades superficiales, hay que ser intelectual y no aburrido, hay que ser guapo y arrogante porque feo y titubeante no le vas a servir para nada, hay que preferirla a ella de manera especial antes que a las demás, hay que darle libertad: libertad de irse, libertad de volver, libertad de quererte, libertad de odiarte, libertad de abofetearte y después besarte. Una pequeña conclusión con estas mujeres es que un «te odio» es la prueba más sincera que ellas tienen de decirte «me encantas, eres muy guapo». Ellas no sueñan con cambiarte, ella sueñan con encontrar ese detalle del cual puedan escribir sobre ti.
Así pues, amigo, las mujeres que se hacen las difíciles no son tan difíciles una vez que te revelan el primero de los muchos misterios que su larga melena ondulada contiene: lo único complicado con una mujer que se hace la difícil es lo mucho que ella puede llegar a hacerte feliz.
4K notes
·
View notes
Text
Temor
Tengo miedo.
Le temo a entenderte, y a que me entiendas; a que este misterio que nos une se acabe y tengamos que buscar entretenimiento barato por otros lados.
Le temo a dedicarte palabras que no entiendas, que te aburran, que no te interese escuchar.
Le temo a necesitarte. De tal manera que me vuelva inútil, que me vuelva prescindible, que me vuelva devota, que me vuelva ignorante, que me vuelva triste por no tenerte a mi lado todo el tiempo.
Le temo a odiarte. Pero, antes que eso, le tengo miedo a quererte. ¿Te imaginas? Quererte, quererte de verdad.
Le temo a estar juntos y también a no estarlo.
Le temo al limbo en el que, en estos momentos, nos encontramos varados y sin una posible escapatoria hacia nuestra tercera dimensión conocida y real.
Le temo a las dudas, a la interpretación que mi cabeza terca les da, a esta idea enferma de pensar que tú me quieres y que yo te quiero porque lo demás no importa.
Le temo a decírtelo, a perder la vergüenza y decírtelo: “Te quiero. Me gustas, me agradas y me encantas. Quiero estar contigo. Tal vez no sólo contigo, pero sí en una mayor parte de mi tiempo”. Desperdiciar mi tiempo no es tan inevitable como contigo.
Le temo a odiarte, a lo que vendrá después y también a lo que ya estamos viviendo.
Le temo a los demás, a lo que piensen, a su opinión y a que pueda llegar a oídos tuyos. Que si soy buena, que si soy mala, que si soy terrible, que si no estoy tan mal; cualquier cosa me aterra. ¿Qué pensarás tú? No lo sé. Tan sólo te pido una sola cosa: no me odies, no me desprecies, no me evites, no me huyas. Porque lo que sea que cualquiera diga de mí, está equivocado; te lo aseguro.
Le temo a odiarte, pero más le temo a que me odies.
Le temo a que implantes mis pies en la realidad, a que no me dejes volar, a que no me dejes ser, a que no me dejes libre, a que no me dejes sola, a que me dejes sola, a que me olvides, a que me recuerdes, a que te calles, a que no hables, a que te deje, a que me dejes, a que nos dejemos, a que sigamos como estamos y también a que cambiemos.
Le temo… Te temo a ti, entonces. Sí, a ti, pero también a estar sin ti.
662 notes
·
View notes
Text
"Hay que saber en la vida que una mujer difícil enamora a cualquiera, pero no cualquiera enamora a una mujer difícil."
1K notes
·
View notes
Text
Quiero irme de aquí. Como siempre, quiero huir.
Quiero correr. Quiero cambiar. Quiero mudarme. Quiero ser otra persona. Quiero empezar de nuevo. Quiero ser alguien más. Quiero huir una vez más.
Pero esta vez es diferente. Esta vez quiero que vengas conmigo. Esta vez quiero que, a pesar de que cambie, sepas ver en mis ojos que sigo siendo la misma.
895 notes
·
View notes