kozlovboyfriend - Tumblr blog

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Sus pasos eran lentos, no podía escuchar nada, como si ni siquiera estuviese ahí, el lugar era tan visitado por gente que el mismo se sorprendía de la curiosidad de los humanos, el mismo fue humano, pero era diferente, o al menos eso pensaba, ya había pasado tiempo que ni siquiera lo recordaba, escuchaba como los pasos de la persona que entró al castillo, iban en sintonía con los propios, con la única diferencia es que el mismo no tenía ningún sonido, sus ojos se cerraron y con una sonrisa sigue caminando por sus escaleras, era tranquilizante poder escuchar pisadas y que fuesen a la par de lo que debería ser la suya.

Era totalmente distinto de esa forma, podría ser estúpido, pero se sentía más humano, su mirada fue a dónde las escaleras hacia abajo, está vez mirando, para poder encontrarse con el físico de aquella persona que había entrado a su hogar, el sabía que había el olor a sangre, con un aroma más suave a jabon, inundaba sus fosas nasales, era algo que no podía entender del todo, podía darse cuenta de sus palpitaciones aunque estuviese tan alejado de él.

Acomodaba su ropa y se asomaba lo suficiente para mirar al chico, realmente no sabía que pensar pero al principio solo fue como un deja vú, después era consciente de que el lo había visto en un lugar y que si, tanto era su temor y emoción cuando sus facciones encargaron con su amante, su cuerpo se quedó paralizado, justo detrás de su trono, estaba un cuadro enorme tapado con una manta grande, era un cuadro que el mismo había pintado después de perder todo.

Y es que, no podía evitar volver a querer caer en la dulce tentación que era el, justo cuando lo conoció la primera vez hacía más de un siglo, y ahora, aún que no fuese el, su rostro era idéntico, sus pasos fueron dándose, bajando de la escalera para querer toparse con el, no le importaba ser visto, sud pasos eran seguros, hasta que tomo su ropa y la jalo ligeramente, y no dudo en unir sus labios, eran cálidos, en comparación con los suyos, su piel era suave y cálida, estaba vivo, respiraba.

Sus labios se habían unido sin ningún atisbo de duda de su parte, estaba perdido en ese momento, no podía llorar, pero si pudiera hacerlo, lo haría estaría llorando por su regreso, sus colmillos habían rozado la fina piel del interior de sus labios, el sabor de su sangre incluso era igual, su ojos se abrieron y justo cuando iba a entrar en éxtasis, dejo ir sus labios, sus dedos estaban tomando su rostro aferrado a sus mejillas, su mirada sabía que era distinta pero aquellos ojos marrones, eran algo que no podía evitar atesorar, porque aunque su mirada no fuese de amor, su mirada era básicamente la misma.

Que día era ese, no lo sabía, solo estaba ahí, tirado en el suelo, el castillo dónde vivía con aquello que amaba, había desaparecido, el frío estaba por las grandes puertas derrumbadas, su cuerpo estaba tan herido que sentía dolor con solo respirar, pero parecía que aunque no quería, seguía haciéndolo, el cansancio parecía hacerlo cerrar los ojos, sin embargo su mirada, temblorosa, se terminó topando con el cuerpo de una persona, aquello, lo hizo helar la sangré, realmente esperaba que aquello fuese algún tipo de sirviente de la casa, sin embargo, aquella ropa la conocía tan bien.

Movió su propio cuerpo, para poder arrastrarse hasta el cuerpo de dicho hombre, pero apenas había intentado, el dolor debajo de su pecho, lo hizo toser, y la sangre acumulada, parecía buscar salida, la cual solo era por su boca, sus vamos intentos por conseguir avanzar fueron nulos, el olor comenzó a penetrar en el, el olor a sangre, estaba solo, el olor a sangre, gracias al viento fuerte y frío llegaría a algún animal salvaje y terminarían por llegar para decorar sus restos sin alguna clase de respecto, o más bien, de seguro llegarían en cualquier segundo y tal vez llegarían a comerlo aún estando conciente, algo que no duró mucho tiempo ya que sus ojos se cerraron.

Un ruido sordo lo hizo abrir sus ojos, miro a un hombre levantado en medio de la puerta, no iba a pedir ayuda para el pero aún así, abrió su boca, aunque su voz era ahogada termino por poder alzarla lo suficiente, eso creía, para que le entendiera.

— Podría, podría checar si aquel hombre está vivo.

Pidió sin embargo la vista de aquel hombre comenzaba a causarle cierta desconfianza, por lo que, sin poder moverse miro como aquel cuerpo, comenzaba a caminar hasta el, y pudo percatarse de algo que le helaba la sangre, los ojos de este ser, eran negros, la pupila y la esclerotica eran del mismo tono y el iris rondeaba en un tono rojo, camersi oscuro.

— No está vivo, eres el único que parece estar luchando por seguir.

Si bien, estaba asustado, en cuanto supo que era tal cual imagino, sentía la pesadez reinar su cuerpo, y se dejó caer por completo, pido sentir el cuerpo de una cosa fría estar tan cerca, sin escuchar uno de sus pasos, y lo demas parecía borrarse en cuanto el dolor fue alcanzado en ser tomado de sus mejillas con gran fuerza, abriendo sus labios, sintiendo como es que un líquido caía dentro de su boca ay era obligado a tragar lo, solo pudo lograr sentir un poco de alivio antes de que otra vez fuese alcanzado por el dolor, era tan fuerte, su cuerpo parecía comenzar a hervir, comenzando con espasmos tan fuertes, que le hizo quedar en blanco, sus músculos se rompían, al igual que sus huesos pero al mismo tiempo parecían volver a hacerse, era una sensación de descomposición y un dolor y ardor en la garganta, que sus propias manos terminar yendo directamente a su cuello, tratando de estargularse a si mismo, sin embargo aquello quedó en ese sentimiento vacío.

No sabía que le había hecho pero su mirada fue atraido por como el olor a sangre inundó está vez con más fuerza su nariz, había inundado de manera indescriptible su ser, era tan fuerte que le causaba asco pero al mismo tiempo su sed parecía aumentar, hasta que pudo notar como aquel hombre traia entre sus manos una mujer y la lanzaba hacia el, no fue posible resistirse, terminando por hacercarse hasta poder tomar entre sus dientes, la carne y sentir el sabor metálico, y aunque era raro, no paro, incluso había tomando entre sus dientes la carne, partiendo pedazos de esta.

Se alejo de aquel cuerpo, sin vida, se miro a si mismo, su cuerpo estaba cubierto de heridas, y la sangre en parte era suya, pero había ese olor, ese olor que dejaba en claro que tenía sangre de alguien más en si mismo, pero apenas volvió a si, volteo y fue a dónde dicho cuerpo estaba, era cierto, estaba sin vida, sus manos apenas y habían tocado su piel helada, la piel la cual, esperaba nunca sentir así.

— Perdón...

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Su mirada estaba perdida, cuántos siglos habían pasado después de aquel suceso, su cabello estaba largo, los años pasaron y aunque el lugar si mostraba que el tiempo pasaba, su rostro no lo mostraba en absoluto, su cabello seguia largo como cuando habia perdido la vida, si piel lucia de porcelana, aunque pareciera que realmente los años había quedado estancado, y parecia solo ser un dia despues de los acontecimientos, sin embargo, el sabia que no era asi, el tiempo habia pasado, el estaba atado a una vida que odiaba, estaba cansado y aburrido de su vida así, pero no había otra cosa que pudiera hacer, más que soportarlo.

Aquel lugar estaba lleno de cosas, entre estás eran oro, riquezas, todo lo que podría haber gastado ya pero se la vivió encerrado, siendo vigilado por Lucían, quien le había transformado hacia siglo atras, y creando un tipo de relación obsesiva donde no había hecho más que ser su presa y su juguete por ese largo tiempo, de dónde el mismo no era capaz de salir, cosa que no era para nada extraño suponiendo que día.

Se había paseado por los amplios pasillos de la fortaleza, aún había manchas de sangre, el lugar ya no tenía ese olor, y de hecho aún podía escuchar lamentos, pero algo que no entendía es porque las personas solían ir a aquel lugar a mirar exactamente pasaba pero al final del día, parecía solo ser curiosidad, recordaba que en algunas ocasiones Lucían quería atacarlos y matarlos para comerlos, lo que terminaba en una pelea grande antes de dejar que tomara de su sangre ya que entre ellos podía beber su sangre y podían controlar su hambre pero claramente sabía que era para tenerlo encerrado y tenerlo a su alcance para que no escapara.

Se sentó sobre su propio trono, mirando a la nada, su mirada estaba perdida, y sus ojos terminaron por cerrarse, para "descansar" por unos momentos, sin embargo las puertas de la fortaleza nuevamente habían sido abiertas y aquello le dieron aviso de que tenia que ir nuevamente a la oscuridad, si quiera para evitar más encuentros con humanos.

Que día era ese, no lo sabía, solo estaba ahí, tirado en el suelo, el castillo dónde vivía con aquello que amaba, había desaparecido, el frío estaba por las grandes puertas derrumbadas, su cuerpo estaba tan herido que sentía dolor con solo respirar, pero parecía que aunque no quería, seguía haciéndolo, el cansancio parecía hacerlo cerrar los ojos, sin embargo su mirada, temblorosa, se terminó topando con el cuerpo de una persona, aquello, lo hizo helar la sangré, realmente esperaba que aquello fuese algún tipo de sirviente de la casa, sin embargo, aquella ropa la conocía tan bien.

Movió su propio cuerpo, para poder arrastrarse hasta el cuerpo de dicho hombre, pero apenas había intentado, el dolor debajo de su pecho, lo hizo toser, y la sangre acumulada, parecía buscar salida, la cual solo era por su boca, sus vamos intentos por conseguir avanzar fueron nulos, el olor comenzó a penetrar en el, el olor a sangre, estaba solo, el olor a sangre, gracias al viento fuerte y frío llegaría a algún animal salvaje y terminarían por llegar para decorar sus restos sin alguna clase de respecto, o más bien, de seguro llegarían en cualquier segundo y tal vez llegarían a comerlo aún estando conciente, algo que no duró mucho tiempo ya que sus ojos se cerraron.

Un ruido sordo lo hizo abrir sus ojos, miro a un hombre levantado en medio de la puerta, no iba a pedir ayuda para el pero aún así, abrió su boca, aunque su voz era ahogada termino por poder alzarla lo suficiente, eso creía, para que le entendiera.

— Podría, podría checar si aquel hombre está vivo.

Pidió sin embargo la vista de aquel hombre comenzaba a causarle cierta desconfianza, por lo que, sin poder moverse miro como aquel cuerpo, comenzaba a caminar hasta el, y pudo percatarse de algo que le helaba la sangre, los ojos de este ser, eran negros, la pupila y la esclerotica eran del mismo tono y el iris rondeaba en un tono rojo, camersi oscuro.

— No está vivo, eres el único que parece estar luchando por seguir.

Si bien, estaba asustado, en cuanto supo que era tal cual imagino, sentía la pesadez reinar su cuerpo, y se dejó caer por completo, pido sentir el cuerpo de una cosa fría estar tan cerca, sin escuchar uno de sus pasos, y lo demas parecía borrarse en cuanto el dolor fue alcanzado en ser tomado de sus mejillas con gran fuerza, abriendo sus labios, sintiendo como es que un líquido caía dentro de su boca ay era obligado a tragar lo, solo pudo lograr sentir un poco de alivio antes de que otra vez fuese alcanzado por el dolor, era tan fuerte, su cuerpo parecía comenzar a hervir, comenzando con espasmos tan fuertes, que le hizo quedar en blanco, sus músculos se rompían, al igual que sus huesos pero al mismo tiempo parecían volver a hacerse, era una sensación de descomposición y un dolor y ardor en la garganta, que sus propias manos terminar yendo directamente a su cuello, tratando de estargularse a si mismo, sin embargo aquello quedó en ese sentimiento vacío.

No sabía que le había hecho pero su mirada fue atraido por como el olor a sangre inundó está vez con más fuerza su nariz, había inundado de manera indescriptible su ser, era tan fuerte que le causaba asco pero al mismo tiempo su sed parecía aumentar, hasta que pudo notar como aquel hombre traia entre sus manos una mujer y la lanzaba hacia el, no fue posible resistirse, terminando por hacercarse hasta poder tomar entre sus dientes, la carne y sentir el sabor metálico, y aunque era raro, no paro, incluso había tomando entre sus dientes la carne, partiendo pedazos de esta.

Se alejo de aquel cuerpo, sin vida, se miro a si mismo, su cuerpo estaba cubierto de heridas, y la sangre en parte era suya, pero había ese olor, ese olor que dejaba en claro que tenía sangre de alguien más en si mismo, pero apenas volvió a si, volteo y fue a dónde dicho cuerpo estaba, era cierto, estaba sin vida, sus manos apenas y habían tocado su piel helada, la piel la cual, esperaba nunca sentir así.

— Perdón...

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Que día era ese, no lo sabía, solo estaba ahí, tirado en el suelo, el castillo dónde vivía con aquello que amaba, había desaparecido, el frío estaba por las grandes puertas derrumbadas, su cuerpo estaba tan herido que sentía dolor con solo respirar, pero parecía que aunque no quería, seguía haciéndolo, el cansancio parecía hacerlo cerrar los ojos, sin embargo su mirada, temblorosa, se terminó topando con el cuerpo de una persona, aquello, lo hizo helar la sangré, realmente esperaba que aquello fuese algún tipo de sirviente de la casa, sin embargo, aquella ropa la conocía tan bien.

Movió su propio cuerpo, para poder arrastrarse hasta el cuerpo de dicho hombre, pero apenas había intentado, el dolor debajo de su pecho, lo hizo toser, y la sangre acumulada, parecía buscar salida, la cual solo era por su boca, sus vamos intentos por conseguir avanzar fueron nulos, el olor comenzó a penetrar en el, el olor a sangre, estaba solo, el olor a sangre, gracias al viento fuerte y frío llegaría a algún animal salvaje y terminarían por llegar para decorar sus restos sin alguna clase de respecto, o más bien, de seguro llegarían en cualquier segundo y tal vez llegarían a comerlo aún estando conciente, algo que no duró mucho tiempo ya que sus ojos se cerraron.

Un ruido sordo lo hizo abrir sus ojos, miro a un hombre levantado en medio de la puerta, no iba a pedir ayuda para el pero aún así, abrió su boca, aunque su voz era ahogada termino por poder alzarla lo suficiente, eso creía, para que le entendiera.

— Podría, podría checar si aquel hombre está vivo.

Pidió sin embargo la vista de aquel hombre comenzaba a causarle cierta desconfianza, por lo que, sin poder moverse miro como aquel cuerpo, comenzaba a caminar hasta el, y pudo percatarse de algo que le helaba la sangre, los ojos de este ser, eran negros, la pupila y la esclerotica eran del mismo tono y el iris rondeaba en un tono rojo, camersi oscuro.

— No está vivo, eres el único que parece estar luchando por seguir.

Si bien, estaba asustado, en cuanto supo que era tal cual imagino, sentía la pesadez reinar su cuerpo, y se dejó caer por completo, pido sentir el cuerpo de una cosa fría estar tan cerca, sin escuchar uno de sus pasos, y lo demas parecía borrarse en cuanto el dolor fue alcanzado en ser tomado de sus mejillas con gran fuerza, abriendo sus labios, sintiendo como es que un líquido caía dentro de su boca ay era obligado a tragar lo, solo pudo lograr sentir un poco de alivio antes de que otra vez fuese alcanzado por el dolor, era tan fuerte, su cuerpo parecía comenzar a hervir, comenzando con espasmos tan fuertes, que le hizo quedar en blanco, sus músculos se rompían, al igual que sus huesos pero al mismo tiempo parecían volver a hacerse, era una sensación de descomposición y un dolor y ardor en la garganta, que sus propias manos terminar yendo directamente a su cuello, tratando de estargularse a si mismo, sin embargo aquello quedó en ese sentimiento vacío.

No sabía que le había hecho pero su mirada fue atraido por como el olor a sangre inundó está vez con más fuerza su nariz, había inundado de manera indescriptible su ser, era tan fuerte que le causaba asco pero al mismo tiempo su sed parecía aumentar, hasta que pudo notar como aquel hombre traia entre sus manos una mujer y la lanzaba hacia el, no fue posible resistirse, terminando por hacercarse hasta poder tomar entre sus dientes, la carne y sentir el sabor metálico, y aunque era raro, no paro, incluso había tomando entre sus dientes la carne, partiendo pedazos de esta.

Se alejo de aquel cuerpo, sin vida, se miro a si mismo, su cuerpo estaba cubierto de heridas, y la sangre en parte era suya, pero había ese olor, ese olor que dejaba en claro que tenía sangre de alguien más en si mismo, pero apenas volvió a si, volteo y fue a dónde dicho cuerpo estaba, era cierto, estaba sin vida, sus manos apenas y habían tocado su piel helada, la piel la cual, esperaba nunca sentir así.

— Perdón...