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#4

Y aquí estoy, en mi rincón de pensar. En mi pequeña guarida. Una guardia que espero que este año salga a la luz. Porque este año ha sido una montaña rusa y por eso no me ha parecido ni un año. Y.... Como toda montaña rusa volvemos a estar en el mismo punto de partida.

Eso no quiere decir que no haya cambiado nada, sino que estoy en el mismo punto que hace 365 días. En el mismo punto, pero no en la misma situación.

De los errores se aprende, y de la experiencia también. Pero no sirve de mucho si no das encontrado la manera de aplicarlo.

Y es que estos días llevo pensando mucho, pero no tengo tiempo. No tengo tiempo ni de molestarme en darle coherencia a esto, solamente quiero escupir lo todo. Irme a dormir tranquilo. Irme a dormir con la mente en blanco. Sin pensar en ti por una vez, despues de estar mas de un año con ese telar.

Porque esto ya parece que me está corroyendo y viendo el lado negativo de todo. Cuando en realidad probablemente, haya sido un gran año.

Pero el pasado marca, quieras o no.

Y espero que no lo haga.... Tan inconcluso como acaba de quedar esto.

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#3

A veces, uno se da cuenta de lo importante que es desconectar. De lo importante que es tener algo que te aleje del mundo. Que te haga sentirte como nuevo después de hacerlo.

Con la montaña rusa que esta siendo este curso, nadar esta siendo mi válvula de escape. Mi momento de meditación.

Tal vez me siente en mi elemento, flotando. Sintiendo completa libertad. Completa soledad.

Pero ya que estamos, ¿En que elemento no se siente mejor el hielo que la mismísima agua?

Poder reflexionar media hora 2 veces a la semana no tiene precio. Y si no es reflexionar, al menos es organizarme un poco.

Intentar encontrar vuestra válvula de escape y disfrutar de ella.

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#2

Parece que vivo estancado en el pasado. Repitiendome lo mismo una y otra vez. Pensando en lo mismo. Recordando lo mismo. Sufriendo lo mismo.

Este año me ha marcado en 2 aspectos inesperados. Pero han resultado cruciales.

Me resulta complicado pasar página. Me resulta imposible no analizar mil veces la misma situación. No ver todos los fallos.

Creo que cada vez me estoy hundiendo mas en un pozo que nunca va a ver la luz en su fondo. Y no es lo que busco.

Buscaba aquello de lo que me alejo y no se si es lo correcto. No se si merece la pena no hacer nada. No se si merece la pena tirar la toalla. No se.

Y el día ue sepa, probablemente todo sea una hierba.

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#1

Chocar. Echarte una jarra de agua fría. Pensar que te estás undiendo en esa agua. Pero sigue siendo real.

Chocas con la verdad. Deja de ser todo idilico; o al menos de aparentarlo. Te das cuenta de que no le hiciste ningún favor. Al igual que ella no te lo hizo a ti. Que lo que pasó quedara en los recuerdos de la manera en que lo viviste. Pero no de la manera que verdaderamente fue.

Por eso cada uno va a tomar su camino. Y cada uno va a cambiar. Porque ya no volverán a ser la misma persona que has embotellado en tus recuerdos. Ya no es tan dulce (puede que incluso lo sea más). Ya no te mira igual (aunque no signifique que sea malo). Pero lo que si, ya no os volvereis a hacer daño.

Porque el tiempo cambia con las personas y éstas cambian con el.

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Tiempo para reflexionar

Llevo varios días intentando escribir, intentando desahogarme, seguir mi impulso de soltar todo lo que se me pasa por la cabeza…. Pero, mereceria la pena escribir 5 días lo mal que esta un ser querido? 3 perdidas en menos de un año. Y lo único que se me pasa por la cabeza es encontrar coincidencias. Habitación 213….las 2 últimas veces que ingreso en el hospital. Muerte el día 13. Y fijo que se me escapa algún 13…. Primera pérdida al principio del curso. Segunda pérdida al final del primer cuatrimestre. Tercera pérdida una semana después del final del curso para mi. Y lo mejor de todo es que estas 2 últimas estaban muy relacionadas.

Y así es el ser humano. Buscando constantemente cosas con las que satisfacer su curiosidad. Buscando un orden en lo aleatorio que es este mundo. Pero eso no quita que ahora mi casa este vacía. Que mis padres ya no van a sufrir mas, que por fin van a poder tener cierta libertad. Pero que aún así y todo, esto no está bien. Parece que la dualidad siempre está presente….

Y es que ahora mismo no estoy triste por qué haya sido todo de golpe, sino que pienso en mi. En mi papel (si es que se le puede llamar así) que tengo que desempeñar. Por algún motivo, creo que estoy haciendo las cosas mal. Quiero abarcar mucho y creo que tengo poco tiempo. Quiero ayudar a todo aquel que pueda. Quiero deshacerme de esos malos vicios y tener una vida sana. Pero quiero … Y tal vez no puedo.

Ahora mismo estoy en esa etapa de dudas. En la que ya no te llenan tus libros de fantasía como antes, pero tampoco te atrae ningún libro en especial. Aunque quieres encontrar algo que rellene ese vacío. Si, busco eso…. Llenar vacíos. Recuperar esa felicidad. Esos fragmentos, que aunque en su momento estuvieron merodenado en un mar de dudas, me hicieron ser feliz. Pero ahora mismo estoy como aquel guerrero que sale victorioso de esa gloriosa hazaña en la que se embaucó. Cansado. Exhausto. Con ganas de volver a su hogar y recuperar fuerzas, para poder volver a saciar sus ganas de aventura.. El problema, es que mi hogar no me está haciendo recuperar mis fuerzas o eso parece. Tal vez porque en cierta forma, no salí tan victorioso de la batalla, y porque creo que necesito cambiar, mejorar.. Aprender.

Y aquí me encuentro, engullendo libros, dibujando mucho, y desquitando aquellos libros de cuentos de hadas, que aunque sean buenos, se me hacen tediosos. Pero aun así, eso hará que sean mas fáciles ciertas batallas, pero toca enfrentarme a otras mas…. Unicas.

Otras batallas que me harán viajar, conocer a nueva gente y nuevos lugares, otras que me harán cambiar como persona y otras que me harán soltarme de recuerdos del pasado. No se lo que me deparará la vida, ni cuanto tiempo me dará esta. Pero a partir de hoy procuraré vivirla al máximo (al máximo que me permita las energías)

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Dolor

Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades. La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El suelo marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecer o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta. La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que "el tiempo todo lo cura" es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están detrás de esa puerta. La tercera puerta es la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es sólo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad. La última puerta es la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado. "El nombre del viento"

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Ayuda

“Aquel que no hace mas que ayudar a los demás, probablemente, es el que necesita mas ayuda”

Y por ahí van los tiros. Yo, en mis continuos intentos de ayudar a la gente, mi único objetivo es conseguir que estén felices, que logren pasar sus dificultades. Aunque en realidad a mi me resulten casi imposibles de superar. Y es que es muy gracioso que seas bastante bueno dando consejos, como si hubieses ya pasado por ese asunto mil y una veces… Pero en cambio estas mas verde que cualquier otro en ese tema. Das tu opinión objetiva, intentas dar soluciones racionales. Pero en cambio eres incapaz de aplicartelas a ti mismo cuando llegue el momento. Supongo que es mucho mas fácil decir que hacer, como siempre.

Pero, ¿de que sirve ayudar a los demás si tienes tu propio hogar hecho un desastre? ¿De verdad llena algo siquiera esa satisfacción de que al menos estas arreglando las casas de los demás?

Y mi respuesta es, ahora mismo, si. He descubierto que muchas veces la gente se infravalora. Piensa que no vale ni la mitad. Que no se merece tu ayuda. Que se está aprovechando de ti, cuando en realidad casi te estás aprovechando de ellos. Porque cuando de verdad te importa una persona… No hay nada mejor que verla feliz. Y no hay nada peor que verla triste.

Y ahí me encuentro ahora. Ante el que es ahora el pilar de mi felicidad. Un pilar solitario, receptivo a depender de los demás; pero que probablemente necesite urgentemente ayuda exterior. Que piensa que te estás confundiendo de persona y que no se merece ni tu ayuda ni tu compañía. Pero con un poco que la ayudas, te lo devuelve con creces. Y eso dice mucho de ella, y no puede hacerme mas feliz.

Y aqui esta mi nuevo objetivo…. Intentarle hacerle ver todo su potencial, todas sus singularidades. Hacerle ver que no es malo tener alguien a tu lado, sin necesidad que se vuelva algo indispensable en tu vida. Hacerle ver que no tienen por qué ser todas las personas iguales.

Y seré la persona mas feliz del mundo cuando consiga hacerle ver todo eso. Tal vez cuando lo logre ya no sea un pilar de mi vida, pero aun así me sentiré igual de satisfecho igual de feliz. Porque tal vez en ese momento ya no sea mi pilar de la felicidad, pero puede que si lo sea de otro tipo.

Porque creo que es de las veces que me he sentido mas reconfortado ayudando a alguien y eso tiene que significar algo.

Ojalá todos aquellas almas caritativas, logren al menos encontrar una persona asi, que los haga ver que tanto esfuerzo por ayudar sirve para algo, y que hay personas que agradecen con todo su amor y cariño esa ayuda. Y te llenan con su alegria e ilusión. Aunque por eso no se tiene que dejar de ayudar al resto. Ya que hay maneras y maneras de mostrar las cosas.

Tengo la esperanza de que nadie se aproveche de este tipo de gente y que todos muestren un poco de afecto por ellas, siempre a su manera.

P. D: Creo que quererte es poco.

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Ocean.... Se puede decir que mi canción favorita. La cual decidí aprender a tocar y la cual hace que no pueda tocar otras canciones con la guitarra, ya que tiene una afinación muy singular. 

Y direís....¿Por qué? Pues porque creo que es una canción que es como el mar. En constante movimiento, cambiando, aleatoria. Esta es una versión, pero hace  años era muy distinta. Creo que John Butler muestra su estado tanto anímico como personal con la canción. Al igual que el cambia, la canción va variando. Le añade partes, le elimina otras, le cambia el orden, mejora ciertos ritmos.... Pero nunca defrauda. Porque a fin de cuentas sigue siendo Ocean.

Creo que es muy difícil hacer una canción sin letra que transmita tanto, que te haga notar que si, es un océano, un océano de notas, de melodías, de ritmos, de emociones. Que cada vez que la escuchas tocar, te puede sorprender con algún cambio inesperado, al igual que el mar te puede sorprender con sus olas, sus corrientes o su entorno. 

Aunque todo parezca aleatorio, todo sigue unos parámetros. Y creo que cuando uno llegue a reconocerlos, entenderá de verdad lo que es esa cosa. Como en mi libro favorito.... Entenderá el viento.

Hay que saber ver y escuchar. Pero también hay que saber decir y explicar. No digo solo con palabras, sino también con dibujos o música. No sirve de nada saber y entender, si después no lo sabes explicar. No sirve de nada que se te ocurra nada si no lo sabes plasmar. No sirve de nada pensar algo de alguien, si no se lo sabes mostrar.

Por eso, creo que transmitir sensaciones es muy complejo. Porque para mi lo es. Porque si, puedo decir todo esto, pero otra cosa es que llegue al interior de la gente, que... como esta canción, te lleve por un mar de emociones, de puntapiés. De ritmos lentos y rápidos. A fin de cuentas... de toda una experiencia. De una experiencia que tiene el Océano porque lleva desde siempre allí. Porque vio nacer a los seres vivos, porque se congela y se evapora. Porque lleva tanto residuos como sedimentos y seres vivos a lugares inesperados. Porque está en todas partes. Y aun así sigue igual. Aun así sigue su rumbo, por muy “aleatorio” que sea. 

Porque si supiésemos a donde nos lleva el mar, todo sería mas aburrido. 

Esta canción me hace desconectar. Tocarla me hace ver tanto los bellos momentos y malos momentos del océano. Sus partes fáciles y difíciles, pero que en conjunto son perfectas. Mis dedos encallecidos de día a día intentar saber tocarla, de aprender lo que es el océano. Y aun así, seguir sorprendiéndome cada día. 

Espero que vosotros tambíen tengáis vuestro pequeño océano, y sino, espero que esta canción os haga ver que lo aleatorio e impredecible es lo que hace bello esta vida.

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20

Ya ha pasado bastante tiempo desde que quería escribir esto. No es que me haya tomado el capricho de dejar todo a medias como siempre. Aunque facilite mucho las cosas y no te haga dejar todo perfecto, completo.

El caso es que en este tiempo que me imposibilitó terminar esta reflexión del paso del tiempo, creo que mi mentalidad ha vuelto a cambiar (lo que  hace como mínimo una vez al día). Así que, tal vez lo que en ese momento que era “bueno” de haber cumplido 20, ya no sea tan bueno. Aun así, creo que, personalmente, esta fecha ha marcado un antes y un después.

Creo que ante todo lo que me ha pasado, uno no tiene que sumirse en ello y mucho menos intentarlo olvidar por completo. Al igual que los buenos momentos, los malos momentos forman parte de nuestra vida, nos hacen ser los que somos. Los errores nos hacen aprender, los malos momentos nos hacer ver aquello que no queremos que vuelva a pasar y, por lo tanto, intentamos tener especialmente cuidado (en las situaciones que lo permiten). Por eso, creo que tengo que aprovechar esta “mala racha” para renovar mi mentalidad, para pulir aquello que me hace ser lo que soy, y mejorar en aquello en lo que suelo meter la pata. Es muy fácil decirlo, pero se que no es tan fácil hacerlo. 

Me queda todo un año para hacer mis innumerables proyectos, para aprender a decir todos estos pensamientos sin que parezca un bombardeo de ideas, y que sea algo agradable a los oídos (ya no digo a la vista). Tengo todo un año para poder estar con mis amigos, a los que aveces no les dedico todo el tiempo que debería y empezar a borrar de mi cabeza la tonta necesidad de encontrar a alguien que sepa que me quiera. Tengo un año para cumplir ciertos objetivos que me he marcado para renovarme, y que espero cumplirlos sin que mi motivación se quiebre.

Creo que no estoy sabiendo apreciar la vida, que me centro demasiado en un futuro que doy por hecho que me va a ser dado, que procuro que se prolongue lo máximo posible y que sea agradable. Pero creo que a cambio no estoy viviendo el presente, no estoy disfrutando de todo lo que me rodea. Lo que me lleva dudar si es mejor centrarse en el presente o en el futuro. Lo que me hace recordar que nuestras vidas no son mas que acontecimientos que mientras vivamos serán algo, pero que para el resto del mundo probablemente no sean nada.  Y aunque esto parezca algo muy caótico, tiene su belleza. Es bello que el ser humano haya hecho menos monótona su estancia en la tierra, pero... para mi sigue siendo esclava.

Trabajamos para vivir, cuando podemos vivir sin trabajar. Vemos la tele para saber lo que pasa, cuando hace unas cuantas décadas lo único que importaba era lo que le pasaba al vecino. ¿De verdad necesitamos tanta información? ¿De verdad hace falta saber si hay vida más haya de la tierra? ¿De verdad hace falta asentar una colonia en Marte?, ¿No tenemos ya suficiente con conocer lo que hay en la Tierra? ¿No habrá que conocer primero lo mas cercano para adentrarse, por ejemplo, en conocer otros paises?

No se, el mundo es muy grande, y el ser humano muy pequeño y libre de hacer lo que quiera. ¿Es ignorante aquel que no quiere descubrir mundo o más bien es muy sabio por saber contemplar la belleza de las cosas que el rodean y no ve necesario ver mas?

Esto es lo que me gusta. La diversidad de opiniones, de gente, de ideas. Esta fuente infinita de conocimiento que te hace querer vivir un día mas para saber algo nuevo, aunque sepas que al final esos conocimientos se quedaran contigo y desaparecerán. Al igual que todo lo que has visto y hecho. Pero aun así, los quieres disfrutar, porque vivir es como una oportunidad de ver esta realidad. 

Asi que... ¿merece la pena sembrar un futuro?  Creo que eso depende mucho del optimismo de la persona. Y me queda todo un año para saber la respuesta.

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20 - 1

Y ya tengo un año mas encima. Hace supuestamente una hora no. Pero ahora si. Es una manera de medirlo y no la juzgo. Y es que es nuestra manera. No debería de haber cambio significativo en tu vida ahora y hace una hora. Pero la hay. Y es que, aunque simplemente sea el día que te impusieron para ser un año más mayor, es el día en el que te das cuenta de las cosas. Es el día en el que de verdad te hacen sentir un año más mayor, en el que haces un recopilatorio de todo lo que ha ocurrido durante tu supuesto “año de los 19″. Y vaya si han pasado cosas. 

Si tuviese que resumir mis 19, la cosa se podría resumir, prácticamente en los últimos 6 meses. Retomar la carrera, conocer a nueva gente, encariñarse en exceso... y darse cuenta de la realidad. No solamente en mis enamoramientos fugaces, sino en la vida en si. Te das cuenta de que la vida no gira en torno a ti, sino que eres uno de sus infinitos focos de actuación.  Te das cuenta de que de la noche a la mañana te puede llamar tu madre diciéndote que uno de tus seres queridos ya no está mas contigo. Y todo esto mientras estabas hablando del día con tu compañero de piso y viendo la tele. Te das de bruces con esa realidad (porque lo otro es también tu realidad, pero no es tan cruda). Te das cuenta de que lo serio (para algunos lo malo) está ahí, y siempre lo estará. Y la muerte es una de sus facetas, pero no la única. Y es que estos días, simplemente viendo la tele, veo que mientras ceno... Ocurre un atentado en Noruega, o es bombardeado otro poblado en Siria, o Putin y Trump están jugando a sus juegos de grandes líderes. Cenando tranquilamente y rodeado de tragedia. No lo digo con tono pesimista, sino que quiero mostrar hasta que límite podemos llegar a vivir en la ignorancia (ya que aunque nos comenten estas cosas, muchas otras nunca salen a la luz).  Y esto es solo, digamos, la punta de iceberg. Ya que los temas como la pobreza y hambruna siempre están ahí, aunque no salgan en las noticias. Y todos los que me quedan por nombrar.

Aun así, se que voy a seguir con mi vida. Que en un mes se me olvidará todo esto otra vez, y que encenderé la tele y tal vez vea otro caso de Siria, pero en cambio me siga olvidando del resto de problemas. Así que... ¿Hasta que punto queremos ser ignorantes? ¿Hasta que punto queremos ser conscientes de todo? Creo que según tu dosis, tus acciones serán de una manera u otra. Pero lo que nunca falla es que cuando entran en tu universo, no se te pueden olvidar.

Creo que estas cosas se deberían de recordar más a menudo.

Y bueno, prosiguiendo con mi egocéntrica vida, allí me encontraba. En el entierro de mi abuelo. Rodeado de conocidos y no tan conocidos. Algunos llorando, otros recordando los viejos tiempos, y otros como yo, impasibles. Y no porque no nos diese igual perder a un ser querido, sino porque preferimos digerir las cosas en nuestro interior, donde nadie puede ver nuestra debilidad. Donde nadie te los recuerda, y te permiten retomar la normalidad con mas sencillez. Y en esa normalidad te vuelves a meter, para olvidar lo ocurrido y volver a la ignorante rutina. Y es que no merece la pena revolver ese tipo de cosas.

Pero si una jarra de agua fría no bastaba... Justo antes de las navidades, como regalo, pierdes a otro ser querido. A uno completamente inesperado. A mi otro abuelo. Aquel que parecía una roca. Aquel que parecía que viviría eternamente. Y tal vez, al ser repentino duele más. Y surge el consuelo de que al menos, esperas que no murió sufriendo. Pero aun así, se vuelve a repetir lo de antes... Y puede que por partida doble, ya que retomas esos sentimientos remprimidos.

Y en este caso, además, te toca de cerca. Mucho mas de cerca que el anterior. Porque vivías con el. Comías con él. Cenabas con él. Y ahora no está. Y ese vacío, afecta más de lo esperado. Tu abuela no lo asimila, se trastorna. De repente, requeiere atención constante. Y de lo algo mala que estaba, empeora aún mas. Y surge esta nueva realidad.  Esta nueva realidad en la que tus padres pasan a estar encadenados, peleándose con madre o suegra para que les hagan caso, para que no haga locuras. De repente, uno de tus seres queridos, pasa de adulto a niño. Y solamente con una simple acción. Con una simple ausencia.

¿Lo gracioso de todo? Que yo me volví a sumir en la ignorante rutina, volviendo a mi vida universitaria. Y de fin de semana en fin de semana, me iba chutando dosis de la realidad de mis padres. Y aunque no lo pareciese... mi realidad.

Y así llego el año nuevo, dándolo todo en la carrera, dejando a un lado los amigos de la infancia y procurando estar con la familia. ¿Lo mas gracioso aun? que me di cuenta que no era el único que prefería estar en la ignorancia. Mis padres vivían una de esas “verdaderas realidades”. Un Siria, si os gusta nombrarlo así. Mientras mis tíos y primos, hacen como si no hubiese ocurrido nada. Ni un ¿necesitáis ayuda? ni un ¿qué tal está la abuela?. Vale si, al principio puede que si, pero eso no son mas que protocolos rutinarios si con el tiempo dejas de mostrar preocupación por tus seres queridos. Y creo que si no llego a vivir con ella... me tendría que meter en ese saco.

Y por eso reitero que desde que una “verdadera realidad” entra en tu vida, es difícil olvidarte de ella. 

Y después de esta montaña rusa de acontecimientos, surge una luz en mi camino. O eso pensaba. Aquella chica que te parece super interesante, que piensas que es más de lo que te mereces. Que si, te gusta, pero ni te cuestionas el intentar algo con ella, de repente entra en tu vida. Pero al igual que entra de repente, también se va..... Si, se puede decir que este fue el tercer y último jarro de agua fría de mis 19. Aunque este jarro pareciese una “recompensa” del karma por todo lo sucedido, en realidad fue una lección de vida. Pero una de esas lecciones que te dejan un sabor agridulce, que aunque sean una lección, las disfrutas mientras duran. Pero cuando la dichosa ignorancia desaparece, la verdadera lección viene a la luz. E impacta mucho mas fuerte que una lección normal. Me hizo tocar las nubes, pero a cambio tuve una caída sin paracaídas. Me cortaron las alas. Y con las alas toda esperanza. Porque era mi manera de ver la vida. Pero si a la tercera va la vencida, supongo que con las malas cosas pasa lo mismo. Y por eso, uno decide dar un cambio en su vida. Decide plantearse su manera de actuar, de todo.

Y así es como llegamos al día de hoy, labrando una nueva manera de ser, haciendo que los malos y buenos momentos del pasado sirvan para labrar un mejor futuro. Que los errores o malos hábitos sirvan para ser una mejor persona (por lo menos para estar mejor con uno mismo). Y se que todo lo que he escrito ha sido de todo menos agradable, pero es que los malos tragos quedan más marcados que los buenos... Porque hemos aprendido a vivir con felicidad, a que todo sea perfecto, o casi.  No digo que durante mis 19 años no haya disfrutado de la vida. Pero justamente estos 3 pilares de ese año, son los que me han hecho empezar a escribir, son los que me han hecho tener en cuenta otras cosas. Son los que me han hecho hacer que ese ultimo jarrón de agua fria, ahora sea mi amiga, y que esté en trazas de ser alguien mejor, que no se enamora cada dos por tres y sabe tener en cuenta a sus amigos. 

Por eso, quiero dejar claro que aunque parezca que soy un melodramático que tiene más en cuenta los malos momentos que los buenos, es porque sé que estamos rodeados de ellos, y suelo ignorarlos, debido a que son sepultados por todo lo maravilloso de este mundo, pero que aunque lo podamos disfrutar todos los días... No siempre fue así, y tal vez no lo siga siendo así dentro de poco.

Para saber apreciar los buenos momentos, también hay que  pasar por los malos.

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Tengo una cosa que decirte

Pues si, tengo una cosa que decirte. Y lo gracioso es que no es la primera vez que intento escribir esto. Y probablemente tampoco sea la última. Y es que escribir algo “atractivo” es una historia en si: con su introducción, nudo y desenlace. Y al contrario que mis intentos de decir las palabras exactas y cagarla…. Si la cago escribiendo queda de por vida.

Aun así, creo que esto tiene que quedar en algún sitio. Y comienzo diciéndote gracias. Gracias por apreciarme un poco. Gracias por darme un intento, que creo que he sabido desaprovechar, o que simplemente se me ha dado en un mal momento y en unas malas circunstancias. Pero eso no quiere decir que haya sido una pérdida de tiempo.. Mas bien todo lo contrario. Siempre que estuve contigo estuve feliz, pero feliz de verdad, y por eso te sigo dando las gracias. Pero también quiero pedirte perdón, perdón por callarme la boca. Perdón por no decirte todo lo que se me pasaba por la cabeza. Y perdón por decírtelo ahora, sin sentido y mas tarde que nunca. Desde que te conocí supe que eras inusual. Y hasta el día de hoy me lo sigues pareciendo.. Igual que me dabas dolor de cabeza cuando me empecé a fijar en ti, me lo seguiste dando cuando la cosa fue a algo mas.. Seguías siendo un misterio. Cada cosa que me ibas revelando me parecía un logro, y una pequeña capa que iba quitando de tu coraza. Por eso tampoco sabía cómo actuar sin…. Asustarte.. Sin parecer que le estaba dando demasiada importancia al tema, sin exagerar la realidad. Pero es lo que tiene que salgan las cosas bien: a veces te cuesta creerlo. Y eso me hizo no querer mostrar todo lo que quería mostrar. Ahora, da igual que lo diga o no, pero es un peso que me tengo que quitar. Siempre serás importante para mi, como amigo o como lo que sea. Y por eso he querido ayudarte como he podido (aunque a ti no te gustase la idea). No niego que a veces lo hacía para poder al menos verte 5 minutos pero tanto en estas como en las otras, siempre me iba con una sonrisa en la cara. Y aun a día de hoy me gustaría pasar mas tiempo contigo, pero ya doy por perdida esa batalla. Creo que ambos priorizamos otras cosas antes que, por así decirlo, conocernos mejor. Y eso puede decir mucho de ambos. Y es algo que entiendo perfectamente. Y creo que para rematar, tengo que decirte que aunque el futuro dirá lo que vaya a durar esta “amistad”, estoy casi seguido de que haría cualquier cosa para que estuvieses feliz.. Cualquiera.

Y otra vez gracias, pero esta vez por aguantar mis rutinas de whatsapp y mis horarios aleatorios, al igual que mis intentos casi desesperados de verte un poco mas.

Y espero que si llega algún día este texto a tus manos, sepas apreciar estas palabras y no creas que se trata del intento desesperado de una mente enamorada de saber si sigues importandole o no, sino mas bien como la de alguien que se arrepiente de no haber sabido tratar con la suficiente delicadeza aquella pequeña hada envuelta en esa coraza. Espero no haber sido una piedra en el camino. O al menos si lo he sido, espero que no haya causado muchos estragos, tanto buenos como malos.

El tiempo dirá cuan de relacionados están nuestros caminos.

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Libros

“Hace tiempo, alguien me dijo que leer en una tablet o un teléfono no era lo mismo que leer un libro. El olor característico de un libro de 50 años nunca puede salir de una pantalla. No puedes sentir la tensión en tus ojos de leer en un café tenuemente iluminado. La textura de una pantalla no te hace sonreir como la página de un libro. Aguantar un teléfono en una mano no puede igualar el peso de abrir un libro con dos. Hizo una lista de millones de razones antes de concluir con que leer con tecnología simplemente no era bueno, que no era una verdadera lectura. En ese momento estaba de acuerdo. Leer en una tablet no era leer un libro.

Tenía un profesor que nos preguntara quien de entre nosotros disfrutaba leer. Después de que nuestras manos se bajasen, continuó preguntándonos quien prefería leer los libros actuales. Todos los que levantaron las manos con la primera pregunta, la volvieron a levantar. Empecé a levantar la mía, pero en ese momento se tambaleó.

En ese momento, comprendí que no prefería leer un libro actual. Me encanta el sentimiento de pasar página. Me encanta el aspecto de un libro bien leído que pasó demasiados días en mi mochila. Honestamente, disfruto del sentimiento de dejarle mi libro favorito a un amigo cuando en voz baja le dijo “cuida de el”. Es un alivio no tener que cargar un libro justamente cuando llego al climax de la historia. He leído la ciencia. Se la razón. Amo leer un libro y es diferente de leer desde una tableta.

Pero no puedo, ante todo, decir que prefiero leer un libro actual. No escribo en libros, ni doblo sus esquinas, y lloraría cuando la portada se rompiese. Puedo escribir en los márgenes y subrayar el texto en un eBook. Las esquinas nunca se doblan y la portada nunca se rompe. No pierdo mi lugar y puedo perderme durante horas por la noche porque la luz nunca se va. Los eBooks son mas baratos. Puedo cogerlos al instante de las librerias sin irme de casa y tienen un diccionario incorporado. Puedo tener un millón de libros en vacaciones sin tener que soltarlos de mis manos y si no me gusta el texto, puedo cambiarlo.

Disfruto leyendo con tecnología tanto como lo hago leyendo un libro. Porque los eBooks pueden ser diferentes que los libros físicos, pero eso no los hace peores. No miro con desprecio a alguien que está leyendo en una tablet. No pienso que alguien sea mejor porque esté leyendo un libro físico. Aprecio a alguien que esta leyendo, y lo respeto. De la misma manera que no creo que un libro es siempre mejor que la película.

En algún momento, aprendí que no amo como leo. Amo leer. Amo saltar hasta el final porque no puedo leer trescientas páginas para saber que pasa. Amo echar una ojeada a las largas descripciones y releer los diálogos. Amo ser pisoteada por el autor y llorar cuando el libro toma un giro inesperado. Amo quejarme de la falta de desarrollo de los personajes y aprecio la historia.

Porque me encanta leer, sea un libro, un ensayo o un artículo. Simplemente me encanta leer.

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¿Como puedes ignorar a alguien que te ama sin esperar recibir nada a cambio? ¿No puedes ver a alguien que lo da todo por ti para estar feliz?

Autor sin Apellido #9 // ¿No me puedes ver?

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No tienes que disculparte de la manera que escoges de proteger tu corazón

Poeta sin Apellido #8

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Solemos quedarnos tan atados en esa gente que creemos que son ángeles... Los vemos con tal resplandor que nos olvidamos de todas las cosas que nos hacen daño. Pero solemos olvidarnos de que los ángeles pueden ser demonios disfrazados

Poeta sin Apellido #7

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Quiero tocarte. Pero no tu piel. Quiero ver tus ojos. Quiero que me mires como si te costara darte cuenta de algo. Quiero ver tu sonrisa, el tipo de sonrisa que nunca muestras a nadie. El tipo de sonrisa que revela quien eres de verdad. Te quiero a ti. A la buena y a la mala. La confusa y triste. A la alegre y tonta. Quiero a cada una de tus partes -desde tu cuerpo hasta tu alma- desde tu mente hasta tu corazón. Quiero aguantarte y romper todo lo que te hace daño. Déjame verte. Déjame pasar a través de tu alto muro. Por favor, déjame. Déjame verte. Solo quiero saber si realmente eres feliz.

Poeta sin Apellido #6

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Nadie es realmente tan especial