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kioskoimaginario · 8 months
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Tótila Albert, el poeta que supo volver a esculpirse
José Miguel Frías Reyes
Tótila nace el año 1892 en Santiago de Chile, no obstante, realizó su formación académica y artística en Alemania, país desde el cual emigraron sus padres, Federico Albert (investigador y director del Museo de Historia Natural) y Teresa Schneider (de quien recibió las influencias ligadas al arte desde su infancia). Producto de las diferencias entre ambos, el matrimonio sufrirá un quiebre, hecho que traerá consigo el primer viaje de Tótila al continente europeo junto a su madre y su hermana. Teresa fallece en 1911, en Alemania, encomendando un mensaje para el joven de nacionalidad chilena con su hermana Tusnelda: “Di a Tótila que es poeta”.
El año 1912, Tótila regresa a Chile, ingresando a la carrera de Agronomía como una orden directa de su progenitor, no obstante, su paso por la Universidad de Chile no será fructífero, ya que su inclinación eran las artes, por lo cual, su padre financiará su regreso a Europa el año 1915. Allí, con 22 años, cursará estudios de dibujo con Martin Korte y de escultura con Frantz Mezner, aunque abandonará la tutela de este último con la intención de formar su propio taller. Para el año 1923, las esculturas de Tótila Albert figurarán en el periódico El Mercurio, consiguiendo cautivar la atención del público chileno, reafirmando así las críticas positivas recibidas en Alemania, país al que regresará una vez más el año 1928 al ser becado por el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo para estudiar escultura ornamental.
En uno de sus períodos de residencia en Berlín (1915-1939), Tótila cultivará una intensa amistad con el artista y compositor judío-alemán Arno Nadel[2] y el escritor viajero de origen húngaro Arthur Holitscher. De vínculos como los establecidos con estas figuras, surgirán profundas reflexiones y experimentos ligados a las búsquedas internas de cada participante, las cuales incluían incursiones ligadas al erotismo y la espiritualidad.
El año 1929, precisamente durante su estadía en Berlín, Tótila Albert recibirá una noticia desde Chile que lo remecerá por completo: su padre había fallecido. Este hito marcará un punto de inflexión en la vida del artista, despertando una búsqueda desde lo más profundo de su ser. En palabras de su amigo y aprendiz Claudio Naranjo:
A la edad de 37 años, tras la muerte de su padre, Albert sufrió una muerte en vida que supuso un tránsito a un renacimiento, o –según su propia expresión- a un “auto-nacimiento”. Después de esto, abandonó la escultura para dedicarse a la poesía, en lengua alemana, y contando con el apoyo financiero de sus amigos en el Berlín de la preguerra, pudo integrarse íntegramente a la escritura, convertida en adelante en el eje central de su crecimiento en el seno de una nueva vida.[3]
Este proceso alquímico vivenciado por Tótila puede interpretarse como un viaje interior más allá de las sombras manifestadas por la muerte de su progenitor, consiguiendo establecer un diálogo entre las figuras paterna y materna que tenía internalizadas, sanando así los resquemores de los cuales él era un simple espectador.
El año 1939 marca su fecha de regreso a Chile, producto de la inminente segunda guerra mundial, circunstancias previstas por su hermana, quien trabajaba en la embajada de Chile en Alemania. Un par de años más tarde, ya instalado en su país de origen, consigue traer a su novia, Ruth Ehrmann, con quien contraerá matrimonio, formando una familia junto a su hija Luz Albert. Ese mismo año, el escultor contará con el respaldo de importantes figuras ligadas a la intelectualidad chilena, como es el caso de Gabriela Mistral, quien consideró que las obras de Albert representaban "una vuelta a la espiritualidad, porque el realismo puro, sin aleaciones, el espeso realismo, es una forma de aplebeyamiento del arte y una expresión de decadencia"[4]. No debemos olvidar que fue precisamente ella quien años más tarde, recientemente laureada con el premio nobel de literatura (1945), escribirá la carta de recomendación para conseguir la beca Guggenheim otorgada al joven artista.
El primer encargo que Tótila recibirá luego de su retorno será por parte del gobierno del presidente Pedro Aguirre Cerda, el mismo año de su llegada al país. La obra sería dispuesta en el edificio de la Institución para la Defensa de la Raza y el aprovechamiento de las horas libres; proyecto que a grandes rasgos podríamos identificar como una llamativa contradicción, al tener una clara inspiración del nazismo, bajo el concepto del dopolavoro de las y los trabajadores. Esta contradicción tomaba un mayor contraste al considerar la coalición con la cual el presidente había conseguido su victoria electoral, apoyado por el Frente Popular, una alianza integrada por radicales, comunistas y socialistas, de notoria inclinación antifascista. No obstante, el significado y la simbología presentes en esta obra, trascienden esta anécdota para aproximarse a la doctrina esotérica y espiritual del poeta que, luego de internarse en sus sombras, supo volver a esculpirse, acompañado del dictado literario que recibía en el idioma alemán mientras escuchaba piezas musicales de Bethoveen, Schumann, Brahms, Mozart, Schubert y Bach.
A diferencia de la estructura patriarcal imperante, Tótila buscaba un equilibrio entre las manifestaciones internas divididas en sus aspectos paternal, maternal e infantil, trinidad a la que aludía como el Tres veces nuestro. Tomando como referencia la pieza escultórica anteriormente mencionada, observamos a un cóndor que resguarda en sus alas al padre y la madre, mientras sostiene con sus garras al hijo desde la cintura (o sus entrañas, como si se tratase de una muerte y un renacimiento junto a esta ave cósmica). Teniendo en consideración las palabras del investigador Marcelo Sánchez[5], el padre apunta hacia al cielo, aludiendo al pensamiento abstracto, filosófico, metafísico. La madre apunta al hijo, implicando la nutrición, la preocupación terrestre, los aspectos prácticos de la vida. Y por último el hijo, representado como el hombre de la acción, alude a quien emprende la búsqueda e indaga. Para Tótila, esta trinidad fue malinterpretada por la perspectiva patriarcal occidental, por lo cual existía una necesidad imperante de recuperar su equilibrio.
Bajo esta premisa crítica con el orden imperante, Tótila cultivará gran influencia en personajes que posteriormente jugarán un rol clave en los procesos psicoterapeúticos de transformación, estableciendo vínculos de afecto y camaradería con Claudio Naranjo y Lola Hoffman, con quien mantuvo un amorío hasta el último de sus días. Estos vínculos permitieron continuar con las investigaciones y los caminos espirituales propuestos por su persona aún después de su muerte, dejando como albacea de sus escritos a su hermano de búsqueda Claudio Naranjo, quien posteriormente desarrollará un camino de transformación inspirado en su relación con quien consideró desde un primer momento como un profeta. Como una anécdota de esta estrecha relación, Naranjo comenta:
A punto de morir, se despidió de mí un día con las palabras "Ahora tú serás Tótila. Me voy". A mi respuesta de que apenas había entendido su "Mensaje de los Tres" y no había experimentado hasta ahora esa muerte y ese renacimiento, de los que me habló, me contestó que sólo me faltaba tiempo. Sin duda, sintió que su semilla había sido plantada en mí y había caído en suelo fértil, y las siguientes décadas demostraron que tenía razón[6].
Tótila Albert experimentó una transformación, y fue ese mismo proceso el que lo llevó a querer compartir su experiencia desde un lenguaje artístico cargado de simbologías, tanto en sus esculturas como en su poesía. Recientemente, surgen nuevas aproximaciones a sus trabajos, unidas tal vez por las búsquedas de cada persona que decide iniciar una búsqueda interior similar a la alcanzada por el poeta que supo volver a esculpirse.
Sin duda son muchísimos los detalles e indicios que no han sido mencionados, a la espera de ser leídos y encontrados por ustedes. Recuerden, esto sólo es un apunte. Esperando haber despertado su interés, nos encontramos en una próxima entrega.
Un saludo fraterno para ti, que llegaste hasta aquí.
[1] Claudio Naranjo. Tótila Albert, Artista y Profeta De Una Sociedad Triunitaria https://www.claudionaranjo.net/content_phoenix_spanish/totila_albert_spanish.html
[2] Nadel será asesinado en los campos de concentración de Auschwitz el año 1943.
[3] Claudio naranjo. Revista electrónica Sin fronteras.
[4] Gabriela Mistral habla de Tótila Albert". La Nación. La Paz, 29 de octubre, 1939.
[5] Marcelo Sánchez Delgado. Tótila Albert como sujeto esotérico latinoamericano Ciclo de Estudios de Esoterismo Occidental en América Latina «Aperturas esotéricas» https://www.youtube.com/watch?v=YW1mkWo7nfY
[6] Biograph of Tótila Albert (1892-1967) With an introduction by Claudio Naranjo
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kioskoimaginario · 8 months
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La fuerza vital del cielo anterior de Jacobo Grinberg-Zylberbaum
José Miguel Frías Reyes
“No creo haber sido creado por azar y sin una intención, pero ésta todavía no la puedo entender, aunque comienzo a vislumbrar un sentido y dirección y ésta no es más que la expansión en mi capacidad de amar.”[1]
Así versa una de las primeras páginas dedicadas a las 12 vidas que componen el castigo de nuestro narrador Adaseuz, quien, en una suerte de bitácora, nos comparte algunas de las lecciones aprendidas en cada una de sus reencarnaciones luego de ser castigado con el exilio de su planeta Andrómeda, al haber intentado violar la Zona Prohibida del Universo. Proveniente de una sociedad avanzada guiada por un consejo espiritual, sus progresos arquitectónicos y tecnológicos facilitaban un desarrollo interno que se manifestaba en el ascenso colectivo de la civilización, mediante técnicas como la meditación.
Para Adaseuz, la conciencia sobre la existencia de otros planetas y civilizaciones mucho más avanzadas (junto a otras en diversos grados de maduración), despertaba una intensa curiosidad, deseo que comparte con su compañera Balikai, con quien decide emprender un viaje en el cual experimentar una realidad distinta a la que estaban acostumbrados. Es precisamente en este punto cuando entra en juego la posibilidad de desobedecer las órdenes del Consejo Kármico y transgredir los límites de la Zona Prohibida de Universo, poblada de civilizaciones  inestables, razón por la cual los mundos más avanzados habían decidido no interceder.
Este es el contexto que nos sitúa en la posición de nuestro protagonista, compartiendo su interés por llegar más allá de lo descrito hasta el momento, con la certeza de que es precisamente en ese acto de desobediencia en donde habitan las más inesperadas posibilidades.  Allí, en esa decisión, recaerán con posterioridad cada una de las enseñanzas que Adaseuz irá recolectando junto a cada uno de sus maestros y maestras aquí en la Tierra. Cabe preguntarnos entonces si la sanción de Adaseuz es un castigo o más bien un favor otorgado por sus superiores, con el objetivo de otorgarle eso que él buscaba al momento de desobedecer la tarea para la cual había sido encomendado. Pero esta es la interrogante que espero les acompañe cuando lean el libro, viajando junto al narrador en cada una de sus vidas ya que, tal vez, así como Adaseuz aprendió y reflexionó con cada una de las situaciones y oportunidades, nosotrxs también podamos hacerlo.
Un saludo fraterno y buena lectura.
[1] Jacobo Grinberg-Zylberbaum. La fuerza vital del cielo anterior. Instituto Nacional Para el Estudio de la Conciencia.México: 1991.
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kioskoimaginario · 8 months
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La expansión del cuerpo en el cine de Jan Švankmajer
José Miguel Frías Reyes
Para este apunte pensé en algún rasgo común que fuera capaz de agrupar diversos trabajos del artista checo y de esa forma ofrecer algunas referencias visuales que despierten el interés de quienes no conocen su trabajo o, por el contrario, lo conocen, sin saber quién está detrás de él. Esta es la razón por la cual decidí aproximarme a sus piezas cinematográficas desde la representación del cuerpo, comprendiendo el montaje surrealista como una oportunidad de trascender sus límites sin las reglas convencionales que rigen esta realidad.
Al adentrarnos en el universo de Švankmajer, observamos un interés por dotar a sus personajes con características que nos recuerden la ilusión de un espacio paralelo en el cual todas sus historias acontecen. Este nuevo lugar se manifiesta ante nosotros mediante sujetos y corporalidades que transitan desde la rigidez de las marionetas a la maleabilidad de la arcilla, capaz de ofrecernos transformaciones que aluden a un creador (y en el caso de las marionetas, a un operador). En muchas de sus historias, los diálogos no son necesarios, ya que la materialidad pareciera hablar por sí misma, acompañada de los gestos que develan acciones concretas previas a los cambios abruptos, como un beso que se transforma en una unión de ambos cuerpos o la búsqueda de diversas extremidades separadas que manifiestan la intensión de volver a integrarse.
Observar las piezas fílmicas de Švankmajer requiere de una disposición y una complicidad distinta a la habitual, ya que se trata de la atención a los detalles mientras la historia acontece. La manufactura del montaje y la escenografía sin duda nos facilitan el trabajo, junto con demostrarnos que la creatividad acompañada de altos niveles técnicos en el oficio manual construye un nuevo universo de posibilidades, el cual, resulta curioso, comienza a recuperar terreno, justo cuando pareciera que todo puede estar a cargo de los efectos especiales disponibles en el mercado.
Švankmajer encarna la figura del creador, permitiéndonos notar su presencia en cada una de sus piezas sin la necesidad de aparecer físicamente en las historias. No vemos su rostro, pero vemos su interior, su voluntad y su creatividad. Vemos su mundo, ese en el que sus personajes de madera y arcilla se perciben vivos y no como actores y actrices de una trama orquestada por la presencia omnisciente de su operador. 
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kioskoimaginario · 9 months
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Cowboy Bebop, un paisaje errante
Por José Miguel Frías Reyes
El título de este apunte refiere a la existencia de un paisaje común que no se detiene en los fotogramas del anime y habita el universo. Un paisaje que, desde los detalles, nos esboza un futuro en el cual los avances tecnológicos y un viaje por la galaxia conviven con el comercio ambulante y los almacenes de barrio. Desde esta perspectiva, percibimos una nostalgia bastante particular en la cual creemos reconocer esas calles, esos autos y esas firmas en las paredes, como si se tratase de una pieza documental que refleja los aconteceres cotidianos en los cuales nos desenvolvemos. 
Pero una conexión como la descrita hasta el momento debe ir acompañada de ciertas precauciones. No podemos olvidar que es precisamente la capacidad de trascender las referencias populares y proponer un imaginario expandido aquello que nos permite proyectar nuestra imaginación allí donde los tripulantes de la Bebop no han desembarcado. ¿Existen en algún tiempo y espacio todas esas calles que jamás aparecieron en los capítulos del anime? La minuciosa composición de los escenarios que forman parte de la historia en cada capítulo nos invita a creer que sí. Allí se encuentra la belleza de las referencias comunes a cualquier entorno metropolitano habitado por sujetos desplazados y aparentemente extemporáneos.
Cowboy Bebop es un paisaje errante, al igual que sus personajes, agrupados por la necesidad y no por el azar, conviviendo en una realidad que los tensiona y a la cual han aprendido a mostrarse compasivos. Tal vez por eso sea el jazz en sus múltiples facetas aquello que mejor encapsula su búsqueda por la libertad mediante la improvisación, elementos que cobijan las misiones y las luchas internas de nuestros protagonistas. En este escenario, cada aventura pareciera esconder un secreto capaz de dialogar con el inconsciente, completando poco a poco el puzle de los momentos que han forjado la identidad del equipo cazarrecompensas.
Llegado este punto, resulta plausible comprender que estos personajes también son un paisaje en sí mismos, ya que su familiaridad construida desde la búsqueda y las heridas nos recuerda nuestras propias batallas, tal vez no tan espectaculares, pero indudablemente significativas. Empatizar con la psique de estos viajeros es una invitación a quitar el cerrojo que nos impide emprender nuestras propias búsquedas en las ajetreadas calles de nuestra memoria y aquellos momentos que nos han llevado a ser quienes somos hoy.
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kioskoimaginario · 2 years
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Libro de poesía “Noai nes y o”. Diagramado y encuadernado en el Kiosko Imaginario. Marzo del 2023.
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