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Últimamente, he pensado mucho en el tiempo, mi tiempo y lo pequeña que me siento ante la magnitud de las cosas que no me alcanzan. A veces me miden, a veces me aplastan, a veces me vencen. Pienso quizá también soy yo quien somete a mi cuerpo a tal peso. Me orillo, cedo y acepto ante mi apertura todo que, aunque quiera, ya no cabe en mi reloj. Y ahí entiendo, que lo que más importa no es correr, ni llenar el día de cosas que no caben en el alma, que a veces vivir es saber detenerse antes de romperse, antes de dejar que el tiempo decida por mí. Porque hay relojes que no marcan segundos, pero sí cicatrices, y yo ya no quiero medirme por lo que no alcanzo, sino por lo que todavía me sostiene.
-Cielo V / -chipnervous.
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Soy de las personas que ama que la abracen al dormir, disfruto del contacto presencial, aquel contacto físico que no tiene que ver nada con sexo, pero tiene que ver todo con intimidad.
Efimera Lunar Intemporal
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Está bien volver a confiar lentamente, avanzar con pequeños pasos, dejar que alguien ame las partes de ti que aún están sanando.
— Lauren Ragnhild.
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Querido tú: cada día que pasa siento que ya no deberíamos estar juntos, me estoy engañando a mi misma pensando que te quiero cuando lo hago muy poco, cuando pienso que no eres para mí, que realmente no existe esa conexión especial que debería sentir, no eres ese chico que quiero en mi vida además siento que tú no harías nada por mí, tus acciones me lo dicen.
Sagitariana
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Sobre de los cumpleaños :
Festeja tu cumpleaños, festeja el hecho de ser, celebra la batalla de ganar un año más de vida y pasar al siguiente nivel, festeja el cumpleaños de tus amigos, celebra el hecho de que ellos existan y sean parte de tu vida, abrazalos por el simple hecho de celebrar su existencia, celebra el cumpleaños de tu perro, tu gato, o tu pez, celebra que su existencia es parte de tu familia, de tu manada, joder celebra la vida, vivir es un mérito y no debe pasar desapercibido el día que tú llegaste al mundo, aprende a celebrar tu existencia y la existencia de aquellos seres que hacen hermosa tu vida, porque cuando está se apague lo único que quedarán serán los recuerdos de todo aquello que supiste celebrar con amor y desde el amor.
Efimera Lunar Intemporal
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Cosas que importan .

De mí a mí: Sanar no fue olvidar, fue entender. << Lauren >> .
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#ORACIÓN_DE_HOY
Querido Señor,
Hoy, ancla mi corazón fuera del alcance del sabotaje emocional. Silencia los sentimientos que se disfrazan de hechos. Estabiliza lo que ha sido sacudido por el estado de ánimo, los recuerdos o los malentendidos. Deja que el miedo pierda su dominio, la ansiedad pierda su voz y la impulsividad pierda su poder. Te pido que guardes mis pasos de lo que parece correcto pero no lo es; tú nunca mientes y tu Palabra nunca engaña. En el nombre de Jesús. Amén.
— ADAPTADO DE
— Salmos 17:5
Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen.
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Y mereces un abrazo fuerte y cálido, junto a todas las palabras más lindas del mundo. 🌟
"Créditos al dueño de la fotito.🌟"
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*Autopsia de un amor*
Te abro con manos temblorosas, no con bisturís ni herramientas de acero, sino con el filo de la memoria. Frente a mí, yace el cadáver de lo que fuimos, frío y pálido, aún con rastros de la pasión que un día ardió como un incendio imposible de contener. Me dispongo a diseccionarlo, a entender qué órgano falló primero, qué arteria dejó de latir, qué célula se negó a seguir sosteniendo nuestra historia.
El corazón. Siempre es el corazón. Lo levanto con cuidado, pesa más de lo que imaginaba, está lleno de cicatrices, de parches torpemente cosidos con promesas que no se cumplieron. Late en mi mente, aunque en mis manos yace inerte. Lo recorro con los dedos, recordando cada taquicardia que provocaste, cada sobresalto al verte llegar. Y ahí, en su centro, una grieta profunda, la herida que lo apagó.
Abro los pulmones, buscando el aire que un día me robaste con un beso. Están vacíos, colapsados por susurros que no llegaron a convertirse en palabras, por silencios densos que se posaron sobre nosotros como una niebla imposible de disipar. Respiro hondo, pero el oxígeno se enreda en la garganta.
Sigo explorando. Las manos, aún impregnadas del tacto de la última caricia. Los labios, rígidos, pero con la sombra de una sonrisa que alguna vez me perteneció. Los ojos cerrados, negándose a presenciar el final.
Y entonces lo entiendo. No fue un solo fallo, no fue un solo órgano el que cedió. Fue la suma de pequeñas muertes: la de la confianza, la de la risa compartida, la del brillo en la mirada. Un amor no muere de un infarto fulminante, sino de una hemorragia lenta, de mil cortes invisibles.
Cierro este cuerpo, este amor que ahora es solo un recuerdo diseccionado. No hay causa exacta de la muerte, solo un diagnóstico inevitable: fuimos hermosos, fuimos intensos, pero no fuimos para siempre. Y aunque el cadáver de lo nuestro repose en esta mesa fría, en mi pecho aún quedan latidos que llevan tu nombre.
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*Te tuve fe… hasta que dejé de tenerla*
Te tuve fe. En cada palabra que dijiste, en cada promesa que nunca llegaste a cumplir. Te creí cuando me miraste a los ojos con esa seguridad que solo tienen los que saben mentir bien. Te creí cuando juraste que estarías, cuando dibujaste un futuro donde yo también tenía un lugar.
Te tuve fe… hasta que dejé de tenerla.
Hasta que me di cuenta de que tus palabras eran solo aire, de que tu presencia era efímera, de que tu amor –si es que alguna vez existió– era tan frágil que se rompió con el primer viento en contra.
Te esperé. Porque cuando se tiene fe, se espera. Se aguanta. Se cree que todo vale la pena, que al final habrá una recompensa, que los sentimientos son suficientes para sostenerlo todo.
Pero un día, sin darme cuenta, algo dentro de mí se apagó. Dejé de buscar respuestas en tu mirada, dejé de justificar tus silencios, dejé de darle peso a lo que decías porque tus actos siempre te contradecían.
Y ahí entendí.
La fe ciega es la más peligrosa. Porque te hace ver lo que no existe, te hace sostener lo insostenible, te hace amar a quien no merece ser amado.
Te tuve fe… hasta que mi alma se cansó de esperarte. Hasta que me di cuenta de que no era cuestión de paciencia, sino de realidad. Hasta que entendí que la fe en alguien que no la merece es solo otra forma de condenarse al sufrimiento.
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Yo siempre me he sentido miserable, enormemente miserable, como te lo he dicho varias veces. Mucho, porque yo he querido serlo, mucho porque me han hecho sentir que lo soy. Me han golpeado, sabes, me han dado duros golpes en eso que llaman sentimiento. No sé quién; pero sí sé que a veces, cuando me examino el alma, la siento un poco quebrada.💔😢📝💭
Juan Rulfo, Cartas a Clara
~🪐.
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